jueves, 1 de junio de 2023

Santo Evangelio 1 de Junio 2023

 


Texto del Evangelio (Mc 10,46-52):

 En aquel tiempo, cuando Jesús salía de Jericó, acompañado de sus discípulos y de una gran muchedumbre, el hijo de Timeo (Bartimeo), un mendigo ciego, estaba sentado junto al camino. Al enterarse de que era Jesús de Nazaret, se puso a gritar: «¡Hijo de David, Jesús, ten compasión de mí!». Muchos le increpaban para que se callara. Pero él gritaba mucho más: «¡Hijo de David, ten compasión de mí!».

Jesús se detuvo y dijo: «Llamadle». Llaman al ciego, diciéndole: «¡Ánimo, levántate! Te llama». Y él, arrojando su manto, dio un brinco y vino donde Jesús. Jesús, dirigiéndose a él, le dijo: «¿Qué quieres que te haga?». El ciego le dijo: «Rabbuní, ¡que vea!». Jesús le dijo: «Vete, tu fe te ha salvado». Y al instante, recobró la vista y le seguía por el camino.



«¡Hijo de David, Jesús, ten compasión de mí!»


P. Ramón LOYOLA Paternina LC

(Barcelona, España)

Hoy, Cristo nos sale al encuentro. Todos somos Bartimeo: ese invidente a cuya vera pasó Jesús y saltó gritando hasta que éste le hiciese caso. Quizás tengamos un nombre un poco más agraciado... pero nuestra humana flaqueza (moral) es semejante a la ceguera que sufría nuestro protagonista. Tampoco nosotros logramos ver que Cristo vive en nuestros hermanos y, así, los tratamos como los tratamos. Quizás no alcanzamos a ver en las injusticias sociales, en las estructuras de pecado, una llamada hiriente a nuestros ojos para un compromiso social. Tal vez no vislumbramos que «hay más alegría en dar que en recibir», que «nadie tiene mayor amor que el que da su vida por sus amigos» (Jn 15,13). Vemos borroso lo que es nítido: que los espejismos del mundo conducen a la frustración, y que las paradojas del Evangelio, tras la dificultad, producen fruto, realización y vida. Somos verdaderamente débiles visuales, no por eufemismo sino en realidad: nuestra voluntad debilitada por el pecado ofusca la verdad en nuestra inteligencia y escogemos lo que no nos conviene.

Solución: gritarle, es decir, orar humildemente «Jesús, ten compasión de mí» (Mc 10,48). Y gritar más cuanto más te increpen, te desanimen o te desanimes: «Muchos le increpaban para que se callara. Pero él gritaba mucho más…» (Mc 10,48). Gritar que es también pedir: «Maestro, que vea» (cf. Mc 10,51). Solución: dar, como él, un brinco en la fe, creer más allá de nuestras certezas, fiarse de quien nos amó, nos creó, y vino a redimirnos y se quedó con nosotros, en la Eucaristía.

El Papa San Juan Pablo II nos lo decía con su vida: sus largas horas de meditación —tantas que su Secretario decía que oraba “demasiado”— nos dicen a las claras que «el que ora cambia la historia».

¿Qué es la Visitación? ¿Por qué María quiso acudir junto a su prima Isabel? ¿Qué es el Magnificat?

 


¿Qué es la Visitación? ¿Por qué María quiso acudir junto a su prima Isabel? ¿Qué es el Magnificat?

El 31 de mayo la Iglesia recuerda con gran solemnidad el momento en el que la Virgen visitó a su prima Isabel / Fotograma de la película "María de Nazaret"

El 31 de mayo la Iglesia celebra una de las grandes y más antiguas solemnidades marianas, la Visitación de María a su prima Isabel, con la que además se pone un gran broche de oro a mayo, el mes de la Virgen.

La fiesta aunque ya se celebraba desde los inicios del cristianismo, en Occidente fue introducida en el calendario romano en el siglo XIV, y cambió a su fecha actual, el 31 de mayo, tras la reforma del calendario después del Vaticano II.

La visitación deja una de las escenas más bellas de las Escrituras, el encuentro entre María e Isabel, pero también entre Jesús y Juan el Bautista, ambos todavía en el seno de sus madres. Además, aquí María pronuncia el Magnificat, una de las oraciones más importantes en la Iglesia y que se reza universalmente a diario en las Vísperas.

Índice sobre la Visitación de María a su prima Isabel

-¿Qué es la Visitación?

-¿Qué recorrido realizó la Virgen para visitar a su prima Isabel?

-¿Quién es Isabel, la pariente de la Virgen?

-¿Desde cuándo se celebra la fiesta de la Visitación de la Virgen?

-¿Qué es el Magnificat?

-¿Cómo recoge la Biblia la Visitación de María a su prima Isabel?

-¿Por qué la Visitación es tan importante?

***

¿Qué es la Visitación?

El primer capítulo del Evangelio de San Lucas recoge cómo el ángel anuncia a la Virgen María, en primer lugar, que iba a concebir a Jesús, y en segundo, que su prima Isabel estaba ya embarazada de seis meses, algo impensable para el matrimonio debido a su avanzada edad y a que era estéril.

Tras el anuncio, la Virgen María decidió inmediatamente partir a casa de su prima Isabel, que vivía en Judea, nada cerca de la región de Galilea. En este encuentro se unen las dos “anunciaciones", la de María y la de Isabel, momento en el cual su hijo, Juan el Bautista, saltó de alegría en su vientre.

La visitación deja una de las escenas más bellas de los Evangelios. Jesús, el Mesías, aún no había nacido, pero estaba ya presente en el vientre de su madre, y se encuentra con Juan, el precursor, el profeta también presente en el vientre de su madre Isabel, y que le preparará el camino, dando para ello su propia vida.

Isabel al encontrarse con su prima le dijo: “Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu seno”. Y añadió más adelante: “¡Feliz la que ha creído que se cumplirían las cosas que le fueron dichas de parte del Señor!”.

Tras estas palabras, María pronunció el que es uno de los cantos y oraciones más bellas que tiene la Iglesia, el Magnificat. Se trata de una alabanza dirigida a Dios por su elección, un reconocimiento de la providencia divina y el cumplimiento de las promesas hechas en el pasado. Por último, el evangelista asegura que la Virgen permaneció con Isabel tres meses antes de regresar a Nazaret.

¿Qué recorrido realizó la Virgen para visitar a su prima Isabel?

Isabel y su esposo Zacarías, padres de Juan el Bautista, vivían en Judea. Tras la Anunciación, el evangelista San Lucas afirma que “María se fue de prisa a un pueblo de la región montañosa de Judea”, que según la Tradición se situaría en Ein Karem, muy cerca de Jerusalén, y hoy parte ya de la ciudad.

No debió ser un viaje físicamente sencillo para María, que acudió a visitar a su pariente ya embarazada. En aquel momento, los judíos evitaban atravesar Samaria, pese a ser la ruta más directa para ir desde Nazaret a Jerusalén, pues los judíos no se trataban con los samaritanos. De este modo, lo más probable es que cruzara el Valle del Jordán y fuera subiendo hasta Jerusalén pasando cerca del Mar Muerto, salvando un importante desnivel en un viaje que superaría los 150 kilómetros.


Visitación, pintado por Rafael en 1517 / Museo Nacional del Prado.

¿Quién es Isabel, la pariente de la Virgen?

Isabel, a quien María fue a visitar tras la Anunciación, era según el Evangelio de Lucas descendiente de Aarón. Estaba casada con Zacarias, sacerdote del templo de Jerusalén, y ambos fueron padres de Juan el Bautista. Los dos son definidos en el Evangelio como “justos ante Dios”. Su nombre significa, “consagrada a Dios”, y lo que se sabe de ella en las Escrituras es que era de edad avanzada y que no podía tener hijos.

Quedó encinta antes que la Virgen, y dio a luz al que abrió camino a Jesús. En la Anunciación, el Arcángel Gabriel hablando con María la citó como “tu pariente”. Según la Tradición vivía junto a Jerusalén, en Ein Karem, lugar al que viajaría la Virgen María para visitar a su “pariente”.

¿Desde cuándo se celebra la fiesta de la Visitación de la Virgen?

La festividad de la Visitación de la Virgen tiene una importante tradición histórica en la Iglesia, que conmemora este momento que cita el Evangelio desde hace casi un milenio. Fue introducida en Occidente en 1263 por San Buenaventura, superior de la Orden Franciscana, aunque inicialmente lo hizo para la orden fundada por San Francisco de Asís.

Fue ya el Papa Urbano VI quien en 1389 instituyó esta fiesta para toda la Iglesia introduciéndola en el calendario romano para el 2 de julio. De hecho, en muchos pueblos en los que es la patrona todavía se celebra en este día de julio. También el Papa Bonifacio IX extendió esta devoción por todo el orbe, que ya se celebraba en Oriente.

Fue a partir del Concilio Vaticano II y la reforma del calendario cuando la Visitación fue traslada al 31 de mayo, su fecha presente. De este modo, el momento que conmemora la visita de María a Isabel se celebra entre la Anunciación (25 de marzo) y el nacimiento de Juan el Bautista (24 de junio), lo que cuadraría de manera más lógica con el relato del Evangelio.

Mientras tanto, en el siglo XVII San Francisco de Sales consideraba que la Visitación no se celebraba con la solemnidad de las otras fiestas de la Virgen, y fundó en 1610, junto a Santa Juana Francisca de Chantal, una nueva familia religiosa a la que bautizó con el nombre de “Visitación de Santa María”, porque “era un misterio oculto y..., encontraba en él mil peculiaridades que le daban una luz especial sobre el espíritu que deseaba establecer en su instituto”. En él quería que se celebrara la fiesta con todo esplendor en la liturgia y que cada visitandina se convirtiera en un “Magníficat” viviente.

¿Qué es el Magnificat?

Una de las partes más importantes del relato evangélico de la visitación es el Magnificat, el himno que recoge San Lucas y que pronunció la Virgen María dirigiéndose a Dios mientras estaba frente a su prima Isabel.

Magnificat, palabra en latín que significa “engrandece”, es el nombre de este cántico debido a que es la primera palabra de esta oración mariana: “Magnificat anima mea Dominum" (Engrandece mi alma al Señor). Es una de las más importantes oraciones de la Virgen, y de las más importantes para la Iglesia. De hecho, se reza todos los días en la oración de las Vísperas.


En el breviario, mientras que los cánticos que son tomados del Antiguo Testamento están junto a los salmos y se distribuyen de tal manera que se cantan una única vez a la semana, el Magnificat comparte junto con los otros dos cánticos evangélicos, el Benedictus y el Nunc Dimittis, el privilegio de ser recitado diariamente y en un lugar prominente. Esta oración se reza en vísperas, mientras que el Benedictus se lee en laudes y el Nunc Dimittis, en completas.

Esta es la oración del Magnificat que se recoge del Evangelio de San Lucas:

Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios mi Salvador, porque ha mirado la humillación de su esclava.

Desde ahora me felicitarán todas las generaciones porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí. Su nombre es Santo y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación.

 Él hace proezas con su brazo, dispersa a los soberbios de corazón. Derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes. A los hambrientos los colma de bienes y a los ricos despide vacíos.

Auxilia a Israel su siervo, acordándose de su santa alianza según lo había prometido a nuestros padres en favor de Abrahán y su descendencia por siempre.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo como era en principio ahora y siempre por los siglos de los siglos.

Amen.

¿Cómo recoge la Biblia la Visitación de María a su prima Isabel?

El de San Lucas es el único de los Evangelios que recoge el pasaje de la Visitación, en el que además se recoge una de las oraciones más bellas y utilizadas en la Iglesia. Esto dice la Escritura (Lucas 1, 39-56):

“Por aquellos días, María se encaminó presurosa a un pueblo de las montañas de Judea. Entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel. Y cuando Isabel oyó el saludo de María, el niño saltó en su seno. Entonces Isabel, llena del Espíritu Santo, exclamó a grandes voces: ‘¡Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre! Pero ¿cómo es posible que la madre de mi Señor venga a visitarme? Porque en cuanto oí tu saludo, el niño saltó de alegría en mi seno. ¡Dichosa tú que has creído! Porque lo que te ha dicho el Señor se cumplirá’. Entonces María dijo: ‘Mi alma glorifica al Señor y mi espíritu se llena de júbilo en Dios mi Salvador, porque ha mirado la humildad de su sierva. Desde ahora me llamarán dichosa todas las generaciones, porque ha hecho en mí cosas grandes el Poderoso. Su nombre es santo, y su misericordia es eterna con aquellos que le honran. Actuó con la fuerza de su brazo y dispersó a los de corazón soberbio. Derribó de sus tronos a los poderosos y engrandeció a los humildes. Colmó de bienes a los hambrientos y a los ricos despidió sin nada. Tomó de la mano a Israel, su siervo, acordándose de su misericordia, como lo había prometido a nuestros antepasados, en favor de Abrahán y de sus descendientes para siempre’. María estuvo con Isabel unos tres meses; después regresó a su casa”.

¿Por qué la Visitación es tan importante?

En 1996, durante una audiencia general, el Papa San Juan Pablo II profundizaba en la visitación, mostrando la importancia que hay tras esta fiesta.

“La dirección del viaje de la Virgen santísima es particularmente significativa: será de Galilea a Judea, como el camino misionero de Jesús. En efecto, con su visita a Isabel, María realiza el preludio de la misión de Jesús y, colaborando ya desde el comienzo de su maternidad en la obra redentora del Hijo, se transforma en el modelo de quienes en la Iglesia se ponen en camino para llevar la luz y la alegría de Cristo a los hombres de todos los lugares y de todos los tiempos”, explicaba el Papa.

De este modo, añadía que “el encuentro con Isabel presenta rasgos de un gozoso acontecimiento salvífico, que supera el sentimiento espontáneo de la simpatía familiar. Mientras la turbación por la incredulidad parece reflejarse en el mutismo de Zacarías, María irrumpe con la alegría de su fe pronta y disponible: ‘Entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel’. San Lucas refiere que ‘cuando oyó Isabel el saludo de María, saltó de gozo el niño en su seno’ (Lc 1, 41). El saludo de María suscita en el hijo de Isabel un salto de gozo: la entrada de Jesús en la casa de Isabel, gracias a su Madre, transmite al profeta que nacerá la alegría que el Antiguo Testamento anuncia como signo de la presencia del Mesías”.

Continuaba así: “En virtud de una iluminación superior, comprende la grandeza de María que, más que Yael y Judit, quienes la prefiguraron en el Antiguo Testamento, es bendita entre las mujeres por el fruto de su seno, Jesús, el Mesías. 

Y San Juan Pablo II concluía de esta manera su catequesis: “Isabel, con su exclamación llena de admiración, nos invita a apreciar todo lo que la presencia de la Virgen trae como don a la vida de cada creyente. En la Visitación, la Virgen lleva a la madre del Bautista el Cristo, que derrama el Espíritu Santo. Las mismas palabras de Isabel expresan bien este papel de mediadora: ‘Porque, apenas llegó a mis oídos la voz de tu saludo saltó de gozo el niño en mi seno’. La intervención de María produce, junto con el don del Espíritu Santo, como un preludio de Pentecostés, confirmando una cooperación que, habiendo empezado con la Encarnación, está destinada a manifestarse en toda la obra de la salvación divina”.

Fuente: Religión en Libertad

miércoles, 31 de mayo de 2023

Santo Evangelio 31 de Mayo 2023

 


Texto del Evangelio (Lc 1,39-56):

 En aquellos días, se levantó María y se fue con prontitud a la región montañosa, a una ciudad de Judá; entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel. Y sucedió que, en cuanto oyó Isabel el saludo de María, saltó de gozo el niño en su seno, e Isabel quedó llena del Espíritu Santo; y exclamando con gran voz, dijo: «Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu seno; y ¿de dónde a mí que la madre de mi Señor venga a mí? Porque, apenas llegó a mis oídos la voz de tu saludo, saltó de gozo el niño en mi seno. ¡Feliz la que ha creído que se cumplirían las cosas que le fueron dichas de parte del Señor!».

Y dijo María: «Engrandece mi alma al Señor y mi espíritu se alegra en Dios mi salvador porque ha puesto los ojos en la humildad de su esclava, por eso desde ahora todas las generaciones me llamarán bienaventurada, porque ha hecho en mi favor maravillas el Poderoso, Santo es su nombre y su misericordia alcanza de generación en generación a los que le temen. Desplegó la fuerza de su brazo, dispersó a los que son soberbios en su propio corazón. Derribó a los potentados de sus tronos y exaltó a los humildes. A los hambrientos colmó de bienes y despidió a los ricos sin nada. Acogió a Israel, su siervo, acordándose de la misericordia -como había anunciado a nuestros padres- en favor de Abraham y de su linaje por los siglos». María permaneció con ella unos tres meses, y se volvió a su casa.



«Saltó de gozo el niño en mi seno»


Mons. F. Xavier CIURANETA i Aymí Obispo Emérito de Lleida

(Lleida, España)

Hoy contemplamos el hecho de la Visitación de la Virgen María a su prima Isabel. Tan pronto como le ha sido comunicado que ha sido escogida por Dios Padre para ser la Madre del Hijo de Dios y que su prima Isabel ha recibido también el don de la maternidad, marcha decididamente hacia la montaña para felicitar a su prima, para compartir con ella el gozo de haber sido agraciadas con el don de la maternidad y para servirla.

El saludo de la Madre de Dios provoca que el niño, que Isabel lleva en su seno, salte de entusiasmo dentro de las entrañas de su madre. La Madre de Dios, que lleva a Jesús en su seno, es causa de alegría. La maternidad es un don de Dios que genera alegría. Las familias se alegran cuando hay un anuncio de una nueva vida. El nacimiento de Cristo produce ciertamente «una gran alegría» (Lc 2,10).

A pesar de todo, hoy día, la maternidad no es valorada debidamente. Frecuentemente se le anteponen otros intereses superficiales, que son manifestación de comodidad y de egoísmo. Las posibles renuncias que comporta el amor paternal y maternal, asustan a muchos matrimonios que, quizá por los medios que han recibido de Dios, debieran ser más generosos y decir “sí” más responsablemente a nuevas vidas. Muchas familias dejan de ser “santuarios de la vida”. El Papa San Juan Pablo II constata que la anticoncepción y el aborto «tienen sus raíces en una mentalidad hedonista e irresponsable respecto a la sexualidad y presuponen un concepto egoísta de la libertad, que ve en la procreación un obstáculo al desarrollo de la propia personalidad».

Isabel, durante cinco meses, no salía de casa, y pensaba: «Esto es lo que ha hecho por mí el Señor» (Lc 1,25). Y María decía: «Engrandece mi alma al Señor (...) porque ha puesto los ojos en la humildad de su esclava» (Lc 1,46.48). La Virgen María e Isabel valoran y agradecen la obra de Dios en ellas: ¡la maternidad! Es necesario que los católicos reencuentren el significado de la vida como un don sagrado de Dios a los seres humanos

«Hablemos del demonio»: Munilla señala 4 grandes mitos y cómo usar «la coraza frente al maligno»

 


«Hablemos del demonio»: Munilla señala 4 grandes mitos y cómo usar «la coraza frente al maligno»

Un soldado con armadura. 

La palabra de Dios, la oración, vivir en gracia, el frecuente uso de sacramentales o la fidelidad a la Iglesia son algunos "imprescindibles" de la coraza frente al maligno propuesta por José Ignacio Munilla.

En una de sus últimas conferencias pronunciada el pasado 26 de mayo, el obispo de la diócesis de Orihuela-Alicante José Ignacio Munilla, ha advertido de los cuatro grandes mitos y errores sobre el demonio en el Occidente secularizado, así como un "manual" para que "los que buscan la santidad" puedan prever la acción diabólica y cómo enfrentarla. Extraemos algunos de ellos:

1º El demonio no es real, solo una representación

Citando la conocida sentencia del poeta romántico Charles Baudelaire, "El mayor truco del diablo es hacernos creer que no existe", Munilla destacó que la visión que se transmite hoy sobre el demonio es representarlo como una "personificación mítica del mal" que no existiría como un ser real. "La fe católica afirma con claridad que existen los ángeles", afirmó Munilla empleando el Credo o el Catecismo. "También los demonios, que no son sino ángeles caídos que han utilizado mal la libertad con que Dios les había creado. Si creemos que no existe, así tiene las manos libre para actuar sin encontrar en nosotros defensa o estrategia defensiva", agregó.

2º El demonio es un dios malvado

Munilla se sorprendía de cómo "en nuestros días conviven dos errores opuestos al mismo tiempo", el de negar la existencia del demonio y el de "exagerar su importancia y suponer que tiene un rango de divinidad, como si fuese un dios malo".

Sin embargo, añade el obispo, "con mucha frecuencia el rechazo de la fe no solo deriva en el ateísmo materialista, sino que acaba refugiándose en los brujos, supersticiones, en el satanismo… El demonio ha abandonado a Dios para entregarse al ocultismo, la brujería y la idolatría", llegando al "absurdo" de creer que es "una entidad o un dios contrario al único Dios verdadero".

3º Jesús hablaba del demonio solo "para su tiempo"

El obispo también se refirió a un tercer error consistente en que cuando Jesús hablaba sobre el demonio "estaba condicionado por el tiempo que vivió". Algo que "no es aceptable", porque "Jesús es el revelador del Padre y pensó, habló y actuó siempre con libertad respecto a los condicionamientos de su tiempo. Habló claramente de la existencia del malino y la llegada del reino de Dios se muestra en que Jesús curó a los enfermos, expulsó a Satanás y realizó los exorcismos mostrando su autoridad sobre el demonio".

4º "No es un tema del que convenga hablar hoy"

En último lugar, Munilla cuestionó a quienes aún creyendo en el demonio, afirman que "no conviene hablar de este tema" argumentando que de esta forma, la Iglesia "hace el ridículo", no se entiende "que el mundo no está dispuesto a hablar de ello o que la cultura contemporánea no es receptiva" con este mensaje.

Recordando que debe ser en un tono "prudente y sobrio, no morboso", Munilla recordó que este planteamiento "no es de recibo", pues tanto "en la Biblia como en la Tradición, Satanás no es una pieza secundaria que pueda ser eliminada", sino "un elemento clave del misterio del mal".

"Seguir a Jesucristo implica renunciar a Satanás como se hace en el bautismo. Es necesario hablar del demonio en nuestro tiempo porque si no, no viviríamos en verdad. Un tratado espiritual que eliminase el combate contra Satanás sería como un manual militar que evitara hablar de la aviación enemiga. Tenemos que hablar en verdad, como el Evangelio, sin dejarnos acomplejar por el tiempo que vivimos", agregó.



Fotograma del film 

Munilla advierte de cómo al rechazar a Dios, el satanismo se oculta en otras formas de "espiritualidad" como la Nueva Era, el satanismo o la brujería. (Fotograma de la cina La Santa Muerte).

Prevenirse del demonio sin exagerarlo ni despreciarlo

Pero, ¿cómo hablar del demonio en nuestros días si no se reconoce su obrar? De hecho, Munilla no solo expresó que no se conozca, sino que en muchos casos "obsesionarse" o hablar de excesivamente de los ataques preternaturales del demonio -infestación, obsesión y posesión- "distrae" de cómo el demonio actúa en el día a día. En este sentido, Munilla no solo previno de "obsesionarse" con estos hechos extraordinarios, sino también de "despreciar los casos que puedan existir".

En su opinión y habiendo estado presente en varios exorcismos, Munilla sabe que "el demonio no es tonto" y no va a atacar "a cara descubierta" con exageradas posesiones en el occidente secularizado, pues "podría tener un efecto contrario, de acercar a la gente a la fe". ¿Cómo actúa entonces el demonio? Según Munilla, hay tres rasgos inconfundibles que le delatan:

1º Una inusual intensidad

"Cuando el hombre llega a hacer ciertas barbaridades con una increíble maldad, uno puede intuir que el malino se ha cebado allí donde el mal es inexplicable".

2º Por los objetivos estratégicos

Munilla también destaca que el influjo demoníaco es reconocible por "acciones muy inteligentes" o por los "objetivos estratégicos". "Por ejemplo, cuando se arranca la fe en Dios conduciendo a la desesperanza, ahí hay un ataque estratégico. O cuando se trastoca la vocación sobrenatural de la Iglesia reduciéndola a una ONG, como un servicio social más que no habla de la salvación o la condenación. O cuando se diluye la religiosidad por una vaga espiritualidad, como acontece hoy con la Nueva Era", ejemplifica.

3º Cuando hay una desproporción en el mal

Para el obispo, otro de los signos esclarecedores de la presencia del mal en el día a día es cuando se da una "desproporción entre la intencionalidad de una acción y sus efectos devastadores". Como ejemplo cita los "cotilleos" que se realizan sin aparente maldad, pero con efectos "devastadores" como pueden ser la destrucción de familias, la división de diócesis o la ruptura de amistades. "Hay tan desproporción entre el haber sido indiscreto cotilleando y su efecto que uno intuye que ahí está el maligno", añadió.



Las siete armas frente al maligno

Precisamente por este último aspecto es por lo que el obispo de Orihuela-Alicante llama a los fieles a "estar prevenidos" para darse cuenta de los ataques y poder "enfrentarlos" con los siete rasgos de la "armadura frente al maligno".

1º "La palabra de Dios, es como una espada que corta sin vacilaciones los lazos del enemigo".

2º "La oración, totalmente necesaria para hacer frente a ese influjo del demonio".

3º "La coraza de la justicia, vivir en la gracia de Dios: cuando vencemos al pecado, vencemos al demonio".

4º "El escudo de la fe: el demonio no tiene por dónde asir al cristiano si este se apoya en la fe"

5º "La fidelidad a la doctrina y a la disciplina de la Iglesia, que ha recibido la promesa de que no será vencida por el maligno. Si soy fiel a la Iglesia, tengo la garantía de que no seré engañado: el que obedece no se equivoca".

6º Apreciar el valor de los sacramentos y especialmente de los sacramentales, la cruz y el agua bendita.

7º Superar el temor al demonio: "Cristo venció al demonio y lo sujetó, es una fuera encadenada que no puede dañar al cristiano si no nos entregamos a él por el pecado. El poder de los demonios está sujeto a la providencia del Señor,  que es capaz de usarlos como pruebas purificadoras en nuestra vida".

Fuente: Religión en Libertad

martes, 30 de mayo de 2023

Santo Evangelio 30 de Mayo 2023





 Texto del Evangelio (Mc 10,28-31):

 En aquel tiempo, Pedro se puso a decir a Jesús: «Ya lo ves, nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido». Jesús dijo: «Yo os aseguro: nadie que haya dejado casa, hermanos, hermanas, madre, padre, hijos o hacienda por mí y por el Evangelio, quedará sin recibir el ciento por uno: ahora en el presente, casas, hermanos, hermanas, madres, hijos y hacienda, con persecuciones; y en el mundo venidero, vida eterna. Pero muchos primeros serán últimos y los últimos, primeros».



«Nadie que haya dejado casa (...) por mí y por el Evangelio, quedará sin recibir el ciento por uno (...) y en el mundo venidero, vida eterna»


Rev. D. Jordi SOTORRA i Garriga

(Sabadell, Barcelona, España)

Hoy, como aquel amo que iba cada mañana a la plaza a buscar trabajadores para su viña, el Señor busca discípulos, seguidores, amigos. Su llamada es universal. ¡Es una oferta fascinante! El Señor nos da confianza. Pero pone una condición para ser discípulos, condición que nos puede desanimar: hay que dejar «casa, hermanos, hermanas, madre, padre, hijos o hacienda por mí y por el Evangelio» (Mc 10,29).

¿No hay contrapartida? ¿No habrá recompensa? ¿Esto aportará algún beneficio? Pedro, en nombre de los Apóstoles, recuerda al Maestro: «Nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido» (Mc 10,28), como queriendo decir: ¿qué sacaremos de todo eso?

La promesa del Señor es generosa: «El ciento por uno: ahora en el presente (...) y en el mundo venidero, vida eterna» (Mc 10,30). Él no se deja ganar en generosidad. Pero añade: «Con persecuciones». Jesús es realista y no quiere engañar. Ser discípulo suyo, si lo somos de verdad, nos traerá dificultades, problemas. Pero Jesús considera las persecuciones y las dificultades como un premio, ya que nos ayudan a crecer, si las sabemos aceptar y vivir como una ocasión de ganar en madurez y en responsabilidad. Todo aquello que es motivo de sacrificio nos asemeja a Jesucristo que nos salva por su muerte en Cruz.

Siempre estamos a tiempo para revisar nuestra vida y acercarnos más a Jesucristo. Estos tiempos y todo tiempo nos permiten —por medio de la oración y de los sacramentos— averiguar si entre los discípulos que Él busca estamos nosotros, y veremos también cuál ha de ser nuestra respuesta a esta llamada. Al lado de respuestas radicales (como la de los Apóstoles) hay otras. Para muchos, dejar “casa, hermanos, hermanas, madre, padre...” significará dejar todo aquello que nos impida vivir en profundidad la amistad con Jesucristo y, como consecuencia, serle sus testigos ante el mundo. Y esto es urgente, ¿no te parece?


«El Papa está muy contento» con Medjugorje e invita ir, asegura el visitador apostólico Aldo Cavalli

 


«El Papa está muy contento» con Medjugorje e invita ir, asegura el visitador apostólico Aldo Cavalli

El Papa Francisco y el arzobispo Aldo Cavalli. 

Aldo Cavalli, visitador apostólico en Medjugorje, detalla las impresiones del Papa Francisco sobre la parroquia de lo que define como "un lugar lleno de gracia".

Durante el fin de semana del 12 al 14 de abril, Aldo Cavalli, visitador apostólico especial del Papa Francisco para la parroquia de Medjugorje, viajó a Madrid y Barcelona en un encuentro coordinado por la Fundación Centro Medjugorje para España e Iberoamérica. Durante la primera jornada, el también exnuncio en Angola, Chile, Colombia, Malta y Países Bajos fue recibido por el cardenal Omella y visitó dos centros vinculados a Medjugorje, la Casa Guadalupe para madres y la Villa La Gospa.

Entrevistado por Cari Filii, Cavalli incidió en que el Papa Francisco "está muy contento" con la vivencia de fe de los fieles en Medjugorje y que en varias ocasiones "ha dejado muy clara" a los peregrinos su invitación a rezar con insistencia "acompañados de personas competentes y espiritualmente válidos".

El objetivo de la pastoral encomendada por Francisco a Cavalli es dar continuidad a esta intención, para lo que el enviado ya ha preparado a más de 100 guías que permitan a los peregrinos "encontrar un lugar espiritual que sirve a la fe y a la comunión con Jesús y la  Virgen María".

Si bien aún no hay un reconocimiento oficial por parte del Vaticano sobre las apariciones de Medjugorje, Cavalli observa que en su cometido pastoral los resultados son patentes, como muestra el millón de peregrinos que acudieron a la localidad bosnia en 2022 con la gracia, la oración y la conversión como su "única sola finalidad".

Un millón de peregrinos en 2022

"Aquí no tenemos nada para ver o visitar, solo un lugar de gracia y oración y la gente viene aquí para rezar y encontrar la esperanza y la vitalidad y volver a sus casas llenos de esta fe", explica.

De cara al reconocimiento, subraya que las autoridades religiosas deben "decir lo que es de fe y lo que no lo es", pero también que pesa considerablemente en sentido favorable la asistencia los peregrinos.

Así, explica que Medjugorje y otros lugares donde se da "una oración profunda" son atrayentes para los fieles, que "comprenden bien" las bases de la fe cristiana cuando se da esta condición. Aparte de los signos naturales o sobrenaturales, la presencia "del pueblo de Dios" en Medjugore puede ser un indicativo de la "santidad del lugar", pues quienes acuden lo hacen convencidos de que "el Señor está" entre ellos y de que "quieren ser santos con él".

Con todo, Cavalli cree que lo pastoral no es la única fortaleza de Medjugorje y espera con optimismo que cuando finalicen los estudios, la comisión pontificia vaticana pronunciará un veredicto "fecundo sobre  esta realidad".



El arzobispo y visitador apostólico Aldo Cavalli, durante una de sus homilías pronunciadas en su visita a España entre este 12 y el 14 de mayo. 

Miles de jóvenes y sacerdotes de "ejercicios espirituales"

Los jóenes son otro punto fuerte de Medjugorje y decenas de miles acuden cada año a la convocatoria del festival de verano, que este año tendrá lugar entre el 26 y el 30 de julio. Al de 2022 acudieron entre 30 y 40.000 jóvenes y Cavalli observó en todos ellos una involucración  comparable a "unos auténticos ejercicios espirituales".

"Participaron de una manera increíble y profunda en la oración, en la meditación, en la escucha de los testimonios y las catequesis, en el canto, iban a la colina rezando con atención y fe y una profunda consideración de lo que hacían", recuerda.

Tanto el festival de jóvenes como el notable incremento de peregrinos y especialmente sacerdotes -cerca de 30.000 peregrinaron en 2022- son un aliciente en el carisma evangelizador y misionero de Medjugorje según Cavalli.

En este sentido, resume su objetivo en "revitalizar la tarea, misión y vocación" cristianas "para que los peregrinos vuelvan a casa como auténticos misioneros" y destaca el papel que tiene Medjugorje en la conversión y el cambio de vida de los peregrinos, que replican y difunden cuando regresan a sus hogares.

"La gente que viene a Medjugorje encuentra un lugar de gracia. La gente reza con felicidad y libertad, quieren convertirse, cambiar su vida y confiesan no solo sus pecados, sino también su deseo de cambiar de vida y tener una mejor vivencia cristiana", explica.


Vocaciones, conversiones y sanaciones: "Un lugar que impacta"

Asegura que "son increíbles" los frutos de los peregrinos que, al terminar su estancia en Medjugorje, "regresan de manera muy viva a sus hogares. Encuentran la paz, la voluntad y la esperanza de vivir mejor y vuelven a su casa con esta voluntad y esta esperanza. Al terminar estos retiros, cientos han dicho que quieren ir al seminario o a un monasterio y muchos se casan o terminan queriendo vivir mejor su vida de casados. Son frutos vivos y muy positivos", agrega.

Pero no son los únicos. Cavalli reconoce que también son numerosos los "signos místicos" inexplicables, gente enferma que sana en Medjugorje o que regresa con la esperanza de estar mejor: "Esto es Medjugorje, un lugar de paz y de gracia de forma simple, libre y abierta".

Destaca especialmente los abundantes testimonios de conversión que tienen su origen en el santuario.

"Son muchos, porque es un lugar de gracia y el Señor lo quiere así. No tenemos nada que se pueda ver, solo tenemos la gracia. Cuando una persona viene entra en un lugar que le impacta interiormente y se convierte, quiere cambiar de vida, vivir bien o seguir de mejor forma su misión e invita a otras personas que ven lo mismo. La primera vez que vine es lo que encontré, [un lugar] donde rezar con gusto y estar en la iglesia durante horas con gusto", concluye.

Artículo publicado originalmente en Cari Filii News. 

lunes, 29 de mayo de 2023

Santo Evangelio 29 de Mayo 2023

 


Texto del Evangelio (Jn 19,25-34):

 Junto a la cruz de Jesús, estaba su madre y la hermana de su madre, María, mujer de Cleofás, y María Magdalena. Al ver a la madre y cerca de ella al discípulo a quien él amaba, Jesús le dijo: «Mujer, aquí tienes a tu hijo». Luego dijo al discípulo: «Aquí tienes a tu madre». Y desde aquel momento, el discípulo la recibió en su casa.

Después de esto, sabiendo Jesús que ya todo estaba cumplido, para que se cumpliera la Escritura, dice: «Tengo sed.» Había allí una vasija llena de vinagre. Sujetaron a una rama de hisopo una esponja empapada en vinagre y se la acercaron a la boca. Cuando tomó Jesús el vinagre, dijo: «Todo está cumplido.» E inclinando la cabeza entregó el espíritu.

Los judíos, como era el día de la Preparación, para que no quedasen los cuerpos en la cruz el sábado - porque aquel sábado era muy solemne - rogaron a Pilato que les quebraran las piernas y los retiraran. Fueron, pues, los soldados y quebraron las piernas del primero y del otro crucificado con él. Pero al llegar a Jesús, como lo vieron ya muerto, no le quebraron las piernas, sino que uno de los soldados le atravesó el costado con una lanza y al instante salió sangre y agua.



«Aquí tienes a tu madre»


Fr. Alexis MANIRAGABA

(Ruhengeri, Ruanda)

Hoy hacemos memoria de María, Madre de la Iglesia. En este sentido, contemplamos la maternidad espiritual de María en conexión con la Iglesia que es —en sí misma— Madre del Pueblo de Dios, pues «nadie puede tener a Dios por Padre si no tiene a la Iglesia por Madre» (San Cipriano). María es Madre del Hijo de Dios y a la vez Madre de aquellos que aman a su Hijo y los “bien-amados” de su Hijo, en conformidad con aquel «Mujer, aquí tienes a tu hijo; discípulo: Aquí tienes a tu madre» (Jn 19,26-27), tal como dijo Jesús. Entregando su cuerpo a los hombres y devolviendo su espíritu a su Padre, Jesucristo incluso dio su Madre a sus amigos.

Y el amor más grande es aquel con el que Jesús ama a la Iglesia (cf. Ef 5,25), a la que pertenecen sus amigos. Por lo tanto, los hijos adoptados por Dios no pueden tener a Jesús por hermano si no tienen a María como Madre porque, mientras María ama a su Hijo, ama a la Iglesia de la cual Ella es miembro eminente. Lo que no significa que María sea superior a la Iglesia, sino que Ella es «madre de los miembros de Cristo» (San Agustín).

El Concilio Vaticano II añade que María es «verdaderamente madre de los miembros de Cristo por haber cooperado con su amor a que naciesen en la Iglesia los fieles, que son miembros de aquella Cabeza (Jesús)». Además, permaneciendo en medio de los Apóstoles en el Cenáculo (cf. Hch 1,14), María —Madre de la Iglesia— nos recuerda la presencia, el don y la acción del Espíritu Santo en la Iglesia misionera. Al implorar al Espíritu Santo en el corazón de la Iglesia, María ora con la Iglesia y ora por la Iglesia, porque «asunta ya en la gloria del cielo, acompaña y protege a la Iglesia con su amor maternal» (Prefacio de la misa “María, Madre de la Iglesia”).

María cuida a sus hijos. Podemos, pues, confiarle toda la vida de la Iglesia, como hizo el papa san Pablo VI: «¡Oh, Virgen María, augusta Madre de la Iglesia, te encomendamos toda la Iglesia y el concilio ecuménico!».