Candelaria con el Papa: los 3 votos, la sabiduría de Simeón y ángelus provida
El Papa Francisco en las Vísperas de la Candelaria de 2025, en San Pedro
El 2 de febrero, la Fiesta de la Presentación del Señor, es también la fiesta de la Candelaria, la Purificación de María en el Templo, y una fiesta grande para los religiosos, la Jornada Mundial de la Vida Consagrada.
Por eso, el Papa Francisco, el sábado por la noche, presidiendo las vísperas de la Candelaria en la Basílica de San Pedro, quiso dirigirse especialmente a los consagrados y religiosos.
"Hermanas y hermanos, ustedes que escogieron el camino de los consejos evangélicos, se han consagrado, como «Esposa ante el Esposo […] envuelta por su luz» (S. Juan Pablo II, Exhort. ap. Vita consecrata, 15), a ese mismo plan luminoso del Padre que se remonta a los orígenes del mundo. Este plan tendrá su total cumplimiento al final de los tiempos, pero se hace visible, ya desde ahora, a través de «las maravillas que Dios realiza en la frágil humanidad de las personas llamadas»", dijo, citando al santo papa polaco, de quien tomó más reflexiones en su homilía.
Habló de "los votos de pobreza, castidad y obediencia", con los cuales los consagrados "también pueden ser portadores de luz para las mujeres y los hombres de nuestro tiempo".
El voto de pobreza: libertad generosa
Sobre el voto de pobreza, mencionó que “ésta tiene sus raíces en la vida misma de Dios, eterno y total don recíproco del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. En el ejercicio de la pobreza, la persona consagrada, con un uso libre y generoso de todas las cosas, se hace para estas mismas, portadora de bendición".
Para ello, deben rechazar "el egoísmo, la codicia, la dependencia, el uso violento y con objetivos de muerte" y abrazar, por el contrario, "la sobriedad, la generosidad, el compartir, la solidaridad".
La castidad: corazón sin dividir
Sobre el de castidad, lo relacionó con la Trinidad, "reflejo del amor infinito que une a las tres Personas divinas» (Vita consecrata, 21). Su profesión, en la renuncia al amor conyugal y en el camino de la continencia, reafirma el primado absoluto, para el ser humano, del amor de Dios, acogido con corazón indiviso y nupcial (cf. 1 Co 7,32-36), y lo indica como fuente y modelo de cualquier otro amor".
Les pidió evitar "fenómenos destructivos como el avinagramiento del corazón o la ambigüedad de las elecciones, fuente de tristeza e insatisfacción que provoca, a veces, en los sujetos más frágiles, el desarrollo de verdaderas ‘dobles vidas’”.
"Frente a «una creciente necesidad de transparencia interior en las relaciones humanas» (Vita consecrata, 88) y de humanización de los vínculos entre los individuos y las comunidades, la castidad consagrada muestra al hombre y a la mujer del s.XXI un camino de sanación del mal del aislamiento, en el ejercicio de una manera de amar libre y liberadora, que acoge y respeta a todos y no obliga ni rechaza a ninguno".
La obediencia: antídoto al individualismo
Sobre el voto de obediencia, lo presentó como "un antídoto al individualismo solitario, promoviendo, en su lugar, un modelo de relación basado en la escucha efectiva, en la que al 'decir' y al 'oír' sigue la concretización del 'actuar', aun a costa de renunciar a los propios gustos, programas y preferencias".
Así, aseguró, "la persona puede experimentar al máximo la alegría del don, derrotando a la soledad y descubriendo el sentido de la propia existencia en el gran plan de Dios".
Y animó a los religiosos a volver siempre "A Cristo y a su ‘sí’ al Padre".
Religiosas y consagradas en Vísperas de la Presentación con el Papa en 2025
Ángelus del domingo: las enseñanzas del anciano Simeón
El anciano Simeón que recibió a Jesús y a sus padres en el Templo para el rito de la purificación fue el hilo conductor del mensaje del Ángelus del Papa Francisco en la mañana del domingo 2 de febrero.
La Sagrada Familia quería realizar algo "que siempre se hizo en el pueblo de Israel, de generación en generación", pero lo que sucedió "nunca antes había pasado". Las "voces conmovidas" de los ancianos Simeón y Ana "resuenan entre las viejas piedras del Templo" mientras profetizan sobre Jesús.
María y José se asombran cuando los ancianos hablan de Jesús como «salvación», «luz» y «signo de redención».
"¡La salvación universal concentrada en uno solo! Sí, porque en Jesús habita toda la plenitud de Dios, de su Amor", detalló el Papa. "Y he aquí el segundo aspecto de Jesús, «luz para iluminar a las naciones». "Como el sol que nace sobre el mundo, este niño lo redimirá de las tinieblas del mal, del dolor y de la muerte. ¡Cuánta necesidad tenemos, también hoy, de esta luz!"
Y al mostrar a Jesús como "signo de contradicción para que se revelen los pensamientos de muchos corazones" el Papa señala que el criterio para juzgar la Historia y cada vida es "el amor: el que ama vive, el que odia muere".
"Podemos entonces preguntarnos: Tú, yo, ¿qué espero de mi vida? ¿Cuál es mi gran esperanza? ¿Anhela mi corazón ver el rostro del Señor? ¿Espero la manifestación de su plan de salvación para la humanidad?"
Saludos a Provida Italia, que cumple 50 años
En sus saludos finales tras el Ángelus, el Papa pidió un compromiso de los gobernantes por la paz en el mundo.
"Reitero mi “no” a la guerra, que destruye, destruye todo, destruye la vida y lleva a despreciarla. Y no olvidemos que la guerra es siempre una derrota. En este Año Jubilar, renuevo mi llamamiento, especialmente a los gobernantes de la fe cristiana, a que pongan el máximo esfuerzo en las negociaciones para poner fin a todos los conflictos en curso".
Entre los países atribulados, pidió orar "por la paz en la atormentada Ucrania, Palestina, Israel, Líbano, Myanmar, Sudán y Kivu del Norte", región del Congo donde crece el conflicto armado.
Además, en Italia se celebra el Día de la Vida, con el tema “Transmitir vida, esperanza para el mundo”, y el movimiento provida italiano cumple 50 años. Algunos delegados provida estaban en la Plaza de San Pedro con pancartas. El Papa les felicitó así:
"Me uno a los obispos italianos para expresar mi gratitud a las numerosas familias que acogen con gusto el don de la vida y para alentar a las parejas jóvenes a no tener miedo de traer hijos al mundo. Y saludo al movimiento provida italiano, que celebra su 50° aniversario".
El Papa mencionó además la Cumbre internacional sobre los derechos de los niños, titulada “Amémoslos y protejámoslos”, que empieza el lunes 3 en el Vaticano. "Es una oportunidad única para llamar la atención mundial sobre los problemas más urgentes que afectan la vida de los niños. Os invito a uniros en oración por el éxito", exhortó.
Por último, un saludo a los fieles presentes en la plaza de San Pedro procedentes de Italia y de otras partes del mundo, en particular de España, Marsella, Polonia, Croacia, Bulgaria e India.
Fuente: Religión en Libertad
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