martes, 18 de noviembre de 2025

Santo Evangelio 18 noviembre 2025



 Texto del Evangelio (Lc 19,1-10):

 En aquel tiempo, habiendo entrado Jesús en Jericó, atravesaba la ciudad. Había un hombre llamado Zaqueo, que era jefe de publicanos, y rico. Trataba de ver quién era Jesús, pero no podía a causa de la gente, porque era de pequeña estatura. Se adelantó corriendo y se subió a un sicómoro para verle, pues iba a pasar por allí. Y cuando Jesús llegó a aquel sitio, alzando la vista, le dijo: «Zaqueo, baja pronto; porque conviene que hoy me quede yo en tu casa». Se apresuró a bajar y le recibió con alegría.

Al verlo, todos murmuraban diciendo: «Ha ido a hospedarse a casa de un hombre pecador». Zaqueo, puesto en pie, dijo al Señor: «Daré, Señor, la mitad de mis bienes a los pobres; y si en algo defraudé a alguien, le devolveré el cuádruplo». Jesús le dijo: «Hoy ha llegado la salvación a esta casa, porque también éste es hijo de Abraham, pues el Hijo del hombre ha venido a buscar y salvar lo que estaba perdido».



«El Hijo del hombre ha venido a buscar y salvar lo que estaba perdido»


Rev. D. Enric RIBAS i Baciana

(Barcelona, España)

Hoy, Zaqueo soy yo. Este personaje era rico y jefe de publicanos; yo tengo más de lo que necesito y quizás muchas veces actúo como un publicano y me olvido de Cristo. Jesús, entre la multitud, busca a Zaqueo; hoy, en medio de este mundo, me busca a mí precisamente: «Baja pronto; porque conviene que hoy me quede yo en tu casa» (Lc 19,5).

Zaqueo desea ver a Jesús; no lo conseguirá si no se esfuerza y sube al árbol. ¡Quisiera yo ver tantas veces la acción de Dios!, pero no sé si verdaderamente estoy dispuesto a hacer el ridículo obrando como Zaqueo. La disposición del jefe de publicanos de Jericó es necesaria para que Jesús pueda actuar; y, si no se apremia, quizás pierda la única oportunidad de ser tocado por Dios y, así, ser salvado. Quizás yo he tenido muchas ocasiones de encontrarme con Jesús y quizás ya va siendo hora de ser valiente, de salir de casa, de encontrarme con Él y de invitarle a entrar en mi interior, para que Él pueda decir también de mí: «Hoy ha llegado la salvación a esta casa, porque también éste es hijo de Abraham, pues el Hijo del hombre ha venido a buscar y salvar lo que estaba perdido» (Lc 19,9-10).

Zaqueo deja entrar a Jesús en su casa y en su corazón, aunque no se sienta muy digno de tal visita. En él, la conversión es total: empieza con la renuncia a la ambición de riquezas, continúa con el propósito de compartir sus bienes y acaba con la resolución de hacer justicia, corrigiendo los pecados que ha cometido. Quizás Jesús me está pidiendo algo similar desde hace tiempo, pero yo no quiero escucharle y hago oídos sordos; necesito convertirme.

Decía san Máximo: «Nada hay más querido y agradable a Dios como que los hombres se conviertan a Él con un arrepentimiento sincero». Que Él me ayude hoy a hacerlo realidad.


«Un amanecer, Dios me encontró, sin aviso»: Carmen Cordón asombra en el Desayuno de Oración del CEU

 

«Un amanecer, Dios me encontró, sin aviso»: Carmen Cordón asombra en el Desayuno de Oración del CEU

Carmen Cordón, empresaria, hija del secuestrado Publio Cordón, comunicadora, cuenta cómo Dios la sorprendió y transformó

Este martes se ha celebrado en un pabellón temporal de la Universidad San Pablo CEU el Segundo Desayuno de Oración, encuentro inspirado en los Desayunos de Oración que convocan los presidentes de EEUU (y no sólo ellos). El Nuncio Bernardito Aúza, que los conoció en EEUU, fue el impulsor del primer Desayuno de Oración en 2024 en el CEU. Ahora Aúza ya no está en España, y el nuevo Nuncio aún no ha llegado, pero el encargado de negocios de la Nunciatura, el sacerdote y diplomático polaco Roman Walczak lo representó con una meditación sobre la parábola de la luz y la sal del mundo.

"Vosotros sois la sal de la tierra, pero si la sal se vuelve sosa, ¿con qué la salarán? Solo sirve para tirarla. No se puede ocultar la ciudad en lo alto de un monte", leyó del Evangelio. Recordó que la sal sirve "para evitar la corrupción" (resuena distinto si se liga a la "vida pública") y añadió que los discípulos deben ser un referente "como esa ciudad en la noche iluminada en lo alto". También citó el libro de la Sabiduría qué dice que por la mañana "el justo se dirige al Señor su Creador; si el Señor lo quiere, se llenará de espíritu de inteligencia".

De todas las personas que tomaron la palabra en esta cita, la que sorprendió más fue Carmen Cordón Muro, antigua alumna del CEU, que dirige la cadena hotelera Hidden Hotels. Muchos recuerdan la terrible historia de su padre, Publio Cordón, asesinado por los GRAPO hace 30 años. Carmen leyó su texto, de buen estilo literario. Al principio parecía un ejercicio de estilo, pero en cuanto se centró en el testimonio en sí, capturó a los oyentes.


La sorpresiva experiencia de Dios de Carmen Cordón

"¿Cuánto hay de libre albedrío y cuánto de destino? Mi vida es una pluma al viento", empezó. Recordó que su hermano murió joven y que secuestraron a su padre. El cuerpo sigue sin recuperarse ni localizarse. "Vivimos dolor, impotencia, miedo por la maldad humana. Hubo gobernantes con cortinas de humo", enumeró. Vivió "fracasos personales". La antigua empresa familiar se hundió. Cuando tuvo su hijo, oró a la Virgen María ante un problema, y no escuchó respuesta. Y se apartó de la fe cristiana.


Se volcó en su familia y en el trabajo, "con rigor, esfuerzo". Apoyada en su marido, logró éxito empresarial y social, una empresa pujante. "Tenía dinero, éxito... pero no era feliz. Nada me satisfacía. Leía con avidez teorías cuánticas, filosofía, yoga, meditaciones, hacía silencios. Quería entender esa maldad que nunca entendí. Leí a Francis Collins, el genetista: investigando el ADN, él descubrió a Dios, decía".

Francis Collins, famoso genetista y ensayista que defiende la compatibilidad entre fe y ciencia

Francis Collins, genetista: «¿Existe un Dios, se preocupa por mí? Evité esa pregunta, me incomodaba»

Y sucedió lo inesperado, lo imprevisto: Dios fue quien dio el paso. "Un amanecer, Dios me encontró a mí. Sin aviso, sin mística, sin preparación. Su presencia era más real que nada de lo que me rodeaba", describió. Los asistentes al desayuno oyeron la descripción de una experiencia mística de manual. 

"Me sentí abrumada. Me latía el corazón a mil. Su voz resonó en mí. Y solo dijo: 'te quiero'. Y volvió mi mundo del revés. Supe que Él me ha hecho, que soy su obra. Entendí que todas las cosas que me han pasado fueron las cosas exactas y necesarias para que mi vida llegara ahí, que nada escapa de su consciencia. Sentí que yo debía ser pura bondad y atenderle. Cambié. Ya no me distraigo con ruido, con lo superfluo. Busco en cada circunstancia ser quien Él puso en el mundo. Cuando no le atiendo, me siento perdida y angustiada".


Carmen intenta aplicar el mandato de bondad que siente en su empresa y en su quehacer diario. "En su amor, yo descanso. Es amor a raudales, es como una energía nuclear, atómica, que atrae el amor y la simpatía de otros. ¡Soy amada -todos los somos- por El Más Grande! La vida es ahora poesía. Soy una pluma en Su viento".


En abril, Carmen Cordón ya contó algo de esta experiencia ("y lo digo así de claro y tranquilamente") y su transformación en un vídeo que grabó como exalumna del CEU (a partir del minuto 5).

Un testimonio conmovedor

Si el testimonio de Carmen Cordón asombró por la gratuidad con la que actuó Dios y la libertad con la que lo expresó, el testimonio más conmovedor, en su sencillez, fue el de Eric Halverson, empresario californiano, de padres luteranos, pero que acude a una iglesia ortodoxa. Se casó en 2003 con una mujer española del Opus Dei, su hija mayor (estudiante en el CEU) está en el Opus Dei, sus otros dos hijos en la Renovación Carismática Católica.


"Podríamos ganar el premio a la familia más ecuménica de España", bromeó. "Cristo pedía: 'Que todos sean uno'. Yo considero hermano a cualquier bautizado que profese el Credo. Para hacer sal y luz, ¡busquemos la unidad entre cristianos!", exhortó.


Después contó su testimonio reciente. Hace unos meses falleció su mujer, que tenía 53 años. Y un par de meses después, su padre. "Tras la muerte de un ser querido, en la Iglesia Ortodoxa hay tradición de leer los Salmos. Empezamos a leerlos en familia, en voz alta. A veces yo no podía hablar, por el dolor. Mis hijos seguían leyéndolos. En 4 horas nos leímos todos los salmos. Y pasamos de la tristeza profunda a una alegría inexplicable. Nos cambió. Como dice la Palabra: 'Has cambiado mi lamento en baile'".


Recordó también que cuando llegó a España con su familia "queríamos hacer evangelización. Lanzamos el primer Curso Alpha de Madrid con cuatro parejas cristianas y un señor de Jaén que no hablaba nunca. Pero en la última sesión dijo: 'si la fe es verdad, es la cosa más importante que hay que compartir'. Se había convertido. Valía la pena. Cuarenta mil personas harán Alpha este año", detalló.


En la foto, de izquierda a derecha, Javier Tello, director general de la Fundación Universitaria San Pablo CEU, los empresarios Erwan de la Villeón, Eric Halverson y Carmen Cordón Muro, Alfonso Bullón de Mendoza, presidente de la ACdP, José Cobo, cardenal arzobispo de Madrid, Roman Walczak, encargado de Negocios de la Nunciatura, Georg Habsburg-Lothringen, embajador de Hungría en España, y José Masip, vicepresidente de la ACdP.

Asistentes al II Desayuno de Oración del CEU y la ACdP, el 11 de noviembre de 2025

"Ser francés en España me ayudó a ser desacomplejado"

Erwan de la Villéon, bretón, que hasta este verano ha sido el gran impulsor del parque Puy du Fou en España y el creador de sus espectáculos. Animó a ser valientes en la promoción de la cultura católica y sus raíces en España. "España está tan atada la fe católica que si debilita la fe, se debilita el país, incluso con nacionalismos y divisiones", apuntó.

"La gente tiene sed de entretenimiento con cultura, con raíces. El desarraigo lo desarraiga todos menos la sed de arraigo. En Puy du Fou decimos que queremos que los niños vengan con las camisetas de Pokémon y salgan con la túnica del Cid Campeador. no se construyen catedrales habiendo visto 'Avatar', sino inspirándose en las grandes figuras, como la Reina Isabel o Hernán Cortés. Hay personas que se dedican a destruir estas figuras, una tras otra. Una frase apócrifa de Recaredo dice: '¡A la gesta de Dios quiero corresponder con toda mi fe!' Hay que ser astutos, atrevidos, con un par de... pulmones. Sí, ser francés en España me ayudó a ser más desacomplejado que en Francia", admitió.

Comentó que en ese parque cultural y artístico les regalaron una Virgen, la Virgen del Arrabal. La colocaron en una capilla en Puy du Fou. La gente acude. "Ella ha hecho milagros ya. Nos salvó de un incendio. Y salvó a dos infartados. Si das sitio a la Virgen, Dios actúa... a su ritmo"

La relación entre oración y política

Antes de los testimonios, habló Enrique Ossorio, presidente del parlamento autonómico de Madrid y político del PP. Al presentarlo, Alfonso Bullón de Mendoza, presidente del CEU y la Asociación Católica de Propagandistas, señaló que Ossorio estudió en el CEU, allí conoció a su esposa y ahí estudian sus hijos.

Ossorio buscó la relación entre oración y política: la resumió diciendo que ambas cosas requieren entrega, perseverancia e impulso por el bien común. Añadió que "la democracia liberal no es un eslogan, sino pluralidad, tolerancia y defensa de la dignidad de cada persona".

El Parlamento, dijo, es una herramienta para someter al poder a un control. Cuando hay parlamentarismo, el poder se legitima haciendo rendición de cuentas, y por "el consentimiento". En el debate parlamentario hay que entender que "el otro podría tener razón... pero, por desgracia, es más fácil cerrar filas y seguir consignas".

Dijo que "la libertad es poder hacer lo que uno debe, dentro del marco de la ley y de la propia conciencia. Ni libertad sin orden ni orden sin libertad. Una mayoría no puede anular la dignidad de una minoría", explicitó.

Desde 2024 es presidente de la asociación de presidentes de parlamentos. "Yo insisto allí en que un Parlamento debe defender sus competencias de control al Gobierno, y sus competencias legislativas. Y ha de respetar a los otros poderes. A veces el Poder Ejecutivo y algunos congresos y diputados atacan la independencia del poder judicial. Yo no lo permito en la Asamblea de Madrid, no está para eso".

También dijo que "la agresividad y los insultos broncos en la asamblea se deben evitar. Debería ser ejemplar. La democracia no sobrevive solo con leyes, sobrevive con virtudes. Tocqueville decía que la libertad no se sostiene sin la moral, ni la moral sin la fe". Osorio defendió esa "triple alianza de libertad, moral y fe".

El cardenal Cobo: rezar para escuchar a Dios

El cardenal arzobispo de Madrid, José Cobo, cerró el encuentro recordando que los psicólogos dicen que "el que reza sale de sí mismo, y eso crea unos vínculos distintos. El que reza sabe que Alguien nos mira. La oración es provocativa y revolucionaria", afirmó.

Contó con todo detalle y solemnidad el conocidísimo chiste sobre la inundación a la que unos devotos respondían rechazando todas las lanchas que venían a buscarles, diciendo que Dios les salvaría. Cuando se ahogan, van a las puertas celestiales y se lo reprochan a Dios. "¡Pero si os mandé varias barcas!", les responde Dios. La moraleja, dijo, es que Dios escucha pero quizás no como queremos o esperamos.

La oración, sirve, en cualquier caso, para escuchar más a Dios y menos a nosotros mismos. Incluso la bendición de la comida, o de los hijos, en casa, "es un mirar las cosas para mirar a Dios, porque es Dios quien bendice siempre. Bendice a buenos y malos y tiene predilección por los que sufren. El que recibe bendición se convierte en instrumento de bendición para otro. Dios no es Harry Potter, no hace magia, actúa a través de nosotros y cuenta con nosotros", insistió el cardenal al finalizar el evento.



Maía San Gil y José Masip presentando el 27º Congreso Católicos y Vida Pública en San Pablo CEU en Madrid


lunes, 17 de noviembre de 2025

Santo Evangelio 17 Noviembre 2025

 


Texto del Evangelio (Lc 18,35-43):

 En aquel tiempo, sucedió que, al acercarse Jesús a Jericó, estaba un ciego sentado junto al camino pidiendo limosna; al oír que pasaba gente, preguntó qué era aquello. Le informaron que pasaba Jesús el Nazareno y empezó a gritar, diciendo: «¡Jesús, Hijo de David, ten compasión de mí!». Los que iban delante le increpaban para que se callara, pero él gritaba mucho más: «¡Hijo de David, ten compasión de mí!». Jesús se detuvo, y mandó que se lo trajeran y, cuando se hubo acercado, le preguntó: «¿Qué quieres que te haga?». Él dijo: «¡Señor, que vea!». Jesús le dijo: «Ve. Tu fe te ha salvado». Y al instante recobró la vista, y le seguía glorificando a Dios. Y todo el pueblo, al verlo, alabó a Dios.



«Tu fe te ha salvado»


Rev. D. Antoni CAROL i Hostench

(Sant Cugat del Vallès, Barcelona, España)

Hoy, el ciego Bartimeo (cf. Mc 10,46) nos provee toda una lección de fe, manifestada con franca sencillez ante Cristo. ¡Cuántas veces nos iría bien repetir la misma exclamación de Bartimeo!: «¡Jesús, Hijo de David, ten compasión de mí!» (Lc 18,37). ¡Es tan provechoso para nuestra alma sentirnos indigentes! El hecho es que lo somos y que, desgraciadamente, pocas veces lo reconocemos de verdad. Y..., claro está: hacemos el ridículo. Así nos lo advierte san Pablo: «¿Qué tienes que no lo hayas recibido? Y si lo has recibido, ¿por qué te glorías como si no lo hubieras recibido?» (1Cor 4,7).

A Bartimeo no le da vergüenza sentirse así. En no pocas ocasiones, la sociedad, la cultura de lo que es “políticamente correcto”, querrán hacernos callar: con Bartimeo no lo consiguieron. Él no se “arrugó”. A pesar de que «le increpaban para que se callara, (...) él gritaba mucho más: ‘¡Hijo de David, ten compasión de mí!’» (Lc 18,39). ¡Qué maravilla! Da ganas de decir: —Gracias, Bartimeo, por este ejemplo.

Y vale la pena hacerlo como él, porque Jesús escucha. ¡Y escucha siempre!, por más jaleo que algunos organicen a nuestro alrededor. La confianza sencilla —sin miramientos— de Bartimeo desarma a Jesús y le roba el corazón: «Mandó que se lo trajeran y (...) le preguntó: «¿Qué quieres que te haga?» (Lc 18,40-41). Delante de tanta fe, ¡Jesús no se anda con rodeos! Y... Bartimeo tampoco: «¡Señor, que vea!» (Lc 18,41). Dicho y hecho: «Ve. Tu fe te ha salvado» (Lc 18,42). Resulta que «la fe, si es fuerte, defiende toda la casa» (San Ambrosio), es decir, lo puede todo.

Él lo es todo; Él nos lo da todo. Entonces, ¿qué otra cosa podemos hacer ante Él, sino darle una respuesta de fe? Y esta “respuesta de fe” equivale a “dejarse encontrar” por este Dios que —movido por su afecto de Padre— nos busca desde siempre. Dios no se nos impone, pero pasa frecuentemente muy cerca de nosotros: aprendamos la lección de Bartimeo y... ¡no lo dejemos pasar de largo!


Los niños sanan a los soldados mutilados en Ucrania: más eficaces que los terapeutas


 Los niños sanan a los soldados mutilados en Ucrania: más eficaces que los terapeutas

Niños de Voluntarios de Bondad abrazan a soldados heridos en una parroquia grecocatólica de Ucrania

Hay un poder curativo en los niños, en su mirada, en su acogida, en su cercanía. Lo están experimentando en Ucrania muchos soldados veteranos, heridos y mutilados.

Hace algo más de un año, Ivanna Balko (Ivanka) fundó el Círculo Voluntarios de la Bondad. "Cada domingo logramos visitar tres o cuatro parroquias. Buscamos ante todo el calor humano", explica. Tienen el apoyo del obispo grecocatólico Yaroslav Priryz, de la eparquía de Sambir-Drohobych, y lo ha contado a Natalia Pavlyshyn, que lo publica en la web de la Iglesia Grecocatólica.

Los niños entran en el templo con los soldados. Acuden por invitación del párroco. Van juntos, tomados de la mano. Y entran al principio o al final de la misa. Los niños con camisas bordadas, o camisetas blancas, los soldados con uniforme, prótesis, bastones, cojeando. Los feligreses se miran con extrañeza. Muchos sienten temor o desconfianza hacia estos hombres  marcados por heridas, quemaduras, o mutilaciones.

Los niños visitan a los soldados mutilados, sin los Voluntarios de la Bondad en Drohobych, Ucrania


Los niños y los soldados les hablan. Cuentan algún testimonio. Cantan juntos. Y dan un mensaje a los feligreses: que no tengan miedo de los soldados heridos, de los que vuelven del horror de los combates. Que apoyen a sus familias.

"Dios no tiene otras manos que las nuestras”, dice Ivanna Balko, que siente que su misión es que los soldados heridos vuelvan a encajar con la sociedad. Y los niños son el puente que lo facilitan.

"Tratamos de no molestar a la gente, aunque vemos que muchos reaccionan llorando y expresando arrepentimiento, pero queremos que nuestra sociedad comprenda mejor a nuestros soldados", enfatizó Ivanna.

Visitando a los heridos en el hospital

Ivanna tomó conciencia de esta necesidad visitando soldados heridos en el hospital. Allí veía a los soldados desesperanzados, encerrados en sí mismos, encerrados en su dolor y con soledad.


Ivanna propuso a otras familias acudir al hospital con niños. "Nos propusimos enseñar a los niños que en nuestro país hay muchas personas con discapacidad debido a la guerra. Aunque a los adultos también hay que enseñarles. Es muy desagradable que los padres, al ver a un soldado herido, cubran los ojos de sus hijos o les digan: 'No mires'. Fue nuestro viaje con alumnos al hospital lo que nos hizo comprender que los niños deben estar cerca de los soldados heridos. Desde octubre de 2022, vamos dos veces por semana y organizamos eventos que implican a niños y militares".

Feligreses, soldados y niños de Voluntarios de la Bondad en una parroquia grecocatólica ucraniana


Los niños son más eficaces que los psicólogos

Ivanka hizo venir unos psicólogos de Varsovia para que la asesoraran. ¿Cómo ayudar a esos soldados heridos, en rehabilitación? Los psicólogos le confirmaron que los niños son lo que más ayuda a un soldado.

"A veces, los psicólogos necesitan meses para conseguir que un soldado hable. Un niño lo consigue en un sólo día, en un día logra que los soldados rían", explica Ivanna.

Fueron diseñando actividades conjuntas de niños y soldados, para hacer después de la misa, los domingos. En invierno, esquiar. En verano, a la piscina. "Los soldados con el cuerpo lleno de cicatrices a menudo se avergüenzan de su cuerpo, pero con los niños no les molesta, y nadan con ellos", detalla Ivanna. Para muchos soldados desmovilizados, los niños son el puente que les ha reconectado con la sociedad y la vida.

Participan también en el Centro Pastoral y de Rehabilitación Oranta, en Truskavets. Allí hay terapias para familias donde hay enfado entre padres e hijos.

"Vamos a diferentes escuelas. Nuestros soldados explican a los estudiantes qué vive un militar, por qué sus hijos pueden reaccionar de forma más brusca ante diversas situaciones, estar tristes y también enfatizan que deben ser amigos de ellos. También prestamos especial atención a los padres. Es importante transmitir que todos los prejuicios se basan en estereotipos. Los niños son una hoja de papel en blanco y a menudo son los padres quienes dan instrucciones: "no mires", "cierra los ojos", "da la espalda"... Por eso, el niño crece con la percepción de que un soldado es una amenaza. Por eso, es importante convencer a los padres y llevarlos al menos una vez con ellos para que puedan verlo todo".

Niños y soldados, juntos, participan en todo tipo de eventos. Por ejemplo, llevan flores a los maestros para agradecer su trabajo. Otras veces van de escalada a la montaña... ¡incluso con soldados que han perdido piernas!

"Necesitan abrazos, agradecimientos, no indiferencia"

También hay momentos tristes. A veces el párroco anuncia que unos soldados van a hablar al final de la misa pero muchos feligreses no se quedan. "¿Cómo deben sentirse los militares en ese momento? A veces parece que no se quiera a los soldados heridos, que no se espera que vuelvan", lamenta Ivanna ante estas actitudes. "Necesitan abrazos, palabras de agradecimiento, no indiferencia".

Ivanna señala además que en el frente hay muchas zonas con pocos capellanes, especialmente católicos. Muchos de los soldados que Ivanna acompaña en el Círculo de Bondad entran en un templo por primera vez en su vida.

Ivanna lamenta que hay pocos voluntarios también apoyando en esta tarea de cercanía y acompañamiento.

Uno de los militares que participa en estos encuentros confirma que dan vida a los soldados, y que hace que los niños no tengan miedo. "Nosotros (los militares) deberíamos ser tratados con naturalidad. Como siempre. Tratas con un ser humano. Las lesiones dejan huella en todos. Y a muchas personas no les gusta que les tengan lástima", explica.

Miradas vacías que cobran vida

Olya, una periodista que acude a las actividades del Círculo de Bondad, señala que parte del problema es que mientras la sociedad ucraniana honra con ceremonias a los soldados fallecidos, a los que vuelven heridos muchos les tratan como si fueran invisibles. "Me di cuenta de que yo también era una de esas personas. Desde julio de 2024 estoy constantemente con los Voluntarios y todos los sábados vengo al hospital e invito a los soldados a venir con nosotros. Sé que algunos de ellos no salieron del hospital durante varios meses. Veo cómo las miradas vacías cobran vida después de estos encuentros con los niños. ¡Estos cambios son inspiradores!"

Soldados ucranianos heridos y niños Voluntarios de la Bondad van juntos de excursión a la montaña



El capitán Verba, que ha visitado ya varias parroquias, dice que "cuando los niños se acercan a la gente es sumamente conmovedor y llega hasta lo más profundo del alma". El dolor compartido se lleva mejor, también el de las heridas o el de los seres queridos muertos en el campo de batalla o en bombardeos. "Nuestra fuerza está en la unidad. Y es en estos niños que vemos el futuro", considera.

Fuente: Religión en Libertad

domingo, 16 de noviembre de 2025

Santo Evangelio 16 noviembre 2025



 Texto del Evangelio (Lc 21,5-19):

 En aquel tiempo, como dijeran algunos, acerca del Templo, que estaba adornado de bellas piedras y ofrendas votivas, Él dijo: «Esto que veis, llegarán días en que no quedará piedra sobre piedra que no sea derruida».

Le preguntaron: «Maestro, ¿cuándo sucederá eso? Y ¿cuál será la señal de que todas estas cosas están para ocurrir?». Él dijo: «Mirad, no os dejéis engañar. Porque vendrán muchos usurpando mi nombre y diciendo: ‘Yo soy’ y ‘el tiempo está cerca’. No les sigáis. Cuando oigáis hablar de guerras y revoluciones, no os aterréis; porque es necesario que sucedan primero estas cosas, pero el fin no es inmediato».

Entonces les dijo: «Se levantará nación contra nación y reino contra reino. Habrá grandes terremotos, peste y hambre en diversos lugares, habrá cosas espantosas, y grandes señales del cielo. Pero, antes de todo esto, os echarán mano y os perseguirán, entregándoos a las sinagogas y cárceles y llevándoos ante reyes y gobernadores por mi nombre; esto os sucederá para que deis testimonio. Proponed, pues, en vuestro corazón no preparar la defensa, porque yo os daré una elocuencia y una sabiduría a la que no podrán resistir ni contradecir todos vuestros adversarios. Seréis entregados por padres, hermanos, parientes y amigos, y matarán a algunos de vosotros, y seréis odiados de todos por causa de mi nombre. Pero no perecerá ni un cabello de vuestra cabeza. Con vuestra perseverancia salvaréis vuestras almas».



«Mirad, no os dejéis engañar»


Rev. D. Joan MARQUÉS i Suriñach

(Vilamarí, Girona, España)

Hoy, el Evangelio nos habla de la última venida del Hijo del hombre. Se acerca el final del año litúrgico y la Iglesia nos presenta la parusía, y al mismo tiempo quiere que pensemos en nuestras postrimerías: muerte, juicio, infierno o cielo. El fin de un viaje condiciona su realización. Si quieres ir al infierno, te podrás comportar de una manera determinada de acuerdo con el término de tu viaje. Si escoges el cielo, habrás de ser coherente con la Gloria que quieres conquistar. Siempre, libremente. Al infierno no va nadie por la fuerza; ni al cielo, tampoco. Dios es justo y da a cada uno lo que se ha ganado, ni más ni menos. No castiga ni premia arbitrariamente, movido por simpatías o antipatías. Respeta nuestra libertad. Sin embargo, hay que tener presente que al salir de este mundo la libertad ya no podrá escoger. El árbol permanecerá tendido por el lado en que haya caído.

«Morir en pecado mortal sin estar arrepentidos ni acoger el amor misericordioso de Dios, significa permanecer separados de Él para siempre por nuestra propia y libre elección» (Catecismo de la Iglesia n. 1033).

¿Te imaginas la grandiosidad del espectáculo? Los hombres y las mujeres de todas las razas y de todos los tiempos, con nuestro cuerpo resucitado y nuestra alma compareceremos delante de Jesucristo, que presidirá el acto con gran poder y majestad. Vendrá a juzgarnos en presencia de todo el mundo. Si la entrada no fuera gratuita, valdría la pena... Entonces se sabrá la verdad de todos nuestros actos interiores y exteriores. Entonces veremos de quién son los dineros, los hijos, los libros, los proyectos y las demás cosas: «No quedará piedra sobre piedra que no sea derruida» (Lc 21,6). Día de alegría y de gloria para unos; día de tristeza y de vergüenza para otros. Lo que no quieras que aparezca públicamente, ahora te es posible eliminarlo con una confesión bien hecha. No puedes improvisar un acto tan solemne y comprometedor. Jesús nos lo advierte: «Mirad, no os dejéis engañar» (Lc 21,8). ¿Estás preparado ahora?


sábado, 15 de noviembre de 2025

Santo Evangelio 15 noviembre 2025



 Texto del Evangelio (Lc 18,1-8):

 En aquel tiempo, Jesús les propuso una parábola para inculcarles que es preciso orar siempre sin desfallecer. «Había un juez en una ciudad, que ni temía a Dios ni respetaba a los hombres. Había en aquella ciudad una viuda que, acudiendo a él, le dijo: ‘¡Hazme justicia contra mi adversario!’. Durante mucho tiempo no quiso, pero después se dijo a sí mismo: ‘Aunque no temo a Dios ni respeto a los hombres, como esta viuda me causa molestias, le voy a hacer justicia para que no venga continuamente a importunarme’».

Dijo, pues, el Señor: «Oíd lo que dice el juez injusto; y Dios, ¿no hará justicia a sus elegidos, que están clamando a Él día y noche, y les hace esperar? Os digo que les hará justicia pronto. Pero, cuando el Hijo del hombre venga, ¿encontrará la fe sobre la tierra?».



«Es preciso orar siempre sin desfallecer»


Rev. D. Joan FARRÉS i Llarisó

(Rubí, Barcelona, España)

Hoy, en los últimos días del año litúrgico, Jesús nos exhorta a orar, a dirigirnos a Dios. Podemos pensar cómo los padres y madres de familia esperan que —¡todos los días!— sus hijos les digan algo, que les muestren su afecto amoroso.

Dios, que es Padre de todos, también lo espera. Jesús nos lo dice muchas veces en el Evangelio, y sabemos que hablar con Dios es hacer oración. La oración es la voz de la fe, de nuestra creencia en Él, también de nuestra confianza, y ojalá fuera también siempre manifestación de nuestro amor.

A fin de que nuestra oración sea perseverante y confiada, dice san Lucas, que «Jesús les propuso una parábola para inculcarles que es preciso orar siempre sin desfallecer» (Lc 18,1). Sabemos que la oración se puede hacer alabando al Señor o dando gracias, o reconociendo la propia debilidad humana —el pecado—, implorando la misericordia de Dios, pero la mayoría de las veces será de petición de alguna gracia o favor. Y, aunque no se consiga de momento lo que se pide, sólo el poder dirigirse a Dios, el hecho de poder contarle a ese Alguien la pena o la preocupación, ya será la consecución de algo, y seguramente —aunque no de inmediato, sino en el tiempo—, obtendrá respuesta, porque «Dios, ¿no hará justicia a sus elegidos, que están clamando a Él día y noche (...)?» (Lc 18,7).

San Juan Clímaco, a propósito de esta parábola evangélica, dice que «aquel juez que no temía a Dios, cede ante la insistencia de la viuda para no tener más la pesadez de escucharla. Dios hará justicia al alma, viuda de Él por el pecado, frente al cuerpo, su primer enemigo, y frente a los demonios, sus adversarios invisibles. El Divino Comerciante sabrá intercambiar bien nuestras buenas mercancías, poner a disposición sus grandes bienes con amorosa solicitud y estar pronto a acoger nuestras súplicas».

Perseverancia en orar, confianza en Dios. Decía Tertuliano que «sólo la oración vence a Dios».

Pediatra y abadesa: la Madre Eufrosina Goyda cuida a los huérfanos bajo las bombas en Ucrania

 


Pediatra y abadesa: la Madre Eufrosina Goyda cuida a los huérfanos bajo las bombas en Ucrania

La Madre Eufrosina, superiora de las Hermanas de la Sagrada Familia, explica su experiencia de vocación

"Siempre digo que tengo dos vocaciones de las que nunca he dudado: la medicina y la vida monástica. En el hospital, atiendo a niños y padres, veo su dolor y sus victorias. Y como abadesa, tengo la oportunidad de dedicarme más a la comunidad y a otras áreas de servicio", explica Eufrosina Goyda en el portal de la Iglesia Católica de rito griego en Ucrania.

Eufrosina Goyda es la superiora de las Hermanas de la Sagrada Familia, una congregación que cuida a huérfanos y niños vulnerables, fundada hace un siglo en la Galitzia ucraniana (una región bastante católica, que antaño perteneció al Imperio Austrohúngaro). Explica a Khrystyna Potereyko algo de su experiencia de vocación y también del esfuerzo de servir hoy a los huérfanos de guerra y los niños desplazados por la invasión rusa.

La religiosas de la Sagrada Familia miran a su historia fundacional en 1911: mujeres jóvenes católicas comprometidas a servir a los enfermos y a los niños, bajo el impulso de Teresa Teklia Józefiv, que había sido ella misma una huérfana acogida por un sacerdote. Crearon unos orfanatos con enfoque a la vez monástico y maternal. Como tantas iniciativas católicas en Ucrania, fueron arrasados por la persecución comunista que duró décadas. Pero las religiosas  volvieron: hoy sirven en escuelas y hospitales, en un orfanato y en parroquias, participan en emprendimientos sociales, apoyan a familias y ayudan a los militares. También rezan a Dios a diario por la paz en Ucrania.

"Es inherente al monacato oriental: un monasterio es un lugar donde la hermana, ante todo, transforma su vida, se libera del pecado y aprende a vivir con Dios en oración. Y solo entonces, ya transformada, es capaz de ir al encuentro de la gente y cumplir su misión", explica la Madre Eufrosina. Ellas trabajan con huérfanos, con familias y en la educación de niños y jóvenes.

Vocación en el oficio médico

Eufrosina Goyda habla de su vocación monástica, entrelazada con la sanitaria.

"Crecí en una familia cristiana practicante. Incluso en la clandestinidad, mis padres traían sacerdotes, rezábamos en las casas y, desde niña, viví la fe. De niña le contaba todo a Dios con sinceridad en oración, con gran confianza", explica.

"De joven, soñaba con ser médico. Aunque mis padres se oponían, con la ayuda de Dios entré en la facultad de medicina. Fue allí donde un sentimiento aún más profundo comenzó a resonar en mi corazón: Dios me llamaba a un ministerio especial. En mi residencia estudiantil me encantaba ir a la iglesia y orar todos los días. Dios me inspiró para leer las Sagradas Escrituras y comulgar con frecuencia. Trabajé como enfermera en un hospital infantil. Nació en mi corazón el deseo de comprender y amar a todos, de hacer el bien desinteresadamente. Esta fue la base de mi vocación".

"Mientras me preparaba para ingresar a la Academia de Medicina, con muchos amigos, no me faltaba nada en el aspecto humano, pero sentía un vacío en el corazón, sobre todo después de las fiestas. Una vez incluso lloré y oré diciéndole al Señor que, si Él quisiera, estaría dispuesta a servirle, que me mostrara qué debía hacer. Y Él me condujo a la Congregación de las Hermanas de la Sagrada Familia, donde ya no me falta nada y me siento feliz", añade. Las conoció por un folleto que habían difundido ellas con una oración por las familias.


Eufrosina, como estudiante de medicina y ya religiosa; hoy es pediatra y abadesaUGCC.UA

"Al mismo tiempo, sentí que la medicina también era mi camino. Después de la escuela, trabajé como enfermera y luego ingresé en una Academia de Medicina, donde elegí la especialidad de Pediatría. Hice prácticas en Donetsk y Kiev. Vivía en un monasterio y, al mismo tiempo, me formaba como médico. Y para mí, estas no son dos vocaciones diferentes, sino un solo camino. La oración, la vida monástica y la profesión médica se fusionaron en armonía".

"Hay dos amores que, unidos, obran milagros: el amor de Dios y el de una madre. Lo veo todos los días en el hospital", asegura hoy.

Enfermos que mejoran de forma sorprendente

Como muchos otros médicos con fe, la Madre Eufrosina ha visto signos asombrosos de la acción de Dios en el hospital.

"Más de una vez tuve que presenciar algo difícil de explicar científicamente. Por ejemplo, cuando a una niña le dieron una semana de vida y todos se preparaban para despedirse. Y no solo sobrevivió, sino que se desarrolló mucho mejor de lo que predijeron los médicos", comenta.

Le impresionó un ejemplo de amor familiar que da vida. Una mujer que no conseguía quedar embarazada, cuando por fin lo consiguió, tuvo que pasar 9 meses en el hospital, monitorizada, siempre bajo amenaza de aborto y complicaciones. "El bebé nació con discapacidades del desarrollo e inmediatamente terminó en cuidados intensivos. Y entonces comenzó un año de su amor abnegado. La madre no dejó a su hijo ni un instante: día y noche, en una pequeña sala, entre operaciones, crisis e incertidumbre. Estaba agotada, a veces lloraba, pero no se quejaba. Todas las noches, después del trabajo, venía su esposo. Era la lealtad familiar lo que mantenía unidos, tanto al niño como a nosotros, los médicos. Han pasado varios años, y cada vez que veo a esta familia, a su hijo que corre y ríe, quiero abrazarlos como a las personas más cercanas. Para mí, son un ejemplo de amor incondicional que da vida a pesar de todo".

"A través de la medicina veo aún más profundamente cómo Dios obra en la vida humana. No siempre actúa como deseamos, sino siempre como es necesario para la salvación. Y mi gratitud reside en poder ser su colaborador: sanar no solo el cuerpo, sino también tocar las heridas del alma", explica.



La Madre Eufrosina disfruta como pediatra y ve a Dios actuar en los hospitales y el amor maternalUGCC.UA

El trabajo con las familias

Su congregación, con comunidades en Leópolis, Kiev, Hoshev, Chortkiv, Ternopil y una oficina en Francia, dedican mucho esfuerzo a la catequesis de niños y jóvenes y a la organización de grupos de fe y retiros, con muchos campamentos cuando llega el buen tiempo. "No tenemos vacaciones en verano, porque trabajamos todo el verano", dicen ellas con una sonrisa.

Antes de la guerra, organizaban encuentros para familias, para que los esposos pasaran un rato juntos, aprendiendo herramientas de matrimonio y familia, con los niños a mano. Pero con la guerra estos encuentros casi han desaparecido. Muchos monasterios están llenos de desplazados, casi siempre mujeres solas con niños o ancianos. Los hombres están en el frente o trabajan duro en retaguardia: es difícil reunir a las familias. Pero en cuanto puedan, quieren retomar esos encuentro: fortalecer las familias es fortalecer la sociedad.

La catequesis y los campamentos tienen sus gastos, y muchos niños, especialmente los de campo, son muy pobres para cubrirlos. Por eso, las religiosas pusieron en marcha una empresa social: producción de pasta artesana para comer y cultivo de champiñones y setas. No fue fácil empezar, pero hoy ambas iniciativas son estables y sustentan un gran monasterio y una casa de retiro. Eso implica pagar también el transporte a los pueblos, ayudar a familias en apuros y, con la guerra, tratar de ayudar a militares heridos o en circunstancias precarias.

"Hay familias a las que ayudamos regularmente y otras que reciben apoyo puntual. Durante la guerra, la asistencia a los militares adquirió un enfoque especial: les proporcionamos ropa de alta calidad, alimentos y el equipo necesario, y también participamos en el tratamiento de los heridos. Nuestra ayuda no se basa en solicitudes formales. Las hermanas simplemente comparten lo que conocen durante su ministerio pastoral, y nosotras intentamos responder", detalla la Madre Eufrosina.

En el orfanato

Desde 2007 la congregación mantiene un pequeño orfanato en Bibrka. "Oficialmente, el número de residentes no debería superar los 10, pero en la práctica puede variar. El estado proporciona alojamiento a los graduados, pero las hermanas suelen apoyarlos incluso después de que se marchan de casa", explica.

Las religiosas de la Sagrada Familia en Ucrania trabajan con huérfanos y niños en general


"Los niños viven [con las religiosas] como una familia normal: van a la escuela, tienen responsabilidades y asisten a clubes. La comunidad cuenta con atención de enfermería y apoyo de sacerdotes y residentes locales. Los niños más pequeños suelen tener entre 3 y 8 años. Los grupos son mixtos: niños y niñas de diferentes edades". De nuevo, tienen un coste económico, pero "personas anónimas traen comida u otros artículos necesarios".

La congregación, con tantas tareas distintas, sabe que la oración es la base que lo unifica todo. "Las hermanas desempeñan diferentes tareas, pero todas son fruto de la oración, el amor a Dios y el apoyo mutuo en la comunidad. Una buena gestión también es fundamental: cada ministerio principal cuenta con una hermana de apoyo, de modo que, si es necesario, otra hermana pueda reemplazarla, ya sea temporalmente o incluso por un período más largo. Gracias al ambiente de confianza, amor y comprensión mutua, estos reemplazos se realizan con facilidad, ya que las hermanas siempre comparten su experiencia y conocimientos".

Los retos de la guerra

La guerra ha afectado todos los ámbitos de la vida de la comunidad. La abadesa, como superiora, debe tomar decisiones difíciles: si dejar a las hermanas en lugares peligrosos o reubicarlas, pues se trata de su seguridad y de su vida. El mayor reto es acompañar a las personas en su dolor y pérdida, compartir el sufrimiento y, al mismo tiempo, mantener la fe y la confianza en Dios.

Vocación: cómo servir a Dios

A los jóvenes que buscan su camino en la vida les dice: "No hay que temer a los caminos difíciles. La vida es un regalo, pero solo se abre cuando uno está dispuesto a aprender, trabajar, crecer y asumir responsabilidades. Es importante construirla sobre valores sólidos, sobre Dios. La vida cristiana no limita, sino que abre la profundidad y la verdadera libertad. Quien ora, busca y aprende a amar encuentra su felicidad".

A quienes exploran la posibilidad de una vocación monástica les explica: "El miedo a lo desconocido es natural, pero no debes dejar que te detenga. Si el Señor te llama, debes dar el paso. No tenía todas las respuestas a mis veinte años, pero sentí el llamado y fui. Algunas dificultades pasan, otras se pueden aprender a superar. Lo principal es confiar en Dios".

En el caso de su congregación, "cada hermana tiene espacio para desarrollarse: en la educación, el servicio o la profesión, incluyendo la medicina. Aquí se enseña a no temer a los errores y a ser paciente en el camino hacia la meta".

Se puede ayudar a las víctimas de la guerra en Ucrania a través de Cáritas Española (web aquí), Bizum 00089 o SMS con la palabra Cáritas al 38014 (seis euros).

Fuente: Religión en libertad

viernes, 14 de noviembre de 2025

Santo Evangelio 14 noviembre 2025

 


Texto del Evangelio (Lc 17,26-37):

 En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Como sucedió en los días de Noé, así será también en los días del Hijo del hombre. Comían, bebían, tomaban mujer o marido, hasta el día en que entró Noé en el arca; vino el diluvio y los hizo perecer a todos. Lo mismo, como sucedió en los días de Lot: comían, bebían, compraban, vendían, plantaban, construían; pero el día que salió Lot de Sodoma, Dios hizo llover fuego y azufre del cielo y los hizo perecer a todos. Lo mismo sucederá el Día en que el Hijo del hombre se manifieste.

»Aquel día, el que esté en el terrado y tenga sus enseres en casa, no baje a recogerlos; y de igual modo, el que esté en el campo, no se vuelva atrás. Acordaos de la mujer de Lot. Quien intente guardar su vida, la perderá; y quien la pierda, la conservará. Yo os lo digo: aquella noche estarán dos en un mismo lecho: uno será tomado y el otro dejado; habrá dos mujeres moliendo juntas: una será tomada y la otra dejada». Y le dijeron: «¿Dónde, Señor?». Él les respondió: «Donde esté el cuerpo, allí también se reunirán los buitres».



«Comían, bebían, compraban, vendían, plantaban, construían»


Fr. Austin NORRIS

(Mumbai, India)

Hoy, en el texto del Evangelio son remarcados el final de los tiempos y la incerteza de la vida, no tanto para atemorizarnos, cuanto para tenernos bien precavidos y atentos, preparados para el encuentro con nuestro Creador. La dimensión sacrificial presente en el Evangelio se manifiesta en su Señor y Salvador Jesucristo liderándonos con su ejemplo, en vista a estar siempre preparados para buscar y cumplir la Voluntad de Dios. La vigilancia constante y la preparación son el sello del discípulo vibrante. No podemos asemejarnos a la gente que «comían, bebían, compraban, vendían, plantaban, construían» (Lc 17,28). Nosotros, discípulos, debemos estar preparados y vigilantes, no fuera que termináramos por ser arrastrados hacia un letargo espiritual esclavo de la obsesión —transmitida de una generación a la siguiente— por el progreso en la vida presente, pensando que —después de todo— Jesús no regresará.

El secularismo ha echado raíces profundas en nuestra sociedad. La embestida de la innovación y la rápida disponibilidad de cosas y servicios personales nos hace sentir autosuficientes y nos despoja de la presencia de Dios en nuestras vidas. Sólo cuando una tragedia nos golpea despertamos de nuestro sueño para ver a Dios en medio de nuestro “valle de lágrimas”... Incluso debiéramos estar agradecidos por esos momentos trágicos, porque seguramente sirven para robustecer nuestra fe.

En tiempos recientes, los ataques contra los cristianos en diversas partes del mundo, incluyendo mi propio país —la India— han sacudido nuestra fe. Pero el Papa Francisco ha dicho: «Sin embargo, los cristianos están esperanzados porque, en última instancia, Jesús hace una promesa que es garantía de victoria: ‘Quien pierda su vida, la conservará’ (Lc 17,33)». Ésta es una verdad en la que podemos confiar… El poderoso testimonio de nuestros hermanos y hermanas que dan su vida por la fe y por Cristo no será en vano.

Así, nosotros luchamos por avanzar en el viaje de nuestras vida en la sincera esperanza de encontrar a nuestro Dios «el Día en que el Hijo del hombre se manifieste» (Lc 17,30).

Petro, 59 años y cinco hijos: va al seminario para ser capellán militar en plena guerra en Ucrania



 Petro, 59 años y cinco hijos: va al seminario para ser capellán militar en plena guerra en Ucrania

Petro, periodista ucraniano de 59 años, ahora seminarista grecocatólico, con su esposa Natalia y su madre

Una cosa es tener vocación tardía, y otra cosa mucho más extrema es ser padre de familia y sentirse llamado a hacerse cura y capellán militar en el sitio más peligroso del mundo para ello, el frente de Ucrania repleto de bombas y drones.

Este es el caso de Petro Didula, de 59 años, casado, padre de cinco hijos ya crecidos, veterano periodista formado en la Universidad Católica Ucraniana, que ya tenía unos títulos de teología, y ahora entra en el seminario grecocatólico para formarse y ser sacerdote y capellán militar, en plena guerra. (Los grecocatólicos, plenamente unidos a Roma, pueden ordenar sacerdotes a hombres casados). Petro cuenta su historia a Diana Motruk, para la web de testimonios de la Iglesia Grecocatólica ucraniana.

Un funeral especial

Esa llamada de Dios, dice, empezó en 2023 en el funeral de un joven militar, Dmytro Pashchuk, que murió durante una misión de combate en Jersón, al sur de Ucrania. Era el prometido de la hija de Petro.

"Allí experimenté el momento de la Resurrección con especial intensidad. No fue solo mi experiencia personal; más tarde, otros asistentes al funeral, incluidos militares, me explicaron sentimientos similares. Podría parecer que un funeral ya es un camino preestablecido de duelo y tristeza, pero la muerte de Dmytro me sacó de mi rutina. Quizás por primera vez en mi vida, experimenté la Resurrección tan profundamente en la muerte de un ser querido".

"No puedo explicar exactamente cómo sucedió. Después de todo, lo que les cuento ahora suena como un relato clásico de fe en Cristo. Pero una cosa es comprenderlo y otra muy distinta experimentarlo", detalla.

En otros funerales militares a los que fue después vio tristeza y desesperanza. Muchos sacerdotes no intentaban transmitir la luz de la Resurrección. Y, sin embargo, los soldados fallecidos cumplían el mandato de Jesús (Juan 15,12): "No hay amor más grande que dar la vida por los amigos".

En bicicleta, una idea obsesiva: "Ve al seminario ahora"

"Una tarde, mientras volvía a casa del trabajo en bicicleta, me asaltó una idea obsesiva: «Ve al seminario ahora»", explica Petro. Llamó al rector del seminario de Leópolis, que en ese momento estaba con el sacerdote Taras Panat, personaje peculiar porque se hizo sacerdote ¡a los 69 años! El rector animó a Petro a que sí, que entrara al seminario. Una serie de viajes laborales le distrajeron un año. Pero en primavera de 2024, la llamada de Dios volvió con fuerza. "Yo andaba atormentado por esos pensamientos y dudas, como un enfermo. Entonces volví a ver al Padre Igor para hablar, recibí la bendición del obispo local y se iniciaron los trámites", explica. 


Petro Didula con unas colegas periodistas, unos meses antes de entrar al seminario, en un viaje a la zona cercana al frenteUGCC.UA

En ese momento se lo contó ya a su esposa Natalia. Hace 30 años Petro ya se había sacado un título de Teología en la Universidad Católica, y a veces, personas equivocadamente pensaban que él era clérigo y a su mujer la consideraban "mátushka", esposa de clérigo. Y ahora parecía hacerse realidad. Ella sonrió: "Ah, por fin, en el trabajo siempre me llaman la esposa del sacerdote". En realidad, el "sí" de la esposa (necesario para la ordenación) es por ahora un "sí" a tres años de estudios del seminario." "Confío en Dios y estoy seguro de que nuestro matrimonio superará también esta prueba", asegura él.

Sus hijos no se han mostrado tan favorables. "Hubo un breve momento de silencio incómodo. Parece que mi nuera, Yulia, fue la primera en romper el silencio para felicitarme", explica Petro. La anciana madre de Petro no comentó mucho al principio, pero luego le dijo que quería vivir para verlo como sacerdote. Se da la circunstancia de que el abuelo de Petro intentó ser sacerdote pero fue encarcelado por un juicio político y murió en una prisión polaca, bajo el régimen comunista, sin llegar a ordenarse.

"Me hacían daño casi todos los días. El ingreso era terrible, muy cruel. Al padre Iván lo golpearon tan brutalmente que perdió el conocimiento dos veces", comenta el padre Geleta.

Volver a estudiar con 59 años

Petro ya realizó su primer año de estudios. Estudiar le ha costado. "Incluso pensé en dejarlo. Pero entonces hablé con algunos amigos. Lograron encontrar las palabras que tanto necesitaba en ese momento. Luego hice un retiro ignaciano. Ocho días de silencio y conversaciones con mi confesor me ayudaron a salir de ese estado de confusión. Humanamente, no quería continuar mis estudios, pero algo en mi interior me convenció: tenía que seguir adelante".

"Hay muchas materias, la cantidad de información es considerable y mi memoria no es la mejor. Ahora me resulta difícil retenerlo todo. Me he reservado el estudio de la Biblia y la lectura de las Sagradas Escrituras, donde puedo hacerlo a solas. A veces descubro cosas que ya había aprendido, pero que, debido a ciertas experiencias de vida, percibo de una manera completamente distinta, nueva. También encuentro muy valiosa la experiencia de comunicarme con compañeros más jóvenes y seminaristas de otros cursos. He visto el mundo en el que viven, las experiencias con las que se preparan para su vocación sacerdotal.

En el seminario de Leópolis hay 3 seminaristas de vocación tardía en quinto curso y otros 6 en cuarto. "Me atrevo a preguntarles cosas que no me atrevería a preguntarle a mis hijos", detalla con cierto asombro. 

«Al llegar de cura a la ciudad, sólo tenía dos feligreses: mi esposa y mi hija»; y luego, la guerra

Hablar de la Resurrección a los militares

Él quiere servir como capellán militar, hablar de la Resurrección a los militares. Pensaba que sería difícil... pero en verano el presidente Zelenskyi decretó que, con permiso de cada comandante de batallón, las personas mayores de 60 años aún podrán servir en el ejército. "Esto me dio la certeza de que realmente podía ser capellán. Incluso si la capellanía no funciona, iré igualmente al este, a Járkov o Dnipró. Allí también hay grandes necesidades". Son las zonas del frente, bajo bombardeo constante.

Con el rector, ha estado varias veces ya en el "Campo de Marte", donde están sepultados los soldados enterrados con especiales honores. "La primera vez que fui, me costaba hablar con la gente, pero a la tercera o cuarta vez empecé a sentir que algo se abría dentro de mí y podía entablar un diálogo. Ya no tengo el miedo que tenía antes. Es el único lugar de la ciudad donde fui con sotana. Noté que, al hablar con los familiares del difunto, la sotana añadía una especie de cualidad especial al ambiente de confianza que se crea en la conversación. La persona se sincera, uno escucha y, al final, algunos pidieron rezar conmigo".

Como periodista fotográfico ya había visto algo de cómo es la vida en el frente en esta guerra. En una entrevista, un amigo se lamentó de que casi no veía capellanes. "¿Cómo y de qué hablarán los sacerdotes con los militares si no están presentes?", le planteó. Los capellanes que vio en el frente, dice, "hablan de la muerte con sencillez y sin dramatismos innecesarios. Hay una ligereza en sus palabras, como si fuera algo cotidiano. Y lo entiendo: así es precisamente como debe ser para los cristianos, porque la muerte es inevitable y para nosotros es una parte natural de la vida".


Petro Didula con sus hijos, esposa, madre y cónyuges de sus hijos, en una fiesta familiar con ropa típica ucranianaUGCC.UA

A veces los curas que acompañan a los militares no son capellanes militares, sino párrocos locales. "Mi hijo Pavlo [militar] tiene esta experiencia: ayudó a construir una capilla de madera para un sacerdote católico local cerca de Sloviansk". El responsable de los capellanes grecocatólicos de Donetsk acude allí con frecuencia.

Espera que Dios sea su fortaleza en este camino. "Creo que Él otorga su gracia en proporción a la carga que deposita sobre los hombros de cada persona. Y si llego a ser sacerdote, confío en que no me privará de la sabiduría y la fortaleza que a veces tanto me faltan".

Desde España es posible ayudar a las víctimas y desplazados de la guerra a través de Cáritas Española, que colabora con las dos Cáritas ucranianas (la latina y la grecocatólica). La cuenta es: Caixabank ES31 2100 5731 7502 0026 6218. Hay una web para donativos AQUÍ.

Fuente Religión en libertad

jueves, 13 de noviembre de 2025

Santo Evangelio 13 noviembre 2025

 


Texto del Evangelio (Lc 17,20-25):

 En aquel tiempo, los fariseos preguntaron a Jesús cuándo llegaría el Reino de Dios. Él les respondió: «El Reino de Dios viene sin dejarse sentir. Y no dirán: ‘Vedlo aquí o allá’, porque el Reino de Dios ya está entre vosotros».

Dijo a sus discípulos: «Días vendrán en que desearéis ver uno solo de los días del Hijo del hombre, y no lo veréis. Y os dirán: ‘Vedlo aquí, vedlo allá’. No vayáis, ni corráis detrás. Porque, como relámpago fulgurante que brilla de un extremo a otro del cielo, así será el Hijo del hombre en su día. Pero, antes, le es preciso padecer mucho y ser reprobado por esta generación».



«El Reino de Dios ya está entre vosotros»


Fray Josep Mª MASSANA i Mola OFM

(Barcelona, España)

Hoy, los fariseos preguntan a Jesús una cosa que ha interesado siempre con una mezcla de interés, curiosidad, miedo...: ¿Cuándo vendrá el Reino de Dios? ¿Cuándo será el día definitivo, el fin del mundo, el retorno de Cristo para juzgar a los vivos y a los difuntos en el juicio final?

Jesús dijo que eso es imprevisible. Lo único que sabemos es que vendrá súbitamente, sin avisar: será «como relámpago fulgurante» (Lc 17,24), un acontecimiento repentino y, a la vez, lleno de luz y de gloria. En cuanto a las circunstancias, la segunda llegada de Jesús permanece en el misterio. Pero Jesús nos da una pista auténtica y segura: desde ahora, «el Reino de Dios ya está entre vosotros» (Lc 17,21). O bien: «dentro de vosotros».

El gran suceso del último día será un hecho universal, pero ocurre también en el pequeño microcosmos de cada corazón. Es ahí donde se ha de ir a buscar el Reino. Es en nuestro interior donde está el Cielo, donde hemos de encontrar a Jesús.

Este Reino, que comenzará imprevisiblemente “fuera”, puede comenzar ya ahora “dentro” de nosotros. El último día se configura ahora ya en el interior de cada uno. Si queremos entrar en el Reino el día final, hemos de hacer entrar ahora el Reino dentro de nosotros. Si queremos que Jesús en aquel momento definitivo sea nuestro juez misericordioso, hagamos que Él ahora sea nuestro amigo y huésped interior.

San Bernardo, en un sermón de Adviento, habla de tres venidas de Jesús. La primera venida, cuando se hizo hombre; la última, cuando vendrá como juez. Hay una venida intermedia, que es la que tiene lugar ahora en el corazón de cada uno. Es ahí donde se hacen presentes, a nivel personal y de experiencia, la primera y la última venida. La sentencia que pronunciará Jesús el día del Juicio, será la que ahora resuene en nuestro corazón. Aquello que todavía no ha llegado, es ya ahora una realidad.


Así será la «resignificación» del Valle de los Caídos: sin La Piedad ni escalinata, la cruz permanece

 


Así será la «resignificación» del Valle de los Caídos: sin La Piedad ni escalinata, la cruz permanece

La Cruz que corona el Valle de los Caídos es la más alta del mundo. Foto: @hospederiavc

El proyecto ganador que “resignificará” el Valle de los Caídos ya tiene nombre y boceto visible. Bajo el lema de “La base y la cruz”, el proyecto incluye entre sus cambios más destacados la supresión de la escalinata de acceso a la basílica y la creación de un “centro de interpretación”.

Fernando Martínez López, secretario de Estado de Memoria Democrática (en la imagen, junto a Pedro Sánchez), principal miembro del jurado que decidirá el futuro del Valle de los Caídos.

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Quebrado por una gran grieta 

Tal y como ha informado EFE este martes, el cambio más visible que experimentará el conjunto arquitectónico será la eliminación de la escalinata vertical que da acceso a la basílica y la construcción en su lugar de un soportal a los pies del templo, semejante a una gran grieta horizontal que se extenderá de lado a lado por toda la explanada del recinto, aprovechando los cinco metros de desnivel.

Los visitantes podrán entrar por debajo de este soportal a un vestíbulo circular de 40 metros de diámetro con el techo descubierto que permitirá acceder tanto a la basílica (ubicada de frente) como al nuevo centro de interpretación (en los laterales).

El centro de interpretación era uno de los elementos previstos en el concurso convocado por el Gobierno para la llamada “resignificación” del Valle de los Caídos a la que aspira el actual Gobierno.

El cardenal Cobo, con el recién ordenado Miguel Torres a su derecha, ante el altar de la basílica de la Santa Cruz del Valle de los Caídos.

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La cruz se queda, pero la Piedad no está en el boceto

La gran cruz de 150 metros de altura no sufrirá cambio alguno. Por otra parte, algunos medios informan de que no ocurrirá lo mismo con La Piedad que corona la principal puerta de acceso a la basílica, que podría verse suprimida. 

Las obras que darán comienzo a la plasmación del proyecto “La base y la cruz” se espera que comiencen en 2027, con un plazo de ejecución previsto de cuatro años. El Gobierno destinará a tal efecto 26 millones de euros, a los que hay que sumar otros 4 millones que el proyecto ganador del concurso recibirá en concepto de honorarios.

Según el Gobierno, la intención del concurso es recuperar este enclave desde un punto de vista arquitectónico y paisajístico y convertirlo en una herramienta al servicio de la memoria democrática.

Santiago Cantera, prior de la abadía benedictina del Valle de los Caídos, ante la majestuosa cruz y los evangelistas que la sostienen, obra del escultor Juan de Ávalos.

Polémicas



Ávalos, escultor «del Valle», según su hijo: «Su líder era Cristo» y su visión, «la reconciliación»

Si bien no consta una confirmación oficial, la gran Piedad de Juan de Ávalos no es visible en el boceto difundido, al menos en su versión oficial, según se pudo ver en la presentación:

Fuente: Religión en Libertad

miércoles, 12 de noviembre de 2025

Santo Evangelio 12 noviembre 2025



 Texto del Evangelio (Lc 17,11-19):

 Un día, de camino a Jerusalén, Jesús pasaba por los confines entre Samaría y Galilea, y, al entrar en un pueblo, salieron a su encuentro diez hombres leprosos, que se pararon a distancia y, levantando la voz, dijeron: «¡Jesús, Maestro, ten compasión de nosotros!». Al verlos, les dijo: «Id y presentaos a los sacerdotes».

Y sucedió que, mientras iban, quedaron limpios. Uno de ellos, viéndose curado, se volvió glorificando a Dios en alta voz; y postrándose rostro en tierra a los pies de Jesús, le daba gracias; y éste era un samaritano. Tomó la palabra Jesús y dijo: «¿No quedaron limpios los diez? Los otros nueve, ¿dónde están? ¿No ha habido quien volviera a dar gloria a Dios sino este extranjero?». Y le dijo: «Levántate y vete; tu fe te ha salvado».



«Postrándose rostro en tierra a los pies de Jesús, le daba gracias»


P. Conrad J. MARTÍ i Martí OFM

(Valldoreix, Barcelona, España)

Hoy, Jesús pasa cerca de nosotros para hacernos vivir la escena mencionada más arriba, con un aire realista, en la persona de tantos marginados como hay en nuestra sociedad, los cuales se fijan en los cristianos para encontrar en ellos la bondad y el amor de Jesús. En tiempos del Señor, los leprosos formaban parte del estamento de los marginados. De hecho, aquellos diez leprosos fueron al encuentro de Jesús en la entrada de un pueblo (cf. Lc 17,12), pues ellos no podían entrar en las poblaciones, ni les estaba permitido acercarse a la gente («se pararon a distancia»).

Con un poco de imaginación, cada uno de nosotros puede reproducir la imagen de los marginados de la sociedad, que tienen nombre como nosotros: inmigrantes, drogadictos, delincuentes, enfermos de sida, gente en el paro, pobres... Jesús quiere restablecerlos, remediar sus sufrimientos, resolver sus problemas; y nos pide colaboración de forma desinteresada, gratuita, eficaz... por amor.

Además, hacemos más presente en cada uno de nosotros la lección que da Jesús. Somos pecadores y necesitados de perdón, somos pobres que todo lo esperan de Él. ¿Seríamos capaces de decir como el leproso «Jesús, maestro, ten compasión de mi» (cf. Lc 17,13)? ¿Sabemos recurrir a Jesús con plegaria profunda y confiada?

¿Imitamos al leproso curado, que vuelve a Jesús para darle gracias? De hecho, sólo «uno de ellos, viéndose curado, se volvió glorificando a Dios» (Lc 17,15). Jesús echa de menos a los otros nueve: «¿No quedaron limpios los diez? Los otros nueve, ¿dónde están?» (Lc 17,17). San Agustín dejó la siguiente sentencia: «‘Gracias a Dios’: no hay nada que uno puede decir con mayor brevedad (...) ni hacer con mayor utilidad que estas palabras». Por tanto, nosotros, ¿cómo agradecemos a Jesús el gran don de la vida, propia y de la familia; la gracia de la fe, la santa Eucaristía, el perdón de los pecados...? ¿No nos pasa alguna vez que no le damos gracias por la Eucaristía, aun a pesar de participar frecuentemente en ella? La Eucaristía es —no lo dudemos— nuestra mejor vivencia de cada día.

Olivera Ravasi iba a casarse, pero Dios cambió sus planes: él se hizo sacerdote y su novia religiosa

 


Olivera Ravasi iba a casarse, pero Dios cambió sus planes: él se hizo sacerdote y su novia religiosa

"Ahora tenemos una amistad hermosísima, es mi mejor amiga", dice el padre Olivera.archivo

La hermana Marie y el padre Olivera Ravasi tenían 31 años en 2008 cuando cada uno de ellos decidió responder a la llamada que habían recibido de Dios: él se ordenó sacerdote y ella profesó sus votos perpetuos. 

La hermana Marie de la Sagesse —nombre religioso de Trinidad María Guiomar— pertenece hoy a la congregación de las Hermanas de Jesús Misericordioso y desarrolla su apostolado en la parroquia de Saint Laurent, en la diócesis de Fréjus-Toulon, al sur de Francia.

"Es mi mejor amiga"

Sobre su camino vocacional, afirma: "Considero una gracia especial el llamado de ambos casi al mismo tiempo, una delicadeza de la Divina Providencia, a quien no se le escapa ningún detalle. Y lo que valoro muchísimo es la continuidad en la amistad no solo de ambos, sino también de nuestras familias". "Ahora tenemos una amistad hermosísima, es mi mejor amiga", dice por su parte el padre Olivera.

Antes de su consagración, Javier Olivera Ravasi y Trinidad María habían planeado casarse tras terminar la universidad. Se comprometieron a los 21 años, convencidos de que su relación era el fruto de una búsqueda común de la verdad. Sin embargo, el rumbo cambió cuando el hermano mayor de Trinidad anunció que ingresaría al seminario. "Nos dejó golpeados porque no esperábamos eso", confesó el sacerdote.

Decidieron acompañarlo hasta San Rafael, Mendoza, donde ella visitó a unas amigas en un convento y él a unos conocidos en el seminario. Aquella experiencia despertó en ambos la misma pregunta: "¿Qué pasaría si Dios nos llamara a la vida religiosa?". En un principio, se negaron siquiera a pensarlo, pero la inquietud persistió. "En mi alma había esta idea permanente de qué pasaría si Dios me llamara, si yo tuviese que dejar todo", recordaba Javier.

"Este año pasado dimos sobre 80 charlas y este año creo que vamos a llegar a las 100", comenta 

Finalmente, decidieron hablarlo abiertamente. Trinidad le confesó que también lo había pensado. Durante dos años discernieron acompañados por un monje que les aconsejó: "Ese es un tema entre cada uno y Dios. Nadie se puede meter en las almas". Fue así como, tras un largo proceso, ambos comprendieron que su amor debía transformarse en entrega total.

Aunque se conocían desde pequeños, no fue hasta la adolescencia cuando se reencontraron. Javier, que regresaba de un viaje de mochilero a Perú, había pasado varios años alejado de la práctica religiosa. En una conversación, le preguntó a Trinidad si creía en la virginidad hasta el matrimonio, convencido de que era "un invento de la Iglesia". Ella le respondió con solidez, desde la fe y la razón, y eso lo impresionó profundamente.

A partir de entonces, comenzaron a compartir lecturas, música y conversaciones sobre filosofía y fe. Él estudiaba Derecho en la Universidad Nacional de Buenos Aires y ella en la Universidad Nacional de La Plata. "Era un noviazgo como cualquier otro —recordaba el padre Olivera Ravasi—, pero intentábamos aprovechar la vida cultural, leer juntos y asistir a conferencias".

Gracias a ese noviazgo, su fe renació: "Yo comencé a practicar la fe, a rezar, a ir a Misa los domingos. Todo en gran parte gracias a ella, a Dios principalmente, pero a ella como instrumento", reconocía.

Argentino, apasionado por la verdad y la cultura, el padre Javier Olivera Ravasi es fundador del portal Que no te la cuenten y dirige la Academia San Elías, un proyecto de educación católica en casa. También es autor de una docena de libros y conferencista, conocido por su labor apologética en el mundo hispano.

Ravasi fundó además la Orden de San Elías, una sociedad de vida apostólica dedicada a la evangelización de quienes aún no han oído hablar de Cristo y al apostolado de la contrarrevolución cultural. Su nombre ha cruzado fronteras y su testimonio continúa inspirando a miles de jóvenes.

Hace unos días, el padre Olivera compartió en X un vídeo con el comentario: "Así es como deberían terminar todas las primeras citas". Un usuario le respondió en tono irónico: "¿Qué sabe usted de primeras citas, padre?". Él contestó con una sola palabra: "Algo", y acompañó su respuesta con un video de EWTN donde se narra su historia con Trinidad María, el amor juvenil que lo llevó, sin saberlo, a descubrir su vocación sacerdotal.

Fuente: Religión en Libertad