El periodista Pablo J. Ginés habla de los protagonistas de «Conversos, buscadores de Dios»
12 conversos modernos: «Nos gusta, y a la vez nos inquieta, ver que Dios hace lo que quiere»
Pablo J. Ginés recopila 12 historias apasionantes de conversos de los últimos cien años
Dios llama a los hombres en todas las épocas y culturas, también en estos últimos cien años, en este último siglo de tecnología, electricidad e ideologías ateas. En el libro Conversos, buscadores de Dios (Digital Reasons), el periodista Pablo J. Ginés recoge 12 historias apasionantes de conversos modernos en un libro ágil que va directo al grano.
- ¿A quién va destinado el libro?
- Yo pensaba sobre todo en lectores que puedan quizá estar más o menos alejados de la fe, pero que les guste leer biografías, o reportajes históricos. Y también lectores con intereses espirituales o culturales. Son historias muy humanas que de alguna manera reflejan bien lo que ha sido el siglo XX y nuestra entrada en el siglo XXI. Como es un libro breve y cómodo puede llegar a un público amplio. Puede ser un buen libro para regalar a amigos o parientes alejados de la fe que les guste leer biografías.
- ¿Cómo son los protagonistas que nos encontraremos?
- Cuento la historia de doce personas: hay un par de militares, un financiero, un maestro africano, una santa sueca, una mártir rusa de la Revolución, un disidente en la URSS, el actor Gary Cooper, el poeta León Felipe... Es gente que a lo mejor no creía en Dios, o que sólo creía "a su manera", pero que en cierto momento Dios mismo irrumpe en su vida. Algunos escribieron con detalle su experiencia. Otros han sido estudiados con detalle por la Iglesia para su proceso de beatificación. A alguno lo he entrevistado yo en persona.
El actor Gary Cooper se convirtió a la fe católica
por un proceso sincero y profundo que recoge el libro
- Los 12 protagonistas llegan al catolicismo a través de experiencias diversas. ¿Hay varios tipos de conversiones?
- Los tipos de conversión son variados pero no infinitos. El más común es el de la persona sin fe, quizá de otra cultura, que al casarse con un creyente se ve contagiado por su fe y su vivencia. Esto es muy común en sociedades plurales, como Estados Unidos, y ya empieza a darse en España. Otras conversiones se dan por el buen ejemplo de un maestro, un religioso, un misionero o simplemente de un cristiano que ha suscitado asombro o admiración.
»También hay personas que se hacen preguntas filosóficas y buscan respuestas. En este libro, por ejemplo, un ateo enamorado de la obra de Tolkien, de El Señor de los Anillos, se hace preguntas sobre el bien y el mal y eso le acaba llevando a la fe católica.
»Y por último, hay personas que viven una experiencia mística que les sorprende y les transforma, y tienen que reordenar su vida según esa experiencia, que no esperaban para nada. De estos incluyo varios ejemplos, como el financiero Moody, o el disidente soviético Marynovich.
El analista financiero John Moody, fundador de la agencia Moody's, en 1956; lleno de inquietudes espirituales, una experiencia en una iglesia católica lo transformó
- Precisamente, en el prólogo hablas bastante de la experiencia mística. ¿Podrías explicar a grandes rasgos en qué consiste?
- Yo uso la definición de Ralph Hood de la Universidad de Tennesee en Chattanooga, que es la que desde los años 70 sirve de base para los estudios sobre psicología y sociología de la mística. Es la que usan los estudiosos. Hablamos de una experiencia noética (es decir, quien la vive siente que ha aprendido un conocimiento verdadero), que es inefable (se escapa del lenguaje corriente) y que se experimenta como algo sagrado o superior a lo natural. También es algo profundo, positivo, que, digamos, puede asombrar, sobrecoger, pero deja un buen regusto.
»A la vez puede sentirse como una unión con el todo, o un fundirse en la totalidad, pero al mismo tiempo te da conocimiento sobre ti mismo. Y, sobre todo, es transformativo, porque te hace cambiar tu escala de valores: pierdes miedo a la muerte, a la pobreza, etc... Varios conversos del libro lo ejemplifican con detalle. Se me ocurren ejemplos famosos en el mundo de las letras, como Carmen Laforet, la autora de la novela Nada, o la poetisa Joy Gresham, la que sería luego esposa de C.S.Lewis, que vivieron experiencias así.
- Eres un periodista especializado que ha entrevistado a numerosos conversos. ¿Por qué tienen tanta fuerza los testimonios?
- A la gente le gusta conocer las experiencias de otras personas. No sólo en temas de fe, sino en muchos otros. Si alguien se ofrece a explicarte como conoció al amor de su vida, o cómo se enamoró, o cómo llegaron a casarse, prestas atención, porque probablementa tenga bastante interés. Si se parece a tu experiencia, te gustará. Y si no se parece, te parecerá aún más interesante. Lo mismo sucede cuando es Dios quien sale al paso de la persona, quien la enamora, la sorprende, la seduce o la sacude para despertarla.
» Por otra parte, los lectores podemos inquietarnos un poco: ¿y si Dios nos hace algo parecido a lo que le pasa a esa persona? Al lector cristiano le gusta, y a la vez le inquieta, ver que Dios hace "lo que quiere". Pero a veces nos pasa algo similar con otros seres queridos: nuestros hijos, al crecer, o nuestro cónyuge... también nos gusta y asusta las cosas que son capaces de hacer. En realidad, en estas historias es tan protagonista Dios como el converso, aunque Dios actúe desde bambalinas, oculto.
- En una sociedad secularizada, con muchos jóvenes lejos de la iglesia, con ideologías anticristianas, ¿qué papel pueden tener testimonios como los del libro, pero también los de cada católico que intenta ser coherente?
- Por un lado, estas historias demuestran que Dios actúa donde quiere y como quiere para llegar a los hombres. Por otro lado, vemos que gente que empezó lejos de Dios luego fue capaz de responder con entereza, fe y perseverancia en circunstancias duras. Vemos que en todas las épocas ha sido complicado ser cristiano. Algunos solo han conseguido serlo en su vejez, como Kaláshnikov, el creador del fusil AK-47, que ha matado a tanta gente. O el poeta León Felipe, que siempre admiró a Cristo pero sólo se rindió a Él al final. Incluso un cristiano poco coherente, pero que busca a Cristo, que se mantiene a su alcance, puede ser edificante para nosotros. Aprendemos unos de otros, porque todos somos náufragos en esta barca movida por las aguas que es la vida. Yo creo que el libro funciona bien porque recoge 12 náufragos muy interesantes.
Fuente: Religión en Libertad
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