Lola, influencer con parálisis cerebral: «Soy afortunada: Dios me ayuda y ha puesto esto para algo»
Lola González-Pinto.
Con poco más de 20 años, Lola González-Pinto es una recién graduada en Derecho y además una conferenciante e influencer que habla cada día a miles de personas en redes. La clave de su mensaje, preguntarse el “para qué”, en lugar del “por qué”, es lo que la ha llevado a pronunciar charlas, acudir a medios y convertirse en "creadora de contenido" en su cuenta @desdemisilaa: el “para qué” de su enfermedad, una parálisis cerebral que no ha impedido la autonomía y éxito de la joven, pero tampoco el vivir con perseverancia la fe, agradecida a Dios y convencida de que “si me ha puesto esto a mí, es porque quiere de mí algo que no quiere de los demás”.
La última de sus intervenciones fue en La Linterna de la Iglesia (COPE), donde abordó su forma de normalizar la vida en silla de ruedas a causa de una parálisis que afecta a sus dos piernas y el brazo derecho.
En otras ocasiones remontó el origen de su enfermedad a su nacimiento prematuro dos meses y medio antes de lo previsto.
“Desde muy pequeña lo he normalizado muchísimo”, declaró en una de las ediciones de CEU Talks. “Cuando era pequeña tenía más momentos de preguntarme por qué me ha pasado esto. Pero pasa el tiempo y al final asimilas y entiendes que, si esto es lo que te ha tocado vivir, lo tienes que hacer con la mejor de las sonrisas. Una vez lo entiendes, es mucho más fácil”, remarca.
A los ocho años comenzó su formación en un colegio ordinario de chicas, lo que agradece a su familia como “una de las mejores decisiones que han tomado” en su vida.
"Gracias por hacerme tan feliz"
Comenzó entonces para ella algo tan nuevo como para sus compañeras en el colegio de Fomento Torrevelo – Peñalabra, al que acude tiempo después de haberse graduado para compartir su experiencia con las alumnas.
“Llegué y todo era a ver quién me cogía la silla primero, la comida, quien me ayudaba air al baño… Hacían cola en clase para ver quién me ayudaba. Todo era normal, me apuntaba a todos los planes, convivencias y viajes”, recuerda con emoción.
En una de las publicaciones de su cuenta de Instagram, acompaña una imagen de graduación con un texto que recuerda su primer día de clase.
“Se formó barullo de la profesora para ver a qué dos niñas les tocaba ayudarme durante ese día.
Para ellas no era fácil, pues como para mi, todo era nuevo pero siempre había alguna dispuesta a ayudarme incluso estando en la otra punta de la clase.
Éramos pequeñas y la inconsciencia y las ganas de reír y pasárnoslo bien por los pasillos eran tan grandes que algunos días terminaban en pequeño accidente como la rotura de mis paletos tan recordada por todo el colegio”, relata.
Entre otras imágenes, rememora las carreras con su andador, accidentes y otros momentos que reflejan la cotidianidad con la que vive su dolencia.
“En el cole he sido feliz, muy feliz y en gran parte gracias a mi clase en la que siempre reinaba el caos y el desorden pero que te reías incluso el lunes más triste y gris del año. Gracias, gracias y gracias a cada una de vosotras por hacerme tan feliz y dedicar un minuto de vuestro tiempo a ayudarme. Una parte muy importante también de mi paso por el colegio son las profesoras siempre dispuesta a ayudarme y ponerme todas las facilidades posibles”, escribió la joven agradecida a compañeras y maestras.
"No cambiaría mi vida, estoy agradecida de verdad"
Tanto en La Linterna de la Iglesia como en CEU Talks, la joven aseguró que no cambiaría su vida por la de una persona que pudiese andar con normalidad.
"No sería yo", dice, reconociendo que su enfermedad le ha enseñado "más cosas positivas que negativas". De hecho, admite con sinceridad sentirse “una afortunada”: “Puedo estudiar, puedo hacer aparentemente una vida normal. Gracias a Dios mi discapacidad no me afectó a la cabeza y puedo hacerlo todo”.
Tanto es así que incluso también publicó en su cuenta los motivos por los que afirma sentirse “agradecida de verdad”.
“Gracias a mi discapacidad por enseñarme a vivir; A vivir fuerte A vivir valiente A vivir sin miedo, A vivir sonriendo, A vivir agradecida, A vivir esforzándome, A vivir valorando, A vivir siendo distinta, A vivir siendo capaz”.
La realidad, como la vive y sin filtros: "No es fácil"
Aunque busca vivir con normalidad su situación y transmitirlo a sus seguidores, admite que la vida e historia que muestra en Instagram no es un escaparate idealizado y al margen de la realidad. No son pocas las publicaciones en las que admite que su vida y situación “no es fácil”.
En una de ellas, escribió: “Aunque siempre intenté mostrar mi mejor cara, estar en una silla es algo duro. Es duro el tener que renunciar a algunas cosas, es duro el que las cosas te cuesten el triple que a los demás, es duro el tener que ir a rehabilitación todas las semanas sabiendo que, aun así, hay muchas situaciones en las que vas a tener que depender de alguien para que te ayude”.
Cuenta que en sus días “de bajón”, que existen, suele terminar preguntándose “para qué me han puesto este camino en la vida antes que el por qué”. Sin embargo, su fe y optimismo le hacen ser “siempre muy consciente de que esta es la realidad que me ha tocado vivir y que, como tal, debo hacerlo con la mejor de mis sonrisas. Porque como siempre digo, siempre hay alguien al lado que está mucho peor que yo, recordándome la suerte que tengo por la gente que tengo a mi lado y lo tremendamente feliz que soy”.
"Si Dios ha puesto esto en mi vida es por algo"
Preguntada por el papel de la fe en su forma de ver el dolor y la enfermedad, la joven no oculta su convicción de que “si Dios ha puesto esto en mi camino y en mi vida, es por algo y para algo, para contar mi vida y mi historia, porque quiere algo especial”.
Precisamente eso es lo que Lola hace cada día a través de su cuenta de Instagram, transmitiendo a miles de seguidores no solo su día a día, sino también su cosmovisión orientada a animar a quienes sufren como ella y a ayudarles a normalizar una vida marcada por la discapacidad.
A todos ellos les recomienda buscar la forma de hacer vida normal, moverse y hacer todo lo que pueda. “Esa ha sido una de las claves para que yo me tome la vida como me la tomo”, explica hablando de cómo sus padres la ayudaron a enfrentar su discapacidad desde el primer momento.
Por eso también recomienda a las familias que ayuden a sus hijos a moverse y a saber que “se puede ser igual de feliz, o incluso más, que alguien que ande”.
Una vez concluida la carrera de Derecho, González Pinto continúa con su cuenta de Instagram, le gustaría opositar y ser funcionaria, lo que quiere compaginar con otro de sus grandes sueños, "montar una asociación para todo ese toda esa gente como yo que no ha tenido la suerte de poder tratarse como yo".
Fuente: Religión en Libertad
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