En aquel tiempo, Jesús dijo a Nicodemo: «Nadie ha subido al cielo sino el que bajó del cielo, el Hijo del hombre. Y como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así tiene que ser levantado el Hijo del hombre, para que todo el que crea en Él tenga vida eterna. Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo único, para que todo el que crea en Él no perezca, sino que tenga vida eterna. Porque Dios no ha enviado a su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por Él».
«Para que todo el que crea en Él tenga vida eterna»
Rev. D. Antoni CAROL i Hostench
(Sant Cugat del Vallès, Barcelona, España)
Hoy, el Evangelio es una profecía, es decir, una mirada en el espejo de la realidad que nos introduce en su verdad más allá de lo que nos dicen nuestros sentidos: la Cruz, la Santa Cruz de Jesucristo, es el Trono del Salvador. Por esto, Jesús afirma que «tiene que ser levantado el Hijo del hombre» (Jn 3,14).
Bien sabemos que la cruz era el suplicio más atroz y vergonzoso de su tiempo. Exaltar la Santa Cruz no dejaría de ser un cinismo si no fuera porque allí cuelga el Crucificado. La cruz, sin el Redentor, es puro cinismo; con el Hijo del Hombre es el nuevo árbol de la Sabiduría. Jesucristo, «ofreciéndose libremente a la pasión» de la Cruz ha abierto el sentido y el destino de nuestro vivir: subir con Él a la Santa Cruz para abrir los brazos y el corazón al Don de Dios, en un intercambio admirable. También aquí nos conviene escuchar la voz del Padre desde el cielo: «Éste es mi Hijo (...), en quien me he complacido» (Mc 1,11). Encontrarnos crucificados con Jesús y resucitar con Él: ¡he aquí el porqué de todo! ¡Hay esperanza, hay sentido, hay eternidad, hay vida! No estamos locos los cristianos cuando en la Vigilia Pascual, de manera solemne, es decir, en el Pregón pascual, cantamos alabanza del pecado original: «¡Oh!, feliz culpa, que nos has merecido tan gran Redentor», que con su dolor ha impreso “sentido” al dolor.
«Mirad el árbol de la cruz, donde colgó el Salvador del mundo: venid y adorémosle» (Liturgia del Viernes Santo). Si conseguimos superar el escándalo y la locura de Cristo crucificado, no hay más que adorarlo y agradecerle su Don. Y buscar decididamente la Santa Cruz en nuestra vida, para llenarnos de la certeza de que, «por Él, con Él y en Él», nuestra donación será transformada, en manos del Padre, por el Espíritu Santo, en vida eterna: «Derramada por vosotros y por muchos para el perdón de los pecados».
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos esta parábola: «¿Podrá un ciego guiar a otro ciego? ¿No caerán los dos en el hoyo? No está el discípulo por encima del maestro. Todo discípulo que esté bien formado, será como su maestro. ¿Cómo es que miras la brizna que hay en el ojo de tu hermano, y no reparas en la viga que hay en tu propio ojo? ¿Cómo puedes decir a tu hermano: ‘Hermano, deja que saque la brizna que hay en tu ojo’, no viendo tú mismo la viga que hay en el tuyo? Hipócrita, saca primero la viga de tu ojo, y entonces podrás ver para sacar la brizna que hay en el ojo de tu hermano».
«Todo discípulo que esté bien formado, será como su maestro»
Rev. D. Antoni CAROL i Hostench
(Sant Cugat del Vallès, Barcelona, España)
Hoy, las palabras del Evangelio nos hacen reflexionar sobre la importancia del ejemplo y de procurar para los otros una vida ejemplar. En efecto, el dicho popular dice que «“Fray Ejemplo” es el mejor predicador», u otro que afirma que «más vale una imagen que mil palabras». No olvidemos que, en el cristianismo, todos —¡sin excepción!— somos guías, ya que el Bautismo nos confiere una participación en el sacerdocio (mediación salvadora) de Cristo: en efecto, todos los bautizados hemos recibido el sacerdocio bautismal. Y todo sacerdocio, además de las misiones de santificar y de enseñar a los demás, incorpora también el munus —la función— de regir o dirigir.
Sí, todos —queramos o no— con nuestra conducta tenemos la oportunidad de llegar a ser un modelo estimulante para aquellos que nos rodean. Pensemos, por ejemplo, en la ascendencia que unos padres tienen sobre sus hijos, los profesores sobre los alumnos, las autoridades sobre los ciudadanos, etc. El cristiano, sin embargo, debe tener una conciencia particularmente viva acerca de todo esto. Pero..., «¿podrá un ciego guiar a otro ciego?» (Lc 6,39).
Para nosotros, cristianos, es como una llamada de atención aquello que los judíos y las primeras generaciones de cristianos decían de Jesucristo: «Todo lo ha hecho bien» (Mc 7,37); «El Señor comenzó a hacer y enseñar» (Hch 1,1).
Debemos procurar traducir en obras aquello que creemos y profesamos de palabra. En una ocasión, el Papa Benedicto XVI, cuando todavía era el Cardenal Ratzinger, afirmaba que «el peligro más amenazador son los cristianismos adaptados», es decir, el caso de aquellas personas que de palabra se profesan católicas pero que, en la práctica, con su conducta, no manifiestan el “radicalismo” propio del Evangelio.
Ser radicales no equivale a fanáticos (ya que la caridad es paciente y tolerante) ni a exagerados (pues en cuestiones de amor no es posible exagerar). Como ha afirmado San Juan Pablo II, «el Señor crucificado es un testimonio insuperable de amor paciente y de humilde mansedumbre»: no se trata ni de un fanático ni de un exagerado. Pero sí que es radical, tanto que nos hace decir con el centurión que asistió a su muerte: «Verdaderamente este hombre era justo» (Lc 23,47).
Así es la fe de Isabel Vaughan-Spruce, la mujer detenida por rezar en silencio («crimen mental»)
Isabel Vaughan fue arrestada por rezar mentalmente y ahora la policía deberá indemnizarla con 13.000 libras.
sabel Vaughan-Spruce suele ser una mujer pacífica que respeta la ley. Sin embargo, ha sido noticia mundial viral porque ha sido dos veces detenida por rezar en silencio cerca de un centro de abortos en Birmingham, Inglaterra.
Vale la pena conocer cómo Isabel llegó a ser un símbolo de la lucha provida y la libertad de pensamiento.
Tras un proceso judicial, Isabel acaba de recibir 13.000 libras de la Policía "en reconocimiento por el trato injusto que recibió y la violación de sus derechos humanos", tras presentar una denuncia sobre "dos arrestos injustos y encarcelamientos; agresión y lesiones, en relación con un registro y las onerosas condiciones de la fianza que se le impusieron".
Su "delito": rezar mentalmente, en la calle.
"Crimen mental" o "delito de pensamiento", denuncian sus abogados.
Registrada incluso en el pelo
Isabel Vaughan-Spruce fue detenida por primera vez en noviembre de 2022 cuando dos agentes se le acercaron mientras permanecía en silencio en la acera. Les dijo que no estaba protestando, pero que "puede que esté rezando en mi cabeza, pero no he dicho nada en voz alta". El vídeo de su detención se hizo viral.
La Alianza para la Defensa de la Libertad (ADF) del Reino Unido señaló que había sido "el primer caso de 'delito de pensamiento' procesado en la Gran Bretaña del siglo XXI".
Vaughan-Spruce fue arrestada, registrada a fondo (incluso le revisaron el pelo), acusada penalmente y juzgada. A pesar de que nunca había pronunciado una palabra en alto.
Vaughan-Spruce fue absuelta de los cargos en el Tribunal de Magistrados de Birmingham debido a la incapacidad de la fiscalía para presentar pruebas.
Sólo unas semanas después, Vaughan-Spruce fue arrestada nuevamente por "pensar en silencio y rezar en la vía pública" cerca del centro de abortos. Esta vez se presentaron seis agentes de policía y uno de ellos le dijo sin rodeos que "has dicho que estás rezando, lo cual es un delito".
Esta vez, con el apoyo de ADF UK, Vaughan-Spruce presentó una denuncia contra la policía de West Midlands y ganó.
"No hay lugar para la 'policía del pensamiento' de Orwell en la Gran Bretaña del siglo XXI" afirmó Vaughan-Spruce en un comunicado de prensa. "Sin embargo, a pesar de esta victoria, me preocupa profundamente que esta violación pueda repetirse a manos de otras fuerzas policiales", añadió.
Isabel VaughnIsabel Vaughan-Spruce le dijo a la Policía que no estaba protestando, pero que "puede que esté rezando en mi cabeza, pero no he dicho nada en voz alta".
De hecho, hay otras dos personas en este momento que se enfrentan a juicio por delitos similares:
- Adam Smith-Connor, un veterano militar que rezó por el hijo que perdió por aborto cerca de un centro en Bournemouth,
- y Livia Tossici-Bolt, que sostenía un cartel que decía "Estoy aquí para hablar, si quieres", fuera del mismo centro.
El Ministerio del Interior del Reino Unido está tomando medidas más severas contra la oración silenciosa cerca de los centros de aborto y está implementando la Ley de Orden Público, que prohibirá todas esas "presencias sospechosas" a menos de 150 metros de cada centro de aborto del país.
El Gobierno laborista (izquierda) de Reino Unido revisará las directrices publicadas por el gobierno conservador anterior que decían: "La oración silenciosa, al ser el compromiso de la mente y el pensamiento en la oración hacia Dios, está protegida como un derecho absoluto bajo la Ley de Derechos Humanos de 1998 y no debe, por sí sola, considerarse un delito bajo ninguna circunstancia".
"Es increíble que en la Gran Bretaña moderna se haya detenido a gente por delitos de pensamiento", afirmó el lord Frost, miembro del Parlamento conservador y ex ministro del gabinete.
"Si el Gobierno está considerando penalizar formalmente la oración en silencio en el exterior de los centros de aborto, habrá más casos de este tipo y, no solo se verá amenazada la libertad de expresión, sino también la libertad de pensamiento. Es difícil imaginar una situación más absurda y peligrosa", añade.
El origen de Isabel: una familia católica y provida
"Me crié en una familia católica. Mi padre, en particular, era un firme defensor de la vida, aunque creo que la postura natural por defecto de cualquier niño es ser pro vida, a menos que se le enseñe lo contrario. Afortunadamente, no me enseñaron a deshumanizar al niño no nacido", comenta Isabel Vaughan-Spruce en una entrevista con The European Conservative.
"De niña, recuerdo que un hospital psiquiátrico local, que había sido hogar para personas con graves problemas de salud mental, como esquizofrenia o trastorno bipolar, cerró. Muchas de estas personas no podían soportar que las enviaran a vivir solas, así que mi padre les abrió las puertas de nuestra casa. Recuerdo que yo y mis cinco hermanos compartíamos un dormitorio y que las otras habitaciones de nuestra gran casa en la cima de la colina se abrían a 'los huéspedes'", añade Isabel.
"Me enseñaron a valorar a las personas por lo que son, no solo por lo que hacen o logran. No fue hasta la adolescencia cuando empecé a responsabilizarme de mis creencias provida. De adolescente, leía muchas historias de guerra, me ponía en su lugar, como lo hace cualquier persona, y me preguntaba qué habría hecho si hubiera vivido en esa época (...). No se trataba tanto de qué habría hecho si hubiera vivido en esa época, sino de qué estaba haciendo ahora. Reconocí que a toda una parte de la población se le estaba privando de su derecho humano a la vida. No podía simplemente quedarme complaciente", comenta.
Es un "insulto a Dios" tratar niños como basura
Sobre el por qué se puso a orar fuera de un centro de abortos, Isabel es clara. "Creo que al principio me motivó la injusticia hacia los niños no nacidos. Sentí que era un gran insulto a Dios que una nación se deshiciera legalmente de los niños como si fueran basura. El centro de abortos al que fui a rezar fue el primero que se abrió en el país y realizaba 10.000 abortos al año. Reconocí que cada uno de esos bebés tenía un valor inmenso y era una obra de arte irrepetible de un Creador divino que no comete errores", explica.
"Me encontré con mujeres a las que el aborto no les había ayudado; simplemente habían cambiado un problema por otro mucho más profundo. Las vi salir del centro con caras vacías, vomitando en la cuneta o sollozando con sus teléfonos. El daño que vi que el aborto les infligía a estas mujeres se convirtió en una nueva motivación, ya que sabía que merecían algo mejor", explica.
"Comencé una campaña llamada 40 días por la vida en Birmingham, donde ayudé a organizar un turno para que dos personas rezaran allí desde las 8 de la mañana hasta las 8 de la tarde todos los días durante 40 días consecutivos", relata.
"Si hubieras estado aquí, no habría pasado"
"El primer día de esta campaña, estaba rezando en silencio cerca del centro de abortos. Una mujer joven pasó caminando por el lado opuesto de la calle. Me llamó y me preguntó por qué estaba allí de pie. Le expliqué que estaba rezando y que estaba allí para ofrecer ayuda y alternativas a quienes usaban el centro de abortos. Una mirada terriblemente triste se dibujó en el rostro de esta joven y me respondió diciendo: '¿Por qué no estuviste aquí la semana pasada? Si alguien hubiera estado aquí la semana pasada, no me habría hecho el aborto'. Hice una promesa interna de que nadie más durante al menos los próximos 40 días iba a poder decir eso", recuerda.
Isabel explica cómo fue la experiencia de ser arrestada por orar en silencio. "Cuando me arrestaron, me pareció surrealista estar de pie en una calle rezando mentalmente y escuchar esas palabras que solo se escuchan en la televisión: 'No digas nada que pueda perjudicar tu defensa... Todo lo que hagas o digas puede ser utilizado como prueba'. Sabía que estaba donde Dios quería, y aunque, claramente, era una situación muy desagradable, ser arrestada y registrada en una calle pública, sentí una paz interior", comenta.
Su victoria en los tribunales locales contra la policía local ha sentado un precedente para otros provida que buscan dar testimonio fuera de las clínicas. "Pero no es vinculante para los tribunales. La Ley de Orden Público requerirá interpretación por parte de las fuerzas de seguridad de toda Inglaterra y Gales. El resultado de mi caso es la prueba más clara de que la oración en silencio no será tratada por los agentes de Policía como un delito penal", confía.
Dar esperanza a las mujeres
Isabel quiere seguir ofreciendo un mensaje de esperanza a quienes ingresan al centro de abortos. "Muchas mujeres han tenido uno o más abortos y me han dicho lo mal preparadas que estaban para afrontar las consecuencias. Todas las mujeres tienen derecho a saber la verdad. Esto incluye el hecho de que tienen otras opciones a su disposición (...) La propuesta es de esperanza, sin importar en qué situación se encuentre la persona. Incluso si ya se ha sometido a un aborto, estamos ahí para ofrecerle ayuda real y trabajar con ella para encontrar una solución positiva", comenta.
Sobre la situación del movimiento pro vida en el Reino Unido, Vaughan-Spruce dice que se fortalece cada día.
"Desde 2020, cuando los abortos caseros se convirtieron en ley, las mujeres ven por sí mismas la humanidad de su hijo y experimentan un trauma muy crudo. Se estima que aproximadamente una de cada tres mujeres [en Inglaterra] se ha sometido a un aborto en algún momento. Muchas de estas mujeres se están convirtiendo en fuertes aliadas de la causa provida y están diciendo la verdad con valentía. Las mentiras solo se pueden tragar durante un tiempo, antes de que la gente se sienta insatisfecha, y creo que ese momento ha llegado".
Desde muchas ciudades de España e Hispanoamérica puedes participar en 40 Días por la Vida. La nueva campaña empieza el 25 de septiembre de 2024.
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Yo os digo a los que me escucháis: Amad a vuestros enemigos, haced bien a los que os odien, bendecid a los que os maldigan, rogad por los que os difamen. Al que te hiera en una mejilla, preséntale también la otra; y al que te quite el manto, no le niegues la túnica. A todo el que te pida, da, y al que tome lo tuyo, no se lo reclames. Y lo que queráis que os hagan los hombres, hacédselo vosotros igualmente. Si amáis a los que os aman, ¿qué mérito tenéis? Pues también los pecadores aman a los que les aman. Si hacéis bien a los que os lo hacen a vosotros, ¿qué mérito tenéis? ¡También los pecadores hacen otro tanto! Si prestáis a aquellos de quienes esperáis recibir, ¿qué mérito tenéis? También los pecadores prestan a los pecadores para recibir lo correspondiente. Más bien, amad a vuestros enemigos; haced el bien, y prestad sin esperar nada a cambio; y vuestra recompensa será grande, y seréis hijos del Altísimo, porque Él es bueno con los ingratos y los perversos.
»Sed compasivos, como vuestro Padre es compasivo. No juzguéis y no seréis juzgados, no condenéis y no seréis condenados; perdonad y seréis perdonados. Dad y se os dará; una medida buena, apretada, remecida, rebosante pondrán en vuestro regazo. Porque con la medida con que midáis se os medirá».
«Sed compasivos, como vuestro Padre es compasivo»
Rev. D. Jaume AYMAR i Ragolta
(Badalona, Barcelona, España)
Hoy, en el Evangelio, el Señor nos pide por dos veces que amemos a los enemigos. Y seguidamente da tres concreciones positivas de este mandato: haced bien a los que os odien, bendecid a los que os maldigan, rogad por los que os difamen. Es un mandato que parece difícil de cumplir: ¿cómo podemos amar a quienes no nos aman? Es más, ¿cómo podemos amar a quienes sabemos cierto que nos quieren mal? Llegar a amar de este modo es un don de Dios, pero es preciso que estemos abiertos a él. Bien mirado, amar a los enemigos es lo más sabio humanamente hablando: el enemigo amado se verá desarmado; amarlo puede ser la condición de posibilidad para que deje de ser enemigo. En la misma línea, Jesús continúa diciendo: «Al que te hiera en una mejilla, preséntale también la otra» (Lc 6,29). Podría parecer un exceso de mansedumbre. Ahora bien, ¿qué hizo Jesús al ser abofeteado en su pasión? Ciertamente no contraatacó, pero respondió con una firmeza tal, llena de caridad, que debió hacer reflexionar a aquel siervo airado: «Si he hablado mal, di en qué, pero si he hablado como es debido, ¿por qué me pegas?» (Jn 18,22-23).
En todas las religiones hay una máxima de oro: «No hagas a nadie lo que no quieres que te hagan a ti». Jesús es el único que la formula en positivo: «Lo que queráis que os hagan los hombres, hacédselo vosotros igualmente» (Lc 6,31). Esta regla de oro es el fundamento de toda la moral. Comentando este versículo, nos alecciona san Juan Crisóstomo: «Todavía hay más, porque Jesús no dijo únicamente: ‘desead todo bien para los demás’, sino ‘haced el bien a los demás’»; por eso, la máxima de oro propuesta por Jesús no se puede quedar en un mero deseo, sino que debe traducirse en obras.
Hacía peregrinación en La Meca, oró y oyó una voz: buscando a un Dios Padre, ahora se ha bautizado
Priska Surantono al acercarse su bautizo en Australia, foto de Alphonsus Fok en Catholic Weekly
Priska Surantono, una joven de 23 años de origen indonesio y familia musulmana, se ha bautizado en la reciente Vigilia Pascual en Kensington, en la diócesis de Sídney, Australia.
Explica en el Catholic Weekly de Australia que su viaje espiritual comenzó en el lugar que menos cabría esperar: en La Meca, donde realizaba la peregrinación llamada Umra, que cada musulmán debe hacer al menos una vez en la vida.
Una voz misteriosa en La Meca
Sucedió en julio de 2019, cuando tenía 18 años. Acudió a La Meca en actitud de búsqueda. "En mi época como musulmana no estaba conectada del todo con Dios; casi era una rutina o esquema, algo que hacía porque sí", explica de la oración y espiritualidad que vivía entonces.
Pero ella quería algo más. Y en La Meca consultó a Dios. "Allí me arrodillé pidiéndole que me mostrara el camino. Recé: 'si este es mi camino, si pertenezco a esto, por favor, fortalece mi fe'".
"Entonces oí una voz diciendo: 'ven a Mí, eres mi niña'. Y miré alrededor, buscando quien me hablaba, y no encontré a nadie".
"En el camino de vuelta a casa, a Indonesia, seguí pensando en esas palabras. En el Islam nunca comparamos nuestra relación con Dios como la de un padre y un hijo, mientras que en el cristianismo todos somos hijos de Dios", comenta. "En ese momento entendí que ya no podía negar lo que estaba sintiendo".
Una madre musulmana, y parientes protestantes
La religión es un tema complicado en la familia de Priska. Su madre se educó en una familia "protestante estricta", pero se hizo musulmana al casarse con un musulmán. Luego se divorciaron, cuando Priska era una niña.
En Indonesia, Priska empezó a acudir a la misa católica. Había algo allí que le atraía. "Había encontrado una conexión santa y sagrada con Dios en misa, y Su presencia no era como nada que hubiera sentido antes", explica. "Me enganchó más y más y supe que quería mantener esa sensación. Era una llamada para pedir más".
Con 19 años consiguió decir a su madre que estaba yendo a misas católicas. A ella no le gustó. Ni a su familia materna, protestante.
"Mis tíos y tías insistieron en que mejor me convirtiera al protestantismo. Dos de mis tías, clérigas en su iglesia, intentaron decirme que era un proceso mucho más fácil que hacerme católica. Les dije que no se trataba de hacer lo fácil. No quería lo más cómodo o conveniente, quería el proceso adecuado hasta que me mereciera entrar con Dios", exploca Priska.
"No me importaba si eso significaba que no me consideraran ya parte de la familia. Aunque tuvieran opiniones distintas, el apoyo de mi madre y mi hermana era todo lo que yo necesitaba. Aunque no apoyan del todo mi decisión, creo que mi familia y yo tenemos un buen trato ahora".
Como estudiante en la Universidad de Nueva Gales del Sur, en Kensington, Australia, buscó en Internet el catecumenado para adultos y se integró en la comunidad de católicos indonesios que se reúnen en una parroquia de la ciudad.
"No todo fue sol y arcoíris, tuve que ser perseverante en mi decisión. La misa era un paso emocionante hacia la conversión, algo que afirmaba mi fe", explicaba tras el rito de elección de catecúmenos, esperando con deseo la Pascua.
También comentaba que hablando con otros conversos supo de historias similares (varios vienen de la comunidad china, de familias budistas, taoístas o sin religión). "Nos podemos inspirar unos a otros para mantenernos fieles", señala. Considera que su comunidad católica ahora le es imprescindible.
Padrinos ponen la mano sobre los candidatos a ser bautizados en 2024 en Sídney, muchos de origen chino o vietnamita
Padrinos ponen la mano sobre los candidatos a ser bautizados en 2024 en Sídney, muchos de origen chino o vietnamita.
El fruto espiritual: dar espacio a Dios
"La razón de este viaje es que me di cuenta de que Dios está ahí para mí, buscándome, esperando que yo le busque", explica.
¿Y aquella sensación de deseo, de estar cerca de Dios, con la que todo empezó? "Tras todo este tiempo, aún siento lo mismo, no ha cambiado. Aún recuerdo cuánto deseaba llegar a este punto cuando empecé, y ahora ya estoy aquí", añade.
"Es un nuevo inicio para mí", añade. "Quiero seguir fortaleciendo mi fe católica. Quiero dar más tiempo y más espacio a Dios en mi corazón. Vine a la Iglesia porque lo necesitaba, por mi alma y por Él. Voy a la iglesia por Dios, no solo por mí", añade.
En la diócesis de Sídney este año se bautizan o se reciben como nuevos católicos adultos 267 personas (los que vienen de origen protestante, por ejemplo, ya están bautizados, y se les recibe en plena comunión en la Iglesia). Según Simon Yeak, coordinador de catecumenado de adultos en el Sydney Centre for Evangelisation, cada vez hay más: fueron 107 en 2021, 179 en 2023 y 267 en 2024.
En aquel tiempo, Jesús alzando los ojos hacia sus discípulos, decía: «Bienaventurados los pobres, porque vuestro es el Reino de Dios. Bienaventurados los que tenéis hambre ahora, porque seréis saciados. Bienaventurados los que lloráis ahora, porque reiréis. Bienaventurados seréis cuando los hombres os odien, cuando os expulsen, os injurien y proscriban vuestro nombre como malo, por causa del Hijo del hombre. Alegraos ese día y saltad de gozo, que vuestra recompensa será grande en el cielo. Pues de ese modo trataban sus padres a los profetas.
»Pero ¡ay de vosotros, los ricos!, porque habéis recibido vuestro consuelo. ¡Ay de vosotros, los que ahora estáis hartos!, porque tendréis hambre. ¡Ay de los que reís ahora!, porque tendréis aflicción y llanto. ¡Ay cuando todos los hombres hablen bien de vosotros!, pues de ese modo trataban sus padres a los falsos profetas».
«Bienaventurados los pobres. (...) ¡Ay de vosotros los ricos!»
Rev. D. Joaquim MESEGUER García
(Rubí, Barcelona, España)
Hoy, Jesús señala dónde está la verdadera felicidad. En la versión de Lucas, las bienaventuranzas vienen acompañadas por unos lamentos que se duelen por aquellos que no aceptan el mensaje de salvación, sino que se encierran en una vida autosuficiente y egoísta. Con las bienaventuranzas y los lamentos, Jesús hace una aplicación de la doctrina de los dos caminos: el camino de la vida y el camino de la muerte. No hay una tercera posibilidad neutra: quién no va hacia la vida se encamina hacia la muerte; quién no sigue la luz, vive en las tinieblas.
«Bienaventurados los pobres, porque vuestro es el Reino de Dios» (Lc 6,20). Esta bienaventuranza es la base de todas las demás, pues quien es pobre será capaz de recibir el Reino de Dios como un don. Quien es pobre se dará cuenta de qué cosas ha de tener hambre y sed: no de bienes materiales, sino de la Palabra de Dios; no de poder, sino de justicia y amor. Quien es pobre podrá llorar ante el sufrimiento del mundo. Quien es pobre sabrá que toda su riqueza es Dios y que, por eso, será incomprendido y perseguido por el mundo.
«Pero ¡ay de vosotros, los ricos!, porque habéis recibido vuestro consuelo» (Lc 6,24). Esta lamentación es también el fundamento de todas las que siguen, pues quien es rico y autosuficiente, quien no sabe poner sus riquezas al servicio de los demás, se encierra en su egoísmo y obra él mismo su desgracia. Que Dios nos libre del afán de riquezas, de ir detrás de las promesas del mundo y de poner nuestro corazón en los bienes materiales; que Dios no permita que nos veamos satisfechos ante las alabanzas y adulaciones humanas, ya que eso significaría haber puesto el corazón en la gloria del mundo y no en la de Jesucristo. Nos será provechoso recordar lo que nos dice san Basilio: «Quien ama al prójimo como a sí mismo no acumula cosas innecesarias que puedan ser indispensables para otros».
Chet, el hijo de Tom Hanks, explica la experiencia mística que le obligó a dejar de ser ateo
Primer plano de Chet Hanks, hijo de Tom Hanks
Chet Hanks, hijo de Tom Hanks, habla de la experiencia mística por la que dejó de ser ateo
Algo tiene el desierto, cuando Jesús, los profetas y los ermitaños lo eligen para encontrar a Dios. Puede ser un lugar de conversión. Toda la Cuaresma y su austeridad bebe de esa tradición. "La seduciré, la llevaré al desierto, y le hablaré al corazón", dice Dios en Oseas 2,14, expresando su deseo de encontrar al hombre, al alma.
En el desierto muchos encuentran una belleza grande y sencilla que les acerca a lo divino. Puede ser un activador de experiencias místicas, como le sucedió al cineasta Eric-Emmanuel Schmitt. De familia atea y anticlerical, se perdió 30 horas en el Sáhara. "Pensé que tendría miedo, pero no: me invadió la paz, la confianza... y la fe. «Si no me encuentran, moriré creyente, y si me encuentran, tendré que vivir creyente»". Su historia la recogió ReL aquí.
Un caso similar ha relatado ahora otro personaje ligado al mundo del cine, el actor y músico Chester Hanks, conocido como Chet, que es uno de los dos hijos de los actores Tom Hanks y Rita Wilson, casados desde 1988, lo que no es común en Hollywood. Rita en realidad se llama Margarita Ibrahimoff, su padre era búlgaro musulmán y su madre era griega ortodoxa.
Tom Hanks viene de una historia familiar y religiosa complicada, con parientes y épocas de catolicismo, mormonismo, iglesia "nazarena" (protestantes muy heterodoxos) y algunos años de adolescencia evangélica. Rita puso orden en la familia y se aseguró de que todos fueran regularmente a la iglesia ortodoxa griega.
Pero a los 17 años, su hijo Chet se declaraba ateo, se comportaba muy mal y estaba enfadado con todo el mundo. Lo mandaron a un campamento de 12 semanas en una zona remota de Utah. Ha contado ahora, en el podcast “IMPAULSIVE Clips”, lo que sucedió hacia el final de ese campamento remoto.
En este podcast, en el minuto 4, Chet detalla la experiencia mística por la que ya no pudo seguir declarándose ateo
Mirando desde otra perspectiva... y viendo
"Salí y me senté en el borde de un risco, y me quedé mirando las vistas. Miré por dónde había estado, desde esa perspectiva elevada, porque había estado atrapado en ese desierto 12 semanas y me parecía feo y aburrido, sin nada para ver. Pero ahora lo miraba desde una perspectiva elevada, en lo alto de una montaña".
Miró a su alrededor, 360 grados, hasta el límite de la vista, y no veía rastro de seres humanos en muchas millas. Sintió que le rodeaba una belleza abrumadora.
"Y miraba alrededor y la emoción me abrumaba tanto... Sentí como si me tocara la mano de Dios. Fue en ese momento que Dios se me reveló. Toda esa ira, y ese odio, y ese resentimiento, desaparecieron. Se dieron la vuelta, se convirtieron en, simplemente, esperanza infinita, gratitud, paz, amor. Cambió de golpe, así", explica Chet.
"Estaba tan abrumado por la emoción, que simplemente me senté ahí al borde del precipicio y sollocé. Sollocé durante una hora, de forma incontrolable. No paraba. Pero eran lágrimas de alegría. Lágrimas de todo, sintiendo todas las emociones a la vez, todo el dolor, todo el gozo", añade.
Muy distinto a las drogas
Chet sufrió adicciones a las drogas y al alcohol de los 16 a los 24 años. Sabe lo que es experimentar un "subidón" con drogas psicodélicas. Pero cuando el entrevistador le pregunta si la experiencia se parecía algo a las drogas, responde que no se parecía en nada. "Ninguna experiencia que haya tenido con [drogas] psicodélicas se acerca en nada a eso", afirma.
"Fue en ese momento que nació mi vida espiritual, cuando estaba así, abrumado. Supe que, 'vale, hay Algo Más ahí fuera, hay un Poder Superior, hay una Inteligencia superior, porque acabo de sentir como si me diera golpecitos en el hombro".
Le costó reordenar su vida y dejar la adicción a las drogas y el alcohol, pero consiguió la sobriedad a los 24 años, y asegura que Dios le ayudó en este proceso.
En 2014 lo proclamaba desde su cuenta de Instagram: "si alguien que ve esto tiene problemas de adicciones, ¡siéntete libre de buscar ayuda! Gracias a todos por vuestro amor y apoyo. ¡Dios es real!"
¿Mucha gente tiene experiencias místicas? Quizá más del 40%
En 1974, un estudio del sociólogo y sacerdote Andrew Greeley, preguntó a casi 1.500 personas: «¿Alguna vez ha sentido que estuviera usted muy cerca de una poderosa fuerza espiritual que parecía sacarle a usted de sí mismo?» Un 35% decía que sí. Un 17% decía que lo había vivido varias veces. Repitió la encuesta catorce años más tarde, en 1987, en su estudio Mysticism goes mainstream. Ahora era un 43% la población que declaraba tal experiencia.
La experiencia mística tiene estas características, según el estudioso Joseph Hinman (The Trace of God, GrandViaduct, 2014):
- es «noética»: quien la vive siente que ha aprendido algo que es conocimiento verdadero, no mera sensación
- es «inefable»: es difícil de explicar con palabras
- es «sagrada»: se siente como fascinante, valiosa y sobrenatural, aunque no encaje del todo con la teología de la persona
- es a la vez «profunda, positiva, se disfruta»
- es «paradójica, desafía la lógica».
- es profundamente «transformativa», cambia tus valores, y te ayuda a "navegar" por la vida, te marca un rumbo
Chet Hanks canta en un vídeo de 2018
(Artículo de hemeroteca publicado originalmente el 3 de marzo de 2021).