En aquel tiempo, Jesús habló así a sus discípulos: «Os dejo la paz, mi paz os doy; no os la doy como la da el mundo. No se turbe vuestro corazón ni se acobarde. Habéis oído que os he dicho: ‘Me voy y volveré a vosotros’. Si me amarais, os alegraríais de que me fuera al Padre, porque el Padre es más grande que yo. Y os lo digo ahora, antes de que suceda, para que cuando suceda creáis. Ya no hablaré muchas cosas con vosotros, porque llega el Príncipe de este mundo. En mí no tiene ningún poder; pero ha de saber el mundo que amo al Padre y que obro según el Padre me ha ordenado».
«Mi paz os doy; no os la doy como la da el mundo»
Rev. D. Enric CASES i Martín
(Barcelona, España)
Hoy, Jesús nos habla indirectamente de la cruz: nos dejará la paz, pero al precio de su dolorosa salida de este mundo. Hoy leemos sus palabras dichas antes del sacrificio de la Cruz y que fueron escritas después de su Resurrección. En la Cruz, con su muerte venció a la muerte y al miedo. No nos da la paz «como la da el mundo» (cf. Jn 14,27), sino que lo hace pasando por el dolor y la humillación: así demostró su amor misericordioso al ser humano.
En la vida de los hombres es inevitable el sufrimiento, a partir del día en que el pecado entró en el mundo. Unas veces es dolor físico; otras, moral; en otras ocasiones se trata de un dolor espiritual..., y a todos nos llega la muerte. Pero Dios, en su infinito amor, nos ha dado el remedio para tener paz en medio del dolor: Él ha aceptado “marcharse” de este mundo con una “salida” sufriente y envuelta de serenidad.
¿Por qué lo hizo así? Porque, de este modo, el dolor humano —unido al de Cristo— se convierte en un sacrificio que salva del pecado. «En la Cruz de Cristo (...), el mismo sufrimiento humano ha quedado redimido» (San Juan Pablo II). Jesucristo sufre con serenidad porque complace al Padre celestial con un acto de costosa obediencia, mediante el cual se ofrece voluntariamente por nuestra salvación.
Un autor desconocido del siglo II pone en boca de Cristo las siguientes palabras: «Mira los salivazos de mi rostro, que recibí por ti, para restituirte el primitivo aliento de vida que inspiré en tu rostro. Mira las bofetadas de mis mejillas, que soporté para reformar a imagen mía tu aspecto deteriorado. Mira los azotes de mi espalda, que recibí para quitarte de la espalda el peso de tus pecados. Mira mis manos, fuertemente sujetas con clavos en el árbol de la cruz, por ti, que en otro tiempo extendiste funestamente una de tus manos hacia el árbol prohibido».
«Me voy al Cielo, estaré con el Señor para interceder por los que quiero», dijo Rebeca, con 20 años
Laura Rocamora junto a un display de la película Un ángel llamado Rebeca
Laura Rocamora habla de su hermana la Sierva de Dios Rebeca en los cines La Vaguada, en Madrid
Laura Rocamora, hermana y primera biógrafa de la Sierva de Dios Rebeca Rocamora Nadal (1975-1996), acudió a los cines de La Vaguada en Madrid para el preestreno de Un ángel llamado Rebeca. Sin haber visto aún la película, habla con ReL de su hermana y de la estela que dejó en su pueblo cerca de Alicante, en la familia y en cada vez en más personas.
- Laura, ¿quién te acompaña al cine?
- Mis dos hijos, mi marido...
- ¿Le intimida a tu marido tener una cuñada en proceso de beatificación, alguien santo en la familia?
- Bueno, es que el tío de mi marido era el sacerdote que llevaba las causas de santos en nuestra diócesis, Ildefonso Cases Ballesta. ¡Pero no nos conocimos hasta 2011, con la JMJ aquí en Madrid! Nos conocimos en un acto previo a la JMJ y en Madrid ya todo el rato buscaba hacerse fotos conmigo, jajaja. No, esto no le intimida.
- ¿A qué te dedicas? ¿Sigues en el pueblo donde vivió tu hermana?
- Soy auxiliar administrativa, y sí, vivimos en Granja de Rocamora.
- Rebeca murió con 20 años por un tumor, en 1996...
- Muchas personas sufren por el cáncer, por enfermedades, pero eso no basta para que te abran un proceso de beatificación. Se abre el proceso para Rebeca porque en su vida vivió las virtudes. Es verdad que vemos en las vidas de los santos que en momentos más duros se amoldan más a la voluntad de Dios, de forma más visible. Pero Rebeca vivió la aceptación de la voluntad de Dios en su día a día, como estudiante, como catequista, en la familia.
- En fotos y estampas se la ve sonriente...
- Nosotros siempre destacamos su sonrisa. La enfermedad no hizo que se encerrara en sí misma, en una introspección, no. Cuanto más enferma, más alegre y generosa.
- La película habla de Rebeca, su fe, su entereza en la enfermedad, pero no detalla mucho sus 3 meses finales, que según tu libro fueron muy especiales...
- En esos tres meses finales vimos la profundidad de su trato con Dios. Nos dijeron que por tumor se moriría en pocos días, pero duró 3 meses, y sin los efectos tan extremadamente fuertes que nos habían dicho. Celebraban la eucaristía en su habitación cada día, y daba gracias a Dios por lo que tenía. En esta etapa final, el cura le animaba: "pide la salud". Y ella decía: "yo le pido que me aumente la fe, Él ya sabe lo que me conviene". Ella era feliz con lo que Dios quisiera. Eso no quita que no sufriera. Pero sus frases en esos meses tenías que tomártelas en serio, porque ella no era de palabrería ni de dar sermones. Si decía algo, era importante.
- ¿Qué cosas impactantes decía en esa época?
- El obispo emérito, don Pablo Barrachina, que nos quería mucho, vino a hacer confirmaciones en la parroquia y nos visitó en casa, porque nos quería mucho. Rebeca le dijo: 'Don Pablo, he de decirle una cosa: me voy al Cielo. Y poco a poco me llevaré a los que quiero. A medida que el Señor vaya llamando a las personas que quiero, estaré con Él, para interceder por ellas". Ella nunca antes había dicho nada parecido, ni lo dijo después. Lo dijo con profundidad, pero de manera muy natural.
»Yo ahí veo que ella ya sabía que Dios la estaba llamando, a un mes prácticamente de su muerte. Y ahora es intercesora de muchos. Se abrió el proceso por clamor popular.
- La película recoge ese clamor, el funeral lleno...
- Cuando Rebeca falleció, vimos con sorpresa que venía mucha gente que no conocíamos, de todas partes. En el velatorio decían: "Parece una santa". Le pasaban rosarios y pañuelos. En ese velatorio, nuestro párroco nos llevó aparte y nos dijo: "Solo soy un párroco, pero creo que el Señor ha hecho una obra muy grande con Rebeca". En ese mismo año, en 1996, ya nos llegaban testimonios de gente que nos contaba lo que Rebeca había hecho en su vida. Ya había gente que pedía su intercesión desde el Cielo: iban al cementerio, le dejaban cirios, notas de agradecimiento, por sus hijos, sus estudios, etc...
- ¿Y que hizo la Iglesia?
- Esto que veíamos lo contábamos en la parroquia. Se enteró el obispado e Ildefonso Cases, el postulador, lo recogió. La diócesis dedujo que Dios nos quería decir algo a través de la vida de Rebeca. Es lo que dice el Papa Francisco: los santos de la puerta de al lado. Don Ildefonso Cases me dijo que él tenía que presentar la vida de Rebeca al nuevo obispo, Rafael Palmero, y me pidió escribir mis recuerdos de ella. Yo era 2 años menor que Rebeca. Escribí lo que recordábamos, lo que habíamos vivido... Y de esos recuerdos, Ildefonso Cases me dijo: "Esto ha de tener formato de libro. Esta vida puede hacer mucho bien al mundo de hoy". Así publicamos el libro, La estela de una sonrisa.
- ¿Rebeca hablaba con vosotras, las otras 3 hermanas, de cosas de Dios?
- Es que ella no era de hablar mucho. Tampoco escribió un diario espiritual. Pero al empezar el proceso de beatificación, revisando su libro de catequesis, vimos algunas frases que escribió allí. Tenía 8 años y sus primeros síntomas de enfermedad. Escribió: "Acepta con agrado la llamada del Señor a lo que te pueda pedir".
Laura Rocamora en los cines La Vaguada junto al display de la película Un Ángel Llamado Rebeca
- ¿Cómo era Rebeca en casa?
- Le gustaba el deporte, cantar, bailar, salir con los amigos de forma sana. Era muy de hacer bromas en casa o con los vecinos, obras de teatro... Era muy divertida cuando imitaba a Lina Morgan. Físicamente, tenía ese aspecto de niña, y tenía inocencia, sin doblez ni maldad. Pero a la vez era recia. Nunca quería ser centro de atención, ni llamar la atención por su enfermedad.
»Era una mezcla explosiva, de dulzura y carácter. Era prudente, pero cuando había que defender algo, contra una injusticia, por ejemplo, te lo decía sin agresividad. Cuando corregía a alguien, lo hacía con gracia. Lo decía de una forma que te hacía pensar y cambiar, tenía un don para eso. Las cuatro hermanas somos muy distintas, y ella atendía a cada una según necesitáramos. Si había un problema en casa, ella no vendría a decirte lo que tenías que hacer, pero te daba su ejemplo.
- Desde los 14 años fue catequista...
- Nuestra familia siempre fue mucho de ayudar en la parroquia. Quería confirmarse para ser catequista, y lo fue con 14 años. Sus niños nos dicen que ella era amena, que tocaba la guitarra y cantaba con ellos, que los llevaba a la capilla del Santísimo y los animaba a rezar allí, y les animaba también a ayudar a sus padres, a los abuelos...
- ¿Habéis descubierto más cosas a raíz de la película?
- El director, Zavala, difundió el tráiler en su web Refugio Zavala, y lo vio una persona que de niño había sido alumno de Rebeca. Ella, como todas las hermanas, dio algunas clases particulares de refuerzo escolar, para sacar un dinerito. Pues a esta persona unos ratos de clase particular ya le dejaron una marca: decía que con su paciencia, amor, sonriendo, con bromas, sin rigidez, Rebeca le hizo más liviano el estudio, y así aprobó. Descubrimos este testimonio por la película.
- La película cuenta que tenéis una reliquia de la Cruz en Granja de Rocamora...
- Sí, Granja tiene un lignum crucis que solo sale en procesión el día de su fiesta. Pero Rebeca nos pidió, mientras estaba en tratamientos en Madrid: "Decidle a don José que me traigan el lignum crucis a Madrid". ¡Pero si la reliquia nunca había salido de Granja! Ella, que nunca pedía nada, insistió: "Díselo a don José, que lo traerá". Y efectivamente: don José, que era el párroco, y mi padre y yo fuimos en coche a Madrid, con la reliquia al hospital. La cara de Rebeca cuando nos vio en Madrid quedó transfigurada. A todas las enfermeras les hablaba de la reliquia.
»Y hay más. De vuelta en Madrid, el párroco dejó el lignum crucis en su habitación, casi dos meses. Ya cuando se acercaron las fiestas del pueblo, vino el párroco con la umbela a recuperarla, y le dio la bendición con la reliquia.
»Rebeca también fue al santuario de Caravaca de la Cruz, a unos 80 minutos en coche. Caravaca tiene su famosa reliquia, la Cruz de Caravaca, que sólo se puede sacar y mostrar con un permiso especial, y solo de manos de un sacerdote. Pero como ella iba con un amigo sacerdote, le permitieron sacar la reliquia y se la dieron a besar. Todo eso fue en los últimos meses de su vida.
Campaña de la película Un ángel llamado Rebeca en quioscos y marquesinas
Campaña de la película Un ángel llamado Rebeca en quioscos y marquesinas; murió con 20 años, vivió una vida normal y sencilla... pero amando a Dios impactó a muchos.
- La película usa muchas imágenes de vídeo real, casero...
- En un vídeo de promoción alguien nos decía: ¿cuántos santos pueden ver la vida de otros santos con palomitas y un refresco? A Zavala le proponían que la película podía usar imágenes de recreación, y él decía: "¡Pero si tenemos las imágenes de la Rebeca real, con su voz!"
- Rebeca fallece en 1996, no llegó a vivir la época del móvil e Internet... ¿tendría redes sociales hoy?
- Yo no tengo Facebook ni Instagram, mis hermanas tienen alguna. Rebeca era discreta, quizá no tendría esas redes. Quizá tendría otras. Su vida sencilla, pese a ser tan normal, ya va a contracorriente. No hizo cosas muy importantes, pero hoy se habla de ella porque dejó un impacto. Así, nos abre un camino: muestra que, sin hacer nada raro, se puede ser santo.
Más sobre la película y cines donde verla en: rebecalapelicula.com
[Lea aquí la reseña que ReL ha hecho de la película]
En aquel tiempo, Jesús habló así a sus discípulos: «El que tiene mis mandamientos y los guarda, ése es el que me ama; y el que me ame, será amado de mi Padre; y yo le amaré y me manifestaré a él». Le dice Judas, no el Iscariote: «Señor, ¿qué pasa para que te vayas a manifestar a nosotros y no al mundo?». Jesús le respondió: «Si alguno me ama, guardará mi Palabra, y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada en él. El que no me ama no guarda mis palabras. Y la palabra que escucháis no es mía, sino del Padre que me ha enviado. Os he dicho estas cosas estando entre vosotros. Pero el Paráclito, el Espíritu Santo, que el Padre enviará en mi nombre, os lo enseñará todo y os recordará todo lo que yo os he dicho».
«El Paráclito, el Espíritu Santo, que el Padre enviará en mi nombre, os lo enseñará todo y os recordará todo lo que yo os he dicho»
Rev. D. Norbert ESTARRIOL i Seseras
(Lleida, España)
Hoy, Jesús nos muestra su inmenso deseo de que participemos de su plenitud. Incorporados a Él, estamos en la fuente de vida divina que es la Santísima Trinidad. «Dios está contigo. En tu alma en gracia habita la Trinidad Beatísima. —Por eso, tú, a pesar de tus miserias, puedes y debes estar en continua conversación con el Señor» (San Josemaría).
Jesús asegura que estará presente en nosotros por la inhabitación divina en el alma en gracia. Así, los cristianos ya no somos huérfanos. Ya que nos ama tanto, a pesar de que no nos necesita, no quiere prescindir de nosotros.
«El que tiene mis mandamientos y los guarda, ése es el que me ama; y el que me ame, será amado de mi Padre; y yo le amaré y me manifestaré a él» (Jn 14,21). Este pensamiento nos ayuda a tener presencia de Dios. Entonces, no tienen lugar otros deseos o pensamientos que, por lo menos, a veces, nos hacen perder el tiempo y nos impiden cumplir la voluntad divina. He aquí una recomendación de san Gregorio Magno: «Que no nos seduzca el halago de la prosperidad, porque es un caminante necio aquel que ve, durante su camino, prados deliciosos y se olvida de allá donde quería ir».
La presencia de Dios en el corazón nos ayudará a descubrir y realizar en este mundo los planes que la Providencia nos haya asignado. El Espíritu del Señor suscitará en nuestro corazón iniciativas para situarlas en la cúspide de todas las actividades humanas y hacer presente, así, a Cristo en lo alto de la tierra. Si tenemos esta intimidad con Jesús llegaremos a ser buenos hijos de Dios y nos sentiremos amigos suyos en todo lugar y momento: en la calle, en medio del trabajo cotidiano, en la vida familiar.
Toda la luz y el fuego de la vida divina se volcarán sobre cada uno de los fieles que estén dispuestos a recibir el don de la inhabitación. La Madre de Dios intercederá —como madre nuestra que es— para que penetremos en este trato con la Santísima Trinidad.
Con un tumor como un puño, necesitaba un milagro, muchos oraron y sanó: «Él me decía que iría bien»
GarryDebido a su tamaño, el neurocirujano tendría que pelar el tumor capa por capa hasta detenerse sólo si existía la posibilidad de un derrame o daño cerebral (foto: Arkansas Catholic).
Garry y Mary VanCleve viven en Arkansas (EE.UU) y se despertaron a las 5:30 a.m. del 5 de noviembre de 2022 preparándose para disfrutar de un café, leer juntos la Biblia y rezar por su familia y amigos, lo que no sabían es que sus vidas estaban a punto de cambiar.
Garry empezó a temblar, se cayó de bruces y perdió la consciencia. El personal de emergencias creyeron que podía haber sufrido un derrame cerebral y lo llevaron de urgencia, donde le ingresaron de inmediato en una sala de reanimación. Cuando Mary y su hijo pudieron entrar a verlo, fue el propio Garry quien les dijo que tenía un tumor cerebral.
En la capilla del hospital
"La especialista que me hizo el escáner cerebral rezó conmigo después de ver los resultados", les dijo Garry. "Cuando lo vi supe que este hombre necesitaba un milagro", aseguró luego la profesional a la familia. La especialista sería la primera de tantos empleados del hospital que rezaron y le apoyaron durante el mes siguiente.
El neurocirujano informó a la pareja de que Garry tenía un tumor en el lóbulo frontal derecho del tamaño del puño de un hombre. Debido a su tamaño, tendría que pelar el tumor capa por capa hasta detenerse sólo si existía la posibilidad de un derrame o daño cerebral.
Garry permaneció hospitalizado un breve periodo de tiempo, donde un neurólogo y un internista lo evaluaron y le recetaron medicamentos para las convulsiones y la tensión arterial. Tras el alta, los feligreses de San Judas Tadeo de Waldron (condado de Scott) apoyó a la pareja con sus oraciones.
"Después de mudarnos a Mansfield en 2017, habíamos visitado varias iglesias católicas, todas al menos a 20 minutos en coche. Queríamos una comunidad parroquial pequeña y supimos que habíamos encontrado nuestro hogar", explica Mary VanCleve al Arkansas Catholic y añade: "Nuestro nuevo párroco, el padre Les Farley, ha sido maravilloso con nosotros. Visitó a Garry en nuestra casa y le ungió".
Garry le dijo al sacerdote que se sentía como el paralítico de los evangelios de Mateo, Marcos y Lucas cuyos amigos lo bajaron por el techo para que lo sanara. Garry veía a su comunidad como amigos que, a través de sus oraciones, lo bajaban ante Jesús para ser sanado. Después de que Garry se curara, el corredor de seguros jubilado de 74 años continuaría con un procedimiento no invasivo para extirpar el resto del tumor.
El primer quirófano disponible estaba en Springfield, Missouri (EE.UU), a finales de noviembre, por lo que la pareja viajó para la cirugía. Cuando llegaron el 21 de noviembre, el doctor intentó un procedimiento para ralentizar el flujo sanguíneo al tumor como preparación para la operación del día siguiente; pero descubrió que había un fuerte flujo sanguíneo procedente del interior del cerebro.
Gary Garry, de rojo, antes de sufrir la intervención por el tumor.
Garry pasó entonces la noche en cuidados intensivos. Ante esta grave situación Mary, su mujer, fue a rezar a la capilla del hospital, sintiéndose reconfortada por las oraciones de sus amigos, familiares y comunidad, que se comunicaban sin descanso a su teléfono móvil.
Cuando la llamaron al mostrador de información al cabo de una hora y media de estar su esposo en cirugía, ella se preocupó, pero el neurocirujano le dijo que, aunque la noche anterior se había producido una fuerte irrigación sanguínea, que el tumor había desaparecido por completo y que no sería necesario ningún otro procedimiento.
"Dios dijo en su Palabra: 'Hágase en vosotros según vuestra fe'", exclamó Garry días después ante su comunidad, y explica: "Sentí que Dios decía que todo iría bien". "El padre Alejandro (Puello), nuestro anterior párroco, siempre nos decía: 'Cuando no puedas hacer nada más, entrégaselo a Dios'", dice Mary VanCleve.
Desde su operación, Garry VanCleve se ha sometido a dos escáneres cerebrales sin problemas. Está empezando a escribir su testimonio. "Ojalá nuestra experiencia ayude a quien lo necesite. Rezo para que todos los que necesitan milagros sepan que Dios es fiel", añadió Mary, la esposa de Garry.
En aquel tiempo, Jesús habló así a sus discípulos: «Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el viñador. Todo sarmiento que en mí no da fruto, lo corta, y todo el que da fruto, lo limpia, para que dé más fruto. Vosotros estáis ya limpios gracias a la Palabra que os he anunciado. Permaneced en mí, como yo en vosotros. Lo mismo que el sarmiento no puede dar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid; así tampoco vosotros si no permanecéis en mí.
»Yo soy la vid; vosotros los sarmientos. El que permanece en mí y yo en él, ése da mucho fruto; porque separados de mí no podéis hacer nada. Si alguno no permanece en mí, es arrojado fuera, como el sarmiento, y se seca; luego los recogen, los echan al fuego y arden. Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid lo que queráis y lo conseguiréis. La gloria de mi Padre está en que deis mucho fruto, y seáis mis discípulos».
«La gloria de mi Padre está en que deis mucho fruto»
Rev. D. Joan MARQUÉS i Suriñach
(Vilamarí, Girona, España)
Hoy, el Evangelio presenta la alegoría de la vid y los sarmientos. Cristo es la verdadera vid, nosotros somos los sarmientos y el Padre es el viñador.
El Padre quiere que demos mucho fruto. Es lógico. Un viñador planta la viña y la cultiva para que produzca fruto abundante. Si nosotros montamos una empresa, querremos que rinda. Jesús insiste: «Yo os he elegido a vosotros, y os he destinado para que vayáis y deis fruto» (Jn 15,16).
Eres un elegido. Dios se ha fijado en ti. Por el bautismo te ha injertado en la viña que es Cristo. Tienes la vida de Cristo, la vida cristiana. Posees el elemento principal para dar fruto: la unión con Cristo, porque «el sarmiento no puede dar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid» (Jn 15,4). Jesús lo dice taxativamente: «Separados de mí no podéis hacer nada» (Jn 15,5). «Su fuerza no es sino suavidad; nada hay tan blando como esto, y nada como esto tan firme» (San Francisco de Sales). ¿Cuántas cosas has querido hacer sin Cristo? El fruto que el Padre espera de nosotros es el de las buenas obras, el de la práctica de las virtudes. ¿Cuál es la unión con Cristo que nos hace capaces de dar este fruto? La fe y la caridad, es decir, permanecer en gracia de Dios.
Cuando vives en gracia, todos los actos de virtud son frutos agradables al Padre. Son obras que Jesucristo hace a través tuyo. Son obras de Cristo que dan gloria al Padre y se convierten en cielo para ti. ¡Vale la pena vivir siempre en gracia de Dios! «Si alguno no permanece en mí [por el pecado], es arrojado fuera, como el sarmiento, y se seca; luego (...) los echan al fuego y arden» (Jn 15,6). Es una clara alusión al infierno. ¿Eres como un sarmiento lleno de vida?
Que la Virgen María nos ayude a aumentar la gracia para que produzcamos frutos en abundancia que den gloria al Padre.
¿Condenarán a la ex ministra finlandesa que criticó el Orgullo Gay? Conoce el caso y firma en apoyo
Päivi Räsänen
Räsänen ha manifestado que está tranquila y que está "dispuesta a seguir defendiendo la libertad de expresión y la libertad de religión ante el Tribunal Supremo y, si fuera necesario, también ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos".
La ex ministra y actual parlamentaria finlandesa Päivi Räsänen será juzgada por tercera vez por poner un tuit con versículos de la Biblia, según acaba de confirmar la Corte Suprema de Finlandia. La Fiscalía recurrió la absolución por unanimidad de los cargos de "incitación al odio" que concedió el Tribunal de Distrito de Helsinki y el Tribunal de Apelaciones.
Para apoyar a Päivi Räsänen, el portal Peticiones Católicas acaba de lanzar una campaña de recogida de firmas. Entrando en este enlace podrás firmar y mostrar tu rechazo hacia esta situación tan injusta que vive la parlamentaria finlandesa.
De esta manera, el Tribunal Supremo ha aceptado ahora el recurso de la Fiscalía y fijará próximamente la fecha de un nuevo juicio. Räsänen, quien fuera Ministra del Interior de Finlandia, se enfrentará a la Justicia por compartir un tuit en 2019 sobre el matrimonio, y por un folleto de 2004 que escribió para su iglesia luterana.
Cinco años de persecución
"Varón y hembra los creó", escribió la parlamentaria. La Fiscalía no ha recurrido un tercer cargo sobre una aparición en un programa de radio, por lo que la absolución de hace un tiempo en este hecho es definitiva. Por tanto, sólo los dos cargos restantes estarán sujetos a esta última apelación.
En el tuit, la diputada criticaba que la Iglesia Luterana de Finlandia fuera patrocinadora oficial del Orgullo Gay 2019, y recordaba algunos versículos del libro de Romanos del Nuevo Testamento. Tanto el tuit como el programa de radio, en el que repitió sus opiniones, se mantuvieron públicos porque no incumplían ninguna norma.
Rasanen y PohjolaPäivi Räsanen y el obispo luterano finlandés Juhana Pohjola; al obispo se acusaba de editar y repartir el folleto parroquial que ella escribió en 2004 hablando del matrimonio cristiano que ha de ser entre hombre y mujer (foto: ADF).
La Fiscalía, durante el último juicio, criticó la frase "hay que amar al pecador pero odiar el pecado", y en su alegato final aseguró que la palabra "pecado" puede ser dañina. Fue a raíz de este tuit, cuando se iniciaron más investigaciones contra Räsänen, en las que se remontaron a un panfleto que escribió hace 20 años.
Räsänen ha manifestado que está tranquila y "dispuesta a seguir defendiendo la libertad de expresión y la libertad de religión ante el Tribunal Supremo y, si fuera necesario, también ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos".
"La investigación ha durado casi cinco años, ha incluido acusaciones falsas, varios interrogatorios que duraron más de 13 horas, preparativos para audiencias, la audiencia en el Tribunal de Distrito y una audiencia en el Tribunal de Apelación. No se trataba sólo de mis opiniones, sino de la libertad de expresión de todos. Espero que con la sentencia del Tribunal Supremo otros no tengan que pasar por el mismo calvario", ha expresado.
La ex ministra finlandesa también comenta: "Considero un privilegio y un honor defender la libertad de expresión, que es un derecho fundamental en un Estado democrático". La Fiscalía, por su parte, exige miles de euros en multas e insiste en que se eliminen las publicaciones de Räsänen y del también perseguido -por repartir el folleto de la parlamentaria-, el obispo luterano Pohjola.
Para apoyar a Päivi Räsänen, el portal Peticiones Católicas acaba de lanzar una campaña de recogida de firmas. Entrando en este enlace podrás firmar y mostrar tu rechazo hacia esta situación tan injusta que vive la parlamentaria finlandesa.
Paul Coleman, director ejecutivo de ADF International, que lleva la defensa legal de Räsänen, ha comentado: "Este es un caso decisivo en la historia de la cada vez más habitual censura en Europa. En una nación occidental y democrática, en 2024, nadie debería ser juzgado por su fe; sin embargo, a lo largo del procesamiento de Päivi Räsänen y del obispo Pohjola hemos visto algo parecido a un juicio por 'herejía', donde los cristianos son arrastrados ante los tribunales por tener creencias que difieren de la ortodoxia del momento".
"La insistencia del Estado en continuar con este procesamiento, después de casi cinco largos años, a pesar de fallos tan claros y unánimes de los tribunales inferiores, es alarmante. El proceso es el propio castigo, lo que resulta un freno a la libertad de expresión de todos los ciudadanos", ha comentado el abogado.
En abril de 2021, el fiscal general de Finlandia llegó a presentar tres cargos de "agitación contra minorías" contra la ex ministra, que se incluían en el apartado "crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad" del código penal finlandés.
Räsänen y el obispo Pohjola se enfrentaron a juicio el 24 de enero y el 14 de febrero de 2022. Finalmente, en marzo de ese año, el Tribunal de Distrito de Helsinki los absolvió por unanimidad, afirmando que "no corresponde al tribunal de distrito interpretar conceptos bíblicos". Pero, la Fiscalía apeló la sentencia de "no culpable" y el caso fue visto de nuevo por el Tribunal de Apelaciones de Helsinki en 2023.
El 14 de noviembre de 2023, el tribunal confirmó la absolución de Räsänen y Pohjola. Räsänen ha sido miembro del Parlamento finlandés desde 1995. De 2004 a 2015 fue presidenta de los demócratas cristianos y de 2011 a 2015 fue Ministra del Interior. Durante ese tiempo fue la responsable de los asuntos de la iglesia en Finlandia.
Para apoyar a Päivi Räsänen, el portal Peticiones Católicas acaba de lanzar una campaña de recogida de firmas. Entrando en este enlace podrás firmar y mostrar tu rechazo hacia esta situación tan injusta que vive la parlamentaria finlandesa.
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Si me conocéis a mí, conoceréis también a mi Padre; desde ahora lo conocéis y lo habéis visto». Le dice Felipe: «Señor, muéstranos al Padre y nos basta». Le dice Jesús: «¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros y no me conoces Felipe? El que me ha visto a mí, ha visto al Padre. ¿Cómo dices tú: ‘Muéstranos al Padre’? ¿No crees que yo estoy en el Padre y el Padre está en mí? Las palabras que os digo, no las digo por mi cuenta; el Padre que permanece en mí es el que realiza las obras.
»Creedme: yo estoy en el Padre y el Padre está en mí. Al menos, creedlo por las obras. En verdad, en verdad os digo: el que crea en mí, hará él también las obras que yo hago, y hará mayores aún, porque yo voy al Padre. Y todo lo que pidáis en mi nombre, yo lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Si pedís algo en mi nombre, yo lo haré».
«Yo estoy en el Padre y el Padre está en mí»
P. Jacques PHILIPPE
(Cordes sur Ciel, Francia)
Hoy, estamos invitados a reconocer en Jesús al Padre que se nos revela. Felipe expresa una intuición muy justa: «Muéstranos al Padre y nos basta» (Jn 14,8). Ver al Padre es descubrir a Dios como origen, como vida que brota, como generosidad, como don que constantemente renueva cada cosa. ¿Qué más necesitamos? Procedemos de Dios, y cada hombre, aunque no sea consciente, lleva el profundo deseo de volver a Dios, de reencontrar la casa paterna y permanecer allí para siempre. Allí se encuentran todos los bienes que podamos desear: la vida, la luz, el amor, la paz… San Ignacio de Antioquía, que fue mártir al principio del siglo segundo, decía: «Hay en mí un agua viva que murmura y dice dentro de mí: ‘¡Ven al Padre!’».
Jesús nos hace entrever la tan profunda intimidad recíproca que existe entre Él y el Padre. «Yo estoy en el Padre y el Padre está en mí» (Jn 14,11). Lo que Jesús dice y hace encuentra su fuente en el Padre, y el Padre se expresa plenamente en Jesús. Todo lo que el Padre desea decirnos se encuentra en las palabras y los actos del Hijo. Todo lo que Él quiere cumplir a favor nuestro lo cumple por su Hijo. Creer en el Hijo nos permite tener «acceso al Padre» (Ef 2,18).
La fe humilde y fiel en Jesús, la elección de seguirle y obedecerle día tras día, nos pone en contacto misterioso pero real con el mismo misterio de Dios, y nos hace beneficiarios de todas las riquezas de su benevolencia y misericordia. Esta fe permite al Padre llevar adelante, a través de nosotros, la obra de la gracia que empezó en su Hijo: «El que crea en mí, hará él también las obras que yo hago» (Jn 14,12).
Jaqui Lin, la artista católica que «dejó mudo» al jurado de Factor X: «Canto para dar gloria a Dios»
Jaqui Lin
"Recuerdo pedirle a un amigo que me regalara una Biblia. Empecé a leerla con devoción, también me iba muchos días a Misa, a rezar..., bueno, fui descubriendo y entendiendo muchas cosas", comenta la artista.
La gente que había en el plató de Factor X -el famoso talent show de Telecinco-, y los millones de usuarios detrás de las pantallas de televisión, ordenador, móvil... se quedaron boquiabiertos el pasado miércoles 17 de abril al escuchar la extraordinaria interpretación de la canción ¿Dónde estarás?, hecha por una artista treintañera, de origen catalán, de voz dulce, y apodada Jaqui Lin (puedes escuchar aquí la canción).
Las redes sociales se convirtieron entonces en un hervidero, y no dejaron de comentar las frases más curiosas de la canción: "Vivo mi soltería como una comprometida, no tengo anillo ni prisa, sigo a la Virgen María", "saldré a viajar y a San José le voy a rezar", o, sin duda, el momento más impactante de la noche, el "Padre nuestro que estás en el cielo santificado sea tu nombre venga a nosotros tu reino hágase tu voluntad (pa-ra, pa-pa-pa)".
Vanesa Martín, Abraham Mateo, Willy Bárcenas y Lali Espósito -el jurado del programa-, fueron otros de los que alucinaron con la actuación de Jaqui Lin. Bárcenas (Taburete) aseguraba que le había "encantado": "Ole tú por hacer una letra que probablemente no va con los tiempos que corren y demás. Pero son tus ideas y las defiendes en tu canción".
Mientras que Lali Espósito subrayaba que es "muy emocionante siempre cuando alguien cree en algo, defiende algo y le pone su impronta a eso en lo que cree. Nos trajiste algo inesperado. Te felicito un montón. Es muy especial lo que haces".
Abraham Mateo, tras destacar que la afinación había sido perfecta, levantó las manos al cielo y dijo: "No sé si es una cosa de Dios...", cuando, Jaqui Lin, se dirigió a él, y le propuso: "Hace unos meses empecé a producir canciones como las que habéis escuchado ahora. Y tengo una canción que es una rumba, que se va a llamar 'Gloria a Dios'. Y me encantaría de corazón que la produjeras tú". A lo que, Mateo, sin pensárselo, dijo que sí.
Puedes ver aquí la interpretación de Jaqui Lin en Factor X.
Pero, ¿quién es realmente Jaqui Lin? La chica que se presentó en Factor X con un "quiero seguir siempre la voluntad de Dios" y he venido para "evangelizar". Es más, que para convencer al jurado, escogió una canción que nació de una experiencia espiritual: "Sentí que Dios me llamaba a una misión en concreto, con ese don que me ha regalado, que es la voz".
Jaqui Lin (@jaqui.lin) atiende a ReligiónEnLibertad para hablar de su relación con la fe, su vocación musical, los retiros de Effetá a los que acudió, sus vínculos con Hakuna y de su vuelta a Dios gracias a un testimonio del famoso actor mexicano Eduardo Verástegui.
-¿Quién hay detrás del personaje de Jaqui Lin?
-Jaqui Lin es una joven de 30 años, la segunda de cuatro hermanos, que siempre ha vivido ensimismada con la vida. Muy genuina con todo lo que hace, nunca tiene tiempo de aburrirse. Le gusta cantar, componer, escribir, customizar, pintar, y siempre trata de encontrar un momento para rezar y orar. Porque este es el motor que le mueve y lo enciende todo.
»Jaqui Lin viene de mi nombre de pila, Jaqueline. Siempre me han llamado Jaqui, y quería que eso no se perdiera. Y Lin vendría a representar todo mi universo. Significa vida y crecimiento.
Jaqui Lin"Sentí que Dios me llamaba a una misión en concreto, con ese don que me ha regalado, que es la voz", dijo Jaqui en el programa Factor X (Foto: @jaqui.lin).
-Y, cuéntanos, ¿dónde naciste?, ¿en qué ambiente te criaste?
-Nací en Lérida, Cataluña (España), y he vivido en Andorra, Barcelona y Madrid. En estos momentos resido en el mejor lugar de todos, que es mi pueblo, El Pla de Sant Tirs (Lérida). Un lugar que podría ser el cielo en la tierra. Vivo rodeada de montañas, naturaleza, animales, y donde se respira mucha paz.
-Pero, ¿cuándo descubres que tienes un don para la música?
-Empecé a cantar a los 12 años. A esa temprana edad le pedí a mi madre con mucho fervor que me llevara a algún lugar para cantar. Sentía muchas ganas de expresarme de esta manera, cantando. Y allí empezó todo. También estudié saxofón y solfeo, y más tarde arte dramático musical.
»La música siempre ha estado muy presente en mi vida. Siempre pensé que ese sería mi lugar. Cuando compongo, pueden pasar siete, ocho, nueve horas sentadas en una silla, que no me doy ni cuenta. El tiempo se paraliza y deja de existir. Es una sensación increíble. Hace dos años lancé mi primer álbum debut Mirando al Cielo. Y actualmente estoy lanzando sencillos de mi nuevo proyecto. Música para dar gloria a Dios y transmitir un mensaje de amor, fe y esperanza universal, con la única misión de arañar almas.
-¿Qué relación tienes con la fe? ¿Vienes de una familia católica?
-Siempre he sido creyente. Mi familia también, pero, aunque hice la Comunión y la Confirmación, no éramos tan practicantes como lo somos ahora. En mi caso, cuando estaba en segundo de carrera, que tendría unos 20 años, sentí mucha sed de búsqueda. Mucha sed de saber más y de tener una relación mucho más cercana con Dios. Creo que esto empezó a suceder después de que escuchara el testimonio de conversión de Eduardo Verastegui. Y ahí, recuerdo pedirle a un amigo que me regalara una Biblia.
»Empecé a leerla con devoción, también me iba muchos días a misa, a rezar..., bueno, fui descubriendo y entendiendo muchas cosas. Ha sido un proceso de evolución y discernimiento personal muy grande. Aún así, siento que la impronta de Dios ha estado y está muy presente en mí desde que nací.
-Siempre he vivido la fe de una manera muy independiente y personal. Cuando era más jovencita, no conocía ningún grupo de jóvenes cristianos, tampoco tenía demasiados amigos ni conocidos que lo fueran, pero eso no me restaba tampoco. Siempre sentí una fortaleza muy grande. Fue mucho más tarde cuando me hablaron de grupos como Hakuna y ahí pude conectar con personas que compartíamos la fe.
-¿Quién es Dios y la fe para ti?
-Para mi Dios es el Todopoderoso. El Señor, Jesús, es mi mejor amigo, el que me da los mejores consejos, el que siempre me escucha, el que nunca me abandona, el que me enseña, el que me espera, el que me guía para seguir siempre su voluntad. Que lo hieran, me destroza. Lo amo con todas mis fuerzas y trato de ofenderle lo menos posible. La fe es un don y yo he tenido la gracia de tenerlo siempre. Invito a todo aquél que no lo tenga a pedirlo. Porque cuando hay fe, hay más amor, más aceptación y la vida es otra cosa totalmente distinta.
-¿Hubo un momento determinado en el que te acercaste más a Dios?
-Sí. Como comentaba anteriormente, mi conversión más profunda de fe empieza cuando tenía unos 20 años. Hice un viaje a Medjugorje, y allí tuve una experiencia muy especial a través del sacramento de la confesión. El sacerdote que me confesó me dijo que tenía el don de poder arañar almas. Vio en mi un alma muy pura.
»Me dio las gracias porque, en esos días, dónde éramos más de 40.000 jóvenes de todo el mundo, vio en mi mirada a Jesús y yo también lo vi en la suya. Fue algo increíble que no se puede explicar con palabras. También me mandó tomar una decisión, dolorosa en ese momento, y al sentir que esas palabras venían del Jefe y de Nuestra Madre de cielo, le hice caso, y esa fue una prueba que marcó mi fe y firmeza por querer seguir la voluntad de Dios. Seguirla no siempre es fácil, ya que estamos apegados a muchas cosas, incluso a personas, pero Dios sabe lo que nos hace bien. Así que hay que escucharle y confiar. Mi frase favorita es Fiat voluntas tua.
Jaqui Lin"Para mi Dios es el Todopoderoso. El Señor, Jesús, es mi mejor amigo, el que me da los mejores consejos, el que siempre me escucha" (Foto: @jaqui.lin).
-Por cierto, ¿quiénes son tus santos preferidos?
-Tengo especial devoción por Santiago Apóstol (mi santo), me reconozco un poco en cómo vivía la santidad Santa Teresita de Lisieux. También le rezo a San José. Y, recientemente, he descubierto a San Giuseppe Moscati, el doctor de los pobres, a quién admiro y me gustaría parecerme.
-Tu Instagram dice que has participado en Effetá, ¿cómo te ayudaron esos retiros?
-Sí, he participado un par de veces. Me lo propusieron y fui a ver en qué consistía. Creo que es un buen lugar para aquellas personas que quizás están un poco frías de Dios o necesiten un momento de encuentro, ya que el hecho de ver a otros jóvenes que comparten la misma necesidad y los mismos valores de fe hace que te sientas en familia y muy bien acogido. Cada retiro aporta algo distinto. Los que se sientan llamados a ir que no se lo piensen. Dios les tendrá algo preparado que les hará mucho bien.
-Estuviste también en un programa llamado "Quiero ser monja"… ¿cómo surgió esa oportunidad? ¿Por qué decidiste participar?
-Esta experiencia se me presentó en un momento dado, cuando estaba estudiando la carrera de Filosofía. Yo me encontraba en un momento muy efervescente viviendo mi fe y tenía muchas ganas de compartir lo que había descubierto con el mundo. Tuvimos el privilegio de conocer la vida de las religiosas y fue maravilloso saber cuál es su misión realmente. La importancia de la oración.
Jaqui LinUna de sus publicaciones en Instagram.
-A todos estos programas le aportas un componente religioso… ¿consideras tu arte una especie de apostolado para el mundo?
-Sí. Siento que Dios quiere que utilicemos nuestros dones para ayudar al prójimo. "En el atardecer de la vida seremos examinados en el amor", como decía San Juan de la Cruz.
»Me siento llamada a escribir canciones que den gloria a Dios, que conecten con todo el mundo, ya que son canciones para todos los corazones, y que sean éstas las que hagan pensar. Mi música es el reflejo de mi corazón, donde cuento mis experiencias de vida, siempre impregnadas de esa riqueza espiritual. "Lo que rebosa el corazón, lo habla la boca". El Papa Francisco dijo que hiciéramos lío, ¿no?
-¿Cómo se puede vivir la fe en un mundo como el de la televisión? ¿Qué te dicen el resto de músicos, los cámaras…?
-Siempre hay lugar para un rayo de luz cuando se abre una brecha. Solo alguien que viva su fe con firmeza y rectitud es capaz de llevar su mensaje al mundo entero. Y, por supuesto, estando dispuesto a recibir cualquier tipo de respuesta y/o humillación, porque a Jesús también lo humillaron. Lo que ha ocurrido con el equipo de Factor X ha sido increíble.
»Estaban fascinados con la canción ¿Dónde estarás?. Me enseñaban vídeos que grababan en el coche de camino a los estudios de Mediaset, cantándola. Todos se la sabían. Veían mi propuesta como algo nuevo y muy auténtico. Canciones que conectaban con todo el equipo, por sus producciones y arreglos, y a la vez que transmitían un mensaje super íntimo y explícito, sin tapujos.
-¿Cómoe te ocurrió la idea de cantarle a Dios y a la Virgen? ¿Qué repercusión ha tenido? ¿Qué te ha dicho la gente?
-Antes de participar en Factor X, yo ya estaba escribiendo y produciendo este nuevo proyecto. De hecho, la canción ¿Dónde estarás? ya había salido en todas las plataformas. Cantarla en Factor X me ha permitido conectar con más público y dar más visibilidad a mi propuesta. La repercusión ha sido buenísima. Recibí muy buenos comentarios por parte del jurado y Abraham Mateo dijo que quería trabajar conmigo.
-Para terminar, ¿qué planes de futuro tienes? ¿Dónde te gustaría llegar?
-Actualmente sigo trabajando en mi proyecto, escribiendo y produciendo nuevas canciones. Mi ilusión es llegar a los máximos corazones posibles. Ser cooperadora de Dios e instrumento para la conversión de aquellos que todavía no reconozcan a su padre celestial. Dónde Él me lleve ahí estaré para ser testimonio de vida y de fe
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «No se turbe vuestro corazón. Creéis en Dios: creed también en mí. En la casa de mi Padre hay muchas mansiones; si no, os lo habría dicho; porque voy a prepararos un lugar. Y cuando haya ido y os haya preparado un lugar, volveré y os tomaré conmigo, para que donde esté yo estéis también vosotros. Y adonde yo voy sabéis el camino». Le dice Tomás: «Señor, no sabemos a dónde vas, ¿cómo podemos saber el camino?». Le dice Jesús: «Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida. Nadie va al Padre sino por mí»
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«Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida. Nadie va al Padre sino por mí»
Rev. D. Josep Mª MANRESA Lamarca
(Valldoreix, Barcelona, España)
Hoy, en este Viernes IV de Pascua, Jesús nos invita a la calma. La serenidad y la alegría fluyen como un río de paz de su Corazón resucitado hasta el nuestro, agitado e inquieto, zarandeado tantas veces por un activismo tan enfebrecido como estéril.
Son los nuestros los tiempos de la agitación, el nerviosismo y el estrés. Tiempos en que el Padre de la mentira ha inficionado las inteligencias de los hombres haciéndoles llamar al bien mal y al mal bien, dando luz por oscuridad y oscuridad por luz, sembrando en sus almas la duda y el escepticismo que agostan en ellas todo brote de esperanza en un horizonte de plenitud que el mundo con sus halagos no sabe ni puede dar.
Los frutos de tan diabólica empresa o actividad son evidentes: enseñoreado el “sinsentido” y la pérdida de la trascendencia de tantos hombres y mujeres, no sólo han olvidado, sino que han extraviado el camino, porque antes olvidaron el Camino. Guerras, violencias de todo género, cerrazón y egoísmo ante la vida (anticoncepción, aborto, eutanasia...), familias rotas, juventud “desnortada”, y un largo etcétera, constituyen la gran mentira sobre la que se asienta buena parte del triste andamiaje de la sociedad del tan cacareado “progreso”.
En medio de todo, Jesús, el Príncipe de la Paz, repite a los hombres de buena voluntad con su infinita mansedumbre: «No se turbe vuestro corazón. Creéis en Dios: creed también en mí» (Jn 14,1). A la derecha del Padre, Él acaricia como un sueño ilusionado de su misericordia el momento de tenernos junto a Él, «para que donde esté yo estéis también vosotros» (Jn 14,3). No podemos excusarnos como Tomás. Nosotros sí sabemos el camino. Nosotros, por pura gracia, sí conocemos el sendero que conduce al Padre, en cuya casa hay muchas estancias. En el cielo nos espera un lugar, que quedará para siempre vacío si nosotros no lo ocupamos. Acerquémonos, pues, sin temor, con ilimitada confianza a Aquél que es el único Camino, la irrenunciable Verdad y la Vida en plenitud.
5 veces en las que Jesús se reveló a los «no católicos» por medio del sacramento de la Eucaristía
Un sacerdote con la Custodia en una adoración eucarística.
'Abrí los ojos y el sacerdote sostenía un palo dorado con una ventana de cristal y un rayo de sol alrededor. No sabía qué era una custodia, pero sabía que Jesús estaba delante de mí en esa iglesia católica', confiesa Barbara. Foto: Grant Whitty / Unsplash.
"Y sucedió que, cuando se puso a la mesa con ellos, tomó el pan, pronunció la bendición, lo partió y se lo iba dando. Entonces se les abrieron los ojos y le reconocieron, pero Él desapareció de su lado" (Lucas 24:30-31).
"Qué sensación tan extraña es mirar lo que aparentemente es un trozo de pan en un pequeño compartimento de vidrio en el centro de una simple custodia de oro y sentir que eres tú quien está siendo observado". Patti Maguire enumera en National Catholic Register cinco veces en las que Jesús se reveló a los no católicos por medio de la Eucaristía.
1- "Libre" durante una adoración
Emily era protestante hasta hace apenas unos años, ahora se autodenomina "católica accidental" como resultado de un encuentro que tuvo con Jesús cuando una amiga la invitó a una adoración. "Si tuviera que poner una fecha concreta en la que comencé a creer que la Eucaristía no es solo un trozo de pan, sino que es Dios, el creador del universo conocido y desconocido, sería esa noche", asegura.
A partir de esa experiencia, Emily se preparó para recibir los sacramentos y se hizo católica. "Creo firmemente que la Eucaristía es Dios, comprenderlo es un gran regalo para mí", comenta. "Ciertamente no se parece a Dios, pero nuestra falta de comprensión de la transformación del pan y del vino no disminuye la realidad de que la Eucaristía es Dios".
Sin embargo, experimentar a Cristo en la Eucaristía no significó que todos sus problemas desaparecieran. "Sentí el gozo más profundo posible, y nunca he sido más libre que en mi caminar con Cristo. Cuando recibí la Eucaristía por primera vez en la Vigilia Pascual fue como si nada más importara. Éramos yo y la persona que amaba mi corazón", relata.
"Antes de esto, un amigo mío me dijo: 'Sé que estás emocionada de recibir la Eucaristía, pero imagina lo emocionado que está Jesús de que finalmente recibas la Eucaristía'. Desde entonces, en cada comunión, trato de conservar ese asombro y la fe de tener el honor de recibir la Eucaristía, que es Dios", concluye.
2- Ex pastor protestante
Barbara Heil fue una pastora pentecostal. Heil compartió su historia en "El viaje a casa", de Coming Home Network. Influída por algunos católicos durante un programa ecuménico, sintió curiosidad por la Iglesia y se apuntó a un retiro. "Estaba en la parte trasera de la iglesia después de misa, era mi oportunidad de conocer a verdaderos católicos", explica.
"El último día de retiro había una procesión y estaba atrás porque no quería que nadie me viese. De repente, en mi corazón, empecé a adorar a Jesús y a darle gloria. La presencia de Jesús se hizo muy fuerte. Me encontré haciendo una reverencia, y seguí inclinándome. Tenía los ojos cerrados y unas oleadas de su presencia me inundaban. Abrí los ojos y el sacerdote sostenía un palo dorado con una ventana de cristal y un rayo de sol alrededor. No sabía qué era una custodia, pero sabía que Jesús estaba delante de mí en esa iglesia católica".
Así comenzó su viaje a casa. Sorprendentemente, sin que ella lo supiera, había sido bautizada católica cuando era niña, pero nunca fue criada en ninguna fe. Recibió la Confirmación en abril de 2013.
Barbara HeilBarbara Heil era una pastora pentecostal hasta su conversión gracias a la Eucaristía.
3- Curación post-aborto
Susan Marcy compartió su testimonio en Amazing Grace for Families. En 1991 se casó con Bruce y, aunque ninguno de los dos practicaba ninguna religión, querían incluir a Dios en su matrimonio. Comenzaron entonces a rezar y a leer la Biblia juntos. Es más, cuando una amiga le pidió a Susan que la acompañara a visitar una iglesia católica, ella aceptó de inmediato.
"Regresé sola el domingo siguiente y, durante la consagración, sentí que el amor y el perdón de Cristo llegaban hasta mí. No lo entendía todo, pero cerré una charla con un sacerdote. Mi temor era que la Iglesia, conocida por estar en contra del aborto, me rechazara. En cambio, el sacerdote me abrazó. Explicó que la Iglesia acoge a los pecadores y ofrece el perdón y el amor de Cristo. Estaba eufórica y le dije a Bruce que iba a comenzar la formación para convertirme en católica", relata.
"Bruce me dijo que no quería verse atrapado por la Iglesia. 'Está bien', le comenté, confiando todo a Dios. Después de mi segunda catequesis de iniciación cristiana para adultos, Bruce se unió. 'Sólo voy a ver; eso no significa que vaya a ir a misa todos los domingos', advirtió. Pero Bruce empezó a venir conmigo a misa. Entonces, un domingo, durante la consagración, Bruce sintió una inmensa sensación de la presencia de Cristo. El domingo de Pascua de 1997 entramos juntos a la Iglesia", afirma.
4- De chico malo a sacerdote
El padre Donald Calloway es escritor y sacerdote de la Congregación de los Padres Marianos de la Inmaculada Concepción de la Santísima Virgen María. Compartió su historia de conversión en Amazing Grace for the Catholic Heart. Un rayo de luz lo golpeó una noche cuando se quedó en casa en lugar de irse de fiesta.
Aburrido, tomó un libro sobre una aparición mariana. Instantáneamente se enamoró de la Santísima Madre, sin haberla conocido nunca antes, pero diciendo: "Su Dios es mi Dios". Después, fue a ver a un sacerdote, aunque le tocó esperar en la parte de atrás de la iglesia a que terminara la misa. "Observé con curiosidad como todos se arrodillaban mientras el padre levantaba un círculo blanco", recordó.
"En ese momento, lo más profundo de mi ser gritó: '¡Ahí está mi Dios!'. Él me infundió el conocimiento de que era Jesucristo. Lo sabía, lo sabía y tenía tantas ganas de recibirlo". Después, le dijo al sacerdote: "Cuando levantaste el círculo blanco, ese era Dios, ¿no? ¡Lo sé, ese era Dios! ¡Dime que era Dios! Seis meses después fue confirmado, diez meses después entró al seminario y en mayo de 2003 fue ordenado sacerdote.
Donald CallowayEl padre Donald Calloway es escritor y sacerdote de la Congregación de los Padres Marianos de la Inmaculada Concepción de la Santísima Virgen María.
5- Monje benedictino
Dom David Watters creció en Waco, Texas (EE.UU) y Katmandú (Nepal), como hijo de misioneros protestantes. Su hermano mayor se convirtió al catolicismo después de estudiar historia de la Iglesia y llevó a Dom David también a la Iglesia. Experimentar la presencia de Jesús en la Eucaristía fue tan profundo para Watters que hace cuatro años se convirtió en monje benedictino dedicado a la adoración perpetua de la Eucaristía.
Es uno de los 18 hombres que forman parte del Priorato de Silverstream, monjes benedictinos de la Adoración Perpetua en el condado de Meath, Irlanda, muy cerca de Dublín. Están dedicados a la adoración perpetua del Santísimo Sacramento en un espíritu de reparación, particularmente por los escándalos de los sacerdotes. "La adoración eucarística fue una parte importante de mi conversión", dijo Watters.
Aunque su familia se tomó en serio su fe, él describe el descubrimiento del Santísimo Sacramento como "una gran gracia". "En nuestra vida el único fin es Dios. Si tuvimos un día malo pero pasamos tiempo con Dios, el Oficio Divino, la adoración... entonces, en realidad, es que tuvimos un día exitoso. No necesariamente estamos en llamas todo el tiempo. El trabajo está empezando, se están salvando almas. Yo solo voy y Él se encarga del resto", concluye.
En aquel tiempo, Jesús se apareció a los once y les dijo: «Id por todo el mundo y proclamad la Buena Nueva a toda la creación. El que crea y sea bautizado, se salvará; el que no crea, se condenará. Estas son las señales que acompañarán a los que crean: en mi nombre expulsarán demonios, hablarán en lenguas nuevas, agarrarán serpientes en sus manos y aunque beban veneno no les hará daño; impondrán las manos sobre los enfermos y se pondrán bien».
Con esto, el Señor Jesús, después de hablarles, fue elevado al cielo y se sentó a la diestra de Dios. Ellos salieron a predicar por todas partes, colaborando el Señor con ellos y confirmando la Palabra con las señales que la acompañaban.
«Id por todo el mundo y proclamad la Buena Nueva a toda la creación»
Mons. Agustí CORTÉS i Soriano Obispo de Sant Feliu de Llobregat
(Barcelona, España)
Hoy habría mucho que hablar sobre la cuestión de por qué no resuena con fuerza y convicción la palabra del Evangelio, por qué guardamos los cristianos un silencio sospechoso acerca de lo que creemos, a pesar de la llamada a la “nueva evangelización”. Cada uno hará su propio análisis y apuntará su particular interpretación.
Pero en la fiesta de san Marcos, escuchando el Evangelio y mirando al evangelizador, no podemos sino proclamar con seguridad y agradecimiento dónde está la fuente y en qué consiste la fuerza de nuestra palabra.
El evangelizador no habla porque así se lo recomienda un estudio sociológico del momento, ni porque se lo dicte la “prudencia” política, ni porque “le nace decir lo que piensa”. Sin más, se le ha impuesto una presencia y un mandato, desde fuera, sin coacción, pero con la autoridad de quien es digno de todo crédito: «Ve al mundo entero y proclama el Evangelio a toda la creación» (cf. Mc 16,15). Es decir, que evangelizamos por obediencia, bien que gozosa y confiadamente.
Nuestra palabra, por otra parte, no se presenta como una más en el mercado de las ideas o de las opiniones, sino que tiene todo el peso de los mensajes fuertes y definitivos. De su aceptación o rechazo dependen la vida o la muerte; y su verdad, su capacidad de convicción, viene por la vía testimonial, es decir, aparece acreditada por signos de poder en favor de los necesitados. Por eso es, propiamente, una “proclamación”, una declaración pública, feliz, entusiasmada, de un hecho decisivo y salvador.
¿Por qué, pues, nuestro silencio? ¿Miedo, timidez? Decía san Justino que «aquellos ignorantes e incapaces de elocuencia, persuadieron por la virtud a todo el género humano». El signo o milagro de la virtud es nuestra elocuencia. Dejemos al menos que el Señor en medio de nosotros y con nosotros realice su obra: estaba «colaborando el Señor con ellos y confirmando la Palabra con las señales que la acompañaban» (Mc 16,20)
En la Nueva Era, fue «atacada para no seguir a Dios»: «Estás viva de milagro», le dijo un exorcista
Marian Reinoso.
Tras un infierno en la Nueva Era que casi acaba con su vida, la mediática Marián Reynoso se convirtió en una militante difusora de la fe, la oración y la conversión en Tierra Santa y en redes sociales.
A sus 51 años, Marián Reynoso considera que el éxito tiene dos caras. Y ella ha alcanzado ambas. En el plano terreno sabe lo que es ser conocida en todo un país, visitar radios y televisiones en prime time y ver abrirse todas las puertas a su paso. Solo tenía una condición: no hablar de Dios. Entre las cámaras, la fama y el liderazgo, una inexplicable dolencia la dejó meses en cama, cerca de la muerte. Era el momento de decidir si servía a la luz o a la oscuridad.
Criada en una familia católica de México, Reynoso tuvo durante su infancia y juventud una vida católica ejemplar. Frecuentaba con su familia la oración y los sacramentos, se casó a los 22 años y fundó una familia cristiana "de la mano de Dios" junto a su marido, Salvador.
Pronto llegó el primero de sus hijos. Cuenta a El rosario de las 11 que, con cinco años, sufrió una dolencia para la que la medicina no encontraba una solución clara e inmediata. Desesperados, encontraron "terapias" alternativas que prometían su sanación.
"Tenía 26 años, era ignorante y tratándose de mi niño, permití que estas `ayudas´ se hiciesen realidad en nuestras prácticas cotidianas. No tenía capacidad de discernir el bien y el mal y aunque sabía que algo estaba mal, la paciencia no era lo nuestro", admite.
Acechada por el mal y deseando escuchar a Dios
Marián no sabía que se había metido "donde no debía" y que "el mal estaba al acecho de las almas que Dios quiere que se dediquen a Él".
Pero ella era católica y si algo quería era profundizar en su relación con Dios. A los 30 años, rodeada de terapias alternativas y chamanes, estaba leyendo un libro cuando empezó a notar "un hambre de Dios brutal".
Marián sabía que al rezar ella "le hablaba y que cuando enfocase la mente, le escucharía, pero no sabía. Quería aprender a escucharle. Cerré los ojos, empecé a hablar con Dios y le dije: `Por favor, quiero escucharte´".
En ese momento recibió lo que aún considera uno de los regalos "más maravillosos" que ha recibido en vida.
"Fueron unos 10 minutos de un sentimiento de una paz y un amor que me abrazaba, como si mi mente se pausase totalmente y todo dentro de mí se hacía luz, como sentir Su presencia. Y lloraba y lloraba"; recuerda.
"Por sus frutos los conoceréis"
Desde ese momento, Marián se propuso ayudar a que todos pudiesen experimentar lo que ella había recibido.
Como católica, buscó técnicas de meditación dentro de la propia Iglesia para mejorar su oración, pero al no encontrar a nadie que pudiese ayudarle, probó en las técnicas orientales.
Fue el comienzo de siete largos años que al contar su testimonio define como "por sus frutos los conoceréis".
Lo probó todo, desde el hinduismo y el budismo hasta el sintoísmo, la cábala, la metafísica o la sanación con las manos. Recuerda tener siempre un libro en la mano, tratando de apagar "un hambre que nunca se saciaba". Y su "sexto sentido" o facilidad para "ver seres espirituales, auras, colores y sueños", no ayudaba. Parecía que había nacido para la Nueva Era.
Conforme progresaba no eran pocos quienes se acercaban a ella, al principio prometiéndole ayuda.
"Todas las puertas se abrían"... si no hablaba de Dios
"Una se presentó como psicóloga para orientarme en este camino, pero me avisó de que yo era de la luz y ella de la oscuridad", relata. Lo cierto es que cada vez que la veía a Marián se le "cerraba el estómago"; pero pronto se distraía y progresaba.
"Meditaba tres horas al día, mi sensibilidad espiritual aumentaba y mientras esta persona se acercaba a mí durante 7 años iba ganando terreno espiritual y adentrándose en mi familia", recuerda.
Al mismo momento, "todas las puertas" comenzaban a abrirse para ella en televisión, radio y eventos.
También participó en la fundación e impulso de un movimiento con cierta relevancia social, Abre tu corazón, donde pretendía "despertar conciencias" en pro de "responsabilizarse de la propia vida y no culpar al mundo". Muchas proclamas filantrópicas y caritativas pero que, en los medios de comunicación, nunca le permitían expresar hablando directamente de Dios.
Sin fe en el demonio
En pleno éxito mediático, social y "espiritual" también en la Nueva Era, Marián recordó la frase "por sus frutos los conoceréis"… y miró a su alrededor.
"No me gustaban los frutos de esas personas. Me hablaban de cosas bonitas, pero no me gustaba. El que me enseñaba una técnica cambiaba de pareja en pareja, otra criticaba a sus alumnos, otro era misógino, otra era muy espiritual pero iba por si quinta pareja habiendo dejado a dos familias completas", enumera.
En los medios de comunicación ocurría algo similar, "estaba convencida de que el mensaje estaba bien, pero si no me hacía adherirme a sus corazones [de mi familia y los más cercanos] como ellos a mí, no era real. Si en casa no era la mejor versión de mí misma, haciendo familia y siendo mejor con los míos, entonces era un fracaso, no era real ni auténtico", recuerda.
En ese momento, aquella guía espiritual le advirtió de que estaba "muy expuesta", pero Marián reconoce que su gran falta de fe, más que en Dios, era en el demonio, "creía que todo era bueno, confiaba en todos y no creía en el mal".
Hasta que atacó: "No estás muerta de milagro"
Hasta que un día, sin motivo, se desmayó. Fue la antesala de seis meses en coma, en silla de ruedas, a punto de desangrarse en alguna ocasión y sin ninguna explicación médica. Estaba además incapacitada para rezar: "Sufría muchísimo".
Tan pronto como quedó convaleciente, recuerda que también "llegaron las ayudas espirituales correctas, gracias a Dios".
Marián llegó a pesar 20 kilos menos, sin tono muscular y pensando que iba a morir sin explicación, con su familia rota, cuando una amiga de su madre preguntó si había consultado la opinión de un exorcista.
Por probar no solo "no perdía nada", sino que como se comprobaría, podría ganarlo todo. Y concertó una cita con él.
"¿En qué te has metido? No estás muerta de milagro. Tu fe y buena intención te han salvado, pero tu ignorancia casi te mata. Te metiste durante siete años en los sótanos de los sótanos más peligrosos que te imaginas", le dijo antes de pronunciar una oración de liberación.
Conforme mejoraba y gracias a la ayuda del exorcista, Marián comprendió que el trabajo que había hecho junto a sus compañeros de doctrinas era "espiritual" y, como concluiría más tarde, aquellas personas "estaban detrás de los ataques, para que no siguiera los planes de Dios".
"Jesús, en ti confío"
Aquella fase se prolongó durante siete años. Tras su sanación, una nueva percepción interna le haría bautizar los siguientes años con la jaculatoria "Jesús, en ti confío".
Recuerda que solo quería ir a la Iglesia. Pronto comenzó a ir durante largas horas a rezar, como si estuviese "imantada al sagrario y al corazón de Dios. Cuando llegaba sentía que me abrazaba, me consolaba y me ayudaba a perdonar lo imperdonable, el daño terrible que me hicieron esas personas para que no se realizaran los planes de Dios en mi vida".
Pero ahora era libre. Y lo que siempre había visto como algo "aburrido" y propio de "vidas grises" como rezar, estudiar la Biblia, confesarse y frecuentar las visitas al Santísimo, empezó a verlo con "un hambre terrible".
Aquel tiempo sería la preparación para lo que ella llama su "misión evangelizadora". Y empezó muy lejos de su hogar: si en sus días de budista, viajar a la India fue una utopía que no llegó por más que lo intentó, el viaje a Tierra Santa se repitió sin buscarlo ni quererlo, casi sin poder evitarlo.
Precisamente tras visitar Tierra Santa conocería al padre Juan Solana, director de Magdala Center.
Una misión evangelizadora que comenzó en Tierra Santa
"Había tenido muchos anuncios de Tierra Santa. Cerraba mis ojos y era como si la conociera. Al llegar, sentía que ya la había caminado espiritualmente y que era como esas mujeres que seguían a Jesús con tanto amor", recuerda. En Tierra Santa "se despertó mi misión evangelizadora, colaborando con Solana y los proyectos de Magdala".
Comenzó apoyando las peregrinaciones "entre bambalinas", promocionando y difundiendo las noticias.
Después, al concluir la pandemia, Marián se disponía a dar un taller de oración en Miami cuando Solana le ofreció hacerlo e Tierra Santa de forma presencial. Aún se sorprende relatando como pasó de no haber ninguna inscripción a tener el cupo completo en solo dos días.
Reynoso relata su experiencia de fe en Tierra Santa, marcada también por el conflicto reactivado entre Israel y Palestina.
En la página Terra Sancta México, Reynoso relata como vivir la experiencia de unos ejercicios espirituales en Tierra Santa transformó su fe en múltiples dimensiones.
Tierra Santa, determinante en su fe: "Solo pienso en regresar"
"Pude imprimir en mis 5 sentidos y en mi corazón la Palabra de Dios; quedarme llena de imágenes y experiencias vivas; de encuentros con cada una de las personas de la Santísima Trinidad en mi memoria, para servirme de ellas en cada lectura, en cada oración, en cada contemplación. Es un parteaguas en mi vida espiritual y solo pienso en regresar", asegura.
A día de hoy, afirma disponer de una "comunidad preciosa" en torno a los talleres y oración en Tierra Santa y Miami, lo que espera retomar cuando el conflicto vigente lo permita. "Parte de nuestra misión allí es rezar todo el tiempo pidiendo el don de la paz", agrega.
Uno de los talleres de oración que imparte consta de 10 días recorriendo la Tierra Santa de la en clave mariana y en una dinámica contemplativa, visitando los lugares donde sucedieron los misterios del Santo Rosario y otros puntos emblemáticos.
Marián Reynoso en su taller de oración en Tierra Santa.
Reynoso, junto a un grupo de peregrinas del taller de oración en Tierra Santa.
Y pese al "parón" de Tierra Santa, admite que su vida apostólica "no para". Junto con los talleres de oración, explica que su "apostolado número uno es invitar a la gente a rezar el rosario de forma contemplativa" y recibir al Santísimo "hasta el último día" de su vida, su compromiso principal.
Marián relata cómo en su vida "hubo un antes y un después". "Hoy mi vida es simple: mi rosario, mi comunión, mi confesión frecuente, la misa y una vida apostólica activa donde compartir el amor de Dios". Y esa visión, concluye, solo es posible "gracias a que nunca regresé a nada de lo que me empoderaba, sino que me adentro en el camino de la pequeñez, donde dejamos a Dios ser Dios".