domingo, 16 de febrero de 2025

El sesgo ideológico de los medios sistémicos: el caso de Alemania, expuesto por Alexander Kissler

 


El sesgo ideológico de los medios sistémicos: el caso de Alemania, expuesto por Alexander Kissler

La unidireccionalidad de la información (woke, ideología de género) está encauzando a los ciudadanos hacia medios alternativos.

Alexander Kissler, en su programa matutino.

Alexander Kissler, un periodista alemán muy conocido cuyo comentario de actualidad de cinco minutos en el arranque de cada mañana marca para los alemanes una opinión alternativa a la sistémica. En la imagen, comenta el hecho de que 'en las redacciones alemanas, Trump fue recibido con la habitual mezcla de odio y paranoia'.Kissler 

En los últimos años, muchos de los medios tradicionales –y especialmente la televisión– han claudicado en su papel como "cuarto poder", abandonando la distancia crítica con respecto al poder ejecutivo. Se han convertido más bien en una especie de portavoz de los comunicados oficiales, contribuyendo a imponer una cultura woke, a la postre descristianizadora. Un ejemplo: el Tagesschau [Telediario] más extendido en Alemania ha renunciado recientemente al tradicional saludo "señoras y señores"... para no herir a colectivos "no binarios".

Frente a esto han surgido medios alternativos, principalmente en internet, independientes en su clásico escepticismo con respecto a lo que procede del gobierno, enfocados en combatir los dictados de la "narrativa oficial"; por ejemplo, la ideología de género. 


Hemos tenido ocasión de hablar de todo esto con un prestigioso periodista de Alemania, Alexander Kissler, quien después de haber trabajado para algunos de los tabloides más conocidos de lengua alemana, se ha decantado por uno de estos medios alternativos, la plataforma Nius.

Embargos y cárcel por no pagar la tele pública

En Alemania, a diferencia de España y otros países, la radiotelevisión pública se financia mediante una tasa obligatoria; actualmente, asciende a unos 18 euros al mes por hogar, independientemente del número de personas que la compongan y de si realmente se utiliza dicho “servicio”. Esta tasa genera unos 10.000 millones de euros al año, una suma sin parangón en Europa, pudiéndose emplear medidas coercitivas en caso de impago: se han llevado a cabo embargos e incluso ha habido casos concretos de penas de cárcel por dicho impago.

El sistema público de radiodifusión en Alemania comprende la ARD [Arbeitsgemeinschaft der öffentlich-rechtlichen Rundfunkanstalten der Bundesrepublik Deutschland, literalmente “Grupo de Trabajo de los organismos públicos de radiodifusión de la República Federal de Alemania”]: las nueve radiotelevisiones regionales más la Deutsche Welle. Además, el sistema incluye la ZDF [Segunda Televisión Alemana] y Deutschlandradio.

Últimamente se están acumulando las críticas al exceso de oferta del sistema, que no sólo provoca costos elevados, sino que además compite con las emisoras privadas a través de contenidos similares a los de la prensa en Internet. Esto dificulta la supervivencia económica de las emisoras privadas.

Un sesgo ideológico divorciado de la realidad

Uno de estos críticos es Alexander Kissler, quien tras desarrollar la profesión en varios periódicos reconocidos como Frankfurter Allgemeine y Süddeutsche y, más recientemente en el Neue Zürcher Zeitung, trabaja desde octubre de 2024 para el portal privado online Nius, entre otras cosas con su propio canal de YouTube Kissler Kompakt. 

Hablamos con Alexander Kissler en Berlín sobre el sistema público de radiodifusión y los medios alternativos.



Alexander Kissler, delante de una librería llena de libros.

'Wider Worte' es un ensayo de Alexander Kissler que denuncia el poder de las palabras para manipular el discurso.Penguin Random House.

Según el Tratado Interestatal de Radiodifusión, las emisoras públicas están obligadas a informar con neutralidad y reflejar adecuadamente la realidad alemana. 

Sin embargo, en la práctica, según Kissler, “han desarrollado un sesgo político hacia la izquierda”. 

Cita una encuesta realizada por la Universidad de Dresde en septiembre de 2024, que muestra que el 41% de los periodistas de las cadenas públicas son afines a los Verdes (los sondeos electorales les dan actualmente entre el 12% y el 14%), el 16% al SPD (sondeos electorales: 16%) y sólo el 8% a la CDU (sondeos electorales: 30%). La AfD, que alcanza alrededor del 20% en los sondeos electorales, ni siquiera fue incluida en la encuesta. Según ésta, casi el 60% de los periodistas del sector público se sitúan en el espectro verde-izquierda.



Diagrama que refleja el sesgo ideológico izquierdista de los medios alemanes.

El sesgo ideológico del panorama mediático alemán, aún más acusado en el ámbito público: el 41% de los periodistas simpatizan con los verdes, que suponen un 12-14% del voto; el 8% simpatizan con la conservadora CDU, con sondeos del 30%. AfD [Alternativa por Alemania], con el 20% de voto, tiene menos de un 1% de apoyo en los medios.Journalismus & Demokratie

Este desequilibrio también se refleja en la información, según Kissler. Los Verdes, que cuentan con alrededor del 12 al 14% del electorado, reciben una atención y una buena voluntad desproporcionadas: “Las entrevistas con destacados políticos de los Verdes, como Robert Habeck o Annalena Baerbock, suelen ser poco críticas, mientras que los representantes del FDP o la AfD son abordados con mucha más dureza”. La migración, la inflación y la economía –temas clave para muchos ciudadanos– se tratan a menudo desde una perspectiva sesgada. Las voces críticas con la inmigración suelen ser tachadas de nacionalistas, mientras que dominan las narrativas positivas en estos terrenos”.

Un análisis de los tertulianos muestra también un desequilibrio: partidos como la AfD, que representan en torno al 20% de los votos, están muy infrarrepresentados en las tertulias, mientras que los Verdes tienen una representación desproporcionada. Este desequilibrio es probablemente un desprecio a la diversidad de opiniones, afirma Alexander Kissler.

El sesgo unilateral también es evidente en la elección de los temas. Predominan los temas de izquierda, como la protección del clima, las cuestiones de género y la lucha contra el racismo, mientras que rara vez se escuchan posturas conservadoras o contrarias a la inmigración. Programas enteros como Medio ambiente y sociedad en Deutschlandradio o Campus y carrera se dirigen casi exclusivamente a una audiencia de izquierda.


Sumisión al gobierno: el cáncer del periodismo

El periodista de Nius también critica la estrecha relación entre la política y la radiotelevisión pública: los primeros ministros de los Länder y los representantes del gobierno se benefician de apariciones regulares en los estudios regionales, mientras que la información sobre el gobierno a menudo sigue siendo acrítica. El periodista cita como ejemplo la gestión de las acusaciones contra los ministerios: cuando los medios independientes destapan escándalos, las cadenas públicas a menudo sólo informan una vez que el gobierno se pronuncia. La autojustificación del gobierno se convierte entonces en noticia, mientras que la acusación original pasa a un segundo plano.

Hasta los años ochenta, la televisión en Alemania era exclusivamente estatal. Con la introducción de la televisión privada bajo Helmut Kohl, se creó el sistema dual. El objetivo era aumentar la diversidad, pues las cadenas públicas ya se percibían entonces como insuficientemente pluralistas.

Las cadenas públicas están perdiendo popularidad, sobre todo entre los grupos destinatarios más jóvenes. Su audiencia se compone principalmente de personas mayores de 60 años, mientras que los más jóvenes se decantan cada vez más por medios alternativos. Esta evolución también se refleja en las cifras de acceso: muchos medios independientes registran un alcance cada vez mayor, pero a menudo tienen dificultades para garantizar su financiación.

Kissler habla de una “profunda crisis de legitimación” del servicio público de radiodifusión: “Cada vez se presenta más como el portavoz moral de la democracia en lugar de promover la pluralidad y la diversidad de opiniones”. La exigencia de unos cánones más elevados, que actualmente intentan imponer en los tribunales, ha aumentado el resentimiento de muchos ciudadanos.

Los elevados costos administrativos de la radiotelevisión pública son especialmente controvertidos. Una gran parte del dinero procedente del canon se destina al pago de pensiones, mientras que el trabajo periodístico propiamente dicho pasa a menudo a un segundo plano. Estas estructuras parecen cada vez más anticuadas en un momento en que mucha gente tiene que economizar.

“El futuro del sistema depende de si se consigue recuperar la confianza”, explica Kissler. “Para ello haría falta menos arrogancia y más humildad, sobre todo reconocer la diversidad política y social, que a menudo se ha descuidado en el pasado”.

Los medios alternativos

En vista de esta evolución, los medios de comunicación alternativos cobran cada vez más importancia. Portales como Tichys Einblick, Achse des Guten y Apollo News se dirigen a un público que no se siente representado por las cadenas públicas. Estos medios no sólo abordan temas críticos con el gobierno, sino que también arrojan luz sobre aspectos desatendidos en los medios clásicos.

Los medios alternativos se centran en la investigación exhaustiva y el reportaje de investigación, explica Kissler, lo cual incluye cuestionar informaciones provenientes del gobierno. Como ejemplo, cita los llamados "denunciantes de confianza": estos denunciantes certificados por el gobierno alemán informan de insultos o supuestos insultos en internet directamente a los operadores de las plataformas. “Este procedimiento plantea dudas, ya que permite al Gobierno influir indirectamente sobre la libertad de expresión en las redes sociales”. 

Otro ejemplo son las frecuentes demandas por difamación que están interponiendo sobre todo destacados políticos verdes. “Nuestra investigación pretende arrojar luz sobre cuestiones en las que el gobierno puede resultar no ser bien visto”.

Los medios alternativos “quieren reflejar la realidad de la vida de muchas personas que ya no se sienten adecuadamente representadas en los medios clásicos, especialmente en los públicos”. 

Un ejemplo de ello es cómo se trata el tema de la seguridad. Los medios públicos suelen hacer hincapié en que la inseguridad “sólo es una sensación” entre la población, mientras que las estadísticas sugerirían que Alemania es un país muy seguro. “Afirmaciones como ‘millones de personas salen a la calle todos los días y sólo hay un ataque con cuchillo cada cuatro días’ suponen para muchas personas algo alejado de la realidad y tienden a minimizar el problema”. Tales afirmaciones ignoran las preocupaciones y temores reales que afectan a muchos ciudadanos. Un número creciente de personas agradece que existan medios de comunicación independientes.

Fuente: Religión en Libertad

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