miércoles, 4 de octubre de 2023

Patxi Bronchalo llama a la familia cristiana a ponerse a la vanguardia de la fe y «dar la vida»

 


Patxi Bronchalo llama a la familia cristiana a ponerse a la vanguardia de la fe y «dar la vida»

Padres con sus hijos en el campo.

El sacerdote Patxi Bronchalo publica "El amor no se acaba", donde ofrece una poderosa catequesis matrimonial para que en la carrera al Cielo gane toda la familia.

Marido y mujer, ¿deben tener su propio espacio en el matrimonio? Los novios, ¿deben casarse cuando tengan dinero… o esto no tiene nada que ver? ¿Qué hacer cuando desaparecen las mariposas? ¿Cómo puede un matrimonio y sus hijos sobrevivir a un mundo que odia la familia… y evangelizarlo? Patxi Bronchalo, uno de los curas de Red de redes, habla con Religión en Libertad -donde también tiene su blog- de estos y otros temas que desarrolla en su último libro, El amor no se acaba (Nueva Eva).

Se trata de una publicación que surge a raíz del acompañamiento y atención espiritual del sacerdote tanto a novios que preparan su matrimonio como a esposos que ya lo celebraron años atrás. Y en este proceso, Bronchalo es consciente de que hoy más que nunca "casarse es ir a contracorriente", aunque los fieles no siempre conocen las implicaciones de este sacramento.

Con el fin de solventar dudas, aclarar conceptos y enviar matrimonios a dar testimonio de su fe, el sacerdote ha publicado este libro siguiendo cada una de las partes del matrimonio, a modo de una catequesis sacramental con implicaciones a lo largo de toda una vida.

¿Es la persona adecuada? ¿Cuándo debo casarme?

Una de las primeras preguntas que pueden surgir es la de si los novios son los adecuados para compartir una vida.

El sacerdote comenta que no se debe "caer en el voluntarismo" y anima a creer que la ayuda "viene de Dios", pero los novios pueden hacer mucho para afianzar su relación. Entre otras cosas, menciona la importancia de "hablar para unificar".

"Es importante  que [antes del matrimonio] lo hablen todo, sus `no negociables´, cómo quieren educar a sus hijos o cómo quieren vivir. Hay que hablar mucho para saber ceder, confiar en la otra persona y ayudar a llegar a lo mejor a la otra persona. Hablar de qué se quiere y cómo se quiere es fundamental, importantísimo", subraya.




Consigue aquí "El amor no se acaba" (Nueva Eva) de Patxi Bronchalo. 

Hecho esto.... ¿hay un momento para casarse? De hecho, explica que "si en el noviazgo se ha conocido a la otra persona" y aprendido "a querer al otro con sus defectos, entonces uno está preparado.  Y si lo está, ha de dar el paso y fiarse".

El sacerdote habla claro al afirmar que "el matrimonio Disney no existe" y que hoy en día "decimos con razón que hay condiciones precarias". Pero según su experiencia,  cuando los novios dan el paso -y cumplen lo previo- "salen adelante. Dios ayuda a quien confía. Si uno está preparado, tenga la edad que tenga, adelante", anima.

Claves para ganar la carrera del matrimonio 

Pero la celebración del matrimonio no es el final de la carrera, sino el principio de una que hay que ganar. Y hacerlo juntos. ¿Hay alguna clave? De hecho, en El amor no se acaba ofrece un listado práctico que desarrolla por teléfono.

Entre ellas, invita a los matrimonios a "renovar su compromiso y volver a decirse las palabras que se dijeron un día". Y aunque sea lo más frecuente, añade que "no hace falta esperar" a las bodas de plata para hacerlo.  También invita a "pedirse perdón mientras besan el anillo", lo que equivale a un sacramental que "derrama gracia y hace mucho bien".

En todo matrimonio la llama se apaga y puede dar paso a la  rutina… pero él dice que aún así,  "el amor no se acaba".  Y para tomar conciencia de ello y que los cónyuges pongan de su parte, les invita a "vivir en gracia, rezar juntos cada día y hablarlo absolutamente todo para entenderse".

"Cada uno debe tener su espacio": ¿Seguro?

Por último, incide especialmente en que ambos tomen conciencia de que en el matrimonio "es todo juntos".

"Hoy se habla mucho de que cada uno tiene que tener su espacio, pero es importante que en las cosas importantes de la vida  vayan juntos, primero en la fe y luego en todo lo que hacen.  Que no sean personas que viven su vida en el mismo piso. Pase lo que pase, son un equipo", agrega.

No es ningún secreto que el matrimonio y la familia son hoy las instituciones más atacadas. Ya sea internamente desde el divorcio o el rechazo al compromiso, o externamente desde la legislación, la educación y las ideologías, sufre una crisis difícil de enfrentar. Pero Bronchalo no solo cree que los matrimonios puedan y deban defenderse, sino también que pasar a la ofensiva es posible.



Familia caminando. 

"Cuando el padre o la madre hablan, ninguna ideología lo puede desmontar". 

Para lo primero, menciona la importancia del "trinomio familia, parroquia y colegio" y de que en los tres "reciban lo mismo, que parroquia y colegio sean una ayuda para los padres, encargados de custodiar y educar a los hijos". Y siempre que el colegio "no se pueda elegir o tener controlado", llama a los padres a "hablar mucho con los hijos".

"Un lugar privilegiado es la mesa. Sentarse sin pantallas, hablar, escucharse y preocuparse por los problemas del niño. Él lo nota y saldrán temas, donde el padre o madre podrán poner una palabra. Lo que dicen queda grabado por encima de cualquier otra cosa, cuando el padre o la madre hablan, ninguna ideología lo puede desmontar", explica.

El sacerdote habla también de todos estos temas en su podcast, Evangeli-Random, que puedes escuchar desde este enlace.  

Del dicho al hecho: el matrimonio es posible, desde la virtud

La crisis matrimonial también se puede enfrentar a largo plazo. Las elevadas tasas de rupturas, la imagen que se transmite en internet, televisión o series o una "infidelidad blanqueada" llevan a los jóvenes rechazar un matrimonio "que no es posible y que todo el mundo deja".

Por ello, el sacerdote llama "al buen ejemplo de los padres", pues "no solo se les educa con palabras, sino con hechos.  Si uno dice cosas buenas del marido pero los hijos ven que en casa es lo contrario, no son tontos, verán una contradicción y no querrán eso. Por eso, unos padres que se ayudan, que se quieren y perdonan, que van a una y se lo pasan bien son el mejor testimonio y educación que recibirán. Querrán tener lo que han visto".

También llama a educar "en virtudes", lo que fomentará "una vida buena, donde la persona es fuerte para ir enfrentando las dificultades que vengan. Y como la vida adulta tiene muchas, también el matrimonio, una persona educada en la virtud podrá llevarlo bien".

Invita, por último, a "no caer en el voluntarismo", pues "la voluntad necesita de la ayuda de Dios" y por ello "es importante enseñar a rezar a los hijos y rezar juntos en el matrimonio. Ahí donde no llegamos, nos abandonamos en Dios, aceptamos lo que tenemos y hacemos lo que podemos".  

De la defensa a la vanguardia: "Ser cristiano es gastar la vida"

Solo cuando las  defensas son firmes es posible una ofensiva. Y es lo que, según Bronchalo, supone la dimensión y misión apostólica del matrimonio, que en sus palabras es "ir juntos al Cielo, mujer, marido y los hijos que vengan".

Como toda ofensiva, esta tiene sus armas. Y una de las primeras que ofrece el sacerdote es "hablar de Dios a los hijos y rezar con ellos" desde bebés.

"También animo a los padres a que les den la bendición y recen por ellos. Enseñarles las oraciones. Y de noche, rezar con ellos, porque si ven que rezáis con ellos, verán que es importante y no solo algo que mamá manda, sino que lo hace. Que te vean rezar, ir a misa juntos, todo quedará grabado en ellos y cuando tomen su camino de mayores, si les hemos puesto la fe, y a Dios, habremos transmitido la fe".

El sacerdote hace un llamado a "dar la vida".

"Vamos a contracorriente, por eso debemos hacer parroquias fuertes, lugares fuertes, en los que se viva fuertemente la fe, se rece juntos y se de alimento parala vida matrimonial. La verdadera transmisión es la que implica. Y esto es perder la vida, darla y gastarla… Pero es que ser cristiano es eso", concluye.


Fuente: Religión en Libertad


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