sábado, 22 de noviembre de 2025

Santo Evangelio 22 Noviembre 2025



 Texto del Evangelio (Lc 20,27-40):

 En aquel tiempo, acercándose a Jesús algunos de los saduceos, esos que sostienen que no hay resurrección, le preguntaron: «Maestro, Moisés nos dejó escrito que si muere el hermano de alguno, que estaba casado y no tenía hijos, que su hermano tome a la mujer para dar descendencia a su hermano. Eran siete hermanos; habiendo tomado mujer el primero, murió sin hijos; y la tomó el segundo, luego el tercero; del mismo modo los siete murieron también sin dejar hijos. Finalmente, también murió la mujer. Ésta, pues, ¿de cuál de ellos será mujer en la resurrección? Porque los siete la tuvieron por mujer».

Jesús les dijo: «Los hijos de este mundo toman mujer o marido; pero los que alcancen a ser dignos de tener parte en aquel mundo y en la resurrección de entre los muertos, ni ellos tomarán mujer ni ellas marido, ni pueden ya morir, porque son como ángeles, y son hijos de Dios, siendo hijos de la resurrección. Y que los muertos resucitan lo ha indicado también Moisés en lo de la zarza, cuando llama al Señor el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob. No es un Dios de muertos, sino de vivos, porque para Él todos viven».

Algunos de los escribas le dijeron: «Maestro, has hablado bien». Pues ya no se atrevían a preguntarle nada.



«No es un Dios de muertos, sino de vivos, porque para Él todos viven»


Rev. D. Ramon CORTS i Blay

(Barcelona, España)

Hoy, la Palabra de Dios nos habla del tema capital de la resurrección de los muertos. Curiosamente, como los saduceos, también nosotros no nos cansamos de formular preguntas inútiles y fuera de lugar. Queremos solucionar las cosas del más allá con los criterios de aquí abajo, cuando en el mundo que está por venir todo será diferente: «Los que alcancen a ser dignos de tener parte en aquel mundo y en la resurrección de entre los muertos, ni ellos tomarán mujer ni ellas marido» (Lc 20,35). Partiendo de criterios equivocados llegamos a conclusiones erróneas.

Si nos amáramos más y mejor, no se nos antojaría extraño que en el cielo no haya el exclusivismo del amor que vivimos en la tierra, totalmente comprensible a causa de nuestra limitación, que nos dificulta el poder salir de nuestros círculos más próximos. Pero en el cielo nos amaremos todos y con un corazón puro, sin envidias ni recelos, y no solamente al esposo o a la esposa, a los hijos o a los de nuestra sangre, sino a todo el mundo, sin excepciones ni discriminaciones de lengua, nación, raza o cultura, ya que el «amor verdadero alcanza una gran fuerza» (San Paulino de Nola).

Nos hace un gran bien escuchar estas palabras de la Escritura que salen de los labios de Jesús. Nos hace bien, porque nos podría ocurrir que, agitados por tantas cosas que no nos dejan ni tiempo para pensar e influidos por una cultura ambiental que parece negar la vida eterna, llegáramos a estar tocados por la duda respecto a la resurrección de los muertos. Sí, nos hace un gran bien que el Señor mismo sea el que nos diga que hay un futuro más allá de la destrucción de nuestro cuerpo y de este mundo que pasa: «Y que los muertos resucitan lo ha indicado también Moisés en lo de la zarza, cuando llama al Señor el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob. No es un Dios de muertos, sino de vivos, porque para Él todos viven» (Lc 20,37-38).

Juan Duarte, el diácono mártir de Yunquera al que «inflaron» de gasolina en 1936: «Yo os perdono»

 


Juan Duarte, el diácono mártir de Yunquera al que «inflaron» de gasolina en 1936: «Yo os perdono»

De niño, ya con cinco años, se entretenía haciendo altares y rezando el Rosario.

Juan Duarte Martín (Yunquera, 17 de marzo de 1912 – Álora, 15 de noviembre de 1936) fue un diácono, mártir y seminarista diocesano de Málaga (España), asesinado en 1936 por el bando republicano. Fue beatificado en Roma, el 28 de octubre de 2007, por el Papa Benedicto XVI.

Tras ser detenido en su casa por milicianos de la Federación Anarquista Ibérica, fue llevado a Álora, donde fue sometido durante días a torturas y humillaciones con el propósito de que blasfemara. Al negarse a renegar de su fe, fue llevado al Arroyo Bujía, a kilómetro y medio de la estación. 

Juan Duarte desde niño tenía una gran fe. archivo

A unos diez metros del puente de la carretera lo tumbaron en el suelo y con un machete lo abrieron en canal, le llenaron de gasolina el vientre y el estómago y luego le prendieron fuego. Durante este último tormento, Juan Duarte sólo decía: "Yo os perdono y pido que Dios os perdone... ¡Viva Cristo Rey!". 

Las últimas palabras que salieron de su boca, con los ojos bien abiertos y mirando al cielo, fueron: "¡Ya lo estoy viendo... ya lo estoy viendo!". Los mismos que intervinieron en su muerte contaron luego en el pueblo que uno de ellos le interpeló: "¿Qué estás viendo?". Y acto seguido, le descargó su pistola en la cabeza.

Su cadáver fue enterrado en el lugar del martirio, exhumado en 1937 y trasladado al cementerio de Yunquera, lugar en el que permaneció hasta su traslado a la iglesia parroquial, donde encuentra en la actualidad.



Tumba de Juan Duarte en Yunquera, Málaga (España).archivo

Un niño distinto

Como relata el libro La fuerza de la fe, de Pedro Sánchez Trujillo, nuestro mártir fue hijo de Juan Duarte Doña y Dolores Martín de la Torre. De este matrimonio nacieron diez hijos, de los que sobrevivieron seis, Juan era el cuarto de ellos. Su padre, veterano de la Adoración Nocturna, era un labrador autónomo, con bienes suficientes para no tener que trabajar por cuenta ajena, aunque no para llevar una vida desahogada.

De niño, ya con cinco años, se entretenía haciendo altares y rezando el Rosario. Además, siempre que llegaba un pordiosero a casa, le pedía a su madre que le atendiera. 



Biografía del mártir Juan Duarte.

Juan ingresó en el Seminario en el curso 1925-1926, a la edad de trece años. Ante los insuficientes medios económicos de la familia, el padre le planteó cómo podrían pagar sus estudios, él sin vacilar respondió: "No se preocupe, el Señor le va a ayudar". 

En el seminario, Juan se sintió como en una verdadera familia, cuando estaba en el pueblo pasando las vacaciones, contaba los días que faltaban para su regreso. Es más, tras la quema de iglesias y de conventos en Málaga en mayo del 1931, su padre le pidió que aplazara su vuelta, pero Juan fue de los valientes que volvieron al seminario.

Su testimonio fue evangelizador. Durante las vacaciones de verano, Juan daba catequesis a los niños de su pueblo. Así, brotó la vocación de otro seminarista yunquerano, Miguel Díaz Jiménez, quien murió también martirizado.

Inteligente y estudioso, fue aprobando siempre con las máximas calificaciones. En los últimos cursos de estudios se le encomendó ser prefecto de los seminaristas menores. Era alegre y sencillo, y, solía decir que, cuando fuera sacerdote, quería irse a las misiones. Fue ordenado diácono en la catedral de Málaga el 6 de marzo de 1936.


Oración al mártir Juan Duarte.

Juan Duarte quería mucho a San Manuel González, su obispo en Málaga y conocido, posteriormente, como el "obispo de los sagrarios abandonados". Una relación que comenzó el día de su Confirmación, sacramento que recibió de sus manos, a los siete u ocho años, tras haber hecho su Primera Comunión.

Cuando el martirio se iba acercando, su familia, y los que le trataron de cerca en aquellos meses, comentaban que una respuesta que, frecuentemente, salía de sus labios, cuando alguien le advertía que la situación empeoraba, era: "¡El Señor triunfará, el Señor triunfará!"

Delatado en su escondite

Finalmente, su detención tuvo lugar el 7 de noviembre, por la delación de alguien que, tras un registro fallido llevado a cabo en su casa, le vio asomarse a una pequeña ventana para respirar aire puro después de varias horas, sin luz ni ventilación, en una pequeña pocilga que le había servido de escondite. 

Cuando los milicianos tocaron a la puerta, se encontraban en casa su madre y él. De su casa le llevaron al calabozo municipal, y de allí, con otros dos seminaristas, sobre las cuatro de la tarde, lo trasladaron a El Burgo, donde sus dos compañeros fueron martirizados en la noche del 7 al 8, mientras Juan fue llevado, por la carretera de Ardales, hasta Álora. 



Carmen Duarte (a la derecha), monja carmelita en Ronda (Málaga), en la beatificación de su hermano Juan en Roma.archivo

En Álora, fue trasladado primero a una posada y, después, al calabozo municipal, en el que durante varios días fue sometido a torturas, con las que pretendían forzarle a blasfemar. Él siempre respondía: "¡Viva el Corazón de Jesús!".

Las torturas y humillaciones fueron muy variadas. Como la indignación de mucha gente de Álora aumentaba y la actitud de Juan se hacía más provocadora –con serenidad preguntaba a sus verdugos si no se daban cuenta de que lo que le hacían a él se lo estaban haciendo al Señor–, los dirigentes del Comité decidieron acabar con su vida.

Perdonados… pero sin creerlo: la herida más profunda del alma cristiana

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Fuente: Religión en Libertad

viernes, 21 de noviembre de 2025

Santo Evangelio 21 noviembre 2025

 


Texto del Evangelio (Lc 19,45-48):

 En aquel tiempo, entrando Jesús en el Templo, comenzó a echar fuera a los que vendían, diciéndoles: «Está escrito: ‘Mi casa será casa de oración’. ¡Pero vosotros la habéis hecho una cueva de bandidos!». Enseñaba todos los días en el Templo. Por su parte, los sumos sacerdotes, los escribas y también los notables del pueblo buscaban matarle, pero no encontraban qué podrían hacer, porque todo el pueblo le oía pendiente de sus labios.



«Mi casa será casa de oración»


P. Josep LAPLANA OSB Monje de Montserrat

(Montserrat, Barcelona, España)

Hoy, el gesto de Jesús es profético. A la manera de los antiguos profetas, realiza una acción simbólica, plena de significación de cara al futuro. Al expulsar del templo a los mercaderes que vendían las víctimas destinadas a servir de ofrenda y al evocar que «la casa de Dios será casa de oración» (Is 56,7), Jesús anunciaba la nueva situación que Él venía a inaugurar, en la que los sacrificios de animales ya no tenían cabida. San Juan definirá la nueva relación cultual como una «adoración al Padre en espíritu y en verdad» (Jn 4,24). La figura debe dejar paso a la realidad. Santo Tomás de Aquino decía poéticamente: «Et antiquum documentum / novo cedat ritui» («Que el Testamento Antiguo deje paso al Rito Nuevo»).

El Rito Nuevo es la palabra de Jesús. Por eso, san Lucas ha unido a la escena de la purificación del templo la presentación de Jesús predicando en él cada día. El culto nuevo se centra en la oración y en la escucha de la Palabra de Dios. Pero, en realidad, el centro del centro de la institución cristiana es la misma persona viva de Jesús, con su carne entregada y su sangre derramada en la cruz y dadas en la Eucaristía. También santo Tomás lo remarca bellamente: «Recumbens cum fratribus (…) se dat suis manibus» («Sentado en la mesa con los hermanos (…) se da a sí mismo con sus propias manos»).

En el Nuevo Testamento inaugurado por Jesús ya no son necesarios los bueyes ni los vendedores de corderos. Lo mismo que «todo el pueblo le oía pendiente de sus labios» (Lc 19,48), nosotros no hemos de ir al templo a inmolar víctimas, sino a recibir a Jesús, el auténtico cordero inmolado por nosotros de una vez para siempre (cf. He 7,27), y a unir nuestra vida a la suya.


Influencers, chicas duras y movimientos evangelizadores: novedades en un Congreso CyVP sin políticos

 


Influencers, chicas duras y movimientos evangelizadores: novedades en un Congreso CyVP sin políticos

María San Gil es una de las codirectoras del 26ª Congreso Católicos y Vida Pública

Habrá influencers católicos, "chicas duras" (mujeres valientes que han plantado cara como Ayaan Hirsi Ali, Ana Iris Simón, María San Gil y Lupe Batallán) y representantes de movimientos eclesiales católicos. Y es gratis y abierto a todos, sólo hay que inscribirse aquí.

Es el Congreso Católicos y Vida Pública, del 15 al 17 de noviembre, que cumple ya 26 años de vida y como cada año se celebra en la Universidad San Pablo CEU de Madrid. El tema de este año es: "Quo Vadis, pensar y actuar en tiempos de incertidumbre".

Un manifiesto previo: ser minorías creativas

En esta edición el manifiesto no es un fruto de los trabajos, sino que ya está escrito antes y marca la línea: denuncia el relativismo moral que causa la crisis social, "un materialismo que lleva a la decadencia", y advierte de un "sentimiento de desmoralización" por "una cierta impotencia ante la imposición sistemática de un desorden social que nunca ha sido ni explicado ni votado". El texto pide al "catolicismo social", que hoy es "silencioso e irrelevante" que se convierta en "minoría creativa con una estrategia" que impulse un cambio social.


¿Casablanca o El Exorcista? Es el Católicos y Vida Pública en tiempos inciertos.

Un congreso (casi) sin políticos

Este año los directores del Congreso son José Masip Marzá y la ex política María San Gil, buena conocedora de la amenaza terrorista de ETA, quien insistió en un encuentro con periodistas que ya no es de ningún partido y ahora sólo es militante de la ACdP.

Masip avisó al presentar el congreso: "Si perdemos los buenos valores, llegarán otros y serán peores". Y habló de la Transición en España, en los años 70, que "fue ejemplo de entendimiento y concordia". Preguntó: "¿Creéis que eso hoy sería posible?" A la pregunta 'quo vadis' ("¿dónde vas?") recordó que Jesús es el camino pero hay que saber explicarlo de otra manera a los que no cristianos.

En esta edición no hay políticos, aunque sí algún ex político. Masip Marzá comentó que los políticos hoy ofrecen caos y no soluciones, y que tiene sentido hacer un encuentro de cristianos qué buscan soluciones.

Bullón de Mendoza recordó que cuándo nació el Congreso hace 26 años su impulsor, Coronel de Palma, le dijo: "los cristianos dialogamos con todos, marxistas, liberales, de todo, menos entre católicos". El Congreso nació como un encuentro enriquecedor entre cristianos y por eso en esta edición se ha insistido en invitar a movimientos ya evangelizadores y otras figuras. Otra novedad es que se quiere integrar a los jóvenes en el programa, sin hacer actividades separadas o paralelas.

Pero a sus impulsores, la Asociación Católica de Propagandista, la política les sigue pareciendo apasionante y necesaria. Masip Marzá dijo que en el primer Gobierno de la democracia, de Adolfo Suárez, la mayoría de ministros eran católicos practicantes, y de hecho de la ACdP en su mayoría. "Lo hicieron bien y ninguno fue nunca acusado de corrupción", señala. En la España de hoy suena tan raro esa integridad como su catolicismo.

Masip comentó que hoy en los partidos los políticos cristianos ocultan su fe, quizá porque están en un sitio delicado y no se atreven a declararla.

Los periodistas saben que María San Gil vio su fe avivada hace unos años en un Retiro de Emaús. Le preguntaron si se puede invitar a un político en activo a este tipo de retiros u otros encuentros que despiertan la fe. ¿O es mejor esperar a que deje la política activa?

María San Gil respondió que "cuanto antes, mucho mejor". "Que disfrute de la fe. Además, uno se mete en política a defender lo que cree y si ve qué ese no es su sitio siempre puede dimitir", propuso.

Desde que ella dejó el Partido Popular, muchos más lo han hecho, pero no está claro que haya muchas opciones para un católico interesado en la acción política.

(Sobre esto léase: ¿En qué momento un político católico debería dejar su partido? ¿Y qué puede hacer después?).

Mujeres valientes que dan la cara

Los organizadores no lo han destacado, pero al repasar el programa destacan varias mujeres valientes que hablan claro. La más valiente, porque lleva años amenazada por integristas islámicos (y ahora también por activistas woke, no tan letales) es Ayaan Hirsi Ali, que habla el viernes por la tarde.

La famosa escritora somalí a los 22 años llegó a Holanda escapando de un matrimonio forzado. Combatió la mutilación genital femenina y el integrismo islámico fue amenazada de muerte se declaró atea y activista del ateísmo y desde 2023 se declara cristiana y defiende la libertad de expresión y los derechos de las mujeres. Habla el viernes por la tarde.

El otro gran acto del viernes por la tarde es un encuentro de movimientos católicos. Se invitó a muchos, pero los que al final confirmaron que enviaban representantes fueron: Comunión y Liberación, Retiros de Emaús, Hakuna, Acción Católica y el Camino Neocatecumenal. La ACdP siempre ha querido ofrecer sus instalaciones y encuentros para que los católicos de distintas realidades se conozcan, hagan amistades y se coordinen para dar más fruto.

El sábado hablan el obispo José Ignacio Munilla, el filósofo Jorge Freire y la periodista y escritora Ana Iris Simón. Esta es otra voz valiente, que dice cosas incómodas para la izquierda y a veces también para la derecha. Cuando Fernando Sabater fue expulsado de El País, Ana Iris Simón quedó como una de sus escasas voces críticas, capaces incluso de romper tabúes como el aborto o el divorcio, supuestos avances de la izquierda (y buena parte de la derecha) que siembran tristeza y pobreza. Hace poco defendía (en formato 6 contra 1) el derecho de los rescatadores a dar información provida cerca de las clínicas abortistas.

Pablo Velasco, decano de Humanidades de la Universidad San Pablo CEU, recordó una frase de Ángel Herrera Oria, el periodista y político que fundó la ACdP y luego se haría sacerdote y hasta cardenal. Él decía a los primeros propagandistas: "Nada de lamentos, ¡acción!" Es el título del encuentro de Ana Iris Simón y Jorge Freire que calificó de "pensadores originales, liberados de clichés... ¡Vamos a ver si comparten nuestro manifiesto!"

¡El director de ReL en una película!

A las 3:15 de la tarde se proyecta la película documental 'Valientes', de Goya Producciones, con testimonios de activistas de muchos países frente al laicismo agresivo y la cultura de la muerte. Uno de los testimonios es Álex Rosal, director de Religión en Libertad.

La tarde del sábado está protagonizada por influencers y misioneros digitales. Estarán Macarena Torres, portavoz y comunicadora de Hakuna; la influencer y conversa Carla Restoy, de 27 años; Carlos Taracena, del grupo evangelizador misión Jatari; Irene Alonso, madre de 10 hijos y autora de Soy una madre normal; y Álvaro Trigo, que sobrevivió a graves quemaduras y se lanzó a plantear retos deportivos solidarios.

También cuenta su testimonio Carlota Valenzuela, que ha caminado a pie desde Finisterre a Jerusalén. Y la contundente y firme activista provida argentina Lupe Batallán, autora del libro 'Hermana, date cuenta'. Su conferencia se titula 'Calladita te ves más bonita'. Cuando empezó su activismo era atea, pero ahora se declara enamorada de Jesucristo.

Esa tarde se pueden comprar productos gastronómicos de conventos y monasterios y habrá una hora santa con Hakuna a las 20:30

El domingo a las 12 el plato fuerte es el filósofo Fabrice Hadjadj, francés de origen judío tunecino, padre de familia numerosa y converso ya de adulto al leer los Evangelios.

La presentación del lema del 26ª Católicos y Vida Pública, hace unas semanas:


Fuente: Religíon en libertad


jueves, 20 de noviembre de 2025

Santo Evangelio 20 Noviembre 2025

 


Texto del Evangelio (Lc 19,41-44):

 En aquel tiempo, Jesús, al acercarse a Jerusalén y ver la ciudad, lloró por ella, diciendo: «¡Si también tú conocieras en este día el mensaje de paz! Pero ahora ha quedado oculto a tus ojos. Porque vendrán días sobre ti, en que tus enemigos te rodearán de empalizadas, te cercarán y te apretarán por todas partes, y te estrellarán contra el suelo a ti y a tus hijos que estén dentro de ti, y no dejarán en ti piedra sobre piedra, porque no has conocido el tiempo de tu visita».



«¡Si (...) tú conocieras en este día el mensaje de paz!»


Rev. D. Blas RUIZ i López

(Ascó, Tarragona, España)

Hoy, la imagen que nos presenta el Evangelio es la de un Jesús que «lloró» (Lc 19,41) por la suerte de la ciudad escogida, que no ha reconocido la presencia de su Salvador. Conociendo las noticias que se han dado en los últimos tiempos, nos resultaría fácil aplicar esta lamentación a la ciudad que es —a la vez— santa y fuente de divisiones.

Pero mirando más allá, podemos identificar esta Jerusalén con el pueblo escogido, que es la Iglesia, y —por extensión— con el mundo en el que ésta ha de llevar a término su misión. Si así lo hacemos, nos encontraremos con una comunidad que, aunque ha alcanzado cimas altísimas en el campo de la tecnología y de la ciencia, gime y llora, porque vive rodeada por el egoísmo de sus miembros, porque ha levantado a su alrededor los muros de la violencia y del desorden moral, porque lanza por los suelos a sus hijos, arrastrándolos con las cadenas de un individualismo deshumanizante. En definitiva, lo que nos encontraremos es un pueblo que no ha sabido reconocer el Dios que la visitaba (cf. Lc 19,44).

Sin embargo, nosotros los cristianos, no podemos quedarnos en la pura lamentación, no hemos de ser profetas de desventuras, sino hombres de esperanza. Conocemos el final de la historia, sabemos que Cristo ha hecho caer los muros y ha roto las cadenas: las lágrimas que derrama en este Evangelio prefiguran la sangre con la cual nos ha salvado.

De hecho, Jesús está presente en su Iglesia, especialmente a través de aquellos más necesitados. Hemos de advertir esta presencia para entender la ternura que Cristo tiene por nosotros: es tan excelso su amor, nos dice san Ambrosio, que Él se ha hecho pequeño y humilde para que lleguemos a ser grandes; Él se ha dejado atar entre pañales como un niño para que nosotros seamos liberados de los lazos del pecado; Él se ha dejado clavar en la cruz para que nosotros seamos contados entre las estrellas del cielo... Por eso, hemos de dar gracias a Dios, y descubrir presente en medio de nosotros a aquel que nos visita y nos redime.


Un Católicos y Vida Pública en Madrid en noviembre sobre la esperanza: «El mal no prevalecerá

 


Un Católicos y Vida Pública en Madrid en noviembre sobre la esperanza: «El mal no prevalecerá»

María San Gil y José Masip presentan el Congreso Católicos y Vida Pública de 2025, se celebra del 14 al 16 de noviembre

La Asociación Católica de Propagandistas y la Fundación Universitaria San Pablo CEU han presentado ya ante la prensa la 27ª edición del Congreso Católicos y Vida Pública, en un acto en el que participaron los codirectores del Congreso, el vicepresidente de la ACdP, José Masip, y la vicesecretaria general de la ACdP, María San Gil.

Tendrá lugar del 14 al 16 de noviembre en la Universidad CEU San Pablo (Julián Romea, 23. Madrid) bajo el lema ‘Tú, Esperanza’. Este año, el cartel es una viñeta del dibujante JM Nieto, popular por su sección "Fe de ratas" en ABC, con un foco de luz sobre un personaje que lleva su cruz al cuello.

Sobre el lema "Tú, esperanza", Masip detalló que ese "tú" quizá "puede ser Dios, o el prójimo". Recordó que Benedicto XVI distinguía entre una esperanza más cercana y humana, "que ayuda en el día a día" y otra más grande, que es Dios, y que fundamenta la anterior. También recordó que el Papa Francisco decía que "la solución al cansancio no es pararse a descansar sino ponerse en marcha, precisamente como peregrinos de esperanza".

Entre los invitados al Congreso de este año están: Pep Borrell (popular consejero sobre asuntos familiares), Kevin Roberts (de la Heritage Foundation, más influyente que nunca en EEUU), el  analista argentino Agustín Laje y los populares sacerdotes de la catequesis online Red de Redes (FJ Bronchalo, Jesús Silva y Antonio María Domenech).

Durante muchos años, en el Católicos y Vida Pública los políticos de distintos partidos acudían a sus mesas redondas, debatían entre ellos y también con el público. Desde hace un tiempo (coincide con la mayor presencia de Vox en las instituciones españolas) esto no es así, y los políticos que acuden ya no son españoles. Sí acuden analistas y filósofos que suelen ser críticos con políticos de todo el arco parlamentario.

Ana Iris Simón y Jorge Freire: «Comprométete ya, vivir no es ir por ahí buscando experiencias»

Masip explicó que el Congreso Católicos y Vida Pública "no puede ser un foro político, es un foro de encuentro con todos los movimientos católicos". Efectivamente, habrá una mesa redonda con representantes de movimientos, algo que ya se dio el año pasado. 

Y los políticos pueden venir... entre el público. La ACdP, explicó Masip a ReL, continúa su vocación de "formar hombres para la vida pública", pero "eso no incluye solo la política", comentó.

María San Gil es una de las codirectoras del 26ª Congreso Católicos y Vida Pública

Influencers, chicas duras y movimientos evangelizadores: novedades en un Congreso CyVP sin políticos

Masip también expresó el deseo de llegar más a los jóvenes, para los que se ofrecen actividades en la tarde del sábado. "Hoy muchos jóvenes se ven desalentados, sin un foco. La oscuridad del corazón, si no se llena con Dios, se llena con otras cosas dañinas como la droga o el alcohol", advirtió.

El manifiesto: la esperanza que requiere a Dios

En las últimas ediciones del Católicos y Vida Pública, el manifiesto del congreso se publica antes del congreso, marcando unas líneas para la reflexión. Antes, el manifiesto se elaboraba después del congreso, recogiendo ideas planteadas durante él.

Este año, el manifiesto se centra en la virtud de la esperanza.

"Occidente sigue acrecentando el desorden y España continúa caminando hacia la ruptura contradiciendo nuestra historia y el espíritu de reconciliación de la transición", advierte el texto.

"Sin verdades absolutas, de espaldas a Dios y normalizando su abandono en la vida pública, seguiremos en caída libre hacia el abismo". Y se insiste: "Se ha sepultado la fe con exageración".

El Manifiesto recuerda una enseñanza del filósofo Fabrice Hadjadj en la pasada edición, animando a que la actitud cristiana sea "siempre propositiva, con iniciativa, iluminando y haciendo venir al mundo lo que no es de este mundo".

"Las palabras con las que arrancó el nuevo Papa -el mal no prevalecerá- nos confirman y acrecientan en esta virtud. [...] Cuanta más oscuridad veamos en nuestro entorno, nuestra pequeña luz debe brillar aún más, convencidos de que atraerá a los otros hacia ella", añade el texto.

"Sin la virtud cristiana de la esperanza, que descansa en las promesas de Dios, dejamos de ser los portadores de la luz que tanto necesita el mundo de hoy".

Y finaliza proclamando: "Amor y unidad, esta base es sobre la que este congreso Católicos y Vida Pública se presenta ante la sociedad española con el deseo de que esta palabra de esperanza pueda ser el inicio de una renovación espiritual y salvífica de España y del mundo".

Las inscripciones para esta edición ya están abiertas a todos los interesados en https://www.congreso.ceu.es . 

Día de los Santos Inocentes de 2023 en la clínica Dator, con mucha policía vigilando a unas chicas rezando en la calle

Se dispara el laicismo beligerante en España: informe del Observatorio para la Libertad Religiosa

Fuente:Religión en Libertad

miércoles, 19 de noviembre de 2025

Santo Evangelio 19 noviembre 2025



 Texto del Evangelio (Lc 19,11-28):

 En aquel tiempo, Jesús estaba cerca de Jerusalén y añadió una parábola, pues los que le acompañaban creían que el Reino de Dios aparecería de un momento a otro. Dijo pues: «Un hombre noble marchó a un país lejano, para recibir la investidura real y volverse. Habiendo llamado a diez siervos suyos, les dio diez minas y les dijo: ‘Negociad hasta que vuelva’. Pero sus ciudadanos le odiaban y enviaron detrás de él una embajada que dijese: ‘No queremos que ése reine sobre nosotros’.

»Y sucedió que, cuando regresó, después de recibir la investidura real, mandó llamar a aquellos siervos suyos, a los que había dado el dinero, para saber lo que había ganado cada uno. Se presentó el primero y dijo: ‘Señor, tu mina ha producido diez minas’. Le respondió: ‘¡Muy bien, siervo bueno!; ya que has sido fiel en lo mínimo, toma el gobierno de diez ciudades’. Vino el segundo y dijo: ‘Tu mina, Señor, ha producido cinco minas’. Dijo a éste: ‘Ponte tú también al mando de cinco ciudades’. Vino el otro y dijo: ‘Señor, aquí tienes tu mina, que he tenido guardada en un lienzo; pues tenía miedo de ti, que eres un hombre severo; que tomas lo que no pusiste, y cosechas lo que no sembraste’. Dícele: ‘Por tu propia boca te juzgo, siervo malo; sabías que yo soy un hombre severo, que tomo lo que no puse y cosecho lo que no sembré; pues, ¿por qué no colocaste mi dinero en el banco? Y así, al volver yo, lo habría cobrado con los intereses’.

»Y dijo a los presentes: ‘Quitadle la mina y dádsela al que tiene las diez minas’. Dijéronle: ‘Señor, tiene ya diez minas’. ‘Os digo que a todo el que tiene, se le dará; pero al que no tiene, aun lo que tiene se le quitará. Y aquellos enemigos míos, los que no quisieron que yo reinara sobre ellos, traedlos aquí y matadlos delante de mí’».

Y habiendo dicho esto, marchaba por delante subiendo a Jerusalén.



«Negociad hasta que vuelva»


P. Pere SUÑER i Puig SJ

(Barcelona, España)

Hoy, el Evangelio nos propone la parábola de las minas: una cantidad de dinero que aquel noble repartió entre sus siervos, antes de marchar de viaje. Primero, fijémonos en la ocasión que provoca la parábola de Jesús. Él iba “subiendo” a Jerusalén, donde le esperaba la pasión y la consiguiente resurrección. Los discípulos «creían que el Reino de Dios aparecería de un momento a otro» (Lc 19,11). Es en estas circunstancias cuando Jesús propone esta parábola. Con ella, Jesús nos enseña que hemos de hacer rendir los dones y cualidades que Él nos ha dado, mejor dicho, que nos ha dejado a cada uno. No son “nuestros” de manera que podamos hacer con ellos lo que queramos. Él nos los ha dejado para que los hagamos rendir. Quienes han hecho rendir las minas —más o menos— son alabados y premiados por su Señor. Es el siervo perezoso, que guardó el dinero en un pañuelo sin hacerlo rendir, el que es reprendido y condenado.

El cristiano, pues, ha de esperar —¡claro está!— el regreso de su Señor, Jesús. Pero con dos condiciones, si se quiere que el encuentro sea amistoso. La primera es que aleje la curiosidad malsana de querer saber la hora de la solemne y victoriosa vuelta del Señor. Vendrá, dice en otro lugar, cuando menos lo pensemos. ¡Fuera, por tanto, especulaciones sobre esto! Esperamos con esperanza, pero en una espera confiada sin malsana curiosidad. La segunda es que no perdamos el tiempo. La espera del encuentro y del final gozoso no puede ser excusa para no tomarnos en serio el momento presente. Precisamente, porque la alegría y el gozo del encuentro final será tanto mejor cuanto mayor sea la aportación que cada uno haya hecho por la causa del reino en la vida presente.

No falta, tampoco aquí, la grave advertencia de Jesús a los que se rebelan contra Él: «Aquellos enemigos míos, los que no quisieron que yo reinara sobre ellos, traedlos aquí y matadlos delante de mí» (Lc 19,27)