Francesco y Alessandra, un matrimonio italiano que enseña a jóvenes a encontrar el amor de verdad
Francesco y Alessandra volvieron al Evangelio de su boda cuando su matrimonio parecía perdido.
Francesco Rao y Alessandra Lucca, marido y mujer con cuatro hijos, transformaron una profunda crisis de su matrimonio en una vocación de la que se benefician ahora cientos de jóvenes a través de las redes.
Chiara Vitali cuenta su historia en Avvenire:
¿Hay algo más personal que la forma de vivir una relación de pareja? Quizás no. Sin embargo, todas las parejas se enfrentan tarde o temprano a algunas preguntas, como por ejemplo: ¿amar es una elección? ¿Qué significa respetar la libertad del otro? ¿Qué importancia tiene la autoestima en una relación? Para los creyentes, además, se añaden otras cuestiones. ¿Qué importancia tiene la relación con Dios en una pareja?
Encontrar estas respuestas puede ser fundamental. Alessandra Lucca y Francesco Rao, marido y mujer, padres de cuatro hijos, lo saben bien. Una definición que los representa: son volcánicos, llenos de ideas, historias, encuentros y actividades. Ellos toman esas preguntas e intentan responderlas con episodios de podcast, una página de Instagram (20.000 seguidores), vídeos en YouTube y un boletín informativo. Su proyecto tiene un nombre: 5pani2pesci [Cinco panes y dos peces: cf Mc 6, 41-43]. Son misioneros digitales, según la definición que les dio el Papa León XIV durante un evento del Jubileo dedicado precisamente a quienes trabajan en las redes sociales. Sin embargo, dicen ser alérgicos a la palabra influencer.
También han escrito un libro: Amiga especial con derecho a roce. Cinco pasos para salir de las relaciones ambiguas.
Alessandra Lucca, 'Amiga especial con derecho a roce. Cinco pasos para salir de las relaciones ambiguas'.
Su lenguaje es fresco e irónico y los temas serios y a veces incómodos, como la castidad o la pornografía, son tratados a la vez con ligereza y una forma de expresarse que hace sonreír porque muestra vivencias comunes a muchas personas.
¿Por qué lo hacen? Alessandra y Francesco nos contestan por videollamada: "Nuestro objetivo es ayudar a los chicos y chicas a comprender su vocación, es decir, su lugar en el mundo, su plenitud de vida. Para ello, hay que pasar a través de diferentes relaciones: la relación con uno mismo, con los demás y con Dios. Sanar la propia forma de relacionarse es fundamental".
Los destinatarios de sus contenidos son sobre todo los jóvenes, a los que hay que encontrar en los espacios que en los que se mueven espontáneamente, como, precisamente, las redes sociales. Reciben muchas preguntas de ellos y -bromea Alessandra- "a veces nos preguntan con tono desesperado cómo encontrar el amor de su vida".
Uno de los vídeos de Alessandra y Francesco: '¿Estamos preparados para casarnos?'
Sus seguidores son sobre todo jóvenes creyentes, pero también personas que se definen ateas y que se plantean las mismas cuestiones. Muchas relaciones, además, pasan de ser virtuales a reales: a menudo, la pareja viaja por Italia para asistir a encuentros y dar testimonio, o acoge en su casa a algunos jóvenes durante semanas.
"La familia está hecha para acoger", dice la pareja, "hay chicas y chicos que han vivido con nosotros hasta dos años, el vínculo que se ha creado es precisamente familiar, fraternal". Entre los correos electrónicos que reciben, hay algunos que reflejan el sentido de su proyecto. Un chico que los sigue desde hace tres años, por ejemplo, escribe: "Me han cambiado la vida, han sido la puerta de entrada a una fe más profunda y me han hecho comprender lo que significa amar en libertad".
A quienes los siguen, también cuentan su historia: el primer encuentro en una marcha franciscana, el deseo de Alessandra de entrar en un convento, la relación de Francesco con otra chica y finalmente sus vidas revolucionadas y unidas.
Acabar viviendo con "5 panes y 2 peces" no estaba en sus planes, sino todo lo contrario: el proyecto comenzó en un momento de gran crisis para la pareja, con una posible separación a la vista. "Era 2013 y estábamos en Alemania -cuenta Alessandra- Francesco es físico y en aquella época trabajaba como profesor universitario. Su trabajo era de muy alto nivel, ya teníamos dos hijos y vivíamos en una casa preciosa. Pero, al mismo tiempo, nos sentíamos solos y vacíos, sobre todo después de años llenos de relaciones muy fuertes en Italia, con una comunidad sólida a nuestras espaldas y acompañados de personas como don Fabio Rosini".
Fabio Rosini es un sacerdote muy popular en Italia, en particular por sus catequesis sobre los Diez Mandamientos.
En este punto, la pareja cuenta algo muy personal, que pertenece a su relación y que dice mucho del horizonte de sentido en el que están acostumbrados a moverse y que tratan de difundir. "En esa crisis volvimos al Evangelio de nuestro matrimonio. Era ese pasaje en el que los apóstoles están desconsolados, están en el mar pero no consiguen pescar nada. En cierto momento llega Jesús y les dice que echen las redes al otro lado de la barca. Y allí la pesca es muy abundante, desproporcionada en relación con las acciones de los discípulos. Jesús entonces dice: 'Os haré pescadores de hombres'. Ese texto nos hizo interrogarnos profundamente, no entendíamos su significado, y mientras tanto nuestra crisis continuaba".
Unos meses después comprenderían el sentido de todo, gracias a un amigo fraile, cuenta Alessandra. "Le contamos nuestra crisis y él nos dijo: venid a dar testimonio al curso para novios. Nos quedamos desconcertados. ¿Cómo es posible que te cuente que estoy en crisis y tú me pidas que comparta mi experiencia con personas que han decidido casarse?". Sin embargo, aceptaron el reto.
"Esa noche ocurrió algo totalmente inesperado. Compartimos lo poco que éramos, lo que habíamos comprendido del matrimonio como posibilidad de infinita belleza y todo nuestro esfuerzo. Y allí sucedieron cosas absurdas, vimos una gran desproporción. Personas que decidieron comprometerse, alguien que dejó el convento, jóvenes que nos llenaron de preguntas". Las interacciones con los jóvenes continuaron por correo electrónico. "Pero llegó un momento en el que ya era muy difícil contestar a todos. Así surgió la idea de un blog, y de allí luego nació todo lo demás".
Hoy en día, su actividad en las redes sociales es su trabajo. Pero, ¿quién les paga? "En un momento dado de nuestra historia, Francesco decidió dejar su puesto en la universidad para dedicar más tiempo a esta actividad, que sentíamos como nuestra vocación", responden los dos. "Primero nos reinventamos como fotógrafos de bodas hasta que, en 2019, decidimos cambiar de nuevo de vida y vivir de la Providencia". Quien lo desee, puede donar en su página web el equivalente a un café, o más. "Tenemos una comunidad de personas que nos sigue y nos apoya", explica Francesco. "Sé que puede parecer extraño, pero si lo pensamos bien, es lo mismo que les ocurre a quienes trabajan como misioneros en otros ámbitos: siempre hay personas que hacen posible la misión".
Hay otro tema que resulta interesante para las familias que trabajan en las redes sociales: la exposición, o no, de los hijos. En las publicaciones de los últimos cuatro años, sus hijos nunca aparecen. "Son adolescentes y no quieren que sus fotos aparezcan en nuestro perfil. No utilizan Instagram ni otras redes sociales porque no quieren, pero sus amigos sí están en esas plataformas", explica Alessandra. Sin embargo, dado que '5pani 2pesci' es un proyecto que va mucho más allá de la vida online, Alessandra especifica que 'cualquier decisión, como a quién alojar en nuestra casa, se comparte con ellos. Es un equilibrio que hay que buscar cada vez, a veces lo conseguimos, a veces no. De vez en cuando nos sentimos como una familia agotada, pero siempre lo intentamos».
Al final de sus publicaciones y boletines informativos siempre hay una invitación a realizar alguna acción concreta. Ya sea sentarse y permanecer unos minutos en silencio, escribir a alguien o leer un libro. Y siempre hay una frase que se repite: para quienes se atreven a ponerse en juego, a ver las cosas desde otro punto de vista, a hacerse las preguntas adecuadas, "el riesgo es ser feliz".
Fuente: Religión en Libertad
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