Gracias a San José, Phil y su familia comenzaron a rezar unidos y a frecuentar los sacramentos.
Constance T Hull es una madre de familia conversa a la fe católica tras una fuerte experiencia de la belleza litúrgica. A finales de 2019, estaba preocupada por cómo se debilitaba la fe de su marido Phil, y le regaló una Consagración a San José.
Desde el momento en que Phil terminó la consagración, Constance es consciente de cómo ha cambiado la vida de su marido y de su familia. Lo ha contado en Catholic Exchange, donde explica por qué «San José es el santo de nuestro tiempo» que puede ayudar a recuperar la masculinidad y la familia cristiana.
Descuidaba la oración y a su familia
“La relación de mi esposo con su padre no es buena”. De hecho, “solo he hablado con él dos veces en los 12 años que llevamos juntos”, cuenta Constance. Remarca que no rezaban con frecuencia, ni en familia ni Phil en particular, que dejaba que las redes sociales y la televisión le distrajesen de la oración y de otras obligaciones.
Así le cambió San José
Constance consiguió una consagración a San José y se la regaló a Phil. “Casi de inmediato se centró más en la oración”, y desde los primeros días “comenzó a reunir a la familia todas las mañanas para rezar las letanías de San José. Se esforzaba por acudir a misa entre semana y a Hora Santa de después, incluso cuando volvía cansado después de trabajar”.
“Ya no se trataba de que rezásemos cada uno individualmente –que lo seguimos haciendo– sino de centrarnos en hacerlo juntos”. Phil “abrazó su liderazgo espiritual dentro de nuestra familia a través del ejemplo de San José”.
Vidriera de San José en el Pontifical College Josephinum (Ohio).
San José cambió la vida personal y familiar de Phil y Constance.
Dejar la televisión trajo paz y silencio
Además, Phil “dejó de ver mucha televisión y desde entonces tiene un profundo deseo de dar a conocer a la gente” a este santo: “Me di cuenta de que el silencio de San José impactó profundamente en mi esposo cuando aceptó mi propuesta de dejar de ver la televisión durante la Cuaresma. Esta decisión ha traído paz y silencio a nuestro hogar. Phil vio rápidamente que no necesitaba la televisión y que prefería las noches en familia”.
Además, relata Constance, “muchas de sus heridas de la infancia han sido curadas por este gran santo del silencio. He visto con mis propios ojos como la intercesión de San José ha transformado y continúa transformando a mi esposo en el hombre católico santo y fuerte que debe ser”.
El tiempo de San José y la masculinidad
Constance cuenta que el caso de Phil ha impactado a sus amigos y conocidos, y no es el único.
“Los hombres están comenzando a cuestionar la feminización excesiva presente en la Iglesia y la falta de apoyo para que los hombres vivan la masculinidad que Dios les ha dado. El liderazgo fuerte, paternal y masculino de San José despierta en los hombres un profundo deseo de santidad, de proteger y defender a sus familiar y de ver a la Iglesia levantarse en estos días oscuros para llevar las almas a Cristo”.
Por ello cree que “necesitamos su silencio, su fuerza y sus armas espirituales para liderar y defender a sus familias y a la Iglesia”.
Constance T. Hull durante una conferencia sobre el adviento en Roanoke (Virginia).
Formas de huir: redes sociales, televisión e internet
Desde su conversión, Constance ha profundizado en su formación y ha obtenido un máster en teología, lo que le ha permitido tratar ampliamente las raíces de este problema. “Vivimos en una época en que la masculinidad es etiquetada como tóxica, misógina y agresiva. Los hombres viven un ataque continuo y se les dice que deben comportarse como las mujeres o callarse”.
“Al hombre posmoderno le aterroriza el silencio, huimos de ello constantemente a través de las redes sociales, la televisión e internet. Es fácil evitar el silencio de Dios”, explica, mediante “distracciones que nos desgastan, que perjudican a nuestras familias y nos mantienen alejados de la unión íntima con Dios para la que hemos sido creados”.
Recuperar la masculinidad
Por ello, Constance afirma que “es el momento de recuperar la auténtica masculinidad. Necesitamos hombres que se levanten y abracen la masculinidad que Dios les ha dado para transformar nuestras familias, nuestras parroquias y al mundo. No es una tarea fácil en una época en que tantos hombres vienen de hogares rotos y a quienes se les ha enseñado que su masculinidad es una amenaza y no un regalo de Dios para el bien de la humanidad”.
“San José es el santo que guía a los hombres dedicados a la oración, al trabajo, al sacrificio, al combate espiritual, a la verdad, al amor y al deseo de llevar las almas a Cristo”. Por ello, concluye, “San José es el santo de nuestro tiempo”.
Constance T. Hull trata el papel de San José como guía espiritual de la masculinid
Fuente Religion en Libertad
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