«El abismo secreto»: romanticismo, bichos, tiros y el amor que busca la verdad
Anya Taylor-Joy y Miles Teller en El Abismo Secreto
Anya Taylor-Joy y Miles Teller protagonizan en El Abismo Secreto a dos tiradores separados por un misterioso barranco
En febrero se ha estrenado directamente en Apple TV+ la película El abismo secreto (en inglés, The Gorge), protagonizada por Miles Teller, Anya Taylor-Joy y Sigourney Weaver, y dirigida por Scott Derrickson, quien dirigiera Líbranos del Mal, El Exorcismo de Emily Rose y, con Marvel, la primera película de Doctor Strange.
Hay un abismo extraño, un cañón rocoso cubierto de niebla, en un lugar desconocido. A cada lado del abismo hay una torre con armamento de élite y un francotirador. En una torre, acaba de llegar un norteamericano (Teller), tirador de élite, militar de corazón seco. En la otra, una lituana (Taylor-Joy), cuyo padre trabajó para la KGB. Las superpotencias del mundo parecen mantener el lugar en secreto. Sigourney Weaver es la misteriosa jefa que ha contratado al militar.
Han ordenado a los tiradores que no se traten entre ellos, y que disparen contra las deformes criaturas que salen de la extraña niebla. Cada uno está sólo en su torre, pero a través de sus prismáticos ellos se ven, se hacen compañía, se comunican escribiendo carteles o en pizarras, y surge una relación.
Después alguien caerá en el abismo y el otro irá a buscarle. En el inframundo esperan secretos, revelaciones y horrores.
En declaraciones en Den of the Geek, el director revela: "Es como un arcoíris de cinco colores. El arco más grande es de romance. Es una película romántica de principio a fin. Bajo eso, hay ciencia ficción, luego acción, luego horror y luego thriller político". Son muchas cosas y sin embargo es una película bastante austera y directa y logra casarlas bien, precisamente por hacer priorizar el "chico conoce chica" (y hablan de sus mejores disparos con francotiradores).
Toda la primera mitad presenta la extraña situación del chico y la chica, casi de náufragos en islas paralelas, con su misterio. La segunda está llena de acción y de hallazgos.
Los actores de El Abismo Secreto
En El Abismo Secreto, chico conoce chica al otro lado de un barranco y la sigue, con alusiones al Cantar de los Cantares
El guion original lo escribió Zach Dean, pero acabó en 2020 en la llamada "lista negra" de "buenos guiones que nadie quiere filmar". Pero Derrickson se lanzó a ella en 2022, reclutando primero a Teller, después a Anya Taylor-Joy y ya en 2023 a Sigourney Weaver. Todos los fans de Alien reconocerán la ironía de que la heroína traicionada por la inmoral corporación Weyland-Yutani sea ahora una jefa de organización siniestra. Derrickson dice que cambió aproximadamente un tercio del guion para que pareciera menos una película de matar bichos.
De El Día de los Trífidos a la soledad del coronavirus
Derrickson reconoce haberse sentido influido en esta película por El Ritual de David Bruckner (de 2017, unos universitarios en unas montañas remotas son acosados por una criatura maligna), y por la adaptación de 1963 del clásico de John Wyndham El día de los trífidos (un cometa ciega a casi toda la población mundial, unas plantas mutadas atacan a los hombres ciegos). También dice que él tiene un gran bagaje en terror y fantasía, más que demostrado, y se siente a gusto mezclando los géneros.
En otras ocasiones ha admitido que la película puede resonar con todos los que hemos vivido los confinamientos del coronavirus: estar solos, tener órdenes de no salir de nuestra casa y jardín, y ver a esos vecinos en la ventana.
Derrickson es un cristiano presbiteriano que hace décadas decía que, por afinidad, estaba muy cerca de hacerse católico (en concreto "a un libro de Chesterton de distancia", decía). Defendía que el cine de terror es uno de los de mayor moralidad: en el terror sobrenatural, el bien y el mal suelen estar claros, el mal es muy visible, las hipocresías quedan desveladas, el mal debe ser combatido.
El tema de descubrir la verdad y quitar las capas de engaño está presente una y otra vez en sus películas, desde El Exorcismo de Emily Rose a Doctor Strange. Lo sobrenatural es una posibilidad que debe considerarse, sin desdeñar otras explicaciones. ¿Emily está loca, enferma, o un demonio la acosa? ¿Es el Abismo secreto la entrada al infierno, como dice un personaje? Esa es la frase que cautivó al director. ¿Lo es? ¿Y tiene condenados? ¿O demonios?
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Allí, en lo profundo del abismo, encontrarán el arrepentimiento de los pecadores, los que rompieron varias normas del respeto debido a Dios y su creación. "Dios, perdónanos", dice una inscripción, repetida en los créditos.
Es curioso el tratamiento del suicidio. En una iglesia arruinada, sin signos cristianos, hay cadáveres de gente que se suicidó. "¿Qué es peor que la muerte?", pregunta alguien al verlo. ¿Quizá la desesperación? También el padre de nuestra heroína, ex-agente soviético, carcomido por el cáncer, le explica su voluntad de suicidarse en pocos meses. Pero lo dice tocando el acordeón en una colina lituana llena de cruces al inicio del filme.
Y la cruz, una gran cruz en un sitio hermoso, de espera y esperanza, vuelve a estar presente al final, donde esperanza y amor se suman.
Nuestro francotirador lee poesía de T.S.Eliot, cristiano que vio los horrores de las guerras mundiales. Eliot habló de los "hombres huecos", los que volvían traumatizados por la guerra, su gas mostaza y trincheras y máscaras. Todo eso es homenajeado aquí.
Anya Taylor Joy en El Abismo Secreto, conoce a su colega de la torre de vigilancia de enfrente
Pero también nuestros guapos protagonistas estaban huecos, cada uno en su torre. Y cuando descubren el amor, que les llena, dejan sus torres de cemento e instrucciones engañosas y se lanzan al infierno, como Orfeo por Eurídice, porque el amor es más fuerte que la muerte .
Lo dice el Cantar de los Cantares 8,6: "Es fuerte el amor como la Muerte, implacable la pasión como el abismo [el sheol]".
Se acuestan, aunque no se nos muestra ninguna escena de sexo. Pero cuando uno se lanza a la niebla a por el otro, tiene la carga simbólica de un matrimonio. Los romanos antiguos, para casarse, decían: "Ubi tu Cayus, ibi ego Caia", "donde estés tú, Cayo, allí estaré yo, Caya". El director nos dice que esa escena es la que más le emociona del filme.
El falso amor que engancha y devora
Esta película enfrenta ese amor con el abismo. Allí, en la niebla, hay horrores que pueden tener distintas significaciones simbólicas. Quedarse literalmente enganchado a una sustancia que de repente se abre como una planta carnívora (o una vagina dentada) puede ser un aviso de cómo el sexo sin amor, con su voracidad banal, atrapa, pringa y destruye. Se requiere a una mujer fuerte ("una mujer virtuosa", como la de Proverbios 31) para salvar al hombre de esa trampa.
Aunque en su película Sinister Derrickson optó por una final amargo, y aquí filmó algo así, en una versión que retornaba a la colina de cruces, al final el director se convenció de que el amor es más fuerte que el abismo, las trampas y las traiciones. "Te amo", admite al final el que había sido un hombre hueco. Y el espectador siente que el amor existe, y vale la pena.
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