jueves, 20 de julio de 2017

Él no sabía casi de Cristo, ella era tibia... hoy quieren contagiar el gozo del matrimonio cristiano


Marcus y Maribel promueven en Barcelona los encuentros de Proyecto Amor Conyugal

Él no sabía casi de Cristo, ella era tibia... hoy quieren contagiar el gozo del matrimonio cristiano

Marcus y Maribel se aproximaron a la fe en distintos pasos... y luego cambió su visión del matrimonio

Él no sabía casi de Cristo, ella era tibia... hoy quieren contagiar el gozo del matrimonio cristiano

¿Cuánto tiempo sobrellevaron una crisis Marcus y Maribel Kallembach en su matrimonio? Muchos años, y a distintos niveles. Ella era de Gerona, él de Suecia, se conocieron en Inglaterra, se casaron en España, volvieron a Inglaterra y ya, embarazada ella del tercer niño, se establecieron en Barcelona. Hoy tienen 6 hijos.

Habían visto mundo, tenían formación, pero en la vida matrimonial vivían cegueras que les entorpecían y dañaban. Una de ellas: “yo tengo que cambiar a mi cónyuge”. Otra: “me falta felicidad, y la culpa es suya, él/ella debería hacerme feliz”. Y unas cuantas más.

Durante unos años fueron dando pasos que les acercaron a Dios. Y, recientemente, resonó como una campana un encuentro que ha transformado su matrimonio y que quieren dar a conocer ahora en Barcelona: los encuentros de Proyecto Amor Conyugal (proyectoamorconyugal.es) que se presentan este miércoles 19 de julio en la parroquia Santa María Reina, en el barrio de Pedralbes.

Lejos de Dios… y sin darse cuenta
Maribel explica que aunque su familia era muy católica y ella siempre tuvo fe, en sus años jóvenes en Inglaterra se había alejado de Dios. “A veces aún iba a misa, pero en realidad me había enfriado del todo y ni me daba cuenta”, recuerda. Allí, encontró a Marcus, un joven sueco, que de hecho estudiaba ESADE en Barcelona y estaba en Londres de prácticas. Congeniaron y se enamoraron.


Maribel tenía muy claro que quería una boda católica y él accedió, comprometiéndose a que los niños serían educados en la fe católica. La familia de él lo había bautizado como protestante en Suecia, pero nunca le dio ninguna formación religiosa. Maribel recuerda que de novios ella, pese a su alejamiento de la fe, le hablaba de Jesús, le contaba cosas muy básicas que él desconocía del todo.

Grietas en la vida de casados
“Nos casamos con 30 años pero sin saber lo que era el matrimonio”, explica Maribel. “Ni idea de cómo convivir, de cómo apoyarnos…” Se refiere, sobre todo, a expectativas exageradas, a proyectar en el otro cosas poco o nada realizables.

 “Queríamos del otro que cumpliese un papel que no encajaba con su personalidad. Puede suceder que queramos que el otro sea como el padre o madre de familia que hemos conocido, es decir, como nuestros padres. Él, resolutivo y activo, hijo de una mujer muy activa, puede querer que yo sea así, pero yo soy más bien pausada, reflexiva, como mi padre, que es muy prudente… De novios, y siendo de países distintos, nos perdonábamos más el ser ‘distintos’, que el otro haga cosas ‘peculiares’… pero al pasar los años de matrimonio pierdes esa comprensión o cuidado”.

El Camino Neocatecumenal y la Primera Comunión
Estando en su tercer embarazo, Maribel entendió que necesitaba la ayuda de Dios. Empezó a acudir a unas catequesis del Camino Neocatecumenal, a ser regular en ir a misa los domingos y a rezar con sus hijos. Marcus la acompañaba a menudo a las eucaristías, aunque, como protestante, no podía comulgar. También veía a su mujer rezar con los niños.

Pero el deseo de Dios se despertó en Marcus en la Primera Comunión de su hija mayor. Fue en un convento de hermanas carmelitas, con monjas alrededor, en una ceremonia muy hermosa. Y pensó: “Aquí hay pureza, hay belleza, yo habría querido esto para mí de niño y desde luego lo quiero para mis hijos”.

Una señal de la Virgen
En 2011 el matrimonio fue a Medjugorje, la iglesia en Bosnia-Hercegovina donde se dice que la Virgen se aparece a unos videntes, un caso que la Iglesia todavía está investigando. Allí Marcus el pudo dejar atrás algunos impedimentos. Por ejemplo, como protestante siempre había visto al sacerdote como una interferencia, una molestia en el trato con Dios. “Yo ya me trato con Dios directamente”, decía. En realidad era un bloqueo a tratarse con la Iglesia. Pero esta idea, y otras de su pasado, que le pesaban como una mochila, las dejó allí, a los pies de la Virgen.

La Virgen le dio una señal de que era el momento de asumir plenamente la vida católica. Y cuando volvió, después de esperar un par de semanas, dio el paso de pedir la admisión en la Iglesia. Un sacerdote quedaba a comer con él y así, hablando, le enseñaba la catequesis necesaria. Hizo la Primera Comunión y Confirmación en la misma iglesia de carmelitas a la que iban sus hijas.


Dos pasitos adelante, uno atrás… y humor en la dificultad
“Nuestra fe crecía con dos pasitos adelante y otro atrás… él dejó las catequesis del Camino antes, y yo lo hice después de 10 años. El Camino Neocatecumenal me ayudó mucho. Después vimos avivada nuestra fe en los Retiros de Emaús, que fue como un tercer paso de crecimiento, tras el Camino y Medjugorje. Habían pasado 10 años entre mi conversión y la de Marcus, y en ese tiempo habíamos aprendido a conllevar nuestras crisis matrimoniales con humor”.


Un retiro “muy bueno para tu matrimonio”
Hace unos meses, Marcus y Maribel acudieron a Madrid a un retiro de Proyecto Amor Conyugal (proyectoamorconyugal.es) porque unos primos de ella insistieron:  “Esto te va a encantar, Maribel, es muy bueno para tu matrimonio”.

“Marcus llegó con menos ganas que yo, y en el tren se iba poniendo de mal humor, pero una vez en el retiro no se cerró, trató a la gente…  Y el retiro nos tocó. Hay un momento en el retiro que ves a lo que has renunciado en tu vida familiar, y ves a lo que ha renunciado el otro, y nos lo echamos en cara, aunque sea con educación. Después llega otro momento en el que se trata el perdón, y ahí ves lo que ha hecho el otro, lo que has hecho tú, y pides perdón por las cosas que has hecho mal tú. Y todo esto ayuda porque se ve desde el punto de vista de Dios”.

¿Cómo explicarlo mejor?

“A mis amigas les digo que nos ha ayudado muchísimo, que es más sencillito que un Retiro de Emaús, por ejemplo, pero que precisamente por eso ves que actúan Dios y la Virgen: porque en esa sencillez hay unos frutos de alegría que sólo se explican si son de Dios. En este encuentro creímos realmente lo que nos explicaban el matrimonio anfitrión, José Luis y Magüi, que es posible tener un matrimonio que sea reflejo del amor trinitario”.

José Luis Gadea y su esposa Magüi son el matrimonio de Andalucía que inició el Proyecto Amor Conyugal a partir de su crisis matrimonial y de una experiencia de amor de Dios en una peregrinación en Fátima, nutriéndose de las catequesis sobre el cuerpo, el amor matrimonial y la familia de Juan Pablo II. (Lea aquí su testimonio completo).

“ Vimos que ellos son un matrimonio muy normal, que han pasado sus crisis y dificultades.  Pero han visto que Dios nos ha pensado el uno para el otro. ¡Es Dios quien quiere juntarnos al esposo y la esposa! Lo que parecen cosas para distanciarnos en realidad son oportunidades para unirnos. Si mi marido es incansable y agotador, y yo soy pausada y tranquila, pues bien, eso es para complementarnos, no para desanimarnos”, detalla Maribel.

¿Para quién son estos encuentros?
Maribel cree que todo tipo de matrimonios se pueden beneficiar de un encuentro de este tipo. Invitan a matrimonios de Cataluña a acudir este miércoles 19 de julio a la parroquia de Santa María Reina, en el barrio de Pedralbes, a un encuentro de matrimonios después de la misa de las 19.30. Uno de los impulsores del encuentro en el sacerdote Jordi Peña, que aunque ejerce habitualmente en el pueblo de Sant Celoni es un entusiasta de las catequesis matrimoniales de Juan Pablo II que se usan en Proyecto Amor Conyugal.

“Lo presentamos como una Charla-Anuncio del Proyecto Amor Conyugal y será como un caramelo en la boca: cuando lo pruebas te gusta. Ayudará a matrimonios novatos o veteranos. Conflictos y días malos siempre habrá en la vida de pareja, pero no tienen por qué convertirse en una crisis, ni alargarse años y años… En estos retiros aprendes a ver con los ojos del otro, y desde la mirada de Dios. Si viene sólo un esposo para ver, bien, es factible, pero vale la pena pagar a un canguro que se quede con los niños y venir los dos a esta sesión, y vivir juntos cómo despierta un deseo de crecer en el matrimonio. No conozco a nadie que diga que su matrimonio está tan bien que no necesita mejorar y crecer… es como la santidad, siempre a más”.

“Esto sirve para todo tipo de matrimonios: para el que está fatal es como una tabla de salvación; y si no estás muy mal, te hace crecer en amor de pareja, y también en amor hacia Dios… No es “nosotros dos y ya” sino “con Dios. No hay que conformarse, el camino de conversión nunca acaba, y el de crecimiento matrimonial tampoco, y eso luego beneficia a toda tu familia, a tus hijos.  Vale la pena”, insisten.

El encuentro es el miércoles 19 de julio tras la misa de 19.30 en Santa María Reina (www.parroquiadepedralbes.com, Pedralbes, Barcelona). Es posible contactar con Maribel para más información en su e-mail:
maribelguibelalde@gmail.com


 En este vídeo, los iniciadores de Proyecto Amor Conyugal, José Luis y Magüi Gadea, explican su testimonio y el origen de estos encuentros matrimoniales

Fuente: Religión en Libertad

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