jueves, 25 de abril de 2024

Santo Evangelio 25 de Abril 2024



 Texto del Evangelio (Mc 16,15-20):

 En aquel tiempo, Jesús se apareció a los once y les dijo: «Id por todo el mundo y proclamad la Buena Nueva a toda la creación. El que crea y sea bautizado, se salvará; el que no crea, se condenará. Estas son las señales que acompañarán a los que crean: en mi nombre expulsarán demonios, hablarán en lenguas nuevas, agarrarán serpientes en sus manos y aunque beban veneno no les hará daño; impondrán las manos sobre los enfermos y se pondrán bien».

Con esto, el Señor Jesús, después de hablarles, fue elevado al cielo y se sentó a la diestra de Dios. Ellos salieron a predicar por todas partes, colaborando el Señor con ellos y confirmando la Palabra con las señales que la acompañaban.



«Id por todo el mundo y proclamad la Buena Nueva a toda la creación»


Mons. Agustí CORTÉS i Soriano Obispo de Sant Feliu de Llobregat

(Barcelona, España)

Hoy habría mucho que hablar sobre la cuestión de por qué no resuena con fuerza y convicción la palabra del Evangelio, por qué guardamos los cristianos un silencio sospechoso acerca de lo que creemos, a pesar de la llamada a la “nueva evangelización”. Cada uno hará su propio análisis y apuntará su particular interpretación.

Pero en la fiesta de san Marcos, escuchando el Evangelio y mirando al evangelizador, no podemos sino proclamar con seguridad y agradecimiento dónde está la fuente y en qué consiste la fuerza de nuestra palabra.

El evangelizador no habla porque así se lo recomienda un estudio sociológico del momento, ni porque se lo dicte la “prudencia” política, ni porque “le nace decir lo que piensa”. Sin más, se le ha impuesto una presencia y un mandato, desde fuera, sin coacción, pero con la autoridad de quien es digno de todo crédito: «Ve al mundo entero y proclama el Evangelio a toda la creación» (cf. Mc 16,15). Es decir, que evangelizamos por obediencia, bien que gozosa y confiadamente.

Nuestra palabra, por otra parte, no se presenta como una más en el mercado de las ideas o de las opiniones, sino que tiene todo el peso de los mensajes fuertes y definitivos. De su aceptación o rechazo dependen la vida o la muerte; y su verdad, su capacidad de convicción, viene por la vía testimonial, es decir, aparece acreditada por signos de poder en favor de los necesitados. Por eso es, propiamente, una “proclamación”, una declaración pública, feliz, entusiasmada, de un hecho decisivo y salvador.

¿Por qué, pues, nuestro silencio? ¿Miedo, timidez? Decía san Justino que «aquellos ignorantes e incapaces de elocuencia, persuadieron por la virtud a todo el género humano». El signo o milagro de la virtud es nuestra elocuencia. Dejemos al menos que el Señor en medio de nosotros y con nosotros realice su obra: estaba «colaborando el Señor con ellos y confirmando la Palabra con las señales que la acompañaban» (Mc 16,20)

Santo Evangelio 25 de Abril 2024

   



Texto del Evangelio (Jn 12,44-50):

 En aquel tiempo, Jesús gritó y dijo: «El que cree en mí, no cree en mí, sino en aquel que me ha enviado; y el que me ve a mí, ve a aquel que me ha enviado. Yo, la luz, he venido al mundo para que todo el que crea en mí no siga en las tinieblas. Si alguno oye mis palabras y no las guarda, yo no le juzgo, porque no he venido para juzgar al mundo, sino para salvar al mundo. El que me rechaza y no recibe mis palabras, ya tiene quien le juzgue: la Palabra que yo he hablado, ésa le juzgará el último día; porque yo no he hablado por mi cuenta, sino que el Padre que me ha enviado me ha mandado lo que tengo que decir y hablar, y yo sé que su mandato es vida eterna. Por eso, lo que yo hablo lo hablo como el Padre me lo ha dicho a mí».



«El que cree en mí, no cree en mí, sino en aquel que me ha enviado»


P. Julio César RAMOS González SDB

(Mendoza, Argentina)

Hoy, Jesús grita; grita como quien dice palabras que deben ser escuchadas claramente por todos. Su grito sintetiza su misión salvadora, pues ha venido para «salvar al mundo» (Jn 12,47), pero no por sí mismo sino en nombre del «Padre que me ha enviado y me ha mandado lo que tengo que decir y hablar» (Jn 12,49).

Todavía no hace un mes que celebrábamos el Triduo Pascual: ¡cuán presente estuvo el Padre en la hora extrema, la hora de la Cruz! Como ha escrito san Juan Pablo II, «Jesús, abrumado por la previsión de la prueba que le espera, solo ante Dios, lo invoca con su habitual y tierna expresión de confianza: ‘Abbá, Padre’». En las siguientes horas, se hace patente el estrecho diálogo del Hijo con el Padre: «Padre, perdónales porque no saben lo que hacen» (Lc 23,34); «Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu» (Lc 23,46).

La importancia de esta obra del Padre y de su enviado, se merece la respuesta personal de quien escucha. Esta respuesta es el creer, es decir, la fe (cf. Jn 12,44); fe que nos da —por el mismo Jesús— la luz para no seguir en tinieblas. Por el contrario, el que rechaza todos estos dones y manifestaciones, y no guarda esas palabras «ya tiene quien le juzgue: la Palabra» (Jn 12,48).

Aceptar a Jesús, entonces, es creer, ver, escuchar al Padre, significa no estar en tinieblas, obedecer el mandato de vida eterna. Bien nos viene la amonestación de san Juan de la Cruz: «[El Padre] todo nos lo habló junto y de una vez por esta sola Palabra (...). Por lo cual, el que ahora quisiese preguntar a Dios, o querer alguna visión o revelación, no sólo sería una necedad, sino que haría agravio a Dios, no poniendo los ojos totalmente en Cristo, evitando querer otra alguna cosa o novedad».


Con 11 y 12 años ven ya pornografía… en su propio smartphone: «El porno no se busca, se encuentra»

  


Con 11 y 12 años ven ya pornografía… en su propio smartphone: «El porno no se busca, se encuentra»

Adolescente viendo su teléfono móvil

El consumo de pornografía está, según las estadísticas, extendido entre la mayoría de los adolescentes.

¿Hay relación entre el preocupante consumo de pornografía online entre adolescentes y la edad a la que empiezan a tener un smartphone? La realidad deja al menos un dato concluyente: la edad media con la que inician a ver contenido pornográfico también coincide con la del primer teléfono inteligente. Antes se situaba a los 12 años, pero el arco es más amplio ahora y está entre los 8 y los 13 años.

Este es un problema de primera magnitud en estos momentos. En un programa de entretenimiento de La Sexta, Beatriz Martín Padura, directora de FAD Juvenil, la antigua Fundación de Ayuda contra la Drogadicción, hablaba del problema de manera conjunta: la pornografía entre los menores y la adicción a las pantallas.

En dicha entrevista afirmaba que "el 75% de los adolescentes consume pornografía” por lo que ante datos como este países como Italia se están planteando prohibir los smartphones hasta una edad concreta.

El Plan Nacional sobre Drogas habla de adicción a las pantallas, algo muy grave, pero menos frecuente que el “uso compulsivo”, que sería el paso previo. Algunas de las señales de aviso serían “no poder dejar de ver internet o las redes” sabiendo que tienen que hacerlo, o responder de manera irascible al quitar a los menores el teléfono.

La propia FAD Juventud se vio obligada a incluso a sacar una campaña cuyo lema es “Educa a tus hijos antes de que el porno lo haga por ti”, con la que trataron de alertar a los padres sobre las consecuencias del consumo de pornografía en niños y adolescentes. 

Catherine L´Ecuyer, especialista en temas de educación y muy crítica con el uso de pantallas, incidía en la relación entre la pornografía y los móviles asegurando que el 62% de las niñas y el 93% de los niños han consumido pornografía en línea antes de los 18 años y la primera visualización ocurre a los 12 años, “coincidiendo con la edad de introducción de los smartphones”.

“Sería bueno dejar de plantear las soluciones en términos de sistemas de vigilancia y de control como los filtros – que los niños se los saltan con facilidad- y preguntarnos si es lógico o razonable que un niño tenga un smartphone con 7, 12 o 13 años”, añadía L´Ecuyer.



Alejandro Villena, psicólogo experto en sexología, alerta del consumo cada vez más generalizado y temprano de la pornografía y sus efectos destructivos para la persona, tanto hacia sí misma como hacia los demás.

Los datos sobre la pornografía son desoladores. Así lo refleja la asociación Dale una Vuelta, formada por especialistas de ayuda contra esta adicción:

-11 años es la edad media para iniciar el consumo de pornografía.

-93% de los hombres vieron pornografía durante la adolescencia.

-62% de las mujeres vieron pornografía durante la adolescencia.

-1 de cada 10 menores europeos hace sexting (envío de fotos de contenido erótico o sexual por el móvil).

-90% de los niños entre 8 y 16 años han visitado una web porno.

-La pornografía en internet tiene más visitas que Twitter, Amazon y Netflix juntos.

-El 20% de la pornografía online es pornografía infantil.

-97.000 millones de dólares genera cada año la pornografía.

Además, un estudio de Save the Children afirmaba que casi siete de cada diez adolescentes españoles de 13 a 17 años consume pornografía de forma frecuente. Lo hacen fundamentalmente en la intimidad, desde el móvil, y visualizan contenidos gratuitos en los que el 88% de las escenas son escenas agresivas o violentas. El 94% de esa violencia está dirigida hacia la mujer y el 95% de ellas da a entender que a ellas les gusta ser tratadas así.



Nacho Calderón, neuropsicólogo y director del INPA (Instituto de Neuropsicología y Psicopedagogía Aplicadas) muestra las causas y efectos de la adicción a la pornografía y sus posibles vínculos con la violencia.

Siguiendo con esta cascada de datos terribles, destaca que el 68,2 % de adolescentes había visto pornografía en los últimos 30 días, llegando a consumir ellos el doble que ellas (81,6 % y 40,4 % respectivamente). Los chicos confirmaban que buscan este tipo de material casi a diario. Las respuestas de las chicas expresaban variaciones entre el consumo semanal o mensual.

El 53,8 % de las personas encuestadas había accedido por primera vez a la pornografía antes de los 13 años, y un 8,7% antes de los 10 años. La edad media es de 12 años de manera global (antes de los 12 años para los chicos y los 12 años y medio para las chicas).

Precisamente, este informe incidía igualmente en que a lo largo de los años, al mismo tiempo que se han desarrollado y difundido los smartphones y redes sociales, la edad a la que accede la población adolescente por primera vez a la pornografía es cada vez más baja.

La declaración de uno de los menores encuestados es muy revelador al respecto: “el porno no se busca, el porno se encuentra”.

El doctor Enrique Rojas, un conocido y veterano psiquiatra, asegura que la adicción a la pornografía es “una epidemia mundial. Se establece una correlación entre ciertas alteraciones en el cerebro y el consumo de pornografía que arruina vidas, matrimonios, familias, una desgracia que cae sobre gente atrapada en estas redes de este drama oculto y enmascarado que degrada al ser humano, lo rebaja, lo convierte en alguien que solo ve en la mujer la posibilidad de tener algún tipo de contacto sexual, desdibujándose otras muchas posibilidades en la relación hombre-mujer. La pornografía es una mentira sobre el sexo. Es maestra en ofrecer una imagen de la sexualidad utópica, irreal, delirante, absurda… que se convierte en una obsesión en distintos grados. Hoy sabemos por investigaciones recientes, que la adicción a la pornografía es más grave que la de la cocaína, pues afecta a circuitos cerebrales concretos, en donde una sustancia llamada dopamina asoma, y, después de un tiempo sin ver ese tipo de imágenes, uno se ve empujado a buscarlas, es como un imán que arrastra en esa dirección”.

Sobre esta epidemia del siglo XXI también alerta el doctor Peter C. Kleponis, psicólogo y psicoterapeuta con más de veinte años de experiencia en este campo y autor del libro Pornografía. Comprender y afrontar el problema (Voz de Papel).

En una entrevista con ReL explicaba que “ver pornografía es algo tan común que muchos son adictos sin darse cuenta”.



Kleponis justificaba así su afirmación: “la pornografía se ha convertido en la nueva droga favorita a causa de las cinco A de la pornografía:  1) Asequible: es gratis. 2) Accesible: está a distancia de un clic. 3) Anónima: es fácil de esconder o de mantener oculta. 4) Aceptada: ver pornografía es algo completamente asumido hoy entre los jóvenes. 5) Agresiva: a diferencia de otras drogas o del alcohol, la pornografía produce una gratificación inmediata y es altamente adictiva. A causa de estas cinco A, millones de personas han decidido ver pornografía habitualmente. Debido a que ver pornografía es algo tan común entre la gente, muchos son adictos sin darse cuenta”.

Ante un problema de tal gravedad que afecta a los más jóvenes, este especialista urge  a educarlos “en los peligros de la pornografía. Deben saber que es altamente adictiva, como las drogas y el alcohol. Deben saber que no muestra una visión saludable de la sexualidad. Al contrario, enseña a la gente que está bien utilizar a otras personas para el propio placer sexual egoísta. Consumir pornografía les impedirá mantener relaciones saludables. Sólo les conducirá a la soledad y el aislamiento. También hay que enseñarles que Dios tiene un plan maravilloso para la vida de cada persona. Para cumplir ese plan, deben esforzarse por vivir una vida virtuosa y saludable. Consumir pornografía les impedirá definitivamente alcanzar ese objetivo”.

Con respecto el problema con los menores este especialista hace esta recomendación a las familias: “al afrontar con un adolescente el uso de pornografía, es importante no avergonzarle por ello. A pesar de lo habitual que es el uso de la pornografía entre los jóvenes, en el fondo saben que está mal. La vergüenza que sienten por ello les fuerza a mantener en secreto el uso de pornografía. La mayor parte de los adolescentes adictos a la pornografía quieren ayuda para superarlo. Les produce demasiado temor y demasiada vergüenza. Al hablar con ellos, es importante que un padre haga saber a su hijo cuánto le quiere y cuánto le quiere Dios. Si es posible, es mejor que hable el progenitor de su mismo sexo. También es importante referirse al uso de pornografía como síntoma de un conflicto más profundo y no como un fracaso moral. Eso puede facilitarle al adolescente hablar del problema. Ofreciendo amor y compasión, y no avergonzándole, será más fácil para él admitir el problema y estar dispuesto a recibir ayuda para superarlo”.

Este es un artículo de hemeroteca publicado en marzo de 2022. 

miércoles, 24 de abril de 2024

Santo Evangelio 24 de Abril 2024

 



Texto del Evangelio (Jn 12,44-50):

 En aquel tiempo, Jesús gritó y dijo: «El que cree en mí, no cree en mí, sino en aquel que me ha enviado; y el que me ve a mí, ve a aquel que me ha enviado. Yo, la luz, he venido al mundo para que todo el que crea en mí no siga en las tinieblas. Si alguno oye mis palabras y no las guarda, yo no le juzgo, porque no he venido para juzgar al mundo, sino para salvar al mundo. El que me rechaza y no recibe mis palabras, ya tiene quien le juzgue: la Palabra que yo he hablado, ésa le juzgará el último día; porque yo no he hablado por mi cuenta, sino que el Padre que me ha enviado me ha mandado lo que tengo que decir y hablar, y yo sé que su mandato es vida eterna. Por eso, lo que yo hablo lo hablo como el Padre me lo ha dicho a mí».



«El que cree en mí, no cree en mí, sino en aquel que me ha enviado»


P. Julio César RAMOS González SDB

(Mendoza, Argentina)

Hoy, Jesús grita; grita como quien dice palabras que deben ser escuchadas claramente por todos. Su grito sintetiza su misión salvadora, pues ha venido para «salvar al mundo» (Jn 12,47), pero no por sí mismo sino en nombre del «Padre que me ha enviado y me ha mandado lo que tengo que decir y hablar» (Jn 12,49).

Todavía no hace un mes que celebrábamos el Triduo Pascual: ¡cuán presente estuvo el Padre en la hora extrema, la hora de la Cruz! Como ha escrito san Juan Pablo II, «Jesús, abrumado por la previsión de la prueba que le espera, solo ante Dios, lo invoca con su habitual y tierna expresión de confianza: ‘Abbá, Padre’». En las siguientes horas, se hace patente el estrecho diálogo del Hijo con el Padre: «Padre, perdónales porque no saben lo que hacen» (Lc 23,34); «Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu» (Lc 23,46).

La importancia de esta obra del Padre y de su enviado, se merece la respuesta personal de quien escucha. Esta respuesta es el creer, es decir, la fe (cf. Jn 12,44); fe que nos da —por el mismo Jesús— la luz para no seguir en tinieblas. Por el contrario, el que rechaza todos estos dones y manifestaciones, y no guarda esas palabras «ya tiene quien le juzgue: la Palabra» (Jn 12,48).

Aceptar a Jesús, entonces, es creer, ver, escuchar al Padre, significa no estar en tinieblas, obedecer el mandato de vida eterna. Bien nos viene la amonestación de san Juan de la Cruz: «[El Padre] todo nos lo habló junto y de una vez por esta sola Palabra (...). Por lo cual, el que ahora quisiese preguntar a Dios, o querer alguna visión o revelación, no sólo sería una necedad, sino que haría agravio a Dios, no poniendo los ojos totalmente en Cristo, evitando querer otra alguna cosa o novedad».


10 sencillas claves para que todo matrimonio, joven o mayor, creyente o no, sea «estable y feliz»

 



 10 sencillas claves para que todo matrimonio, joven o mayor, creyente o no, sea «estable y feliz»

Matrimonio feliz abrazándose. 

Unos buenos hábitos en el matrimonio pueden ser la clave de que sea feliz, estable e irrompible.

Según el Instituto Nacional de Estadística en 2018 se produjeron en España 99.444 casos de divorcio o separación. Estos datos suponen una tasa de 2,1 por cada 1.000 habitantes situando al país en uno de los puestos delanteros en cuanto al divorcio en Europa y el primero de los grandes países en habitantes por encima de Francia, Italia, Reino Unido o Alemania. En 2022, pasada la pandemia de coronavirus, la tasa fue de 1,8 por cada 1.000 habitantes,  84.551 rupturas ese año.

Una sociedad fuerte necesita también familias fuertes pues son la base de cualquier país. Pero para que un matrimonio resista hace falta cuidarlo y mimarlo, y para eso no basta únicamente la buena voluntad sino también unos buenos hábitos en la pareja que ayuden a fortalecer esta unión para que sea indestructible.

Sobre este punto sabe mucho Fernando Poveda, economista y filólogo, además de experto en Orientación Familiar. Para ayudar a tantas parejas como ya lo ha hecho en Aula Familiar ha publicado el libro La pareja que funciona, de la editorial Nueva Eva donde ofrece una serie de claves para una relación estable y feliz.

Poveda ofrece ayuda, consejos y hábitos que el matrimonio puede utilizar para que el “para siempre” que profesaron en su boda pueda cumplirse, pues son muchas las parejas que desean estar siempre unidas pero que se enfrentan a numerosas dificultades.

En un estilo ameno, pero también práctico el autor ofrece 10 claves. En la introducción explica que “son hábitos en muchos de los casos” que se convierten en “nuevas formas de ver la vida, de afrontar un día y otro… hasta conseguir un hábito”.


Entrevista realizada a Fernando Poveda en el canal familiar de YouTube "Pareja que Suma". 

En su opinión, en el fondo lograrlo no es algo tan complicado sino que “el amor está en las cosas pequeñas, en los pequeños detalles: en una mirada, en una llamada… Reduciendo, reduciendo –como los jíbaros- todo se puede concretar en una serie de hábitos que, si los seguimos, conseguiremos estar más cerca de nuestro compañero o compañera de camino. Se trata de hábitos sencillos, casi cuantificables, y que se traducen en claves concretas”.

A continuación ofrecemos estas diez claves que propone Fernando Poveda, y que él desarrolla  y amplia con mucha más profundidad en su libro:

Clave 1: Tómatelo en serio

“Si te fijas en tu vida,  en la vida de cualquier persona, verás que se dedica mucho tiempo a la preparación personal. Sin embargo, a la preparación para la familia, para la vida de pareja, no nos preparamos de igual forma”, explica Poveda.

Este es el primer punto. La familia es una inversión para toda la vida, y para este fin hay que prepararse. Hay que estudiar. ¿Cómo? Conociendo de verdad al otro, pero también a uno mismo, en todos los aspectos. Por ello, recuerda que “dicen que el amor está en los detalles, pero lo que no se dice es que para tener detalles primero hay que saber cuáles son los detalles que quiere el otro y cuáles no. Es el mundo de las necesidades del otro”.

Clave 2: Primero, lo primero

¿Qué tiene que ser lo primero para el éxito del matrimonio? Esa es la primera reflexión, “tener claras las prioridades”, en la vida, en cada decisión que se toma. A partir de ahí es importante tener en cuenta que ni los padres, ni los hijos, ni el trabajo ni las amistades son lo más importante. Evidentemente cada uno tiene un lugar fundamental en la vida, como no puede ser de otra manera, pero es la persona con la que se ha elegido vivir para siempre la que debe ocupar el primer puesto.



La Pareja que Funciona, de Fernando Poveda. 

“No hagas como esos que les preguntan a los niños; ‘¿a quién quieres más, a papá o a mamá?’. Tú no lo pienses; quiere más a aquel con el que has decidido vivir para siempre. Más que a los hijos. Más que a tus padres. Más que a tu trabajo. Más que a todo”, incide Fernando Poveda.

Clave 3: Cuida la comunicación

Para el autor, la comunicación y el trato dentro de la pareja es “la base del conocimiento mutuo” y esta es precisamente “la base del amor”. Y ofrece una reflexión muy válida para muchos padres que descuidan el matrimonio una vez que llegan los hijos: “la principal clave para la educación de los hijos es cuidar la vida en pareja, por encima de la educación de los hijos”. Y lo dice el autor, que es marido y padre de familia numerosa.

Por ello, es fundamental sacar el máximo partido al tiempo compartido en pareja.

Clave 4: Cuida tu bonsái

Aquí entra un punto fundamental. El amor puede romperse, y así lo atestiguan las cifras ofrecidas anteriormente. Por eso, insiste Poveda, “es importante cuidarlo”, y además “todos los días”, como si fuera un preciado bonsái. Y otro error que lleva a muchos matrimonios a la ruptura es creer que amor es lo mismo que sentimiento.

Por ello, considera que “plantearnos si el matrimonio es para siempre o no nos puede ayudar a no confiarnos. A luchar todos los días como si fuese el último. A volver a cuidar los detalles y no perder la esperanza. A no dejar que entre un tercero entre los dos… porque había sitio”.

Clave 5: Disfruta del sexo

En esta quinta clave, el autor incide en que “disfrutar de las cosas buenas es algo bueno en sí mismo. El placer sexual en el matrimonio es algo no sólo bueno, sino básico para que la pareja funcione”.

Por ello, también señala que “cuando se ama, se ama con toda la persona y a toda la persona. Por eso amar con el cuerpo no sólo es bueno, sino que es necesario”.

Clave 6: Al enemigo, ni agua

Fernando Poveda detalla algunos de los enemigos de la “estabilidad y la felicidad”. Y, entre otros, alerta del “yo”, pues “es necesario dejar de lado el yo para darse al otro” sustituyendo la suma “yo+sentimiento” por “el otro+amor”. También, pone el foco en el “sueño” que además de ser una necesidad fisiológica puede “despertar un instinto de supervivencia que prioriza el yo por encima de todo.

Cuidado también con confundir, como se ha dicho anteriormente, el amor con el sentimiento pues esta confusión puede llevar a basar la relación en qué siento y esto es voluble, cambiante e involuntario. Y la desidia en el matrimonio es para el autor otro enemigo a luchar.



Matrimonio riendo. 

Según Poveda, los matrimonios que saben reír y potenciar su buen humor afrontan mejor los problemas y dificultades del día a día. 

Clave 7: Practica el buen humor

Tanto la risa como el buen humor –explica el autor en La Pareja que funciona- generan endorfinas, lo que a su vez produce sensación de alegría, felicidad y ganas de vivir. Por ello, las personas que saben reírse “afrontan de una manera más sensata los problemas y dificultades de la vida”.

De hecho, ante los que pueden poner objeciones en este punto, insiste en que “el buen humor y la actitud positiva no es algo innato, sino voluntario. Es una determinación, una opción personal”.

Clave 8: Aprende a gestionar la crisis

Una cosa que hay que tener clara al casarse es que en el matrimonio los malos momentos llegan, es algo que está ahí. “Es normal que haya muchas pequeñas broncas, malos momentos, algunas crisis e incluso alguna gran crisis. Son normales. No puedes tenerle miedo ni puedes pensar que sois los únicos que pasáis por ellas. Recuerda que lo importante es saber gestionarlas”, explica el autor.

Clave 9: Intenta anticiparte

La forma más efectiva para intentar evitar las crisis tratadas en el apartado anterior o que tengan efectos más limitados es “intentar prevenir”. Todos los puntos anteriores se enfocan a esto. Pero además es fundamental “hablar las cosas. Antes de las crisis, para resolverlas, para hacer balance: hablar, hablar, hablar. Hablar por los codos. Hablar de forma asertiva. Sin reproches. Con cariño”.

Clave 10: Vuelve a enamorarte

El amor es algo dinámico que hay que renovar a diario. Y por ello el autor invita a dar el salto a realizar este proyecto juntos: poniéndote siempre en el lugar del otro; teniendo paciencia y dedicando tiempo; recordando los momentos que fueron alimentando el matrimonio; cuidándote porque el otro se lo merece; sonriendo; borrando los reproches; siendo detallista; amando; y perdonando.

Artículo publicado originariamente por Religión en Libertad en septiembre de 2020 con alguna actualización y edición menor

martes, 23 de abril de 2024

Santo Evangelio 23 de Abril 2024



 Texto del Evangelio (Jn 10,22-30):

 Se celebró por entonces en Jerusalén la fiesta de la Dedicación. Era invierno. Jesús se paseaba por el Templo, en el pórtico de Salomón. Le rodearon los judíos, y le decían: «¿Hasta cuándo vas a tenernos en vilo? Si tú eres el Cristo, dínoslo abiertamente». Jesús les respondió: «Ya os lo he dicho, pero no me creéis. Las obras que hago en nombre de mi Padre son las que dan testimonio de mí; pero vosotros no creéis porque no sois de mis ovejas. Mis ovejas escuchan mi voz; yo las conozco y ellas me siguen. Yo les doy vida eterna y no perecerán jamás, y nadie las arrebatará de mi mano. El Padre, que me las ha dado, es más grande que todos, y nadie puede arrebatar nada de la mano del Padre. Yo y el Padre somos uno».



«Yo y el Padre somos uno»


Rev. D. Miquel MASATS i Roca

(Girona, España)

Hoy vemos a Jesús que se «paseaba por el Templo, en el pórtico de Salomón» (Jn 10,23), durante la fiesta de la Dedicación en Jerusalén. Entonces, los judíos le piden: «Si tú eres el Cristo, dínoslo abiertamente», y Jesús les contesta: «Ya os lo he dicho, pero no me creéis» (Jn 10,24.25).

Sólo la fe capacita al hombre para reconocer a Jesucristo como el Hijo de Dios. San Juan Pablo II hablaba en el año 2000, en el encuentro con los jóvenes en Tor Vergata, del “laboratorio de la fe”. Para la pregunta «¿Quién dicen las gentes que soy yo?» (Lc 9,18) hay muchas respuestas... Pero, Jesús pasa después al plano personal: «Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?». Para contestar correctamente a esta pregunta es necesaria la “revelación del Padre”. Para responder como Pedro —«Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios vivo» (Mt 16,16)— hace falta la gracia de Dios.

Pero, aunque Dios quiere que todo el mundo crea y se salve, sólo los hombres humildes están capacitados para acoger este don. «Con los humildes está la sabiduría», se lee en el libro de los Proverbios (11,2). La verdadera sabiduría del hombre consiste en fiarse de Dios.

Santo Tomás de Aquino comenta este pasaje del Evangelio diciendo: «Puedo ver gracias a la luz del sol, pero si cierro los ojos, no veo; pero esto no es por culpa del sol, sino por culpa mía».

Jesús les dice que si no creen, al menos crean por las obras que hace, que manifiestan el poder de Dios: «Las obras que hago en nombre de mi Padre son las que dan testimonio de mí» (Jn 10,25).

Jesús conoce a sus ovejas y sus ovejas escuchan su voz. La fe lleva al trato con Jesús en la oración. ¿Qué es la oración, sino el trato con Jesucristo, que sabemos que nos ama y nos lleva al Padre? El resultado y premio de esta intimidad con Jesús en esta vida, es la vida eterna, como hemos leído en el Evangelio.


Deprimida tras un aborto «sin alternativa», conocer la fe le hizo sanar: hoy es líder provida

 


Deprimida tras un aborto «sin alternativa», conocer la fe le hizo sanar: hoy es líder provida

Mairi Lucas. 

Como líder local de 40 Días por la Vida, Mairi Lucas observa que la presencia de la oración ante los abortorios son un testimonio de la dignidad de cada vida y del peligro del aborto.

En Escocia, las llamadas buffer zones -zonas burbuja o de amortiguamiento, que garantizan un espacio de cientos de metros sin manifestantes ante abortorios- podrían comenzar a ser una realidad. En pleno debate por su implementación, parlamentarios como Gillian Mackay llevan meses ejerciendo presión para que las zonas burbuja impidan lo que consideran un delito: que voluntarios provida mantengan una conversación con una mujer que va a abortar y esta se arrepienta o cambie su decisión.

Según el proyecto que quieren aprobar los Verdes escoceses, influir en la decisión de otra persona para acceder al aborto, impedir directamente que se acceda a los abortorios o acosar a otra persona por su decisión son aspectos que serían considerados delito y que los provida estarían llevando a cabo.

Según la propuesta, podrían enfrentarse a una multa de hasta 10.000 libras -unos 11.700 euros- o más, según el caso.

A favor de las zonas burbuja, se argumenta que estos espacios prevendrían una supuesta amenaza y extorsión por parte de los antiabortistas respecto de las mujeres embarazadas. Sin embargo, en los juicios, 40 Días por la Vida nunca ha sido condenado por ello. En contra, la postura provida que parte de la base de ayudar a las mujeres que van a abortar y que sepan que el aborto no es su única salida.

Hoy, a más de 30 años de su aborto en 1988, Mairi Lucas desearía haber sabido lo que iba a hacer gracias a alguna de las vigilias provida. 

El pasado 5 de marzo, Lucas acudió al parlamento escocés en calidad de mujer que abortó y actual dirigente de 40 Días por la Vida Edimburgo, para que su testimonio fuese escuchado y respetado desde el ámbito legal e impedir la implementación de las buffer zones. También colabora con el Partido Escocés de la Familia. 



Mairi Lucas, la segunda por la derecha, junto a su agrupación de 40 Días por la Vida en Edimburgo. 

En su caso, solo tenía veinte años  y estudiaba tercer curso en el Edinburgh Art College cuando supo que estaba embarazada. "Me entró el pánico sobre lo que me depararía el futuro si seguía adelante con el embarazo", recoge el portal internacional de 40 Días por la Vida. 

Mairi fue a ver al médico, convencida de que si argumentaba que tener al bebé sería psicológicamente perjudicial, no sería difícil conseguir que le hiciesen un aborto.

"No me daban alternativa, sentí que no había opción"

"El médico no se opuso y no buscó de ninguna forma de ofrecer alternativas al aborto. No me ofrecieron asesoramiento;  ningún otro tipo de consejo o apoyo y nunca se habló de la posibilidad de adopción de mi bebé", comenta. Solo le hicieron una exploración para ver el tiempo de gestación, 13 semanas.

"Solo vi a mi bebé porque lo pedí. Pedí ver la pantalla y le vi moverse", afirmó.

Recuerda que desde la exploración y la llegada al centro cambió su visión sobre el aborto, especialmente dese que empezó a vincularse con su bebé física y emocionalmente, con gestos tan simples como poner sus brazos sobre él.

"Nadie se comunicó conmigo para asegurarse de que quería seguir adelante con el aborto. No se buscaron alternativas ni se me ofreció asesoramiento. Me sentí sola y como si no tuviera otra opción", denuncia.

El postaborto: "No sentía que mereciese una vida plena"

Nunca olvidará el día en que tuvo que dar a luz a su hijo muerto, abortado. Era un 29 de noviembre, de madrugada, y ya estaba sola en la habitación del hospital, viendo el cuerpo de su bebé, cuando sintió que algo similar a una nube negra descendía sobre ella para acompañarla durante años.

"Como había quitado una vida, no sentía que yo tuviera derecho a una vida plena y feliz", recuerda Mairi, entonces comenzando un síndrome postaborto plagado de depresiones, pensamientos suicidas y sentimientos de rechazo y desprecio a sí misma. Solo fue plenamente consciente del dolor causado con el aborto de su hijo muchos años después, cuando empezó a tener voluntad de sanar. Sanación que requería de una parte fundamental, "aceptar mi responsabilidad de haber acabado con la vida de una persona inocente".

Sanando desde la fe

Entre los "momentos cruciales" de su sanación, recuerda su conversión al cristianismo con 31 años.  Y a raíz de su conversión, el siguiente, darse cuenta de que tenía que dejar de castigarse por el aborto de su hijo, porque con la fe también tenía el perdón al alcance. "Mi fe me da la esperanza de que mi hijo se encuentra en un lugar mejor y que lo volverá a ver algún día, lo cual será un gran motivo de celebración", agrega.



De  su conversión y arrepentimiento también surgió el deseo de ayudar a mujeres en su misma situación, lo que la llevó a participar en la vigilia de 40 Días por la Vida en Edimburgo, que hoy coordina. También dirige un programa de acompañamiento en el postaborto, donde ha conocido las historias de muchas mujeres con características similares.

Entre ellas, que buena parte de ellas afirmaron no haber recibido alternativa al aborto ni asesoramiento, como el mismo caso de Mairi. "Algunas incluso afirman haber sido presionadas por profesionales de la salud para abortar", añade.

Otro aspecto casi generalizado es la toma de conciencia de lo perjudicial del aborto, especialmente durante el síndrome postaborto, sufriendo conductas promiscuas, consumo de drogas y abuso de alcohol, depresión, ira, rabia, dolores insoportables y pensamientos suicidas.

Lo que es y lo que no es 40 Días por la Vida

Hoy, por experiencia propia y de las mujeres a las que ayuda, Mairi sabe que sin curación, el postaborto sería trágico, pero con sanación, "hay esperanza". "Hace tiempo escuche que nuestra mayor herida, cuando sana, se convierte en nuestro regalo al mundo. Mi regalo es mi historia", subraya.

Hoy, como líder local de 40 Días por la Vida, observa que la presencia de la oración ante los abortorios son un testimonio de la dignidad de cada vida y del peligro del aborto. También que su labor de oración es parte de un proceso de sanación para quienes han abortado.

Mairi no sabe cuál habría sido el desenlace de su historia de haber podido conocer a miembros de 40 Días por la Vida u otros orantes cuando abortó. Pero sí puede decir lo que no es 40 Días por la Vida, ante la posible implementación de las zonas burbuja para alejarlos de los abortorios.

"40 Días por la Vida no comienza conversaciones, sujeta pancartas y carteles con datos de contacto para la recuperación del síndrome postaborto y el apoyo a embarazadas en crisis. No llamamos a gente, ni las gritamos, ni impedimos que entren al abortorio. Nuestra presencia es pacífica", explica.

Fuente: Religión en Libertad