En aquel tiempo, Jesús se fue a una ciudad llamada Naím, e iban con Él sus discípulos y una gran muchedumbre. Cuando se acercaba a la puerta de la ciudad, sacaban a enterrar a un muerto, hijo único de su madre, que era viuda, a la que acompañaba mucha gente de la ciudad. Al verla el Señor, tuvo compasión de ella, y le dijo: «No llores». Y, acercándose, tocó el féretro. Los que lo llevaban se pararon, y Él dijo: «Joven, a ti te digo: levántate». El muerto se incorporó y se puso a hablar, y Él se lo dio a su madre. El temor se apoderó de todos, y glorificaban a Dios, diciendo: «Un gran profeta se ha levantado entre nosotros», y «Dios ha visitado a su pueblo». Y lo que se decía de Él, se propagó por toda Judea y por toda la región circunvecina.
«Joven, a ti te digo: levántate»
Rev. D. Joan SERRA i Fontanet
(Barcelona, España)
Hoy, dos comitivas se encuentran. Una comitiva que acompaña a la muerte y otra que acompaña a la vida. Una pobre viuda, seguida por sus familiares y amigos, llevaba a su hijo al cementerio y de pronto, ve la multitud que iba con Jesús. Las dos comitivas se cruzan y se paran, y Jesús dice a la madre que iba a enterrar a su hijo: «No llores» (Lc 7,13). Todos se quedan mirando a Jesús, que no permanece indiferente al dolor y al sufrimiento de aquella pobre madre, sino, por el contrario, se compadece y le devuelve la vida a su hijo. Y es que encontrar a Jesús es hallar la vida, pues Jesús dijo de sí mismo: «Yo soy la resurrección y la vida» (Jn 11,25). San Braulio de Zaragoza escribe: «La esperanza de la resurrección debe confortarnos, porque volveremos a ver en el cielo a quienes perdemos aquí».
Con la lectura del fragmento del Evangelio que nos habla de la resurrección del joven de Naím, podría remarcar la divinidad de Jesús e insistir en ella, diciendo que solamente Dios puede volver un joven a la vida; pero hoy preferiría poner de relieve su humanidad, para que no veamos a Jesús como un ser lejano, como un personaje tan diferente de nosotros, o como alguien tan excesivamente importante que no nos inspire la confianza que puede inspirarnos un buen amigo.
Los cristianos hemos de saber imitar a Jesús. Debemos pedir a Dios la gracia de ser Cristo para los demás. ¡Ojalá que todo aquél que nos vea, pueda contemplar una imagen de Jesús en la tierra! Quienes veían a san Francisco de Asís, por ejemplo, veían la imagen viva de Jesús. Los santos son aquellos que llevan a Jesús en sus palabras y obras e imitan su modo de actuar y su bondad. Nuestra sociedad tiene necesidad de santos y tú puedes ser uno de ellos en tu ambiente.
Turkana, donde la entrega misionera hace florecer hasta el desierto: crónica en primera persona
La hermana Ligia con alumnos de una de las escuelas preescolares.fundación Pablo Horstmann
En julio de este año, un equipo de la Fundación Pablo Horstmann viajamos a Turkana, la región más pobre de Kenia, dónde misioneros y las ONG trabajan por llevar condiciones de vida dignas a una tribu castigada por la sequía persistente y el olvido de su Gobierno.
Aterrizamos en Lodwar, la capital de la región, e iniciamos un viaje de cinco horas en jeep, cruzando el desierto hacia el norte, hacia la frontera con Etiopía y Sudán del Sur.
A medida que avanzamos, uno puede percibir que hace décadas este fue un terreno fértil, porque cruzamos muchos caudales de ríos -ya sin agua- y se ven troncos de árboles secos por doquier. El paisaje está ahora habitado por bajas acacias, cuya sombra es el único lugar para esconderse del sol feroz. La población en esta región supera el millón de habitantes. Cuesta creerlo ya que, a simple vista, no se atisban asentamientos humanos.
El tiempo parece detenido
Los turkana son una tribu nilótica que ha permanecido aislada al noroeste de Kenia, lo que ha favorecido que mantenga costumbres ancestrales y todavía siga religiones tradicionales.
De repente comienzo a vislumbrar algunas mañatas, -la vivienda tradicional turkana hecha de palos y tejado de paja que se puede desmontar y llevar consigo-.
En el África rural, cada familia suele vivir en una pequeña finca vallada con palos o arbustos. El modelo de casa más primitivo se compone de dos o tres pequeñas chozas: una para la cocina, otra sirve de dormitorio de la familia y otra para el ganado.
Los turkana son nómadas y viven del pastoreo de cabras y camellos. Pero por la sequía persistente, la subsistencia supone un reto hasta para los animales. La escasez de agua provoca que, en pleno siglo XXI, todavía no hayan comenzado a trabajar la tierra. El tiempo parece haberse detenido aquí en el Mesolítico.
Belén Manrique con Cristina, sus padres y su hermano.fundación Pablo Horstmann
Todos los desiertos esconden un halo de misterio que me envuelve y atrae con fuerza. El profundo silencio hace que de golpe y porrazo encuentre aquí una paz más profunda que en ningún otro lugar. Imagino que por este motivo muchos hombres y mujeres sedientos de contemplación han abandonado las ruidosas ciudades y se han establecido en estos parajes a lo largo de la historia.
La hermana Ligia Girón procede de Ecuador y fue enviada a Turkana en 2020. "Pensé que no me adaptaría al lugar por el clima hostil y porque no había caminos para desplazarse, nosotras mismas teníamos que abrir las vías. Pero cuando me confirmaron que me quedaría, me dije a mí misma: 'No he venido a hacer turismo ni a disfrutar del clima sino a trabajar y a servir; no hay tiempo para pensar si hace frío o calor'. Y, así, la depresión que pensaba que me iba a dar no me ha dado hasta ahora", confiesa.
Es responsable de una veintena de aspirantes kenianas -en su mayoría muy jóvenes-. Algunas de ellas me cuentan que quieren entrar en la vida religiosa porque les parece muy bella. La hermana Ligia gestiona, además, once escuelas preescolares y centros nutricionales, esparcidas por este vasto territorio para alimentar y educar a los niños, con el apoyo de la Fundación Pablo Horstmann. "Para la mayoría de las familias turkana, la educación no es prioritaria. Su motivación principal para enviar a sus hijos a la escuela es que puedan comer", nos explica.
Aunque a orillas del camino se vislumbre alguna que otra aldea, en las más de cuatro horas de viaje que llevamos, apenas nos hemos cruzado con alguna persona. Me admira la enorme fortaleza del ser humano, capaz de sobrevivir en un terreno tan inhóspito, cavando hoyos con las manos para encontrar algo de agua que llevarse a la boca. Fortaleza sin duda atrofiada en las sociedades del bienestar, dónde la tecnología lo hace todo por nosotros.
De repente, al girar a la izquierda detrás de una colina, nos encontramos, por fin, con un foco de vida alrededor de un pozo. Un grupo de niños vestidos con uniformes verdes nos da la bienvenida saltando y gritando con alegría. Son alumnos de una de nuestras escuelas. Este es el fruto de la educación. Y más aún, de la entrega de vida de un grupo de mujeres que lo ha dejado todo para seguir al Esposo.
En las zonas rurales se vive en pequeñas fincas valladas con palos. fundación Pablo Horstmann
Aquí se cumplen las palabras del profeta Isaías, cuando profetiza: "Los humildes y los pobres buscan agua, pero no hay nada. La lengua se les secó de sed. Yo, Yahvé, les responderé (…) Convertiré el desierto en lagunas, y la tierra árida en hontanar de aguas" (Is 41, 17. 18).
Las Hermanas Misioneras Sociales de la Iglesia llegaron a Turkana en 2001, respondiendo a la invitación de un sacerdote que se dedicó a visitar diócesis de todo el mundo pidiendo misioneros para esta región. Son mujeres sencillas, fuertes, con una fe capaz de mover montañas, de transformar el desierto en "estanque, la árida tierra en manantial", (Sal 107, 35).
Porque desde que las primeras dos hermanas ecuatorianas se asentaron en Lokitaung -un pueblo de unos 1.000 habitantes, pero con apariencia de un puñado de casas dispersas por el monte-, y empezaron a trabajar y a rezar con sencillez y perseverancia, este desierto ha florecido. Las familias nómadas han comenzado a asentarse en torno a las escuelas por ellas fundadas porque disponen de pozo. Al hacerlo, forman comunidades y el Gobierno comienza a construir para ellas caminos, dispensarios médicos y colegios de primaria. Así es como empieza el desarrollo.
Al día siguiente de nuestra llegada a Lokitaung, visitamos dos de estos once centros. Profesores y niños nos reciben con guirnaldas, bailes y canciones en inglés. Además de proveer a los más de 2.000 alumnos de dos comidas al día, las escuelas los preparan para salir de su aislamiento e integrarse en el mundo más allá de estas fronteras. Y es que, para poder acceder al sistema educativo de Kenia, tienen que aprobar un examen de suajili y otro de inglés, los idiomas oficiales del país. Pero los turkana no conocen ni el uno ni el otro.
De entre el nutrido grupo de alumnos alegres y vitales, me sorprenden algunos que no llevan el uniforme, apenas se mueven y presentan un estado lamentable. Están en brazos de sus hermanas mayores. Pregunto a la hermana Ligia por ellos y me explica que todavía no han cumplido la edad para entrar en la escuela, pero como no tienen dónde alimentarse, las hermanas multiplican los platos de legumbres para ellos. Gracias a la enorme inversión en nutrición de la Fundación Pablo Horstmann, la malnutrición infantil entre los alumnos de estos centros ha descendido del 25% en 2007 al 2.8% en la actualidad.
Escuela preescolar de Milimatatu.fundación Pablo Horstmann
Fuera de la valla también se agolpan pandillas de niños más mayores. Son los alumnos de los colegios públicos de primaria, que vienen en busca de algo que llevarse a la boca ya que estas semanas los centros están cerrados por vacaciones trimestrales. Si no hay colegio no hay comida. Así de crudo.
A la mañana siguiente nos encaminamos una hora más en el todoterreno en dirección a Sudán del Sur para visitar el poblado y la escuelita de Sasame. Aquí, el pozo, construido hace nueve años por Manos Unidas, ha dejado de funcionar y solo la inspección para conocer la causa cuesta 500€. Las cocineras tienen que acudir al dispensario médico más cercano para recoger el agua necesaria para cocinar y dar de beber a los alumnos, pero esta también se acaba.
Prevención de los matrimonios tempranos
Nos acercamos a conocer a Cristina, una de las niñas que estamos apoyando con las Becas Esperanza, que facilitan que cuando nuestras alumnas terminan preescolar, puedan continuar con la educación de primaria. Las niñas en esta cultura están abocadas al matrimonio precoz a cambio de una dote.
Desde muy temprana edad, se les colocan coloridos collares de cuentas como señal de que están siendo preparadas para el matrimonio. Para acabar con esta práctica, las hermanas han establecido como requisito para que entren en las escuelas, que se quiten los collares.
La madre de Cristina tuvo que casarse a la fuerza con un hombre mucho mayor que ella, que a la vez tiene otras dos mujeres. Nos cuenta que quiere que su hija estudie para que no siga su mismo camino. Cuando nos marchamos, nos regala un gallo en agradecimiento por lo que estamos haciendo por su familia.
Antes de regresar a casa, la hermana nos invita a comer de pícnic a la orilla de una presa construida por misioneros italianos. Dos niños nos observan a poca distancia. La hermana prepara un plato también para ellos. "A las puertas de nuestra misión llegan todos los días personas pidiendo comida. A veces vienen diciendo que están enfermos, les damos una taza de café y se curan. No están enfermos, es solo hambre", explica.
La sala de ingresos del Lama County Hospital, en Kenia, que contará con un servicio puntero depediatría gracias a la Fundación Pablo Horstmann.
Sanitarios españoles logran crear un servicio de pediatría puntero en un hospital público de Kenia
Una se plantea de qué sirve todo el trabajo que realizan las hermanas y la Fundación Pablo Horstmann -que se esfuerza por recaudar 315.000 € al año para sostener estas escuelitas-, si estas personas viven tan aisladas, en el espacio y en el tiempo, que muy pocas lograrán salir de esta recóndita región africana. Pero inmediatamente corrijo mi pensamiento y me recuerdo a mí misma que trabajamos no para este mundo, sino por el Reino de los Cielos. "Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed y me disteis de beber; estaba desnudo, y me vestisteis; enfermo, y me visitasteis" (Mt 25, 35-36).
Turkana es tan compleja, la pobreza tan extensa y las soluciones tan inabarcables, que es fácil caer en el desánimo y perder la esperanza. Por eso, la constante presencia de estas mujeres durante ya casi 25 años es un verdadero milagro.
Es la respuesta a quienes se preguntan qué hace Dios ante el sufrimiento del mundo: "Al desembarcar, vio Jesús mucha gente, sintió compasión de ellos y curó a los enfermos (…) Y dijo a sus discípulos: 'No tienen por qué marcharse; dadles vosotros de comer'" (Mt 14, 14. 16).
En aquel tiempo, el padre de Jesús y su madre estaban admirados de lo que se decía de Él. Simeón les bendijo y dijo a María, su madre: «Éste está puesto para caída y elevación de muchos en Israel, y para ser señal de contradicción -¡y a ti misma una espada te atravesará el alma!- a fin de que queden al descubierto las intenciones de muchos corazones».
«Una espada te atravesará el alma»
P. Abad Dom Josep Mª SOLER OSB Abad de Montserrat
(Barcelona, España)
Hoy, en la fiesta de Nuestra Señora, la Virgen de los Dolores, escuchamos unas palabras punzantes en boca del anciano Simeón: «¡Y a ti misma una espada te atravesará el alma!» (Lc 2,35). Afirmación que, en su contexto, no apunta únicamente a la pasión de Jesucristo, sino a su ministerio, que provocará una división en el pueblo de Israel, y por lo tanto un dolor interno en María. A lo largo de la vida pública de Jesús, María experimentó el sufrimiento por el hecho de ver a Jesús rechazado por las autoridades del pueblo y amenazado de muerte.
María, como todo discípulo de Jesús, ha de aprender a situar las relaciones familiares en otro contexto. También Ella, por causa del Evangelio, tiene que dejar al Hijo (cf. Mt 19,29), y ha de aprender a no valorar a Cristo según la carne, aun cuando había nacido de Ella según la carne. También Ella ha de crucificar su carne (cf. Ga 5,24) para poder ir transformándose a imagen de Jesucristo. Pero el momento fuerte del sufrimiento de María, en el que Ella vive más intensamente la cruz es el momento de la crucifixión y la muerte de Jesús.
También en el dolor, María es el modelo de perseverancia en la doctrina evangélica al participar en los sufrimientos de Cristo con paciencia (cf. Regla de san Benito, Prólogo 50). Así ha sido durante toda su vida, y, sobre todo, en el momento del Calvario. De esta manera, María se convierte en figura y modelo para todo cristiano. Por haber estado estrechamente unida a la muerte de Cristo, también está unida a su resurrección (cf. Rm 6,5). La perseverancia de María en el dolor, realizando la voluntad del Padre, le proporciona una nueva irradiación en bien de la Iglesia y de la Humanidad. María nos precede en el camino de la fe y del seguimiento de Cristo. Y el Espíritu Santo nos conduce a nosotros a participar con Ella en esta gran aventura.
Mauricio Sartorius miró a su hermano y pensó: «Estoy viendo a Jesús en él, estoy hablando con Jesús»
Mauricio Sartorius en una foto de 2024; cuenta a ReL su relación con su hermano Javier, y la película que habla de su conversión, vida y muerte .
Ya se ha pre-estrenado este jueves en Madrid la película Sólo Javier, que cuenta la conversión e historia de fe de Javier Sartorius Milans del Bosch, campeón de pádel tenis en EEUU, de familia acomodada y muy conocida en Madrid, que pasó 10 años de ermitaño pobre en el santuario de Lord, en la Cataluña central, y murió joven, animando a muchos a hacerse las grandes preguntas. El estreno en cines para el gran público español es el 12 de septiembre. A Perú llega el 13 de noviembre.
Hablamos con Mauricio Sartorius, su hermano, un hombre de fe viva, una fe que ha alimentado también en Lord y en el ejemplo de Javier. Mauricio dice que está conociendo muchos "santos de la puerta de al lado".
- Mauricio, ¿usted ya ha visto la película? ¿Le encuentra alguna pega?
- La hemos visto algunos de la familia, y con algunos de los testimonios que intervienen. Es una gran película. Por buscarle una pega, diría que es un pelín larga. Y eso que le falta la parte de Dallas, en Texas. Quizá se podría recortar un poco la parte en que Javier fue misionero en Perú. Claro que ahora tenemos un Papa ¡que también fue misionero en Perú y que también le gusta el tenis! Fíjate que en mayo el Papa recibió a Jannik Sinner.
- ¿Qué pasó en Dallas con Javier Sartorius?
- Mi padre había mandado a mis hermanos, Javier y Fernando, a Estados Unidos, a que espabilaran. Javier tenía 17 años. "Sois un gasto, queridos, poneros las pilas", dijo papá. Eran un desastre estudiando y los echaron de colegios. Pero después pudieron entrar en otros con una beca por el tenis. Papá les pasaba un poquito de dinero, poco, así que ellos ¡incluso se pusieron a vender aspiradoras! Javier se hizo comercial. Pero luego se pusieron a dar clases de tenis.
En España, Manolo Santana, el famoso tenista, había querido tomar a Javier de discípulo, pero papá lo había impedido. Pero en EEUU Javier estaba en la misma academia de tenis por donde pasó André Agassi. Agassi era compañero de cuarto de mis hermanos, y en esa época ¡no le gustaba el tenis! Luego sería famosísimo. En fin, en Texas fue donde mis hermanos consiguieron un poco de dinero, y desconectaron algo de nuestra familia. Llamaban muy poco, pasaron dos años sin volver a España. Y se fueron a Los Ángeles, a vivir a su aire.
- En la película sí cuentan esa experiencia de Los Ángeles...
- Sí, en Venice Beach jugaban a pádel. Es un sitio con muchos vagabundos. En esa época eran muchos veteranos traumatizados de Vietnam. La película lo cuenta: Javier empezó a hablar con los vagabundos, se los llevaba a casa. Allí en la playa sigue habiendo gente que le conoce por su nombre.
- Y luego empieza con la espiritualidad oriental, las misiones en Perú...
- Vale, pero, ¡atención! Mi hermano no es como Carlo Acutis, que siempre fue buen chico, o como nuestro primo misionero Christopher Hartley, que desde niño fue al seminario. Mi hermano, antes de llegar a la fe, probó de todo. ¿Sabes lo de sexo, drogas, rock and roll? Es difícil encontrar algo de eso que no probara. Pero fue tachando experiencias, fue diciendo "esto no, no me llena". Ganó el campeonato más importante de pádel tenis de EEUU y lo primero que hizo fue tirar la Copa a la basura.
- ¿El deporte le dejó de gustar?
- No. Los Sartorius hemos sido muy deportistas y Javier, incluso de ermitaño en Lord hacía deporte. Una vez le visité para hablar de mis problemas y me dijo que trajera la raqueta y estuvimos jugando. Incluso logró que hiciera ejercicio físico su maestro espiritual, el padre Jordana, que era un hombre muy austero. Mi padre nunca entendió qué hacía Javier allí de ermitaño, le molestaba.
- ¿Le molestaba a su padre que Javier tuviera fe?
- No, la parte de ser misionero en Perú le parecía bien. Pero lo de ser ermitaño, el silencio, todo eso, sólo lo entendió después de morir Javier. Mis padres murieron ya. Ambos están enterrados en Lord, en la misma tumba que mi hermano, encima de él. Papá se había enfadado con Lord. "Qué hace mi hijo aquí", protestaba. "A esta criatura la voy a desheredar", me dijo. Pero cuando murió Javier, en el funeral, vio que había tocado a muchas personas, que dejó huella. Y me dijo: "ahora lo entiendo". Javier murió en 2006, papá en 2007, y Javier ya en 2005, enfermo, le escribía cartas con temas serios, de fe. Una semana antes de morir, mi padre pidió consultar a ver si lo podían enterrar en Lord.
- ¿Quién más influyó en Javier?
- Nuestro primo Christopher Hartley, misionero. Fue de los que más influyó a mi hermano, cuando ya despertó su fe. Quizá en la película eso se señala poco. Sí sale Billy, el hermano de Christopher. Javier fue a Perú y estuvo 4 años allí por invitación de Billy. Pero luego se carteó mucho con Christopher. Javier es una persona que se fijaba en Andrea Agassi, en Rafa Nadal, en los grandes deportistas... y en cierto momento cambia, y sus influencers serán San Francisco, San Agustín...
- ¿La Iglesia beatificará a Javier?
- Quizá. Mosén Norbert Miracle, que fue director del Seminario Interdiocesano de Cataluña, fue quien propuso explorar la causa de beatificación al obispado de Solsona. Homero Val escribió una biografía, con cartas que envió Javier a mi padre y a otros de la familia. Y Jordi Bosch, sacerdote, que estuvo con Javier en Perú, en su conversión, puso en marcha la Asociación Javier Sartorius. No sigo mucho el proceso de beatificación. Si sale, bien; si no, también. Para mí, mi hermano es un santo. Ya lo pensaba antes.
- ¿Se nota cuando estás con un santo?
- Jesucristo era la referencia de Javier, y el documental sigue esa referencia. Yo lo conocí de discotecas en su juventud, y luego en sus últimos años. ¡Qué cambio! La última vez que hablé con él en persona pensé: "Estoy viendo a Jesús en él, estoy hablando con Jesús".
Creo que mi hermano ya ha hecho mucho bien, y puede seguir haciéndolo. Yo tuve una separación muy complicada en 1991. Fui con Javier a Lord. Su conversación era elevada. Yo le decía: "no me aburras". Pero, después de morir él, fui leyendo sus cartas. Y pensé: "no nos hemos enterado de su vida". Los frutos han sido brutales. Hay que estar alerta, no sabemos el momento ni la hora. Javier, diez días antes de morir, me dijo: "¿has hecho la maleta? No sabes de qué maletas te estoy hablando. ¡Vas muy cargado de equipaje!".
Un fotograma de Solo Javier, rodado en el santuario de Lord con sus ovejassolo javier
- ¿Y la película?
- Claro, podemos preguntarnos: ¿querría Javier una película? La idea de hacer un documental fue de Jordi Bosch. Yo pensé: "eso costaría un dinero, ¿mi hermano lo querría?" Pero el padre Joan, el actual rector de Lord, dijo: "Javier estaba perdido y fue encontrado". ¿Y si esta película, con su historia, ayuda a muchos a encontrar al Señor, a que tengan un despertar del corazón? Así que le dije a Jordi que buscara al equipo de cineastas, a Josepmaria Anglès y los otros, que son unos cracks. Eso sí, les dije que antes tenían que tener la experiencia de estar en Lord. Y la familia nos abrimos a apoyar la película.
- Según la película, el cambio espiritual de Javier empezó con su primer retiro de yoga, con, simplemente, estar en silencio un día...
- Todos tenemos, en mi familia, un aspecto contemplativo. Yo, en pandemia, no eché de menos nada. Incluso mi hermano Fernando, a su manera, lo siente en la naturaleza. El caso es que Javier nunca antes había llegado a pararse y darse cuenta de lo trascendente. San Agustín dice: "te buscaba fuera y te encontré dentro". Por eso Lord hace tanto bien: es un lugar que te lleva al detenimiento, a pararte, a contemplar. Cuando llegas, tienes que entregar tu móvil.
- Pero Javier también vivió un despertar espiritual al estar con los pobres...
- Sin duda. Pero Madre Teresa dice que la mayor pobreza no es la material y yo hoy creo que tiene razón. He visto la pobreza material y, sí, es terrible, pero la otra es peor. Me preocupa ver la desconexión con lo trascendente de la gente de mi entorno.
¿Para qué estás aquí? ¿Para qué vives? Querría que con este documental el espectador se hiciese preguntas. ¡Hoy mucha gente no quiere ni plantearse las preguntas!
Un fotograma de la película Sólo Javier que recrea la atención de Javier Sartorius por los vagabundos de Los Ángelessolo javier
- Quizá la gente va muy atareada...
- Ya, te dicen "no tengo tiempo". Pero si prestaran atención, verían que Dios habla de distintas formas. Y los 45 minutos semanales de misa, es poco: si dedicas solo 45 minutos semanales a algo, al golf, por ejemplo, no avanzarás mucho en eso. Otros temen que se islamice el mundo, pero los musulmanes se aprenden el Corán, mientras que muchos cristianos no saben nada de la Biblia. Si miras la Biblia de Javier, la verás anotada y subrayada en cada palabra. Él se sumergió en la Palabra de Dios.
- Parece que Javier también tenía algo de niño, de disfrutar con lo sencillo...
- Sí, Javier era un niño. De hecho, animo a los espectadores a que vean la película con ojos de un niño. En Lord cuidaba de las ovejas y jugaba con los corderitos. Un día rescató a uno que se despeñó. Le inquietaba la pobreza del mundo, pero tenía la alegría de estar con Dios. Es como esa alegría de después de confesarte, de gratitud. Él vivía en gratitud, y eso le llevaba a la generosidad y la entrega. A veces papá daba dinero para el santuario, pero Javier se los pasaba directamente al padre Christopher para las misiones, no se lo guardaba. En Lord tenía sólo un pantalón, una camiseta, unas zapatillas y dormía con una manta, sin calefacción. Se calentaba corriendo detrás del perro.
- La película recoge algo de la enfermedad final y sufrimientos de Javier...
- Creo que intentaba completar la Pasión de Cristo. Lo que dice San Pablo: completo en mi cuerpo lo que falta... Murió de infarto, entregó su reloj unos minutos antes, como se ve en la película. Sé que rezó mucho por nuestra familia, que entregó la vida por su familia. Intentó que nuestros padres se reconciliaran. Incluso organizó una merienda familiar para eso, pero salió mal. Quizá en el padre Jordana, su director espiritual, encontró el padre ideal que buscaba, una persona mística.
- ¿Y si no hubiera ido a EEUU? ¿Y si Manolo Santana lo hubiera tomado de discípulo en España?
- No soy muy amigo de los "y si", pero... A ver, Javier tenía un talento brutal, pero era muy revoltoso. En esa época no tenía el rigor ni la disciplina que se exigiría para llegar muy arriba, la disciplina brutal de un Rafa Nadal. Si no pasas hambre, no te disciplinas tanto. Él, como nuestro hermano Fernando, era un espíritu libre.
- Pero él, con su vida, ha cambiado otras vidas...
- Javier me decía: "Mauri, dedícate al silencio, ten un director espiritual". Pues ahora tengo varios. El principal es el padre Juan, que te hace una resonancia magnética del alma. También decía: "Lee la Biblia, sigue los sacramentos". Y, por último, da tu tiempo, como decía Madre Teresa. Pienso en el necesitado. El tercer domingo de noviembre, en la Jornada de los Pobres, organizamos una fiesta a la que vienen unas 300 personas, con las Hermanitas Cordero, las Misioneras de la Caridad, algunos parientes... Nuestro photocall será un espejo: Bocatas, Hogares Lázaro, Esperanza y Alegría en la India, TuTecho... Estoy conociendo muchos "santos de la puerta de al lado". Y recuerdo que Javier decía: "si tienes un problema, dámelo a mí".
En aquel tiempo, Jesús dijo a Nicodemo: «Nadie ha subido al cielo sino el que bajó del cielo, el Hijo del hombre. Y como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así tiene que ser levantado el Hijo del hombre, para que todo el que crea en Él tenga vida eterna. Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo único, para que todo el que crea en Él no perezca, sino que tenga vida eterna. Porque Dios no ha enviado a su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por Él».
«Para que todo el que crea en Él tenga vida eterna»
Rev. D. Antoni CAROL i Hostench
(Sant Cugat del Vallès, Barcelona, España)
Hoy, el Evangelio es una profecía, es decir, una mirada en el espejo de la realidad que nos introduce en su verdad más allá de lo que nos dicen nuestros sentidos: la Cruz, la Santa Cruz de Jesucristo, es el Trono del Salvador. Por esto, Jesús afirma que «tiene que ser levantado el Hijo del hombre» (Jn 3,14).
Bien sabemos que la cruz era el suplicio más atroz y vergonzoso de su tiempo. Exaltar la Santa Cruz no dejaría de ser un cinismo si no fuera porque allí cuelga el Crucificado. La cruz, sin el Redentor, es puro cinismo; con el Hijo del Hombre es el nuevo árbol de la Sabiduría. Jesucristo, «ofreciéndose libremente a la pasión» de la Cruz ha abierto el sentido y el destino de nuestro vivir: subir con Él a la Santa Cruz para abrir los brazos y el corazón al Don de Dios, en un intercambio admirable. También aquí nos conviene escuchar la voz del Padre desde el cielo: «Éste es mi Hijo (...), en quien me he complacido» (Mc 1,11). Encontrarnos crucificados con Jesús y resucitar con Él: ¡he aquí el porqué de todo! ¡Hay esperanza, hay sentido, hay eternidad, hay vida! No estamos locos los cristianos cuando en la Vigilia Pascual, de manera solemne, es decir, en el Pregón pascual, cantamos alabanza del pecado original: «¡Oh!, feliz culpa, que nos has merecido tan gran Redentor», que con su dolor ha impreso “sentido” al dolor.
«Mirad el árbol de la cruz, donde colgó el Salvador del mundo: venid y adorémosle» (Liturgia del Viernes Santo). Si conseguimos superar el escándalo y la locura de Cristo crucificado, no hay más que adorarlo y agradecerle su Don. Y buscar decididamente la Santa Cruz en nuestra vida, para llenarnos de la certeza de que, «por Él, con Él y en Él», nuestra donación será transformada, en manos del Padre, por el Espíritu Santo, en vida eterna: «Derramada por vosotros y por muchos para el perdón de los pecados».
De 8 años casados y 4 divorciados a la nulidad... ¿y un milagro? «Dios nos hizo nuevos»
Joaquín y Ana.
Casados durante 8 años, divorciados por 4 y con una nulidad matrimonial, Joaquín y Ana restauraron su matrimonio anclándose y sanando en Dios.
Casados durante 8 años, divorciados 4 y con una nulidad matrimonial, Karina y Joaquín tuvieron un camino largo y nada sencillo antes de conocer al Amor, quien los capacitó para amarse verdaderamente.
Tal y como publicó recientemente Aleteia, Joaquín y Karina comenzaron su camino como esposos desde muy jóvenes; ella tenía 20 y él 24. Tras ocho años juntos decidieron separarse y comenzar el trámite de su nulidad matrimonial.
Karina cuenta que, aunque al tomar la decisión de casarse había mucho amor y amistad, también había heridas muy profundas que no sabían que tenían, pero que necesitaban ser sanadas.
“Nos escondíamos detrás de la diversión y del alcohol. No teníamos idea de lo que significaba realmente el compromiso del matrimonio. Al llegar los problemas, no teníamos herramientas para enfrentarlos. No nos conocíamos a nosotros mismos, ni sabíamos por qué reaccionábamos de ciertas formas”.
Pronto se toparon con una realidad: no estaban listos para un amor maduro, ni para el compromiso que conlleva el matrimonio.
“Nuestras heridas no trabajadas comenzaron a chocar, y sin una relación viva con Dios, sin ese trabajo personal, simplemente no pudimos sostenernos. Fue necesario detenernos y que todo se rompiera para volver a construir”.
Tras un tiempo, y con una hija de ocho años, tomaron la decisión de separarse, manteniendo una relación de cuidado y respeto, aún cuando cada uno rehízo su vida con nuevas parejas.
Encuentro con el Amor para aprender a amarse
Llegó entonces el momento que lo cambió todo. Conocieron al Señor.
“Al conocer al Señor, todo cambió. Dejamos nuestras relaciones porque queríamos vivir en gracia. Joaquín no quería regresar en ese momento, así que se inició el proceso de nulidad matrimonial”.
Sin mbargo, al llegar a firmar su nulidad, tuvieron un encuentro poderoso con el Espíritu Santo.
“Oramos y le entregamos la decisión a Dios, y Él hizo un milagro. Joaquín dice que se le quitó una venda de los ojos. Entendimos que Dios no quería que dejáramos la familia que Él había formado. Fue un nuevo sí, pero no fue fácil. Tuvimos que sanar, hacer mucha terapia, tener muchos encuentros personales con Dios. Tuvimos que morir a lo que fuimos, para que Él pudiera hacernos nuevos”.
Karina reconoce que el proceso fue difícil, pues el enemigo usaba esos miedos y heridas para llenarlos de dudas, para hacerles creer que las cosas no cambiarían y que, de volver a elegirse, la historia se repetiría.
“En mi caso, yo ya venía rota, con una depresión profunda aunque aparentaba estar bien. Cuando tuve un encuentro con el amor verdadero -el amor que es Dios- entendí que nunca había sabido amar porque nunca lo había conocido a Él. Al conocerlo, pude ver a Joaquín con Sus ojos, y empezar a amarlo como Él lo amaba”.
Guiados por Dios, decidieron volver a casarse, con Jesús en el centro.
Hoy su vida matrimonial es completamente diferente.
“Sabemos que si lo amamos a Él, Él nos da el amor para amarnos entre nosotros”.
“Ahora no buscamos que el otro llene nuestros vacíos. Ante cualquier problema, vamos primero a Dios. Nuestra roca es Jesús, por eso nuestra relación es nueva. Dios nos hizo nuevos. No hay vuelta atrás a la antigua versión de nosotros”.
En su día a día buscan activamente el bien del otro, su crecimiento y desarrollo para que lleguen a convertirse en lo que Dios soñó y cumplan su propósito de vida. “Queremos ser ese faro, ese apoyo en los momentos difíciles, esa persona sana, que sostiene desde el amor, y no desde la necesidad”.
Ya no se trata solo de “nosotros”, aseguran, “sino de amar tanto al otro que anhelas que florezca, que cumpla su llamado. Y todo eso solo es posible porque el amor viene de Dios”.
Crisis como oportunidad para ser transformados por Dios
Desde esta experiencia, Karina enfatiza en que, si bien el matrimonio es de dos, el trabajo interior y la relación con Dios son personales, y sin estos aspectos individuales, la relación puede fracturarse.
“Si no hay un encuentro profundo con Él, si no se sanan las heridas internas con Su luz, es muy difícil sostener una relación sana y verdadera”.
“Las heridas más peligrosas son las heridas de la infancia no sanadas, porque las proyectamos en la relación. Esperamos que el otro las cure, pero eso solo puede hacerlo Dios. Si no las trabajamos, terminamos cargando al otro con algo que no le corresponde”, advierte Karina.
Y reconoce también que hacer un espacio para el divorcio, para otras personas, vicios o ídolos como el trabajo, divide al corazón y abre una puerta de entrada al enemigo.
Karina y Joaquín volvieron a celebrar su matrimonio y animan a otras parejas en crisis a buscar un encuentro profundo con Dios, a buscar ayuda profesional y no perder la esperanza.
“Queremos decirles, desde nuestra experiencia, que sí hay luz al final del túnel. Aunque en este momento todo se sienta oscuro, aunque parezca que ya no hay salida, la hay. Pero se necesita valentía. Se necesita fe. Se necesita estar dispuestos a trabajar, a mirar hacia adentro, a dejarse moldear por Dios. La restauración es real, pero no sucede sin decisión, sin humildad y sin proceso.
Y si solo uno de los dos cree en la restauración, con uno basta. Uno que ore. Uno que se rinda. Uno que sane desde la raíz. Uno que busque a Dios con todo el corazón. Porque ese ejemplo transforma. Ese ejemplo arrastra. Ese ejemplo puede ser la chispa que despierte algo nuevo en el otro. El cambio no se impone, se inspira”.
Ambos enfatizan en que la crisis, más que un final, es una oportunidad, pues el punto de quiebre es el lugar perfecto para que Dios reconstruya desde cero.
“La crisis puede ser una puerta de salida o una puerta de entrada a una nueva historia, a una sanación más profunda de la que jamás imaginamos. Si la tomamos como camino, puede ser el inicio de algo muchísimo más bello de lo que fue antes. Pero tenemos que caminar juntos”.
Además, aconsejan: “En medio de la tormenta, no olviden lo bueno que han vivido. Es fácil ver lo negativo cuando todo duele, pero hagan memoria del amor que los unió. Escribidlo, rezad con eso y pedidle a Jesús que os muestre el camino. No se trata de volver solo por costumbre o necesidad; se trata de permitir que Dios haga nuevo ese matrimonio, que lo limpie, que lo purifique y lo eleve”.
Tras todo este camino, concluyen que "Dios es un Dios que cumple sus promesas y que hace todo nuevo, pero tenemos que dejarnos ser moldeados por El".
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Porque no hay árbol bueno que dé fruto malo y, a la inversa, no hay árbol malo que dé fruto bueno. Cada árbol se conoce por su fruto. No se recogen higos de los espinos, ni de la zarza se vendimian uvas. El hombre bueno, del buen tesoro del corazón saca lo bueno, y el malo, del malo saca lo malo. Porque de lo que rebosa el corazón habla su boca.
»¿Por qué me llamáis: ‘Señor, Señor’, y no hacéis lo que digo? Todo el que venga a mí y oiga mis palabras y las ponga en práctica, os voy a mostrar a quién es semejante: Es semejante a un hombre que, al edificar una casa, cavó profundamente y puso los cimientos sobre roca. Al sobrevenir una inundación, rompió el torrente contra aquella casa, pero no pudo destruirla por estar bien edificada. Pero el que haya oído y no haya puesto en práctica, es semejante a un hombre que edificó una casa sobre tierra, sin cimientos, contra la que rompió el torrente y al instante se desplomó y fue grande la ruina de aquella casa».
«Cada árbol se conoce por su fruto»
P. Raimondo M. SORGIA Mannai OP
(San Domenico di Fiesole, Florencia, Italia)
Hoy, el Señor nos sorprende haciendo “publicidad” de sí mismo. No es mi intención “escandalizar” a nadie con esta afirmación. Es nuestra publicidad terrenal lo que empequeñece a las cosas grandes y sobrenaturales. Es el prometer, por ejemplo, que dentro de unas semanas una persona gruesa pueda perder por lo menos cinco o seis kilos usando un determinado “producto-trampa” (u otras promesas milagrosas por el estilo) lo que nos hace mirar a la publicidad con ojos de sospecha. Mas, cuando uno tiene un “producto” garantizado al cien por cien, y —como el Señor— no vende nada a cambio de dinero sino solamente nos pide que le creamos tomándole como guía y modelo de un preciso estilo de vida, entonces esa “publicidad” no nos ha de sorprender y nos parecerá la más lícita del mundo. ¿No ha sido Jesús el más grande “publicitario” al decir de sí mismo «Yo soy la Vía, la Verdad y la Vida» (Jn 14,6)?
Hoy afirma que quien «venga a mí y oiga mis palabras y las ponga en práctica» es prudente, «semejante a un hombre que, al edificar una casa, cavó profundamente y puso los cimientos sobre roca» (Lc 6,47-48), de modo que obtiene una construcción sólida y firme, capaz de afrontar los golpes del mal tiempo. Si, por el contrario, quien edifica no tiene esa prudencia, acabará por encontrarse ante un montón de piedras derruidas, y si él mismo estaba en el interior en el momento del choque de la lluvia fluvial, podrá perder no solamente la casa, sino además su propia vida.
Pero no basta acercarse a Jesús, sino que es necesario escuchar con la máxima atención sus enseñanzas y, sobre todo, ponerlas en práctica, porque incluso el curioso se le acerca, y también el hereje, el estudioso de historia o de filología... Pero será solamente acercándonos, escuchando y, sobre todo, practicando la doctrina de Jesús como levantaremos el edificio de la santidad cristiana, para ejemplo de fieles peregrinos y para gloria de la Iglesia celestial.
Paula Jaramillo, colombiana, fotógrafa, esposa y madre de dos hijos, comparte su testimonio. Aunque tenía fe, al mudarse de ciudad se fue alejando y buscó refugio en la yoga y la meditación.
Esto la llevó a una fuerte depresión, ataques de ira, insomnio y pesadillas. Durante una hora santa experimentó un encuentro con Dios que la hizo reconocer que había algo espiritual detrás de su sufrimiento.
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos esta parábola: «¿Podrá un ciego guiar a otro ciego? ¿No caerán los dos en el hoyo? No está el discípulo por encima del maestro. Todo discípulo que esté bien formado, será como su maestro. ¿Cómo es que miras la brizna que hay en el ojo de tu hermano, y no reparas en la viga que hay en tu propio ojo? ¿Cómo puedes decir a tu hermano: ‘Hermano, deja que saque la brizna que hay en tu ojo’, no viendo tú mismo la viga que hay en el tuyo? Hipócrita, saca primero la viga de tu ojo, y entonces podrás ver para sacar la brizna que hay en el ojo de tu hermano».
«Todo discípulo que esté bien formado, será como su maestro»
Rev. D. Antoni CAROL i Hostench
(Sant Cugat del Vallès, Barcelona, España)
Hoy, las palabras del Evangelio nos hacen reflexionar sobre la importancia del ejemplo y de procurar para los otros una vida ejemplar. En efecto, el dicho popular dice que «“Fray Ejemplo” es el mejor predicador», u otro que afirma que «más vale una imagen que mil palabras». No olvidemos que, en el cristianismo, todos —¡sin excepción!— somos guías, ya que el Bautismo nos confiere una participación en el sacerdocio (mediación salvadora) de Cristo: en efecto, todos los bautizados hemos recibido el sacerdocio bautismal. Y todo sacerdocio, además de las misiones de santificar y de enseñar a los demás, incorpora también el munus —la función— de regir o dirigir.
Sí, todos —queramos o no— con nuestra conducta tenemos la oportunidad de llegar a ser un modelo estimulante para aquellos que nos rodean. Pensemos, por ejemplo, en la ascendencia que unos padres tienen sobre sus hijos, los profesores sobre los alumnos, las autoridades sobre los ciudadanos, etc. El cristiano, sin embargo, debe tener una conciencia particularmente viva acerca de todo esto. Pero..., «¿podrá un ciego guiar a otro ciego?» (Lc 6,39).
Para nosotros, cristianos, es como una llamada de atención aquello que los judíos y las primeras generaciones de cristianos decían de Jesucristo: «Todo lo ha hecho bien» (Mc 7,37); «El Señor comenzó a hacer y enseñar» (Hch 1,1).
Debemos procurar traducir en obras aquello que creemos y profesamos de palabra. En una ocasión, el Papa Benedicto XVI, cuando todavía era el Cardenal Ratzinger, afirmaba que «el peligro más amenazador son los cristianismos adaptados», es decir, el caso de aquellas personas que de palabra se profesan católicas pero que, en la práctica, con su conducta, no manifiestan el “radicalismo” propio del Evangelio.
Ser radicales no equivale a fanáticos (ya que la caridad es paciente y tolerante) ni a exagerados (pues en cuestiones de amor no es posible exagerar). Como ha afirmado San Juan Pablo II, «el Señor crucificado es un testimonio insuperable de amor paciente y de humilde mansedumbre»: no se trata ni de un fanático ni de un exagerado. Pero sí que es radical, tanto que nos hace decir con el centurión que asistió a su muerte: «Verdaderamente este hombre era justo» (Lc 23,47).
Una australiana que fue misionera en Filipinas, nueva presidenta de las religiosas
Oonagh O'Shea, australiana, superiora de la congregación de Nuestra Señora de Sión, es la nueva presidenta de la UISG
Hay unas 600.000 religiosas en la Iglesia Católica, en congregaciones de todo tipo dedicadas a la vida contemplativa, la educación, las misiones, los más pobres, etc... Están coordinadas en la UISG (la Unión Internacional de Superioras Generales, entidad que existe desde hace 60 años), que ha celebrado su 23ª asamblea plenaria en Roma del 5 al 9 de mayo, con la asistencia de más de 900 superioras llegadas de 75 países.
En este encuentro fue elegida una nueva presidenta para este organismo: se trata de Oonagh O'Shea, Superiora General de las Religiosas de Notre Dame de Sion, congregación fundada en el siglo XIX por Alfonso María Ratisbona (judío que luego fue sacerdote católico) para la evangelización y relación con entornos judíos. En la elección participaron 45 religiosas delegadas por las distintas secciones (constelaciones) de la UISG.
Los Ratisbona y la Congregación de Sión
Oonagh O'Shea es una australiana nacida en 1946 de padres irlandeses. En su juventud fue maestra de primaria en escuelas católicas y participó en la Juventud Obrera Cristiana. Con 22 años entró en las Religiosas de Notre Dame de Sion. Enseñó durante cuatro años en una escuela parroquial, realizó estudios de Teología, Política e Historia Económica y se formó durante un año en Israel. Trabajó en temas de ecumenismo, Justicia y Paz y con personas sin hogar.
En 1990, junto con otra hermana australiana, puso en marcha en Filipinas una misión de su congregación, donde vivió dos décadas años en una zona rural y pobre. Impulsó allí una ONG de ayuda a las mujeres rurales pobres y participó en las Misioneras Rurales de Filipinas.
Elegida como Superiora General en 2010, regresó a Filipinas al concluir su primer mandato en 2017. Fue reelegida en 2022 y actualmente está cumpliendo su segundo mandato, que finalizará en julio de 2028.
En el contexto del Jubileo de la Esperanza, declaró: "Es la esperanza que nos permite seguir sirviendo con creatividad y audacia, en un mundo herido y en cambio. Es esta esperanza la que nos hace mujeres en camino, capaces de custodiar y generar vida donde todo parece apagado".
Superioras de distintas congregaciones de la UISG en su congreso con motivo del Jubileo en Roma en 2025uisg
Crean una fundación para religiosas ancianas
La asamblea de la UISG también lanzó oficialmente The Anna Trust, una fundación para apoyar a las religiosas más ancianas y de entornos vulnerables.
También se presentó el plan estratégico 2025-2031 de la UISG, concebido como una “caja de herramientas” para "promover una cultura sinodal" en las congregaciones femeninas.
Otros cargos que se han decidido son el de vicepresidenta para la argentina Graciela Francovig, que es superiora general de las Hijas de Jesús, y la presencia en el consejo directivo de Priscila Latela (superiora de las misioneras claretianas) y Rita Calvo (superiora de la Compañía de María, de Tordesillas, Valladolid).
Las religiosas de la UISG fueron a cruzar la Puerta Santa en San Pedro del Vaticano para ganar el jubileo en el último día de su encuentro... y esa tarde fue elegido el nuevo Papa (ver vídeo).
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En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Yo os digo a los que me escucháis: Amad a vuestros enemigos, haced bien a los que os odien, bendecid a los que os maldigan, rogad por los que os difamen. Al que te hiera en una mejilla, preséntale también la otra; y al que te quite el manto, no le niegues la túnica. A todo el que te pida, da, y al que tome lo tuyo, no se lo reclames. Y lo que queráis que os hagan los hombres, hacédselo vosotros igualmente. Si amáis a los que os aman, ¿qué mérito tenéis? Pues también los pecadores aman a los que les aman. Si hacéis bien a los que os lo hacen a vosotros, ¿qué mérito tenéis? ¡También los pecadores hacen otro tanto! Si prestáis a aquellos de quienes esperáis recibir, ¿qué mérito tenéis? También los pecadores prestan a los pecadores para recibir lo correspondiente. Más bien, amad a vuestros enemigos; haced el bien, y prestad sin esperar nada a cambio; y vuestra recompensa será grande, y seréis hijos del Altísimo, porque Él es bueno con los ingratos y los perversos.
»Sed compasivos, como vuestro Padre es compasivo. No juzguéis y no seréis juzgados, no condenéis y no seréis condenados; perdonad y seréis perdonados. Dad y se os dará; una medida buena, apretada, remecida, rebosante pondrán en vuestro regazo. Porque con la medida con que midáis se os medirá».
«Sed compasivos, como vuestro Padre es compasivo»
Rev. D. Jaume AYMAR i Ragolta
(Badalona, Barcelona, España)
Hoy, en el Evangelio, el Señor nos pide por dos veces que amemos a los enemigos. Y seguidamente da tres concreciones positivas de este mandato: haced bien a los que os odien, bendecid a los que os maldigan, rogad por los que os difamen. Es un mandato que parece difícil de cumplir: ¿cómo podemos amar a quienes no nos aman? Es más, ¿cómo podemos amar a quienes sabemos cierto que nos quieren mal? Llegar a amar de este modo es un don de Dios, pero es preciso que estemos abiertos a él. Bien mirado, amar a los enemigos es lo más sabio humanamente hablando: el enemigo amado se verá desarmado; amarlo puede ser la condición de posibilidad para que deje de ser enemigo. En la misma línea, Jesús continúa diciendo: «Al que te hiera en una mejilla, preséntale también la otra» (Lc 6,29). Podría parecer un exceso de mansedumbre. Ahora bien, ¿qué hizo Jesús al ser abofeteado en su pasión? Ciertamente no contraatacó, pero respondió con una firmeza tal, llena de caridad, que debió hacer reflexionar a aquel siervo airado: «Si he hablado mal, di en qué, pero si he hablado como es debido, ¿por qué me pegas?» (Jn 18,22-23).
En todas las religiones hay una máxima de oro: «No hagas a nadie lo que no quieres que te hagan a ti». Jesús es el único que la formula en positivo: «Lo que queráis que os hagan los hombres, hacédselo vosotros igualmente» (Lc 6,31). Esta regla de oro es el fundamento de toda la moral. Comentando este versículo, nos alecciona san Juan Crisóstomo: «Todavía hay más, porque Jesús no dijo únicamente: ‘desead todo bien para los demás’, sino ‘haced el bien a los demás’»; por eso, la máxima de oro propuesta por Jesús no se puede quedar en un mero deseo, sino que debe traducirse en obras.
La hermana Adele, la «Madre de Filipinas»: ha rescatado a 1000 niños del tráfico de personas
Obras en el Hogar de Estudiantes y Mujeres de las Hermanas Piadosas Obreras de la Inmaculada Concepción.
El archipiélago filipino está compuesto por aproximadamente seis mil islas. Estas islas se consideran ahora un paraíso turístico; sin embargo, esconden su lado oscuro: enfermedades, explotación sexual de mujeres y de niños e insurrecciones armadas. El portal Avvenire cuenta su historia.
Aquí, gran parte de la población sobrevive con menos de un euro al día, y aquí también es donde las Piadosas Obreras de la Inmaculada Concepción, fundadas el 8 de diciembre de 1744 en Ascoli Piceno (Italia), realizan una gran misión.
Un día serás monja
La hermana Maria Adele ha sido una de ellas, a quien llaman la "madre de las filipinas", porque ha logrado rescatar a más de mil niños de las manos del tráfico de personas.
"Hace unos años, mientras leía sobre la Primera Comunión en la parroquia de Acqualagna, un pequeño pueblo del interior de Pésaro (Italia), escuché una voz clara: 'Un día serás monja'", recuerda. Un mes después, se mudó con su familia a Pésaro, y poco a poco, el deseo de consagrarse a Dios creció en ella.
La hermana Adele con un alumno filipino.
A los veinte años, ingresó en un convento. La enviaron a Padua como maestra. Sin embargo, su sueño era una misión en un país pobre. "Quería tener muchas oportunidades de estar con las personas más pobres del mundo", dice, "así que cuando en 1989 me dijeron que querían abrir una misión en Filipinas, acepté de inmediato con alegría".
No sabía nada del idioma, y, junto con otras dos monjas, la primera misión comenzó en Ciudad Quezón, en los barrios marginales de las afueras de Manila. Poco después, se quedó atrapada por los ataques de los revolucionarios contra la presidenta Corazón Aquino, pero escapó. En 1998, fundó la segunda misión en Calaca, ciudad de la provincia de Batangas.
Oonagh O'Shea, australiana, superiora de la congregación de Nuestra Señora de Sión, es la nueva presidenta de la UISG
Una australiana que fue misionera en Filipinas, nueva presidenta de las religiosas
El 12 de septiembre, se inaugurará la "Casa de Estudiantes y Mujeres", y se celebrará el 50º aniversario de la profesión religiosa de Hermann María Adele. "Será como retroceder en el tiempo y reencontrarse con uno mismo siendo niña el día de su Primera Comunión: "'Adele, serás monja'".
En aquel tiempo, Jesús alzando los ojos hacia sus discípulos, decía: «Bienaventurados los pobres, porque vuestro es el Reino de Dios. Bienaventurados los que tenéis hambre ahora, porque seréis saciados. Bienaventurados los que lloráis ahora, porque reiréis. Bienaventurados seréis cuando los hombres os odien, cuando os expulsen, os injurien y proscriban vuestro nombre como malo, por causa del Hijo del hombre. Alegraos ese día y saltad de gozo, que vuestra recompensa será grande en el cielo. Pues de ese modo trataban sus padres a los profetas.
»Pero ¡ay de vosotros, los ricos!, porque habéis recibido vuestro consuelo. ¡Ay de vosotros, los que ahora estáis hartos!, porque tendréis hambre. ¡Ay de los que reís ahora!, porque tendréis aflicción y llanto. ¡Ay cuando todos los hombres hablen bien de vosotros!, pues de ese modo trataban sus padres a los falsos profetas».
«Bienaventurados los pobres. (...) ¡Ay de vosotros los ricos!»
Rev. D. Joaquim MESEGUER García
(Rubí, Barcelona, España)
Hoy, Jesús señala dónde está la verdadera felicidad. En la versión de Lucas, las bienaventuranzas vienen acompañadas por unos lamentos que se duelen por aquellos que no aceptan el mensaje de salvación, sino que se encierran en una vida autosuficiente y egoísta. Con las bienaventuranzas y los lamentos, Jesús hace una aplicación de la doctrina de los dos caminos: el camino de la vida y el camino de la muerte. No hay una tercera posibilidad neutra: quién no va hacia la vida se encamina hacia la muerte; quién no sigue la luz, vive en las tinieblas.
«Bienaventurados los pobres, porque vuestro es el Reino de Dios» (Lc 6,20). Esta bienaventuranza es la base de todas las demás, pues quien es pobre será capaz de recibir el Reino de Dios como un don. Quien es pobre se dará cuenta de qué cosas ha de tener hambre y sed: no de bienes materiales, sino de la Palabra de Dios; no de poder, sino de justicia y amor. Quien es pobre podrá llorar ante el sufrimiento del mundo. Quien es pobre sabrá que toda su riqueza es Dios y que, por eso, será incomprendido y perseguido por el mundo.
«Pero ¡ay de vosotros, los ricos!, porque habéis recibido vuestro consuelo» (Lc 6,24). Esta lamentación es también el fundamento de todas las que siguen, pues quien es rico y autosuficiente, quien no sabe poner sus riquezas al servicio de los demás, se encierra en su egoísmo y obra él mismo su desgracia. Que Dios nos libre del afán de riquezas, de ir detrás de las promesas del mundo y de poner nuestro corazón en los bienes materiales; que Dios no permita que nos veamos satisfechos ante las alabanzas y adulaciones humanas, ya que eso significaría haber puesto el corazón en la gloria del mundo y no en la de Jesucristo. Nos será provechoso recordar lo que nos dice san Basilio: «Quien ama al prójimo como a sí mismo no acumula cosas innecesarias que puedan ser indispensables para otros».
El millonario que consagró todo un país a la Virgen: ayuda a presos, organiza retiros para curas...
En su finca se encuentra el Santuario de San José, construido hace 25 años como regalo de cumpleaños. Tatler Asia
Ernesto Escaler es un empresario filipino orgulloso de vivir según estos tres principios: oración, misericordia y confianza en la Virgen. A lo largo de su vida ha creado un imperio del café, ha organizado retiros para cientos de sacerdotes, evangeliza a través de sus empresas y ha consagrado su país a María.
La historia de Escaler, que recogen medios como Aleteia, solo se puede ver en Filipinas, un país donde la fe aún posee una espontaneidad y un dinamismo que reflejan la sencillez evangélica tan característica de un país con un 80% de población católica.
La Virgen como guía
Ernesto Escaler es el propietario de Gourmet Farms. Empezó vendiendo café y luego se expandió: hoy, su empresa es una de las marcas de servicios de alimentación más reconocidas del país. Tras su sencillez, se esconde un hombre profundamente católico y caritativo.
El propio Escaler se resiste a hablar de sus obras, pero la Agencia Católica de Noticias ha recopilado datos de su vida. Cada año, Escaler proporciona alimentos a más de 3 mil reclusos en las tres principales cárceles del país. También les ofrece trabajo en huertos, cuyos productos compra su empresa.
Además, apoya a los enfermos bajo el cuidado de las Misioneras de la Caridad y las Hermanas Canosianas, así como a seminarios, conventos y comunidades religiosas.
Escaler recibiendo un premio junto al cardenal filipino Tagle.
En 2024, convenció al presidente filipino Bongbong Marcos de consagrar la nación, incluida su familia, a Nuestra Señora de Guadalupe, por quien Escaler tiene una profunda devoción.
Organizó jornadas de reflexión sobre la misericordia y la consagración a María en cuatro ciudades importantes del país, y también inició un retiro sacerdotal que reunió a 800 sacerdotes y 16 obispos.
Su empresa, que emplea a aproximadamente 400 personas, está dedicada a la Santísima Virgen María. Escaler ofrece a sus empleados formación espiritual continua, que incluye misas semanales, devociones y materiales de oración.
En el corazón de su finca se encuentra el Santuario de San José, construido hace 25 años como regalo por su 50.º cumpleaños. En este tranquilo entorno natural, Escaler ha creado un espacio para retiros espirituales. "Somos una empresa dedicada a Nuestra Señora. Todo el Grupo Escaler le pertenece", enfatiza Ginny de Villa, directora ejecutiva del grupo.
Escaler no se atribuye ningún mérito: "Soy solo un instrumento en manos de Nuestra Señora. Esto no es obra mía. Nada de esto fue planeado. Simplemente me utilizaron", afirma.
Está profundamente convencido del papel de María como mediadora:
"Nuestra Santa Madre vino al mundo con una misión: guiar las almas hacia Jesús. Cuando te consagras a Ella, le das permiso para utilizarte en esta misión. Te conviertes en su instrumento, acercando a las personas a Dios", explica Escaler.
La hermana Adele, la «Madre de Filipinas»: ha rescatado a 1000 niños del tráfico de personas
En su empresa, la espiritualidad forma parte de la vida cotidiana. Los empleados reciben folletos con el texto del acto de consagración, se celebran fiestas marianas y se fomenta el rezo del rosario. "En el mundo empresarial, donde el control y la gestión son primordiales, la consagración exige confianza total. Y esta confianza se convierte en fortaleza", enfatiza de Villa.
En aquellos días, Jesús se fue al monte a orar, y se pasó la noche en la oración de Dios. Cuando se hizo de día, llamó a sus discípulos, y eligió doce de entre ellos, a los que llamó también apóstoles. A Simón, a quien llamó Pedro, y a su hermano Andrés; a Santiago y Juan, a Felipe y Bartolomé, a Mateo y Tomás, a Santiago de Alfeo y Simón, llamado Zelotes; a Judas de Santiago, y a Judas Iscariote, que llegó a ser un traidor.
Bajando con ellos se detuvo en un paraje llano; había una gran multitud de discípulos suyos y gran muchedumbre del pueblo, de toda Judea, de Jerusalén y de la región costera de Tiro y Sidón, que habían venido para oírle y ser curados de sus enfermedades. Y los que eran molestados por espíritus inmundos quedaban curados. Toda la gente procuraba tocarle, porque salía de él una fuerza que sanaba a todos.
«Jesús se fue al monte a orar, y se pasó la noche en la oración de Dios»
Fray Lluc TORCAL Monje del Monasterio de Sta. Mª de Poblet
(Santa Maria de Poblet, Tarragona, España)
Hoy quisiera centrar nuestra reflexión en las primeras palabras de este Evangelio: «En aquellos días, Jesús se fue al monte a orar, y se pasó la noche en la oración de Dios» (Lc 6,12). Introducciones como ésta pueden pasar desapercibidas en nuestra lectura cotidiana del Evangelio, pero —de hecho— son de la máxima importancia. En concreto, hoy se nos dice claramente que la elección de los doce apóstoles —decisión central para la vida futura de la Iglesia— fue precedida por toda una noche de oración de Jesús, en soledad, ante Dios, su Padre.
¿Cómo era la oración del Señor? De lo que se desprende de su vida, debía ser una plegaria llena de confianza en el Padre, de total abandono a su voluntad —«no busco hacer mi propia voluntad, sino la voluntad del que me ha enviado» (Jn 5,30)—, de manifiesta unión a su obra de salvación. Sólo desde esta profunda, larga y constante oración, sostenida siempre por la acción del Espíritu Santo que, ya presente en el momento de su Encarnación, había descendido sobre Jesús en su Bautismo; sólo así, decíamos, el Señor podía obtener la fuerza y la luz necesarias para continuar su misión de obediencia al Padre para cumplir su obra vicaria de salvación de los hombres. La elección subsiguiente de los Apóstoles, que, como nos recuerda san Cirilo de Alejandría, «Cristo mismo afirma haberles dado la misma misión que recibió del Padre», nos muestra cómo la Iglesia naciente fue fruto de esta oración de Jesús al Padre en el Espíritu y que, por tanto, es obra de la misma Santísima Trinidad. «Cuando se hizo de día, llamó a sus discípulos, y eligió doce de entre ellos, a los que llamó también apóstoles» (Lc 6,13).
Ojalá que toda nuestra vida de cristianos —de discípulos de Cristo— esté siempre inmersa en la oración y continuada por ella.
Diane Foley, madre del periodista decapitado por el Isis: «Lo más grande que tenemos es el perdón»
Diane Foley se reunió con el Papa junto con el escritor irlandés Colum McCann.
Los medios de comunicación del Vaticano acaban de entrevistar a Diane Foley, la madre del periodista estadounidense James W. Foley, secuestrado en 2012 por Isis y decapitado en Siria, en 2014. Foley ha sido recibida en audiencia por el Papa León XIV.
En octubre de 2021, Diane tuvo la fuerza y determinación de reunirse con Alexanda Kotey, uno de los asesinos de su hijo. Durante el encuentro, Diane quiso hacerle saber quién era realmente Jim, aquel chico generoso y valiente, interesado en contar la vida y la verdad de las personas que conocía.
"Quería humanizar a Jim"
Diane escribió con el escritor Colum McCann el libro Una madre, un retrato sobre su hijo Jim, en el que cuenta su camino personal, de dolor, de compasión, de comprensión, de mirar a los ojos a quienes contribuyeron a su muerte y de no dejar de hacerse preguntas, sostenida por la fe y la oración.
"Como estadounidenses, nos sentimos muy honrados y agradecidos de tener un Papa nacido en Estados Unidos, porque necesitamos curación y esperanza en el mundo. Me sentí muy honrado de conocerle y rezaré por él porque necesitamos su guía para la paz y la esperanza en el mundo", comenta sobre su encuentro con León XIV.
Libro de Foley en el que narra la pérdida de su hijo a manos del Isis.
Sobre por qué tuvo la necesidad de reunirse con Alexanda Kotey, uno de los asesinos de su hijo, Diane cuenta: "Creo que cuando estás inmerso en la guerra y el odio, en la yihad con el Isis, no ves caras. No ves a la gente. Sólo piensas en tu odio. Quería humanizar a Jim, porque Jim era un inocente, era un periodista, un hombre de paz, muy interesado en contar las historias del pueblo sirio".
"Quería que comprendiera que las personas atacadas intentaban dar esperanza al pueblo sirio: periodistas, trabajadores humanitarios. No eran combatientes. No llevaban armas. Quería que conociera a Jim, porque Jim también era profesor y realmente se preocupaba por los demás, le encantaba acompañar a los jóvenes en busca de su camino".
"Quería que Alexanda supiera qué clase de persona era Jim, que en otra vida podrían incluso ser amigos. Podía imaginarme a Jim incluso acompañando a Alexanda cuando era joven. Porque el pobre Alexanda había perdido a su padre cuando era joven. Y creo que era una persona que buscaba, pero buscaba en los lugares equivocados".
En el libro, que escribió con Colum McCann, Diane repite la palabra compasión. "La compasión forma parte de cómo debemos atrevernos a hablar con gente que no entendemos, o que quizá ni siquiera nos gusta. Necesitamos una forma de comunicarnos, de tener compasión los unos por los otros. Y ese fue el milagro de mi encuentro con Alexanda. Me escuchó de verdad, y yo recé para que me diera la gracia de escucharle. Y fue una gracia. El Espíritu Santo estuvo presente de una manera muy profunda. Fue una bendición. Muy triste, pero fue una bendición".
"Conocer el cómo de la muerte de un ser querido es conocer mejor la vida del ser querido", se dice en el libro. "Cuando mataron a Jim, nos quedamos en shock. Nunca esperamos tanto odio. Pero uno de sus amigos de la infancia hizo un documental sobre Jim, The James Foley Story. Y en ese documental entrevistó a los rehenes europeos que volvieron a casa. A través de esos rehenes descubrí lo que había ocurrido en los dos años que Jim estuvo cautivo, y cómo habían sufrido, pero también cómo habían hecho comunidad y cómo se habían animado unos a otros".
"Y me sentí agradecida porque pude darme cuenta de que Jim escuchaba nuestras oraciones, y de que Jim encontraba la manera de rezar, de sacar fuerzas de Dios. Estoy muy agradecida por eso y por la buena gente entre la que estaba: periodistas, cooperantes, con buen corazón y que realmente querían hacer el bien en el mundo".
Diane reconoce que la oración fue clave para vivir el encarcelamiento y el duelo posterior de su hijo. "Simplemente fundamental, fundamental. Quiero decir que estoy muy agradecida. En muchos sentidos, Dios me ha preparado para toda mi vida. Porque recibí el don de la fe cuando era adolescente, y mi fe en un Dios misericordioso y amoroso siempre ha sido muy importante para mí. Pero es un don, sólo un don".
"Así que sabía que Dios estaba presente. Y muchos, muchos ángeles fueron enviados a rodearnos después de que Jim fuera asesinado. Muchos ángeles, muchas bendiciones. Piensa en la bendición de hoy: conocer a Su Santidad. Dios ha sido muy bueno conmigo, y me ha sostenido junto con la Santísima Madre a través de todo esto. Ella me ha mantenido firme".
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El escritor Salman Ruhsdie definió el libro de Diane como "una historia espectacular de violencia y perdón". "El perdón implica misericordia, la misericordia de Jesús, la misericordia de Dios. No puede haber perdón sin misericordia. La justicia es necesaria, sí, pero lo más grande es la misericordia, que debemos tener los unos con los otros: perdonarnos, comprender que todos somos imperfectos, todos somos pecadores, y todos necesitamos la misericordia de Dios. Para mí, es una historia de misericordia", concluye.
Atrocidades de los 'Beatles'
Además de Alexanda, supuestamente otro de los verdugos de James Foley fue el joven británico de origen kuwaití conocido como "John el yihadista", cuya muerte se produjo en un bombardeo de EE. UU. el 12 de noviembre de 2015.
Activos en Siria entre 2012 y 2015, los cuatro miembros de los apodados comos 'Beatles' se radicalizaron en Londres y fueron acusados de haber supervisado la detención de al menos 27 periodistas y trabajadores humanitarios de Estados Unidos, Reino Unido, Francia, España, Italia, Alemania, Dinamarca, Suecia, Bélgica, Japón, Nueva Zelanda y Rusia.
El apodo de 'Beatles' había sido dado por rehenes occidentales a este grupo de yihadistas con acento británico. Este grupo había ganado una siniestra notoriedad al escenificar la ejecución de cautivos en violentos vídeos de propaganda.
Diez ex rehenes europeos y sirios describieron las atrocidades sufridas a manos de los 'Beatles', entre las cuales habían casos de simulacros de ahogamiento, descargas eléctricas e intentos de ejecución.