Con el Espíritu Santo guiando el camino, estas familias mantienen su unión en Cristo
Familia que reza unida jamás será vencida: la red de Familias Invencibles se extiende por España
La oración y la vida en comunidad como base del encuentro
Aunque comenzó como un pequeño encuentro de familias en Galicia en el 2001, Familias Invencibles se ha extendido por toda España. Por medio de su carisma, Cristo reúne a su alrededor a hijos, padres y abuelos, creando así uniones que nadie puede derrotar. La revista Misión recoge los elementos que dan fuerza a esta red de familias católicas y sus encuentros festivos y celebrativos abiertos a todos.
De victoria en victoria
“La familia cristiana está llamada a ir de victoria en victoria”, decían Javier Rodríguez y Montse González en los primeros encuentros de Familias que tuvieron lugar en Allariz (Orense) en el año 2001. “Entonces…–respondían los niños– ¡somos invencibles!”.
Así quedó resuelto el problema del nombre. Ya no había marcha atrás: 70 personas deseando que los encuentros se repitieran y un buen grupo de niños que reclamaban a sus padres acudir un año más a “invencibles” dieron forma a lo que desde hacía tiempo “se venía gestando en nuestro corazón”, afirma este matrimonio, padres de tres hijos.
Su llamada a ser parte de lo que se ha convertido en una gran fraternidad de familias se remonta a 1975 cuando, además de conocerse, la joven pareja vivió dos acontecimientos decisivos para su fe: visitar juntos la comunidad francesa de Taizé –el monasterio ecuménico ubicado en Burgundia, Francia– y conocer la Renovación Carismática, que se ponía en marcha por entonces en España.
“Estos dos hechos produjeron en nosotros un mismo fruto: la llamada a una vida abierta al Espíritu y a la vida comunitaria”. Y, tras varias experiencia de vida en comunidad, terminaron formando parte de la Comunidad de Caná (www.comunidadecana.org), núcleo inspirador de Familias Invencibles.
Cada verano, invierno y primavera celebran el Encuentro de Familias Invencibles, abiertos a todo el mundo
Invencibles en Cristo
Para definir el carisma de esta fraternidad de familias, Javier explica que “la familia es un organismo vivo, de manera que si un miembro se fortalece en la fe, toda la familia se ve influida positivamente”. Por eso, desde Familias Invencibles buscan crear esos espacios en los que la familia pueda fortalecerse, que es lo que ellos llaman “espacio natural”, donde los matrimonios, sus hijos y otros miembros de la familia se reúnen para confirmar que no están solos.
Así, la familia se hace “invencible en Cristo”. Y añade: “Cualquier familia cristiana tiene momentos difíciles, pero se trata de que sientan la fuerza de Jesús; dentro de su debilidad tienen a Alguien más fuerte que cualquier crisis”, asegura.
A través de momentos de oración en común, celebraciones de la Eucaristía, tiempo para la formación o catequesis, así como de momentos de ocio para grandes y pequeños, logran crear un ambiente propicio para establecer lazos y para que los hijos –la principal motivación de los padres– se hagan amigos.
Todo esto tiene lugar en los encuentros de verano, invierno y primavera. Y de estas citas, cada familia saca frutos, como por ejemplo la oración: “Si una familia, en uno de los encuentros, ha orado junta, y al llegar a su casa continúa con la práctica, este ya es un fruto”, explica Montse.
Espacio abierto a todos
Familias Invencibles es un espacio que acoge a todos. Tal como aseguran en su página web (www.familiasinvencibles-rcc.org), de esta fraternidad forman parte personas de la Renovación Carismática Católica, pero también familias comprometidas en la vida parroquial o con otros movimientos eclesiales.
Otra característica es la frescura de sus encuentros. En primer lugar, porque los bebés, los ancianos y los personas enfermas y con discapacidad los convierten en un espacio espontáneo, distendido y alegre. Y, por otra parte, porque las familias que acuden se hospedan en las casas de los miembros de la fraternidad.
“Esto crea otro tipo de relación entre las familias”, asegura Javier. “A cualquier convención o reunión puedes ir con la careta puesta, pero si tienes una familia hospedada en tu casa y vas al encuentro, la relación es de otro tipo. Hace el encuentro más familiar, ya que no puedes andar fingiendo”.
Y es que abrir de par en par tu casa es, en muchos casos, el primer paso para la conversión, explica Javier: “Tú puedes tener muy clara la teoría, pero luego tienes que ser capaz de mostrarte con tus defectos y debilidades”.
De este modo, la práctica de la acogida de familias ayuda a la vida de fe de cada uno de sus miembros y soluciona gran parte de logística de los encuentros: “Hospedarse en las casas nos enriquece como personas... y, además, es mucho más económico”. Todo son ventajas.
Fuente: Religión en Libertad
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