sábado, 27 de diciembre de 2025

Santo Evangelio 27 Diciembre 2025

 


Texto del Evangelio (Jn 20,2-8):

 El primer día de la semana, María Magdalena fue corriendo a Simón Pedro y a donde estaba el otro discípulo a quien Jesús quería y les dice: «Se han llevado del sepulcro al Señor, y no sabemos dónde le han puesto». Salieron Pedro y el otro discípulo, y se encaminaron al sepulcro. Corrían los dos juntos, pero el otro discípulo corrió por delante más rápido que Pedro, y llegó primero al sepulcro. Se inclinó y vio las vendas en el suelo; pero no entró. Llega también Simón Pedro siguiéndole, entra en el sepulcro y ve las vendas en el suelo, y el sudario que cubrió su cabeza, no junto a las vendas, sino plegado en un lugar aparte. Entonces entró también el otro discípulo, el que había llegado el primero al sepulcro; vio y creyó.



«Vio y creyó»


Rev. D. Manel VALLS i Serra

(Barcelona, España)

Hoy, la liturgia celebra la fiesta de san Juan, apóstol y evangelista. Al siguiente día de Navidad, la Iglesia celebra la fiesta del primer mártir de la fe cristiana, san Esteban. Y el día después, la fiesta de san Juan, aquel que mejor y más profundamente penetra en el misterio del Verbo encarnado, el primer “teólogo” y modelo de todo verdadero teólogo. El pasaje de su Evangelio que hoy se propone nos ayuda a contemplar la Navidad desde la perspectiva de la Resurrección del Señor. En efecto, Juan, llegado al sepulcro vacío, «vio y creyó» (Jn 20,8). Confiados en el testimonio de los Apóstoles, nosotros nos vemos movidos en cada Navidad a “ver” y “creer”.

Uno puede revivir estos mismos “ver” y “creer” a propósito del nacimiento de Jesús, el Verbo encarnado. Juan, movido por la intuición de su corazón —y, deberíamos añadir, por la “gracia”— “ve” más allá de lo que sus ojos en aquel momento pueden llegar a contemplar. En realidad, si él cree, lo hace sin “haber visto” todavía a Cristo, con lo cual ya hay ahí implícita la alabanza para aquellos que «creerán sin haber visto» (Jn 20,29), con la que culmina el vigésimo capítulo de su Evangelio.

Pedro y Juan “corren” juntos hacia el sepulcro, pero el texto nos dice que Juan «corrió más aprisa que Pedro, y llegó antes al sepulcro» (Jn 20,4). Parece como si a Juan le mueve más el deseo de estar de nuevo al lado de Aquel a quien amaba —Cristo— que no simplemente estar físicamente al lado de Pedro, ante el cual, sin embargo —con el gesto de esperarlo y de que sea él quien entre primero en el sepulcro— muestra que es Pedro quien tiene la primacía en el Colegio Apostólico. Con todo, el corazón ardiente, lleno de celo, rebosante de amor de Juan, es lo que le lleva a “correr” y a “avanzarse”, en una clara invitación a que nosotros vivamos igualmente nuestra fe con este deseo tan ardiente de encontrar al Resucitado.

viernes, 26 de diciembre de 2025

Santo Evangelio 26 Diciembre 2025

 


Texto del Evangelio (Mt 10,17-22):

 En aquel tiempo, Jesús dijo a sus Apóstoles: «Guardaos de los hombres, porque os entregarán a los tribunales y os azotarán en sus sinagogas; y por mi causa seréis llevados ante gobernadores y reyes, para que deis testimonio ante ellos y ante los gentiles. Mas cuando os entreguen, no os preocupéis de cómo o qué vais a hablar. Lo que tengáis que hablar se os comunicará en aquel momento. Porque no seréis vosotros los que hablaréis, sino el Espíritu de vuestro Padre el que hablará en vosotros. Entregará a la muerte hermano a hermano y padre a hijo; se levantarán hijos contra padres y los matarán. Y seréis odiados de todos por causa de mi nombre; pero el que persevere hasta el fin, ése se salvará».



«Os entregarán a los tribunales y os azotarán»


Fray Josep Mª MASSANA i Mola OFM

(Barcelona, España)

Hoy, recién saboreada la profunda experiencia del Nacimiento del Niño Jesús, cambia el panorama litúrgico. Podríamos pensar que celebrar un mártir no encaja con el encanto navideño… El martirio de san Esteban, a quien veneramos como protomártir del cristianismo, entra de lleno en la teología de la Encarnación del Hijo de Dios. Jesús vino al mundo para derramar su Sangre por nosotros. Esteban fue el primero que derramó su sangre por Jesús. Leemos en este Evangelio como Jesús mismo lo anuncia: «Os entregarán a los tribunales y (…) seréis llevados ante gobernadores y reyes, para que deis testimonio» (Mt 10,17.18). Precisamente “mártir” significa exactamente esto: testigo.

Este testimonio de palabra y de obra se da gracias a la fuerza del Espíritu Santo: «El Espíritu de vuestro Padre (…) hablará en vosotros » (Mt 10,19). Tal como leemos en los “Hechos de los Apóstoles”, capítulo 7, Esteban, llevado a los tribunales, dio una lección magistral, haciendo un recorrido por el Antiguo Testamento, demostrando que todo él converge en el Nuevo, en la Persona de Jesús. En Él se cumple todo lo que ha sido anunciado por los profetas y enseñado por los patriarcas.

En la narración de su martirio encontramos una bellísima alusión trinitaria: «Esteban, lleno del Espíritu Santo, miró fijamente al cielo y vio la gloria de Dios y a Jesús de pie a la diestra de Dios» (Hch 7,55). Su experiencia fue como una degustación de la Gloria del Cielo. Y Esteban murió como Jesús, perdonando a los que lo inmolaban: «Señor, no les tengas en cuenta este pecado» (Hch 7,60); rezó las palabras del Maestro: «Padre, perdónales porque no saben lo que hacen» (Lc, 23, 34).

Pidamos a este mártir que sepamos vivir como él, llenos del Espíritu Santo, a fin de que, fijando la mirada en el cielo, veamos a Jesús a la diestra de Dios. Esta experiencia nos hará gozar ya del cielo, mientras estamos en la tierra.

jueves, 25 de diciembre de 2025

Santo Evangelio 25 Diciembre 2025



 Texto del Evangelio (Lc 2,1-14):

 Sucedió que por aquellos días salió un edicto de César Augusto ordenando que se empadronase todo el mundo. Este primer empadronamiento tuvo lugar siendo gobernador de Siria Quirino. Iban todos a empadronarse, cada uno a su ciudad. Subió también José desde Galilea, de la ciudad de Nazaret, a Judea, a la ciudad de David, que se llama Belén, por ser él de la casa y familia de David, para empadronarse con María, su esposa, que estaba encinta. Y sucedió que, mientras ellos estaban allí, se le cumplieron los días del alumbramiento, y dio a luz a su hijo primogénito, le envolvió en pañales y le acostó en un pesebre, porque no tenían sitio en el alojamiento.

Había en la misma comarca unos pastores, que dormían al raso y vigilaban por turno durante la noche su rebaño. Se les presentó el Ángel del Señor, y la gloria del Señor los envolvió en su luz; y se llenaron de temor. El Ángel les dijo: «No temáis, pues os anuncio una gran alegría, que lo será para todo el pueblo: os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un salvador, que es el Cristo Señor; y esto os servirá de señal: encontraréis un niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre». Y de pronto se juntó con el Ángel una multitud del ejército celestial, que alababa a Dios, diciendo: «Gloria a Dios en las alturas y en la tierra paz a los hombres en quienes Él se complace».



«Os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un salvador, que es el Cristo Señor»


Rev. D. Ramon Octavi SÁNCHEZ i Valero

(Viladecans, Barcelona, España)

Hoy, nos ha nacido el Salvador. Ésta es la buena noticia de esta noche de Navidad. Como en cada Navidad, Jesús vuelve a nacer en el mundo, en cada casa, en nuestro corazón.

Pero, a diferencia de lo que celebra nuestra sociedad consumista, Jesús no nace en un ambiente de derroche, de compras, de comodidades, de caprichos y de grandes comidas. Jesús nace con la humildad de un portal y de un pesebre.

Y lo hace de esta manera porque es rechazado por los hombres: nadie había querido darles hospedaje, ni en las casas ni en las posadas. María y José, y el mismo Jesús recién nacido, sintieron lo que significa el rechazo, la falta de generosidad y de solidaridad.

Después, las cosas cambiarán y, con el anuncio del Ángel —«No temáis, pues os anuncio una gran alegría, que lo será para todo el pueblo» (Lc 2,10)— todos correrán hacia el portal para adorar al Hijo de Dios. Un poco como nuestra sociedad que margina y rechaza a muchas personas porque son pobres, extranjeros o sencillamente distintos a nosotros, y después celebra la Navidad hablando de paz, solidaridad y amor.

Hoy los cristianos estamos llenos de alegría, y con razón. Como afirma san León Magno: «Hoy no sienta bien que haya lugar para la tristeza en el momento en que ha nacido la vida». Pero no podemos olvidar que este nacimiento nos pide un compromiso: vivir la Navidad del modo más parecido posible a como lo vivió la Sagrada Familia. Es decir, sin ostentaciones, sin gastos innecesarios, sin lanzar la casa por la ventana. Celebrar y hacer fiesta es compatible con austeridad e, incluso, con la pobreza.

Por otro lado, si nosotros durante estos días no tenemos verdaderos sentimientos de solidaridad hacia los rechazados, forasteros, sin techo, es que en el fondo somos como los habitantes de Belén: no acogemos a nuestro Niño Jesús.


miércoles, 24 de diciembre de 2025

Santo Evangelio 24 Diciembre 2025

 


Texto del Evangelio (Lc 1,67-79):

 En aquel tiempo, Zacarías, el padre de Juan, quedó lleno de Espíritu Santo, y profetizó diciendo: «Bendito el Señor Dios de Israel porque ha visitado y redimido a su pueblo y nos ha suscitado una fuerza salvadora en la casa de David, su siervo, como había prometido desde tiempos antiguos, por boca de sus santos profetas, que nos salvaría de nuestros enemigos y de las manos de todos los que nos odiaban haciendo misericordia a nuestros padres y recordando su santa alianza y el juramento que juró a Abraham nuestro padre, de concedernos que, libres de manos enemigas, podamos servirle sin temor en santidad y justicia delante de Él todos nuestros días. Y tú, niño, serás llamado profeta del Altísimo, pues irás delante del Señor para preparar sus caminos y dar a su pueblo conocimiento de salvación por el perdón de sus pecados, por las entrañas de misericordia de nuestro Dios, que harán que nos visite una Luz de la altura, a fin de iluminar a los que habitan en tinieblas y sombras de muerte y guiar nuestros pasos por el camino de la paz».



«Harán que nos visite una Luz de la altura, a fin de iluminar a los que habitan en tinieblas»


Rev. D. Ignasi FABREGAT i Torrents

(Terrassa, Barcelona, España)

Hoy, el Evangelio recoge el canto de alabanza de Zacarías después del nacimiento de su hijo. En su primera parte, el padre de Juan da gracias a Dios, y en la segunda sus ojos miran hacia el futuro. Todo él rezuma alegría y esperanza al reconocer la acción salvadora de Dios con Israel, que culmina en la venida del mismo Dios encarnado, preparada por el hijo de Zacarías.

Ya sabemos que Zacarías había sido castigado por Dios a causa de su incredulidad. Pero ahora, cuando la acción divina es del todo manifiesta en su propia carne —pues recupera el habla— exclama aquello que hasta entonces no podía decir si no era con el corazón; y bien cierto que lo decía: «Bendito el Señor Dios de Israel...» (Lc 1,68). ¡Cuántas veces vemos oscuras las cosas, negativas, de manera pesimista! Si tuviésemos la visión sobrenatural de los hechos que muestra Zacarías en el Canto del Benedictus, viviríamos con alegría y esperanza de una manera estable.

«El Señor ya está cerca; el Señor ya está aquí». El padre del precursor es consciente de que la venida del Mesías es, sobre todo, luz. Una luz que ilumina a los que viven en la oscuridad, bajo las sombras de la muerte, es decir, ¡a nosotros! ¡Ojalá que nos demos cuenta con plena conciencia de que el Niño Jesús viene a iluminar nuestras vidas, viene a guiarnos, a señalarnos por dónde hemos de andar...! ¡Ojalá que nos dejáramos guiar por sus ilusiones, por aquellas esperanzas que pone en nosotros!

Jesús es el “Señor” (cf. Lc 1,68.76), pero también es el “Salvador” (cf. Lc 1,69). Estas dos confesiones (atribuciones) que Zacarías hace a Dios, tan cercanas a la noche de la Navidad, siempre me han sorprendido, porque son precisamente las mismas que el Ángel del Señor asignará a Jesús en su anuncio a los pastores y que podremos escuchar con emoción esta misma noche en la Misa de Nochebuena. ¡Y es que quien nace es Dios!

Estudiaba comunismo en la Universidad Karl Marx; mientras leía a Lenin tuvo una experiencia de Dios



 Estudiaba comunismo en la Universidad Karl Marx; mientras leía a Lenin tuvo una experiencia de Dios

Jennifer S. Bryson era agnóstica y estaba estudiando comunismo en la Alemania comunista, cuando Dios le salió al encuentro de golpe

Jennifer S. Bryson es una mujer interesante por multitud de razones: ha sido interrogadora de yihadistas en Guantánamo (y activista contra la tortura), ha estudiado árabe y griego, ha sido activista contra la ideología de género en el deporte y ahora traduce y difunde a autoras cristianas de lengua alemana el siglo XX, Ida Friederike Görres y Oda Scheneider.

Pero en su infancia y juventud estaba convencida de que la religión era una tontería, algo para gente tonta. Hasta que tuvo una experiencia mística en el lugar más inesperado: la sala de estudios de la Universidad Karl Marx, en la Alemania comunista, leyendo a Lenin, mientras estudiaba un curso de comunismo y filosofía marxista.

Lo ha contado con detalle en inglés en Coming Home Network, el programa de entrevistas a conversos católicos. 

Familia de origen luterano, poco devota

Jennifer S. Bryson nació en Estados Unidos, en una familia de cultura luterana y orígenes finlandeses. Para sus padres, lo más importante era que estudiara e hiciera carrera. Sólo la madre iba a la iglesia y llevaba a sus hijos. Iban a una iglesia luterana en parte por costumbre y convención social, en parte por mantener contactos. En su casa no se hablaba de Dios, aunque se bendecía la mesa.

Un día, cuando tenía unos diez años, en la escuela dominical (la catequesis que se da los domingos a los niños, antes o después de los servicios religiosos), hizo una pregunta incómoda. A ella le gustaba aprender cosas de ciencia, y en un reportaje en televisión había aprendido que en Mesopotamia no había manzanas. Así que, respecto a la historia de Adán y Eva y la manzana, levantó la mano y planteó que la fruta podría haber sido una granada. "Para mí, era una pregunta sincera, yo estaba interesada en el mundo. Pero la catequista dijo: 'Simplemente, deja de preguntar". Jennifer sacó una conclusión: la religión era una cosa tonta para gente tonta. Gente que temía las preguntas. Sus hermanos mayores también le decían eso. "Es un tema estúpido, no nos interesa para nada", le decían.

Ya en la adolescencia, tocaba hacer la Confirmación, un rito importante en los luteranos de países escandinavos. Ella ya no creía en lo que enseñaban en la Iglesia. Su madre le dijo que, por favor, siguiera la corriente, lo justo para hacer la ceremonia. "Me sentí como si me pidieran mentir, pero era importante para ella", recuerda. En la ceremonia, cuando todos recitaban el Credo, ella se saltaba algunas partes, como el "nació de María Virgen".

De su formación en la adolescencia, recuerda a un buen pastor de jóvenes, que recomendaba leer a CS Lewis (a ella le gustaron Las Crónicas de Narnia) y con el que se podía hablar. Transmitía "algo pacífico, gozoso y sólido en su vida, y con su esposa tenían un buen matrimonio, mientras ya veía yo divorciarse a los padres de mis amigas. Pensé: 'algún día tengo que averiguar qué hay en su vida'". ¡No lo asociaba con su fe!

En Austria con Juan Pablo II

Poco antes de los 15 años llegó a Austria para estar un año de estudiante de intercambio y mejorar su alemán. Era 1983. "Yo ya era bastante anticatólica, no sé bien por qué. Pero ahora estaba en una zona rural de Austria y todo era católico". Nada más llegar, la familia que la acogía la invitó a la misa al aire libre, en Viena, con Juan Pablo II. No recuerda mucho de esa misa. No le gustaron nada los crucifijos metálicos (con el Crucificado), similares a los del Papa, aunque no lo comentó con nadie. La misa no le pareció muy distinta al servicio luterano, pero no le causó una gran impresión.

Jennifer no acompañaba a misa dominical a su familia de acogida ese año. Sí fue a la misa de medianoche de Navidad, que le pareció "oscura, como un funeral".

Ese mismo año, acompañó a su hermano mayor (casi 20 años mayor que ella) a un viaje a Roma. En San Pedro del Vaticano vio a una mujer besar los pies de una estatua. "¿Ves? Ya lo decía yo, los católicos son paganos", se dijo.

Sin religión, a la Alemania comunista

Empezó la universidad convencida de que la religión no era para personas inteligentes como ella. En 1987, como sabía alemán, buscando viajar y aventura, se apuntó a un programa especial becado por el gobierno de la RDA, la Alemania comunista, para poder estudiar un año en la Universidad Karl Marx (desde 1991 se llama, simplemente, la Universidad de Leipzig).


Frontispicio marxista que en los años 70 y 80 recibía a los estudiantes en la Universidad Karl Marx de LeipzigBundesarchiv - CC BY-SA 3.0

Allí había estudiantes de varios países comunistas y de movimientos comunistas (sandinistas de Nicaragua, sudafricanos del ANC, etc...). "¿Eres marxista?", le preguntó un alumno. "Pues, no lo sé", dijo ella. Como el marxismo parecía importante allí, se apuntó a un curso especial que intentaba resumir en un año 3 cursos de marxismo obligatorio para los universitarios alemanes.

La primera parte era la Filosofía. De los griegos materialistas como Demócrito y Anaximandro (siglo IV a.C) pasaban directamente a Feuerbach (s.XIX) con su crítica a la religión. No existían Platón, ni Aristóteles, ni Agustín, ni Tomás de Aquino, ni Descartes, ni Leibniz...

"Mi profesor era fantástico, un auténtico creyente en el marxismo-leninismo, magnífico enseñante. En su primer día de clase nos dijo que el objetivo del curso era averiguar lo que es verdadero en la existencia". Le fascinó porque nunca antes le habían planteado la pregunta acerca de la verdad. En Stanford leían "grandes libros" de autores en desacuerdos, pero nunca le plantearon si lo que decían era verdad o no. Pensó: "Esto importa".

El curso filosófico no mencionaba el ateísmo durante los primeros meses de clase, era algo que se daba por supuesto. Ella estudiaba muy duro, se preparaba bien las clases, pensando que esa filosofía lo explicaba todo. Era nueva y fascinante.

Experiencia mística en la sala de lectura

"Nos encargaron leer un ensayo de Lenin que íbamos a debatir sobre por qué no puede haber marxismo-leninismo sin ateísmo. Y allí estaba yo, en la sala de lectura de la Universidad Karl Marx, con filas de mesas y estudiantes, rodeada de las obras completas en muchos volúmenes de Marx, Engels y Lenin, con muchas copias. Yo leía ese ensayo. No me hacía la pregunta de "ateísmo o Dios". Dios no estaba ni siquiera en mi radar".

Ella leía a Lenin con atención, y veía que era como ir hacia un precipicio, que iba a tener que decidir en algún momento sobre si lo que leía era verdadero.

"De repente, tuve una experiencia de Dios. Todo lo que puedo decir es que Dios irrumpió en mi vida. Tengo escalofríos al recordarlo", explica hablando en CHNetwork.

"Yo no estaba pensando en Él. Yo leía lo que Lenin decía, que el ateísmo es un sine qua non, que has de seguirlo. Y en ese momento... No fue un proceso de pensamiento racional, no fue el final de un silogismo. Fue una experiencia de Dios como mi Creador, de que Dios es Creador, que nos ha creado. Y tuve una sensación de paz y tranquilidad, de total y completo y radical sobrecogimiento [awe]".

"Miraba a mi alrededor a los otros estudiantes y quería hablarles, sacudirles, gritarles y decirles "¡no tenéis por qué ser infelices! ¡Dios existe!" Pero no lo hice. Yo era norteamericana y la experiencia era un poco abrumadora. Desde las ventanas veía el cielo, los árboles... y volviendo a casa, esas cosas simples las veía de forma completamente nueva. ¡Dios creó el cielo, el árbol, Dios me creó a mí! Ese fue el punto que cambió mi vida, y nunca miré ya atrás".

Con la oración, ¡libertad!

Los meses que le quedaban en la Alemania comunista podrían haber sido muy duros, si no fuera por los estudiantes polacos del lugar. Eran los más amigables, "un poco locos", los más alegres... y católicos. Ellos mismos buscaban hablar con Jennifer. "La mayoría eran creyentes devotos, sin miedo, hablaban de su fe, iban a actividades de iglesia, y estaban llenos de gozo. ¡No había mucho gozo en la Alemania Oriental! Eran una chispa de luz brillante. Eran inteligentes y agudos".

Un par de meses después, en pleno invierno, "se me ocurrió que podía hablar con Dios. Intenté hacerlo... y descubrí la oración. Y no sólo oración. Me impactó porque descubrí ¡libertad! Me di cuenta de que 'esta es la única cosa que el gobierno de Alemania Oriental no puede quitarme'", detalla. Como extranjera, podían quitarle papeles, permisos, y se encontraba con controles, alambradas, soldados, el Muro de Berlín... "En Dios, en la fe, soy libre", descubrió.


Estudiantes en la Karl Marx University en noviembre de 1989, cuando cayó el Muro de Berlín, apenas 2 años después del paso de Jennifer

En "una esquina oscura de una habitación oscura de una librería oscura" en la Alemania comunista, encontró un libro inesperado. ¡Estaba en inglés! Era Mero Cristianismo, de CS Lewis. Aún lo guarda. "Debía haber llegado allí de contrabando", considera. Ella conocía a Lewis por Crónicas de Narnia y por recomendaciones de su antiguo pastor de jóvenes,

Leyó la primera parte: Dios existe. "Sí, sí, sí, es lo que yo había experimentado". Segunda parte: ¿existe el bien y el mal, lo correcto y lo inmoral? "Oh, rayos, sí, sí". Tercera parte: Jesús. Ahí ella se bloqueó y dejó de leer: no le interesaba Jesús.

Buscando creyentes en EEUU

De vuelta en EEUU, en la descreída Universidad de Stanford, buscaba creyentes, y no los encontraba. Fue a la iglesia de su madre, habló con un clérigo luterano de su experiencia mística. Fue una decepción: él no pudo mostrar menos interés.

Después, en Domingo de Pascua, fue a una iglesia luterana del campus universitario. "¡Yo tenía hambre de Dios! Y allí nos hablaron de los sandinistas de Nicaragua y de ayudar a los sandinistas. ¡Pero si yo venía de estudiar con sandinistas en Alemania Oriental!" Eran ateos, materialistas y su sistema cerrado no valoraba a la persona humana, y justificaba la violencia y la revolución para expulsar gobiernos e instaurar el comunismo. Eso lo había estudiado ella con ellos.

Decidió que tenía que acercarse a conservadores interesados en política, y así encontró jóvenes cristianos del apostolado cristiano InterVarsity. Lloró de ilusión. Eran unos "evangélicos maravillosos" y le recordaban a los católicos polacos. Amaban a Dios y la Biblia, y la creían. Perseveró en ir a la iglesia con ellos.

Jesús y el aborto

Dos temas le resultaban difíciles. Por un lado, Jesús, Dios hecho hombre, que hacía milagros. Por otro, la oposición al aborto. Ella, educada para "triunfar", veía el embarazo como un obstáculo, y no había pensado en la verdad de la causa provida. Estaba saliendo con un chico evangélico, y para él ambos temas eran innegociables.

Pasó el verano como becaria en la embajada norteamericana en Bonn, en Alemania. Allí contactó con un grupo llamado Navigators, que eran evangelizadores en círculos de diplomáticos y sus familias. Juntaban a bastantes adultos jóvenes y estudiaban la Biblia. Ella se sentía a gusto con ellos. Ese verano abrió gradualmente su corazón a entender que Jesús era el centro de todo eso, de la conexión entre Dios y los que se trataban con Dios. También quedó asombrada por la catedral de Colonia y su belleza.

Ella, tan impactada por Dios como Creador, se dio cuenta también de que cada ser humano es creado por Dios en el seno materno, meses antes de ser visto. Dios creaba a cada uno, y cada uno es valioso para Él. Así dio el paso a la cultura provida.

Jóvenes equilibrados, bebían sin emborracharse

En su último año en la universidad, ella ya era firmemente provida. Y en actividades provida encontró católicos. Ahora era una becaria-ayudante en el Senado de EEUU, con su título en Ciencias Políticas y su dominio de idiomas. En Washington encontró jóvenes católicos activos. "Eran, de nuevo, muy majos. Equilibrados. Chicos y chicas se trataban bien. Ni tenían miedo unos de otros, ni hacían nada inapropiado. Bebían alcohol, pero no se emborrachaban. Era un ambiente magnífico".

Algunos la invitaron a ir con ellos a las 8 de la mañana a un abortorio, a ofrecer alternativas a chicas tentadas de abortar. No le apetecía mucho, pero sabía que era importante. Allí no sólo repartían folletos con alternativas: un compañero permanecía cerca rezando. A veces eran dos, y rezaban el Rosario. A ella le parecía "esa cosa mariana rara". Pero también comentaban los misterios bíblicos.

Uno de aquellos chicos era del Opus Dei y estaba muy bien formado, conocía y amaba la Biblia y le gustaba responder a sus preguntas. Y él le preguntó: "Jennifer, ¿de dónde salió la Biblia?" Y también comentó con ella Juan 6, el discurso del Pan de Vida: ¡comer Su carne, beber su Sangre! De eso hablaban junto a la clínica abortista. Y ella pensó: "Estoy en apuros, si de verdad quiero seguir la Biblia... tendré que hacerme católica".

"Léete Las Confesiones de San Agustín y luego hablamos"

Era septiembre de 1989. En Europa caían los regímenes comunistas en Polonia y Hungría y temblaban en sus países vecinos. Ella empezaba a estudiar Historia de la Diplomacia, y le hablaban de Santo Tomás de Aquino. También conoció a un profesor anciano, "fabuloso", que enseñaba sobre intelectuales medievales. Era el historiador Jaroslav Pelikan. Su abuelo había sido obispo luterano en Eslovaquia. Él fue luterano hasta 1998, cuando se hizo ortodoxo. Falleció en 2006.

Durante un año Jennifer estudió con él a Agustín, Tomás de Aquino y todo lo que había entre ellos. Pelikan le dijo: "Léete las Confesiones de San Agustín y vuelve cuando hayas terminado". Lo mismo con La Ciudad de Dios. También empezó a estudiar latín: su profesor era un judío ruso converso al catolicismo.

Rodeada de católicos interesantes, empezó a ir a la misa diaria. Descubrió que en ella había mucha Biblia y que se aprendía mucho, también sobre los santos, que eran intercesores que oran a Dios por nosotros, como hacen los amigos en la tierra.

Una mujer paciente y generosa, del Opus Dei, se dedicó a prepararla a ella, y a otra estudiante, para la Vigilia Pascual y su entrada plena en la Iglesia. Recordó que Jesús no fundó un libro, sino una comunidad. Y entendió que, en esta confirmación, católica, podía rezar todo el Credo. Esa Vigilia Pascual de 1990, hundido ya el comunismo en Europa Oriental a lo largo de unos pocos meses, ella se hizo católica.

Más lenguas, más culturas, interrogar en Guantánamo

Estudiar a Tomás de Aquino le llevó a Aristóteles y la lengua griega, y también al árabe. Vivió un tiempo en países árabe-hablantes. Se doctoró en estudios Greco-Árabes en Yale, se graduó en diciembre del 2000, y diez meses después el atentado de las Torres Gemelas del 11-S hizo que todo el mundo se planteara qué pasaba en Oriente y con el Islam.

Trabajó con el ejército de EEUU. Durante dos años fue interrogadora en la base norteamericana de Guantánamo, donde se concentraban los presos yihadistas. Escribió sobre eso en varias ocasiones, a favor de interrogar, y claramente en contra de las torturas, incluso contra el terrorismo.



Jennifer Bryson, en 2025, en una ponencia sobre Ida Friederike Görres

Después ha colaborado en varios think-tanks conservadores (como el Ethics and Public Policy Institute en Washington) y asociaciones en defensa de las libertades, por ejemplo, contra el wokismo y la ideología de género en el deporte. En los últimos años, traduce a autoras cristianas alemanas del siglo XX, como Ida Friederike Görres, fallecida en 1971, que veían venir algunos desastres del cristianismo "liberal".

A las personas con preguntas sobre Dios, les da un consejo: "Dejad a Dios trabajar en vuestras vidas, cuando intenté luchar contra eso no funcionó bien. Abríos al amor de Dios. Dios quiere compartirse. Dios no es abstracto, nos guía con su Iglesia, con semillas, y con esa alegría que yo veía en aquellos jóvenes polacos".

Fuente Religion en Libertad

martes, 23 de diciembre de 2025

Santo Evangelio 23 Diciembre 2025

 


Texto del Evangelio (Lc 1,57-66):

 Se le cumplió a Isabel el tiempo de dar a luz, y tuvo un hijo. Oyeron sus vecinos y parientes que el Señor le había hecho gran misericordia, y se congratulaban con ella. Y sucedió que al octavo día fueron a circuncidar al niño, y querían ponerle el nombre de su padre, Zacarías, pero su madre, tomando la palabra, dijo: «No; se ha de llamar Juan». Le decían: «No hay nadie en tu parentela que tenga ese nombre». Y preguntaban por señas a su padre cómo quería que se le llamase. Él pidió una tablilla y escribió: «Juan es su nombre». Y todos quedaron admirados. Y al punto se abrió su boca y su lengua, y hablaba bendiciendo a Dios. Invadió el temor a todos sus vecinos, y en toda la montaña de Judea se comentaban todas estas cosas; todos los que las oían las grababan en su corazón, diciendo: «Pues, ¿qué será este niño?». Porque, en efecto, la mano del Señor estaba con él.



«‘¿Qué será este niño?’. Porque, en efecto, la mano del Señor estaba con él»


Rev. D. Miquel MASATS i Roca

(Girona, España)

Hoy, en la primera lectura leemos: «Esto dice el Señor: ‘Yo envío mi mensajero para que prepare el camino delante de Mí’» (Mal 3,1). La profecía de Malaquías se cumple en Juan Bautista. Es uno de los personajes principales de la liturgia de Adviento, que nos invita a prepararnos con oración y penitencia para la venida del Señor. Tal como reza la oración colecta de la misa de hoy: «Concede a tus siervos, que reconocemos la proximidad del Nacimiento de tu Hijo, experimentar la misericordia del Verbo que se dignó tomar carne de la Virgen María y habitar entre nosotros».

El nacimiento del Precursor nos habla de la proximidad de la Navidad. ¡El Señor está cerca!; ¡preparémonos! Preguntado por los sacerdotes venidos desde Jerusalén acerca de quién era, él respondió: «Yo soy la voz del que clama en el desierto: ‘Enderezad el camino del Señor’» (Jn 1,23).

«Mira que estoy a la puerta y llamo: si alguno oye mi voz y me abre la puerta, entraré en su casa y cenaré con él y él conmigo» (Ap 3,20), se lee en la antífona de comunión. Hemos de hacer examen para ver cómo nos estamos preparando para recibir a Jesús el día de Navidad: Dios quiere nacer principalmente en nuestros corazones.

La vida del Precursor nos enseña las virtudes que necesitamos para recibir con provecho a Jesús; fundamentalmente, la humildad de corazón. Él se reconoce instrumento de Dios para cumplir su vocación, su misión. Como dice san Ambrosio: «No te gloríes de ser llamado hijo de Dios —reconozcamos la gracia sin olvidar nuestra naturaleza—; no te envanezcas si has servido bien, porque has cumplido aquello que tenías que hacer. El sol hace su trabajo, la luna obedece; los ángeles cumplen su misión. El instrumento escogido por el Señor para los gentiles dice: ‘Yo no merezco el nombre de Apóstol, porque he perseguido a la Iglesia de Dios’ (1Cor 15,9)».

Busquemos sólo la gloria de Dios. La virtud de la humildad nos dispondrá a prepararnos debidamente para las fiestas que se acercan.

Padre e hijo, de Nueva Jersey y diáconos permanentes: superaron juntos la adicción al alcohol

 


Padre e hijo, de Nueva Jersey y diáconos permanentes: superaron juntos la adicción al alcohol

Tony y Gez crecieron en un hogar donde el alcohol y las drogas estaban muy presentes

"Gez tiene la misma edad que yo cuando me ordenaron", dice su padre.ncr

La Concatedral de San Roberto Belarmino en Freehold, en Nueva Jersey (EE.UU), acogió el pasado 15 de noviembre la ordenación de nueve diáconos permanentes.

En un rincón de la iglesia estaba Tony Ford, un padre peculiar que sonreía radiante. Este diácono de 80 años, estaba sentado con su esposa Mary y, a su lado, sus hijos y nietos, que habían llegado a Estados Unidos para la ordenación de su hijo de 59 años, Gerard "Gez" Ford.

Un camino de transformación 

Lo singular del caso es que Tony y Gez tuvieron similares caminos de adicción, recuperación y conversión. Durante un tiempo, se habían perdido en la vida pero Dios los curó por caminos separados, y volviendo sus corazones hacia Él.

"El Señor es tan bueno, tan inteligente y tan maravilloso", dice Tony en National Catholic Register. "Gez tiene la misma edad que yo cuando me ordenaron". Atónito, añade: "Mi familia se había derrumbado. Estaba perdida. Era una basura. ¡Mira lo que Dios puede hacer con la basura!".

El anciano diácono creció en Manchester, Inglaterra, en los años 70. La imagen del Sagrado Corazón colgaba en todos los hogares católicos, todos animaban al Manchester United y no era raro ver niños en un pub. "Éramos católicos cultos", comentó su hijo Gez. "En el Reino Unido, diría que beber también formaba parte de la cultura en aquella época. Veía a los amigos de mi padre bebiendo, fumando, riendo y viendo fútbol. Pensé que me gustaría ser ese tipo de persona".

Cuando tenía menos de 10 años, Gez se emborrachó por primera vez. Poco a poco, se convirtió en una adicción. A los 16, había suspendido la mayoría de sus asignaturas del instituto y bebía casi a diario.


Gez en el momento de su ordenación de diácono.ncr

"Llegaba y esperaba a mi padre", dice Gez. "Estaba borracho. Empezábamos a dar vueltas por la sala: mi madre lloraba; mis dos hermanas estaban nerviosas. El perro aullaba. Y luego nos íbamos a la cama", recuerda. "Al día siguiente, iba al colegio y él a trabajar".

Cuando sus padres le amenazaron con echarlo, "me alegré de irme", dice Gez. Se quedó con unos amigos durante meses y con el tiempo empezó a dormir en las calles de Manchester. A los 17 años, vender drogas era su gran ocupación a tiempo completo.

Tony tenía muchos problemas. "La bebida casi destrozó a nuestra familia, mi matrimonio y todo lo demás. Perdí mi negocio. Perdí la casa y los coches. Me despidieron seis o siete veces. Nuestra hija mayor se fue de casa, y la menor pasaba el menor tiempo posible".

Para la abuela de la familia, todo esto había sido suficiente. Recurrió a Al-Anon, un programa internacional de recuperación para familiares alcohólicos. "Ni siquiera recuerdo haber decidido ir. Fue como si yo misma hubiera perdido el conocimiento", dice Mary. "Recuerdo salir de la reunión y sentir como si me hubieran quitado un yunque de encima. Decidí seguir adelante".

Fue el principio de la curación de la familia. "Un día, se acercó a un hombre que yo conocía. Había logrado la sobriedad y me invitó a una reunión de Alcohólicos Anónimos (AA). Al principio fue lento, pero con el tiempo mi recuperación fue cada vez más profunda. Todavía voy a las reuniones", dice el abuelo.

Aunque nunca dejó de ir a misa totalmente, Tony empezó a volver a Dios. Tras asistir a una conferencia carismática de "Vida en el Espíritu", el Espíritu Santo reavivó su corazón. Finalmente, escuchó la llamada a convertirse en diácono y fue ordenado en julio de 2004. Hoy, su ministerio se centra en la recuperación de adicciones.

"Hubo al menos tres intentos de quitarme la vida. Buscaba un dulce alivio. Fue tan doloroso. Pensaba: 'Si no hay Dios, no tiene sentido. No hay esperanza'. Pero entonces, estaban mis padres...", recuerda.

Gez fue arrestado varias veces. Recuperó la conciencia tras un desmayo en la parte trasera de una furgoneta de la Policía. Sucio y cubierto de sangre, finalmente clamó a Dios. "No sé si existe... pero si existe, me rindo". En un instante, todo cambió.

"Supe con certeza que Dios existía. Sabía con certeza que me amaba, que me creó por amor y que quería que amara a su pueblo. En un momento singular, me invadió una paz que nunca antes había experimentado", confiesa.

Gez no fue a la cárcel esa noche. El policía lo llevó a casa y su madre lo envió a una reunión de Alcohólicos Anónimos. "Me encantaría decir: 'vivimos felices para siempre'. ¡La verdad es que me llevó décadas!", dice.

Se graduó de la Universidad de Manchester. Se unió a los Frailes Franciscanos de la Renovación y se mudó a Estados Unidos. Meses antes de sus votos perpetuos, Gez descubrió que Dios lo llamaba a otro camino. Conoció a su esposa, Nadine, y se casó con ella. Tuvieron tres hijos y, hasta la fecha, nueve nietos.

Gez también fundó Tabor House, un hogar para hombres que se recuperan de la adicción a las drogas y al alcohol en Trenton. Durante los últimos 23 años, Tabor House ha ayudado a unos 250 hombres en su recuperación. También fundó Carmel House, un hogar de transición para graduados de Tabor House.

Su mujer, Nadine, fue la primera en discernir el llamado a la vocación. Le hizo la pregunta: "¿Crees que te llama a ser diácono?". Gez respondió: "Rotundamente no". Ante la insistencia de su mujer, él prometió rezar.

Habló con sus padres y ambos le advirtieron de lo difícil que puede ser el diaconado para la vida familiar. "Cuando mi padre entró en la sacristía y empezamos a vestirnos, fue un momento muy profundo para mí. Apenas nos intercambiamos palabras", comenta Gez.

Un padre y un hijo se ordenan juntos en Vitoria: «Nuestro vínculo tiene ahora una dimensión nueva»

"Miré fuera y vi tantos rostros que habían venido a celebrar la Santa Misa. Tantas relaciones de diferentes orígenes, todas sentadas alrededor de la mesa, todas siendo tocadas de diferentes maneras por la abundante gracia del Señor", añade.

"Mi madre, como esposa y madre de diáconos, y Nadine, como nuera y esposa de un diácono, resplandecían de orgullo". Gez añade: "Pude ver un nuevo amor compartido entre ambas... tanto sacrificio, tanta confianza y fe".

Fuente Religión en Libertad

lunes, 22 de diciembre de 2025

Santo Evangelio 22 Diciembre 2025

 


Texto del Evangelio (Lc 1,46-56):

 En aquel tiempo, dijo María: «Engrandece mi alma al Señor y mi espíritu se alegra en Dios mi salvador porque ha puesto los ojos en la humildad de su esclava, por eso desde ahora todas las generaciones me llamarán bienaventurada, porque ha hecho en mi favor maravillas el Poderoso, Santo es su nombre y su misericordia alcanza de generación en generación a los que le temen. Desplegó la fuerza de su brazo, dispersó a los que son soberbios en su propio corazón. Derribó a los potentados de sus tronos y exaltó a los humildes. A los hambrientos colmó de bienes y despidió a los ricos sin nada. Acogió a Israel, su siervo, acordándose de la misericordia —como había anunciado a nuestros padres— en favor de Abraham y de su linaje por los siglos».

María permaneció con Isabel unos tres meses, y se volvió a su casa.



«Engrandece mi alma al Señor y mi espíritu se alegra en Dios mi salvador»


Rev. D. Francesc PERARNAU i Cañellas

(Girona, España)

Hoy, el Evangelio de la Misa nos presenta a nuestra consideración el Magníficat, que María, llena de alegría, entonó en casa de su pariente Elisabet, madre de Juan el Bautista. Las palabras de María nos traen reminiscencias de otros cantos bíblicos que Ella conocía muy bien y que había recitado y contemplado en tantas ocasiones. Pero ahora, en sus labios, aquellas mismas palabras tienen un sentido mucho más profundo: el espíritu de la Madre de Dios se transparenta tras ellas y nos muestran la pureza de su corazón. Cada día, la Iglesia las hace suyas en la Liturgia de las Horas cuando, rezando las Vísperas, dirige hacia el cielo aquel mismo canto con que María se alegraba, bendecía y daba gracias a Dios por todas sus bondades.

María se ha beneficiado de la gracia más extraordinaria que nunca ninguna otra mujer ha recibido y recibirá: ha sido elegida por Dios, entre todas las mujeres de la historia, para ser la Madre de aquel Mesías Redentor que la Humanidad estaba esperando desde hacía siglos. Es el honor más alto nunca concedido a una persona humana, y Ella lo recibe con una total sencillez y humildad, dándose cuenta de que todo es gracia, regalo, y que Ella es nada ante la inmensidad del poder y de la grandeza de Dios, que ha obrado maravillas en Ella (cf. Lc 1,49). Una gran lección de humildad para todos nosotros, hijos de Adán y herederos de una naturaleza humana marcada profundamente por aquel pecado original del que, día tras día, arrastramos las consecuencias.

Estamos llegando ya al final del tiempo de Adviento, un tiempo de conversión y de purificación. Hoy es María quien nos enseña el mejor camino. Meditar la oración de nuestra Madre —queriendo hacerla nuestra— nos ayudará a ser más humildes. Santa María nos ayudará si se lo pedimos con confianza.


Ermitaño, rockero y fan de la misa en latín: Maximilian, el cura que arrasa ante miles en Spotify

 


Ermitaño, rockero y fan de la misa en latín: Maximilian, el cura que arrasa ante miles en Spotify

El sacerdote ermitaño Maximilian Mary Dean, en el festival Catholicpalooza de 2024.

Puede no ser joven, pero el padre Maximilian Mary Dean es, sin duda, parte de la tendencia que ha venido a llamarse “el giro católico”, si por este se entiende el creciente peso de este credo en el panorama cultural hegemónico. Y viene con multitud de señas de una identidad propia que seguro darán que pensar:  es converso, músico desde la infancia, rockero y ermitaño y, al mismo tiempo, convencido de que la música de alabanza y la liturgia tradicional no son antitéticos.

Hoy, el ermitaño de la Diócesis de Harrisburg está en Spotify y registra un promedio de más de 500.000 reproducciones anuales de más de 60.000 oyentes, según arroja National Catholic Register. En la primera edición de los Premios de la Música Católica, celebrada en el Vaticano este verano, fue finalista en la categoría de mejor canción de rock, y su tema “Canción a María, Reina de Todos los Corazones” ganó el premio a la “Mejor Canción Mariana”. Él compone y graba su música capa por capa en la Ermita de San José, donde dispone de una cabina de grabación y un equipo de trabajo de audio digital. 



De Knopfler a Van Halen, siguiendo a las grandes estrellas del rock

La particular trayectoria de este sacerdote se remonta a los años 80. En su web personal, detalla que su afán por la música comenzó con nueve años, cuando empezó a tocar el piano y la guitarra. No tardó en ver su estilo influenciado por estrellas del momento como Mark Knopfler, Jimmy Page, Rik Emmett, Eddie Van Halen o Stevie Ray Vaughan.



El padre Maximilian Mary Dean, en su primer concierto, en torno a 1983.

De escuchar, estudiar y tocar pasó a la escena. Aunque su instrumento principal siempre ha sido la guitarra, tuvo la oportunidad de tocar otros instrumentos como el bajo en The Catholic Cowboys, en 1991; el teclado en Departure o la batería en The Understatements. Llegó incluso a ser alumno tutelado del músico consagrado Mark Maxwell. Pero cuenta que, más allá de sus progresos técnicos o de estudiar guitarra clásica, su gran desahogo llegaba cada martes por la noche, cuando daba rienda suelta en el escenario a sus conocimientos de blues con quien quisiese seguirle.

Como relató recientemente a National Catholic Register, su época universitaria no solo fue un progreso técnico en lo musical. Llevaba tiempo, dese secundaria, sintiendo “un gran vacío y una profunda soledad” en su vida. Lo achaca a tomar conciencia de cómo “el pecado, el éxito, las buenas notas y los buenos amigos existen, pero no llenan una necesidad más profunda”. Y él sabía que “tenía que haber algo más”.

La vocación, un cambio drástico 

La universidad sería el lugar donde experimentó una importante conversión a la fe católica que había abandonado hace años. Y con la conversión, llegó la vocación. Sintiendo que Dios llamaba al sacerdocio, Dean se trasladó a la Universidad Franciscana de Steubenville para estudiar filosofía. Se graduó en 1991 y fue ordenado sacerdote con los Frailes Franciscanos de la Inmaculada en el año 2000.



Aunque nunca abandonó del todo su guitarra, se alejó del rock cuando comenzó sus estudios para el sacerdocio. Durante su tiempo con los Frailes Franciscanos de la Inmaculada, tocó y grabó música sacra, y en 1998 grabó su primer álbum, «Vigilia de Navidad con San Francisco de Asís».

“Asociaba la música rock con la cultura pagana y hedonista. Así que dejé de lado la guitarra eléctrica y la batería [si bien] seguí tocando la guitarra y cantando, y aprendí muchas canciones bellas mientras estuve en la Universidad Franciscana”, cuenta el sacerdote.

La trayectoria musical de Dean prosiguió junto a los Frailes Franciscanos de la Renovación, de 1992 a 1995, y más tarde con los Frailes Franciscanos de la Inmaculada, entre1995 y 2017. “Siempre dirigí la música, principalmente como cantante, pero también acompañando con la guitarra o el órgano según la ocasión”, cuenta.

Precisamente en esta última fase, el sacerdote grabó su primer CD, Vigilia de Navidad de San Francisco de Asís, celebrando que “ya era un artista de música cristiana que grababa alabanzas divinas! La emisora EWTN solía transmitirlo cada Nochebuena durante muchos años. Tras varios álbumes y más de cien conciertos de música sacra y de ingresar en la Diócesis de Harrisburg como ermitaño diocesano, publiqué una antología de mis grabaciones”.

Entonces, y dada su nueva dedicación como ermitaño, Dean daba por concluida su carrera musical.

Y llegó una extraña e incontenible inspiración 

Sin embargo, algo que solo pudo interpretar como la misma voz de Dios irrumpió en su vida enviándole canciones a su fuero interno.

Los episodios comenzaron en 2017.

“Me despertaba de repente con canciones completas en la cabeza entre las 3 y las 4 de la madrugada. Eran canciones alegres con instrumentos contemporáneos; a veces incluso oía la sección de vientos”, asegura.

Cuando le ocurrió hasta en tres ocasiones, el sacerdote tuvo el convencimiento de que su faceta musical debía regresar:

“Con el tiempo y a través de la oración, comprendí que se me llamaba a grabar de nuevo, me di cuenta de que Nuestro Señor me estaba llamando a grabar de nuevo, pero esta vez desde el silencio y la soledad de la ermita y utilizando instrumentos más contemporáneos”.

Una prolífica composición como eremita de hasta cinco álbumes publicados en soledad, amén de los conciertos ocasionales, son la muestra de que la Providencia ha dado fruto a sus talentos. La música, dice, es la obra de su vocación religiosa.



El religioso, en una de sus grabaciones.

“Tanto los monasterios como los ermitaños deben ser autosuficientes”, dijo. “Así que tienen que realizar algún trabajo que también les ayude a mantener su estilo de vida. Yo hago música, y ese es mi trabajo”.

El padre Maximilian se sorprendió a partir de entonces utilizando dones que había desarrollado antes de su conversión, que había dejado de lado y que nunca usó para la gloria de Dios después de su conversión.

Hoy, cree que se debía a razones espirituales: necesitaba purificarme profundamente de mi apego al pecado y al egoísmo antes de poder poner estos dones a su servicio y usarlos para la edificación del Cuerpo de Cristo.

¿Pueden coexistir el gregoriano y la música alabanza?

Tras una vida dedicada a la música, una pregunta le persigue: ¿Puede la música contemporánea y moderna dar gloria a Dios? Tras décadas de estudio y oración, el sacerdote parece haber hallado una respuesta estructurada.

“Sin duda existe música sacra adecuada para la liturgia, y esa es una de las principales razones por las que siempre me ha atraído la misa tradicional, en latín. El canto gregoriano, polifonía, el órgano… Pero también hay lugar, incluso necesidad, para la música no litúrgica”, comenta.



Entre otros ejemplos o metáforas, evoca un campamento de verano con amigos reunidos en torno a un fuego al atardecer. “Sin duda, hay espacio para una guitarra, una pandereta y unas palmadas festivas… Cantos de alabanza. Es coger lo “laico” o profano y lavarlo con la sangre de Cristo”, expone. Algo que, según él, “ha sido una misión constante de la Santa Madre Iglesia”.

También responde comentando que un monasterio puede preparar formas para la Santa Misa, pero también otros panes y dulces que, si bien no son para la Misa, forman parte de la cultura católica. Los bollos de Pascua, los pretzels y el roscón de Reyes son ejemplos claros. Aunque no son apropiados para la celebración de la Misa, sí lo son fuera de ella y constituyen una auténtica expresión de nuestra fe católica.

Son para él algunos ejemplos de lo que santos como Alfonso María de Ligorio comprendieron al destacar la necesidad y la función de la música no litúrgica como parte integral de la cultura católica.

Respondiendo a las aparentes contradicciones o choques iniciales, el sacerdote y ermitaño parafrasea a la Madre Angélica al destacar que “hay que hacer lo ridículo para que Dios obre milagros”. “Y es bastante ridículo que un ermitaño toque la guitarra y la batería y cante canciones pop-rock, pero hay que hacer lo ridículo porque Dios puede obrar milagros en la vida de los demás”.

¿Cuál es el objetivo de su música? Concluye destacando una vez más una “humilde plegaria”, “que mi música lleve a las almas a glorificar a Dios con todo el corazón y la mente, y que las ayude en su camino espiritual”.

Fuente_ Religión en Libertad

domingo, 21 de diciembre de 2025

Santo Evangelio 21 Diciembre 2025

 


Texto del Evangelio (Mt 1,18-24):

 La generación de Jesucristo fue de esta manera: Su madre, María, estaba desposada con José y, antes de empezar a estar juntos ellos, se encontró encinta por obra del Espíritu Santo. Su marido José, como era justo y no quería ponerla en evidencia, resolvió repudiarla en secreto.

Así lo tenía planeado, cuando el Ángel del Señor se le apareció en sueños y le dijo: «José, hijo de David, no temas tomar contigo a María tu mujer porque lo engendrado en ella es del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo, y tú le pondrás por nombre Jesús, porque Él salvará a su pueblo de sus pecados». Todo esto sucedió para que se cumpliese el oráculo del Señor por medio del profeta: «Ved que la virgen concebirá y dará a luz un hijo, y le pondrán por nombre Emmanuel, que traducido significa: ‘Dios con nosotros’». Despertado José del sueño, hizo como el Ángel del Señor le había mandado, y tomó consigo a su mujer.



«No temas tomar contigo a María tu mujer»


Rev. D. Edson RODRIGUES

(Pesqueira, Pernambuco, Brasil)

Hoy, la liturgia de Adviento nos presenta a José, que recibirá de Dios una misión: el Verbo de Dios, que nacerá de la Virgen, quedará también bajo sus cuidados paternos. El profeta Isaías había anunciado unos 700 años antes: «He aquí que la virgen concebirá y dará a luz un hijo» (Is 7,14). Perplejo y movido por la incomprensión ante tan gran misterio, José, temeroso de Dios y hombre “justo y bueno”, había decidido en secreto dejar a María con sus padres. Y encuentra en las palabras del mensajero las razones para desistir de su decisión y aceptar el misterio y los planes de Dios: «¡No tengas miedo de recibir a María, tu esposa!» (Mt 1,20). El Espíritu Santo, que en María engendró al Verbo encarnado, da sentido y confirma lo que el ángel dijo a José, que recibe la gran misión de dar nombre y cuidar del Niño-Dios engendrado en el seno virginal de una joven de Nazaret (cf. Mt 1,20-21).

San Bernardino de Siena dice que «cuando la Providencia divina elige a alguien para una gracia particular o un estado superior, también da a la persona así escogida todos los carismas necesarios para el ejercicio de su misión». Y así José, libre de miedos y temores, se hizo colaborador en la obra de la encarnación, capacitado para asumir esta honrosa y desafiante misión.

Hoy vivimos en medio de miedos e inseguridades, en situaciones que a veces nos desaniman y nos llevan a abandonar el barco, buscando en la huida soluciones para las realidades difíciles. Pero en medio de la oración silenciosa y contemplativa, el Señor también nos dice: «¡No tengáis miedo!» (cf. Mt 14,27), y nos anima a aceptar, confiados y decididos, sus designios.

En nuestros días, el Papa León XIV nos alienta: «Dios nos ama a todos y el mal no prevalecerá. Estamos todos en las manos de Dios y, sin miedo, todos unidos a la mano de Dios y unos a los otros, sigamos adelante».

Carla Morrison, ganadora de tres grammys: «Dios es mi jefe, para mí, la fe es fundamental»


 Carla Morrison, ganadora de tres grammys: «Dios es mi jefe, para mí, la fe es fundamental»

La reconocida cantante mexicana acaba de sacar un sencillo con Pablo Alborán

"Dios es superimportante para mí", dice Morrison.YOUTUBE

La reconocida cantante y compositora mexicana Carla Morrison ha repasado su trayectoria recientemente en el programa 'Herrera en COPE'. Durante la entrevista, ha confesado que su carrera musical responde a "un llamado de Dios", una figura que considera clave en su vida. 

"Yo siempre he sentido que 'diosito' me lo puso como muy en el corazón", ha explicado sobre esa vocación temprana.

La fuerza de la fe

Morrison ha hablado abiertamente del momento en el que tuvo que detener su carrera. Tras años como artista independiente, se sintió "muy deprimida, muy sobretrabajada y, sinceramente, pues, suicida". La artista ha revelado que una voz en su mente le decía que "sería mejor que estuvieras muerta". Esta situación, que se prolongó durante dos meses con una gran "agresividad y oscuridad", la llevó a tomar la decisión de parar.

El primer paso para su recuperación fue buscar ayuda profesional. "Aceptar que necesitaba ayuda fue importante para mí", ha afirmado. La terapia y "enfrentar mis verdades" fueron liberadoras. Se mudó a París, se alejó de las redes sociales y se reencontró consigo misma, un proceso en el que aprendió que "ser humano, ser vulnerable, ser uno mismo nunca va a ser un error, es la prioridad", como ha sentenciado.

Esta experiencia transformó su percepción del éxito. Para ella, no reside en lo material, sino en "tener tiempo, con mi esposo, con mis perritos, conmigo misma". La fama llegó a ser abrumadora para alguien que viene de una ciudad pequeña como Tecate, hasta el punto de confesar que le costaba "estar en el ginecólogo y que me pidieran fotos". Por eso, necesitaba "volver a Karla, no a Karla Morrison".

A pesar de su éxito, la artista ha confesado que sigue sintiendo miedo en el escenario, donde a veces "la mente te juega trucos". En sus inicios, su timidez era tal que cantaba a escondidas. También ha aclarado el origen de su apellido, Morrison, que procede del padre adoptivo de su progenitor, un ciudadano inglés.

La fe es un pilar fundamental para la artista. "Dios es superimportante para mí", ha declarado. Lo considera su "jefe" y le consulta cada decisión. Para comunicarse con Él, reza de distintas maneras, a veces caminando, otras con un padrenuestro o incluso escribiéndole cartas. Según Morrison, "Dios nos habla a todos de diferentes maneras".

Actualmente, la cantante se encuentra en un momento dulce, felizmente casada desde hace quince años y trabajando junto a su pareja. Acaba de lanzar la canción Si te quedas, una colaboración con Pablo Alborán sobre un "casi algo". Además, se ha declarado una gran aficionada a la gastronomía española, especialmente a la "tortilla de patata", que prefiere "con cebolla".

Fuente: Religión en Libertad

sábado, 20 de diciembre de 2025

Santo Evangelio 20 Diciembre 2025



Texto del Evangelio (Lc 1,26-38):

 Al sexto mes fue enviado por Dios el ángel Gabriel a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la casa de David; el nombre de la virgen era María. Y entrando, le dijo: «Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo».

Ella se conturbó por estas palabras, y discurría qué significaría aquel saludo. El ángel le dijo: «No temas, María, porque has hallado gracia delante de Dios; vas a concebir en el seno y vas a dar a luz un hijo, a quien pondrás por nombre Jesús. Él será grande y será llamado Hijo del Altísimo, y el Señor Dios le dará el trono de David, su padre; reinará sobre la casa de Jacob por los siglos y su reino no tendrá fin».

María respondió al ángel: «¿Cómo será esto, puesto que no conozco varón?». El ángel le respondió: «El Espíritu Santo vendrá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el que ha de nacer será santo y será llamado Hijo de Dios. Mira, también Isabel, tu pariente, ha concebido un hijo en su vejez, y éste es ya el sexto mes de aquella que llamaban estéril, porque ninguna cosa es imposible para Dios». Dijo María: «He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra». Y el ángel dejándola se fue.


«He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra»


Rev. D. Jordi PASCUAL i Bancells

(Salt, Girona, España)

Hoy contemplamos, una vez más, esta escena impresionante de la Anunciación. Dios, siempre fiel a sus promesas, a través del ángel Gabriel hace saber a María que es la escogida para traer al Salvador al mundo. Tal como el Señor suele actuar, el acontecimiento más grandioso para la historia de la Humanidad —el Creador y Señor de todas las cosas se hace hombre como nosotros— pasa de la manera más sencilla: una chica joven, en un pueblo pequeño de Galilea, sin espectáculo.

El modo es sencillo; el acontecimiento es inmenso. Como son también inmensas las virtudes de la Virgen María: llena de gracia, el Señor está con Ella, humilde, sencilla, disponible ante la voluntad de Dios, generosa. Dios tiene sus planes para Ella, como para ti y para mí, pero Él espera la cooperación libre y amorosa de cada uno para llevarlos a término. María nos da ejemplo de ello: «He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra» (Lc 1,38). No es tan sólo un sí al mensaje del ángel; es un ponerse en todo en las manos del Padre-Dios, un abandonarse confiadamente a su providencia entrañable, un decir sí a dejar hacer al Señor ahora y en todas las circunstancias de su vida.

De la respuesta de María, así como de nuestra respuesta a lo que Dios nos pide —escribe san Josemaría— «no lo olvides, dependen muchas cosas grandes».

Nos estamos preparando para celebrar la fiesta de Navidad. La mejor manera de hacerlo es permanecer cerca de María, contemplando su vida y procurando imitar sus virtudes para poder acoger al Señor con un corazón bien dispuesto: —¿Qué espera Dios de mí, ahora, hoy, en mi trabajo, con esta persona que trato, en la relación con Él? Son situaciones pequeñas de cada día, pero, ¡depende tanto de la respuesta que demos!


Las revelaciones de la nieta del venerable Enrique Shaw, empresario hacia los altares



 Las revelaciones de la nieta del venerable Enrique Shaw, empresario hacia los altares

María Elena Crito habla de Enrique Shaw, empresario y padre de 9 hijos, de virtudes en grado heroico ya constatadas

Enrique Shaw murió con 41 años dejando una fuerte fama de santidad como empresario católico

Enrique Shaw (1921-1962) fue un empresario argentino cuyas virtudes en grado heroico reconoce la Iglesia desde 2021. La Congregación de los Santos investiga un posible milagro que permitiría beatificarlo. Los comités médicos y teológicos ya habrían dado su visto bueno a este milagro. Su figura es inspiradora para muchos como laico, padre de familia y emprendedor, capaz de servir a Dios desde el mundo de la empresa.

Male (María Elena) Crito, nieta de Enrique Shaw, ha hablado de su figura en El Rosario de las 11.

Lo primero que destaca es que su abuelo fue "un empresario argentino que tuvo nueve hijos", de los que la madre de Male, Sara, fue la segunda. El padre de Enrique, de origen escocés, no creía en Dios, pero la madre de Enrique, Sara Tonquist, sí tenía fe, e incluso un tío sacerdote.

El padre y el abuelo de Enrique eran ya empresarios y el mismo Enrique nació en París, donde estaban por negocios. Se bautizó allí de bebé antes de volver a Argentina. Teniendo el niño 4 años, la madre enfermó, y antes de morir encargó al padre que educara a los niños en la fe. Él los llevó a un colegio católico y dejó que su tío y otros sacerdotes pudieran acompañar a los muchachos en su fe.

Como el padre de Enrique viajaba mucho por negocios, él pasaba mucho tiempo con las tías abuelas de la familia, y de ellas tomó su devoción mariana.

Leía biografías de santos

Su padre le animaba a leer biografías de grandes héroes de la historia, pero Enrique leía mucho, también biografías de santos, que le parecían más impresionantes. Ya de niño y adolescente "tenía esa mirada trascendental y escribía muchísimo, era muy profundo", señala su nieta.

La familia le dejó entrar en la Escuela Naval con 14 años para que forjara su carácter. Otros estudiantes, mayores que él, le trataron mal. Él era sistemático en su vida de oración. "Los mismos que se burlaban luego serían los primeros conversos que contarían buenos testimonios sobre Enrique".

Llegó a ser oficial de Marina. Se casó con Cecilia Bungue y sus cartas de amor se han publicado, "unas cartas lindísimas donde empiezan a sentar las bases de ese proyecto familiar que quieren construir juntos. Mi abuela a veces decía, "Uy, pero qué espiritual, ¿no será que quiere ser sacerdote?" Le hablaba mucho de Dios y ella, por supuesto, muy enamorada también de la cercanía de Enrique con Dios, empiezan a construir juntos. Enrique en ese momento hace un plan de santidad. Él dice: 'yo tengo que llevar a Dios a otras personas que no que no lo tienen porque yo lo he recibido y este regalo no me lo puedo guardar'".

Compara ese plan de santidad con el plan de ruta de un barco para llegar a buen puerto, con propósitos, que la esposa, por carta, le matizaba. "Si vos haces ayuno te vas a morir de flaco, eso sacalo", le escribía ella. Sí hicieron propósito de rezar el Rosario cada día, a ser posible juntos.

Intentaba ir a misa diaria, madrugando. En la misa dominical, a la que asistían todos los marinos, había normas para que los marineros no comulgaran, simplemente por no alargar la ceremonia, pero él siempre comulgaba aunque le miraran mal.



El paso a la vida empresarial

Tuvieron su primer hijo estando él de servicio en el mar. Eso le dolió y fue un factor para dejar la Marina. También sentía un llamado a llevar a Cristo a los obreros. "La brecha entre empresarios e industriales y la gente que venía del campo a trabajar era muy grande. A veces, se trabajaba en condiciones inhumanas. Un sacerdote le dijo: 'Puedes hacer mucho más bien en el mundo de los empresarios que siendo un obrero'".

Empezó a trabajar en Cristalerías Rigolleau, fundada por la familia de su esposa. Estudió el oficio en Estados Unidos y conoció a muchos obreros del sector. Buscó formas de mejorar sus condiciones, como el calor en los hornos. Les preguntó por sus familias.

Enrique Shaw primero fue oficial de Marina, luego empresario y padre de familia, Venerable para la Iglesia


Empezó a hablar de la empresa como una comunidad para todos: los trabajadores, los accionistas, los clientes, los proveedores, la sociedad... ¡incluso la competencia!

Con otros empresarios se esforzaron por hacer llegar ayuda a los afectados por la Segunda Guerra Mundial en Europa. "Fue uno de los fundadores de la Asociación Cristiana de Dirigentes de Empresas de Argentina (ACDE), que ya tenía en Europa Uniapac", señala Male.

Enrique Shaw: el Papa Francisco impulsa la beatificación de un gran empresario argentino que era «rico pero santo»

También participó en la fundación de la Universidad Católica Argentina como primer tesorero. Y escribió sobre doctrina social de la Iglesia en el mundo empresarial.

La empresa de la competencia

Male cuenta la anécdota de un producto que no quiso lanzar para no hundir a la competencia porque habría dejado muchas familias sin trabajo. "Esa empresa, entonces chiquitita, era de la familia Catorini.. que hoy es la dueña de Rigoló, así que quizás Rigoló no existiría hoy si él no hubiera pensado en esas familias".

En otra ocasión, un accionista norteamericano le pedía despedir a muchos trabajadores. Él se negó, hizo algunos recortes de sueldo, busco alternativas para ganar tiempo... y al cabo de un año llegó una gran empresa pidiéndoles hacer grandes cantidades de botellitas para un refresco. Tenía la gente capacitada y la estructura precisamente por haber rechazado los despidos.

Ya enfermo del cáncer que lo mataría con 41 años, se pidió sangre para hacerle una transfusión. Acudieron 400 obreros a hacer cola para ofrecerla. "Ahora estoy muy feliz porque tengo sangre obrera en mis venas", les dijo luego.

A veces, la rama de la familia no religiosa hacía bromas, o desprecios, con las decisiones de Enrique. Él respondía animando a sus hijos a rezar, y no a criticar o responder con acritud.

Enrique Shaw, empresario y padre de 9 hijos, cerca de ser beato: «Sus empleados eran como hermanos»

Evangelio en el bolsillo, Rosario en familia

Llevaba un evangelio en el bolsillo y lo leía un rato cada día. A veces, ante un problema, iba caminando al santuario de la Virgen de Luján, rezando por el camino por ese tema. "Decía que la Virgen era su socia. De hecho, uno de sus escritos es cien por cien sobre la Virgen", explica. Rezaban el rosario todos los días también en familia.

"Mi abuelo murió cuando mi mamá, que la segunda más grande, tenía 16 años. Pero toda la gente que lo conoció recuerda mucho de su amabilidad, de cómo los miraba, los escuchaba", recuerda Male. Ante los niños, solía agacharse para hablarles a su altura.

En su enfermedad, Enrique no pedía por su curación, sino por la conversión de su padre sin fe. Su esposa se molestaba por cosas así. Después lo comentaba como ejemplo del desprendimiento de él.

Hoy la Universidad Católica Argentina guarda todos los papeles familiares que la viuda de Enrique Shaw conservó con mimo, y todo ese material se ha usado para el proceso de beatificación. El reto es llevar a los altares a un empresario y padre de familia por su vida cotidiana, pero a la vez santa.

Sus escritos, testimonios e intuiciones se pueden conocer en la web EnriqueShaw.com y en YouTube en EnriqueShaw Oficial.

Fuente: Religión en Libertad

viernes, 19 de diciembre de 2025

Santo Evangelio 19 Diciembre 2025



 Texto del Evangelio (Lc 1,5-25):

 Hubo en los días de Herodes, rey de Judea, un sacerdote, llamado Zacarías, del grupo de Abías, casado con una mujer descendiente de Aarón, que se llamaba Isabel; los dos eran justos ante Dios, y caminaban sin tacha en todos los mandamientos y preceptos del Señor. No tenían hijos, porque Isabel era estéril, y los dos de avanzada edad.

Sucedió que, mientras oficiaba delante de Dios, en el turno de su grupo, le tocó en suerte, según el uso del servicio sacerdotal, entrar en el Santuario del Señor para quemar el incienso. Toda la multitud del pueblo estaba fuera en oración, a la hora del incienso. Se le apareció el Ángel del Señor, de pie, a la derecha del altar del incienso. Al verle Zacarías, se turbó, y el temor se apoderó de él. El ángel le dijo: «No temas, Zacarías, porque tu petición ha sido escuchada; Isabel, tu mujer, te dará a luz un hijo, a quien pondrás por nombre Juan; será para ti gozo y alegría, y muchos se gozarán en su nacimiento, porque será grande ante el Señor; no beberá vino ni licor; estará lleno del Espíritu Santo ya desde el seno de su madre, y a muchos de los hijos de Israel, les convertirá al Señor su Dios, e irá delante de Él con el espíritu y el poder de Elías, para hacer volver los corazones de los padres a los hijos, y a los rebeldes a la prudencia de los justos, para preparar al Señor un pueblo bien dispuesto».

Zacarías dijo al ángel: «¿En qué lo conoceré? Porque yo soy viejo y mi mujer avanzada en edad». El ángel le respondió: «Yo soy Gabriel, el que está delante de Dios, y he sido enviado para hablarte y anunciarte esta buena nueva. Mira, te vas a quedar mudo y no podrás hablar hasta el día en que sucedan estas cosas, porque no diste crédito a mis palabras, las cuales se cumplirán a su tiempo».

El pueblo estaba esperando a Zacarías y se extrañaban de su demora en el Santuario. Cuando salió, no podía hablarles, y comprendieron que había tenido una visión en el Santuario; les hablaba por señas, y permaneció mudo. Y sucedió que cuando se cumplieron los días de su servicio, se fue a su casa. Días después, concibió su mujer Isabel; y se mantuvo oculta durante cinco meses diciendo: «Esto es lo que ha hecho por mí el Señor en los días en que se dignó quitar mi oprobio entre los hombres».



«El ángel le dijo: ‘No temas, Zacarías, porque tu petición ha sido escuchada; Isabel, tu mujer, te dará a luz un hijo’»


Rev. D. Ignasi FUSTER i Camp

(La Llagosta, Barcelona, España)

Hoy, el ángel Gabriel anuncia al sacerdote Zacarías el nacimiento “sobrenatural” de Juan el Bautista, que preparará la misión del Mesías. Dios, en su amorosa providencia, prepara el nacimiento de Jesús con el nacimiento de Juan, el Bautista. Aunque Isabel sea estéril, no importa. Dios quiere hacer el milagro por amor a nosotros, sus criaturas.

Pero Zacarías no manifiesta en el momento oportuno la visión sobrenatural de la fe: «¿En qué lo conoceré? Porque yo soy viejo y mi mujer avanzada en edad» (Lc 1,18). Tiene una mirada excesivamente humana. Le falta la docilidad confiada en los planes de Dios, que siempre son más grandes que los nuestros: ¡en este caso, ni más ni menos que la Encarnación del Hijo de Dios para la salvación del género humano! El ángel encuentra a Zacarías como “despistado”, lento para las cosas de Dios, como estando en “fuera de juego”.

Cuando ya faltan pocos días para la Navidad, conviene que el Ángel del Señor nos encuentre preparados, como María. Es necesario tratar de mantener la presencia de Dios a lo largo del día, intensificar nuestro amor a Jesucristo en nuestro tiempo de oración, recibir con mucha devoción la Sagrada Comunión: ¡porque Jesús nace y viene a nosotros! Y que no nos falte la visión sobrenatural en todos los quehaceres de nuestra vida. Hemos de poner visión sobrenatural en nuestro trabajo profesional, en nuestros estudios, en nuestros apostolados, incluso en los contratiempos de la jornada. ¡Nada escapa a la providencia divina! Con la certeza y la alegría de saber que nosotros colaboramos con los ángeles y con el Señor en los planes amorosos y salvadores de Dios.