Todo empezó cuando compró una Biblia
Tamara Falcó recibió la Confirmación, con otros 1.138 jóvenes, tras su asombrosa conversión
Sábado previo a Pentecostés en Madrid: en la explanada ante la catedral de la Almudena, desafiando un frío insólito a estas alturas de mayo, 1.138 jóvenes y otros tantos padrinos, además de sus parientes y amigos, escuchaban la predicación del cardenal Rouco, que les impartió el sacramento de la Confirmación y les pidió que que transmitan la fe en su entorno, en "esta hora tan dolorosamente crítica de la historia".
Allí resonaron las respuestas: "sí, renuncio" a Satanás y sus obras, "sí, creo" en Dios Padre Todopoderoso, en la resurrección de Cristo, en el Espíritu Santo...
Creciendo en un ambiente nada devoto
Entre los confirmandos, algunos fotógrafos buscaban a Tamara Falcó, hija de Isabel Preysler y de Carlos Falcó, marqués de Griñón, que no se ha criado para nada en un ambiente devoto. El actual (y más duradero) esposo de su madre, Miguel Boyer, fue un poderoso ministro de economía en el primer gobierno socialista, y no tiene ninguna cercanía a la fe.
Pero la conversión de Tamara, que ha llegado cumplidos y pasados sus 30 años, es sincera, y le abre a un mundo que solo poco a poco va conociendo. Estaba allí, acompañada tan solo de su madrina, sin su familia de famosos, para evitar un aluvión mediático. Se sentó en la fila número 20 y se protegió contra el viento con su abrigo y una sonrisa.
Se emocionó en la ceremonia, proclamó el Credo y la fe, vio culminar un año de catequesis intensiva, de dos sesiones semanales, un acercamiento a la fe a través de la Biblia, el Rosario, la Virgen y algunos retiros de la Renovación Carismática.
Una mujer que siempre atiende
Todos en el mundo de la prensa del corazón coinciden en que Tamara siempre ha sido uno de los personajes más afables del mundo de los famosos: siempre atiende, no se enfada, habla con naturalidad y cierta ingenuidad y responde a casi todo lo que se le pregunta con una sonrisa. Ayer sonrió mucho, pero prefirió no hacer declaraciones.
Sin embargo, tanto la prensa del corazón como ReL han dado ya bastantes datos sobre su sincero acercamiento a la fe. La revista Vanitatis cuenta que una persona cercana a ella reveló que Tamara casi canceló su asistencia a la confirmación porque "no quería que su presencia molestara a los demás, pero también tenía la ilusión de recibir este sacramento junto a sus compañeros de parroquia, con los que se había preparado durante meses. Por eso, y después de saber que las fotografías serían repartidas a todos los medios por igual, y que estaría todo bien organizado, al final decidió asistir".
Lo material, incluso la amistad, no llena
Tamara ha explicado en ocasiones anteriores cuál era su situación de rica y famosa sin Dios: “Llegaba un momento en el que estaba en sitios maravillosos pero no los disfrutaba, algo me faltaba. No sabía qué era pero no estaba feliz. Tenía una visión mundana de la vida y era algo que no me llenaba. Daba igual cuantos amigos tenía, cuántos libros leía, los viajes que hacía, tenía un vacío que no podía llenar con más cosas materiales”.
Hace algo más de un año entró en la Casa del Libro y una Biblia fue “el único libro que me llamó la atención”. Lo compró, sin saber muy bien por qué y en cuanto abrió la primera página, no pudo soltarlo. “En realidad la religión me encuentra a mí. Yo no tenía ninguna inclinación, ni tampoco un entorno afín y mucho menos vocación. Descubro todo gradualmente. Primero, leyendo la Biblia, después rezando el rosario y tras un retiro espiritual empecé a ir a misa". Tenía muchas ideas raras sobre la religión, y poco a poco, hablando con sacerdotes y religiosas, fue conociendo la verdad.
La familia y los amigos no entendían qué hacía Tamara encerrada en sus habitaciones, en vez de salir con ellos a sus "planazos". Cuando su padre fue a buscarla, preocupado, ello tuvo que admitir que estaba leyendo la Biblia y que no podía dejarlo, que estaba descubriendo algo nuevo. “Mi padre sonrió y me alentó diciéndome que no tenía que esconderme, que en su familia y en especial granny, mi abuela paterna, siempre habían sido muy creyentes y que estaba contento de que yo hubiera encontrado la fe”, declaró a una periodista.
Meditar las lecturas en Evangeli.net
Tamara medita el evangelio cada día (lo recibe por evangeli.net en el teléfono móvil). “Amo a Dios, recibo evangeli.net, voy a adoración, llevo mi Biblia siempre conmigo en el iPhone y en mi dedo un rosario que me dieron en Medjugorje, que es una ciudad de Bosnia-Herzegovina donde se aparece la Virgen”.
Va a misa varias veces por semana y ha acudido en dos ocasiones a retiros de oración de sanación del padre Ghislain Roy, un sacerdote canadiense de la Renovación Carismática. Con una de sus amigas de toda la vida, es con quien comenzó a ir a los retiros. A raíz de su conversión, su círculo de amistades se ha ampliado con nuevos amigos, que son los que la acompañan a los retiros o a las convivencias marianas.
La paz, don del Espíritu Santo
En una excursión de varios días en el Pirineo, con una periodista, Tamara les dijo: "¿Sabéis que estoy feliz porque sé cómo es la paz? Me fui tres días al campo completamente sola y allí estuve yendo a misa, leyendo la Biblia y concentrada exclusivamente en la oración. De repente me pasó algo que nunca había sentido: la paz. Fue una experiencia maravillosa de bienestar. Es la sensación más maravillosa que se puede llegar a sentir. Aun no me puedo creer que haya tardado tanto tiempo en descubrirla. Es una mezcla de calma y alegría... una sensación de plenitud con Dios... no sé, es muy difícil de explicar. Me gustaría sentirla todo el tiempo”.
- ¿Tu tío Miguel qué opina? Tenéis debates sobre religión y fe? -le preguntan sobre Miguel Boyer, el exministro socialista, tercer y actual marido de su madre, después del cantante Julio Iglesias y del marqués de Griñón, padre de Tamara.
- Sí, porque él tiene fe en lo científico, no comparte mis creencias religiosas así que debatimos. Ni él consigue convencerme a mí, ni yo a él... Lo que tengo que hacer es rezar más y así jugaré con ventaja.
En otras ocasiones ha admitido: "Ya no gasto tanto en cosas superfluas como la ropa o joyas; reciclo mi armario y mis zapatos. A lo único que no he renunciado es a mi piso de soltera; ahí me encuentro muy a gusto. No puedo dejar de pensar que soy una privilegiada”, afirma.
Alabando al Papa Francisco
También logró llevar al Papa a la prensa del corazón cuando lo alabó: "El Papa Francisco es la bomba. Aunque también me gustaba el anterior, pero éste es mucho más austero y sus acciones son más parecidas a las de Cristo. Me encanta que sea austero. Yo no soy austera. Ya me gustaría serlo más”.
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