lunes, 10 de marzo de 2025

El obispo más joven de Francia: capellán de circo, devoto de Foucauld... su diócesis respira fe

 


El obispo más joven de Francia: capellán de circo, devoto de Foucauld... su diócesis respira fe

Guillet acaba de ser consagrado obispo.éTIENNE gUILLET

A sus 48 años, Étienne Guillet se ha convertido en el obispo más joven de Francia. Ordenado sacerdote hace casi 20 años, ha sido consagrado obispo de Saint-Denis hace unos días, una diócesis vecina a París, de un departamento con 1,7 millones de personas, formada por jóvenes de barrios populares, que vive un resurgimiento de la fe. La Vie cuenta su testimonio.

Guillet, que fue sacerdote de Trappes durante unos diez años y luego brevemente de Mantes-la-Jolie, se hace cargo ahora de una diócesis grande que incluye 86 parroquias, con mucha gente y muchos jóvenes. La iglesia local tiene unos 23.000 practicantes y casi 717.000 bautizados.

Escuchar al Espíritu Santo

"Habiendo sido capellán de feriantes, y de gente del circo en la diócesis de Versalles, tengo muchos amigos viajeros. Como obispo, mi misión será ir de un lugar a otro para anunciar y animar la fe", comenta el nuevo prelado.

"No establecerse es una forma de libertad. En la gran tradición teológica se dice que el cristiano es un hombre en camino, homo viator. Después de su conversión, San Pablo recorrió kilómetros en barco, a pie, a caballo, por la cuenca del Mediterráneo, visitó comunidades, una tras otra... Dos mil años después, su misión sigue siendo la misma: estar en camino, conectado con Jesús y con los apóstoles", añade.

Antes de ser obispo, Guillet pasó casi 10 años en Trappes, una localidad a las afueras de París. "Como sacerdote joven no sabía realmente cómo reaccionar. Fue un feligrés tamil quien me dijo qué hacer: rezar y adelantar el Día de los Vecinos de junio a noviembre para reunirnos. Allí aprendí a vivir una esperanza que no es ni angelical, ni ingenua, ni dramatizada", comenta.  

"Aprendí a escuchar atentamente al Espíritu Santo, que habla a todos los miembros de la comunidad, incluso a los más frágiles o a los que tienen menos dominio del francés porque han llegado poco antes", añade. 

La secularización, tan arraigada en toda Francia, parece que no ha llegado a estos barrios obreros: en Trappes, por ejemplo, se habla de Dios en la panadería o en la peluquería. "Este ambiente interpela a jóvenes católicos a menudo de familias practicantes originarias de África, de la India y del extranjero. Quizás los interpela más que en ningún otro lugar", asegura el nuevo obispo.

En su misión pastoral, en medio de un Islam creciente, Guillet espera recibir ayuda de los santos franceses de Argelia. En su época de seminarista, viajó a ver el rastro de los mártires trapenses de Tibhirine. "Pierre Claverie –obispo dominico de Orán– y San Carlos de Foucauld dan testimonio de una búsqueda común. Anclados en la Iglesia, reconociendo a Jesucristo como el camino, la verdad y la vida, mantienen una postura de buscadores de Dios, junto a quienes les rodean", explica. 

Entre sus labores como obispo estará también seguir visitando a los amigos de siempre. "Cuando pasa un circo siempre trato de ir a saludarlos. Es un lugar admirable de renovación, es bello, talentoso y familiar y proviene del albor de los tiempos. Esta itinerancia artística no debe desaparecer", comenta. 




"Me gusta el teatro y leer a Gougaud, a Amin Maalouf, a Yasmina Khadra… Muchos textos de Paul Claudel y Georges Bernanos también me inspiran. En cuanto a figuras de la Iglesia, pienso en Pierre Claverie, dominico argelino, obispo de Orán, asesinado en 1996, o en Oscar Romero, otro obispo que murió mártir en El Salvador, en 1980. Sus vidas riman con coraje, fraternidad y dulzura y no es tan común tejer todo eso junto", añade.

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