La primera vez del obispo Dominique Rey en la evangelización callejera... y lo que hay que hacer
El obispo de Fréjus-Toulon, Dominique Rey, empezó como evangelizador laico callejero... eso cambió su visión de la Iglesia
El obispo de Toulon (Francia), Dominique Rey, es uno de los mayores difusores de la nueva evangelización en Europa ("nueva en el ardor, en los métodos, en el lenguaje", decía San Juan Pablo II). Siendo el predicador invitado del Encuentro Nacional en Madrid de la Renovación Carismática Católica en el Espíritu, en octubre de 2019, explicó algunas ideas clave sobre evangelización, empezando por sus primeras experiencias como evangelizador en la calle, cuando aún era un laico que crecía en la fe en la Comunidad del Emmanuel, la mayor comunidad carismática francesa. Su ponencia puede verse en el vídeo al final de estas líneas, pero nosotros la resumimos.
"Salimos a la calle ¡y yo rezaba para no encontrar a nadie!"
El obispo Rey recordó la gran frase de Pablo VI en Evangelii Nuntiandi: "La Iglesia existe para evangelizar", escribió el Papa. "Yo nunca hubiera sido sacerdote y obispo si siendo laico no hubiera empezado ya a evangelizar. Yo viví en una familia en Francia muy marcada por la espiritualidad de San Ignacio de Loyola. Cada año mi padre tomaba unas semanas de sus vacaciones para repasar su vida a través de los ejercicios de San Ignacio. Mi padre hizo 26 veces los ejercicios de San Ignacio. Esa espiritualidad ignaciana estaba arraigada en mi vida familiar", recuerda.
"Pero lo que cambió mi vida es que me marché a África, al Chad, a hacer prácticas en una universidad. Yo era laico, profesor de Economía, y trabajaba en el Ministerio de Economía. Estuve dos años en Chad. En la casa de al lado conocí a un pastor evangélico, un hombre muy simpático. Me invitó a acudir a su ministerio. Gracias a él descubrí lo que era la evangelización. Iba de pueblecito en pueblecito para ejercer los carismas, orar por los enfermos, dar testimonio. Al volver a París quise seguir esa misma línea".
"Yo acudía a grupos de oración en el Barrio Latino del corazón de París. Recuerdo mi primera vez evangelizando en la calle. No es que me apeteciera mucho. El grupo estaba cerca de mi lugar de trabajo. '¡Ahora salimos y me vais a seguir', dijeron. ¡Y nos pusimos junto a mi trabajo, el Ministerio de Economía! Y yo con mi cuaderno de canciones, rezando intensamente. ¡No para encontrar a la gente, sino para no encontrarme a nadie! Pero fue una experiencia fabulosa. Una gente me dijo: 'sois la secta más simpática que he encontrado jamás'. Aquello cambió mi vida, dejé mi trabajo y decidí vivir en comunidad. Sentí que Dios me llamaba a dejarlo todo". Más adelante se haría sacerdote.
"Fue al ver yo vidas cambiadas cuando tuve ganas de cambiar la mía. Y eso vi luego en comunidad. La evangelización cambió profundamente mi relación con Dios y con la Iglesia. ¡Hemos sido hechos para dar testimonio!"
Las 6 "C" de la evangelización
El obispo Dominique Rey expuso después seis claves de la evangelización en nuestros tiempos, que empiezan por "c"
1. La caridad, el amor
Es con el amor que reconocerán que sois mis discípulos. La evangelización no es márketing ni proselitismo, es amar a las personas. Porque las amamos, queremos comunicarles lo que nos da vida. Cada padre experimenta esa regla: porque amamos a nuestros hijos, queremos darles lo mejor.
2. La convicción, la fe
Si no tenemos fe, sólo tenemos sentimientos. La fe nos invita a caminar incluso cuando no hay sentimientos, cuando no sentimos ni vemos nada. Evangelizar necesita esa fe, que nace del encuentro con Dios, con Jesucristo. No puedo guardar para mí esa fe: necesito comunicarla.
3- La comunión en comunidad
Jesús, para evangelizar, fundó una comunidad. Es la calidad y unidad de su comunidad lo que transmite el mensaje.
4- La coherencia
Tu vida irradia si es ejemplar. A los cristianos le suelen hacer ese reproche: "no viven lo que dicen". San Agustín, comentando el caso del Buen Ladrón, pone en su boca estas palabras: 'en Su mirada lo entendí todo'. Jesús tocó al ladrón no con palabras, sino entregándose en la cruz. Tocamos no sólo mediante palabras, sino con nuestro propio ser. Descubrir que una persona tiene ese centro de gravedad, esa unidad, es lo que toca a las demás personas.
5- Carisma: cada uno tiene sus dones para evangelizar
La evangelización que puedo hacer normalmente va ligada a mi carisma confirmado por mis hermanos. Hay que descubrir el carisma que tiene cada uno. (Cuando me ordenaron sacerdote vino mi madre a mi piso, lo miró, y dijo "no parece que hayas recibido el sacramento del 'orden'"). Hay que descubrir tu carisma.
6- Comunicar
Jesús es a la vez el mensaje y el mensajero. Él tiene una forma de comunicar, a veces con una sola mirada, otras veces predica las Bienaventuranzas, o evangeliza durmiendo, en la barca que tiembla en el lago. Jesús evangeliza uno a uno, y a muchedumbres. Hay un arte comunicador.
Dominique Rey explicó algunas iniciativas creativas. "En mi diócesis de Toulon tenemos un sistema para evangelizar por Internet. La gente lanza sus preguntas por Internet y les respondemos. Tengo un sacerdote dedicado a la evangelización de las discotecas. Ni baila ni bebe. Llega con su sotana. La gente acude a él. Empieza su ministerio a las doce de la noche y regresa a las 9. Toca a mucha gente. Yo no podría hacerlo porque yo vivo de día, pero ese es su carisma. Una comunidad cristiana le sostiene. Allí hay violencia, erotismo, pero él puede llegar allí. Y hay que comunicar con alegría. Decía Nietszche: "creeré en la Resurrección cuando vea a los cristianos con cara de resucitados".
¿Dónde evangelizar?
1- Primero, a uno mismo
Nunca se acaba el evangelizarse a uno mismo, porque Jesús quiere tocar todas las dimensiones de nuestra vida. A veces le dejamos sólo sentarse en nuestra sala de estar, no le dejamos entrar en otras estancias de nuestra vida. La vida es larga porque hace falta tiempo para que el Señor entre en cada estancia: nuestro temperamento, carácter, vida interior, de relaciones...
2- A nuestra familia
Jesús se encarnó en su familia en Nazaret, y evangelizó su relación familiar, parental, fraterna... y eso debemos hacer también nosotros
3- Nuestra vida de comunidad y parroquial
Para evangelizar la parroquia (u otra comunidad católica) hay que transformar pastoralmente la parroquia o comunidad para que sea evangelizadora.
"La Iglesia ha de abordar la transformación misionera de las parroquias. En Toulon usamos el sistema "Pastores según mi corazón" para reorganizar la parroquia según 5 "Ps".
Una P es la pasión, "que es apasionamiento por la visión, porque en muchas parroquias no hay visión, sólo repetición de lo de siempre. Nicky Gumble, impulsor de Cursos Alpha en Londres, vio a un joven que era completamente ajeno a su lenguaje y su cultura. Y se planteó: ¿cómo llegar a alguien que está tan alejado de la Iglesia? Tenía pasión y visión".
Otra P es la pedagogía. Incluye el acoger, acompañar, escuchar... Jesús estuvo 3 años acompañando a sus discípulos. La evangelización requiere acompañar a lo largo del tiempo, pone a Jesús en el corazón de la vida de la persona.
Otra P es la plegaria, la oración. La comunidad evangelizar mediante la oración. Juan Pablo II decía que la Eucaristía es el acto más misionero, porque Jesús está realmente presente.
La cuarta P es la paciencia. "Trabajamos con el tiempo. En la familia, en el trabajo y en el mundo de la cultura o del deporte..."
La quinta P es acudir a las "periferias". Hay que crear lugares de contacto con los alejados.
"Yo abrí bares en mi diócesis. Lo aprendí ya siendo párroco en un barrio de prostitución en París. Ya allí abrí un bar, entre un sex shop y una tienda de lencería fina. Puse una estatua grande de María en el escaparate del bar. Un chaval del barrio me dijo: ¡creo que es la única Virgen del barrio! Pero mucha gente sin relación con la Iglesia se acercaba al lugar. Venían, hacían preguntas, se sentían acogidos. Dos personas pidieron el bautismo a partir de encuentros en ese bar. Y ya de obispo en Toulon, en la Costa Azul, abrimos pequeños bares junto a las iglesias, lugares de encuentro. Allí hay gente con heridas, que puede ser acogida. Puedes desarrollar con paciencia y empatía relaciones e invitar a quien quiera a tener una experiencia en la iglesia. Hay que tener audacia para ir a periferias, como dice el Papa Francisco. También tenemos casas de acogida para personas solas, en familias rotas. Y Jesús también buscaba a personas con problemas".
9 prioridades misioneras, hoy
Finalmente, el obispo de Toulon señaló nueve tareas y temas prioritarios para evangelizar en el Occidente descreído actual
1- La urgencia del kerigma, es decir, de anunciar, con audacia, a Jesús el Señor, que cambia la vida
2- La fraternidad: en un mundo individualista, la escucha, la acogida, es lo que ayuda a muchos, con bondad, amabilidad y empatía
3- La ritualidad: esta sociedad necesita redescubrir el sentido de lo sagrado, en la belleza y dignidad de la liturgia muchos encuentran a Dios;
4- La interioridad: "en pleno corazón de Manhattan, lugar agitado, se vende silencio; salas para yoga, leer Biblia, etc, en acústica hermética; la gente busca encontrarse a sí misma; es silencio, no mero mutismo. Es como el silencio de dos enamorados, lleno de miradas, de amor... que es lo que vivimos en la adoración eucarística. Necesitamos lugares para recogernos".
5- La racionalidad: es algo que debe aplicarse al arte de vivir, y en la evangelización, porque la fe cristiana es razonable, es inteligente, incluye el diálogo razonable...
6- Lo terapéutico: Jesús evangelizaba sanando, oraba por las personas; también nosotros lo hacemos, ofrecemos orar por los enfermos, la confesión, los sacramentales, los exorcismos... hay todo un arsenal espiritual y sacramental para evangelizar con pastoral terapéutica;
7- Lo escatológico, el fin de todo: la gente aún se pregunta qué hay tras la muerte, y cuando alguien muere se espera que la Iglesia acoja y diga algo...
8- La estática y el arte: es un lugar de misión; las iglesias se llenan cuando se da un concierto; toca la imaginación y la emoción, y ahí se puede transmitir un mensaje; hay que desarrollar la pastoral del mundo artístico, para llegar a las personas que no son tocadas por una homilía
9- Y la dimensión carismática: conocer y aplicar los carismas de cada uno para evangelizar
"La conversión de los pecadores implica primero la conversión de los pastores, incluye cambiar la pastoral; hoy se requiere realmente un acompañamiento, sin esa conversión [pastoral] las nuevas iniciativas no se integran. La conversión del cuerpo implica la de la cabeza [el pastor]. Hay que aceptar que hay carismas e iniciativas, y pedir a Dios que la Iglesia entre en esa conversión interna para favorecer la conversión del mundo hacia Dios", finalizó el obispo de Toulon.
Fuente: Religión en libertad