martes, 30 de septiembre de 2025

Iván Cote, de sacerdote en Jerez a comandante de la Guardia Real: «Caso a guardias por toda España»

 


Iván Cote, de sacerdote en Jerez a comandante de la Guardia Real: «Caso a guardias por toda España»

Felipe VI lo condecoró en abril con la encomienda de la Orden del Mérito Civil.

Iván Cote tiene 47 años, es de Jerez (España), es sacerdote y comandante de la Guardia Real. Trabajador incansable, con gran capacidad de empatizar con el prójimo, dejó su tierra natal y se embarcó en la aventura de desarrollar su ministerio en el ámbito militar. La Voz Del Sur cuenta su historia.

Un momento especial en la vida de Cote tuvo lugar el 9 de abril, cuando el rey Felipe VI lo condecoró con la encomienda de la Orden del Mérito Civil. Ese mismo día se cumplían nueve años desde que fue ordenado sacerdote.

Premiado por Felipe VI

Un reconocimiento que obedecía a su labor, no solo en el plano sacramental, sino también como apoyo humano e impulsor de importantes iniciativas de carácter social y caritativo.

"Además de ejercer como párroco de la conocida parroquia de San Juan Bautista de Mingorrubio, presto servicio en distintas realidades dependientes todas ellas de la Casa de S. M. el Rey: los tres acuartelamientos —Rey, Reina y Princesa— vinculados a la Guardia Real; el Cuarto Militar de la Casa de S. M. el Rey, con sede en el Palacio Real; y, por último, San Quintín, un acuartelamiento formado por guardias civiles que prestan servicios de seguridad personal a los miembros de la Familia Real", comenta Cote.

La vida de Iván es diferente a la de sus compañeros sacerdotes. "Aunque suene a tópico, lo cierto es que en la Guardia Real cada día es diferente; quizás sería más certero hablar de cometidos mensuales o anuales. A excepción de las misas diarias, que sí son constantes, el resto de actividades se desarrolla dentro de una periodicidad mensual o anual". 

Durante su ordenación con el obispo.


"Para hacerse una idea: en un año debo presidir la celebración de más de una decena de patronos de diferentes cuerpos; acompañar desde Cáritas de la Guardia Real una serie de casos de extrema delicadeza; celebrar un número nada desdeñable de bautizos y primeras comuniones; y oficiar más de una decena de bodas de guardias reales a lo largo de la geografía nacional", añade.

Cote es un apasionado del Camino de Santiago. "Además, cada año dedico entre cinco y seis días a caminar al encuentro del Apóstol Santiago, junto con más de un centenar de guardias reales y familiares; participo activamente en más de diez actos militares de gran relevancia; me desplazo durante casi dos meses por diferentes ciudades españolas para aportar mi granito de arena en el Día de las Fuerzas Armadas, en los ejercicios de la Guardia Real o en el destacamento estival de Palma de Mallorca. Y entre todo esto, cuando la agenda lo permite, participo en ejercicios de equitación, tiro, buceo y carreras de cohesión".

Sobre si extraña su tierra natal, Cote responde: "En Jerez no solo nací, sino que también es la cuna de mi fe y de mi vocación cofrade y sacerdotal. Allí encontré el amor y la comprensión de mi familia, de buenos amigos y de un mundo cofrade que, quizá, tardó en comprenderme. Acumulé entre sus calles, parques y fiestas un sinfín de vivencias que jamás olvidaré. Y aunque siga llevando a Jerez por bandera, el mismo Señor que en su Soberano Poder me dio todo esto y más, me pidió que le sirviera en otro lugar. Todo el que me conoce sabe que no soy de los que pone la mano en el arado y mira hacia atrás. Allí donde Dios me pone, está mi servicio y entrega total".

Siendo militar, recibió tal «disparo» de Dios... que se planteó dejar a su esposa y hacerse monje

Cote también recuerda su relación con el obispo castrense Juan del Río, ya fallecido. "Lo recuerdo con un profundo sentido eclesial; suelo utilizar sus citas casi a diario. Aún no he encontrado a nadie que tenga un concepto de Iglesia tan edificante para la fe como don Juan".

Fuente: Religión en Libertad

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