miércoles, 31 de julio de 2024

«La batalla del aborto debe librarse con las armas de Dios»: la labor provida de Casa Guadalupe

 



 «La batalla del aborto debe librarse con las armas de Dios»: la labor provida de Casa Guadalupe

Madres en la Casa Guadalupe. 

Madres salvadas, que pasan de ver la oscuridad a ver la luz, que conocen a Dios y la fe, que encuentran el amor en sus hijos y que comparten en comunidad con otras embarazadas en apuros: son los frutos de la Casa Guadalupe, según su presidente, Piero Viganego.

"Oración, humildad, firmeza en la fe, comunidad y alegría". Son los cinco ingredientes que Piero Viganego, presidente de la provida Casa Guadalupe, anticipa de cara al próximo 1 de junio. Es una fecha especial para esta veterana organización barcelonesa: sus integrantes, voluntarios y una cohorte de mujeres y niños rescatados en la Casa preparan una romería para rezar por el fin del aborto, que comenzará a las 11:00 horas en el Santuario de Mare de Déu de la Salut. Allí se procesionará una antigua Virgen cuyo destino será la Santa Misa presidida por Salvador Cristau, obispo de Terrassa, a las 12:00 horas.

Viganego, abogado, casado y padre de cuatro hijos, habla con Religión en Libertad sobre los pilares de Casa Guadalupe, ofrece detalles del próximo evento y renueva el llamado a librar la "batalla espiritual" del aborto con las "armas del cristiano".

-¿Cómo surge la Casa Guadalupe?

-Se inaugura en 2012 pero la idea surge antes, a raíz de la actividad del doctor Morín en Barcelona practicando abortos. Nos dimos cuenta de que el aborto se estaba extendiendo y pensamos en hacer una casa de acogida de madres en riesgo de aborto.

-¿Y qué las ofrece? ¿Qué la diferencia de otros hogares de acogida?

-Primero, acogida en el amor, que es lo que necesitan estas chicas, muchas solas, con experiencias de desamor y hombres  que las abandonan, dejándolas sin capacidad ni apoyo para sacar adelante un embarazo. La Casa quiere que estas chicas se vean queridas, que vean que  hay gente que se preocupa por ellas o el apoyo de otras madres que han tenido al niño.

Se puede ayudar a Casa Guadalupe, sus madres y niños, desde su página web, o contactar a través de sus varios teléfonos, correosy formularios.  

-¿Qué ven las recién llegadas en las que siguieron adelante?

-Las ven contentas. Hay un antes y un después en la decisión de tener al niño. Antes lo ves todo oscuro, como una carga, lleno de inconvenientes. Cuando la mujer decide tener el niño cambia la perspectiva. La vida se llena de luz y ese niño se transforma en el amor de sus vidas. Es una casa en la que se quiere enseñar lo que ofrece el plan de Dios, decir sí a la vida y ver la vida llena de luz.



Piero Viganego. 

Piero Viganego, abogado, casado y padre de cuatro hijos, ha dedicado su vida a la lucha contra el aborto y la ayuda a mujeres embarazadas como presidente de Casa Guadalupe. 

-¿Qué han aprendido estos 12 años de recorrido?

-Que no hay que hacer demasiada publicidad. La necesidad de ayuda es muy grande y cuando las madres saben que hay un sitio que las puede ayudar, acuden: por el boca-oreja, por recomendaciones de amigas, por Internet y muchas personas que en los centros de salud tratan de ayudar a estas chicas a tener una alternativa al aborto.

-¿Y hay quien quiere impedir que se ofrezca esta salida?

-A nivel político se ha querido suprimir esta posibilidad de información porque saben que cuando se ofrece, muchas chicas se ven ayudadas. Ven una vía de escape al drama que viven y que pueden tener a sus bebes. Por eso la reforma de ley del aborto para suprimir el periodo de reflexión está bien pensada. Si quieres favorecer el aborto como derecho, quita a la madre la posibilidad de conocer alternativas. Pero la casa, en cambio, existe.

-¿Y cómo funciona? ¿A cuántas madres ayuda?

-En 12 años hemos atendido a unas 600 madres. Podemos hablar de unas 50 o 60 "en activo" que acuden normalmente. Está abierta todos los días de la semana salvo el domingo y pueden ir cualquier día. Sobre todo los sábados la mañana, que hay formación, reparto de pañales y toallitas. Ahí encuentran ayuda material. Pero sobre todo, espiritual: está la capilla, hablamos de Jesús y de la fe, que es la ayuda más grande. La ayuda material es relativa, también se puede encontrar en otros sitios. Pero  lo que se quiere dar sobre todo es una ayuda espiritual y personal.



Madres recibiendo formación en la Casa Guadalupe.

Las madres, unas con sus hijos en brazos, otras embarazadas, recibiendo formación en la Casa Guadalupe. 

-¿Por qué la advocación de Guadalupe?

-Es la patrona de las madres embarazadas. Por eso la ponemos como patrona de la casa, porque lo es de la vida por nacer. Estamos muy contentos de tener esta advocación que ayuda mucho a la Casa.

-El 1 de junio, el obispo de Terrassa, Salvador Cristau, participará en la romería del Santuario de Mare de Déu de la Salut. ¿Qué supone para el evento y para la organización?

-Es muy importante porque imprime un sello de seriedad y sirve para que otras personas de la diócesis también se animen. Que la autoridad eclesiástica apoye es fundamental.  

-¿Y por qué una romería?

-El Santuario de la Virgen de la Salud de Sabadell tiene un parking muy amplio y un parque muy bonito, es una buena opción para ir con niños y la familia que permite quedarse. La procesión empieza a alas 11 de la mañana y se llevará  una Virgen de la misma Casa Guadalupe, muy peculiar porque el niño es muy pequeño, como un feto, que lo tiene a la altura del vientre, como si lo mostrara. La Virgen es muy antigua, no se hizo para la casa pero acabó allí de forma providencial. Rezaremos el rosario y después, a las 12:00, el obispo celebrará la misa y las familias pueden quedarse al terminar.

-¿Qué actitud predomina entre los católicos hacia el aborto?

-Nos hemos resignado [a verlo] como algo inevitable. La gente no tiene mucho entusiasmo en participar en iniciativas, se ha perdido la esperanza de que se pueda erradicar. Hemos asimilado la idea de que el aborto puede ser aceptable en ciertos supuestos o semanas.  

-¿Y la alternativa es…?

-La oración. Más que acción política, que está muy bien, se trata de la oración. Es mucho más potente que acciones de carácter civil. La oración es el arma realmente potente frente al aborto, frente a la enorme fuerza a nivel económico y global para favorecerlo y frente a esos principados y potestades del mundo.



Anuncio de la romería de Casa Guadalupe. 

La romería de Casa Guadalupe con el obispo Cristau tendrá lugar este sábado 1 de junio, en el Santuario de la Mare de Déu de La Salut de Sabadell a partir de las 11:00 horas. 

-El aborto ha sido recientemente reconocido como derecho en Francia y se plantea lo mismo a nivel europeo. ¿Cómo enfrentarlo? ¿Con qué medidas concretas?

-Estamos viviendo un momento importante. Hay una batalla muy fuerte en la que hay que luchar revestidos con las armas de Dios, la oración, la humildad y la unión en comunidad para hacer sacrificios juntos. Es el momento de salir adelante con la idea de que el aborto no es un derecho, sino un mal, y lo sabemos bien porque en la casa lo vemos. No debemos resignarnos. 

-En la página web se recogen imágenes de bautizos en la misma Casa. ¿Cómo es el proceso de bautizar a los niños que se rescatan?

-Nuestro cometido más importante es llevar a madres e hijos a la fe, y a través de ella y los sacramentos, renovar sus vidas. Cada año se bautizan niños, también hay madres que se confirman y bautizan e incluso se casan. Intentamos acercar a las madres, porque la caridad más grande es llevarlas a Jesús. Otras madres no creen, otras son musulmanas… la casa está abierta a madres de cualquier procedencia, pero muchas se acercan.



Niñas reciben sacramentos en la Casa Guadalupe. 

Algunas de las niñas de la Casa Guadalupe, recibiendo sus primeros sacramentos.  

-Parece que la suya, además de provida, es una labor evangelizadora…

-Es una batalla espiritual. Los católicos tenemos mucho que decir ante el aborto y además ir con la condición de católico por delante con mucha naturalidad. Es lo mejor. Y mostrar la alegría de ser católico y traer este mensaje, que también se lo presentamos a los musulmanes. En casa hay hombres y mujeres musulmanes… Y sin problema: hablamos de los santos, de Jesús, de la fe.

-¿Y cómo lo incluyen en el día a día?

-Hablamos de la importancia de la oración y la presencia de Dios, que preside nuestra vida, pero lo dejamos al criterio de cada persona. Los sábados empiezan con una oración de un grupo de madres en la capilla y cantos invocando al Espíritu Santo para que presida la jornada. Después se va al aula de formación, se imparte una charla y se prepara la comida. La oración se integra de forma natural.

-Incluso entre católicos se ha extendido la opinión de no vincular la labor provida con la fe de los responsables de iniciativas. No parece su caso…

-Hay que ir con mucha naturalidad. No es cierto que la religión católica ofenda a nadie. Nosotros podemos convivir con otros, nos respetamos y acogemos a musulmanes o católicos y con naturalidad estamos juntos y creo que es importante. Lo que queremos defender es la verdad y la vida. Y si lo tenemos que defender con otros, encantados. Eso sí, nosotros lo hacemos en nombre de la Virgen y Jesús, como católicos.  

-La casa orienta su ayuda fundamentalmente a las madres. ¿Qué papel juegan los padres?

-Hay pocos hombres. Una de las causas del aborto es la falta de hombres, del hombre de verdad, auténtico, capaz de amar a una mujer y acogerla. Ese es el hombre de verdad, una figura perseguida que tiene que contar lo menos posible. Hoy hay mucho `adolescente mayor´ que tiene la cabeza `a por uvas´ y utiliza a la mujer. Cuando se queda embarazada, le dan la opción del aborto o a la calle. Lo que queremos es que vuelvan a confiar en el amor de Dios que no falla.

-¿Aporta la fe un elemento de cohesión y de comunidad para esas madres en apuros?

-En la Casa, las madres encuentran que independientemente de ser o no católicas, son queridas por ser madres necesitadas de ayuda y por ser hijas de Dios. Y su hijo también. Esa sensación de sentirse queridas, de que importan realmente, es algo a lo que no están acostumbradas.

-Y como madres de un hijo, son ya una comunidad…

-Hay una cosa esencial y es que se dan cuenta de que el decir sí a la vida es posible y te abre una perspectiva maravillosa: encuentran el amor en su vida en sus hijos. Hay muchas madres que han vivido situaciones difíciles, tenido vidas rotas, pero su hijo las sana, las ayuda a sobreponerse y afrontar su nueva vida con alegría. La comunidad que encuentran en la Casa es importante, se ayudan entre ellas y se hacen amigas. Tenemos muchas situaciones extremas de madres que encuentran la salida y ahora tienen un hijo o más. Y saben que pueden salir adelante.

Fuente: Religión en LIbertad

Santo Evangelio 31 de Julio 2024




Texto del Evangelio (Mt 13,44-46):
 En aquel tiempo, Jesús dijo a la gente: «El Reino de los Cielos es semejante a un tesoro escondido en un campo que, al encontrarlo un hombre, vuelve a esconderlo y, por la alegría que le da, va, vende todo lo que tiene y compra el campo aquel.
También es semejante el Reino de los Cielos a un mercader que anda buscando perlas finas, y que, al encontrar una perla de gran valor, va, vende todo lo que tiene y la compra».



«Vende todo lo que tiene y compra el campo»


Rev. D. Enric CASES i Martín
(Barcelona, España)
Hoy, Mateo pone ante nuestra consideración dos parábolas sobre el Reino de los Cielos. El anuncio del Reino es esencial en la predicación de Jesús y en la esperanza del pueblo elegido. Pero es notorio que la naturaleza de ese Reino no era entendida por la mayoría. No la entendían los sanedritas que le condenaron a muerte, no la entendían Pilatos, ni Herodes, pero tampoco la entendieron en un principio los mismos discípulos. Sólo se encuentra una comprensión como la que Jesús pide en el buen ladrón, clavado junto a Él en la Cruz, cuando le dice: «Jesús, acuérdate de mí cuando estés en tu Reino» (Lc 23,42). Ambos habían sido acusados como malhechores y estaban a punto de morir; pero, por un motivo que desconocemos, el buen ladrón reconoce a Jesús como Rey de un Reino que vendrá después de aquella terrible muerte. Sólo podía ser un Reino espiritual.
Jesús, en su primera predicación, habla del Reino como de un tesoro escondido cuyo hallazgo causa alegría y estimula a la compra del campo para poder gozar de él para siempre: «Por la alegría que le da, va, vende todo lo que tiene y compra el campo aquel» (Mt 13,44). Pero, al mismo tiempo, alcanzar el Reino requiere buscarlo con interés y esfuerzo, hasta el punto de vender todo lo que uno posee: «Al encontrar una perla de gran valor, va, vende todo lo que tiene y la compra» (Mt 13,46). «¿A propósito de qué se dice buscad y quien busca, halla? Arriesgo la idea de que se trata de las perlas y la perla, perla que adquiere el que lo ha dado todo y ha aceptado perderlo todo» (Orígenes).
El Reino es paz, amor, justicia y libertad. Alcanzarlo es, a la vez, don de Dios y responsabilidad humana. Ante la grandeza del don divino constatamos la imperfección e inestabilidad de nuestros esfuerzos, que a veces quedan destruidos por el pecado, las guerras y la malicia que parecen insuperables. No obstante, debemos tener confianza, pues lo que parece imposible para el hombre es posible para Dios.

martes, 30 de julio de 2024

Santo Evangelio 30 de Julio 2024



 Texto del Evangelio (Mt 13,36-43):

 En aquel tiempo, Jesús despidió a la multitud y se fue a casa. Y se le acercaron sus discípulos diciendo: «Explícanos la parábola de la cizaña del campo». Él respondió: «El que siembra la buena semilla es el Hijo del hombre; el campo es el mundo; la buena semilla son los hijos del Reino; la cizaña son los hijos del Maligno; el enemigo que la sembró es el Diablo; la siega es el fin del mundo, y los segadores son los ángeles.

»De la misma manera, pues, que se recoge la cizaña y se la quema en el fuego, así será al fin del mundo. El Hijo del hombre enviará a sus ángeles, que recogerán de su Reino todos los escándalos y a los obradores de iniquidad, y los arrojarán en el horno de fuego; allí será el llanto y el rechinar de dientes. Entonces los justos brillarán como el sol en el Reino de su Padre. El que tenga oídos, que oiga».



«Explícanos la parábola de la cizaña del campo»


Rev. D. Iñaki BALLBÉ i Turu

(Terrassa, Barcelona, España)

Hoy, mediante la parábola de la cizaña y el trigo, la Iglesia nos invita a meditar acerca de la convivencia del bien y del mal. El bien y el mal dentro de nuestro corazón; el bien y el mal que vemos en los otros, el que vemos que hay en el mundo.

«Explícanos la parábola» (Mt 13,36), le piden a Jesús sus discípulos. Y nosotros, hoy, podemos hacer el propósito de tener más cuidado de nuestra oración personal, nuestro trato cotidiano con Dios. —Señor, le podemos decir, explícame por qué no avanzo suficientemente en mi vida interior. Explícame cómo puedo serte más fiel, cómo puedo buscarte en mi trabajo, o a través de esta circunstancia que no entiendo, o no quiero. Cómo puedo ser un apóstol cualificado. La oración es esto, pedirle “explicaciones” a Dios. ¿Cómo es mi oración?: ¿es sincera?, ¿es constante?, ¿es confiada?.

Jesucristo nos invita a tener los ojos fijos en el Cielo, nuestra casa para siempre. Frecuentemente vivimos enloquecidos por la prisa, y casi nunca nos detenemos a pensar que un día —lejano o no, no lo sabemos— deberemos dar cuenta a Dios de nuestra vida, de cómo hemos hecho fructificar las cualidades que nos ha dado. Y nos dice el Señor que al final de los tiempos habrá una tría. El Cielo nos lo hemos de ganar en la tierra, en el día a día, sin esperar situaciones que quizá nunca llegarán. Hemos de vivir heroicamente lo que es ordinario, lo que aparentemente no tiene ninguna trascendencia. ¡Vivir pensando en la eternidad y ayudar a los otros a pensar en ello!: paradójicamente, «se esfuerza para no morir el hombre que ha de morir; y no se esfuerza para no pecar el hombre que ha de vivir eternamente» (San Julián de Toledo).

Recogeremos lo que hayamos sembrado. Hay que luchar por dar hoy el 100%. Y que cuando Dios nos llame a su presencia le podamos presentar las manos llenas: de actos de fe, de esperanza, de amor. Que se concretan en cosas muy pequeñas y en pequeños vencimientos que, vividos diariamente, nos hacen más cristianos, más santos, más humanos.

Hacía peregrinación en La Meca, oró y oyó una voz: buscando a un Dios Padre, ahora se ha bautizado

   


Hacía peregrinación en La Meca, oró y oyó una voz: buscando a un Dios Padre, ahora se ha bautizado

Priska Surantono al acercarse su bautizo en Australia, foto de Alphonsus Fok en Catholic Weekly

Priska Surantono, una joven de 23 años de origen indonesio y familia musulmana, se ha bautizado en la reciente Vigilia Pascual en Kensington, en la diócesis de Sídney, Australia.

Explica en el Catholic Weekly de Australia que su viaje espiritual comenzó en el lugar que menos cabría esperar: en La Meca, donde realizaba la peregrinación llamada Umra, que cada musulmán debe hacer al menos una vez en la vida.

Una voz misteriosa en La Meca

Sucedió en julio de 2019, cuando tenía 18 años. Acudió a La Meca en actitud de búsqueda. "En mi época como musulmana no estaba conectada del todo con Dios; casi era una rutina o esquema, algo que hacía porque sí", explica de la oración y espiritualidad que vivía entonces.

Pero ella quería algo más. Y en La Meca consultó a Dios. "Allí me arrodillé pidiéndole que me mostrara el camino. Recé: 'si este es mi camino, si pertenezco a esto, por favor, fortalece mi fe'".

"Entonces oí una voz diciendo: 'ven a Mí, eres mi niña'. Y miré alrededor, buscando quien me hablaba, y no encontré a nadie".

"En el camino de vuelta a casa, a Indonesia, seguí pensando en esas palabras. En el Islam nunca comparamos nuestra relación con Dios como la de un padre y un hijo, mientras que en el cristianismo todos somos hijos de Dios", comenta. "En ese momento entendí que ya no podía negar lo que estaba sintiendo".

Una madre musulmana, y parientes protestantes

La religión es un tema complicado en la familia de Priska. Su madre se educó en una familia "protestante estricta", pero se hizo musulmana al casarse con un musulmán. Luego se divorciaron, cuando Priska era una niña.

En Indonesia, Priska empezó a acudir a la misa católica. Había algo allí que le atraía. "Había encontrado una conexión santa y sagrada con Dios en misa, y Su presencia no era como nada que hubiera sentido antes", explica. "Me enganchó más y más y supe que quería mantener esa sensación. Era una llamada para pedir más".

Con 19 años consiguió decir a su madre que estaba yendo a misas católicas. A ella no le gustó. Ni a su familia materna, protestante.

"Mis tíos y tías insistieron en que mejor me convirtiera al protestantismo. Dos de mis tías, clérigas en su iglesia, intentaron decirme que era un proceso mucho más fácil que hacerme católica. Les dije que no se trataba de hacer lo fácil. No quería lo más cómodo o conveniente, quería el proceso adecuado hasta que me mereciera entrar con Dios", exploca Priska.

"No me importaba si eso significaba que no me consideraran ya parte de la familia. Aunque tuvieran opiniones distintas, el apoyo de mi madre y mi hermana era todo lo que yo necesitaba. Aunque no apoyan del todo mi decisión, creo que mi familia y yo tenemos un buen trato ahora".

Como estudiante en la Universidad de Nueva Gales del Sur, en Kensington, Australia, buscó en Internet el catecumenado para adultos y se integró en la comunidad de católicos indonesios que se reúnen en una parroquia de la ciudad.

"No todo fue sol y arcoíris, tuve que ser perseverante en mi decisión. La misa era un paso emocionante hacia la conversión, algo que afirmaba mi fe", explicaba tras el rito de elección de catecúmenos, esperando con deseo la Pascua.

También comentaba que hablando con otros conversos supo de historias similares (varios vienen de la comunidad china, de familias budistas, taoístas o sin religión). "Nos podemos inspirar unos a otros para mantenernos fieles", señala. Considera que su comunidad católica ahora le es imprescindible.


Padrinos ponen la mano sobre los candidatos a ser bautizados en 2024 en Sídney, muchos de origen chino o vietnamita

Padrinos ponen la mano sobre los candidatos a ser bautizados en 2024 en Sídney, muchos de origen chino o vietnamita.

El fruto espiritual: dar espacio a Dios

"La razón de este viaje es que me di cuenta de que Dios está ahí para mí, buscándome, esperando que yo le busque", explica.

¿Y aquella sensación de deseo, de estar cerca de Dios, con la que todo empezó? "Tras todo este tiempo, aún siento lo mismo, no ha cambiado. Aún recuerdo cuánto deseaba llegar a este punto cuando empecé, y ahora ya estoy aquí", añade.

"Es un nuevo inicio para mí", añade. "Quiero seguir fortaleciendo mi fe católica. Quiero dar más tiempo y más espacio a Dios en mi corazón. Vine a la Iglesia porque lo necesitaba, por mi alma y por Él. Voy a la iglesia por Dios, no solo por mí", añade.

En la diócesis de Sídney este año se bautizan o se reciben como nuevos católicos adultos 267 personas (los que vienen de origen protestante, por ejemplo, ya están bautizados, y se les recibe en plena comunión en la Iglesia). Según Simon Yeak, coordinador de catecumenado de adultos en el Sydney Centre for Evangelisation, cada vez hay más: fueron 107 en 2021, 179 en 2023 y 267 en 2024.

Fuente: Religión en Libertad

lunes, 29 de julio de 2024

Santo Evangelio 29 de Julio 2024

 


Texto del Evangelio (Lc 10,38-42):

 En aquel tiempo, Jesús entró en un pueblo; y una mujer, llamada Marta, le recibió en su casa. Tenía ella una hermana llamada María, que, sentada a los pies del Señor, escuchaba su Palabra, mientras Marta estaba atareada en muchos quehaceres. Acercándose, pues, dijo: «Señor, ¿no te importa que mi hermana me deje sola en el trabajo? Dile, pues, que me ayude». Le respondió el Señor: «Marta, Marta, te preocupas y te agitas por muchas cosas; y hay necesidad de pocas, o mejor, de una sola. María ha elegido la parte buena, que no le será quitada»

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«Te preocupas y te agitas por muchas cosas; y hay necesidad de pocas, o mejor, de una sola»


Rev. D. Antoni CAROL i Hostench

(Sant Cugat del Vallès, Barcelona, España)

Hoy, también nosotros —atareados como vamos a veces por muchas cosas— hemos de escuchar cómo el Señor nos recuerda que «hay necesidad de pocas, o mejor, de una sola» (Lc 10,42): el amor, la santidad. Es el punto de mira, el horizonte que no hemos de perder nunca de vista en medio de nuestras ocupaciones cotidianas.

Porque “ocupados” lo estaremos si obedecemos a la indicación del Creador: «Sed fecundos y multiplicaos y henchid la tierra y sometedla» (Gn 1,28). ¡La tierra!, ¡el mundo!: he aquí nuestro lugar de encuentro con el Señor. «No te pido que los retires del mundo, sino que los guardes del Maligno» (Jn 17,15). Sí, el mundo es “altar” para nosotros y para nuestra entrega a Dios y a los otros.

Somos del mundo, pero no hemos de ser mundanos. Bien al contrario, estamos llamados a ser —en bella expresión de san Juan Pablo II— “sacerdotes de la creación”, “sacerdotes” de nuestro mundo, de un mundo que amamos apasionadamente.

He aquí la cuestión: el mundo y la santidad; el tráfico diario y la única cosa necesaria. No son dos realidades opuestas: hemos de procurar la confluencia de ambas. Y esta confluencia se ha de producir —en primer lugar y sobre todo— en nuestro corazón, que es donde se pueden unir cielo y tierra. Porque en el corazón humano es donde puede nacer el diálogo entre el Creador y la criatura.

Es necesaria, por tanto, la oración. «El nuestro es un tiempo de continuo movimiento, que a menudo desemboca en el activismo, con el riesgo fácil del “hacer por hacer”. Tenemos que resistir a esta tentación, buscando “ser” antes que “hacer”. Recordemos a este respecto el reproche de Jesús a Marta: ‘Tú te afanas y te preocupas por muchas cosas y sin embargo sólo una es necesaria’ (Lc 10,41-42)» (San Juan Pablo II).

No hay oposición entre el ser y el hacer, pero sí que hay un orden de prioridad, de precedencia: «María ha elegido la parte buena, que no le será quitada» (Lc 10,42).


Sin bautizar, iba a suicidarse, pero una voz le pidió leer la Biblia... hoy quiere ser catequista

 



 Sin bautizar, iba a suicidarse, pero una voz le pidió leer la Biblia... hoy quiere ser catequista

Francis Ahleong

Aunque no estaba bautizado, conocía la Biblia ya que había crecido en una aldea de mayoría cristiana en la provincia de Sabah. La mayoría de las 30 familias eran católicas, incluso sus padres nacieron católicos pero no practicaban la fe. 

Francis Ahleong estaba muy angustiado cuando se acercó peligrosamente al balcón del tercer piso de su casa en Petaling Jaya, un suburbio de Kuala Lumpur (Malasia).

De eso hace tres años, ahora se acaba de bautizar y las ideas suicidas han quedado atrás.

"Estaba deprimido, quería suicidarme", dice a UCA News Ahleong, de 27 años. En 2020 trabajaba en una tienda de equipos de buceo, en un centro comercial cerca de Kuala Lumpur. El confinamiento había obligado a cerrar temporalmente, como a muchos otros negocios. 

"Una voz me dijo que entrar en casa y leyera mi Biblia"

La falta de ingresos, la falta de socialización y la ansiedad lo llevaron a querer saltar desde su balcón. Pero, cuando estaba a punto de hacerlo, "escuché una voz que me decía que saliera del balcón, entrara en casa y leyera mi Biblia. No sé si fue Dios o un ángel", comenta.

Francis Ahleong no era cristiano, no estaba bautizado. Pero conocía la Biblia porque había crecido en una aldea de mayoría cristiana en la provincia de Sabah. La mayoría de las 30 familias eran católicas, incluso sus padres nacieron católicos pero no practicaban la fe ni le bautizaron a él.

El pueblo está en las montañas de Sabah, a unos 40 minutos en coche del monte Kinabalu, el pico más alto de Borneo. La mayoría de los aldeanos se ganan la vida alquilando lo esencial para los turistas que vienen a la zona. Aunque también hay pequeños agricultores de caucho y hortalizas.

Ahleong vivía en el pueblo con su tía materna y su esposo, quien es el jefe de la aldea y catequista en la parroquia de San Pío X, que depende de la archidiócesis de Kota Kinabalu. Fue, precisamente, su tío el que lo llevaba a misa cuando era un adolescente.

"Para mí, mis tíos son como mis padres. Ellos me preguntaron si quería bautizarme, pero dije que no", relata. "Aunque iba con ellos a la iglesia, no aprendí mucho sobre la fe".

Compró una Biblia en 2017; la leyó en la pandemia

Sin embargo, Ahleong había estado leyendo la Biblia por Internet y quería conocer su contexto, así que compró una después de ir a trabajar. Eso sucedió hacia 2017.



Cuando aquel fatídico día regresó a la habitación desde el balcón, cogió la Biblia y la leyó.

Desde entonces, "la necesidad de suicidarme ya no la tenía", dice, aunque todavía tenía experimenta alguna sensación inquietante, incluso después de que se levantara el confinamiento y regresara al trabajo y mejorara su economía. 

Su novia le animó a ir a catequesis a la parroquia cerca de su casa. "Me dijo que fuera, que conocería gente nueva y que era mejor que estar solo", cuenta Ahleong, quien asegura que se sintió en paz cuando comenzó a asistir a catequesis para prepararse para el bautismo.

Su novia es católica y está confirmada. "Ella quiere que tanto nosotros como nuestros hijos, cuando los tengamos, seamos todos católicos", explica. 

Mary Thien, que dirige las catequesis en lengua malaya en la parroquia de San Ignacio, donde acude Francis, explica que unas 30 personas han sido bautizadas y confirmadas allí desde 2017. La mayoría eran protestantes o hijos de católicos que abandonaron la fe.

Las diócesis de Malasia organiza sus catequesis por grupos lingüísticos: el chino, el tamil y el malayo. Ahleong fue sólo uno de los 1.700 catecúmenos que se prepararon para recibir el bautismo en la Vigilia Pascual de 2024 en seis diócesis y tres archidiócesis de Malasia , según la agencia vaticana Fides.

Francis AhleongCuando aquel fatídico día regresó a la habitación desde el balcón, cogió la Biblia y la leyó. Desde entonces, "la necesidad de suicidarme ya no la tenía", dice.

Cuando su contrato de trabajo finalice en diciembre, Ahleong planea regresar a su aldea y comenzar un negocio de alimentos. "Tengo el deseo de ser catequista como mi tío en mi parroquia de allí", dice,

Fuente: Religión en Libertad

domingo, 28 de julio de 2024

Santo Evangelio 28 de Julio 2024

 


Texto del Evangelio (Jn 6,1-15):

 En aquel tiempo, se fue Jesús a la otra ribera del mar de Galilea, el de Tiberíades, y mucha gente le seguía porque veían las señales que realizaba en los enfermos. Subió Jesús al monte y se sentó allí en compañía de sus discípulos. Estaba próxima la Pascua, la fiesta de los judíos. Al levantar Jesús los ojos y ver que venía hacia Él mucha gente, dice a Felipe: «¿Dónde vamos a comprar panes para que coman éstos?». Se lo decía para probarle, porque Él sabía lo que iba a hacer. Felipe le contestó: «Doscientos denarios de pan no bastan para que cada uno tome un poco». Le dice uno de sus discípulos, Andrés, el hermano de Simón Pedro: «Aquí hay un muchacho que tiene cinco panes de cebada y dos peces; pero ¿qué es eso para tantos?».

Dijo Jesús: «Haced que se recueste la gente». Había en el lugar mucha hierba. Se recostaron, pues, los hombres en número de unos cinco mil. Tomó entonces Jesús los panes y, después de dar gracias, los repartió entre los que estaban recostados y lo mismo los peces, todo lo que quisieron. Cuando se saciaron, dice a sus discípulos: «Recoged los trozos sobrantes para que nada se pierda». Los recogieron, pues, y llenaron doce canastos con los trozos de los cinco panes de cebada que sobraron a los que habían comido.

Al ver la gente la señal que había realizado, decía: «Éste es verdaderamente el profeta que iba a venir al mundo». Dándose cuenta Jesús de que intentaban venir a tomarle por la fuerza para hacerle rey, huyó de nuevo al monte Él solo.



«Mucha gente le seguía»


Rev. D. Pere CALMELL i Turet

(Barcelona, España)

Hoy, podemos contemplar cómo se forja en nuestro interior tanto el amor humano como el amor sobrenatural, ya que tenemos un mismo corazón para amar a Dios y a los otros.

Generalmente, el amor va abriéndose paso en el corazón humano cuando se descubre el atractivo del otro: su simpatía, su bondad. Es el caso del «muchacho que tiene cinco panes de cebada y dos peces» (Jn 6,9). Da a Jesús todo lo que lleva, los panes y los peces, porque se ha dejado conquistar por el atractivo de Jesús. ¿He descubierto el atractivo del Señor?

A continuación, el enamoramiento, fruto de sentirse correspondido. Dice que «mucha gente le seguía porque veían las señales que realizaba en los enfermos» (Jn 6,2). Jesús les escuchaba, les hacía caso, porque sabía lo que necesitaban.

Jesucristo siente un poderoso atractivo por mí y quiere mi realización humana y sobrenatural. Me ama tal como soy, con mis miserias, porque pido perdón y, con su ayuda, sigo esforzándome.

«Dándose cuenta Jesús de que intentaban venir a tomarle por la fuerza para hacerle rey, huyó de nuevo al monte Él solo» (Jn 6,15). Les dirá al día siguiente: «En verdad, en verdad os digo: vosotros me buscáis, no porque habéis visto señales, sino porque habéis comido de los panes y os habéis saciado» (Jn 6,26). Escribe san Agustín: «¡Cuántos hay que buscan a Jesús, guiados solamente por intereses temporales! (...) Apenas se busca a Jesús por Jesús».

La plenitud del amor es el amor de donación; cuando se busca el bien del amado, sin esperar nada a cambio, aunque sea al precio del sacrificio personal.

Hoy, yo le puedo decir: «Señor, que nos haces participar del milagro de la Eucaristía: te pedimos que no te escondas, que vivas con nosotros, que te veamos, que te toquemos, que te sintamos, que queramos estar siempre a tu lado, que seas el Rey de nuestras vidas y de nuestros trabajos» (San Josemaría).

5 heridas que llevan a un niño a la disforia y la tentación trans y 8 cosas que ayudan a prevenirlas

  


5 heridas que llevan a un niño a la disforia y la tentación trans y 8 cosas que ayudan a prevenirlas

Un padre con su hijo. 

`Hacen falta padres que apoyen a su hijo, que confíen en él, que sepan abrazarlo, pero que también sepan vigilarlo de cerca, que les exijan según sus capacidades, que les bendigan y que valoren´, escribe el sacerdote Óscar García Mulet.

Según el relato cada vez más oficial, la masculinidad casi siempre es "tóxica", "daña a niños y a hombres" y los roles vinculados a ella son "un lastre fisiológico" que podrían "tener un alto precio".

Junto al ataque del adoctrinamiento en ideología de género, muchos niños sufren "heridas" que minan su identidad, creando un contexto que puede llevar a una "infancia trans", que para los activistas es un tema político. Estos niños  son para ellos conejillos de indias, muchas veces con consecuencias trágicas.

Este es solo uno de los relatos que  ha sido recientemente abordado por Óscar García Mulet, sacerdote y religioso Cooperador de la Verdad de la Madre de Dios. Licenciado en Teología del Matrimonio y la Familia (Pontificio Instituto Teológico Juan Pablo II), colaborador del COF Mater Misericordiae y profesor de Educación Secundaria ha publicado recientemente Crecer como niños, crecer como niñas (Campomanes editores).

En el prólogo de este libro, el obispo José Ignacio Munilla cuestiona a un "nuevo orden mundial" que busca "forjar un sujeto aislado" y "marioneta del sistema". La ideología de género pide a la persona "negar la naturaleza y verla como un enemigo". El libro de García Mulet "anima a deshacer esta falacia" y, frente a ella, ofrece un sinfín de herramientas y recursos. La verdadera masculinidad y feminidad una "alternativa al modelo hedonista y narcisista de hoy".

Uno de los aspectos más tratados por el sacerdote en el libro es el del adoctrinamiento de género en las escuelas. Pero junto a este, también aborda algunas heridas de la niñez que, a la larga, dificultan que los menores asuman plenamente su propia identidad, la conexión con su cuerpo, su sexualidad y su historia.

Entre estas heridas de la infancia están:

1. El divorcio o la separación de los padres

El libro se encuentra repleto de afirmaciones sustentadas en estudios y obras científicas. Y una de ellas es que "la fuente del  amor del hijo y la base de su identidad es el amor de sus padres". Por eso, "cuando éste se rompe, esta fractura le alcanza también a él". Entre las heridas que produce este fenómeno en el niño, remarca el menor tiempo que pasa con el padre, la posibilidad de perder seguridad económica y emocional, la inmadurez social y psicológica, la perspectiva sobre el comportamiento sexual, la fe, la estimulación cognitiva y académica e incluso favorecer problemas de salud, de insomnio, autocontrol o psiquiátricos.

2. El complejo de Peter Pan: adultos que no maduraron

Otra de las derivadas de la ausencia paterna es la incapacidad de enfrentar el llamado complejo de Peter Pan, en referencia a los adultos "que siguen mostrando comportamientos típicos de adolescentes" y cuya etiología se relaciona en parte a problemas con el vínculo de apego. Y frente a esa "herida del desarraigo", la función paterna "es una ayuda fundamental". "El padre ayuda al hijo a aceptar las cosas tal y como son. Y en esto consiste la educación", afirma el sacerdote.

3. El abuso sexual

El sacerdote se refiere a estudios que elevan al 25% de mujeres y 15% de varones los que reconocen haber sido víctimas de abusos en la infancia. Se trata de una "cuchillada" que "interrumpe su desarrollo sexual natural", que traumatiza a las víctimas y distorsionan sus vidas a todos los niveles, impidiendo en muchos casos "una verdadera virilidad o feminidad". Entre otras derivadas, la adicción sexual y la pornografía, la reproducción de conductas suelen estar presentes, que se pueden abordar con una amplia batería de medidas de acompañamiento propuestas por el autor.


Puedes obtener `Crecer como niños, crecer como niñas´ en la página de Campomanes editores. 

4. La vergüenza tóxica

Tras distinguirla de la "vergüenza sana", el autor alude a esta como otra poderosa herida en la identidad del niño, pues "el que no se siente querido, cree que no es digno de ser amado, experimenta un rechazo hacia sí mismo, se avergüenza de ser como es, con una autoestima baja, con inseguridad y muy poca confianza en sí mismo.

Es un sentimiento profundo de verse inadecuado que lleva al autodesprecio, se vive un sufrimiento terrible con una gran soledad, que supone una ruptura -disociación- a todos los niveles del ser: corporal, psicológico y espiritual", explica el autor. 

5. La pornografía: acceso temprano, cada vez más fácil

El autor alude esta "consecuencia de la revolución sexual" causante entre otras cosas de un "incremento exponencial de la pederastia" en momentos como la pandemia de Covid, cuando el tráfico de pornografía infantil creció un 500%". También menciona los ocho años de media del primer acceso a la pornografía, sufriendo en muchas ocasiones un "violento encuentro" que marcan al niño y que en muchos casos "no lo olvidan". Entre las consecuencias de ese consumo y adicción, el sacerdote explica como "la espiral de deterioro personal puede afectar incluso a la identidad sexual", de modo que ante la pornografía "no vale la ingenuidad". "Vale la pena vivir esta `batalla´ por el bien de los hijos", advierte.

Frente a estas heridas, el autor propone multitud de medidas concretas para reafirmar la identidad femenina y masculina. Respecto al niño, destaca:

1º La importancia del padre

Como García Mulet muestra a lo largo de todo el libro, "la virilidad la aporta el padre, introduce al hijo en la realidad y lo prepara para la vida. Si el niño tiene una relación fuerte con su padre, lo más seguro es que escapen de las alienaciones virtuales. Menos Internet y más actividades juntos desde pequeños: ayuda con las tareas, beso de buenas noches, paseos solos los dos, montar en bici… Y no por ello menos importante, necesitan saber que Dios existe y que su vida tiene un propósito.



2º Cuando la madre debe alejarse por el bien del hijo

Explica que lo que no aprendan con su padre y con los varones de su familia, lo buscarán en Internet o se asesorarán a través de sus compañeros de clase. O se refugiará en las faldas de mamá, que sí que le "entiende". Por eso, "en caso de masculinidad inmadura, la madre necesita imperiosamente por el bien de su hijo, tomar distancia. En este caso, es posible que el niño necesite ayuda para descubrir que a quien verdaderamente busca es a un padre cerca del que aprender, al que observar e imitar".

3º Aportar seguridad y confianza al hijo

En el corazón de todo varón palpita un interrogante: ¿Puedo, seré capaz, soy lo bastante hombre? Hacen falta padres que apoyen a su hijo, que confíen en él, que sepan abrazarlo, pero que también sepan vigilarlo de cerca, que les exijan según sus capacidades, que les bendigan y que valoren apropiadamente su masculinidad, que les enseñen a expresar sus emociones y a comunicarse con ellos.

4º Que conozcan a su padre y que tengan un buen vínculo

"Son aprendices del padre cuando le acompañan en sus obligaciones y se asocian a él, cuando hacen algo juntos. Los quehaceres cotidianos son una magnífica oportunidad para consolidar lazos comunes: bajar la basura, poner el lavavajillas, ir al supermercado, arreglar la bicicleta, ir a la farmacia o a comprar el pan. También es recomendable que conozcan su lugar de trabajo, donde pasa tantas horas del día, o que el padre les haga partícipes de sus pasiones y retos personales. Pero más que lo que puedan hacer juntos, lo más valioso es la calidad del vínculo padre-hijo".



Óscar García Mulet, y José Ignacio Munilla. 

El sacerdote y autor del libro, Óscar García Mulet, junto al obispo José Ignacio Munilla, prologuista. 

5º La importancia de un abrazo: "Imprescindible"

El autor encuentra en la percepción del propio cuerpo y cómo se percibe a sí mismo otro "elemento imprescindible en la configuración de la autoestima": "La carencia de contacto físico con su padre especialmente deja secuelas en el niño, porque es algo vital para su crecimiento. De hecho, Nicolosi afirma que el abrazo que no reciba de su padre de pequeño, lo buscará más tarde en otros hombres".  

6º Hacer deporte… pero sin caer en narcisismo

En sí mismos, el ejercicio y el deporte, el trabajo corporal -a riesgo del exceso narcisista- son esenciales para el varón. Y más cuando se convierte en una experiencia compartida. También da muy buen resultado otros deportes como la escalada, rocódromo, artes marciales…

7º Enseñarles a ser héroes y el sentido de la vida "es decisivo"

También recurre a otra especialista, la neuropsiquiatra Mariolina Ceriotti, para remarcar que la dimensión social y "saber invertir su realidad en algo que tenga sentido y perdure" es un elemento "decisivo" para la masculinidad, como "la dimensión heroica" o la  "valentía del varón", siempre distinguiéndose el acto heroico -dispuesto a afrontar riesgos y sacrificios si es por una noble causa- del temerario -centrado en uno mismo y vinculado a la personalidad narcisista-".

8º Para educadores: no ridiculizar y ganarse su confianza

También advierte a los educadores, especialmente cuando observen que en el trato con compañeros el niño "se siente torpe en el trato con los de su sexo", cuando no sabe cómo actuar o no acierta a vivir con otros porque se siente inferior. Al percibirlo, dice García Mulet, el educador "ha de tener en cuenta que sería un grave error corregir directamente este comportamiento, ridiculizándolo o avergonzándolo. Lo primero debería ser ganarse su confianza y establecer una vinculación sana con él. Después, dada la inseguridad y los miedos que padece en el mundo viril, con delicadeza se debe conducirlo como un imán hacia las realidades masculinas".

Fuente: Religión en Libertad

sábado, 27 de julio de 2024

Santo Evangelio 27 de Julio 2024



 Texto del Evangelio (Mt 13,24-30):

 En aquel tiempo, Jesús propuso a las gentes otra parábola, diciendo: «El Reino de los Cielos es semejante a un hombre que sembró buena semilla en su campo. Pero, mientras su gente dormía, vino su enemigo, sembró encima cizaña entre el trigo, y se fue. Cuando brotó la hierba y produjo fruto, apareció entonces también la cizaña. Los siervos del amo se acercaron a decirle: ‘Señor, ¿no sembraste semilla buena en tu campo? ¿Cómo es que tiene cizaña?’. Él les contestó: ‘Algún enemigo ha hecho esto’. Dícenle los siervos: ‘¿Quieres, pues, que vayamos a recogerla?’. Díceles: ‘No, no sea que, al recoger la cizaña, arranquéis a la vez el trigo. Dejad que ambos crezcan juntos hasta la siega. Y al tiempo de la siega, diré a los segadores: Recoged primero la cizaña y atadla en gavillas para quemarla, y el trigo recogedlo en mi granero’».



«Dejad que ambos crezcan juntos»


Rev. D. Manuel SÁNCHEZ Sánchez

(Sevilla, España)

Hoy consideramos una parábola que es ocasión para referirse a la vida de la comunidad en la que se mezclan, continuamente, el bien y el mal, el Evangelio y el pecado. La actitud lógica sería acabar con esta situación, tal como lo pretenden los criados: «¿Quieres que vayamos a recogerla?» (Mt 13,28). Pero la paciencia de Dios es infinita, espera hasta el último momento —como un padre bueno— la posibilidad del cambio: «Dejad que ambos crezcan juntos hasta la siega» (Mt 13,30).

Una realidad ambigua y mediocre, pero en ella crece el Reino. Se trata de sentirnos llamados a descubrir las señales del Reino de Dios para potenciarlo. Y, por otro lado, no favorecer nada que ayude a contentarnos en la mediocridad. No obstante, el hecho de vivir en una mezcla de bien y mal no debe impedir el avanzar en nuestra vida espiritual; lo contrario sería convertir nuestro trigo en cizaña. «Señor, ¿no sembraste semilla buena en tu campo? ¿Cómo es que tiene cizaña?» (Mt 13,27). Es imposible crecer de otro modo, ni podemos buscar el Reino en ningún otro lugar que en esta sociedad en la que estamos. Nuestra tarea será hacer que nazca el Reino de Dios.

El Evangelio nos llama a no dar crédito a los “puros”, a superar los aspectos de puritanismo y de intolerancia que puedan haber en la comunidad cristiana. Fácilmente se dan actitudes de este tipo en todos los colectivos, por sanos que intenten ser. Encarados a un ideal, todos tenemos la tentación de pensar que unos ya lo hemos alcanzado, y que otros están lejos. Jesús constata que todos estamos en camino, absolutamente todos.

Vigilemos para no dejar que el maligno se cuele en nuestras vidas, cosa que ocurre cuando nos acomodamos al mundo. Decía santa Ángela de la Cruz que «no hay que dar oído a las voces del mundo, de que en todas partes se hace esto o aquello; nosotras siempre lo mismo, sin inventar variaciones, y siguiendo la manera de hacer las cosas, que son un tesoro escondido; son las que nos abrirán las puertas del cielo». Que la Santísima Virgen María nos conceda acomodarnos sólo al amor.


Una trans arrepentida asegura que el cambio de género se puede prevenir y explica a los padres cómo

 


Una trans arrepentida asegura que el cambio de género se puede prevenir y explica a los padres cómo

Para esta joven "detrans", el feminismo, la ideología de género y el divorcio son los principales causantes de la disforia de género en gran parte de los jóvenes que la padecen, pero explica que hay una forma de evitarlo (Portada: UNSPLASH/Sharon McCutcheon).

Desde los nueve años, Monica, sudafricana, que tiene ahora 34, sufrió abusos, bullying, el divorcio de sus padres y otros sucesos traumáticos que le llevaron a sentirse "desconectada" de su sexo y comenzar la llamada "reasignación". Tras arrepentirse del "fraude" trans y completar su "detransición", ha publicado en su canal de YouTube los motivos por los que el fenómeno trans está atrayendo a tantos jóvenes y advierte a los padres de que "se puede prevenir".

1º La unidad familiar, imprescindible

En uno de sus vídeos, esta joven detrans explica que el divorcio de sus padres cuando era estudiante universitaria fue más de lo que podía aguantar y una de las razones que motivó su disforia de género.

Pronto supo que el divorcio influye de manera semejante en otras personas con disforia y se muestra convencida de que esta es una de las principales razones desencadenantes.

"La familia es muy importante para una sociedad sana, y si la familia no funciona, la sociedad no funciona. Las familias rotas son la principal razón por la que las personas realizan la transición de género en nuestros días", afirma.

Convencida de que "el feminismo ha arruinado a la familia", menciona que las mujeres, hombres y niños ya no conocen su lugar en el mundo y que "hay algo tóxico en la `igualdad´ [de género] a la que la gente aspira en nuestros días".

"La harina no puede hacer lo que hace la tierra y la tierra no puede hacer lo que hace la harina. Eso no significa que una discrimine a la otra y que la tierra sea `harinófoba´, ambas son igualmente importantes, pero si ambas fueran iguales, no serían ni tierra ni harina".

2º Vigilar la vergüenza y el odio hacia uno mismo

La joven alerta también a los padres sobre repentinos cambios de peso en sus hijos como un indicador de que podrían sentir una vergüenza por su propio cuerpo que motive su deseo de "cambiar" de género. Algo que "se puede prevenir por completo".

"Ningún niño se despierta un día y siente vergüenza u odio por su propio cuerpo, tiene que ocurrir algo para que se den estos sentimientos, podría ser algo banal como tener vergüenza a ir a baños públicos o algo más grave como abusos físicos o sexuales que hagan que tengas miedo de tu cuerpo o que te hagan creer que estás en el cuerpo equivocado", explica.

Consciente de que en muchas ocasiones los padres no perciben estos cambios, les recomienda estar "atentos a esta señal, porque en un niño no es normal", especialmente si lidian con otros problemas emocionales, como fue su caso: "Empecé a subir mucho de peso cuando tenía nueve años y no es casualidad que durante esa edad viví varias experiencias traumáticas con las que no pude lidiar y me llevaron a la disforia de género".

3º Que los hijos perciban el hogar como un espacio seguro

Para esta joven, la falta de expresión y control sobre las emociones de los hijos es una amenaza que debe ser gestionada en el propio hogar.

"Un niño va a la escuela y les dicen como ser, como comportarse, hablan cuando se lo permiten y lo hacen todo cuando y como se lo dicen. Por eso, para un niño es frustrante que no tengan tiempo para ser ellos mismos. Si no pueden serlo en casa, buscarán un lugar donde si puedan y el movimiento trans es un lugar idóneo para expresarse", advierte. 



Familia por la montaña

Por ello, también menciona la importancia para los niños de que sus padres "reserven un tiempo en el que poder dedicarse a ellos por entero, en que puedan ser ellos mismos y aprendan de donde vienen. ¿Cómo van a poder hacerlo si no se lo enseñas en casa?", plantea.

En este sentido, menciona de que otra de las principales razones por las que los niños y jóvenes llevan a cabo la "transición" o acuden a entornos trans es porque " no tienen un espacio en el que expresarse, así que aseguraos de que vuestros hijos sepan que pueden ser ellos mismos y expresarse, porque si no ven el hogar como ese espacio, lo buscarán fuera".

(Artículo publicado originalmente el siete de abril de 2022).

viernes, 26 de julio de 2024

Santo Evangelio 26 de Julio 2024

 


Texto del Evangelio (Mt 13,18-23):

 En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Vosotros, pues, escuchad la parábola del sembrador. Sucede a todo el que oye la Palabra del Reino y no la comprende, que viene el Maligno y arrebata lo sembrado en su corazón: éste es el que fue sembrado a lo largo del camino. El que fue sembrado en pedregal, es el que oye la Palabra, y al punto la recibe con alegría; pero no tiene raíz en sí mismo, sino que es inconstante y, cuando se presenta una tribulación o persecución por causa de la Palabra, sucumbe enseguida. El que fue sembrado entre los abrojos, es el que oye la Palabra, pero las preocupaciones del mundo y la seducción de las riquezas ahogan la Palabra, y queda sin fruto. Pero el que fue sembrado en tierra buena, es el que oye la Palabra y la comprende: éste sí que da fruto y produce, uno ciento, otro sesenta, otro treinta».



«Vosotros, pues, escuchad la parábola del sembrador»


P. Josep LAPLANA OSB Monje de Montserrat

(Montserrat, Barcelona, España)

Hoy contemplamos a Dios como un agricultor bueno y magnánimo, que siembra a manos llenas. No ha sido avaro en la redención del hombre, sino que lo ha gastado todo en su propio Hijo Jesucristo, que como grano enterrado (muerte y sepultura) se ha convertido en vida y resurrección nuestra gracias a su santa Resurrección.

Dios es un agricultor paciente. Los tiempos pertenecen al Padre, porque sólo Él conoce el día y la hora (cf. Mc 13,32) de la siega y la trilla. Dios espera. Y también nosotros debemos esperar sincronizando el reloj de nuestra esperanza con el designio salvador de Dios. Dice Santiago: «Ved como el labrador aguarda el fruto precioso de la tierra, esperando con paciencia las lluvias tempranas y tardías» (St 5,7). Dios espera la cosecha haciéndola crecer con su gracia. Nosotros tampoco podemos dormirnos, sino que debemos colaborar con la gracia de Dios prestando nuestra cooperación, sin poner obstáculos a esta acción transformadora de Dios.

El cultivo de Dios que nace y crece aquí en la tierra es un hecho visible en sus efectos; podemos verlos en los milagros auténticos y en los ejemplos clamorosos de santidad de vida. Son muchos los que, después de haber oído todas las palabras y el ruido de este mundo, sienten hambre y sed de escuchar la Palabra de Dios, auténtica, allí donde está viva y encarnada. Hay miles de personas que viven su pertenencia a Jesucristo y a la Iglesia con el mismo entusiasmo que al principio del Evangelio, ya que la palabra divina «halla la tierra donde germinar y dar fruto» (San Agustín); debemos, pues, levantar nuestra moral y encarar el futuro con una mirada de fe.

El éxito de la cosecha no radica en nuestras estrategias humanas ni en marketing, sino en la iniciativa salvadora de Dios “rico en misericordia” y en la eficacia del Espíritu Santo, que puede transformar nuestras vidas para que demos sabrosos frutos de caridad y de alegría contagiosa

Diez formas en las que puedes herir a tu esposo más de lo que crees y quieres: ¿qué dice la Biblia?


 Diez formas en las que puedes herir a tu esposo más de lo que crees y quieres: ¿qué dice la Biblia?

Un hombre se recupera de la conciencia de haber fallado, dice la autora: de sentirse un fracaso absoluto es más difícil salir.

En su momento recogimos en ReL un artículo bajo el título Diez formas en las que puedes herir a tu esposa sin darte cuenta: la Biblia advierte de ellas.

Su autora, Molly Parker, casada hace 22 años y madre de tres hijos, residente en California, ha escrito en Crosswalk otro dirigido a la segunda parte del matrimonio: ellas y algunas actitudes que de forma inconsciente pueden dañar mucho a ellos, hacerles sentir como unos fracasados, y perjudicar la relación misma. Como en el caso de los errores masculinos, acude a la Biblia buscando orientación... y la encuentra.

Molly ha extraído sus diez conclusiones preguntando a su marido y a amigos, y hace una observación general: una cosa es tener un fallo, "de lo cual cualquier hombre puede reponerse y salir adelante", y otra sentirse un fracasado, porque eso "es más duradero, puede convertirse en una etiqueta, un distintivo, una identidad". Y ahí está el peligro.

Por fortuna, Parker recuerda a quienes se sientan así que Dios ya emitió su propio juicio sobre el hombre: "Algo menor le hiciste que los ángeles y de gloria y honor le coronaste" (Sal 8, 6).

1. No está satisfecha con los ingresos familiares

Es natural desear cosas y es normal que muchas cosas que se desean no se puedan tener. El problema viene cuando "cojo mi lista de deseos y la agito sobre su cabeza dos veces al día": "Eso no puede ser bueno para nuestro matrimonio. Si yo siento la tentación de sentirme una fracasada por no tener esas cosas... ¿cómo le haré sentirse a él, que me regalaría el mundo si pudiese?". En vez de contar dinero, la esposa debería ser, como en un dicho del siglo XVII, "la mejor compañera de su marido en la prosperidad y su amiga más fiel en la adversidad".

"Mi Dios proveerá a todas vuestras necesidades con magnificencia, conforme a su riqueza, en Cristo Jesús" (Filip 4, 19).

2. No olvida ningún fallo del pasado

"Recordar los fallos del pasado genera una doble carga sobre el corazón de un hombre", advierte Parker: "Ya es bastante tener que lidiar con las deficiencias de hoy, para que encima su mujer se abalance sobre él recordándole deficiencias de ayer que no tienen nada que ver". Una esposa que se comporta así "no entiende la profundidad de la gracia de Dios", y por tanto no puede darla a su vez.

"Hermanos, una cosa hago: olvido lo que dejé atrás y me lanzo a lo que está por delante" (Filip 3, 13).

3. Plantea expectativas desmedidas para las vacaciones

Pedir un masaje con piedras calientes una vez en la vida por tu cumpleaños es una cosa, pedirlo todos los años y en Hawai "quizá es pedir demasiado", ironiza Molly. "Una vez", recuerda, "establecí unas expectativas poco realistas para la participación de mi marido en la cena de Nochebuena. Pero el año pasado se durmió antes que los niños y todas las fantasías de abrir los regalos junto al árbol bebiendo sidra se vinieron abajo".



Pero ella se hace esta reflexión: "Si en el contexto de un matrimonio de 22 años ha demostrado ser un buen hombre, ¿por qué hacerle sentir como si me hubiese fallado... y además en Navidad?".

"Sed prontos para escuchar, tardos para hablar, tardos para la ira" (Sant 1, 19).

4. Pone excusas para las relaciones íntimas

Puede haber razones de todo tipo con las que la mujer evita las relaciones íntimas con su marido, "pero cuando las excusas se acumulan sin motivo aparente, un hombre puede pensar que ha fallado en algo: '¡Solía volverla loca! ¿Por qué mis necesidades ya no son una prioridad para ella?'". Tal vez la esposa considera que hay que resolver los problemas conyugales antes de mantener relaciones, "pero los expertos no están de acuerdo", dice: "La probabilidad de arreglar las cosas es mucho mayor después del sexo".

"Lo que Dios unió no lo separe el hombre" (Mc 10, 9).

5. Le recuerda que se supone que él debe ser el líder

Hay algo más enojoso que un marido recordándole a su mujer que debe obedecerle, dice la autora: ¡una esposa recordándole que el líder es él... y un "líder a su servicio"! Resulta paternalista, sermoneador y presuntuoso, especialmente si se usa cierto "tono". Molly sugiere que una esposa amable, humilde y sabia tiene más poder, "y si las oraciones por su marido sustituyen a las impertinencias sobre sus fallos, es más probable que ella le convierta en el hombre de sus sueños".

"Las mujeres estén sujetas a sus maridos, para que, si algunos no se rinden a la Palabra, sin palabra sean ganados por el comportamiento de las mujeres, al considerar vuestra conducta casta y respetuosa" (I Pe 3, 1-2).

6. Cuestiona la forma en la que educa a sus hijos

Molly confiesa que es demasiado correctora y quisquillosa con la forma en la que su marido educa a los hijos: "Fuiste muy duro con ella... Fuiste muy blando con él... Ve ahora a darle un abrazo...". Y considera "ridículo" actuar asi porque "¡es un padre increíble que incluso les hace los deberes de ciencias!". Y plantea una idea importante: "Si un hombre fracasa como padre, lo arrastrará el resto de su vida. Pero si lo hace bien... ¡no hay mayor medida del éxito! Así que una mujer debe estar junto a su marido cuando ambos abordan juntos el trabajo más difícil sobre la tierra: educar hijos que se conviertan en buenos adultos".

"No es bueno que el hombre esté solo. Le haré una ayuda semejante a él" (Gén 2, 18).

7. Le compara con otros hombres

Lo cual es una "faena" para ellos, educados desde el colegio en competir continuamente. Pero luego está "el hogar, un lugar donde sentirse libre de la trampa de las comparaciones... ¿o no?". Escuchar de su esposa el dinero que ganan otros hombres, o lo galantes que son con sus mujeres, o cómo les ofrecen una vida de emoción y aventuras... "sugiere que ellas están más interesadas en moldear a su marido según su ideal que según el ideal de Dios", en vez de "dejar margen a Dios para que actúe en su vida". Las cosas requieren su tiempo: ¡incluso Jesús, en cuanto hombre, maduró!

"Y Jesús progresaba en sabiduría, en estatura y en gracia delante de Dios y de los hombres" (Lc 2, 52).

8. Se avergüenza de sus actividades

"Si una mujer no respeta, admira y apoya su profesión, sus aficiones y sus intereses, es seguro que él se sentirá un fracasado": no hace falta darle muchas vueltas. Es posible que el hombre se entregue en exceso a cualquiera de esas actividades, pero entonces será probablemente más eficaz rezar para que él establezca mejor sus prioridades teniendo presente a Dios en su camino.

"En todos tus caminos piensa en Él, y Él allanará tus senderos" (Prov 3, 6).

9. No disfruta de su vida juntos

Molly recuerda que, cuando llevaban 12 años casados, tuvieron que trasladarse de California a Alabama por razones de trabajo que su marido no podía evitar. Para ella fue un disgusto y no consiguió dejar a un lado sus sentimientos: "Él se sintió desesperanzado y desanimado, como si hubiese fallado en darme una vida feliz". Puede haber otras razones que hagan difícil la alegría, pero... "una mujer sin alegría hace que su hombre se considere un fracaso". Lo importante en estos casos es siempre "mantener abierta la línea de comunicación".

"Llevad los unos las cargas de los otros, y así cumplid plenamente la ley de Cristo" (Gál 6, 2).

10. Le corrige en público

"Nada le chupa la vida a un hombre más que una esposa que le empequeñece en público, y a veces basta para ello una mirada", afirma la autora del artículo: "Incluso si él se lo merece, una mujer se ganará más el respeto, de él y de los demás, si lo guarda para sí y ama profundamente a su marido".

"Mantened la caridad unos con otros, porque la caridad cubre la muchedumbre de los pecados" (I Pe 4, 8).

Lee también la otra cara de la moneda de este artículo: Diez formas en las que puedes herir a tu esposa sin darte cuenta: la Biblia advierte de ellas.

Artículo publicado en ReL el 23 de agosto de 2017.

jueves, 25 de julio de 2024

Santo Evangelio 25 de Julio 2024

 


Texto del Evangelio (Mt 20,20-28):

 En aquel tiempo, se acercó a Jesús la madre de los hijos de Zebedeo con sus hijos, y se postró como para pedirle algo. Él le dijo: «¿Qué quieres?». Dícele ella: «Manda que estos dos hijos míos se sienten, uno a tu derecha y otro a tu izquierda, en tu Reino». Replicó Jesús: «No sabéis lo que pedís. ¿Podéis beber la copa que yo voy a beber?». Dícenle: «Sí, podemos». Díceles: «Mi copa, sí la beberéis; pero sentarse a mi derecha o mi izquierda no es cosa mía el concederlo, sino que es para quienes está preparado por mi Padre».

Al oír esto los otros diez, se indignaron contra los dos hermanos. Mas Jesús los llamó y dijo: «Sabéis que los jefes de las naciones las dominan como señores absolutos, y los grandes las oprimen con su poder. No ha de ser así entre vosotros, sino que el que quiera llegar a ser grande entre vosotros, será vuestro servidor, y el que quiera ser el primero entre vosotros, será vuestro esclavo; de la misma manera que el Hijo del hombre no ha venido a ser servido, sino a servir y a dar su vida como rescate por muchos».



«¿Podéis beber la copa que yo voy a beber?»


Mons. Octavio RUIZ Arenas Secretario del Pontificio Consejo para la promoción de la Nueva Evangelización

(Città del Vaticano, Vaticano)

Hoy, el episodio que nos narra este fragmento del Evangelio nos pone frente a una situación que ocurre con mucha frecuencia en las distintas comunidades cristianas. En efecto, Juan y Santiago han sido muy generosos al abandonar su casa y sus redes para seguir a Jesús. Han escuchado que el Señor anuncia un Reino y que ofrece la vida eterna, pero no logran entender todavía la nueva dimensión que presenta el Señor y, por ello, su madre va a pedir algo bueno, pero que se queda en las simples aspiraciones humanas: «Manda que estos dos hijos míos se sienten, uno a tu derecha y otro a tu izquierda, en tu Reino» (Mt 20,21).

De igual manera, nosotros escuchamos y seguimos al Señor, como lo hicieron los primeros discípulos de Jesús, pero no siempre logramos entender a cabalidad su mensaje y nos dejamos llevar por intereses personales o ambiciones dentro de la Iglesia. Se nos olvida que al aceptar al Señor, tenemos que entregarnos con confianza y de manera plena a Él, que no podemos pensar en obtener la gloria sin haber aceptado la cruz.

La respuesta que les da Jesús pone precisamente el acento en este aspecto: para participar de su Reino, lo que importa es aceptar beber de su misma «copa» (cf. Mt 20,22), es decir, estar dispuestos a entregar nuestra vida por amor a Dios y dedicarnos al servicio de nuestros hermanos, con la misma actitud de misericordia que tuvo Jesús. El Papa Francisco, en su primera homilía, recalcaba que para seguir a Jesús hay que caminar con la cruz, pues «cuando caminamos sin la cruz, cuando confesamos un Cristo sin cruz, no somos discípulos del Señor».

Seguir a Jesús exige, por consiguiente, gran humildad de nuestra parte. A partir del bautismo hemos sido llamados a ser testigos suyos para transformar el mundo. Pero esta transformación sólo la lograremos si somos capaces de ser servidores de los demás, con un espíritu de gran generosidad y entrega, pero siempre llenos de gozo por estar siguiendo y haciendo presente al Señor.

Del «protocolo antisuegros» al «café con Dios»: trece consejos para tener un matrimonio de éxito



Del «protocolo antisuegros» al «café con Dios»: trece consejos para tener un matrimonio de éxito

Mar Dorrio. 

Entre sus consejos, Mar Dorrio destaca la importancia de "ceder siempre que sea posible" y de hablarlo todo, pero sin gritos ni ironías.

Casada, doce hijos… y miles de seguidores y lectores esperando sus consejos: así es Mar Dorrio, una empresaria casada con Javier hace 25 años y que en 2008 decidió volcar su experiencia en su propio blog, Why not twelve. Desde entonces, su formación y transmisión de contenidos en torno a la familia y el matrimonio ha sido imparable: también está en Instagram, donde le siguen más de 8.000 personas y ha publicado dos libros de orientación familiar, el último de ellos, Cocinar con sobras después del `Sí, quiero´" (EUNSA).

Recientemente ha participado en el canal El Rosario de las 11 pm de Belén Perales, donde ha destacado algunos puntos de su último libro y ofrecido 13 útiles consejos para que los matrimonios "tengan unidos su segunda edición mejorada" y que, lo que en algún momento pueden parecer "sobras de asado que den pereza recoger" se transformen "en unas maravillosas croquetas". ¿El secreto? "Cariño, tiempo y dedicación".

1º Apaga tu fuego interior

La escritora menciona la importancia de "apagar los fuegos interiores" para que el amor continúe presente en familias y matrimonios. "Todos los problemas tienen solución mientras se quieran solucionar", explica.

Pero para ello, hay que querer y poner medios cuando llegan las discusiones: "Cuando te vas con la memoria a los buenos momentos engañas al cuerpo y resurgen las hormonas de ese buen momento. Para estar feliz y encantada con tu marido, tendrás que ir con la imaginación donde te convenga, en una excursión con tu marido o a un momento maravilloso, no pensar en la próxima bronca".

2º Un potente radar… que solo tienen ellas

"Nosotras tenemos un radar para captar todo lo que pasa alrededor. No es que ellos no quieran darse cuenta, es que no tienen ese radar", comenta. Por eso, explica a mujeres y madres que cuando los hombres "no se dan cuenta de que estáis tristes o dicen algo que os ha sentado mal no es que no os quiera o sea egoísta, es que no tiene ese superpoder".

3º Conocernos más para sufrir menos

También explica la importancia de conocer los lenguajes del amor. Muchas veces, explica, "los hombres son los que hacen actos de servicio, por ejemplo pasando la ITV del coche de su mujer, pero se olvidan de darle una felicitación de San Valentín y ella piensa que su marido no se acuerda de ella". Por eso, también invita a apreciar los actos que "marido y mujer hacen por el otro y que no se están valorando": "¿Cuántos enfados hay por no conocernos más?".

4º El matrimonio, un ring de boxeo… para bien

Dorrio considera que el matrimonio debe ser como un ring de boxeo, pero para bien, buscando siempre devolver golpes de entrega y felicidad. "Mi felicidad es secundaria, lo primero es la suya, que el otro esté contento. Si no te casas para hacer feliz a la otra persona, mejor no te cases, pero si aplicas esta receta, será el antídoto que nos curará incluso de nuestro propio dolor".

5º Dar la vuelta a la tortilla con los suegros

Para la escritora, la familia política es uno de los elementos que más familias pueden romper y es necesario "darle la importancia que merece". A veces, explica, parece que tenemos que estar felices con la familia política, pero el problema no es la suegra, es la reacción a los posibles ataques de la suegra o de la familia política: "Si vamos a una cena familiar, debemos tener un protocolo en el que cuando la suegra compare a los niños, el marido tenga una sonrisa en su cara y la mujer venga en su rescate".

Con este ejemplo, aplicable a cualquier otro momento, Dorrio se muestra convencida de poder "dar la vuelta a la tortilla" y que a partir de situaciones complicadas, los matrimonios "puedan salir más unidos y fuertes que nunca y superar cualquier batalla".

6º Hablarlo todo, pero con cuidado

"En el matrimonio tenemos que hablarlo todo, pero escogiendo las palabras, el tono, el sitio… Cuando quieras corregir tienes que cuidar las palabras sin convertirlas en un cristal, para poder hablarlo todo y decir cualquier cosa, siempre que no utilicemos ironías o gritos", añade.



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7º Pierde todas las batallas que puedas

La escritora llama la atención sobre la importancia de "ceder en todo lo posible" a la hora de tomar decisiones y "perder todas las batallas posibles" en las discusiones.

Para tomar decisiones, cuenta que "lo mejor es no tener un comité de expertos y consultar a toda la familia: solos tu y yo".

"Para los `qué más da´, cede, cede y cede. Y cuando no puedas ceder porque son decisiones que afectan para toda la vida, hay que ver qué le importa más a la otra persona y si es posible, ceder. Pero cuando ceder, asumes la decisión del otro y si sale mal, no lo echamos en cara. Si uno toma la decisión ya no es suya, es de los dos y nos tienen que ver como una muralla firme que nadie pueda romper", añade.  

8º Sin acuerdo de protección de datos

Dorrio comenta que en el matrimonio no solo hay que ser fiel: "También hay que ser leal. Por eso no tenemos que firmar ningún documento de protección de datos, porque si te casas conmigo tu mal humor de los lunes por la mañana está a salvo conmigo". El escenario ideal, añade, es "que acabemos queriendo los defectos de nuestra persona favorita a la que hemos decidido hacer feliz el resto de nuestras vidas".

9º Si es un accidente, no es un problema

También explica que "el 80% de los problemas del matrimonio no son causados con mala intención, y lo que no tiene mala intención no tiene categoría de problema". Y en caso de que si haya un problema, "cuando la persona que te tendría que proteger te ha hecho daño", Dorrio es firme en su postura: "Perdona, perdona y perdona, siempre".

10º No hace falta un burofax para perdonar

Sin embargo, aunque siempre hay que perdonar, también hay muchas formas de expresarlo y hay que estar atentos a ellas: "Hay gente incapaz de verbalizar el perdón literalmente, pero son capaces de recoger algo que no recogerían nunca, hacer un recado por ti que no haría en la vida… No necesitamos un burofax [para entenderlo]".

11º No consueles a princesas que no sean de tu reino

En una sociedad que nos lleva en dirección contraria al sentido común y a una familia fuerte y unida, Dorrio considera que hay que ser conscientes de las propias debilidades. Así, al igual que el hombre debe saber que su órgano sexual es el ojo, el de la mujer es el oído: "Lo que él ve aunque sean dos segundos permanecerá mucho en su memoria y un piropo puede producir un shock a una mujer".

Por ello, se dirige a las mujeres para que cuiden su vestuario y formas tanto dentro como fuera del hogar, en el trabajo o en reuniones, y a los hombres para "que no consuelen a princesas que no sean de su reino". La única intimidad, añade, se reduce al acrónimo MMHH: madres, mujeres, hijas y hermanas.

12º Ellas se desahogan hablando, ellos apartándose

También destaca la complementariedad que debe marcar la actitud de hombre y mujer ante los problemas, pero también que ambos son "meridianamente opuestos": "Las mujeres necesitamos desahogarnos y eso significa descarga completa, que escuchen nuestro problema las veces que haga falta. ¿Y cuándo la descarga es completa? Cuando la mujer puede cambiar de tema. Y si no lo hace, acabará sintiéndose poco escuchada y querida, la peor termita para el matrimonio".

Un caso distinto al de los hombres, que según su carácter "hacen algo que implica no hablar ni dar explicaciones. Los caballeros tienen que escuchar y las mujeres dejarles que encuentren su fórmula para desahogarse. Y cuando él vuelva, sin preguntas ni distracciones, ya que lo que para nosotras es un desahogo, para ellos es una lata".

13º La guinda del pastel: el matrimonio es cosa de tres

Como consejo final y de mayor relevancia, menciona que "si el matrimonio es cosa de tres, el marido, la mujer y Dios, siempre funciona".

"Si metes a Dios en tu vida tiene un efecto diálisis. Cuando estéis enfadados, te tomas un café con Dios y la Virgen, les cuentas todo y el enfado se transformará en ternura, en perdón y en todo lo que necesites para salir adelante. Cada vez que te tomes ese café lo irás notando y te irás transformando", concluye.  



(Artículo publicado originalmente el nueve de junio de 2022).