martes, 31 de mayo de 2022

Santo Evangelio 31 de Mayo 2022

 


Texto del Evangelio (Lc 1,39-56):

 En aquellos días, se levantó María y se fue con prontitud a la región montañosa, a una ciudad de Judá; entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel. Y sucedió que, en cuanto oyó Isabel el saludo de María, saltó de gozo el niño en su seno, e Isabel quedó llena del Espíritu Santo; y exclamando con gran voz, dijo: «Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu seno; y ¿de dónde a mí que la madre de mi Señor venga a mí? Porque, apenas llegó a mis oídos la voz de tu saludo, saltó de gozo el niño en mi seno. ¡Feliz la que ha creído que se cumplirían las cosas que le fueron dichas de parte del Señor!».

Y dijo María: «Engrandece mi alma al Señor y mi espíritu se alegra en Dios mi salvador porque ha puesto los ojos en la humildad de su esclava, por eso desde ahora todas las generaciones me llamarán bienaventurada, porque ha hecho en mi favor maravillas el Poderoso, Santo es su nombre y su misericordia alcanza de generación en generación a los que le temen. Desplegó la fuerza de su brazo, dispersó a los que son soberbios en su propio corazón. Derribó a los potentados de sus tronos y exaltó a los humildes. A los hambrientos colmó de bienes y despidió a los ricos sin nada. Acogió a Israel, su siervo, acordándose de la misericordia -como había anunciado a nuestros padres- en favor de Abraham y de su linaje por los siglos». María permaneció con ella unos tres meses, y se volvió a su casa.



«Saltó de gozo el niño en mi seno»


+ Mons. F. Xavier CIURANETA i Aymí Obispo Emérito de Lleida

(Lleida, España)

Hoy contemplamos el hecho de la Visitación de la Virgen María a su prima Isabel. Tan pronto como le ha sido comunicado que ha sido escogida por Dios Padre para ser la Madre del Hijo de Dios y que su prima Isabel ha recibido también el don de la maternidad, marcha decididamente hacia la montaña para felicitar a su prima, para compartir con ella el gozo de haber sido agraciadas con el don de la maternidad y para servirla.

El saludo de la Madre de Dios provoca que el niño, que Isabel lleva en su seno, salte de entusiasmo dentro de las entrañas de su madre. La Madre de Dios, que lleva a Jesús en su seno, es causa de alegría. La maternidad es un don de Dios que genera alegría. Las familias se alegran cuando hay un anuncio de una nueva vida. El nacimiento de Cristo produce ciertamente «una gran alegría» (Lc 2,10).

A pesar de todo, hoy día, la maternidad no es valorada debidamente. Frecuentemente se le anteponen otros intereses superficiales, que son manifestación de comodidad y de egoísmo. Las posibles renuncias que comporta el amor paternal y maternal, asustan a muchos matrimonios que, quizá por los medios que han recibido de Dios, debieran ser más generosos y decir “sí” más responsablemente a nuevas vidas. Muchas familias dejan de ser “santuarios de la vida”. El Papa San Juan Pablo II constata que la anticoncepción y el aborto «tienen sus raíces en una mentalidad hedonista e irresponsable respecto a la sexualidad y presuponen un concepto egoísta de la libertad, que ve en la procreación un obstáculo al desarrollo de la propia personalidad».

Isabel, durante cinco meses, no salía de casa, y pensaba: «Esto es lo que ha hecho por mí el Señor» (Lc 1,25). Y María decía: «Engrandece mi alma al Señor (...) porque ha puesto los ojos en la humildad de su esclava» (Lc 1,46.48). La Virgen María e Isabel valoran y agradecen la obra de Dios en ellas: ¡la maternidad! Es necesario que los católicos reencuentren el significado de la vida como un don sagrado de Dios a los seres humanos.

«Milagro Juanito»: Marichu y Juan, destrozados por la fecundación in vitro y rescatados por la Napro .


 «Milagro Juanito»: Marichu y Juan, destrozados por la fecundación in vitro y rescatados por la Napro

Marichu y Juan, con su hijo Juanito. Tras un doloroso paso por la fecundación in vitro lograron ser padres gracias a la Naprotecnología / Foto: Javier Lozano

Juan y Marichu, un joven matrimonio madrileño de 30 y 29 años, han podido ver cumplido su sueño de ser padres, algo que durante un tiempo llegó a ser una pesadilla ante la imposibilidad lograr un embarazo y el posterior fracaso, y de manera múltiple, de la Fecundación In Vitro. Pero tras convertirse en instagramer contando sus experiencias, sus seguidoras le hablaron de la Naprotecnología. Sin nada que perder y tras mucho sufrimiento acumulado llegaron a esta novedosa técnica, que además es completamente ética.

“Este es nuestro milagrito: Juanito”, afirma ahora la orgullosa pareja mostrando a su pequeño bebé. Y así lo ven, como un auténtico milagro. Tras haberles desahuciado incluso para las técnicas de reproducción asistida han logrado al final dar la vida de manera natural.

Su testimonio lo han relatado en el acto organizado por la clínica Fertilitas para presentar una nueva promoción de ginecólogos de Madrid y de otras ciudades españolas especializados en Naprotecnología en EEUU en este 2022. Seis nuevos médicos más que podrán atender la numerosa demanda que hay de esta técnica por parte de cientos de matrimonios que no pueden tener hijos de manera natural.

El evento ha sido acogido en el Colegio Oficial de Médicos de Madrid, cuyo presidente, el doctor Manuel Martínez-Sellés, ha querido dar un importante respaldo a la Napro tanto con su presencia como con sus palabras.



De izquierda a derecha: el doctor Martínez-Sellés, presidente del Colegio de Médicos de Madrid; Marichu y Juan con su bebé; los nuevos ginecólogos especializados en Naprotecnología; y los responsables de Fertilitas.

Así, al escuchar el testimonio de Juan y Marichu y el duro camino que han llevado hasta la paternidad ha hecho una importante reflexión: "creo que ya tenemos un 10% de los niños que nacen en España que lo hacen por fecundación in vitro. Esto es un motivo para la reflexión. ¿Realmente creemos que si se hubiera hecho un estudio adecuado a los padres como los que nos han mostrado no se hubiera encontrado alguna causa tratable y probablemente con muchos de estos nacimientos que se están produciendo por fecundación in vitro se podría haber buscado el origen real de la infertilidad?”.

Y así lo confirmó la propia Marichu. Estas técnicas artificiales a las que acudió junto a su marido tienen un objetivo único: “hacer un bebé rápido”. No importa la salud de la madre, ni los embriones ni evidentemente las causas que provocan la infertilidad. Es justamente todo lo contrario a lo que encontró en la Napro, donde lo primero que se hizo fue buscar las causas de este impedimento para ser padres, luego cuidar al matrimonio y como consecuencia llegó el embarazo y finalmente su Juanito.

“Nuestra historia empieza cuando nos casamos y decidimos tener hijos, pero no lo conseguíamos”, empezó relatando esta madrileña de 29 años y también influencer en las redes sociales.

Al ver que el esperado embarazo no llegaba comenzó a hacerse pruebas rutinarias, chequeos, consultas con especialistas… A Marichu le dijeron que todo estaba bien mientras que a su marido Juan el seminograma que le habían pedido le daba un resultado bastante bajo.

¿Qué pasó entonces? Directamente les encaminaron a la reproducción asistida. Sin más. Ella misma reconoce que “de primeras la noticia la acogimos con ilusión, pero por nuestra ignorancia”. Afirma que creían que los lemas que venden con la FIV eran reales: “si quieres ser mamá, cumple tu sueño y sal con tu bebé en brazos”.

Pero el primer golpe de realidad les vino cuando llegaron a la Seguridad Social, donde estos tratamientos sí están incluidos, pero para el que había una lista de espera de años.

De este modo, se abría ante sus ojos el mundo de las clínicas privadas, con un coste prohibitivo, pero al igual que ha ocurrido con otras muchas parejas antes que ellos: “en la desesperación fuimos allí”.



Martínez-Sellés, con Marichu y Juan

Martínez-Sellés, con los padres de Juanito, y la ginecóloga de Napro que llevó el tratamiento de Marichu y Juan.

Tras pasar por varias clínicas lo intentaron con la fecundación in vitro. Hicieron un primer intento y extrajeron cuatro embriones, pero todas las transferencias fueron negativas. “Aquí nos dimos cuenta de la realidad, la FIV no te garantiza un bebé y tienes que pasar por pinchazos, punciones, desgaste emocional…”.

Ante este primer gran fracaso le hicieron unas pruebas que no quisieron realizarle antes de someterse a este primer ciclo, algo que enfadó mucho a la pareja. Y llegó un diagnóstico: “éramos incompatibles genéticamente”, motivo por el que supuestamente rechazaba estos embriones.

Entonces se produjo la propuesta de una segunda tanda de fecundación in vitro. Aceptaron y acabaron consiguiendo otros tres embriones, pero tampoco hubo embarazo.

Pruebas, sufrimientos, dolor y siete embriones después Marichu y Juan vieron lo tenían ya claro: “no podíamos más”.

De hecho, Marichu sufrió en sus carnes las consecuencias de estos tratamientos: “mi salud se había resentido mucho, me había hinchado, tenía los ovarios llenos de líquido, y luego estaba además la carga emocional de esos embriones, que ya eran vida”.

Decidieron que ese ya no podía seguir siendo su camino. Fue en realidad un hito, pues ahí vivieron lo que ellos denominan “un primer duelo”, que era pensar que quizás no podrían tener hijos. Y decidieron “coger esa cruz”.

Muy marcada por todo aquello que había pasado, esta joven decidió abrir una cuenta de Instagram para así contar sus vivencias y hacer un poco de comunidad, pues afirma que éste es todavía un tema “tabú”. Pero para su sorpresa empezó a tener numerosas respuestas de mujeres que le hablaban de la Naprotecnología.

“Pensé que era una tontería porque nunca había oído hablar de ella, y creía que se aprovechaban del duelo. Pero ante la insistencia decidimos investigar y nos dimos cuenta de que es un abordaje científico”, afirma Marichu.

Al final, el matrimonio se animó y acudió a Fertilitas, clínica madrileña centrada en la napro y nacida en 2018. Todo era distinto a lo que habían vivido anteriormente: “desde el primer momento fue paz, desde la primera gráfica nos iban dando respuestas… A medida que íbamos aprendiendo eran todo respuestas y encontramos paz. Y ya no era conseguir un bebe a toda cosa. Se centraban en nosotros, en lo que pasaba, lo que sentíamos”.

Tras un abordaje integral a Marichu la descubrieron un hipotiroidismo que no salía en las estadísticas, una trompa obstruida y un fallo ovulatorio producido un desajuste hormonal.

“Por fin respuestas y por qué no conseguíamos un embarazo natural”, afirma esta madre. Ya tenía las causas, los motivos que impedían su maternidad, cuando con la FIV todo esto directamente fue saltado.

Ya con todos estos problemas detectados, el seguimiento de los médicos de la napro en Fertilitas y un tratamiento adecuado Marichu sólo necesitó dos ciclos menstruales para quedarse embarazada. Nueve meses “nuestro milagrito nació: Juanito”.


Fuente : Religion en Libertad

lunes, 30 de mayo de 2022

Santo Evangelio 30 de Mayo 2022



 Texto del Evangelio (Jn 16,29-33):

 En aquel tiempo, los discípulos dijeron a Jesús: «Ahora sí que hablas claro, y no dices ninguna parábola. Sabemos ahora que lo sabes todo y no necesitas que nadie te pregunte. Por esto creemos que has salido de Dios». Jesús les respondió: «¿Ahora creéis? Mirad que llega la hora (y ha llegado ya) en que os dispersaréis cada uno por vuestro lado y me dejaréis solo. Pero no estoy solo, porque el Padre está conmigo. Os he dicho estas cosas para que tengáis paz en mí. En el mundo tendréis tribulación. Pero ¡ánimo!: yo he vencido al mundo».



«¡Ánimo!: yo he vencido al mundo»


Rev. D. Jordi CASTELLET i Sala

(Sant Hipòlit de Voltregà, Barcelona, España)

Hoy podemos tener la sensación de que el mundo de la fe en Cristo se debilita. Hay muchas noticias que van en contra de la fortaleza que querríamos recibir de la vida fundamentada íntegramente en el Evangelio. Los valores del consumismo, del capitalismo, de la sensualidad y del materialismo están en boga y en contra de todo lo que suponga ponerse en sintonía con las exigencias evangélicas. No obstante, este conjunto de valores y de maneras de entender la vida no dan ni la plenitud personal ni la paz, sino que sólo traen más malestar e inquietud interior. ¿No será por esto que, hoy, las personas van por la calle enfurruñadas, cerradas y preocupadas por un futuro que no ven nada claro, precisamente porque se lo han hipotecado al precio de un coche, de un piso o de unas vacaciones que, de hecho, no se pueden permitir?

Las palabras de Jesús nos invitan a la confianza: «¡Ánimo!: yo he vencido al mundo» (Jn 16,33), es decir, por su Pasión, Muerte y Resurrección ha alcanzado la vida eterna, aquella que no tiene obstáculos, aquella que no tiene límite porque ha vencido todos los límites y ha superado todas las dificultades.

Los de Cristo vencemos las dificultades tal y como Él las ha vencido, a pesar de que en nuestra vida también hayamos de pasar por sucesivas muertes y resurrecciones, nunca deseadas pero sí asumidas por el mismo Misterio Pascual de Cristo. ¿Acaso no son “muertes” la pérdida de un amigo, la separación de la persona amada, el fracaso de un proyecto o las limitaciones que experimentamos a causa de nuestra fragilidad humana?

Pero «sobre todas estas cosas triunfamos por Aquel que nos amó» (Rom 8,37). Seamos testigos del amor de Dios, porque Él en nosotros «ha hecho (...) cosas grandes» (Lc 1,49) y nos ha dado su ayuda para superar toda dificultad, incluso la muerte, porque Cristo nos comunica su Espíritu Santo.


Historias de vida y conversión en un colegio que evangeliza: «Dejamos trabajar al Señor en libertad»

 


Historias de vida y conversión en un colegio que evangeliza: «Dejamos trabajar al Señor en libertad»

Óscar Rivas.Óscar Rivas se confiesa "impresionado" por el impacto que está teniendo el conocimiento de estas historias contadas por sus protagonistas.

Óscar Rivas es director de comunicación y relaciones institucionales de la Fundación Educatio Servanda, titular de los Colegios Juan Pablo II y otras instituciones de enseñanza en Madrid, Toledo, Valencia, Almería, Cádiz y Ceuta.

Buena parte de lo que esta fundación es y significa hoy en la sociedad española ha quedado recogio en su libro Misión de audaces (Homo Legens), donde entrevista a fondo a doce personas que han visto sus vidas transformadas gracias a su relación, como padres o como alumnos, con estos centros educativos, en particular el de Alcorcón. Ellos mismos lo cuentan en primera persona, y las historias impactan.

Como dicen en el prólogo Juan Carlos Corvera y Silvia Cano (el matrimonio que en 2006 puso en marcha Educatio Servanda), estas páginas nos presentan "vidas reales contadas con un lenguaje atractivo y directo". 

El volumen se subtitula Testimonios y milagros de hoy en día. Y la palabra "milagro" no exagera un ápice. 

-No es frecuente abordar la comunidad escolar desde el punto de vista de las conversiones que en ella suceden...

-Creo que el libro, que además de historias de conversión, recoge lecciones de vida, de superación, sintetiza los tres grandes rasgos que, a nuestro modo de ver, configuran la escuela católica: radicalidad, testimonio y apostolado. ¿Por qué radical? Porque etimológicamente, radical viene de raíz y la escuela católica, para serlo, ha de acudir a sus raíces, que no son otras que Jesucristo. Los testimonios del libro se hallan impregnados de esa radicalidad que supuso su encuentro con Dios. Y no solo dan testimonio de ese encuentro, sino que entienden como una misión el hacer apostolado de esa buena nueva que cambió sus vidas de una forma inaudita.

-¿Por qué "audaces"?

-Hay que ser muy valientes para desnudar sus vidas, como ellos las desnudaron conmigo, máxime haciéndolo con sus nombres reales. Pregunté y pregunté y mis preguntas nunca recibieron un no como respuesta. Creo que tenían claro que el libro ayudaría y lo asumieron como una misión. Toda una bendición, ya que el libro no ha dejado de dar frutos desde el primer día. Tanto es así, que sigo sobrecogido.

-Cuando un colegio enfoca su enseñanza a la conversión, las conversiones se producen. ¿Falta ese objetivo evangelizador en muchos colegios religiosos?

-Bueno, no puedo hablar de otros colegios porque no conozco sus realidades. Pero sí te puedo hablar de Educatio Servanda y de los colegios Juan Pablo II, y con toda franqueza, si hubiéramos de atribuirnos algún mérito, este se reduciría a que dejamos trabajar al Señor en libertad. Y ahí están los resultados. Déjale operar y Él hará el resto.




»Mucha gente que ha leído el libro se muestra impactada por el modo en que sus protagonistas han variado el rumbo de sus vidas. ¿Cómo es posible -me preguntan- que unas vidas, en ocasiones, tan erradas, tan perdidas, puedan experimentar ese giro tan impresionante? Mi respuesta siempre es la misma: generamos el caldo de cultivo dejando que Dios actúe, solo eso. Se lo ponemos fácil, nada más. Luego, Dios sabe lo que tiene que hacer.

-¿Cómo reciben los alumnos y los padres la nítida identidad católica del centro?

-Nuestros colegios constituyen una expresión de la sociedad actual. No se nutren exclusivamente de familias católicas, apostólicas, romanas. Los padres que depositan su confianza en nosotros son hijos de su tiempo, plenamente actuales, para lo bueno, y también para lo menos bueno. Unos vienen atraídos por el ideario, otros porque viven cerca, otros porque les gusta la calidad educativa que ofrecemos, con independencia de la religión…

»Ahora bien, lo que todos tienen muy claro desde el primer día es que la enseñanza que sus hijos van a recibir con nosotros se corresponde con la que ha de esperarse de un colegio católico. En ese sentido, somos muy claros. Tanto como lo era Juan Pablo II, patrón de Educatio Servanda, cuando afirmaba que la escuela católica ha de comunicar a Cristo a fin de que Cristo entre en la vida de los demás. Tratamos de seguir esta máxima.

-Comunicar a Cristo a los hijos... pero no solo a ellos...

-A menudo, son los alumnos quienes dan a conocer a sus padres a Dios; no es infrecuente ver a un padre o a una madre recibir la Primera Comunión el mismo día que su hijo. Esta realidad se hace visible en el libro. ¿Qué te puedo decir? Impresiona.

-¿Es importante la presencia habitual del capellán en el despacho y en los pasillos? 

-No es que sea importante, es que es esencial en nuestra clave educativa. Quien lee el libro se da cuenta de ello en las primeras páginas. Nuestros colegios tienen un fuerte componente diocesano. Allí donde hay un colegio Juan Pablo II, hay un obispo de la diócesis en su patronato. Su presencia es inherente a nuestra identidad. Son los obispos de las respectivas diócesis quienes asignan a los capellanes de nuestros colegios.

-El del colegio de Alcorcón está muy presente en el libro...

Hace unos días la editora me comentaba en plan broma que, si diéramos a conocer la cuenta de correo del padre Ángel Villaplana, capellán de uno de estos colegios, y muy presente en Misión de audaces, no tardaría en convertirse en una estrella de rock. Sin duda. El capellán es un referente para todos; para las familias, para los alumnos, para los profesores, para quienes trabajamos en la Fundación… Para todos. Sin la tarea pastoral que desarrollan, los Colegios Juan Pablo II no serían lo que son. Nos sentimos profundamente orgullosos de nuestros capellanes.

-¿Cuál es el papel del profesor como modelo natural y sobrenatural?

-Al igual que los capellanes, los profesores son nucleares en la identidad del proyecto educativo de Educatio Servanda. Durante su paso por el colegio, el alumno debe ver en el maestro a ese referente que le va a acompañar en su viaje de crecimiento académico y personal. Para ello, el maestro católico debe dar testimonio de vida, una vida ejemplar que guarde plena coherencia entre lo que cree, lo que dice y lo que hace.

-¿Cómo se refleja eso en la vida de los chicos?

-Entre los protagonistas del libro, hay varios alumnos. Ellos expresan con absoluta claridad el modo en que sus profesores han contribuido a su crecimiento personal y a su comprensión crítica del mundo. Marcos, por ejemplo, había terminado su estancia en el colegio; pero cuando, con apenas 20 años, se enfrentó al mayor desafío de su vida, decidió volver para hablar con un profesor que le había marcado.

»Otro ejemplo, Sergio; llegó a uno de nuestros colegios con 14 años, era su última oportunidad antes de abandonar los estudios. Se sentía fracasado. Pues bien, una frase oportuna de un profesor cambió por completo su esquema mental. Finalmente, Sergio completó sus estudios con matrícula de honor. Con su currículum, podía haber estudiado lo que hubiera querido. ¿Pero qué hizo? Decidió ser profesor. Se dio cuenta de su poder transformador y deseaba contribuir en esa tarea.

-Varias historias de Misión de audaces suceden en un contexto de desestructuración familiar. ¿Estamos ante un grave problema social, además de personal?

-Por supuesto, la familia es el eje que vertebra la sociedad, su primera célula vital. Si esta quiebra, quiebran también los cimientos sobre los que se levantó la civilización cristiana hace dos mil años.



Óscar Rivas, durante la presentación el 26 de abril de 'Misión de audaces'.

»Sin embargo, el problema social nace a su vez de un problema político, muy dirigido, muy vertical, de arriba abajo. Si prestamos atención a las últimas leyes promovidas por el actual Gobierno: la ley de eutanasia, la ley de ideología de género, la ley de infancia y adolescencia, y ahora la nueva ley del aborto… todas ellas presentan como hilo conductor el ataque a la familia: agreden sus derechos y libertades básicas, deconstruyen su estructura antropológica y rompen los vínculos ancestrales que la configuran. Por no hablar de la presión que, en idéntica dirección, ejercen los grandes grupos de comunicación, incluso a través del ámbito del entretenimiento.

»No obstante, no se trata de una realidad nacional, sino global. La brecha entre el ciudadano de a pie y las elites es cada vez mayor. Ofrecer una batalla a este pensamiento único, no es tanto una opción como un deber.

-En varios testimonios del libro aparece el drama del aborto. A la luz de lo que le han transmitido los protagonistas ¿cree que estamos ante un "derecho reproductivo" o ante algo que deja una huella terrible en quien acude a él o en quien lo anima?

-Claramente, lo segundo. Como señalaba antes, los protagonistas del libro son hijos de su tiempo y acarrean sus lastres. Cuando visitas el campo de concentración Auschwitz o el cementerio de Katyn, ambos en Polonia, no puedes sino horrorizarte al ver de lo que son capaces los hombres cuando apartan a Dios de sus vidas.

-Los abortistas entran en pánico ante comparaciones como las que acaba de hacer...

-Hoy, el aborto es el gran genocidio de nuestro tiempo, un holocausto al que, no obstante, asistimos con absoluta indiferencia, como si no fuera con nosotros. Instituciones como la ONU o la OMS incluso promueven el aborto como un “derecho humano”. Es de no creer. ¿Cómo un crimen abominable puede convertirse en un derecho y apellidarse como “humano” algo tan brutal? Resulta inconcebible y, sin embargo, es un ejemplo de hasta dónde puede llegar el lenguaje cuando se corrompe el significado de las palabras.

»Como bien dices, el aborto está muy presente en Misión de audaces. Por eso, me atraía la idea de que el libro sirviera también a modo de reparación. Todo lo recaudado por él irá a parar a 40 Días por la Vida, una asociación católica, integrada por jóvenes, que rezan en las proximidades de los abortorios, y a los que el Gobierno pretende castigar con penas de cárcel por “acosadores”. Otro ejemplo de cómo un uso perverso del lenguaje puede tratar a héroes como si fueran villanos. El mundo al revés.

-¿Deberían los colegios católicos dedicar esfuerzos específicos a preparar a los chicos sobre el aborto para saber cómo actuar?

-Ha de ser deber de todo colegio católico combatir el adoctrinamiento y no hay otro modo de hacerlo que enseñando en la Verdad. Solo así conseguiremos que las futuras generaciones sean libres, que consigan hacer del nuestro un mundo mejor en el que los más vulnerables, y entre ellos incluyo, por supuesto, a los no nacidos, dejen de ser perseguidos; que vean de una vez por todas protegidos sus derechos, el primero de los cuales no puede ser otro que el derecho a la vida. Somos conscientes de que la consecución de tan ambiciosa meta no es sencilla.

-Hay que pelearla día a día...

-Por nuestra parte, contamos con capellanes increíbles, grandes profesores y profesionales que entienden su día a día como una misión. Contamos con miles de familias que nos apoyan y, como podrán comprobar quienes lean este libro, con miles de alumnos, muchos de los cuales ya se hallan incorporados al mundo laboral, ellos constituyen la punta de lanza de lo que está por venir. Es esperanzador. Las sociedades libres necesitan de hombres libres que las protejan y las lleven a su plenitud.

Fuente: Religión en Libertad

domingo, 29 de mayo de 2022

Santo Evangelio 29 de Mayo 2022



 Texto del Evangelio (Lc 24,46-53):

 En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Así está escrito que Cristo padeciera y resucitara de entre los muertos al tercer día y se predicara en su nombre la conversión para perdón de los pecados a todas las naciones, empezando desde Jerusalén. Vosotros seréis testigos de estas cosas. Mirad, voy a enviar sobre vosotros la Promesa de mi Padre. Por vuestra parte permaneced en la ciudad hasta que seáis revestidos de poder desde lo alto».

Los sacó hasta cerca de Betania y, alzando sus manos, los bendijo. Y sucedió que, mientras los bendecía, se separó de ellos y fue llevado al cielo. Ellos, después de postrarse ante Él, se volvieron a Jerusalén con gran gozo, y estaban siempre en el Templo bendiciendo a Dios.



«Mientras los bendecía, se separó de ellos y fue llevado al cielo»


P. Dom Josep ALEGRE Abad emérito de Santa Mª de Poblet

(Tarragona, España)

Hoy, Ascensión del Señor, recordamos nuevamente la “misión que” nos sigue confiada: «Vosotros seréis testigos de estas cosas» (Lc 24,48). La Palabra de Dios sigue siendo actualidad viva hoy: «Recibiréis la fuerza del Espíritu Santo (...) y seréis mis testigos» (Hch 1,8) hasta los confines del mundo. La Palabra de Dios es exigencia de urgente actualidad: «Id al mundo entero y proclamad el Evangelio a toda la creación» (Mc 16,15).

En esta Solemnidad resuena con fuerza esa invitación de nuestro Maestro, que —revestido de nuestra humanidad— terminada su misión en este mundo, nos deja para sentarse a la diestra del Padre y enviarnos la fuerza de lo alto, el Espíritu Santo.

Pero yo no puedo sino preguntarme: —El Señor, ¿actúa a través de mí? ¿Cuáles son los signos que acompañan a mi testimonio? Algo me recuerda los versos del poeta: «No puedes esperar hasta que Dios llegue a ti y te diga: ‘Yo soy’. Un dios que declara su poder carece de sentido. Tienes que saber que Dios sopla a través de ti desde el comienzo, y si tu pecho arde y nada denota, entonces está Dios obrando en él».

Y éste debe ser nuestro signo: el fuego que arde dentro, el fuego que —como en el profeta Jeremías— no se puede contener: la Palabra viva de Dios. Y uno necesita decir: «¡Pueblos todos, batid palmas, aclamad a Dios con gritos de alegría! Sube Dios entre aclamaciones, ¡salmodiad para nuestro Dios, salmodiad!» (Sal 47,2.6-7).

Su reinado se esta gestando en el corazón de los pueblos, en tu corazón, como una semilla que está ya a punto para la vida. —Canta, danza, para tu Señor. Y, si no sabes cómo hacerlo, pon la Palabra en tus labios hasta hacerla bajar al corazón: —Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, dame espíritu de sabiduría y revelación para conocerte. Ilumina los ojos de mi corazón para comprender la esperanza a la que me llamas, la riqueza de gloria que me tienes preparada y la grandeza de tu poder que has desplegado con la resurrección de Cristo.


El terrorismo la dejó con 2 hijos, embarazada y viuda a los 25 años: la potente conversión de Gemma

 


El terrorismo la dejó con 2 hijos, embarazada y viuda a los 25 años: la potente conversión de Gemma

Gemma Calabresi

Se va a cumplir el 50 aniversario del asesinato de su marido pero Gemma Calabresi aún lo recuerda como si fuera ayer / Foto: Credere

Gemma tenía 25 años, estaba embarazada y tenía dos hijos pequeños. En un instante su vida cambió. Como cada mañana despidió a su marido en casa antes de que se fuera a trabajar, pero ya no volvió. En la calle le esperaban dos terroristas de extrema izquierda de Lotta Continua que le dispararon varias veces por la espalda. Era el 17 de mayo de 1972 y así fue asesinado en Milán el conocido comisario de policía Luigi Calabresi. Su caso es muy conocido en Italia y ha llenado durante décadas numerosas páginas de los periódicos.

Su viuda quedó sola y desamparada con una situación familiar crítica, con dos niños pequeños y uno en camino. Cayó en un pozo oscuro del que sólo logró salir gracias a la ayuda de Dios.

Gemma Calabresi, profesora de Religión jubilada de 76 años, cuenta ahora esta historia de dolor y sanación en el libro La crepa e la luce (Mondadori).

“Recuerdo el momento en que escuché por primera vez que Dios venía a mí: acababa de enterarme de la muerte de Gigi por don Sandro, el cura que nos casó. Me hundí en el sofá, todo ya no tenía sentido, los objetos comprados junto con mi esposo, los muebles... entonces de repente vino una extraña paz interior, como si viera y escuchara todo lo que pasaba de lejos y sintiera que estaba acompañada”, relata en una entrevista con el semanario Credere.



El entierro de Luigi Calabresi fue multitudinario.

Esta mujer prosigue su relato afirmando que sintió una “sensación de fuerza absurda en ese momento” y afirma que en aquel momento hizo algo inexplicable si no es a la luz de la fe: “incluso le pedí a Don Sandro que recitara un Avemaría por la familia del asesino. No vino de mí, lo sé con certeza: fue la presencia de Dios”.

Según ella, fue ahí donde recibió el “don de la fe”. Según cuenta, sus padres eran personas creyentes, ella era una de siete hijos y había sido educada en el catolicismo. “Yo era religiosa, pero por costumbre y para complacer a mis padres. Iba a misa, y con convicción, pero era una fe que aún no percibía como mía”.

Pero a partir del brutal asesinato de su marido la fe estuvo presente –asegura- en cada momento de su día día.

Evidentemente, la viuda de Luigi Calabresi recalca que la fe que no quita el dolor de la muerte y de la pérdida, pero sí “lo llena de significado” y, sobre todo, de “esperanza”.

“He tenido muchos años oscuros, de tristeza y lágrimas: para animarme, pensé en esa experiencia maravillosa”, confiesa, pero aún así admite que “estaba lejos del perdón: casi me parecía que le estaba haciendo un mal a mi marido”.

Su madre fue una ayuda inestimable en este punto. Fue quien le sugirió la frase que aparecio en la esquela de Luigi: “Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen”. En su opinión, esa sería la levadura que iría fermentando más adelante.


Luigi Calabresi era ya un conocido comisario de la Policía en Italia.

Gemma lo recuerda así: “el camino empezó a aclararse para mí. Durante años había trabajado en la empresa textil de mis padres: después de la muerte de mi marido necesitaba estar cerca de mis hijos. Vino entonces mi madre, que siempre nos ha visitado mucho, para ayudarme. Un día me dijo: ‘Gemma, te he encontrado trabajo’. Era un trabajo de profesora de religión en la escuela primaria: fue un punto de inflexión, aprobé el examen, empecé y enseñé durante más de treinta años. Allí conocí a mi segundo marido, Tonino Milite, con él tuve a mi cuarto hijo, Uber”.

Pero también sacó una gran lección, aunque no fuera fácil. “En la escuela enseñé a los niños a hacer las paces y me decía a mí misma: ‘estoy hablando de lo que no sé hacer’. Estaba entrando en crisis, me parecía que los estaba traicionando. Recuerdo a un niño que un día me preguntó: ‘¿por qué cuando alguien muere solo se dicen cosas buenas de él? ¿Solo mueren los buenos?’. Le respondí que debemos recordar los ejemplos y gestos positivos de una persona: seremos juzgados por el amor que hemos dado al prójimo y no por nuestros errores”, le dijo al niño.

De este modo, Gemma se dio cuenta que su vida chocaba con aquella frase que había dicho a su pequeño alumno. Entonces pensó que los asesinos de su marido eran algo más que los responsables de apretar el gatillo: “deben haber sido buenos padres, esposos, amigos, deben haber ayudado a otros: de repente les devolví la humanidad”.

Este hecho transformó su vida pues desde ese momento –señala- “no he vuelto a dar marcha atrás” haciendo propias las palabras de Jesús que su madre eligió para la necrológica de Luigi Calabresi.



Gemma, con los tres hijos que tuvo con Luigi Calabresi.

“Jesús habló como hombre y se volvió al Padre en busca de perdón, dejando al hombre un tiempo de camino. Vi que el Espíritu Santo me ama. Me sentí ligera y liberada, feliz. Pensé: ‘Jesús ya lo ha hecho en mi lugar, tendré mis tiempos, pero no estoy sola’”.

Gemma asegura que sus hijos “no han perdonado, ni yo lo espero. El viaje es personal. A veces me dicen: ‘Tal vez, mamá, a tu edad también lo habremos hecho’. Sin embargo se han convertido en personas que aman la vida, han seguido adelante y no tienen rencores ni odios. Esto ya es mucho”.

En cierto momento Gemma vio que podría ser positivo dar testimonio sobre su camino: “entendí que si compartía me fortalecería. Fue una llamada de ayuda. Conté mi historia y muchos contestaron, se acercaron a mí para compartir sus dificultades y preocupaciones. Sin los demás, no se puede ir a ninguna parte: el compartir alegrías y tristezas nos hace mutuamente más fuertes, nos hace sentir menos solos. En todos estos años he recibido muchas confesiones, cartas, caricias, abrazos de desconocidos: he sabido que muchos han rezado por mí y mi familia. La oración nos pone en comunión con Dios y nos pone en fraternidad entre nosotros: es algo hermoso. Siempre digo: ‘No lo logré. Lo hicimos’".

Fuente: Religión en Libertad

sábado, 28 de mayo de 2022

Santo Evangelio 28 de Mayo 2022

 


Texto del Evangelio (Jn 16, 23-28):

 En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «En verdad, en verdad os digo: lo que pidáis al Padre os lo dará en mi nombre. Hasta ahora nada le habéis pedido en mi nombre. Pedid y recibiréis, para que vuestro gozo sea colmado. Os he dicho todo esto en parábolas. Se acerca la hora en que ya no os hablaré en parábolas, sino que con toda claridad os hablaré acerca del Padre. Aquel día pediréis en mi nombre y no os digo que yo rogaré al Padre por vosotros, pues el Padre mismo os quiere, porque me queréis a mí y creéis que salí de Dios. Salí del Padre y he venido al mundo. Ahora dejo otra vez el mundo y voy al Padre».



«Salí del Padre (...) y voy al Padre»


Rev. D. Xavier ROMERO i Galdeano

(Cervera, Lleida, España)

Hoy, en vigilias de la fiesta de la Ascensión del Señor, el Evangelio nos deja unas palabras de despedida entrañables. Jesús nos hace participar de su misterio más preciado; Dios Padre es su origen y es, a la vez, su destino: «Salí del Padre y he venido al mundo. Ahora dejo otra vez el mundo y voy al Padre» (Jn 16,28).

No debiera dejar de resonar en nosotros esta gran verdad de la segunda Persona de la Santísima Trinidad: realmente, Jesús es el Hijo de Dios; el Padre divino es su origen y, al mismo tiempo, su destino.

Para aquellos que creen saberlo todo de Dios, pero dudan de la filiación divina de Jesús, el Evangelio de hoy tiene una cosa importante a recordar: “Aquel” a quien los judíos denominan Dios es el que nos ha enviado a Jesús; es, por tanto, el Padre de los creyentes. Con esto se nos dice claramente que sólo puede conocerse a Dios de verdad si se acepta que este Dios es el Padre de Jesús.

Y esta filiación divina de Jesús nos recuerda otro aspecto fundamental para nuestra vida: los bautizados somos hijos de Dios en Cristo por el Espíritu Santo. Esto esconde un misterio bellísimo para nosotros: esta paternidad divina adoptiva de Dios hacia cada hombre se distingue de la adopción humana en que tiene un fundamento real en cada uno de nosotros, ya que supone un nuevo nacimiento. Por tanto, quien ha quedado introducido en la gran Familia divina ya no es un extraño.

Por esto, en el día de la Ascensión se nos recordará en la Oración Colecta de la Misa que todos los hijos hemos seguido los pasos del Hijo: «Concédenos, Dios todopoderoso, exultar de gozo y darte gracias en esta liturgia de alabanza, porque la Ascensión de Jesucristo, tu Hijo, es ya nuestra victoria, y donde nos ha precedido Él, que es nuestra cabeza, esperamos llegar también nosotros como miembros de su cuerpo». En fin, ningún cristiano debiera “descolgarse”, pues todo esto es más importante que participar en cualquier carrera o maratón, ya que la meta es el cielo, ¡Dios mismo!

Tres médicos quisieron abortarla porque iba a nacer muerta por una anomalía: nació, vive y perdona



 Tres médicos quisieron abortarla porque iba a nacer muerta por una anomalía: nació, vive y perdona

Rachel con su madre Suzanne, quien junto con su padre luchó para que su hija viviera frente a tres médicos que querían matarla.

Tres médicos distintos, incluso con escalofriante indiferencia, aseguraron a Suzanne, la madre de Rachel Mary Guy, que ambas morirían si no abortaba. Pero ni ella ni su esposo estaban dispuestos a matarla y buscaron un asesoramiento médico distinto. Ninguna de las dos murió, y hoy Rachel es una joven de 20 años feliz y comprometida con los demás que se ha atrevido a mirar el rostro de quienes quisieron eliminarla, como cuenta ella misma en Salvar el 1:



 

Rachel en Uganda, donde ha estado trabajando como misionera en una escuela. Foto: Salvar el 1.

No puedo recordar un momento de mi vida en el que no supiera mi historia, pero a medida que fui creciendo Dios comenzó a crear una inquietud en mi corazón que me impulsó a la acción. 

Abuso de una posición de poder

¿Te imaginas saber desde muy pequeña que tres doctores trataron de matarte? Era difícil pensar  que alguien me hubiera querido matar pero me era aún más difícil saber que ellos eran médicos. Estaban en una posición de poder para insistir y presionar a mis padres para que terminaran con mi vida. De mi historia aprendí que los médicos tienen un gran poder no sólo para hacer el bien  sino también para causar un tremendo mal y, lamentablemente, existen médicos que sólo valoran algunas vidas y desprecian otras y que no creen que merezca la pena luchar por todas las vidas ya que no toda vida es digna...

 A los 14 años, Dios me inspiró para escribir a los seis médicos involucrados en mi nacimiento. Escribí a tres de los médicos para agradecerles que lucharan por mi vida y escucharan las súplicas de mis padres. Y llena de un profundo perdón y compasión, escribí a los otros tres médicos que les sugirieron  que me abortaran. Les dije que los perdonaba y les hablé sobre el Evangelio y de cómo nuestro asombroso Salvador, Jesús, los ama apasionadamente y anhela que usen su poder para bien y no para mal.


 Mientras miraba la cara de uno de los doctores que quiso acabar con mi vida en internet, lloré, porque está perdido y cree que el asesinato intencional de un bebé que va a nacer podría ser una "solución" para los padres de un niño enfermo.

 Hasta el día de hoy, me desconcierta hasta qué punto ha llegado nuestra sociedad, donde las personas en posiciones de poder por ser médico pueden llegar a pensar que destruir vidas es salida para una vida inocente cuyo único crimen es su mal estado de salud.

Tres propuestas distintas de matarla 

En el ultrasonido de las 22 semanas de embarazo de mi madre, el técnico vio algo que no estaba bien y se lo notificó al médico. El médico entró, diciéndole frenéticamente a mi mamá que tenía que  abortar porque de lo contrario ella y yo moriríamos y que yo debía tener alguna anomalía cromosómica no compatible con la vida ya que a mi madre le faltaba la mitad del líquido amniótico. Mi madre dijo que nunca abortaría y que me amaba.

 Mi madre (esta vez acompañada de mi padre) volvió a las 24 semanas y sucedió lo mismo, pero esta vez todo el líquido amniótico ya había desaparecido. Este mismo médico les dijo (una vez más) que tenían que abortarme porque tenía una anomalía cromosómica que no era compatible con la vida.

Cuando mis padres rechazaron el aborto, fueron enviados a hablar con otro médico en la misma clínica. Mis padres me dijeron que este médico con toda la calma del mundo -lo que hizo que esta conversación fuera aún más escalofriante y molesta por la manera en que se hablaba con respecto a mi vida- les dijo que debían abortar porque su hijo no tendría "calidad de vida". A lo que mi madre respondió: "Nuestro hijo tendrá calidad de vida porque este bebé conocerá el amor incondicional de Dios". El médico continuó diciendo: "Bueno, tendrá muchos otros hijos". Mi madre dijo: "Incluso si tenemos otros 100 niños, nosotros queremos a éste. Este bebé es valioso ".



Rachel, hace algunos años, con sus padres. Foto: Live Action.

La conversación duró unos 20 minutos más, hasta que mi padre dijo:"No abortaremos, entonces, ¿qué harás para ayudarnos?". El médico respondió: "En todos mis años de práctica, nadie en su posición no ha abortado, así que todo lo que puedo recomendarles es ir a casa y esperar a que su bebé muera y usted regrese y dé a luz a un niño muerto". Mis padres se fueron a casa con el corazón destrozado, no sólo porque estos doctores menospreciaron mi vida y me dieron por muerta, sino también por la idea de que a otros padres se les convenza de que deben abortar. Mis padres no se dieron por vencidos y querían luchar por mi vida, pero no sabían cómo.

 Cuando mis padres llamaron a mi abuela, ella dijo estas palabras que cambiarían todo: "Si todavía hay latido en el corazón, entonces hay esperanza". Dios usó las palabras de mi abuela para darles esperanza a través de Jesús. Mi padre habló con una ginecóloga de la iglesia y le contó mi situación. Y como ella conocía al doctor de mi mamá dijo que lo llamaría. Pero ni siquiera podía creer la repugnante respuesta que obtuvo del doctor. El médico afirmó que la única prueba que haría para mis padres sería una autopsia.

Tres médicos de verdad

La doctora que conocieron en la iglesia nos puso en manos de dos médicos de otro hospital que dijeron que respetarían los deseos de mis padres de luchar por mi vida.

 Mientras que mi madre y yo estábamos al cuidado de estos nuevos médicos, nos vieron a ambas como sus valiosas pacientes. Pusieron a mi madre en reposo absoluto en el hospital y nací por cesárea el primer día de mi semana 26. Los doctores advirtieron que no sabían si yo nacería viva, y que sería como sacar el hueso de un durazno debido a la falta de líquido amniótico y en caso de nacer viva, estaría demasiado enferma como para hacer ruido.

El amable doctor que me trajo al mundo dijo que nací “graznando”. Nací a las 26 semanas y pesé 1 libra 2 onzas (510 gramos).



Rachel en la incubadora. Foto: Live Action.

Estuve en la unidad de cuidados intensivos neonatales cinco meses y medio y le agradezco a Dios que mis padres nunca se dieran por vencidos en la lucha por mi vida. No sabían si yo viviría, ¡Pero afrontaron cada día y lo dejaron todo en manos de Dios! 

Toda vida importa

Dios ha usado mi historia para abrir los ojos a la realidad de que vivimos en un mundo que devalúa y deshumaniza algunas vidas y que dentro del campo médico, e incluso dentro de la comunidad provida, "algunas" vidas, como la mía, son considerada como una "excepción".

Mi historia me ha llevado a ser una voz no sólo en un mundo que despoja a las personas de su humanidad, sino también dentro de la comunidad pro vida para combatir por la dignidad de bebés con anomalías fetales, anormalidades cromosómicas, concebidos en violación o incesto, embriones humanos destruidos de las FIV.

Son seres humanos creados por Dios con el mismo valor intrínseco que cualquier otro niño. Cuando comenzamos a clasificar a los seres humanos en categorías de quién es valioso y quién no, ¿en qué nos  diferenciamos de las personas que en el pasado deshumanizaron a diferentes grupos de personas?



Rachel se comprometió en la lucha provida a los 14 años, y desde los 15 ha colaborado en distintos ministerios en Nicaragua, Trinidad y Uganda.

 Desde que el mundo es mundo, ciertos grupos de personas han sido deshumanizados y despojados de su personalidad. ¿No es hora de que aprendamos de nuestra horrible historia y veamos nuestra humanidad a través de la lente de Dios? 

Toda vida es igualmente valiosa y todos somos personas, sanas o enfermas, sin importar como fuimos concebidas, hechas a la imagen de nuestro Dios y Salvador, Jesucristo.

Nuestra opinión acerca de una persona no cambia su/nuestra humanidad. La sociedad no define nuestro valor. Dios sí lo hace. Si pudiéramos comprender esa verdad, ninguna vida sería marginada, considerada desechable y deshumanizada.

Debemos fomentar  leyes que protejan toda la vida desde la fecundación hasta la muerte natural porque el hombre en su humanidad, como hemos visto históricamente, quiere redefinir lo que Dios ya ha definido. Nuestras leyes deben proteger a todas las personas y reconocer la dignidad inherente de toda la vida.

 ¡Toda la vida es valiosa! La sociedad ve la capacidad de una persona como lo que le da "valor", pero nunca reconoce que toda la vida es innatamente valiosa porque todos somos creados por Dios.

Publicado en ReL el 18 de diciembre de 201

viernes, 27 de mayo de 2022

Santo Evangelio 27 de Mayo 2022

 


Texto del Evangelio (Jn 16,20-23a):

 En aquel tiempo, Jesús habló así a sus discípulos: «En verdad, en verdad os digo que lloraréis y os lamentaréis, y el mundo se alegrará. Estaréis tristes, pero vuestra tristeza se convertirá en gozo. La mujer, cuando va a dar a luz, está triste, porque le ha llegado su hora; pero cuando ha dado a luz al niño, ya no se acuerda del aprieto por el gozo de que ha nacido un hombre en el mundo. También vosotros estáis tristes ahora, pero volveré a veros y se alegrará vuestro corazón y vuestra alegría nadie os la podrá quitar. Aquel día no me preguntaréis nada».



«Vuestra tristeza se convertirá en gozo»


+ Rev. D. Joaquim FONT i Gassol

(Igualada, Barcelona, España)

Hoy comenzamos el Decenario del Espíritu Santo. Reviviendo el Cenáculo, vemos a la Madre de Jesús, Madre del Buen Consejo, conversando con los Apóstoles. ¡Qué conversación tan cordial y llena! El repaso de todas las alegrías que habían tenido al lado del Maestro. Los días pascuales, la Ascensión y las promesas de Jesús. Los sufrimientos de los días de la Pasión se han tornado alegrías. ¡Qué ambiente tan bonito en el Cenáculo! Y el que se está preparando, como Jesús les ha dicho.

Nosotros sabemos que María, Reina de los Apóstoles, Esposa del Espíritu Santo, Madre de la Iglesia naciente, nos guía para recibir los dones y los frutos del Espíritu Santo. Los dones son como la vela de una embarcación cuando está desplegada y el viento —que representa la gracia— le va a favor: ¡qué rapidez y facilidad en el camino!

El Señor nos promete también en nuestra ruta convertir las fatigas en alegría: «Vuestra alegría nadie os la podrá quitar» (Jn 16,23) y «vuestra alegría será completa» (Jn 16,24). Y en el Salmo 126,6: «Al ir, va llorando, llevando la semilla; al volver, vuelve cantando trayendo sus gavillas».

Durante toda esta semana, la Liturgia nos habla de rejuvenecer, de exultar (saltar de alegría), de la felicidad segura y eterna. Todo nos lleva a vivir de oración. Como nos dice san Josemaría: «Quiero que estés siempre contento, porque la alegría es parte integrante de tu camino. —Pide esa misma alegría sobrenatural para todos».

El ser humano necesita reír para la salud física y espiritual. El humor sano enseña a vivir. San Pablo nos dirá: «Sabemos que todas las cosas contribuyen al bien de los que aman a Dios» (Rom 8,28). ¡He aquí una buena jaculatoria!: «¡Todo es para bien!»; «Omnia in bonum!».

Teresa, la joven que ha encontrado la verdadera felicidad dando su vida día y noche por los enfermos

 


Teresa, la joven que ha encontrado la verdadera felicidad dando su vida día y noche por los enfermos

Sor Teresa Seaton en sus votos perpetuos

La hermana Teresa Seaton profesó sus votos perpetuos el pasado mes diciembre / The Leaven

Sor Teresa Seaton es una de la docena de estadounidenses que han formado a lo largo de su historia de las Siervas de María, Ministras de los enfermos, la congregación fundada en Madrid en 1851 por Santa Soledad Torres Acosta, y que está presente en más de una veintena de países de Europa, América, Asía y África.

Esta joven que profesó sus votos perpetuos el pasado mes de diciembre conoció a las religiosas de una manera casual, nunca buscada, pero fueron la respuesta a una llamada que Dios estaba realizando con fuerza en su interior.

Las siervas de María tienen un convento en Kansas City y es ahí donde la religiosa reside y cumple con la vocación con la que ha sido llamada.

En declaraciones a The Leaven, publicación de la Archidiócesis de Kansas City, esta joven religiosa cuenta que es la cuarta de doce hermanos de una familia profundamente católica. Combinó su educación en una escuela católica con varios años de “homeschooling”, educación en su casa. Pero a pese a una activa vida católica familiar su relación con monjas era más bien escasa.

Votos perpetuos de Sor Teresa Seaton



En la Universidad Estatal de Kansas, Seaton se inscribió en un programa de preparación para Fisioterapia, pero tras meditar más profundamente sobre su futuro profesional lo que experimentó –para su gran sorpresa- fue una llamada para convertirse en monja.

Volvió a su hogar para prepararse para el programa de Enfermería en otra institución superior. Mientras tanto, confiesa que en ese momento las piezas del rompecabezas en su discernimiento vocacional comenzaron a tomar forma.

En realidad esta institución superior donde se preparaba para Enfermería era el último lugar donde esperaba encontrar alguna monja. Pero fue en una de estas clases donde conoció por primera vez a una sierva de María. Y mientras tanto la llamada del Señor parecía intensificarse.

Finalmente, Seaton decidió tomarse en serio su vocación y participó en un grupo de discernimiento, donde aprendió y conoció distintas comunidades religiosas.

Sin embargo, decidió visitar a las Siervas de María en su convento de Kansas y tuvo la oportunidad de acompañar a una hermana que atendía a un paciente enfermo en su casa. Fue la increíble sencillez de este ministerio de mera presencia lo que tocó su fibra sensible y cambió totalmente su perspectiva.

“Me di cuenta de que no necesitamos títulos y grados avanzados para servir a la gente. Es más importante operar a nivel del corazón. El servicio que brindan las Siervas, tan humilde como es, abre a las personas al Señor”, comenta la ahora hermana Teresa.

Seaton llegó a la conclusión de que se sentiría como en casa en este ministerio de servicio caritativo y que esta comunidad era el lugar al que Dios la llamaba. Ingresó en el noviciado de Hermanas en Oxnard, California, en el otoño de 2012.

Durante tres años allí experimentó la vida comunitaria. “No se puede conocer la vida de una Hermana en un libro”, explica.  

Con otras novicias, estudió las enseñanzas y los documentos de la iglesia. También aprendió español, lengua materna de la mayoría de las Hermanas Siervas de María. El noviciado fue bilingüe y este hecho le resultó muy útil.


Teresa Seaton, sierva de María

Hacia el final del noviciado, todas participaban en un ministerio activo sirviendo a los enfermos en sus casas. Tras la primera profesión de votos, Seaton llegó al convento de Kansas City. Este programa estructurado también incorporó la formación y el ministerio. Durante este tiempo, obtuvo su certificación como asistente de enfermería en Donnelly College en Kansas City.

Durante los siguientes cuatro años, la formación continuó en el convento que la congregación de origen español tiene en el Bronx, Nueva York. Se sumergió en la vida religiosa y atendió a los enfermos en sus hogares seis noches a la semana. Pasó los últimos seis meses en Azpeitia, España, con otras seis mujeres de diferentes continentes preparándose para profesar sus votos como siervas. Este fue un tiempo intenso de espiritualidad y oración.

La primera tarea de la Hermana Teresa tras profesar sus votos perpetuos ha sido cuidar a las hermanas mayores en la enfermería del convento de Kansas City. Ella considera esto un privilegio porque estas Hermanas dedicaron sus vidas a cuidar a los demás. “Es nuestro turno de cuidar de ellas”, afirma convencida.

En otoño de este 2022 comenzará las clases de Enfermería, y mientras tanto sigue cuidando día y noche de los enfermos en sus hogares y de las hermanas más mayores en el convento.

Si bien le ha resultado algo intimidante ir a la casa de un nuevo paciente, entiende que se trata de construir una relación con la persona.  “Voy con fe sabiendo que este lo que Dios me pide que haga”, afirma sor Teresa.

Como testigo vivo de que la felicidad se encuentra solo en Dios, ella brinda cuidado y alegría a los enfermos y moribundos, viendo a Cristo en ellos y encarnando las palabras de Jesús, y el lema de las Hermanas, Siervas: “Estuve enfermo y me visitasteis”.

Fuente: Religión en libertad

jueves, 26 de mayo de 2022

Santo Evangelio 26 de Mayo 2022

 


Texto del Evangelio (Jn 16,16-20):

 En aquel tiempo, Jesús habló así a sus discípulos: «Dentro de poco ya no me veréis, y dentro de otro poco me volveréis a ver». Entonces algunos de sus discípulos comentaron entre sí: «¿Qué es eso que nos dice: ‘Dentro de poco ya no me veréis y dentro de otro poco me volveréis a ver’ y ‘Me voy al Padre’?». Y decían: «¿Qué es ese ‘poco’? No sabemos lo que quiere decir». Se dio cuenta Jesús de que querían preguntarle y les dijo: «¿Andáis preguntándoos acerca de lo que he dicho: ‘Dentro de poco no me veréis y dentro de otro poco me volveréis a ver?’. En verdad, en verdad os digo que lloraréis y os lamentaréis, y el mundo se alegrará. Estaréis tristes, pero vuestra tristeza se convertirá en gozo».



«Vuestra tristeza se convertirá en gozo»


Rev. D. Joan Pere PULIDO i Gutiérrez Secretario del obispo de Sant Feliu

(Sant Feliu de Llobregat, España)

Hoy contemplamos de nuevo la Palabra de Dios con la ayuda del evangelista Juan. En estos últimos días de Pascua sentimos una inquietud especial por hacer nuestra esta Palabra y entenderla. La misma inquietud de los primeros discípulos, que se expresa profundamente en las palabras de Jesús —«Dentro de poco ya no me veréis, y dentro de otro poco me volveréis a ver» (Jn 16,16)— concentra la tensión de nuestras inquietudes de fe, de búsqueda de Dios en nuestra vida cotidiana.

Los cristianos de hoy sentimos la misma urgencia que los cristianos del primer siglo. Queremos ver a Jesús, necesitamos experimentar su presencia en medio de nosotros, para reforzar nuestra fe, esperanza y caridad. Por esto, nos provoca tristeza pensar que Él no esté entre nosotros, que no podamos sentir y tocar su presencia, sentir y escuchar su palabra. Pero esta tristeza se transforma en alegría profunda cuando experimentamos su presencia segura entre nosotros.

Esta presencia, así nos lo recordaba San Juan Pablo II en su última Carta encíclica Ecclesia de Eucharistia, se concreta —específicamente— en la Eucaristía: «La Iglesia vive de la Eucaristía. Esta verdad no expresa solamente una experiencia cotidiana de fe, sino que encierra en síntesis el núcleo del misterio de la Iglesia. Ésta experimenta con alegría cómo se realiza continuamente, en múltiples formas, la promesa del Señor: ‘He aquí que yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo’ (Mt 28,20). (...) La Eucaristía es misterio de fe y, al mismo tiempo, “misterio de luz”. Cada vez que la Iglesia la celebra, los fieles pueden revivir de algún modo la experiencia de los dos discípulos de Emaús: 'Entonces se les abrieron los ojos y le reconocieron' (Lc 24,31)».

Pidamos a Dios una fe profunda, una inquietud constante que se sacie en la fuente eucarística, escuchando y entendiendo la Palabra de Dios; comiendo y saciando nuestra hambre en el Cuerpo de Cristo. Que el Espíritu Santo llene de luz nuestra búsqueda de Dios.


7 claves para poder ser alegre y gozoso como sacerdote (y como cristiano en general)

 


7 claves para poder ser alegre y gozoso como sacerdote (y como cristiano en general)

Un joven sacerdote ordenado en 2020, en una foto de Father James en Unsplash - ¿cómo mantenerse y crecer en la alegría de ser sacerdote?

Damian Ference es un sacerdote de la diócesis de Cleveland (EEUU), encargado de la vicaría de Evangelización y del secretariado de Vida Parroquial, además de profesor de filosofía en el seminario. Es un buen comunicador, autor del libro 'La extrañeza de la verdad', título que alude a una frase de la escritora católica Flannery O'Connor: "es tarea del artista quitar lo que cubre la extrañeza de la verdad". La fe católica dice cosas extrañas, pero verdaderas: hay que saber como exponerlas.

Ference y sus textos son alabados por gente como Matt Fradd (Pints with Aquinas) o Brandon Vogt (autor de Por qué soy católico). A menudo escribe sobre lo que significa ser sacerdote en nuestra época, cuando desde los 80, y con más fuerza desde 2001, el sacerdocio católico ha perdido mucho prestigio y los jóvenes que quieren ser sacerdotes saben que serán sometidos a gran presión, mala imagen y sospecha. Ahora ha escrito un texto que le ha pedido America Magazine (la revista de los jesuitas norteamericanos, aunque él no es jesuita) titulado 7 consejos para un sacerdocio más gozoso ("Seven tips for a more joyful priesthood").

"El gozo es un don y lo experimento a menudo. Sin embargo, con presteza admito que a veces estoy demasiado cansado, o soy débil, perezoso u orgulloso, y pierdo mi alegría. Pero he descubierto que si estoy activa e intencionadamente implicado en las siguientes 7 prácticas, soy más capaz de sostener mi alegría. Estas siete prácticas no son únicas para sacerdotes, pero escribo sobre ellas en el contexto del sacerdocio porque es lo que he conocido en los pasados 19 años. Adáptalas a tu vida como veas adecuado, porque la mayor evangelización que podemos ofrecer es una iglesia gozosa", explica Damian Ference.




Damian Ference, de la diócesis de Cleveland, da 7 ideas para ser un sacerdote alegre, gozoso.

1. Reza

¿No se supone que los curas, y muchos otros cristianos, deberían rezar mucho? "Pero cuando uno tiene de vocación ser un profesional en oración, puede ser tentador, de vez en cuando -en misa, en la Liturgia de las Horas, en las devociones personales- poner el piloto automático. Lo digo desde la experiencia. Abundan las distracciones y si no vigilo y las reconozco y no rezo con ellas o a través de ellas intencionadamente, ese encuentro personal renovado con Cristo que es esencial para un sacerdocio gozoso se pierde", avisa.

"Incluso decir a Jesús: 'Señor, estoy cansado', o 'Señor, te necesito', y escuchar después su respuesta necesita tanto tenacidad como humildad, y sus frutos son el gozo", apunta. "Un sacerdote que no se toma en serio su oración, incluso la más sencilla, no puede esperar en serio ser gozoso".

2. Mantén amistades fuertes

Aristóteles escribió que todos quieren tener amigos y nadie quiere estar sin amigos, "y tiene razón", señala Ference. "Jesucristo, que es como nosotros en todo, menos en el pecado, tenía amigos". Lázaro, Marta, María, Pedro, Santiago, Juan...

Un sacerdote gozoso tendrá buenas amistades, tanto sacerdotes o religiosos como laicos y laicas, amigos con los que poder compartir la vida, en los que poder confiar. Tomás de Aquino señalaba que los amigos nos ayudan a llevar nuestras cargas, y sólo verlos nos recuerda que somos amados.

Ference apunta a su propia experiencia, con padres ya fallecidos y de una familia pequeña (como pasa cada vez a más gente): todos necesitan amigos, y también el sacerdote.

3. Abraza tu humanidad

Cuando un seminarista es ordenado sacerdote se convierte en una persona realmente extraña: llevará ropa rara, no se casará, hará cosas misteriosas llamadas sacramentos, predicará a gente pecadora como él y lo invitarán a eventos importantes en sus vidas, como matrimonios, nacimientos, enfermedades y muertes.

Pero antes que sacerdote, uno es ser humano. Tiene las limitaciones y alegrías de un ser humano.

"Los sacerdotes más alegres que conozco abrazan su humanidad, no huyen de ella. Disfrutan de una buena comida, una buena bebida, buenos amigos, buena música, una buena novela, buen arte, una buena excursión. Se ríen mucho. Es verdad que el sacerdocio es un asunto serio, pero también humano. Los sacerdotes más gozosos parecen ser los tipos que usan la misma voz estén con el clérguiman, en el gimnasio o de vacaciones".

4. Hazte amigo de gente que te resulta incómoda

"Sacerdotes y laicos a menudo caemos en la trampa de de rodearnos de gente que cree lo mismo que nosotros y piensa como nosotros. Eso nos hace sentirnos seguros y cómodos. Pero el Evangelio muestra que aunque Jesús tenía un buen círculo de amigos en los que se sentía a gusto, también buscaba estar cómodo con los que estaban en los márgenes de la sociedad, incluyendo los pecadores y cobradores de impuestos", recuerda el sacerdote.

"Amando al pecador, Jesús ablandaba el corazón del pecador para la conversión, lo que lleva al gozo. Los sacerdotes alegres nunca olvidan que Jesús les amó primero aún siendo pecadores, y continúa haciéndolo. Y ellos harán los mismo con otros".

5. Respeta la dignidad de todos, incluso -y especialmente- los que te fastidian

La mayor parte de la gente tiene en su vida personas que les agobian y fastidian. "Está bien. Amar a los que no siempre nos gustan es una forma de recordar que todo el mundo cuenta, todos importan, incluso aquellos a los que cuesta amar. El gozo que viene de amar a la gente con la que no siempre te llevas bien es real y contagioso", asegura Ference.

6. ¡Arriésgate!

Cuando Ference sacó su doctorado, pensó que se dedicaría simplemente a enseñar en el seminario, pero el obispo le lanzó a la nueva evangelización como responsable diocesano. "Dije sí, pero no sabía a qué decía sí porque en realidad ese oficio no estaba descrito en ningún sitio. El obispo me dijo que fuera creativo e imaginativo", recuerda.

Ference rezó con el Via Crucis y las tres caídas de Cristo le hicieron ver que todos sus seguidores caerán varias veces, como Él. "No todo lo que intento como sacerdote funcionará, ni siquiera con la mejor planificación. Pero el Señor recompensa a aquellos que se arriesgan por el Reino. La recompensa es un corazón gozoso".

7. Deja que sea Jesús el que se dedique a salvar

"Quizá la mayor amenaza al gozo de un sacerdote es la tentación de verse uno mismo como el Salvador. El padrecito debe arreglarlo todo, hacerlo todo mejor, vendar todas las heridas, curar a todos los enfermos, arreglar el tejado y predicar buenas homilías. Los sacerdotes gozosos tienen días de descanso, hacen sus vacaciones, hacen su retiro anual y se toman tiempo para leer y para ejercicios. Al hacerlo así, dan ejemplo a su gente, ponen la oración y el descanso en su lugar y luchan contra la tentación de ser trabajadictos, que afecta a muchos. Un sacerdote alegre recuerda que Jesús es el Señor y Salvador", concluye Damian Ference.

Fuente: Religión en Libertad

miércoles, 25 de mayo de 2022

Santo Evangelio 25 de Mayo 2022

 


Texto del Evangelio (Jn 16,12-15):

 En aquel tiempo, Jesús habló así a sus discípulos: «Mucho tengo todavía que deciros, pero ahora no podéis con ello. Cuando venga Él, el Espíritu de la verdad, os guiará hasta la verdad completa; pues no hablará por su cuenta, sino que hablará lo que oiga, y os anunciará lo que ha de venir. Él me dará gloria, porque recibirá de lo mío y os lo anunciará a vosotros. Todo lo que tiene el Padre es mío. Por eso he dicho: Recibirá de lo mío y os lo anunciará a vosotros».



«Mucho tengo todavía que deciros»


Rev. D. Àlex SERRA

(Sant Cugat del Vallès, Barcelona, España)

Hoy es ¡un día especial! Imagínate la típica jornada en que tú estás con tus familiares o tus amigos, y tienes muchas cosas para contarles. Quizá hace tiempo que no les ves o que vienes de un gran viaje o, simplemente, has tenido un día lleno de experiencias. Quieres explicarlo todo, pero no tienes suficiente tiempo. Pues esto es lo que le sucedió a Jesús. Por eso dice: «Mucho tengo todavía que deciros» (Jn 16,12).

Imaginémonos a Jesús con sus mejores amigos, los discípulos, diciéndoles que cuando tengan el Espíritu de la verdad —es decir, su mismo Espíritu— predicarán sin miedo por todo el mundo, con unas ganas espectaculares, y que tendrán una vida fantástica con Él. Con ello no dice que no tengamos problemas, sino que los afrontemos de otra manera, ya que con el Espíritu de Dios todo es posible. El Espíritu lo hace todo nuevo, desenmascara nuestros temores, cambia nuestra vida, hace salir de aquello que se nos hace farragoso, nos ayuda a amar a quienes nos cuesta… y que cada uno piense en aquello que necesita que el Señor cambie en su vida.

Todo eso es lo que comunica y anuncia el Espíritu. Una vida nueva donde el sinsentido que podemos vivir lo afrontamos con el Espíritu del Señor y, como dijo el Papa Francisco el año 2020 en la Misa de Pentecostés marcada por el confinamiento a causa del Covid-19, ¡una vida de donación! Éste es el fruto del Espíritu: la donación a los otros, por la unidad entre los discípulos. Nosotros recibimos el Espíritu, pero no para nosotros sino para los otros, para aquellos que están a nuestro lado, sea quien sea…

Ojalá que hoy seamos fieles discípulos del Señor o, mejor dicho, que hoy seamos verdaderos amigos de aquel que nos da Vida y nos preguntemos: si soy discípulo del Señor, ¿cómo me doy a los otros? ¿Les doy la vida?