lunes, 28 de octubre de 2024

Santo Evangelio 29 de octubre 2024

 


Texto del Evangelio (Lc 13,18-21):

 En aquel tiempo, Jesús decía: «¿A qué es semejante el Reino de Dios? ¿A qué lo compararé? Es semejante a un grano de mostaza, que tomó un hombre y lo puso en su jardín, y creció hasta hacerse árbol, y las aves del cielo anidaron en sus ramas». Dijo también: «¿A qué compararé el Reino de Dios? Es semejante a la levadura que tomó una mujer y la metió en tres medidas de harina, hasta que fermentó todo».



«¿A qué es semejante el Reino de Dios?»


Rev. D. Francisco Lucas MATEO Seco

(Pamplona, Navarra, España)

Hoy, los textos de la liturgia, mediante dos parábolas, ponen ante nuestros ojos una de las características propias del Reino de Dios: es algo que crece lentamente —como un grano de mostaza— pero que llega a hacerse grande hasta el punto de ofrecer cobijo a las aves del cielo. Así lo manifestaba Tertuliano: «¡Somos de ayer y lo llenamos todo!». Con esta parábola, Nuestro Señor exhorta a la paciencia, a la fortaleza y a la esperanza. Estas virtudes son particularmente necesarias a quienes se dedican a la propagación del Reino de Dios. Es necesario saber esperar a que la semilla sembrada, con la gracia de Dios y con la cooperación humana, vaya creciendo, ahondando sus raíces en la buena tierra y elevándose poco a poco hasta convertirse en árbol. Hace falta, en primer lugar, tener fe en la virtualidad —fecundidad— contenida en la semilla del Reino de Dios. Esa semilla es la Palabra; es también la Eucaristía, que se siembra en nosotros mediante la comunión. Nuestro Señor Jesucristo se comparó a sí mismo con el «grano de trigo [que cuando] cae en tierra y muere (...) da mucho fruto» (Jn 12,24).

El Reino de Dios, prosigue Nuestro Señor, es semejante «a la levadura que tomó una mujer y la metió en tres medidas de harina, hasta que fermentó todo» (Lc 13,21). También aquí se habla de la capacidad que tiene la levadura de hacer fermentar toda la masa. Así sucede con “el resto de Israel” de que se habla en el Antiguo Testamento: el “resto” habrá de salvar y fermentar a todo el pueblo. Siguiendo con la parábola, sólo es necesario que el fermento esté dentro de la masa, que llegue al pueblo, que sea como la sal capaz de preservar de la corrupción y de dar buen sabor a todo el alimento (cf. Mt 5,13). También es necesario dar tiempo para que la levadura realice su labor.

Parábolas que animan a la paciencia y la segura esperanza; parábolas que se refieren al Reino de Dios y a la Iglesia, y que se aplican también al crecimiento de este mismo Reino en cada uno de nosotros.

Santo Evangelio 28 de octubre 2024

 


Texto del Evangelio (Lc 6,12-19):

 En aquellos días, Jesús se fue al monte a orar, y se pasó la noche en oración con Dios. Cuando se hizo de día, llamó a sus discípulos, y eligió doce de entre ellos, a los que llamó también apóstoles. A Simón, a quien llamó Pedro, y a su hermano Andrés; a Santiago y Juan, a Felipe y Bartolomé, a Mateo y Tomás, a Santiago de Alfeo y Simón, llamado Zelotes; a Judas de Santiago, y a Judas Iscariote, que llegó a ser un traidor.

Bajando con ellos se detuvo en un paraje llano; había una gran multitud de discípulos suyos y gran muchedumbre del pueblo, de toda Judea, de Jerusalén y de la región costera de Tiro y Sidón, que habían venido para oírle y ser curados de sus enfermedades. Y los que eran molestados por espíritus inmundos quedaban curados. Toda la gente procuraba tocarle, porque salía de Él una fuerza que sanaba a todos.



«Jesús se fue al monte a orar»


Rev. D. Albert TAULÉ i Viñas

(Barcelona, España)

Hoy contemplamos un día entero de la vida de Jesús. Una vida que tiene dos claras vertientes: la oración y la acción. Si la vida del cristiano ha de imitar la vida de Jesús, no podemos prescindir de ambas dimensiones. Todos los cristianos, incluso aquellos que se han consagrado a la vida contemplativa, hemos de dedicar unos momentos a la oración y otros a la acción, aunque varíe el tiempo que dediquemos a cada una. Hasta los monjes y las monjas de clausura dedican bastante tiempo de su jornada a un trabajo. Como contrapartida, los que somos más “seculares”, si deseamos imitar a Jesús, no deberíamos movernos en una acción desenfrenada sin ungirla con la oración. Nos enseña san Jerónimo: «Aunque el Apóstol nos mandó que oráramos siempre, (…) conviene que destinemos unas horas determinadas a este ejercicio».

¿Es que Jesús necesitaba de largos ratos de oración en solitario cuando todos dormían? Los teólogos estudian cuál era la psicología de Jesús hombre: hasta qué punto tenía acceso directo a la divinidad y hasta qué punto era «hombre semejante en todo a nosotros, menos en el pecado» (He 4,5). En la medida que lo consideremos más cercano, su “práctica” de oración será un ejemplo evidente para nosotros.

Asegurada ya la oración, sólo nos queda imitarlo en la acción. En el fragmento de hoy, lo vemos “organizando la Iglesia”, es decir, escogiendo a los que serán los futuros evangelizadores, llamados a continuar su misión en el mundo. «Cuando se hizo de día, llamó a sus discípulos, y eligió doce de entre ellos, a los que llamó también apóstoles» (Lc 6,13). Después lo encontramos curando toda clase de enfermedad. «Toda la gente procuraba tocarle, porque salía de Él una fuerza que sanaba a todos» (Lc 6,19), nos dice el evangelista. Para que nuestra identificación con Él sea total, únicamente nos falta que también de nosotros salga una fuerza que sane a todos, lo cual sólo será posible si estamos injertados en Él, para que demos mucho fruto (cf. Jn 15,4).


DIOS HA CREADO EL MUNDO CON ORDEN Y SABIDURÍA Y CON SUS DONES LO ENRIQUECE

 


De la carta de san Clemente primero, papa, a los Corintios

(Cap. 19, 2—20, 12: Funk 1, 87-89)


DIOS HA CREADO EL MUNDO CON ORDEN Y SABIDURÍA Y CON SUS DONES LO ENRIQUECE


No perdamos de vista al que es Padre y Creador de todo el mundo, y tengamos puesta nuestra esperanza en la munificencia y exuberancia del don de la paz que nos ofrece. Contemplémoslo con nuestra mente y pongamos los ojos de nuestra alma en la magnitud de sus designios, sopesando cuán bueno se muestra él para con todas sus creaturas.


Los astros del firmamento obedecen en sus movimientos, con exactitud y orden, las reglas que de él han recibido; el día y la noche van haciendo su camino, tal como él lo ha determinado, sin que jamás un día irrumpa sobre otro. El sol, la luna y el coro de los astros siguen las órbitas que él les ha señalado en armonía y sin transgresión alguna. La tierra fecunda, sometiéndose a sus decretos, ofrece, según el orden de las estaciones, la subsistencia tanto a los hombres como a los animales y a todos los seres vivientes que la habitan, sin que jamás desobedezca el orden que Dios le ha fijado.


Los abismos profundos e insondables y las regiones más inescrutables obedecen también a sus leyes. La inmensidad del mar, colocada en la concavidad en la que Dios la puso, nunca traspasa los límites que le fueron impuestos, sino que en todo se atiene a lo que él le ha mandado. Pues al mar dijo el Señor: Hasta aquí llegarás y no pasarás; aquí se romperá la arrogancia de tus olas. Los océanos, que el hombre no puede penetrar, y aquellos otros mundos que están por encima de nosotros obedecen también a las ordenaciones del Señor.


Las diversas estaciones del año, primavera, verano, otoño e invierno, van sucediéndose en orden, una tras otra. El ímpetu de los vientos irrumpe en su propio momento y realiza así su finalidad sin desobedecer nunca; las fuentes, que nunca se olvidan de manar y que Dios creó para el bienestar y la salud de los hombres, hacen brotar siempre de sus pechos el agua necesaria para la vida de los hombres; y aún los más pequeños de los animales, uniéndose en paz y concordia, van reproduciéndose y multiplicando su prole.


Así, en toda la creación, el Dueño y soberano Creador del universo ha querido que reinara la paz y la concordia, pues él desea el bien de todas sus creaturas y se muestra siempre magnánimo y generoso con todos los que recurrimos a su misericordia, por nuestro Señor Jesucristo, a quien sea la gloria y la majestad por los siglos de los siglos. Amén.


domingo, 27 de octubre de 2024

Santo Evangelio 27 de octubre 2024



 Texto del Evangelio (Mc 10,46-52):

 En aquel tiempo, cuando Jesús salía de Jericó, acompañado de sus discípulos y de una gran muchedumbre, el hijo de Timeo (Bartimeo), un mendigo ciego, estaba sentado junto al camino. Al enterarse de que era Jesús de Nazaret, se puso a gritar: «¡Hijo de David, Jesús, ten compasión de mí!». Muchos le increpaban para que se callara. Pero él gritaba mucho más: «¡Hijo de David, ten compasión de mí!». Jesús se detuvo y dijo: «Llamadle». Llaman al ciego, diciéndole: «¡Ánimo, levántate! Te llama». Y él, arrojando su manto, dio un brinco y vino donde Jesús. Jesús, dirigiéndose a él, le dijo: «¿Qué quieres que te haga?». El ciego le dijo: «Rabbuní, ¡que vea!». Jesús le dijo: «Vete, tu fe te ha salvado». Y al instante, recobró la vista y le seguía por el camino.



«‘¿Qué quieres que te haga?’. El ciego le dijo: ‘Rabbuní, ¡que vea!’»


Rev. D. Pere CAMPANYÀ i Ribó

(Barcelona, España)

Hoy, contemplamos a un hombre que, en su desgracia, encuentra la verdadera felicidad gracias a Jesucristo. Se trata de una persona con dos carencias: la falta de visión corporal y la imposibilidad de trabajar para ganarse la vida, lo cual le obliga a mendigar. Necesita ayuda y se sitúa junto al camino, a la salida de Jericó, por donde pasan muchos viandantes.

Por suerte para él, en aquella ocasión es Jesús quien pasa, acompañado de sus discípulos y otras personas. Sin duda, el ciego ha oído hablar de Jesús; le habrían comentado que hacía prodigios y, al saber que pasa cerca, empieza a gritar: «¡Hijo de David, ten compasión de mí!» (Mc 10,47). Para los acompañantes del Maestro resultan molestos los gritos del ciego, no piensan en la triste situación de aquel hombre, son egoístas. Pero Jesús sí quiere responder al mendigo y hace que lo llamen. Inmediatamente, el ciego se halla ante el Hijo de David y empieza el diálogo con una pregunta y una respuesta: «Jesús, dirigiéndose a él, le dijo: ‘¿Qué quieres que te haga?’. El ciego le dijo: ‘Rabbuní, ¡que vea!’» (Mc 10,51). Y Jesús le concede doble visión: la física y la más importante, la fe que es la visión interior de Dios. Dice san Clemente de Alejandría: «Pongamos fin al olvido de la verdad; despojémonos de la ignorancia y de la oscuridad que, cual nube, ofuscan nuestros ojos, y contemplemos al que es realmente Dios».

Frecuentemente nos quejamos y decimos: —No sé rezar. Tomemos ejemplo entonces del ciego del Evangelio: Insiste en llamar a Jesús, y con tres palabras le dice cuanto necesita. ¿Nos falta fe? Digámosle: —Señor, aumenta mi fe. ¿Tenemos familiares o amigos que han dejado de practicar? Oremos entonces así: —Señor Jesús, haz que vean. ¿Es tan importante la fe? Si la comparamos con la visión física, ¿qué diremos? Es triste la situación del ciego, pero mucho más lo es la del no creyente. Digámosles: —El Maestro te llama, preséntale tu necesidad y Jesús te responderá generosamente.

Ana Iris Simón defiende (6 contra 1) el derecho de los rescatadores a informar ante los abortorios


 Ana Iris Simón defiende (6 contra 1) el derecho de los rescatadores a informar ante los abortorios

Ana Iris Simón y Gonzalo Miró.

Ana Iris Simón y Gonzalo Miró, durante el debate sobre la labor de los rescatadores ante los abortorios. Foto: Captura Antena 3.

El programa Espejo Público, que dirige Susanna Griso en Antena 3 TV, abordó este jueves la presencia de rescatadores provida ante los abortorios y su labor de información a las madres sobre alternativas al aborto ante embarazos imprevistos o no deseados.

Seis contra uno

El tema tenía su origen en una grabación con cámara oculta llevada a cabo por una periodista, Elena Gómez, realmente embarazada, que simula tener intención de abortar y haber acudido a Dator para ello. Al salir del abortorio, se le acercan unas rescatadoras que le informan de las consecuencias que puede tener esa decisión durante toda su vida y le sugieren hacerse una ecografía. Ella accede y, tras ver a su hijo no nacido y escuchar el latido de su corazón, hablan con ella algunas mujeres que abortaron para disuadirla de hacerlo.

Aunque el debate quería centrarse en la existencia de coacción, la escritora Ana Iris Simón (autora del bestseller Feria, quien se ha pronunciado en numerosas ocasiones contra el aborto) lo frenó al comenzar recordando la definición de ese término: "Fuerza o violencia que se hace a alguien para obligarle a que diga o ejecute algo".

Dado que nada en las imágenes emitidas previamente sugería algo así, las críticas acabaron centrándose en si la labor de los rescatadores supone una invasión en la vida de otras personas o si la calle es o no el lugar indicado para una ofrecer una información de esa naturaleza.


Marta Velarde explica cómo actúan los rescatadores provida ante los abortorios. Nada que ver con 'coacción'.

Simón defendió su postura contra los seis contertulios: Griso y Gómez, por un lado, más Gonzalo Miró, Rubén Amón, Rosa Belmonte y Miquel Valls. Sostuvo que lo único que habían hecho los rescatadores era ofrecer información y que la periodista era en todo momento libre de rechazarla y alejarse de ellos.

Información sobre alternativas

Realmente, todo lo que las personas provida le dicen se lo dicen porque ella acepta pararse a hablar. Con lo cual, al final, el verdadero objeto de la denuncia de la cadena eran las afirmaciones formuladas, meramente factuales, como "Es algo de lo que siempre te vas a arrepentir" (síndrome postaborto) o "Abortar es segar la vida de tu propio hijo", consideradas "coacción psicológica".

"No es una coacción violenta, evidentemente", reconoció la periodista. "Una coacción es por definición violenta", respondió Ana Iris, aclarando así que, si no hay violencia, no puede hablarse de coacción: "Se está infantilizando profundamente a las mujeres si no se nos concibe como libres, tanto de ir a una clínica abortiva y abortar como de recibir o no recibir información".

Ante la insinuación por parte de Elena Gómez de que las mujeres que le contaron su experiencia tras haber abortado en realidad no lo habían hecho, la escritora le recordó la existencia de El Viñedo de Raquel como una entre las muchas asociaciones de mujeres que han pasado por el trauma de arrepentirse de su aborto. Simón comentó asimismo que recientemente le había comentado una psiquiatra amiga suya, de izquierdas y nada "ultracatólica" (el calificativo que había usado Gómez), que "el trauma postaborto existe y se niega desde el feminismo para no abordarlo".

Ana Iris recordó asimismo que desde hace dos años, en virtud de la reforma de la ley del aborto de 2023, se han suprimido los tres días de reflexión antes de someterse a la intervención, así como la entrega de información sobre alternativas al aborto: "Si esto no se hace por parte del Estado, me parece estupendo que haya alguien que lo haga".

Fuente: Religión en Libertad

sábado, 26 de octubre de 2024

Santo Evangelio 26 de octubre 2024

 


Texto del Evangelio (Lc 13,1-9):

 En aquel tiempo, llegaron algunos que le contaron lo de los galileos, cuya sangre había mezclado Pilato con la de sus sacrificios. Les respondió Jesús: «¿Pensáis que esos galileos eran más pecadores que todos los demás galileos, porque han padecido estas cosas? No, os lo aseguro; y si no os convertís, todos pereceréis del mismo modo. O aquellos dieciocho sobre los que se desplomó la torre de Siloé matándolos, ¿pensáis que eran más culpables que los demás hombres que habitaban en Jerusalén? No, os lo aseguro; y si no os convertís, todos pereceréis del mismo modo».

Les dijo esta parábola: «Un hombre tenía plantada una higuera en su viña, y fue a buscar fruto en ella y no lo encontró. Dijo entonces al viñador: ‘Ya hace tres años que vengo a buscar fruto en esta higuera, y no lo encuentro; córtala; ¿para qué va a cansar la tierra?’. Pero él le respondió: ‘Señor, déjala por este año todavía y mientras tanto cavaré a su alrededor y echaré abono, por si da fruto en adelante; y si no da, la cortas’».



«Fue a buscar fruto (...) y no lo encontró»


Rev. D. Antoni ORIOL i Tataret

(Vic, Barcelona, España)

Hoy, las palabras de Jesús nos invitan a meditar sobre el inconveniente de la hipocresía: «Un hombre tenía plantada una higuera en su viña, y fue a buscar fruto en ella y no lo encontró» (Lc 13,6). El hipócrita aparenta ser lo que no es. Esta mentira llega a su cima al fingir virtud (aspecto moral) siendo vicioso, o devoción (aspecto religioso) al buscarse uno mismo y sus propios intereses y no a Dios. La hipocresía moral abunda en el mundo, la religiosa perjudica a la Iglesia.

Las invectivas de Jesús contra los escribas y fariseos —más claras y directas en otros pasajes evangélicos— son terribles. No podemos leer o escuchar lo que acabamos de leer o escuchar sin que estas palabras nos lleguen al fondo del corazón, si realmente las hemos escuchado y entendido.

Lo diré en plural personal, ya que todos experimentamos la distancia entre lo que aparentamos ser y lo que somos de veras. Lo somos los políticos cuando nos aprovechamos del país proclamando que estamos a su servicio; los cuerpos de seguridad cuando protegemos a grupos corruptos en nombre del orden público; el personal sanitario cuando suprimimos vidas incipientes o terminales en nombre de la medicina; los medios de comunicación social cuando falseamos las noticias y pervertimos al personal diciendo que lo estamos divirtiendo; los administradores de los fondos públicos cuando desviamos una parte de ellos hacia nuestros bolsillos (individuales o de partido) y alardeamos de honestidad pública; los laicistas cuando impedimos la dimensión pública de la religión en nombre de la libertad de conciencia; los religiosos cuando vivimos de nuestras instituciones con infidelidad al espíritu y a las exigencias de los fundadores; los sacerdotes cuando vivimos del altar pero no servimos abnegadamente a nuestros feligreses con espíritu evangélico; etc.

¡Ah!: y tú y yo también, en la medida en que nuestra conciencia nos dice lo que tenemos que hacer y dejamos de hacerlo para dedicarnos únicamente a ver la paja en el ojo ajeno sin querer darnos cuenta siquiera de la viga que ciega el nuestro. ¿O no?

—Jesús, Salvador del mundo, ¡sálvanos de nuestras pequeñas, medianas y grandes hipocresías!


6 consejos para aprovechar la verdadera gracia del domingo: «Cuando lo haces proteges tu matrimonio»

  


6 consejos para aprovechar la verdadera gracia del domingo: «Cuando lo haces proteges tu matrimonio»

Familia de Michael y Teresa Naughton. 

Michael Naughton, a la izquierda, junto con su hija Clare Gooding, sus nietas Siena y Ruth y Teresa, su mujer, a la derecha (The Catholic Spirit).

El domingo debe ser distinto, predica el matrimonio Naughton. Durante años, acostumbraron a vivir los domingos “como un día distinto, pero no necesariamente especial”. Michael, titulado en teología, había entregado su vida al trabajo, como directivo en una empresa de mecanismos de torsión y también como profesor e impulsor de un instituto de pensamiento social católico. Pero un día de 1999 sufrió un grave ataque de ansiedad. En ese momento, fue consciente de que su vida no debía ser definida sólo desde su vertiente laboral. Decidió empezar a “vivir la verdadera gracia del domingo”.

Un reportaje en Catholic Spirit expone los hábitos y costumbres de este matrimonio para recuperar la vivencia cristiana del domingo y su difusión desde Sunday Reclaimed.

“Un día de limpieza”

Michael Naughton y su esposa Teresa residen en Minnesota (Estados Unidos). El matrimonio ha contado como, durante años, “los domingos se vivían como una especie de día de la limpieza, para hacer las tareas del hogar, el trabajo que nos quedaba por hacer de la semana y meter la misa dode se podía”.

Para el matrimonio, “el domingo no era un día de trabajo como cualquier otro, pero la mentalidad era la misma”.

Explican que el principal problema de ver el domingo “como un día más” es que se puede instrumentalizar, reduciéndolo a una simple ayuda o preparación para la semana laboral. Un enfoque tan utilitarista, explica el matrimonio, puede apartar a las personas de la verdadera gracia del domingo, haciéndolas caer en la “tristeza dominical”.



Michael Naughton, durante una entrevista en la Universidad Santo Tomás.

Cambiaron su vida tras un ataque de ansiedad

En 1999 Michael sufrió un ataque de ansiedad mientras trabajaba. Describe lo sucedido como humillante, pero especialmente lo consideró como una amenaza a su capacidad de hacer y trabajar.

Fue consciente de que dedicarse por entero al trabajo le estaba dejando insatisfecho e infeliz con su vida. El matrimonio reconsideró su forma de vivir el domingo de acuerdo con su fe y decidieron dejar de trabajar y madrugar este día de la semana para santificarlo.

“Los efectos se notaron de inmediato” en su familia, explican. “Fue como la mañana del día de Navidad”.

El ocio dominical, ¿mucho más que descansar?

Los Naughton tuvieron “un cambio de mentalidad” y comprendieron que “el domingo se trata de descansar, pero es un descanso en el Señor, no un mero descanso de la actividad o la ausencia de trabajo”. De hecho, el matrimonio considera el ocio como “la base de la cultura”. “Es un hábito contemplativo que debe ser cultivado y encarnado”, siendo su mayor forma “la adoración”.

“No practicar el verdadero ocio en domingo impide que el hombre tenga una comprensión verdadera y completa de sí mismo y de su necesidad de recibir a Dios, sin lo cual la incomodidad y la ansiedad que muchos experimentan el domingo es un resultado fácilmente predecible”.

Libro Getting Work Right, de Michael Naughton. 

Puede adquirir en inglés Getting Work Right aquí (con prólogo del cardenal Turkson)

Seis hábitos para santificar y descansar en domingo

 partir de estas reflexiones, Michael Naughton escribió Getting Work Right, donde ofrece una serie de hábitos y prácticas para recuperar el domingo.



1º Un tiempo dedicado a adorar

Uno de los escritos del matrimonio explica en La restauración del tiempo para el Señor que así como los templos son espacios consagrados para Dios, el domingo es un tiempo dedicado a adorar, al culto y a dialogar con Dios.

2º Concebir el trabajo como un regalo

Las personas no pueden dar lo que no tienen, y esto se aplica al domingo no solo en el sentido de que no se pueda trabajar si no se ha descansado antes. También, y más importante, es que el trabajo no puede ser una donación personal a los demás, si las personas no han recibido antes su vida y habilidades como un regalo de Dios.

3º Cultivar el silencio: "Ayuno" de pantallas

En su libro, Michael expone como generalmente su familia “ayuna” de pantallas y tecnología los domingos. En lugar de despertarse temprano para escribir o trabajar, lo hace para comenzar el día como una oración prolongada y si se le ocurre algo sobre su trabajo, lo apunta en un papel en lugar de abrir su ordenador.

4º Ordenar el día en torno a la misa

Celebrar el domingo se trata de afirmar la bondad del Señor, y el centro de esta celebración es la misa. La preparación para una misa bien aprovechada comienza rezando con las lecturas dominicales durante la semana. Teresa camina hacia la iglesia como si fuera una pequeña peregrinación. Eso le permite reflexionar y preparar la misa.

5º Cultivar la alegría, con oración y en familia

Para los Naughton, la alegría no solo reside en la liturgia del domingo. También tratan de comenzar y acabar el día con una oración, y viven el día como una fiesta con grandes desayunos, juegos de mesa, libros, paseos al aire libre o haciendo deporte con amigos y familiares.

6º Obras de caridad, tratar con otros, evangelizar

También se preocupan de cumplir la práctica tradicional de la caridad en domingo. Esto puede incluir desde ir a un voluntariado en comedores sociales o albergues de personas sin hogar, llamar a un miembro de la familia que esté solo en su casa o simplemente invitar a otras personas a comer, lo que puede ser también una “poderosa herramienta para evangelizar”.

Proteger el domingo es proteger tu matrimonio

El matrimonio asegura que los resultados de celebrar el domingo fueron inmediatos en sus vidas.

“Una vez que empiezas, te encuentras con que tienes tiempo para hacer todas las cosas que necesitas hacer, mientras que otras pierden su importancia”, explica Teresa. “Cuando proteges el domingo, proteges tu relación con el Señor y proteges a tu familia y tu matrimonio”, concluye Michael. “Y necesitamos mucha protección”. 

Este es un artículo de hemeroteca publicado originalmente el 17 de octubre de 2022. 

viernes, 25 de octubre de 2024

Santo Evangelio 25 de octubre 2024



 Texto del Evangelio (Lc 12,54-59): En aquel tiempo, Jesús decía a la gente: «Cuando veis una nube que se levanta en el occidente, al momento decís: ‘Va a llover’, y así sucede. Y cuando sopla el sur, decís: ‘Viene bochorno’, y así sucede. ¡Hipócritas! Sabéis explorar el aspecto de la tierra y del cielo, ¿cómo no exploráis, pues, este tiempo? ¿Por qué no juzgáis por vosotros mismos lo que es justo? Cuando vayas con tu adversario al magistrado, procura en el camino arreglarte con él, no sea que te arrastre ante el juez, y el juez te entregue al alguacil y el alguacil te meta en la cárcel. Te digo que no saldrás de allí hasta que no hayas pagado el último céntimo».



«¿Cómo no exploráis (...) este tiempo? ¿Por qué no juzgáis por vosotros mismos lo que es justo?»


Rev. D. Frederic RÀFOLS i Vidal

(Barcelona, España)

Hoy, Jesús quiere que levantemos nuestra mirada hacia el cielo. Esta mañana, después de tres días de lluvia persistente, el cielo ha aparecido luminoso y claro en uno de los días más espléndidos de este otoño. Vamos entendiendo en el tema de cambios de tiempo, ya que ahora los meteorólogos son casi como de la familia. En cambio, nos cuesta más entender en qué tiempo estamos o vivimos: «Sabéis explorar el aspecto de la tierra y del cielo, ¿cómo no exploráis, pues, este tiempo?» (Lc 12,56). Muchos de los que escuchaban a Jesús dejaron perder una ocasión única en la historia de toda la Humanidad. No vieron en Jesús al Hijo de Dios. No captaron el tiempo, la hora de la salvación.

El Concilio Vaticano II, en la Constitución Gaudium et Spes (n. 4), actualiza el Evangelio de hoy: «Pesa sobre la Iglesia el deber permanente de escrutar a fondo los signos de los tiempos e interpretarlos a la luz del Evangelio (…). Es necesario, por tanto, conocer y comprender el mundo en que vivimos y sus esperanzas, sus aspiraciones, su modo de ser, frecuentemente dramático».

Cuando observamos la historia, no nos cuesta mucho señalar las ocasiones perdidas por la Iglesia por no haber descubierto el momento entonces vivido. Pero, Señor: ¿cuántas ocasiones no habremos perdido ahora por no descubrir los signos de los tiempos o, lo que es lo mismo, por no vivir e iluminar la problemática actual con la luz del Evangelio? «¿Por qué no juzgáis por vosotros mismos lo que es justo?» (Lc 12,57), nos vuelve a recordar hoy Jesús.

No vivimos en un mundo de maldad, aunque también haya bastante. Dios no ha abandonado su mundo. Como recordaba san Juan de la Cruz, habitamos en una tierra en la que anduvo el mismo Dios y que Él llenó de hermosura. Santa Teresa de Calcuta captó los signos de los tiempos, y el tiempo, nuestro tiempo, ha entendido a santa Teresa de Calcuta. Que ella nos estimule. No dejemos de mirar hacia lo alto sin perder de vista la tierra.


Entre los católicos más remotos de México: «Si el obispo te destinaba aquí era casi como un castigo»

 


Entre los católicos más remotos de México: «Si el obispo te destinaba aquí era casi como un castigo»

El obispo eligió la comunidad de Arroyo Prieto para la nueva demarcación parroquial y, fruto de la partición, le correspondieron más de noventa pueblos al misionero español (foto: Hartley con un feligrés local).

"Padre, ¿por qué la Iglesia ha tardado tantos años en venir a ayudarnos?... somos gente muy religiosa pero no sabemos nada de religión, llevamos tantos años esperando y pidiendo un sacerdote...", las palabras de este feligrés podrían resumir bien lo que viven millones de católicos en las zonas más pobres de México.

"Jesucristo y los pobres son los únicos protagonistas de la misión, lo único que hace el misionero, con la palabra y con la vida, es llevar a Cristo al corazón de los pobres", dice el sacerdote español Christopher Hartley, que vive en la diócesis de Tlapa (México) y acaba de ofrecer su testimonio. Entre precipicios, animales salvajes y todo tipo de peligros, lleva la presencia de la Iglesia a uno de los lugares más remotos de la tierra. 

"Después de un año de convalecencia, en obediencia a mi obispo, fui discerniendo la posibilidad de buscar una misión nueva en este país, más acorde con mi edad, mis fuerzas y mi salud. Pregunté a diferentes obispos y sacerdotes amigos cuál sería la diócesis más necesitada de México y siempre aparecía el nombre de Tlapa, en el estado de Guerrero; así que vine a hablar con el obispo de la diócesis y le pregunté si, en su diócesis, había un territorio sin evangelizar, sin sacerdotes, donde no quisiera ir nadie o donde no tuviese sacerdotes a quien enviar".

Si deseas colaborar con la misión del padre Hartley y sus compañeros puedes hacerlo entrando en este enlace.  

"Me miró con cara de sorpresa y me dijo que siempre había querido dividir la parroquia de Cochoapa el Grande, con más de 150 pueblos y atendida por los padres combonianos. El obispo eligió la comunidad de Arroyo Prieto para la nueva demarcación parroquial y, fruto de la partición, le correspondieron más de noventa pueblos. Esta nueva demarcación fue constituida canónicamente en parroquia el 16 de agosto del presente año 2024".

El silencio baña las interminables cadenas montañosas que atraviesan la zona. Una serie de pueblos adheridos a sus laderas acogen a indígenas mixtecas o "nasa vi" que han vivido durante siglos en extrema pobreza, sobreviviendo de la milpa (maíz) y el frijol, con sus enormes tortillas y algunas frutas, de una agricultura de subsistencia y algunos animales domésticos, como las gallinas, los guajolotes (pavo local) o los chivos.

HartleyLa parroquia de Hartley tiene 90 pueblos y está en una de las zonas más pobres de México. 

Cochoapa el Grande es uno de los 81 municipios que conforman el estado de Guerrero, en el sur de México. Fue considerado en 2008 por la ONU como el municipio más pobre de la República Mexicana. Según datos del Instituto Nacional de Estadística, el 86,60 % de la población percibe un máximo de dos salarios mínimos; el 75,81 % de los habitantes mayores de 15 años son analfabetos, y el 98,63 % no cuenta con servicios de salud. Respecto a los hogares: el 93,72 % no tiene baño ni drenaje; el 60,78 % no tiene electricidad; el 57,67 % carece de agua corriente, y en el 95,46 % de las casas el piso es de tierra.

"Décadas atrás, cuando estas tierras formaban parte de la Archidiócesis de Puebla, ser enviado por el obispo a pastorear por estas montañas, era señal de castigo", explica Christopher Hartley, que da gracias a Dios por enviarle a un sacerdote-misionero como compañero, "el padre Francisco Lunar, magnifico amigo y hermano(...), no podría imaginarme la vida en esta misión sin su ayuda".

"Es difícil calcular el número de habitantes que atendemos por estas sierras y cordilleras interminables. A la dificultad del cálculo, se añade que gran parte de la población emigra por temporadas a otras partes de México e incluso a los Estados Unidos. Creo que una estimación aproximada debe girar en torno a los 15.000 habitantes".



Primer sacerdote enviado a la zona

La labor de este misionero se centra en la caridad pastoral, la predicación, la celebración de los sacramentos y la congregación de las comunidades. "Los caminos son peligrosísimos, cuestas empinadísimas que dan vértigo, de cantos rodados y lodo resbaladizo, cuestas que se ascienden lentísimamente, en primera marcha casi siempre, haciendo uso de toda la pericia al conducir estos asombrosos vehículos 4X4". 

Arroyo PrietoGran parte de la población local emigra por temporadas a otras partes de México.

"Siempre que un misionero llega a una nueva misión le suele corresponder crear las primeras infraestructuras para que pueda comenzar a desarrollarse la obra de la evangelización. Por ser el primer sacerdote enviado a pastorear a estas gentes, viviendo permanentemente entre ellas, me ha correspondido establecer la casa de los sacerdotes, buscar los medios de transporte, proveer de ajuar litúrgico, los equipos de sonido, el templo en construcción...".

De hecho, al aterrizar en esta zona tan deprimida de México, el sacerdote español no tenía ni dónde dormir. "Cuando llegué, no tenía casa donde vivir, vehículo adecuado para visitar los pueblos, no tenía nada, excepto la caridad enorme de las hermanas Franciscanas de la Divina Providencia, que me acogieron en su comunidad con enorme generosidad y cariño. Me dieron posada como al Niño de la primera Navidad, me abrieron las puertas de su humilde comunidad y de su corazón".

"Poco a poco fuimos acondicionando la vivienda, a la que este año hemos añadido dos pisos nuevos, a la estructura ya existente, además hemos adquirido los vehículos todoterreno, con la impagable generosidad de todos los que colaboráis económicamente con la Fundación Misión de la Misericordia".

Hartley y el obispo de OviedoHartley (a la izquierda), su comunidad misionera y el obispo de Oviedo (en el centro). 


Para conocer de cerca la situación de estos hermanos católicos tan necesitados, en el mes de agosto, el arzobispo de Oviedo (España), Jesús Sanz Montes, y cuatro seminaristas, se ofrecieron a evangelizar en la comunidad de San Pedro el Viejo, uno de los pueblos más lejanos y de más difícil acceso. "Es en ese lugar donde nos hemos planteado una posible colaboración entre los Arzobispados de Toledo –al que pertenece Hartley– y el de Oviedo".

El día en que "volví a nacer..."

En los años que lleva en México, a Christopher Hartley le ha tocado vivir todo tipo de pruebas, algunas de ellas bastante complicadas. "Eran las 5:23 am, imposible olvidarlo, aún noche cerrada, domingo 28 de enero de este año. Me acompañaban la hermana Francisca y la hermana Asunción. Íbamos a la bendición de una nueva iglesia que las pobres gentes de una de mis pobres comunidades habían construido con sus propias manos y financiado con el sudor de su frente durante varios años. Se llamaba Llano de la Yacua".

"La camioneta jadeaba y tosía ante lo escarpado del camino, en una secuencia interminable de vueltas y revueltas. Hasta que de repente vimos bajar en dirección contraria otra camioneta algo rápido. Me orillé instintivamente a mi derecha, en el lado del precipicio y detuve el vehículo, no dándome cuenta en la oscuridad de la noche, que allí, precisamente, se encogía el camino... las dos llantas de la derecha se hundieron al ceder el terreno y nos despeñamos acantilado abajo, más de cien metros".

"Cuando por fin se detuvo el vehículo quedamos en estado de shock, nos preocupamos de cómo estaban los demás, la hermana Asunción me pidió que les diera la absolución sacramental... Pensábamos que nadie nos había visto caer y nuestro horror era pensar que ahí nos íbamos a quedar. Todos teníamos incontables dolores en diferentes partes del cuerpo y sangrábamos... Afortunadamente alguien sí nos había visto caer y dio el aviso. Después de un tiempo esperando, vimos bajar por el acantilado unas lucecitas de teléfono de las gentes del pueblo que nos rescataron y nos ayudaron a los tres a llegar a la carretera".



Hartley

El sacerdote español Christopher Hartley convaleciente en el hospital. 

"De ahí, un largo trayecto hasta una humilde 'clinicucha' de Tlapa... era un auténtico milagro... tambien el milagro de la amistad cristiana. Cuando llegamos allí nos esperaban el obispo, varias religiosas y sacerdotes, algunos laicos... ¡Qué maravilla la misa de esa noche junto a la cama del hospital! ¡cuánto que agradecer, cuánto que celebrar...! Han pasado los meses y los tres estamos plenamente recuperados. A los tres, es verdad, nos quedan secuelas y dolores... algunos se irán pasando, otros quedarán para siempre, cicatrices en el cuerpo, cicatrices en la mente y el alma. Una experiencia que a los tres nos ha marcado para siempre y que no olvidaremos jamás". 

Jesús vino para quedarse

El 16 de agosto de 2024 quedará, también, para siempre marcado en la memoria de Hartley e inscrito en la historia de esta comunidad mexicana. Ese día, el obispo de la diócesis, Dagoberto Sosa Arriaga, consagró la iglesia de Arroyo Prieto y su altar mayor, la elevó a parroquia, con sus más de 90 pueblos, y nombró a Hartley primer párroco de la nueva demarcación eclesial. Una celebración que contó con la presencia de mixtecas llegados de todos los rincones de las montañas, y del arzobispo de Oviedo, con sus seminaristas. 

"Un día de gracias múltiples y extraordinarias para estas gentes tan marginadas y olvidadas de todos; el día en que el Señor Jesús les vino a visitar, no como un viajero fugaz de ida y vuelta apresurada; no, fue el día en que Jesús vino a quedarse para siempre y a formar con todos nosotros un solo pueblo santo de Dios, un solo cuerpo del que Él, para siempre, será su cabeza". Durante la misa, además, recibieron la primera comunión y la confirmación un gran número de muchachos, que superaba casi el centenar. 

"Todos los días salimos por las montañas, el padre Francisco y yo. Cada uno por una ruta diferente, con nuestra maleta-sacristía portátil y la compañía de las hermanas. Para celebrar la Santa Misa, catequizar, visitar a los enfermos... Horas y horas de carretera, a veces casi tres para ir y otro tanto para regresar. No es infrecuente salir a las 6:30 am para celebrar en uno o dos pueblos y no estar de vuelta hasta después de las 4 o 5 de la tarde".

"Si no conociéramos el valor inmenso de la Santa Misa y de los demás sacramentos, jamás nos habríamos lanzado a la aventura de estos caminos en busca de las buenas gentes que Cristo el Señor en su nombre nos confía".


 


Consagración de la nueva parroquia de Arroyo Prieto.

Este agosto, tuvo lugar el segundo verano de misión en la comunidad de Hartley. "Ha supuesto una gracia del todo inmerecida, por los magníficos misioneros laicos que nos han ayudado en la obra de la evangelización, ellos han hecho, literalmente, de todo: lavado, cocinado, pintado, barnizado, carpintería y fontanería, han enseñado catecismo, cuidado de la liturgia, visitado enfermos, acompañado a los hospitales, clasificado medicinas, han compartido la vida de oración y la liturgia con nosotros los sacerdotes y las religiosas, han jugado con los niños, de pies descalzos y la sonrisa pintada en sus rostros".

Entre los muchos proyectos, para los que Hartley necesita ayuda urgente, están: la rehabilitación de la casa curial de San Pedro el Viejo, la adquisición de un vehículo 4X4, equipar de bancos las muchas capillas que aún carecen de ellos y la falta de material escolar en los más de 90 pueblos de su parroquia.

Si deseas colaborar con la misión del padre Hartley y sus compañeros puedes hacerlo entrando en este enlace.  

Fuente. Religión en libertad

jueves, 24 de octubre de 2024

Santo Evangelio 24 de octubre 2024

 


Texto del Evangelio (Lc 12,49-53): En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «He venido a prender fuego en el mundo, ¡y ojalá estuviera ya ardiendo! Tengo que pasar por un bautismo, ¡y qué angustia hasta que se cumpla! ¿Pensáis que he venido a traer al mundo paz? No, sino división. En adelante, una familia de cinco estará dividida: tres contra dos y dos contra tres; estarán divididos: el padre contra el hijo y el hijo contra el padre, la madre contra la hija y la hija contra la madre, la suegra contra la nuera y la nuera contra la suegra».



«He venido a prender fuego en el mundo»


Rev. D. Joan MARQUÉS i Suriñach

(Vilamarí, Girona, España)

Hoy, el Evangelio nos presenta a Jesús como una persona de grandes deseos: «He venido a prender fuego en el mundo, ¡y ojalá estuviera ya ardiendo!» (Lc 12,49). Jesús ya querría ver el mundo arder en caridad y virtud. ¡Ahí es nada! Tiene que pasar por la prueba de un bautismo, es decir, de la cruz, y ya querría haberla pasado. ¡Naturalmente! Jesús tiene planes, y tiene prisa por verlos realizados. Podríamos decir que es presa de una santa impaciencia. Nosotros también tenemos ideas y proyectos, y los querríamos ver realizados enseguida. El tiempo nos estorba. «¡Qué angustia hasta que se cumpla!» (Lc 12,50), dijo Jesús.

Es la tensión de la vida, la inquietud experimentada por las personas que tienen grandes proyectos. Por otra parte, quien no tenga deseos es un apocado, un muerto, un freno. Y, además, es un triste, un amargado que acostumbra a desahogarse criticando a los que trabajan. Son las personas con deseos las que se mueven y originan movimiento a su alrededor, las que avanzan y hacen avanzar.

¡Ten grandes deseos! ¡Apunta bien alto! Busca la perfección personal, la de tu familia, la de tu trabajo, la de tus obras, la de los encargos que te confíen. Los santos han aspirado a lo máximo. No se asustaron ante el esfuerzo y la tensión. Se movieron. ¡Muévete tú también! Recuerda las palabras de san Agustín: «Si dices basta, estás perdido. Añade siempre, camina siempre, avanza siempre; no te pares en el camino, no retrocedas, no te desvíes. Se para el que no avanza; retrocede el que vuelve a pensar en el punto de salida, se desvía el que apostata. Es mejor el cojo que anda por el camino que el que corre fuera del camino». Y añade: «Examínate y no te contentes con lo que eres si quieres llegar a lo que no eres. Porque en el instante que te complazcas contigo mismo, te habrás parado». ¿Te mueves o estás parado? Pide ayuda a la Santísima Virgen, Madre de Esperanza.

Triple de asistencia a misa y numerosas conversiones: el fenómeno de estas monjas en la universidad



 Triple de asistencia a misa y numerosas conversiones: el fenómeno de estas monjas en la universidad

Monja jugando al frisbi en la universidad

Monjas como Kelly Grace O’Ryan han revolucionado la fe católica en la Universidad del Gran Cañón en tan sólo unos meses / Foto: Ralph Freso.

Las religiosas de las Siervas de los Corazones Traspasados de Jesús y María llegaron a la Universidad del Gran Cañón, Arizona (EE.UU), en 2021 y, en sus primeros 18 meses, ya pudieron empezar a realizar su misión en este centro con más de 25.000 alumnos. En ese corto espacio de tiempo estas jóvenes religiosas sin complejos lograron triplicar la asistencia a la misa dominical y propiciar la conversión de numerosos estudiantes.

Estas monjas, con las hermanas Clare Marie Bailey y Kelly Grace O´Ryan, pertenecen al Holy Spirit Catholic Newman Center, el centro desde el que junto a varios sacerdotes atienden espiritualmente a los católicos pero también a los cada vez más numerosos estudiantes sin religión o de otras confesiones cristianas que se van acercan a ellas.

En un reportaje publicado por el periódico de la Universidad del Gran Cañón y que recoge The Catholic Sun. Vestidas en todo momento con su hábito es fácil reconocer a las monjas jugando al fútbol, al frisbee o incluso haciendo atletismo junto a otros estudiantes. Pero también verlas rezando el Rosario en grupo o directamente anunciando el Evangelio.

Son monjas bastante en buena forma que también se llevan a los jóvenes a caminatas por la montaña o a retiros espirituales. Y los frutos son ya evidentes.


Monja en el campus de una universidad

Uno de los estudiantes, Chapman Koster, asegura “siempre pensé en las monjas como salen en las películas, como ancianas estrictas con las reglas: ‘me voy al cielo, pero la vida es basura y si eres feliz es que estás pecando’. Pero en esas caminatas hace mucho calor, subes estas montañas y van con esos hábitos que no sé si son transpirables…”.

En definitiva, estas monjas cambiaron su percepción sobre la Iglesia y sobre todo de la fe porque en ellas vio alegría, paz y esperanza. Este joven creció como cristiano bautista en Sudáfrica. En Semana Santa será oficialmente católico. “Realmente han cambiado mi vida, estoy feliz”, asegura Chapman.

La primera vez que vio a estas monjas estaban corriendo por el campus y pensó: “tienen unos votos que suenan miserables: sin matrimonio, sin sexo, sin dinero. ¿Por qué harían eso? Pero ahora vi que son realmente felices”.

“No todos los católicos son buenos, pero algunos tenían mucha alegría, esperanza y paz, y yo no tenía nada de eso. Aunque no me ha faltado nada en la vida, porque vengo de una familia rica, me di cuenta que esto no es algo que se pueda comprar”, afirma el estudiante que muy pronto será católico.

Monja haciendo deporte con jóvenesEl deporte, y la buena forma de las monjas, es uno de los elementos que llama la atención a los universitarios. Foto- Ralph Freso.


Estas religiosas afirman convencidas que están en el campus para compartir a Dios a cualquiera que quiera aceptarlo. “Tenemos una misión mayor que el fútbol, vemos al Señor obrando en las almas todos los días, especialmente en los estudiantes universitarios en un momento tan importante de su vida donde se descubren a sí mismos y al mundo”, afirman.

A la pregunta de por qué rezan el Rosario en público en el campus o por qué se dejan ver con el hábito hablando con jóvenes o haciendo deporte ellas lo tienen claro. Se trata de hacer comunidad, “es ese cuidado constante el uno del otro, deseando que el otro llegue al cielo”.

De hecho, estas monjas reconocen que hacen esta exhibición pública de su fe para anunciar que están ahí, para todos. “La Iglesia es una familia y las familias no sólo leen juntas, así que estamos aquí para vivir la vida juntos”, agregan. Por ello, es frecuente que allá donde vayan, ya sea el supermercado o la gasolinera siempre haya alguien que les pide rezar por algún ser querido.

Además, se muestran contentas porque son ya los propios estudiantes los que saliendo de la tranquilidad de la capilla o de la residencia universitaria están anunciando a otros miles de jóvenes que Cristo es el centro de sus vidas.

No organizan grandes fiestas ni espectáculos para atraer a gente. Hay noches de estudio bíblico, misa, oración, alguna comida al aire libre y alguna excursión a la montaña. Y así es como van llegando con preguntas: “¿para qué está mi vida? Sí, tal vez un trabajo de 9 a 17, pero tiene que haber más”.

Y cuando al encontrarse con Dios empiezan a tener respuesta –afirman estas religiosas- “vemos una transformación. Sus rostros son diferentes. Es esa paz, la alegría, un nuevo amor y pasión. Es vivir la vida, no caminar a través de ella soñando despierto, ya que gran parte de nuestra cultura ha anestesiado a nuestros jóvenes para que caminen dormidos por la vida. Y cuando el Señor entra es como pasar del blanco y negro al color. Cobran vida, se despiertan y comienzan  a experimentar la libertad, la paz y el gozo del Señor”.

Los jóvenes católicos en el campus universitarioNi las religiosas ni los jóvenes se esconden en el campus sino que hacen profesión pública de su fe. Foto- Ralph Freso.

La hermana Clare asegura que esto es precisamente lo que vivió cuando tuvo este encuentro con Cristo. Se sentía sola hasta que experimentó la libertad y la alegría de vivir con Dios.

“Sentí que estaba arrastrándome con los ojos vendados por la vida, y luego fue como si estuviera volando. Era como si esto fuera para lo que fuimos creados”.

En un momento dado, cuando una compañera de la escuela secundaria falleció Grace utilizó la gracia que había recibido y deseaba compartirla con sus amigos, que tanto sufrían en ese momento. “Quería darles eso más que nada”, aseguró. Y ahí fue “donde se plantó la semilla” de su propia vocación a la vida religiosa”.

(Artículo de hemeroteca publicado orginalmente el dos de marzo de 2022).

miércoles, 23 de octubre de 2024

Santo Evangelio 23 de octubre 2024

 


Texto del Evangelio (Lc 12,39-48):

 En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Entendedlo bien: si el dueño de casa supiese a qué hora iba a venir el ladrón, no dejaría que le horadasen su casa. También vosotros estad preparados, porque en el momento que no penséis, vendrá el Hijo del hombre».

Dijo Pedro: «Señor, ¿dices esta parábola para nosotros o para todos?». Respondió el Señor: «¿Quién es, pues, el administrador fiel y prudente a quien el señor pondrá al frente de su servidumbre para darles a su tiempo su ración conveniente? Dichoso aquel siervo a quien su señor, al llegar, encuentre haciéndolo así. De verdad os digo que le pondrá al frente de toda su hacienda. Pero si aquel siervo se dice en su corazón: ‘Mi señor tarda en venir’, y se pone a golpear a los criados y a las criadas, a comer y a beber y a emborracharse, vendrá el señor de aquel siervo el día que no espera y en el momento que no sabe, le separará y le señalará su suerte entre los infieles.

»Aquel siervo que, conociendo la voluntad de su señor, no ha preparado nada ni ha obrado conforme a su voluntad, recibirá muchos azotes; el que no la conoce y hace cosas dignas de azotes, recibirá pocos; a quien se le dio mucho, se le reclamará mucho; y a quien se confió mucho, se le pedirá más».



«Estad preparados, porque en el momento que no penséis, vendrá el Hijo del hombre»


Rev. D. Josep Lluís SOCÍAS i Bruguera

(Badalona, Barcelona, España)

Hoy, con la lectura de este fragmento del Evangelio, podemos ver que cada persona es un administrador: cuando nacemos, se nos da a todos una herencia en los genes y unas capacidades para que nos realicemos en la vida. Descubrimos que estas potencialidades y la vida misma son un don de Dios, puesto que nosotros no hemos hecho nada para conseguirlas. Son un regalo personal, único e intransferible, y es lo que nos confiere nuestra personalidad. Son los “talentos” de los que nos habla el mismo Jesús (cf. Mt 25,15), las cualidades que debemos hacer crecer a lo largo de nuestra existencia.

«En el momento que no penséis, vendrá el Hijo del hombre» (Lc 12,40), acaba diciendo Jesús en el primer párrafo. Nuestra esperanza está en la venida del Señor Jesús al final de los tiempos; pero ahora y aquí, también Jesús se hace presente en nuestra vida, en la sencillez y la complejidad de cada momento. Es hoy cuando, con la fuerza del Señor, podemos vivir su Reino. San Agustín nos lo recuerda con las palabras del Salmo 32,12: «Dichosa la nación cuyo Dios es el Señor», para que podamos ser conscientes de ello, formando parte de esta nación.

«También vosotros estad preparados» (Lc 12,40), esta exhortación representa una llamada a la fidelidad, la cual nunca está subordinada al egoísmo. Tenemos la responsabilidad de saber “dar respuesta” a los bienes que hemos recibido junto con nuestra vida. «Conociendo la voluntad de su señor» (Lc 12,47), es lo que llamamos nuestra “conciencia”, y es lo que nos hace dignamente responsables de nuestros actos. La respuesta generosa por nuestra parte hacia la humanidad, hacia cada uno de los seres vivos, es algo justo y lleno de amor.


enía un hijo Down, pidió un milagro y lo hubo: «Dios "se equivocó" y curó mi corazón herido»

   


Venía un hijo Down, pidió un milagro y lo hubo: «Dios "se equivocó" y curó mi corazón herido»

María Stella con Emanuele (Emy) al poco de nacer.

La sorpresa de un embarazo, la espera, la alegría de abrazar a una nueva criatura. Después, el choc: a un día del parto, Maria Stella Barone y su marido descubren que su tercer hijo, Emanuele, es portador del síndrome de Down. Para la mujer empieza un periodo difícil, de depresión. Se refugia en la oración pidiéndole al Señor que su hijo se cure. "El Señor escuchó mi grito de auxilio -cuenta ella-, pero se 'equivocó' de destinatario para el milagro. En vez de curar a mi hijo, sanó mi corazón".

De su experiencia como madre de un niño con un cromosoma de más ha nacido un libro, Precioso a mis ojos. No se trata de una recopilación de consejos para las familias con hijos con síndrome de Down, sino del relato de las experiencias reales y concretas, y por qué no, también de las dificultades que tiene que afrontar una madre. In Terris ha hablado con ella de todo esto.

'Precioso a mis ojos' es lo que dice el subtítulo: unas 'confesiones de amor de una madre a su hijo nacido Down'.



-¿Por qué decidió escribir este libro?

-A través del relato de mi historia, puedo testimoniar la salvación del amor de Dios, y nunca me cansaré de decir que yo he sido salvada, salvada por su Amor, de la depresión, de la desesperación, de la tristeza que apaga la vida. Emy, de hecho, es para mí 'un libro vivo' por medio del cual Dios me habla continuamente. Así, pensé que mi historia podía convertirse en un libro, Precioso a mis ojos, para ayudar a tantos padres inicialmente sacudidos por el cromosoma de más de su hijo.


»Quise desnudar mi alma y mi corazón para contar mi drama, mi luto, pero también mi renacimiento; me gustaría llevar la luz allí dónde se ha apagado momentáneamente, hacer entender que cada hijo es una riqueza infinita que tiene mucho que dar y que decirnos. Querría hacer entender que también la discapacidad puede ser una oportunidad de crecimiento si se canaliza desde una perspectiva distinta. Cada hijo es precioso a los ojos de Dios y a los ojos de quien lo ama, y es precisamente este amor el que marca la diferencia.

-¿Que sintió cuando supo que Emanuele tenía un cromosoma de más?

-Inicialmente se me cayó el mundo encima, los colores se apagaron, la esperanza desapareció, pasé mi personalísimo pentecostés: 50 días de no vivir, de infierno, de muerte del alma... Después, en el quincuagésimo día, el Señor escuchó el grito de dolor de una madre que imploraba el milagro.

»Pero 'se equivocó' de destinatario del milagro y, en vez de a mi hijo, curó mi corazón herido. Desde entonces todo ha sido un 'reflorecer', una vuelta a la vida, un renacimiento con una conciencia nueva: el Señor me había dado un don particular, Emanuele, y por medio de él me cogía de la mano haciéndome entender lo que verdaderamente cuenta en la vida, que es el amor gratuito y puro.



Maria Stella, con Emmanuele.

-Usted no se hizo la amniocentesis y descubrió que su hijo tenía síndrome de Down el día después de haber dado a luz. Si lo hubiese sabido antes, ¿habría considerado la posibilidad de interrumpir el embarazo?

-Yo no me hice la amniocentesis por decisión propia, porque siempre he sido contraria al aborto, como lo es también mi marido, que es médico anestesista y objetor de conciencia. Juntos decidimos que aceptaríamos la criatura que el Señor quisiera darnos; pero también tengo que decir que hasta que no supe que mi hijo tenía síndrome de Down, no se me había pasado por la cabeza que pudiera tenerlo, tal vez porque siempre pensamos que las cosas les pueden pasar a los demás y nunca a nosotros. 

-Usted tiene otros dos hijos. ¿Cómo reaccionaron cuando supieron que su hermanito pequeño iba a ser "distinto"? ¿Ha sido difícil su relación mientras crecían?

-Cuando Emy nació, mis otros dos hijos tenían 18 y 10 años. Si bien lo supieron en distintos momentos, puedo decir que tuvieron, incluso con las debidas diferencias consecuencia de las distintas edades, la misma reacción inicial: preocupación, seguramente a causa, sobre todo, del desconocimiento de la problemática; es sabido que lo que desconocemos nos asusta y desorienta. Pero gracias a Dios fue solo el impacto inicial; después, enseguida empezaron a quererlo por lo que es: su hermano.

»Es preciosa la relación que hay entre ellos, están muy unidos y se quieren mucho. Emy, para todos nosotros, sólo 'ha nacido' Down; es decir, su síndrome es sólo una condición de nacimiento y nada más, nosotros no nos lo imaginamos distinto de lo que es. Sus límites, sus capacidades hacen de él una persona única y, al mismo tiempo, maravillosa.



Estampas de una familia unida y feliz.

-Este recorrido suyo, desde los primeros miedos a la conciencia de que un hijo es un don de Dios, ¿piensa que hubiera sido distinto si no fuese usted creyente?

-La fe ha hecho que yo mirase con otros ojos el síndrome de mi hijo; no me ha quitado el dolor que a veces siento descender sobre mi corazón, condición normal para cada madre 'especial', pero me da cada día la fuerza para sonreír a la vida, a pesar de las dificultades que, inevitablemente, se encuentran.

Es bien conocido el cariño que expresan las personas Down. Matt Cobrink, de 53 años, tiene síndrome de Down. Hace 25 años falleció su madre, y desde entonces no se había separado de su padre, Malcolm, de 88 años, ni un minuto. Ambos viven en Los Ángeles. Pero Matt ganó la posibilidad de viajar a Nueva York para conocer a su estrella de béisbol favorita, Aaron Judge, de los New York Yankees. Fueron solo cinco días separado de su padre, pero la imagen de su reencuentro se hizo viral.

-¿Que aconsejaría a las madres y, en general, a las familias, que están a punto de darle la bienvenida a un hijo con síndrome de Down?

-A mí no me gusta dar consejos porque pienso que es la experiencia práctica la que aconseja el camino correcto y personal de cada pareja; de hecho, ni siquiera en mi libro doy consejos, sólo hablo de experiencias de una vida vivida que inducen a reflexionar. Pero si de verdad tuviese que dar algún consejo a una pareja que está a punto de acoger a un niño con un cromosoma de más, les diría que no tengan miedo del síndrome de Down, porque su hijo no es el síndrome que tiene, sino que es el fruto de su amor y el amor ¡siempre gana sobre todas las cosas!

»Yo digo siempre que el síndrome es una bestia fea, pero mi hijo con su existencia, con su ser una persona amada por Dios y pensada siempre por Él tal y como es, la ha anulado, la ha derrotado para siempre. Por lo tanto, valor para acoger siempre y a pesar de todo la vida, que sabe regalar alegrías infinitas e inesperadas. Confiemos siempre en Dios nuestro Padre, que no puede hacer otra cosa más que desear el bien de sus hijos. E incluso si a veces no lo podemos entender, confiemos siempre en Él. Y confiemos como hizo María. Cantemos cada día, como hizo ella, el Magnificat por cada maravilla que Dios cumple en nuestra vida, también y sobre todo por medio de esos hijos Suyos que, como Emanuele, son... preciosos a sus ojos.

Traducción de Elena Faccia Serrano.

Publicado en ReL el 9 de septiembre de 2018.

martes, 22 de octubre de 2024

Santo Evangelio 22 de Octubrte 2024

 


Texto del Evangelio (Lc 12,35-38): En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Estén ceñidos vuestros lomos y las lámparas encendidas, y sed como hombres que esperan a que su señor vuelva de la boda, para que, en cuanto llegue y llame, al instante le abran. Dichosos los siervos, que el señor al venir encuentre despiertos: yo os aseguro que se ceñirá, los hará ponerse a la mesa y, yendo de uno a otro, les servirá. Que venga en la segunda vigilia o en la tercera, si los encuentra así, ¡dichosos de ellos!».



«Sed como hombres que esperan a que su señor vuelva de la boda»


Rev. D. Miquel VENQUE i To

(Solsona, Lleida, España)

Hoy es preciso fijarse en estas palabras de Jesús: «Sed como hombres que esperan a que su señor vuelva de la boda, para que, en cuanto llegue y llame, al instante le abran» (Lc 12,36). ¡Qué alegría descubrir que, aunque sea pecador y pequeño, yo mismo abriré la puerta al Señor cuando venga! Sí, en el momento de la muerte seré yo quien abra la puerta o la cierre, nadie podrá hacerlo por mí. «Persuadámonos de que Dios nos pedirá cuentas no sólo de nuestras acciones y palabras, sino también de cómo hayamos usado el tiempo» (San Gregorio Nacianceno).

Estar en la puerta y con los ojos abiertos es un planteamiento clave y a mi alcance. No puedo distraerme. Estar distraído es olvidar el objetivo, querer ir al cielo, pero sin una voluntad operativa; es hacer pompas de jabón, sin un deseo comprometido y evaluable. Tener puesto el delantal significa estar en la cocina, preparado hasta el último detalle. Mi padre, que era agricultor, decía que no se puede sembrar si la tierra está "enfadada"; para hacer una buena siembra hay que pasearse por el campo y tocar las semillas con atención.

El cristiano no es un náufrago sin brújula, sino que sabe de dónde viene, a dónde va y cómo llegar; conoce el objetivo, los medios para ir y las dificultades. Tenerlo en cuenta nos ayudará a vigilar y a abrir la puerta cuando el Señor nos avise. La exhortación a la vigilancia y a la responsabilidad se repite con frecuencia en la predicación de Jesús por dos razones obvias: porque Jesús nos ama y nos “vela”; el que ama no se duerme. Y, porque el enemigo, el diablo, no para de tentarnos. El pensamiento del cielo y del infierno no podrá distraernos nunca de las obligaciones de la vida presente, pero es un pensamiento saludable y encarnado, y merece la felicitación del Señor: «Que venga en la segunda vigilia o en la tercera, si los encuentra así, ¡dichosos de ellos!» (Lc 12,38). Jesús, ayúdame a vivir atento y vigilante cada día, amándote siempre.

Don Alexis, misionero en Gabón: «Los padres abrazan la fe por sus hijos y el latín une a las tribus»

 


Don Alexis, misionero en Gabón: «Los padres abrazan la fe por sus hijos y el latín une a las tribus»

Misioneros en Gabón. 

Sacerdotes de las misiones del Instituto Cristo Rey Sumo Sacerdote en Gabón. Don Alexis Rouquayrol, con sotana marrón, el segundo por la izquierda.

En términos absolutos, la república centroafricana de Gabón cuenta con una Iglesia consolidada. Aunque la evangelización comenzó con los misioneros portugueses e italianos en los siglos XVI y XVII, el gran impulso llegó hace 180 años con la llegada de misioneros franceses como los Padres de la Congregación del Espíritu Santo -los Espiritanos-.

Desde que su iniciaron su presencia en 1844, el Señor se sirvió de su labor para extender una rápida labor evangelizadora con la que pronto la religión católica se convirtió en la profesión mayoritaria en el país. Se calcula que en torno al 55% de sus casi 2,3 millones de habitantes son católicos.

Pero más allá de los números, la realidad de la Iglesia en Gabón puede ser muy distinta en función de la propia práctica religiosa, de la misma localización e incluso ante su relación con otros fenómenos religiosos, como el incremento de sectas y congregaciones protestantes o de creencias animistas.

Quizá el Bwiti sea una muestra significativa de ello. Es una de las creencias chamánicas y sincretistas más populares, surgida en torno a un psicodélico autóctono "de moda"  en Occidente, la iboga, que ha hecho del país un destino "turístico"  mundial para su consumo. Se calcula que un 5% de los 2,3 millones de ciudadanos del país lo practican y muchos más lo consumen al margen del rito.

Aunque no es algo habitual, también hay una considerable práctica de sacrificios humanos, que la Asociación para la lucha contra los asesinatos rituales cifra en torno al centenar de víctimas anuales.

La dispersión étnica del país tampoco ayuda a la cohesión. Se calcula que en Gabón conviven hasta 40 etnias diferentes agrupadas en clanes y tribus. Las mayoritarias son la Fang, la Shira-punu y la Nzabi-duma.

15 años de sacerdocio: de Francia a España y Gabón

Desde hace tres años, el sacerdote Alexis Rouquayrol dirige en Gabón una de las dos misiones del Instituto Cristo Rey Sumo Sacerdote, que en su historia reciente ha sufrido los complejos avatares políticos de toda la zona.

A principios de septiembre, el sacerdote misionero visitó a los fieles de Madrid, su anterior destino, para celebrar el decimoquinto aniversario de su ordenación sacerdotal, culminando con la celebración de la misa y posterior encuentro en la iglesia de Nuestra Señora de la Paz. Con motivo de su visita y la celebración este 20 de octubre del Domingo mundial de las misiones, Rouquayrol habló con Religión en Libertad sobre los retos de la evangelización de Gabón, de su propia vocación o de la importancia para los fieles de la conocida como "misa tradicional", siendo a su juicio un elemento de integración en un país dividido en múltiples órdenes.

Era su segunda visita a la ciudad este año. Hace unos meses pudo estar presente en la celebración del aniversario de los treinta años de presencia del Instituto Cristo Rey Sumo Sacerdote en España, que contaron con diversos actos culturales y terminó con una Misa Solemne celebrada por el Prior General del Instituto, Monseñor Gilles Wach, y presidida por el Cardenal Antonio María Rouco Varela en la Colegiata de San Isidro de Madrid.

Allí don Alexis pudo comprobar el crecimiento y consolidación de las labores pastorales desarrolladas en la iglesia de Nuestra Señora de la Paz. El número de fieles que acuden a diario y los fines de semana a la Santa Misa ha aumentado significativamente, especialmente el número de jóvenes. Es normal "no caber" en las cuatro misas dominicales y las tres diarias que se celebran.

Las actividades sacramentales, pastorales y caritativas están plenamente integradas con naturalidad en la archidiócesis madrileña. La disponibilidad de los sacerdotes del Instituto facilita las confesiones o la formación prematrimonial de jóvenes.

El templo, muy reconocible como iglesia está situado muy cercano a varios hospitales, por lo que no resulta infrecuente poder acompañar espiritualmente y mostrar cercanía a las personas que se acercan.

Música, belleza y una JMJ, el camino al sacerdocio

Don Alexis, criado en una familia católica, de 43 años, cuenta que su vocación se encuentra estrechamente ligada a la misa tradicional que conoció de niño, junto a sus abuelos, y en la que profundizó durante sus estudios musicales durante una década en una escolanía de Bourges, en pleno centro de Francia. Descubrir "el significado del culto, la importancia de la música, de la belleza, de la arquitectura y del esfuerzo" fueron cruciales para su vocación que creció durante sus estudios en la universidad.

Conforme fortalecía su fe, ahora en la diócesis de Versalles, se involucró en la organización de campamentos y apostolados en su parroquia cuando conoció al Instituto que ahora pertenece. Su vocación llegaría poco después, tras acudir a la Jornada Mundial de la Juventud en Roma y peregrinar al santuario de Fátima.

Su llegada a Madrid no cambió mucho su dedicación. Rouquayrol impulsó y acompañó numerosas peregrinaciones de jóvenes, ya fuesen en España a Santiago o Covadonga, o uniéndose a la icónica y multitudinaria marcha francesa de París-Chartres.

Aprovechando su preparación musical, comenzó a formar a los fieles de la Iglesia de Nuestra Señora de la Paz y erigió el coro Nuestra Señora de Fátima, que continúa acompañando las celebraciones litúrgicas años después de su nuevo destino.



El coro Nuestra Señora de Fátima, interpretando el Ave María deTanguy Dionis du Séjour, popularizada por Dei Amoris Cantores. 

Familia, emotivismo y sectas, los retos de la evangelización en Gabón

Este sería anunciado en 2021, cuando le encomendaron la dirección la misión de Santa Teresita del Niño Jesús en Gabón, alma máter del Instituto Cristo Rey Sumo Sacerdote, fundado por los sacerdotes Gilles Wach y Philippe Mora en 1990. [Se puede seguir la actualidad de la misión a través de las redes sociales del Instituto en Gabón]. 

Don Alexis Rouquayrol, en el Cerro de los Ángeles. 


Don Alexis Rouquayrol, durante su misa de despedida en Madrid, en el Cerro de los Ángeles. 

Cuenta que, aunque la fe católica es ampliamente aceptada, todavía no se ha logrado implementar en todos los aspectos de la cultura, especialmente en lo que toca a la familia.

"Hay muchos niños que crecen fuera del ámbito familiar, de la familia nuclear de padres e hijos. Eso afecta a la construcción de los niños y eso debilita mucho la transmisión de la fe", comenta.

También se refiere a una disminución progresiva de la influencia de la Iglesia, al tiempo que se incrementan las sectas y doctrinas protestantes.

El fenómeno, uno de los principales retos en la evangelización de Gabón, se ve agravado por la "atracción del emotivismo y del `milagro´". "La gente siempre quiere [ver] cosas espectaculares, el show, lo increíble, pero eso es lo contrario a la vida de los sacramentos, que es normal, ordinaria, y en la que lo sobrenatural se esconde. El milagro de la misa, de la comunión, la confesión… Todos esos son actos espectaculares, pero escondidos", comenta.



EDon Alexis, junto con otro sacerdote y dos alumnas de la misión, en el río Ngounié. 

Un territorio amplio: 2000 fieles por sacerdote, y dispersos

Entre otros factores, menciona la dispersión de los religiosos.

La misión se encuentra en la diócesis de Mouila, una de las seis en que se divide el país. Según cifras de Catholic Hierarchy, esta se extiende a lo largo de casi 60.000 kilómetros cuadrados, agrupa a 52.000 católicos y los sacerdotes no llegan a los 30, lo que resulta en cerca de 2.000 fieles al cargo de cada sacerdote. La diferencia se comprende al conocer que Mouila es dieciséis veces el tamaño de su anterior destino, Madrid, donde los católicos por sacerdote se reducen considerablemente, a algo más de 1.300.

Las formas de abordar la evangelización o la labor sacerdotal también cambian. En Francia o Madrid, el sacerdote centraba su labor en el fomento de la vida espiritual y el crecimiento en la práctica sacramental, pero en Gabón el panorama es distinto. A ello, el misionero debe agregar ahora una necesaria labor social, educativa e incluso laboral, que por el momento se plasma en la propia misión, en un internado y un colegio, el San Francisco de Sales.


Alumnos del colegio San Francisco de Sales en Gabón. 

Izado de bandera y canto del himo con los alumnos del colegio San Francisco de Sales en Gabón. 

Protestantes y animistas en un colegio católico: los motivos

No son pocos los que colaboran desde España y otros lugares con el desarrollo de ambos proyectos, también apadrinando niños o con donativos concretos. Las solicitudes de ingreso al colegio son abundantes y las conversiones y bautismos que se dan en el entorno y la escuela ascienden a unos 15 niños cada año, a los que se suman unos 4 o 5 familiares y adultos anualmente.

El sacerdote lo achaca a la misión "cuasiparroquial" y social que el Instituto Cristo Rey tiene especialmente en Gabón: solo el 40% de los alumnos del colegio son católicos, pero el programa evangelizador se dirige al conjunto de niños y niñas.



Un niño de Gabón. 

Con uno de los niños de la misión de Gabón. 

¿Por qué un protestante o un animista llevaría a sus hijos a un colegio marcado por la fidelidad a la Iglesia y la liturgia tradicional? En su opinión, la enseñanza es uno de los principales motivos, pero también se agregan factores como los pocos alumnos por cada aula, unos 25, comparados a las escuelas públicas, donde hay 70. También influyen otros aspectos, como el transporte de los alumnos a sus hogares. Algo que para los padres supone una seguridad, especialmente en un país donde la explotación laboral o sexual de menores o el tráfico y la trata es un riesgo real.

"Muchas familias eligen el colegio sin ser practicantes ni católicos. Es por eso que cada año, muchas familias descubren la fe o vuelven a la práctica religiosa a través de los niños. Por eso estamos muy contentos de bautizar a entre 12 y 15 cada año", celebra.

Bautismos del Instituto Cristo Rey en Gabón. 



Algunos de los bautizos de niños y familiares de la misión del Instituto Cristo Rey, en una de las dos misiones de Gabón. Los interesados en colaborar con los proyectos de la misión pueden hacerlo a través de la cuenta de España o la de Gabón (en francés).

Gabón vs Europa

Más allá de lo social, Rouquayrol también observa que las liturgias dominicales, marcadas en sus parroquias por la misa tradicional -el sacerdote ad orientem o de cara al sagrario, en latín, muchas partes en silencio, etc.- cuentan con numerosos fieles que buscan en la misa "devoción, reverencia y solemnidad". Muchos de los gaboneses que asisten al misa en latín, lo ven como en el lenguaje de su madre, la Iglesia en su dimensión universal, por encima de los aspectos tribales que tanto dividen a las sociedades africanas.

Por su experiencia en Madrid y Francia y un entorno tan distinto como el de Gabón, el misionero aventura a explicar las diferentes motivaciones de los fieles.

En el caso de los europeos, observa que parte de ese acercamiento a la liturgia tradicional puede deberse a las "muchas heridas culturales" de Occidente, como puede ser "el ataque a la familia, a las certezas inamovibles que necesita una persona para construir su vida o la pérdida de lo que todos podíamos dar por hecho con crisis como la del covid". Son solo algunos de los motivos a los que el sacerdote achaca la consolidación de esta misa en grandes ciudades, celebrando el notable incremento del número de fieles, familias y jóvenes que acuden a la iglesia de Nuestra Señora de la Paz en la calle O'Donnell.

Unas razones muy distintas a las que pueden estar presentes entre los fieles de Gabón, donde el emotivismo y el protestantismo está muy asentado. "Más todavía que en Europa", subraya. En su opinión, "lo tradicional" no es mayoritario en el país centroafricano, pero sí es palpable "un deseo de espiritualidad más profunda".

En Gabón, dice, "la gente es mucho más sencilla y para ellos lo importante es si les acerca a Dios".

Misa tradicional en Gabón. 

Según el sacerdote, el latín con que se celebra la liturgia tradicional es para los gaboneses `un signo visible de que son una familia y les ayuda a superar la cultura tribal´. 

El latín, factor de cohesión entre etnias y tribus

Lo que sin lugar a dudas influye enormemente es a su juicio la búsqueda de unidad y cohesión, teniendo en cuenta que hay unas 40 etnias y 50 dialectos en todo el país africano.

A través del latín, concluye, "los fieles se sienten unidos. Por sus dialectos y por la unidad de la Iglesia, para ellos tiene mucho más sentido que se rece en latín. Antes, la Iglesia hizo que se pudiesen mezclar las distintas etnias. Pero conforme baja su influencia, también vuelve el tribalismo. Hay conflictos tribales, hay Punu, Fang, Nzabi… y el latín es un signo visible de que son una familia, les ayuda a superar la cultura tribal. Para ellos, es una lengua que no pertenece a nadie y muestra que su madre, la Iglesia, lo es de todos".