viernes, 31 de marzo de 2023

Cómo enfrentar la «sociedad pornográfica» y no morir en el intento: 10 consejos para vivir la pureza

 


Cómo enfrentar la «sociedad pornográfica» y no morir en el intento: 10 consejos para vivir la pureza

Hombres rezando el rosario. 

Diez sencillos consejos del padre Broom, entre ellos la devoción a María o la comunión frecuente, para combatir los peligros de la pornografía en el siglo XXI.

En España los niños empiezan a aprender a multiplicar a la misma edad a la que dan sus primeros pasos en la pornografía: 8 años. Se trata de un fenómeno favorecido en gran medida por el "móvil de regalo" para celebrar la comunión, pero también por una sociedad y un contexto que potencia su consumo: actualmente España se encuentra entre los consumidores líderes de pornografía de todo el mundo, junto con países como Estados Unidos, México, Argentina o Colombia.

La gravedad es tal que cada vez se aborda el problema desde más ámbitos: al escolar, familiar o psicológico se suma la alerta emitida hasta por epidemiólogos, como informamos recientemente en Religión en Libertad.

En este contexto, no es de extrañar que cada vez más sacerdotes den a la castidad un papel crucial en su pastoral, ya que la pornografía es una tentación que puede atrapar "incluso a los mejores para que caigan en el pecado" contra la virtud de la pureza, explica el sacerdote Ed. Broom.

Convencido de que "vivimos en una sociedad pornográfica" en la que a cada esquina "hay una bomba espiritual que puede explotar", el sacerdote ha formulado en Catholic Exchange una "estrategia espiritual" en diez pasos dirigida a padres, adolescentes y niños para sobrevivir a este bombardeo y anclarse en la fe y la virtud.

1º Lo más importante -y sencillo- para vivir la pureza: pedirla

El sacerdote asegura que la razón principal para caer ante cualquier tentación, pero especialmente en las que afectan a la pureza, es la falta de oración o una muy débil y reducida.

Por eso asegura que para hacer frente a estas tentaciones es necesario "pedir al Señor el don y la virtud de la pobreza y levantar los brazos en continua oración", a lo que invita Jesús en Mateo 7,7: Pedid y se os dará, buscad y encontraréis, llamad y se os abrirá.

2º No jugar con fuego

"Una razón clave por la que muchos caen en pecados de impureza es que no evitan la ocasión cercana del pecado. Tenemos que usar el sentido común y la prudencia. Un ejemplo simple: un novio y una novia, después de una buena comida juntos, el novio invita a su novia a su apartamento para rezar juntos el Rosario. De hecho, ¡ambos olvidarán sus Rosarios y caerán presa de las tentaciones del diablo y las demandas de la carne!".

3º Imitar a la Virgen hasta en el vestir

El sacerdote recurre al catecismo para explicar por qué la modestia es la custodia de la virtud de la pureza. Por eso invita a "practicar la modestia" especialmente en el vestir, de modo que "la mujer nunca sea una ocasión de pecado para los hombres" y que estos "no puedan ser excusados por una mirada perdida". Como ejemplo menciona algunos ejemplos de imágenes marianas, de las que "sorprenderá la belleza celestial pero también la virtud de la modestia". "Que Nuestra Señora sea modelo y guía, especialmente en la práctica de la pureza.

4º La penitencia, el otro "ala espiritual"

Junto con la oración, Broom destaca que la lucha contra la pureza requiere también de la penitencia para obtener el éxito, comparando cada una a las dos alas necesarias para volar.

"Estamos llamados a ser como águilas para volar hacia lo más alto, pero necesitamos dos alas espirituales. Para conquistar las imperiosas demandas de la carne debemos rezar, rezar y rezar, pero también aprender el arte del ayuno y vivir una vida de penitencia. ¡Todos los santos nos han enseñado esta clara lección!", explica.

Águila volando.



La penitencia y la oración son las dos "alas espirituales" según el padre Broom para "volar como águilas" hacia la vida de virtud.

5º Complícate la vida: lo peor es estar ocioso 

"Otra gran vía de entrada para el demonio de la impureza es el pecado capital de la pereza. Una de las principales razones por las que tantos jóvenes tienen serios problemas con la pornografía en Internet es por el exceso de tiempo libre, el aburrimiento y el fácil acceso a sitios web obscenos. San Buenaventura lo expresó: `Cuando uno está trabajando, un diablo puede estar allí para tentarlo, pero cuando no tienes nada que hacer, una multitud de demonios está ahí para tentarte´".

6º Cuida tus palabras: "Nuestra lengua es trono de Jesús"

En todo momento, lugar y circunstancia debemos controlar nuestra lengua.  De nuestros labios no deben salir nunca malas palabras, lenguaje sugerente y peor aún, chistes groseros, sucios e impuros. En su vida de sacerdote maduro, San Juan Bosco se lamentó de no poder borrar de su mente una comentario obsceno que un hombre pronunció cuando era un niño. Quedó grabado en la memoria del joven Bosco y aún como sacerdote anciano.

Jesús nos advierte que seremos juzgados por todas las palabras que salgan de nuestra boca. Nunca olvides que recibimos el Cuerpo y la Sangre de Jesús en nuestras lenguas; nuestras lenguas se convierten en el trono de Jesús, el Rey de Reyes y Señor de Señores. ¡Hablemos con nobleza!

7º El examen de conciencia, práctica infalible 

Uno de los consejos más difundidos al respecto es el del examen de conciencia diario para seguir la máxima evangélica de Mateo 26-41: "Velad y orad para que no entréis en tentación; el espíritu está dispuesto, pero la carne es débil".

El examen de conciencia, dice Broom, "es clave" en esta lucha. "Esta excelente práctica nos invita a rebobinar nuestro día y ver donde ha estado Dios presente y dar gracias, pero también a ver dónde se ha desviado nuestro corazón de Él. En la oración y la reflexión observa y admite humildemente cuando nuestros ojos, mente, afectos y corazón empiezan a desviarse de Dios y a jugar con lo que no es de Dios: la impureza".

Un sacerdote confesando. 



Uno de los remedios más efectivos para vivir la castidad y enfrentar la sociedad pornográfica es la confesión y comunión frecuentes. 

8º Peor que la caída es la desesperación: no olvides la confesión

Como sacerdote, Broom sabe bien que todas las personas pueden caer en todos los pecados, pero asegura que peor que la caída es la desesperación por haber pecado. Por ello, invita a contemplar la vida y doctrina de San Agustín, que si bien "vivió una vida de esclavitud a la lujuria y la impureza" hasta su conversión, también muestra cómo "Dios puede permitir que un mal produzca un bien aún mayor".

"Si tenemos la desgracia de caer en un pecado contra la pureza, debemos tener una confianza ilimitada en Dios y recurrir inmediatamente al Sacramento de la Confesión. ¡Una buena confesión puede transformar nuestras almas en la belleza de la nieve blanca recién caída sobre la tierra virgen!",  añade.

9º La comunión frecuente, lo más eficaz para vivir la pureza 

Asimismo, Broom expresa la importancia de la comunión frecuente para hacer frente al pecado y las tentaciones, pues al recibirlo en la Comunión, el fiel recibe "su totalidad" y por tanto, "la mente de Jesús, con Su memoria que purifica nuestros pensamientos, la sangre de Jesús que circula por todo nuestro cuerpo, su Sacratísimo Corazón con sus más noble sentimientos" y su "pureza absoluta". Así, "cada Comunión bien recibida es como recibir un trasplante de corazón espiritual. La recepción frecuente y ferviente de la Sagrada Comunión es, de lejos, el medio más eficaz para vivir una vida de pureza".

10º La Virgen, modelo e intercesora de todas las virtudes

Como último consejo, Broom destaca los "innumerables santos" que gracias a su amor por María pueden tener unas vidas santas y de gran pureza.

"Dirijámonos al Purísimo e Inmaculado Corazón de María y pidamos pureza de mente, corazón, cuerpo, alma e incluso intención. Pidámosle a María la gracia de vivir la bienaventuranza que Jesús nos enseñó: `Bienaventurados los limpios de corazón porque ellos verán a Dios´. ¡Vivamos la pureza en esta vida para contemplar la belleza de la Santísima Trinidad -con Nuestra Señora, los ángeles y los santos- por toda la eternidad!", agrega.

Fuente: Religión en libertad

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