martes, 31 de mayo de 2016

Santo Evangelio 31 de Mayo 2016



Día litúrgico: 31 de Mayo: La Visitación de la Virgen

Texto del Evangelio (Lc 1,39-56): En aquellos días, se levantó María y se fue con prontitud a la región montañosa, a una ciudad de Judá; entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel. Y sucedió que, en cuanto oyó Isabel el saludo de María, saltó de gozo el niño en su seno, e Isabel quedó llena del Espíritu Santo; y exclamando con gran voz, dijo: «Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu seno; y ¿de dónde a mí que la madre de mi Señor venga a mí? Porque, apenas llegó a mis oídos la voz de tu saludo, saltó de gozo el niño en mi seno. ¡Feliz la que ha creído que se cumplirían las cosas que le fueron dichas de parte del Señor!».

Y dijo María: «Engrandece mi alma al Señor y mi espíritu se alegra en Dios mi salvador porque ha puesto los ojos en la humildad de su esclava, por eso desde ahora todas las generaciones me llamarán bienaventurada, porque ha hecho en mi favor maravillas el Poderoso, Santo es su nombre y su misericordia alcanza de generación en generación a los que le temen. Desplegó la fuerza de su brazo, dispersó a los que son soberbios en su propio corazón. Derribó a los potentados de sus tronos y exaltó a los humildes. A los hambrientos colmó de bienes y despidió a los ricos sin nada. Acogió a Israel, su siervo, acordándose de la misericordia -como había anunciado a nuestros padres- en favor de Abraham y de su linaje por los siglos». María permaneció con ella unos tres meses, y se volvió a su casa.

«Saltó de gozo el niño en mi seno»
Mons. F. Xavier CIURANETA i Aymí Obispo Emérito de Lleida 
(Lleida, España)


Hoy contemplamos el hecho de la Visitación de la Virgen María a su prima Isabel. Tan pronto como le ha sido comunicado que ha sido escogida por Dios Padre para ser la Madre del Hijo de Dios y que su prima Isabel ha recibido también el don de la maternidad, marcha decididamente hacia la montaña para felicitar a su prima, para compartir con ella el gozo de haber sido agraciadas con el don de la maternidad y para servirla.

El saludo de la Madre de Dios provoca que el niño, que Isabel lleva en su seno, salte de entusiasmo dentro de las entrañas de su madre. La Madre de Dios, que lleva a Jesús en su seno, es causa de alegría. La maternidad es un don de Dios que genera alegría. Las familias se alegran cuando hay un anuncio de una nueva vida. El nacimiento de Cristo produce ciertamente «una gran alegría» (Lc 2,10).

A pesar de todo, hoy día, la maternidad no es valorada debidamente. Frecuentemente se le anteponen otros intereses superficiales, que son manifestación de comodidad y de egoísmo. Las posibles renuncias que comporta el amor paternal y maternal, asustan a muchos matrimonios que, quizá por los medios que han recibido de Dios, debieran ser más generosos y decir “sí” más responsablemente a nuevas vidas. Muchas familias dejan de ser “santuarios de la vida”. El Papa San Juan Pablo II constata que la anticoncepción y el aborto «tienen sus raíces en una mentalidad hedonista e irresponsable respecto a la sexualidad y presuponen un concepto egoísta de la libertad, que ve en la procreación un obstáculo al desarrollo de la propia personalidad».

Isabel, durante cinco meses, no salía de casa, y pensaba: «Esto es lo que ha hecho por mí el Señor» (Lc 1,25). Y María decía: «Engrandece mi alma al Señor (...) porque ha puesto los ojos en la humildad de su esclava» (Lc 1,46.48). La Virgen María e Isabel valoran y agradecen la obra de Dios en ellas: ¡la maternidad! Es necesario que los católicos reencuentren el significado de la vida como un don sagrado de Dios a los seres humanos.

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Oh Señora mía


lunes, 30 de mayo de 2016

Santo Evangelio 30 de Mayo 2016



Día litúrgico: Lunes IX del tiempo ordinario

Texto del Evangelio (Mc 12,1-12): En aquel tiempo, Jesús comenzó a hablarles en parábolas: «Un hombre plantó una viña, la rodeó de una cerca, cavó un lagar y edificó una torre; la arrendó a unos labradores, y se ausentó. 

»Envió un siervo a los labradores a su debido tiempo para recibir de ellos una parte de los frutos de la viña. Ellos le agarraron, le golpearon y le despacharon con las manos vacías. De nuevo les envió a otro siervo; también a éste le descalabraron y le insultaron. Y envió a otro y a éste le mataron; y también a otros muchos, hiriendo a unos, matando a otros. Todavía le quedaba un hijo querido; les envió a éste, el último, diciendo: ‘A mi hijo le respetarán’. Pero aquellos labradores dijeron entre sí: ‘Éste es el heredero. Vamos, matémosle, y será nuestra la herencia’. Le agarraron, le mataron y le echaron fuera de la viña. 

»¿Qué hará el dueño de la viña? Vendrá y dará muerte a los labradores y entregará la viña a otros. ¿No habéis leído esta Escritura: ‘La piedra que los constructores desecharon, en piedra angular se ha convertido; fue el Señor quien hizo esto y es maravilloso a nuestros ojos?’».

Trataban de detenerle —pero tuvieron miedo a la gente— porque habían comprendido que la parábola la había dicho por ellos. Y dejándole, se fueron.

«Envió un siervo a los labradores a su debido tiempo para recibir de ellos una parte de los frutos de la viña»
Fr. Alphonse DIAZ 
(Nairobi, Kenia)


Hoy, el Señor nos invita a pasear por su viña: «Un hombre plantó una viña (...) y la arrendó a unos labradores» (Mc 12,1). Todos somos arrendatarios de esa viña. La viña es nuestro propio espíritu, la Iglesia y el mundo entero. Dios quiere frutos de nosotros. Primero, nuestra santidad personal; luego, un constante apostolado entre nuestros amigos, a quienes nuestro ejemplo y nuestra palabra les anime a acercarse cada día más a Cristo; finalmente, el mundo, que se convertirá en un mejor sitio para vivir, si santificamos nuestro trabajo profesional, nuestras relaciones sociales y nuestro deber hacia el bien común. 

¿Qué clase de arrendatarios somos? ¿De los que trabajan duro, o de los que se irritan cuando el dueño envía a sus siervos a cobrarnos el alquiler? Podemos oponernos a los que tienen la responsabilidad de ayudarnos a proporcionar los frutos que Dios espera de nosotros. Podemos poner objeciones a las enseñanzas de la Santa Madre Iglesia y del Papa, los obispos, o quizás, más modestamente, de nuestros padres, nuestro director espiritual, o de aquel buen amigo que está tratando de ayudarnos. Podemos, incluso, volvernos agresivos, y tratar de herirles o, hasta “matarlos” mediante nuestra crítica y comentarios negativos. Deberíamos examinarnos a nosotros mismos acerca de los motivos reales de dicha postura. Quizás necesitamos un conocimiento más profundo de nuestra fe; quizás debemos aprender a conocernos mejor, a efectuar un mejor examen de conciencia, para poder descubrir las razones por las que no queremos producir frutos. 

Pidamos a Nuestra Madre María su ayuda para que podamos trabajar con amor, bajo la guía del Papa. Todos podemos ser “buenos pastores” y “pescadores” de hombres. «Entonces, vayamos y pidamos al Señor que nos ayude a llevar fruto, un fruto que permanezca. Sólo así este valle de lágrimas se transformará en jardín de Dios» (Benedicto XVI). Nosotros podríamos acercar a Jesucristo nuestro espíritu, el de nuestros amigos, o el del mundo entero, si tan sólo leyéramos y meditáramos las enseñanzas del Santo Padre, y tratásemos de ponerlas en práctica.

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domingo, 29 de mayo de 2016

¿Cuándo morirá el Universo y qué sentido cristiano tiene su final? Responde el curso Science & Faith

¿Cuándo morirá el Universo y qué sentido cristiano tiene su final? Responde el curso Science & Faith

Lo coordina el físico y sacerdote Emili Marlés y empieza el 1 de junio

¿Cuándo morirá el Universo y qué sentido cristiano tiene su final? Responde el curso Science & Faith

David Jou, catedrático de Física de la Materia Condensada, destaca la ya establecida caducidad de nuestra especie, de la Tierra, de la galaxia y del Universo.


Aunque ahora sea difícil hacerse una idea de magnitud, la Tierra tiene sus días contados: antes de 3000 millones de años, el crecimiento del Sol y el incremento de su temperatura lo evaporarán todo, los mares al principio y las rocas después, hasta dejar el planeta convertido en un desierto y engullirlo después. Para entonces ya hará mucho tiempo que no habrá seres humanos, pues nuestra especie, como todas, no durará más de cien millones de años. En la galaxia irá también descendiendo el ritmo de nacimiento de las estrellas, hasta consumirse. En cuanto al Universo entero, el final de la vida en él está sentenciado dentro de 60.000 millones de años. Se irá expandiendo aceleradamente, cada vez más frío.

Así lo explica el físico David Jou, catedrático de Física de la Materia Condensada en la Universidad Autónoma de Barcelona, desde el Observatorio Astronómico del Ebro, fundado en Tarragona en 1909 por un grupo de jesuitas bajo la dirección del padre Ricardo Civera, S.I. A partir de 1913 empezaron a publicar la primera revista de divulgación científica española, Ibérica, que existió durante noventa años.

Estos datos forman parte de los contenidos del célebre curso 100% on line Science & Faith BCN [Ciencia y Fe Barcelona], que ofrece la Facultad de Teología de Cataluña (donde computa con 6 créditos), bajo el patrocinio del Pontificio Consejo para la Cultura y con ayuda de la Fundación Templeton, y dirigido por el físico y sacerdote Emili Marlés.

Este miércoles 1 de junio comienza una nueva edición.

Pincha aquí para inscribirte en este curso, único en el mundo por sus contenidos e interactividad.

Emili Marlés, físico además de sacerdote, es el coordinador del curso.

El curso Science & Faith BCN no sólo muestra la perfecta concordancia entre la ciencia y la fe como fuentes distintas de conocimiento, sino que expone y justifica argumentadamente las principales verdades de la religión católica, principalmente en su engarce con las teorías científicas más conexas con ellas, como las cosmológicas o las de la evolución biológica.

Así, por lejano que esté ese momento, la certeza del final del Universo hagamos lo que hagamos los hombres introduce el problema del sentido de la vida. La lección sobre El fin del mundo según la teología aborda así, desde la perspectiva de la realidad corporal y de la certeza de la resurrección, la continuidad de nuestra persona entre esta vida y nuestra vida posterior. Por la fe, sabemos que la resurrección de Cristo es causa de nuestra resurrección futura, que se hará a imagen de la resurrección de Cristo.

Y entonces su segunda venida da sentido a la historia del hombre sobre la Tierra más allá del destino inexorable de su destrucción física: la parusía se presenta como un acontecimiento que constituye la conclusión de la historia de la humanidad y designa el punto en el que la historia es superada por la eterna soberanía de Dios.

Todas estas cuestiones las afronta Science & Faith BCN en 24 lecciones agrupadas en dos Cursos:

Temario del Curso 1
1. Galileo y el diálogo Ciencia y fe 
2. ¿El mundo se hizo en 7 días o en 14.000 millones de años? Génesis 1 y 2 a debate
3. Investigando un cosmos sorprendente. La riqueza de la realidad
4. ¿Cómo la ciencia conoce la realidad? El Método Científico
5. La teología, ¿es un acceso a la realidad o pura mitología? Teología y verdad
6. Un diálogo no siempre fácil: la relación Teología-Ciencia a lo largo de la historia
7. ¿Cómo ha sido la evolución cosmológica de nuestro universo?
8. Teorías de la evolución biológica 
9. ¿Qué quiere decir que Dios ha creado el mundo? Teología clásica de la creación
10. Un mundo diseñado por Dios.
11. Jesucristo, ¿tiene algo que ver con la evolución cósmica?
12. Un diálogo con la ciencia que enriquece a la teología, el nuevo concepto de «creación evolutiva»  

Temario del Curso 2
1. La creación como Liber Naturae: creación y revelación 
2. Teorías sobre la evolución de los homínidos
3. ¿Dios intervino en la creación del primer hombre? ¿Y en la creación de cada hombre?
4. El origen de la vida humana y el desarrollo embrionario
5. La clonación y las células madre
6. En un universo en evolución, ¿podemos decir que el hombre ha sido creado a imagen y semejanza de Dios?
7. ¿Puedo esperar un milagro en mi vida? (teología de los milagros)
8. La Iglesia y el darvinismo 
9. Antropología y neurociencia
10. ¿Qué quiere decir resucitar de entre los muertos?
11. El fin de nuestro universo según la Ciencia
12. El fin del universo según la teología. 

De los cientos de alumnos que ha tenido el curso a lo largo de los dos últimos años, procedentes de todo el mundo pero con mayoría americana, "el 95% dice que lo recomendaría a un amigo suyo", afirma Marlés: son en gran parte profesores de Religión y catequistas, además de personas a quienes, simplemente, les atrae la cuestión y la encuentran bien abordada por el curso. Éste precisa un tiempo de 3 ó 4 horas semanales a lo largo de 10 meses.


Santo Evangelio 29 de Mayo 2016



Día litúrgico: Solemnidad del Cuerpo y de la Sangre de Cristo (C) (Segundo domingo después de Pentecostés)

Texto del Evangelio (Lc 9,11b-17): En aquel tiempo, Jesús les hablaba acerca del Reino de Dios, y curaba a los que tenían necesidad de ser curados. Pero el día había comenzado a declinar, y acercándose los Doce, le dijeron: «Despide a la gente para que vayan a los pueblos y aldeas del contorno y busquen alojamiento y comida, porque aquí estamos en un lugar deshabitado». Él les dijo: «Dadles vosotros de comer». Pero ellos respondieron: «No tenemos más que cinco panes y dos peces; a no ser que vayamos nosotros a comprar alimentos para toda esta gente». 

Pues había como cinco mil hombres. Él dijo a sus discípulos: «Haced que se acomoden por grupos de unos cincuenta». Hicieron acomodarse a todos. Tomó entonces los cinco panes y los dos peces, y levantando los ojos al cielo, pronunció sobre ellos la bendición y los partió, y los iba dando a los discípulos para que los fueran sirviendo a la gente. Comieron todos hasta saciarse. Se recogieron los trozos que les habían sobrado: doce canastos.

«Dadles vosotros de comer»
Rvdo. D. Manuel COCIÑA Abella 
(Madrid, España)


Hoy es el día más grande para el corazón de un cristiano, porque la Iglesia, después de festejar el Jueves Santo la institución de la Eucaristía, busca ahora la exaltación de este augusto Sacramento, tratando de que todos lo adoremos ilimitadamente. «Quantum potes, tantum aude...», «atrévete todo lo que puedas»: ésta es la invitación que nos hace santo Tomás de Aquino en un maravilloso himno de alabanza a la Eucaristía. Y esta invitación resume admirablemente cuáles tienen que ser los sentimientos de nuestro corazón ante la presencia real de Jesucristo en la Eucaristía. Todo lo que podamos hacer es poco para intentar corresponder a una entrega tan humilde, tan escondida, tan impresionante. El Creador de cielos y tierra se esconde en las especies sacramentales y se nos ofrece como alimento de nuestras almas. Es el pan de los ángeles y el alimento de los que estamos en camino. Y es un pan que se nos da en abundancia, como se distribuyó sin tasa el pan milagrosamente multiplicado por Jesús para evitar el desfallecimiento de los que le seguían: «Comieron todos hasta saciarse. Se recogieron los trozos que les habían sobrado: doce canastos» (Lc 9,17).

Ante esa sobreabundancia de amor, debería ser imposible una respuesta remisa. Una mirada de fe, atenta y profunda, a este divino Sacramento, deja paso necesariamente a una oración agradecida y a un encendimiento del corazón. San Josemaría solía hacerse eco en su predicación de las palabras que un anciano y piadoso prelado dirigía a sus sacerdotes: «Tratádmelo bien». 

Un rápido examen de conciencia nos ayudará a advertir qué debemos hacer para tratar con más delicadeza a Jesús Sacramentado: la limpieza de nuestra alma —siempre debe estar en gracia para recibirle—, la corrección en el modo de vestir —como señal exterior de amor y reverencia—, la frecuencia con la que nos acercamos a recibirlo, las veces que vamos a visitarlo en el Sagrario... Deberían ser incontables los detalles con el Señor en la Eucaristía. Luchemos por recibir y por tratar a Jesús Sacramentado con la pureza, humildad y devoción de su Santísima Madre, con el espíritu y fervor de los santos.

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sábado, 28 de mayo de 2016

Íker Jiménez pide protección para el no nacido desde su concepción ante la evidencia de su humanidad

Íker Jiménez pide protección para el no nacido desde su concepción ante la evidencia de su humanidad

Extensa y comprometida reflexión en «Cuarto Milenio»

Íker Jiménez pide protección para el no nacido desde su concepción ante la evidencia de su humanidad

La reflexión de Íker Jiménez parte de un hecho incuestionable: desde el momento de la concepción hay un ser humano nuevo y distinto.


En el cierre del último Cuarto Milenio, el presentador del programa, Íker Jiménez, reflexionó durante más de ocho minutos sobre la evidencia científica de que la vida humana comienza en el momento de la concepción. Criticó la industria del aborto y pidió una conciencia común sobre la necesaria protección para los no nacidos. (Ver abajo el vídeo.)

Estas palabras venían justificadas por la reciente difusión de estas imágenes, captadas por investigadores de la Northwestern University de Chicago:


Las imágenes muestran un proceso que permite distinguir los óvulos fecundados de los que no lo son. Como explica Stacy Trasancos en National Catholic Register, no se trata en sentido estricto de que la concepción produzca luz, sino de que, al ser fecundado, el óvulo incrementa su nivel de calcio y libera zinc, el cual se detecta mediante contraste en un líquido fluorescente. La investigación corrobora en cualquier caso la excepcionalidad del momento de la concepción, cuando la fusión de los gametos produce en ese mismo momento el material genético absolutamente nuevo que permite desarrollar un ser humano absolutamente único y distinto al de sus padres.

Lo que dicen los científicos
Así lo establece el consenso científico reflejado por la llamada Declaración de Madrid, presentada el 17 de marzo de 2009 con ocasión de la ley del aborto que aprobaría el Gobierno del PSOE en febrero de 2010 e hizo propia el Gobierno del PP en septiembre de 2014 retirando su propio proyecto a pesar de mantener contra la anterior un recurso de inconstitucionalidad que el Tribunal Constitucional, seis años después, aún no ha encontrado ocasión de examinar.

La Declaración de Madrid fue firmada por mil científicos e intelectuales (cantidad multiplicada desde entonces), entre ellos y en los primeros puestos Nicolás Jouve, catedrático de Genética de la Universidad de Alcalá de Henares, y César Nombela, catedrático de Microbiología de la Universidad Complutense de Madrid y ex director del Consejo Superior de Investigaciones Científicas.
Rueda de prensa de presentación de la llamada Declaración de Madrid, el 17 de marzo de 2009.

Así afirma este documento: "Existe sobrada evidencia científica de que la vida empieza en el momento de la fecundación... La Genética señala que la fecundación es el momento en que se constituye la identidad Genética singular; la Biología Celular explica que los seres pluricelulares se constituyen a partir de una única célula inicial, el cigoto, en cuyo núcleo se encuentra la información Genética que se conserva en todas las células y es la que determina la diferenciación Celular... Tras la constitución del material genético del cigoto, procedente de los núcleos gaméticos materno y paterno, el núcleo resultante es el centro coordinador del desarrollo, que reside en las moléculas de ADN, resultado de la adición de los genes paternos y maternos en una combinación nueva y singular".

La valiente reflexión de Íker Jiménez
En esta línea se manifiesta también Íker Jiménez, de cuya intervención extraemos algunos párrafos:

-"Estamos en tiempos -y sé que es meterme siempre en camisa de once varas- donde hay mucha sensibilidad para muchas cosas y muy poca para, por ejemplo, esos niños".

-"Siempre me he preguntado, aunque es un tema muy polémico, qué ha pasado en el mundo para que nos hayamos creído la milonga de que algo no está vivo realmente, de que algo no tiene luz dentro del seno materno o de que alguien puede incluso opinar libremente sobre algo tan prodigioso, único como es una vida humana".

-"Lo dicen los científicos, pero no nos llega: en cuanto se ha producido esa luz hay ya una cadena genética que no será ya igual a ninguna otra a lo largo de los millones de millones de años que viva el mundo, algo único en la historia de las historias está ahí ya funcionando... Es una cuestión puramente científica".

-"Hay una industria de millones y millones de fetos humanos que vive de eso y que recicla eso... y a pocos le importa".

-"Nos preocupa todo mucho, pero la vida humana inocente de alguien que ya es alguien, parece que no".

-"A mí me dirían: oye, Íker, no hables de esto. Pues no me da la gana. Porque estamos muy preocupados de muchas cosas, del ser vivo... y del ser humano, que es el ser vivo más complejo que existe, más milagroso en su unicidad... nos han comido el tarro para que sigan pasando cosas y aquí nadie diga nada".

-"Me da igual que siente bien o que siente mal: lo que sabe la ciencia es que prácticamente desde el principio pasan cosas, y que eso es único. Y yo creo que el Estado, y lo digo como lo siento, debería proteger de alguna forma la unicidad e identidad de esas personas que tienen derecho a desarrollarse".

-"A mí me gustaría que en un mundo del futuro hubiese una conciencia humana de que eso hay que respetarlo, de que es algo sagrado, pero no en el aspecto religioso, sino de la cantidad de conjunciones increíbles que han tenido que darse para esa cosa que todavía los científicos a día de hoy, en laboratorios de primer nivel, observan absolutamente asombrados".

Santo Evangelio 28 de Mayo 2016


Día litúrgico: Sábado VIII del tiempo ordinario

Texto del Evangelio (Mc 11,27-33): En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos volvieron a Jerusalén y, mientras paseaba por el Templo, se le acercan los sumos sacerdotes, los escribas y los ancianos, y le decían: «¿Con qué autoridad haces esto?, o ¿quién te ha dado tal autoridad para hacerlo?». Jesús les dijo: «Os voy a preguntar una cosa. Respondedme y os diré con qué autoridad hago esto. El bautismo de Juan, ¿era del cielo o de los hombres? Respondedme».

Ellos discurrían entre sí: «Si decimos: ‘Del cielo’, dirá: ‘Entonces, ¿por qué no le creísteis?’. Pero, ¿vamos a decir: ‘De los hombres’?». Tenían miedo a la gente; pues todos tenían a Juan por un verdadero profeta. Responden, pues, a Jesús: «No sabemos». Jesús entonces les dice: «Tampoco yo os digo con qué autoridad hago esto».

«¿Con qué autoridad haces esto?»
Mn. Antoni BALLESTER i Díaz 
(Camarasa, Lleida, España)


Hoy, el Evangelio nos pide que pensemos con qué intención vamos a ver a Jesús. Hay quien va sin fe, sin reconocer su autoridad: por eso, «se le acercan los sumos sacerdotes, los escribas y los ancianos, y le decían: ‘¿Con qué autoridad haces esto?, o ¿quién te ha dado tal autoridad para hacerlo?’» (Mc 11,27-28). 

Si no tratamos a Dios en la oración, no tendremos fe. Pero, como dice san Gregorio Magno, «cuando insistimos en la oración con toda vehemencia, Dios se detiene en nuestro corazón y recobramos la vista perdida». Si tenemos buena disposición, aunque estemos en un error, viendo que la otra persona tiene razón, acogeremos sus palabras. Si tenemos buena intención, aunque arrastremos el peso del pecado, cuando hagamos oración Dios nos hará comprender nuestra miseria, para que nos reconciliemos con Él, pidiendo perdón de todo corazón y por medio del sacramento de la penitencia.

La fe y la oración van juntas. Nos dice san Agustín que, «si la fe falta, la oración es inútil. Luego, cuando oremos, creamos y oremos para que no falte la fe. La fe produce la oración, y la oración produce a su vez la firmeza de la fe». Si tenemos buena intención, y acudimos a Jesús, descubriremos quién es y entenderemos su palabra, cuando nos pregunte: «El bautismo de Juan, ¿era del cielo o de los hombres?» (Mc 11,30). Por la fe, sabemos que era del cielo, y que su autoridad le viene de su Padre, que es Dios, y de Él mismo porque es la segunda Persona de la Santísima Trinidad.

Porque sabemos que Jesús es el único salvador del mundo, acudimos a su Madre que también es Madre nuestra, para que deseando acoger la palabra y la vida de Jesús, con buena intención y buena voluntad, tengamos la paz y la alegría de los hijos de Dios.

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viernes, 27 de mayo de 2016

El poeta Miguel Hernández murió en paz con Dios tras recibir tres sacramentos en sus últimos días


El poeta Miguel Hernández murió en paz con Dios tras recibir tres sacramentos en sus últimos días
El poeta Miguel Hernández murió en paz con Dios tras recibir tres sacramentos en sus últimos días

Miguel Hernández, en la inauguración de una plaza homenaje a su paisano y amigo Ramón Sijé en Orihuela, en abril de 1936.


Miguel Hernández (1910-1942) murió en la cárcel, gravemente enfermo, plenamente reconciliado con Dios tras recibir tres sacramentos: la confesión, el matrimonio con Josefina Manresa –con quien había contraído matrimonio civil en 1937 y había tenido dos hijos, uno de ellos fallecido- y la extremaunción.

José María Zavala aporta toda la documentación en su nueva obra, Los expedientes secretos de la Guerra Civil (Espasa). El libro está consagrado a ocho significativas muertes de la contienda, seis asesinatos (José Calvo Sotelo, Federico García Lorca, Andreu Nin, Alfonso María de Borbón, Melquiades Álvarez y José Antonio Primo de Rivera) y dos fallecimientos violentos en circunstancias controvertidas (Buenaventura Durruti y Ramón Franco). Se les añade una muerte natural, precisamente la del célebre poeta de Orihuela (Alicante), que encaja entre las anteriores porque tuvo lugar en el contexto de la guerra y de las duras circunstancias de la postguerra.

El expediente del médico que atendió a Durruti en sus últimos momentos, el testimonio del hermano del asesino de Calvo Sotelo, detalles manuscritos de la detención de García Lorca, el expediente masónico de Ramón Franco, el caso de los dos primos de Alfonso XIII asesinados... El libro de José María Zavala aporta datos nuevos incorporados a un relato histórico de gran tensión periodística. Pincha aquí para adquirir el libro ahora.

Ese regreso de Miguel Hernández a la fe es realmente lo coherente con su biografía. Recibió una buena formación religiosa, en su infancia era monaguillo en la misa dominical de su parroquia y mostró un evidente fervor religioso durante sus años en las Escuelas del Ave María y en el Colegio de Santo Domingo. Allí conoció a su paisano y gran amigo Ramón Sijé (1913-1935), de firmes convicciones católicas, a cuya muerte escribió la "Elegía" incluida en El rayo que no cesa. Otra de sus grandes amistades era el sacerdote Luis Almarcha (1887-1974), futuro obispo de León.

Versos espirituales
En 1930 buena parte de su producción poética son versos dedicados a la Eucaristía, a la unión mística con Dios o a la Madre de Dios, como este homenaje a la concepción virginal de Jesús que selecciona Zavala:

Ventana para el Sol -¡qué solo!- abierta:
sin alterar la vidriera pura,
la Luz pasó el umbral de la clausura
y no forzó ni el sello ni la puerta.
...
Justo anillo su vientre de lo Justo,
quedó, como antes, virgen retraimiento,
abultándole Dios seno y ombligo.
No se abrió para abrirse: dio en un susto,
nueve meses sustento del Sustento,
honor al barro y a la paja trigo.

En 1933, influenciado por la lectura de los clásicos que le sugería Sijé, escribió un auto sacramental, Quién te ha visto y quién te ve y sombra de lo que eras, de donde Zavala extrae este diálogo sobre las postrimerías:

Padre, ¿y qué hay luego detrás
del viento? Más viento en pos.
¿Y detrás del viento?
Dios
¿Nada más Dios? ¡Nada más!
Padre, padre, ¿y me dirás
quién es Dios y de qué modo?
Es el único acomodo
que hallarás, bueno y sencillo
al fin; el perfecto anillo,
el sin por qué y el por todo.

Neruda, una mala influencia
Sin embargo, cuando José Bergamín publica el auto en 1934 en Cruz y Raya, se está empezando a producir una vertiginosa transformación en el alma de Miguel Hernández, que en 1935 le ha cambiado ya por completo. En Pascua de ese año, dirige una carta a su amigo Juan Guerrero Ruiz en la que se confiesa arrepentido de haber hecho cosas al servicio de Dios.

En el capítulo de Los expedientes secretos de la Guerra Civil consagrado a Miguel Hernández, Zavala traza esta evolución dramática en la cual tuvo mucho que ver la influencia de Pablo Neruda, aparte de su propia y creciente vinculación comunista.

Al servicio del PCE
Tras estallar la guerra, en septiembre se incorporó como "miliciano de la cultura" al Quinto Regimiento, formado por voluntarios encuadrados por el Partido Comunista de España. Quedó adscrito al temido Comisariado del Batallón de Valentín González "el Campesino" (1908-1983).

Arengando a las tropas: una de las más célebres fotografías de Miguel Hernández.

Miguel se convirtió en pieza esencial de la propaganda comunista, con artículos en la revista El Mono Azul que editaba la Alianza de Intelectuales Antifascistas para la Defensa de la Cultura y un viaje a Rusia en el verano de 1937 para un festival de teatro en Moscú.

Ante la catedral de San Isaac, en San Petersburgo (entonces Leningrado).

Al concluir la guerra comenzó la etapa más dura de su vida. Zavala ofrece todos los detalles de su periplo policial y judicial, aportando toda la documentación procesal.

La cárcel
No fue un objetivo prioritario del bando triunfante. Le detuvieron en Portugal, por una delación, el 30 de abril de 1939, pero fue puesto en libertad dos semanas, del 15 al 29 de septiembre, a pesar de que estaba convocado un consejo de guerra contra él por un delito de rebelión militar. El 18 de enero de 1940 fue condenado a muerte, pena que Franco conmutó en junio por treinta años de prisión. En 1944 se le rebajó a veinte años, un error administrativo porque ya había muerto.

Una llama de fe siempre quedó
Durante todo ese tiempo, ¿cuál fue la evolución religiosa de Miguel Hernández? Zavala cita dos detalles significativos.

urante la guerra, en una conversación a gritos entre trincheras, un soldado nacional le reprochó que estuviese combatiendo contra la religión, a lo que él replicó que no era cierto, que él "luchaba únicamente contra sus mercaderes".

También, ya detenido, pidió a un compañero de celda blasfemo que fuera la última vez que ofendiera a Dios en su presencia.
El regreso
Durante su proceso, personas relevantes intercedieron a su favor, coincidiendo en que por su temperamento era impensable que hubiese cometido ningún acto criminal. Juan Bellod Salmerón, secretario de la jefatura provincial de la Milicia de FET y de las JONS de Valencia, amigo suyo y muy citado por Miguel en sus cartas, atribuye incluso sus actividades comunistas "a coacciones o incluso a imperativos de su pasión cambiada de signo por la falaz propaganda marxista, pero no a la maldad y falta de espíritu nacional y religioso".

Que fue el que terminó manifestándose en sus últimos días, cuando se acercó su agonía a causa del tifus y la tuberculosis. El futuro obispo Almarcha envió a un sacerdote, el padre Vicente Dimas, a hablar con él, luego le visitó él mismo y le puso en relación con un jesuita, el padre Vendrell, a quien Miguel mandó llamar el 20 de febrero de 1942. Hasta ese momento había rechazado "los consuelos religiosos", según informa el director del Reformatorio de Adultos de Alicante al director general de Prisiones, que se había interesado por él.

Miguel Hernández con Josefina Manresa en Jaén, en marzo de 1937.

Finalmente, el 4 de marzo, tras confesarse con capellán del centro, Salvador Pérez Lledó, éste mismo ofició la ceremonia de la boda con Josefina Manresa. Ella misma describió que estaba "casi moribundo ya". Murió el 28 de marzo habiendo recibido "los auxilios espirituales", según consta oficialmente en uno de los papeles oficiales reproducidos en el nutrido anexo documental del libro.

Días antes había recibido una bella carta, que también rescata Zavala, de su buen amigo Juan Guerrero Ruiz. Concluye así: "Ten fe y por ella nos sentiremos unidos para siempre más allá del dolor y del odio, en la paz eterna de Dios".

Santo Evangelio 27 de Mayo 2016


Día litúrgico: Viernes VIII del tiempo ordinario

Texto del Evangelio (Mc 11,11-25): En aquel tiempo, después de que la gente lo había aclamado, Jesús entró en Jerusalén, en el Templo. Y después de observar todo a su alrededor, siendo ya tarde, salió con los Doce para Betania. 

Al día siguiente, saliendo ellos de Betania, sintió hambre. Y viendo de lejos una higuera con hojas, fue a ver si encontraba algo en ella; acercándose a ella, no encontró más que hojas; es que no era tiempo de higos. Entonces le dijo: «¡Que nunca jamás coma nadie fruto de ti!». Y sus discípulos oían esto. 

Llegan a Jerusalén; y entrando en el Templo, comenzó a echar fuera a los que vendían y a los que compraban en el Templo; volcó las mesas de los cambistas y los puestos de los vendedores de palomas y no permitía que nadie transportase cosas por el Templo. Y les enseñaba, diciéndoles: «¿No está escrito: ‘Mi Casa será llamada Casa de oración para todas las gentes?’.¡Pero vosotros la tenéis hecha una cueva de bandidos!». Se enteraron de esto los sumos sacerdotes y los escribas y buscaban cómo podrían matarle; porque le tenían miedo, pues toda la gente estaba asombrada de su doctrina. Y al atardecer, salía fuera de la ciudad. 

Al pasar muy de mañana, vieron la higuera, que estaba seca hasta la raíz. Pedro, recordándolo, le dice: «¡Rabbí, mira!, la higuera que maldijiste está seca». Jesús les respondió: «Tened fe en Dios. Yo os aseguro que quien diga a este monte: ‘Quítate y arrójate al mar’ y no vacile en su corazón sino que crea que va a suceder lo que dice, lo obtendrá. Por eso os digo: todo cuanto pidáis en la oración, creed que ya lo habéis recibido y lo obtendréis. Y cuando os pongáis de pie para orar, perdonad, si tenéis algo contra alguno, para que también vuestro Padre, que está en los cielos, os perdone vuestras ofensas».

«Todo cuanto pidáis en la oración, creed que ya lo habéis recibido»
Fra. Agustí BOADAS Llavat OFM 
(Barcelona, España)


Hoy, fruto y petición son palabras clave en el Evangelio. El Señor se acerca a una higuera y no encuentra allí frutos: sólo hojarasca, y reacciona maldiciéndola. Según san Isidoro de Sevilla, “higo” y “fruto” tienen la misma raíz. Al día siguiente, sorprendidos, los Apóstoles le dicen: «¡Rabbí, mira!, la higuera que maldijiste está seca» (Mc 11,21). En respuesta, Jesucristo les habla de fe y de oración: «Tened fe en Dios» (Mc 11,22).

Hay gente que casi no reza, y, cuando lo hacen, es con vista a que Dios les resuelva un problema tan complicado que ya no ven en él solución. Y lo argumentan con las palabras de Jesús que acabamos de escuchar: «Todo cuanto pidáis en la oración, creed que ya lo habéis recibido y lo obtendréis» (Mc 11,24). Tienen razón y es muy humano, comprensible y lícito que, ante los problemas que nos superan, confiemos en Dios, en alguna fuerza superior a nosotros. 

Pero hay que añadir que toda oración es “inútil” («vuestro Padre sabe lo que necesitáis antes de pedírselo»: Mt 6,8), en la medida en que no tiene una utilidad práctica directa, como —por ejemplo— encender una luz. No recibimos nada a cambio de rezar, porque todo lo que recibimos de Dios es gracia sobre gracia.

Por tanto, ¿no es necesario rezar? Al contrario: ya que ahora sabemos que no es sino gracia, es entonces cuando la oración tiene más valor: porque es “inútil” y es “gratuita”. Aun con todo, hay tres beneficios que nos da la oración de petición: paz interior (encontrar al amigo Jesús y confiar en Dios relaja); reflexionar sobre un problema, racionalizarlo, y saberlo plantear es ya tenerlo medio solucionado; y, en tercer lugar, nos ayuda a discernir entre aquello que es bueno y aquello que quizá por capricho queremos en nuestras intenciones de la oración. Entonces, a posteriori, entendemos con los ojos de la fe lo que dice Jesús: «Todo lo que pidáis en mi nombre, yo lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo» (Jn 14,13).

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jueves, 26 de mayo de 2016

¿Cómo revitalizar una parroquia? Primero: la conversión personal del cura, dice el obispo de Toulon

¿Cómo revitalizar una parroquia? Primero: la conversión personal del cura, dice el obispo de Toulon

¿Cómo revitalizar una parroquia? Primero: la conversión personal del cura, dice el obispo de Toulon
Dominique Rey, obispo de Toulon


El obispo de Frejus-Toulon (Francia), Dominique Rey, es uno de los grandes experto de la llamada Nueva Evangelización que tiene la Iglesia. De todo el mundo le solicitan sus consejos para afrontar la secularización galopante que se extiende por todas partes.

De hecho, su diócesis, Frejus-Toulon, está considerada como "un banco de pruebas" de audaces planteamientos evangelizadores que poco a poco van imitando otros obispos de todo el planeta.

- El mundo cada vez se aleja más de Dios y la secularización en Europa avanza a paso rápido. Usted, como obispo de la Iglesia, ¿no le da cierto vértigo esta situación?
- La secularización es un hecho trascendente de nuestra época. Observamos que el mundo que nos rodea, la sociedad en la que vivimos, y las instituciones que nos gobiernan están cada vez más cerradas a la fe, a la dimensión espiritual del hombre.

En Francia, hemos conocido una secularización agresiva que se manifestó de manera dramática durante la Revolución Francesa; y en la aplicación violenta y abusiva de las leyes de 1905 que separaban a la Iglesia del Estado. A día de hoy, parece que las cosas han cambiado porque las persecuciones son menos visibles.

De todos modos, esta agresividad sigue estando presente de manera insidiosa. Ya no se trata de violencia física, sino de violencia moral, psicológica e ideológica.

Esta fuerte corriente secularizada por la que atraviesa la sociedad es particularmente difícil de detener puesto que se maquilla de virtudes perfectamente humanistas: libertad, igualdad y fraternidad. Como ya lo dijo Gilbert Keith Chesterton, “el mundo está lleno de ideas cristianas que se han vuelto locas”. En consecuencia, bajo pretexto de promover objetivos loables, se imponen ideas inaceptables. Pensemos por ejemplo en la Ideología de Género: el cristianismo reconoce que hombres y mujeres tienen la misma dignidad. En cambio, es una ilusión creer que son intercambiables y que se puede destruir la Creación en nombre de la Igualdad.
 
- ¿Cuál es la primera actitud que debe tener un evangelizador?
- En la homilía que el Papa pronunció durante la Misa de conclusión del sínodo de la nueva evangelización, el Papa Benedicto XVI declaró: “La nueva evangelización concierne toda la vida de la Iglesia. En primer lugar, se refiere a la pastoral ordinaria que debe ser animado por el fuego del espíritu […]. Más allá de los métodos pastorales tradicionales, siempre válidos, la Iglesia busca usar nuevos métodos, con la preocupación de nuevos idiomas, apropiados a las diferentes culturas del mundo, que proponen la verdad de Cristo por una actitud de diálogo y de amistad que se funda en Dios que es amor”.

Por tanto, hay dos llaves: En un primer lugar, se nos pide acoger los dones del Espíritu Santo, en la fidelidad a la oración y en la profundidad de la vida interior. Asimismo, con nuevos métodos, debemos anunciar la Verdad adoptando una actitud marcada por la benevolencia.
  
- En España se ha popularizado un refrán que dice: “A Dios rogando y con el mazo dando”, y a veces da la sensación que “lo del mazo dando” es lo fundamental para evangelizar. “Sin nuestra participación y esfuerzo no puede salir nada”, se suele decir. Y, aunque en parte es verdad, sin embargo, ¿no cree que el rostro de Pelagio está demasiado presente en nuestras estructuras y formas de evangelizar y, a veces, la confianza en que Jesús es el protagonista de la misma está como en una nebulosa?
- La acción y la oración son necesarias para la evangelización. Hay una bella frase de Santa Teresita de Lisieux que deberíamos meditar sin parar: “Debemos siempre rezar como si la acción fuese inútil y reaccionar como si la oración fuese insuficiente”.

En los años 1970, cuando la Iglesia atravesaba una gran crisis, la oración se dejó en segundo plano. Los que dentro de la Iglesia, o más allá de ella, se comprometían con los ideales marxistas podían ver en la oración un pretexto para no reaccionar, a quedarse pasivos delante de las desigualdades y las injusticias.

Esta visión es falsa y peligrosa. La oración y la vida interior son del orden de lo real, de lo performativo. Dios reacciona en nosotros, ¡y a través de nosotros! En consecuencia, la evangelización no es un asunto de “buenas recetas” o de estructuras: en primer lugar, es el asunto de Dios que entra en nuestros corazones y que nos convierte a través de su amor. Si la acción no es sostenida, e incluso suscitada por la oración, tomamos el riesgo de afrontarnos a dos obstáculos: el orgullo en caso de éxito o la desesperanza en caso de fracasar. Ambos ahogan el fuego del evangelio y vuelven humano lo que solamente puede ser obra de Dios. Pero si tenemos fe y ponemos toda nuestra confianza en el Espíritu Santo, intentaremos unirnos a la Voluntad de Dios y dejar que actúe en nosotros.
 
- ¿Qué le diría a un joven que quiere ser cristiano pero se siente frágil, solo  y sin resortes para hacer un camino de fe?
- Le diría: ¡ten confianza! Ser cristiano es aceptar la precariedad de nuestra existencia. Pero dentro de esos imprevistos, convulsiones, la Iglesia nos ofrece apoyos sólidos. A un joven cristiano que se siente solo, debemos ofrecerle una nueva familia, una comunidad concreta donde los lazos son fuertes porque están apoyados en el amor de Dios.

A un joven cristiano que se siente frágil, le respondería como lo hizo Cristo: ¡que hace falta construir sobre roca! No hay que tener miedo de construir la vida en Cristo que nos ayuda a afrontar las pruebas. A un joven cristiano que se siente sin recursos, le diría que deberíamos tener audacia. Esta audacia no es una visión de la mente: la encontramos en la palabra y los actos, leyendo los Evangelios, caminando con Jesús.
 
- Y si le viniera un párroco y le dijera: Monseñor, tengo una parroquia que solo viene gente mayor. Quiero dinamizarla, pero no sé por dónde empezar. ¿Qué haría usted? ¿Qué consejos le daría para que esa parroquia estuviera viva y fuera un núcleo de evangelización?
- La primera etapa es una conversión personal. Es una conversión interior, ya que evangelizar y ser misionero es responder a esta llamada de Cristo. No hay soluciones prediseñadas para re-dinamizar una parroquia. Pero también se tiene que tener conciencia de que todo no viene del cura. El sacerdote no debe dudar en apoyarse sobre los laicos y las familias. Hay diferentes dimensiones de la vida parroquial que deben ser pasados por una criba a través de una iniciativa integral del conjunto de la comunidad.

La parroquia es la vez:
• Lugar de visibilidad de la Iglesia
• Lugar de acogida
• Lugar de expresión de nuestra vocación bautismal
• Lugar para la liturgia
• Lugar de evangelización de la piedad popular
• Lugar de curación
• Lugar de transmisión de la fe
• Lugar de solidaridad
• Lugar de evangelización de las etapas de la vida
• Lugar de acogida de proyectos

En todas estas dimensiones de la vida parroquial, hay que ser capaces de definir un proyecto y dinámicas que favorecen la acogida de los no cristianos o de los no practicantes. Desde este punto de vista, hay que conservar la llamada del papa Francisco de salir a las periferias.
 
- Y si le abordara un hermano suyo en el episcopado y le dijera: Dominique, tengo una diócesis arrasada por la secularización. ¿Qué debo hacer para reconstruirla poco a poco? ¿Por dónde debo comenzar?
- Volvemos a lo mismo: es difícil dar un consejo. Cada obispo tiene su propia personalidad, sus talentos y también sus fragilidades. Es una misión compleja, pero podemos apoyarnos en los sacerdotes y en la oración de los fieles laicos.

Un punto me parece fundamental: hay que atreverse. Un obispo no es el que hace las gestiones, o lo que es peor, el que las liquida. Si queremos cambiar la tendencia, abrir las puertas de las Iglesias a los que nunca vienen, entonces no hay que tener miedo a tener iniciativas pastorales audaces. Hay que tener confianza a las personas que quieren lanzarse a proyectos innovadores.
 
- ¿Cuáles son los métodos de evangelización que mejor se adaptan y desarrollan para el mundo de hoy?
- No me gusta razonar de esa manera: no hay un tipo de feligrés o de parroquia más o menos de acuerdo con el mundo de hoy, ¡lo que hay más bien es una infinidad de situaciones y personas! Hay que respetar y aceptar las sensibilidades diversas, totalmente legítimas. Esto exige coraje.
 
- ¿Por qué su diócesis de Toulon, en Francia, es un modelo en la nueva evangelización de la que todo el mundo habla en la Iglesia?
- La diócesis de Frejus – Toulon es una diócesis particular porque, tras el concilio Vaticano II, mis predecesores tomaron medidas fecundas para el avenir. El obispo Gilles Barthe (1962 – 1983) desarrolló una diaconía de Iglesia al servicio de los más pobres.

Su sucesor, su eminencia Madec, concretó la intuición de abrir un seminario diocesano que acoge a día de hoy unos sesenta seminaristas. Por mi parte, he acogida a numerosas comunidades nuevas. Esto ha permitido revivificar el tejido parroquial y de insuflar nuevos dinamismos gracias a un gran número de carismas diferentes y complementarios. Estos tres ejes son siempre fecundos y dan mucho fruto. Por esta razón, la diócesis de Fréjus– Toulon se convierte en un “laboratorio” para las nuevas ideas. Lo que requiere audacia, pero esto es indispensable para despertar las comunidades.
 
- ¿Qué destacaría del mensaje espiritual del Papa Francisco?
- Su pontificado es rico en enseñanzas. A la imagen de sus predecesores, el Papa Francisco lanza una llamada que urge a la misión. Renueva de nuevo la llamada de Cristo a llevar la buena noticia a nuestros hermanos. La llamada a salir a las periferias existenciales o incluso su sueño de una Iglesia pobre para los pobres son tendencias oficiales de sus enseñanzas.

Creo que, en la escuela del Santo Padre, l: material, espiritual, afectiva, moral … son piedras que esperan la misión de la Iglesia.

La Iglesia debe unirse a aquello que todavía no es Iglesia pero que las germinaciones del Espíritu ya dejan florecer. 

Traducción del francés de Angela Mengis Palleck

Más información:
Los 7 criterios del obispo Dominique Rey para saber si una parroquia o comunidad «funciona bien»

Dominique Rey desvela el secreto de su boom de seminaristas: «Diócesis con fisonomía misionera»

Dominique Rey, o cómo darle la vuelta a una diócesis en 15 años: así despierta la Iglesia francesa

La Nueva Evangelización según Dominique Rey: 9 puertas, 6 actitudes, 8 cambios

Santo Evangelio 26 de Mayo 2016



Día litúrgico: Jueves VIII del tiempo ordinario

Texto del Evangelio (Mc 10,46-52): En aquel tiempo, cuando Jesús salía de Jericó, acompañado de sus discípulos y de una gran muchedumbre, el hijo de Timeo (Bartimeo), un mendigo ciego, estaba sentado junto al camino. Al enterarse de que era Jesús de Nazaret, se puso a gritar: «¡Hijo de David, Jesús, ten compasión de mí!». Muchos le increpaban para que se callara. Pero él gritaba mucho más: «¡Hijo de David, ten compasión de mí!». 

Jesús se detuvo y dijo: «Llamadle». Llaman al ciego, diciéndole: «¡Ánimo, levántate! Te llama». Y él, arrojando su manto, dio un brinco y vino donde Jesús. Jesús, dirigiéndose a él, le dijo: «¿Qué quieres que te haga?». El ciego le dijo: «Rabbuní, ¡que vea!». Jesús le dijo: «Vete, tu fe te ha salvado». Y al instante, recobró la vista y le seguía por el camino.

«¡Hijo de David, Jesús, ten compasión de mí!»
P. Ramón LOYOLA Paternina LC 
(Barcelona, España)


Hoy, Cristo nos sale al encuentro. Todos somos Bartimeo: ese invidente a cuya vera pasó Jesús y saltó gritando hasta que éste le hiciese caso. Quizás tengamos un nombre un poco más agraciado... pero nuestra humana flaqueza (moral) es semejante a la ceguera que sufría nuestro protagonista. Tampoco nosotros logramos ver que Cristo vive en nuestros hermanos y, así, los tratamos como los tratamos. Quizás no alcanzamos a ver en las injusticias sociales, en las estructuras de pecado, una llamada hiriente a nuestros ojos para un compromiso social. Tal vez no vislumbramos que «hay más alegría en dar que en recibir», que «nadie tiene mayor amor que el que da su vida por sus amigos» (Jn 15,13). Vemos borroso lo que es nítido: que los espejismos del mundo conducen a la frustración, y que las paradojas del Evangelio, tras la dificultad, producen fruto, realización y vida. Somos verdaderamente débiles visuales, no por eufemismo sino en realidad: nuestra voluntad debilitada por el pecado ofusca la verdad en nuestra inteligencia y escogemos lo que no nos conviene. 

Solución: gritarle, es decir, orar humildemente «Jesús, ten compasión de mí» (Mc 10,48). Y gritar más cuanto más te increpen, te desanimen o te desanimes: «Muchos le increpaban para que se callara. Pero él gritaba mucho más…» (Mc 10,48). Gritar que es también pedir: «Maestro, que vea» (cf. Mc 10,51). Solución: dar, como él, un brinco en la fe, creer más allá de nuestras certezas, fiarse de quien nos amó, nos creó, y vino a redimirnos y se quedó con nosotros, en la Eucaristía.

El Papa Juan Pablo II nos lo decía con su vida: sus largas horas de meditación —tantas que su Secretario decía que oraba “demasiado”— nos dicen a las claras que «el que ora cambia la historia».

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miércoles, 25 de mayo de 2016

Por qué aumentan en el mundo las conversiones del islam al cristianismo, y no sólo entre refugiados

Por qué aumentan en el mundo las conversiones del islam al cristianismo, y no sólo entre refugiados

Por qué aumentan en el mundo las conversiones del islam al cristianismo, y no sólo entre refugiados

La atención a los refugiados es una de las vías por la cual muchos musulmanes descubren el cristianismo.


En todo el mundo, incluidos los países de mayoría musulmana, está creciendo el número de conversos al cristianismo. Se trata de un fenómeno constatado tanto por las estadísticas allí donde son posibles como por el testimonio de misioneros o de los conversos mismos. Entre las causas de este fenómeno, la inmigración procedente de los países en guerra (Siria e Irak, principalmente), las facilidades que ofrece internet para romper la barrera del desconocimiento del cristianismo o incluso la misma radicalización del islam hasta hacerlo insoportable para sus propios adeptos.

Un análisis del Interdisciplinary Journal of Research on Religion habla incluso de un incremento global en el mundo de casi diez millones de conversos del islam al cristianismo. Dudley Woodbury, estudioso de la materia, calcula que sólo en los Estados Unidos son veinte mil los bautismos que se celebran anualmente. En lo que respecta a Europa, en Pascua se ha difundido la noticia de las ciento noventa y seis conversiones sólo en la diócesis de Hamburgo.

De todo ello ha hablado Benedetta Frigerio en Tempi con Camille Eid, periodista libanés coautor del libro Cristianos venidos del islam (LibrosLibres):

-Recientemente se oye hablar de conversiones del islam al cristianismo como  si fuera una auténtica tendencia. ¿De qué se trata en concreto?
-No es nada fácil obtener estadísticas que sean precisas, porque siempre hay un margen que es difícil de calcular. Los datos disponibles proceden de las Iglesias que comunican el porcentaje de bautizados procedentes del islam. Si se observan estos índices hay en todas partes un incremento constante, tanto en Europa como en los países de mayoría musulmana. Sin embargo, ésta sólo puede ser la punta del iceberg, puesto que en algunos países la conversión desde el islam está prohibida por ley y no existen registros de este tipo; a pesar de todo, sabemos que también en estos países las conversiones al cristianismo están aumentando.

Camille Eid es experto en la situación de las iglesias en Oriente Medio.

-¿Cómo podemos saberlo si no se registran?
-En Argelia, la prensa está llevando a cabo desde hace tiempo una batalla cada vez más dura contra las conversiones al cristianismo, lo que hace pensar que se están incrementando. El padre Pierre Humblot, un sacerdote expulsado recientemente de Irán después de 45 años de misión y ahora residente en Francia, ha hablado de trescientos mil iraníes convertidos al cristianismo, un fenómeno de masa. Lo que es increíble, dado que en el país las celebraciones en lengua local están prohibidas. En Túnez, la hija del ex presidente Moncef Marzouki ha escrito una tesis sobre el fenómeno de las conversiones al cristianismo en su país. Otra tesela del mosaico es lo que está sucediendo en un programa de la televisión norteafricana Al Hayat, presentado por un marroquí convertido al cristianismo e hijo de un imán: durante su programa se narran las historias de ex musulmanes y llegan llamadas de personas que se han convertido o que incluso se convierten gracias a la transmisión televisiva. Son jordanos, egipcios, tunecinos, marroquíes, pero también franceses. El presentador, después, refuta las bases del islam. Fue conmovedor el episodio en el que el presentador contó cómo fue excluido por su familia y la rabia de su padre el cual, sin embargo, antes de morir le envió una carta en la que había escrito la oración del Padre Nuestro. Los episodios que están en YouTube circulan bastante por la red.

-Si a la luz de lo que dice es razonable creer que el fenómeno está aumentando, ¿cómo se puede saber cuál es su influencia?
-No se puede saber, pero se puede deducir que las cifras que no sabemos pueden ser verdaderamente importantes. Esto es posible también porque si bien antes los regímenes conseguían frenar con éxito la difusión de la Buena Nueva, impidiendo el proselitismo y la venta del Evangelio, hoy en día con internet es mucho más fácil descubrir los contenidos del cristianismo.

-En su opinión, ¿qué impulsa a un musulmán a convertirse?
-Hasta hace unos diez años muchos musulmanes convivían con los cristianos en sus países de origen, pero sin tener acceso a la Biblia. Junto al descubrimiento del Evangelio del amor y de la verdad, lo que les impulsa a buscar respuestas en otros lugares es un islam cada vez más represivo. Descubrir que Dios es amor es revolucionario.

-Una bonita paradoja: Occidente se rinde a la ideología nihilista islamista y los islámicos se convierten al cristianismo. ¿Por qué?
-Es doblemente paradójico: muchos occidentales están atraídos por la ideología de la muerte hasta el punto de que dejan todo para ir a combatir con el ISIS, mientras que quien ha sufrido la violencia del fundamentalismo islámico y la sumisión sin razones a las órdenes de la ley coránica cambia ante los mandamientos del amor. Pero muchos lo hacen precisamente a partir del Corán. De hecho, intuyendo que Jesús no puede ser sólo un profeta les entra la curiosidad y lo redescubren como Dios en el Evangelio.

El padre Gottfried Martens bautiza una familia de refugiados iraníes en la iglesia de la Santísima Trinidad de Berlín. Fuente: Daily Mail.

-Recientemente ha sido noticia el caso de la diócesis de Hamburgo, que este año ha acogido en la iglesia a ciento noventa y seis catecúmenos procedentes de la religión islámica. ¿Es una nueva tendencia?
-Seguramente la gran inmigración causada por la guerra en Siria e Irak y la acogida por parte de los alemanes es uno de los factores de esta creciente tendencia. Pero no basta para explicar este fenómeno, dado que en Alemania la mayoría de los conversos es de origen iraní o afgano, pero también marroquí. Además se ha hablado de la diócesis de Hamburgo, pero no hay que olvidar a los catecúmenos de otras ciudades alemanas que no han sido contabilizados. En Europa hay, además, los registros franceses que hablan de cuatro mil bautizados al año, de los cuales el 4% se convierte desde el islam. Los datos más recientes de Austria, de abril pasado, nos hablan del bautismo de unos cuarenta sirios, afganos e iraníes.

-En el caso de Hamburgo hay quien sospecha que los inmigrantes piden el bautismo para ser registrados como conversos con el fin de obtener asilo político.
-Quien lo sostiene ignora los riesgos que corren las personas que se convierten. Además, entre los conversos franceses, por ejemplo, hay historias de hombres que después del bautismo se han convertido en sacerdotes o que han empezado a hablar de su fe con otros.

-¿Qué obstáculos puede encontrar un musulmán que quiere convertirse?
-Por una parte muchas familias rechazan a los propios miembros que abandonan el islam. Recuerdo la historia de un converso marroquí cuya familia celebró el funeral con un ataúd vacío. Posteriormente se hizo sacerdote. En cualquier caso, la legislación islámica de distintos países de Oriente Medio es un gran freno a la libertad religiosa porque prevé para los conversos la pérdida de la herencia o la condena por apostasía, castigada con la cárcel o incluso con la muerte.
Cristianos venidos del islam, obra de la que es coautor Camille Eid, recoge el testimonio completo de vida de varios musulmanes conversos al catolicismo. Pincha aquí para adquirir ahora el libro.

-La Iglesia, ¿puede poner límites respecto a quien pide el bautismo?
-Hay sacerdotes que, justamente, actúan con cautela, pidiendo primero la lectura de algunos textos y empezando el camino del catecumenado. Otros tienden a esconder los bautismos para salvaguardar a los catecúmenos, sabiendo que hay personas bautizadas en Occidente que han sido mandadas al país de origen con la excusa de pasar allí las vacaciones y no han vuelto nunca más. Existe también el problema de las Iglesias católicas de algunos países de Oriente Medio que impiden las conversiones para no tener problemas con los gobiernos correspondientes. Conozco a personas que han sido rechazadas por la Iglesia católica y acogidas por la protestante, que no tiene relaciones institucionales con los gobiernos: esto es gravísimo porque no se debe rechazar nunca el bautismo.

-¿Hay algo más que no está en las estadísticas?
-Sí, los bautizados por la sangre y los bautizados de deseo. Los primeros son los mártires asesinados porque han sido descubiertos antes de poder recibir el bautismo. Los segundos son los que han deseado ardientemente entrar en la Iglesia pero que por circunstancias no han podido hacerlo. No se puede calcular cuántos son.

Traducción de Helena Faccia Serrano (diócesis de Alcalá de Henares).

Santo Evangelio 25 de Mayo 2016



Día litúrgico: Miércoles VIII del tiempo ordinario

Texto del Evangelio (Mc 10,32-45): En aquel tiempo, los discípulos iban de camino subiendo a Jerusalén, y Jesús marchaba delante de ellos; ellos estaban sorprendidos y los que le seguían tenían miedo. Tomó otra vez a los Doce y comenzó a decirles lo que le iba a suceder: «Mirad que subimos a Jerusalén, y el Hijo del hombre será entregado a los sumos sacerdotes y a los escribas; le condenarán a muerte y le entregarán a los gentiles, y se burlarán de Él, le escupirán, le azotarán y le matarán, y a los tres días resucitará». 

Se acercan a Él Santiago y Juan, los hijos de Zebedeo, y le dicen: «Maestro, queremos, nos concedas lo que te pidamos». Él les dijo: «¿Qué queréis que os conceda?». Ellos le respondieron: «Concédenos que nos sentemos en tu gloria, uno a tu derecha y otro a tu izquierda». Jesús les dijo: «No sabéis lo que pedís. ¿Podéis beber la copa que yo voy a beber, o ser bautizados con el bautismo con que yo voy a ser bautizado?». Ellos le dijeron: «Sí, podemos». Jesús les dijo: «La copa que yo voy a beber, sí la beberéis y también seréis bautizados con el bautismo con que yo voy a ser bautizado; pero, sentarse a mi derecha o a mi izquierda no es cosa mía el concederlo, sino que es para quienes está preparado». 

Al oír esto los otros diez, empezaron a indignarse contra Santiago y Juan. Jesús, llamándoles, les dice: «Sabéis que los que son tenidos como jefes de las naciones, las dominan como señores absolutos y sus grandes las oprimen con su poder. Pero no ha de ser así entre vosotros, sino que el que quiera llegar a ser grande entre vosotros, será vuestro servidor, y el que quiera ser el primero entre vosotros, será esclavo de todos, que tampoco el Hijo del hombre ha venido a ser servido, sino a servir y a dar su vida como rescate por muchos».


«Tampoco el Hijo del hombre ha venido a ser servido, sino a servir y a dar su vida como rescate por muchos»
Rev. D. René PARADA Menéndez 
(San Salvador, El Salvador)


Hoy, el Señor nos enseña cuál debe ser nuestra actitud ante la Cruz. El amor ardiente a la voluntad de su Padre, para consumar la salvación del género humano —de cada hombre y mujer— le mueve a ir deprisa hacia Jerusalén, donde «será entregado (…), le condenarán a muerte (…), le azotarán y le matarán» (cf. Mc 10,33-34). Aunque a veces no entendamos o, incluso, tengamos miedo ante el dolor, el sufrimiento o las contradicciones de cada jornada, procuremos unirnos —por amor a la voluntad salvífica de Dios— con el ofrecimiento de la cruz de cada día. 

La práctica asidua de la oración y los sacramentos, especialmente el de la Confesión personal de los pecados y el de la Eucaristía, acrecentarán en nosotros el amor a Dios y a los demás por Dios de tal modo que seremos capaces de decir «Sí, podemos» (Mc 10,39), a pesar de nuestras miserias, miedos y pecados. Sí, podremos abrazar la cruz de cada día (cf. Lc 9,23) por amor, con una sonrisa; esa cruz que se manifiesta en lo ordinario y cotidiano: la fatiga en el trabajo, las normales dificultades en la vida familiar y en las relaciones sociales, etc.

Sólo si abrazamos la cruz de cada día, negando nuestros gustos para servir a los demás, conseguiremos identificarnos con Cristo, que vino «a servir y a dar su vida como rescate por muchos» (Mc 10,45). Juan Pablo II explicaba que «el servicio de Jesús llega a su plenitud con la muerte en Cruz, o sea, con el don total de sí mismo». Imitemos, pues, a Jesucristo, transformando constantemente nuestro amor a Él en actos de servicio a todas las personas: ricos o pobres, con mucha o poca cultura, jóvenes o ancianos, sin distinciones. Actos de servicio para acercarlos a Dios y liberarlos del pecado.

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martes, 24 de mayo de 2016

Sufrió abusos, fue drogada y violada, pero ella tuvo su bebé, lo dio en adopción y defiende la vida

Sufrió abusos, fue drogada y violada, pero ella tuvo su bebé, lo dio en adopción y defiende la vida

Sufrió abusos, fue drogada y violada, pero ella tuvo su bebé, lo dio en adopción y defiende la vida

Elizabeth Reed sufrió abusos de niña y fue violada de adolescente, pero siempre optó por la vida y defiende a los bebés


Desde su gestación la vida de Elizabeth Reed  estuvo en permanente riesgo y sus derechos más esenciales fueron pisoteados. Primero porque su gestación llegó inesperada y el amante de su madre, quien era un hombre casado y con hijos que había embaucado a la jovencita de 18 años, presionó para que se practicara un aborto.

Aunque se salvó de ser eliminada, su madre y ella misma habrían de toparse con otros abusadores en el camino. La madre de la pequeña se casó y le dio un padre adoptivo, pero al poco tiempo se divorció. Luego, cuando Elizabeth cumplía recién ocho años su madre comenzó a convivir con otro hombre que abusó sexualmente de la pequeña hasta que cumplió los once años de edad…

“Sólo años después de que aquel malvado desapareciera de mi vida me vi con fuerza para revelar aquel horror sufrido y todavía tendrían que pasar unos cuantos años más para que, tanto mi madre como yo, encontráramos la paz que tanto ansiábamos”.

Venciendo el silencio de los abusadores
Perdida y desorientada como su madre, dice Elizabeth, fue presa fácil de otros abusadores… “Con apenas 15 años empecé a salir con un muchacho. Me drogó y se aprovechó sexualmente de mí”.

Como es normal en estos casos, del momento en que su ‘amigo’ puso droga en su bebida y de la violación tiene apenas vagos recuerdos y lo agradece… “Lo que sí recuerdo es que seis semanas después de lo acontecido me di cuenta de que estaba embarazada. Recuerdo quedarme petrificada, especialmente porque debía contárselo a mi madre. Creía que no podía decírselo a nadie, y teniendo en cuenta los abusos pasados, pensaba que aquello debía ser lo más normal. Así que decidí quedarme callada".

El abusador se ofrece a pagar el aborto
El descaro del abusador llegó al punto de que su propio padre –quien era el abuelo del bebé en gestación- ofreció pagar el aborto. Pero Elizabeth estaba acostumbrada a tomar en solitario sus decisiones y antes de acudir a la cita en la clínica de abortos, decidió ir a un Centro de Ayuda para mujeres embarazadas y allí le realizaron un examen de ultrasonido...

 “Bump” “bump” “bump”

“Todo se paró a mi alrededor. Me faltaba aire. Cada fibra de mi ser se puso en guardia. ¿Era aquello un latido? La recepcionista de la clínica abortista y todos aquellos a los que confíe mi situación me decían que llevaba simplemente un puñado de células. Y yo sabía que un simple tejido no tiene latidos. Algo no encajaba. Querían engañarme. Tuve claro que no podía abortar. A mis 15 años desconocía muchas cosas pero sabía que no podía detener aquel corazón al que oí latir con tanta fuerza”, recuerda Elizabeth.

Pero en esta batalla estaba sola y en los meses siguientes la pasó de casa en casa de amigas.

Protestando a Dios... que escucha
También fue un tiempo de protestarle a Dios por todo lo que había padecido desde su gestación. Dios continuó dándole respuestas, como las del ultrasonido, sólo que esta vez fue explícito en voz de una mujer que le citó a Elizabeth una frase de la Sagrada Escritura que dice… “Si tu madre o tu padre te abandonasen, yo nunca te olvidaré”.

“A pesar de mis dudas –recuerda Elizabeth- aquella tarde me rendí. Terminaron mis pesares y lloré con el consuelo de saber que Dios me amaba con predilección. Le dije: «De acuerdo, Señor, Tú ganas. Ayúdame, puesto que no sé qué debo hacer. Llevo en mi seno esta vida que Tú creaste. Si tienes un plan para ella, por favor, dime cuál es».

Entonces, como si de un relámpago se tratara, oí la palabra «adopción», tan claramente como si hubiera oído a mi madre pronunciar mi nombre desde el otro lado de la habitación. Quedé petrificada pero aquel mensaje dejó claro lo que debía hacer”.


La pequeña nació prematura un mes después; quienes serían sus padres acompañaban a Elizabeth en el momento del parto que sucedió por una cesárea de urgencia. Agradeció a Dios por todo ello, dice, pues a su lado la madre adoptiva “rezó en todo momento para que tuviera un buen parto”, puntualiza.

…De pronto oímos el gemido de un recién nacido. Inmediatamente aquella buena mujer y yo misma quedamos sumidas en un silencio que podía cortarse. Nunca en mi vida había oído un sonido tan bello como el de aquella niña”.

Cinco días después Elizabeth y su hija abandonaban el hospital. Desde que entregó a la niña en adopción ha dedicado su vida al activismo que defiende la vida del no nacido y es bloguera en Savethe1.com, desde donde proclama: “El aborto estuvo a punto de silenciarme dos veces, pero no he vivido esta historia para permanecer callada sino para compartirla y no me detendré hasta que todos los niños sean protegidos”.