martes, 28 de febrero de 2017

Santo Evangelio 28 de Febrero 2017


Día litúrgico: Martes VIII del tiempo ordinario

Texto del Evangelio (Mc 10,28-31): En aquel tiempo, Pedro se puso a decir a Jesús: «Ya lo ves, nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido». Jesús dijo: «Yo os aseguro: nadie que haya dejado casa, hermanos, hermanas, madre, padre, hijos o hacienda por mí y por el Evangelio, quedará sin recibir el ciento por uno: ahora en el presente, casas, hermanos, hermanas, madres, hijos y hacienda, con persecuciones; y en el mundo venidero, vida eterna. Pero muchos primeros serán últimos y los últimos, primeros».


«Nadie que haya dejado casa (...) por mí y por el Evangelio, quedará sin recibir el ciento por uno (...) y en el mundo venidero, vida eterna»
Rev. D. Jordi SOTORRA i Garriga 
(Sabadell, Barcelona, España)



Hoy, como aquel amo que iba cada mañana a la plaza a buscar trabajadores para su viña, el Señor busca discípulos, seguidores, amigos. Su llamada es universal. ¡Es una oferta fascinante! El Señor nos da confianza. Pero pone una condición para ser discípulos, condición que nos puede desanimar: hay que dejar «casa, hermanos, hermanas, madre, padre, hijos o hacienda por mí y por el Evangelio» (Mc 10,29).

¿No hay contrapartida? ¿No habrá recompensa? ¿Esto aportará algún beneficio? Pedro, en nombre de los Apóstoles, recuerda al Maestro: «Nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido» (Mc 10,28), como queriendo decir: ¿qué sacaremos de todo eso?

La promesa del Señor es generosa: «El ciento por uno: ahora en el presente (...) y en el mundo venidero, vida eterna» (Mc 10,30). Él no se deja ganar en generosidad. Pero añade: «Con persecuciones». Jesús es realista y no quiere engañar. Ser discípulo suyo, si lo somos de verdad, nos traerá dificultades, problemas. Pero Jesús considera las persecuciones y las dificultades como un premio, ya que nos ayudan a crecer, si las sabemos aceptar y vivir como una ocasión de ganar en madurez y en responsabilidad. Todo aquello que es motivo de sacrificio nos asemeja a Jesucristo que nos salva por su muerte en Cruz.

Siempre estamos a tiempo para revisar nuestra vida y acercarnos más a Jesucristo. Estos tiempos y todo tiempo nos permiten —por medio de la oración y de los sacramentos— averiguar si entre los discípulos que Él busca estamos nosotros, y veremos también cuál ha de ser nuestra respuesta a esta llamada. Al lado de respuestas radicales (como la de los Apóstoles) hay otras. Para muchos, dejar “casa, hermanos, hermanas, madre, padre...” significará dejar todo aquello que nos impida vivir en profundidad la amistad con Jesucristo y, como consecuencia, serle sus testigos ante el mundo. Y esto es urgente, ¿no te parece?

«Los pobres dicen que la Iglesia les atiende muy bien, pero les gustaría oír hablar más de Cristo»

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Armando Cester, autor de Servicio a los empobrecidos y evangelización

«Los pobres dicen que la Iglesia les atiende muy bien, pero les gustaría oír hablar más de Cristo»

Cáritas es la propia Iglesia en acción al servicio de los más vulnerables

«Los pobres dicen que la Iglesia les atiende muy bien, pero les gustaría oír hablar más de Cristo»

«Además de ayudar con obras de misericordia a los empobrecidos, hay que transmitir el amor de Dios», explica Armando Cester, ex presidente de Cáritas en Aragón y La Rioja, en esta entrevista a la agencia SIC

Armando Cester lleva subido a una ambulancia más de treinta años. Y es que, desde 1983, es el jefe del Servicio Médico del Cuerpo de Bomberos del Ayuntamiento de Zaragoza. “Estar en una UVI móvil te cambia la vida”, asegura, al tiempo que explica cómo las emergencias vitales están más relacionadas de lo que parecen con el mundo de la exclusión: “Ambas realidades te ayudan a ser mejor seguidor de Cristo, porque tocas las llagas y logras entrar en el corazón del Evangelio”.

Quizá por ello, durante toda su vida ha combinado el trabajo como médico con el servicio en Cáritas, donde –entre otras responsabilidades– ha asumido la presidencia de la asociación en Aragón y La Rioja (2006-2010). Ahora, fruto de su labor sociocaritativa en la Iglesia y de una tesis doctoral en Teología, acaba de publicar el libro Servicio a los empobrecidos y evangelización. Una obra que reflexiona desde el servicio a los necesitados cómo hacer llegar la propuesta del Evangelio a nuestros contemporáneos.

- ¿Cómo se lleva el mensaje de Cristo a los pobres?
- La caridad guarda una estrecha relación con la evangelización, es decir, con el anuncio explícito del mensaje de Cristo. Además de ayudar con las obras de misericordia a los empobrecidos, resulta necesario transmitir el amor de Dios, que es lo que nos mueve a la acción. Eso sí, sin caer en el proselitismo ni cambiar el pan por fe.

- ¿Hay alguna receta para conseguirlo?
- Rezar mucho (risas). Lo que distingue a la caridad cristiana es vivirla desde una espiritualidad, desde un seguimiento de Cristo. Y eso es lo que da radicalidad, generosidad, gratuidad, esfuerzo sin límites, amor sin juzgar… Por más que haya mucha acción, sin contemplación ni oración, no haríamos nada. En la Eucaristía nace la fuerza para hacer la caridad. En este contexto, Cáritas es la propia Iglesia en acción al servicio de los más vulnerables.

- El libro recoge sed de Dios…
- En efecto. A veces, los propios excluidos dicen que la Iglesia les ha atendido muy bien, que les ha ayudado a vivir mejor, pero que les habría gustado que les hubieran hablado más de Dios y de Cristo.

- ¿Cuál es el balance del estudio?
- Más del 90% de los atendidos piensa que Cáritas ha dignificado su vida y un 6% dice haberse incorporado a la comunidad cristiana. Ahí no están aquellos que, sin llegar a frecuentar los sacramentos, experimentan un proceso que –no lo olvidemos– también es evangelización: hacerle ver a una persona que puede ayudar a otra, invitarle a preguntarse sobre el sentido de la vida y la existencia de Dios… Todo ese proceso forma parte del anuncio.

- ¿Quién evangeliza a quién?
- Los resultados del libro reflejan que no sólo los voluntarios evangelizamos a los excluidos, sino que los excluidos nos evangelizan. Cuando tratas de hacer actual a Cristo ayudando a los demás, te das cuenta de que el que eres evangelizado eres tú: por lo que ellos te enseñan, cómo te lo agradecen, cómo viven sus inquietudes y dificultades de vida. Esas personas ablandan tu corazón, hacen que aparezca lo mejor de ti. Podemos decir, sin duda, que recibimos más que damos.

- ¿Qué sería de la sociedad sin Cáritas?
- Ya en el año 2003, descubrimos que la labor sociocaritativa de la Iglesia alcanzaba el 70% sólo en la ciudad de Zaragoza. Si la Iglesia se retira, que no puede ocurrir porque forma parte de su misión, muchas personas en exclusión se quedarían sin ayudas.

Fuente: Religión en Libertad

lunes, 27 de febrero de 2017

Santo Evangelio 27 de Febrero 2017


Día litúrgico: Lunes VIII del tiempo ordinario

Texto del Evangelio (Mc 10,17-27): Un día que Jesús se ponía ya en camino, uno corrió a su encuentro y arrodillándose ante Él, le preguntó: «Maestro bueno, ¿qué he de hacer para tener en herencia la vida eterna?». Jesús le dijo: «¿Por qué me llamas bueno? Nadie es bueno sino sólo Dios. Ya sabes los mandamientos: No mates, no cometas adulterio, no robes, no levantes falso testimonio, no seas injusto, honra a tu padre y a tu madre». Él, entonces, le dijo: «Maestro, todo eso lo he guardado desde mi juventud». Jesús, fijando en él su mirada, le amó y le dijo: «Una cosa te falta: anda, cuanto tienes véndelo y dáselo a los pobres y tendrás un tesoro en el cielo; luego, ven y sígueme». Pero él, abatido por estas palabras, se marchó entristecido, porque tenía muchos bienes. 

Jesús, mirando a su alrededor, dice a sus discípulos: «¡Qué difícil es que los que tienen riquezas entren en el Reino de Dios!». Los discípulos quedaron sorprendidos al oírle estas palabras. Mas Jesús, tomando de nuevo la palabra, les dijo: «¡Hijos, qué difícil es entrar en el Reino de Dios! Es más fácil que un camello pase por el ojo de la aguja, que el que un rico entre en el Reino de Dios». Pero ellos se asombraban aún más y se decían unos a otros: «Y ¿quién se podrá salvar?». Jesús, mirándolos fijamente, dice: «Para los hombres, imposible; pero no para Dios, porque todo es posible para Dios».

«Anda, cuanto tienes véndelo y dáselo a los pobres (...); luego, ven y sígueme»
P. Joaquim PETIT Llimona, L.C. 
(Barcelona, España)


Hoy, la liturgia nos presenta un evangelio ante el cual es difícil permanecer indiferente si se afronta con sinceridad de corazón.

Nadie puede dudar de las buenas intenciones de aquel joven que se acercó a Jesucristo para hacerle una pregunta: «Maestro bueno: ¿qué he de hacer para tener en herencia la vida eterna?» (Mc 10,17). Por lo que nos refiere san Marcos, está claro que en ese corazón había necesidad de algo más, pues es fácil suponer que —como buen israelita— conocía muy bien lo que la Ley decía al respecto, pero en su interior había una inquietud, una necesidad de ir más allá y, por eso, interpela a Jesús.

En nuestra vida cristiana tenemos que aprender a superar esa visión que reduce la fe a una cuestión de mero cumplimiento. Nuestra fe es mucho más. Es una adhesión de corazón a Alguien, que es Dios. Cuando ponemos el corazón en algo, ponemos también la vida y, en el caso de la fe, superamos entonces el conformismo que parece hoy atenazar la existencia de tantos creyentes. Quien ama no se conforma con dar cualquier cosa. Quien ama busca una relación personal, cercana, aprovecha los detalles y sabe descubrir en todo una ocasión para crecer en el amor. Quien ama se da.

En realidad, la respuesta de Jesús a la pregunta del joven es una puerta abierta a esa donación total por amor: «Anda, cuanto tienes véndelo y dáselo a los pobres (…); luego, ven y sígueme» (Mc 10,21). No es un dejar porque sí; es un dejar que es darse y es un darse que es expresión genuina del amor. Abramos, pues, nuestro corazón a ese amor-donación. Vivamos nuestra relación con Dios en esa clave. Orar, servir, trabajar, superarse, sacrificarse... todo son caminos de donación y, por tanto, caminos de amor. Que el Señor encuentre en nosotros no sólo un corazón sincero, sino también un corazón generoso y abierto a las exigencias del amor. Porque —en palabras de san Juan Pablo II— «el amor que viene de Dios, amor tierno y esponsal, es fuente de exigencias profundas y radicales».

¿Puede volver un matrimonio tras seis años divorciados? Sí, y esta pareja quiere ayudar a otros



Les ha ayudado el Proyecto Amor Conyugal

¿Puede volver un matrimonio tras seis años divorciados? Sí, y esta pareja quiere ayudar a otros

¿Puede volver un matrimonio tras seis años divorciados? Sí, y esta pareja quiere ayudar a otros
Un matrimonio se puede reconstruir


Carlos y Andrea (nombres ficticios) se conocieron en la universidad, y allí iniciaron su noviazgo, «muy bonito e intenso», cuentan. Estuvieron saliendo cinco años, pero un embarazo imprevisto les animó a acelerar la fecha de su boda. «Yo me quedé embarazada y nos dimos prisa por casarnos, perolo hicimos muy enamorados, muy contentos y muy convencidos de lo que estábamos haciendo», recuerda Andrea.

El matrimonio, sin embargo, empezó «con una inmadurez por ambas partes», explican, porque «estábamos centrados en los estudios, en la universidad y cuando comenzaron a llegar los problemas no supimos reaccionar. Cuando te casas nadie te da un manual, no sabes bien qué es esto del matrimonio».

Tras los problemas iniciales, económicos y laborales sobre todo, poco a poco empezaron a salir adelante, incluso llegaron al cabo de un tiempo los dos hijos de este matrimonio. «Pero teníamos muchas carencias, la base de nuestra relación no era sólida, y aparecieron otros problemas, sobre todo a nivel de comunicación». Andrea se reconoce más sensible y Carlos más callado y práctico, y poco a poco cada uno se empezó a refugiar en su trabajo para escapar a la situación que vivían en casa. «A nivel laboral nos iba bien, pero el matrimonio nos iba bastante mal».

Llega el divorcio
La situación era tan irrespirable que Andrea tomó por su cuenta la decisión de divorciarse, «en un arrebato de incomprensión y de dolor», en el año 2010. «Yo me fui con mis hijos y mis cosas, convencida de que aquello era inviable. No hubo infidelidad por ninguna de las partes, sino incomunicación. Yo no me sentía valorada y él no me entendía». Para Andrea «Paco seguía siendo el único hombre de mi vida, pero tras el divorcio comencé una relación con otro hombre que al final resultó ser terrible y dolorosa. Pensaba que iba a ser la panacea, que me iba a dar la complicidad y comprensión que no me había dado mi marido, pero no fue así».

Después de aquello Andrea cayó en una depresión, la misma situación en la que cayó Carlos, al que el divorcio le llevó incluso a amagar un intento de suicidio. «Los dos estábamos muy mal», reconocen.

Intentos de volver
Los años siguientes se centraron en su trabajo, pero Andrea seguía pensando en Carlos. «Yo seguía pensando en él, por la mañana y por la noche. Yo sabía que no podía haber otro hombre en mi vida pero tenía la frustración de que no había salido bien. Aunque me había mucho daño». Por su parte, Carlos empezó a cuidar a su mujer y a sus hijos a distancia: «Yo la apoyaba todo lo que podía, con los niños y con la casa. Mis amigos, especialmente los que están divorciados, decían que estaba loco, pero yo tenía muy claro que tenía que cuidar de ellos. Yo creo que siempre hubo amor entre nosotros. Yo insistí muchas veces y ella me cerraba las puertas, quizá por orgullo, pero yo sabía que mi vida era ella». En aquellos años hubo incluso algunos intentos de volver a retomar la relación que no llegaron a cuajar, porque ambos se dieron cuenta de que los problemas de comunicación persistían.

La decisión 
Hasta que en el año 2015 Carlos desistió de intentar retomar el matrimonio y comenzó una relación con otra mujer. «Yo vi entonces que podía perder al que había sido el amor de mi vida –explica Andrea– por mi orgullo y por no querer perdonar. Pensé que a lo mejor se había cansado de esperarme». Y entonces decidió llamar a Magüi, una amiga suya que junto a su marido José Luis son los responsables del Proyecto Amor Conyugal, que ya está implantado en varias ciudades de España y que ayuda a los matrimonios a reforzar su relación.

«A José Luis y Magüi les conocíamos porque nos dieron las catequesis prebautismales de nuestros hijos», y desde entonces se han vuelto inseparables. Poco a poco comprendieron que ambos eran el amor de la vida del otro, y que merecía la pena intentarlo. «El proceso de volver fue muy duro», pero aun así Carlos dejó aquella relación incipiente y volvió a casa con su mujer y sus hijos.

No hay un manual
«Nadie te enseña a ser un buen esposo o una buena esposa. No hay un manual, es muy difícil. Nosotros todavía estamos en construcción y luchando. Estamos intentando encajar de nuevo el puzzle, pero los dos tenemos claro que queremos estar juntos», cuentan.

Ya llevan un año y dos meses juntos de nuevo, y van al Proyecto Amor Conyugal todas las semanas, para conocer y practicar las herramientas necesarias para que toda relación funcione bien. «Estamos todavía en la Unidad de Cuidados Intensivos, nos ayudan mucho», explican. Por eso, «aunque mucha gente no nos entiende y nos dice: “Tú estás loca” o “Tú estás loco”, nosotros sabemos que un matrimonio se puede reconstruir, aunque estuvieran tan mal como nosotros. Se puede volver».

Queremos ayudar a otros
Por la experiencia que han vivido quieren ofrecerse también a otras parejas para servir de ayuda: «Si hubiera a alguien que necesitara ayuda o escuchar nuestra experiencia que nos contacten a través de Proyecto Amor Conyugal. Si alguien tiene una experiencia dolorosa y nosotros podemos darle, sería maravilloso, porque se ha frivolizado mucho con el divorcio y no se dice que las separaciones son en realidad un trauma».

Puedes conocer más sobre el Proyecto Amor Conyugal AQUÍ

domingo, 26 de febrero de 2017

Santo Evangelio 26 de Febrero 2017


Día litúrgico: Domingo VIII (A) del tiempo ordinario

Texto del Evangelio (Mt 6,24-34): En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Nadie puede servir a dos señores; porque aborrecerá a uno y amará al otro; o bien se entregará a uno y despreciará al otro. No podéis servir a Dios y al dinero. 

»Por eso os digo: No andéis preocupados por vuestra vida, qué comeréis, ni por vuestro cuerpo, con qué os vestiréis. ¿No vale más la vida que el alimento, y el cuerpo más que el vestido? Mirad las aves del cielo: no siembran, ni cosechan, ni recogen en graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros más que ellas? Por lo demás, ¿quién de vosotros puede, por más que se preocupe, añadir un solo codo a la medida de su vida? 

»Y del vestido, ¿por qué preocuparos? Observad los lirios del campo, cómo crecen; no se fatigan, ni hilan. Pero yo os digo que ni Salomón, en toda su gloria, se vistió como uno de ellos. Pues si a la hierba del campo, que hoy es y mañana se echa al horno, Dios así la viste, ¿no lo hará mucho más con vosotros, hombres de poca fe? No andéis, pues, preocupados diciendo: ¿Qué vamos a comer?, ¿qué vamos a beber?, ¿con qué vamos a vestirnos? Que por todas esas cosas se afanan los gentiles; pues ya sabe vuestro Padre celestial que tenéis necesidad de todo eso. Buscad primero su Reino y su justicia, y todas esas cosas se os darán por añadidura. Así que no os preocupéis del mañana: el mañana se preocupará de sí mismo. Cada día tiene bastante con su propio mal».

«No andéis preocupados por vuestra vida»
Rev. P. Floyd L. McCOY Jordán 
(Hormigueros, Puerto Rico)


Hoy, Jesús, recurriendo a metáforas tomadas de la naturaleza propias de su entorno en las más fértiles tierras de Galilea donde pasó su niñez y su adolescencia —los lirios del campo y los pájaros del cielo— nos recuerda que Dios Padre es providente y que, si vela por las creaturas suyas más débiles, tanto más lo hará por los seres humanos, sus creaturas predilectas (cf. Mt 6,26.30). 

El texto de Mateo es de un carácter alegre y optimista, donde encontramos un Hijo muy orgulloso de su Padre porque éste es providente y vela constantemente por el bienestar de su creación. Ese optimismo de Jesús no solamente debe ser el nuestro para que nos mantengamos firmes en la esperanza —«No andéis preocupados» (Mt 6,31)— cuando surgen las situaciones duras en nuestras vidas. También debe ser un incentivo para que nosotros seamos providentes en un mundo que necesita vivir lo que es la verdadera caridad, o sea, la puesta del amor en acción. 

Por lo general, se nos dice que tenemos que ser los pies, las manos, los ojos, los oídos, la boca de Jesús en medio del mundo, pero, en el sentido de la caridad, la situación es todavía más profunda: tenemos que ser eso mismo, pero del Padre providente de los cielos. Los seres humanos estamos llamados a hacer realidad esa Providencia de Dios, siendo sensibles y acudiendo en auxilio de los más necesitados. 

En palabras de Benedicto XVI, «los hombres destinatarios del amor de Dios, se convierten en sujetos de caridad, llamados a hacerse ellos mismos instrumentos de la gracia para difundir la caridad de Dios y para tejer redes de caridad». Pero también nos recordó el Santo Padre que la caridad tiene que ir acompañada de la Verdad que es Cristo, para que no se convierta en un mero acto de filantropía, desnudo de todo el sentido espiritual cristiano, propio de los que viven según nos enseñó el Maestro.

Extraordinario aumento de vocaciones clarisas en Soria: «Estamos siempre, día y noche, ante Jesús»

Extraordinario aumento de vocaciones clarisas en Soria: «Estamos siempre, día y noche, ante Jesús»

Entre una y tres incorporaciones cada año

Extraordinario aumento de vocaciones clarisas en Soria: «Estamos siempre, día y noche, ante Jesús»

Toma de hábito de una de las monjas / Foto: Diócesis Osma-Soria

El goteo de vocaciones en las clarisas de Soria es constante desde hace años. la Madre Abadesa atribuye los resultados al Señor y a la exposición del Santísimo. «Lo primordial de nuestra vida es adorar al Señor», explican al Diario de Soria. Este sábado ha profesado sus votos temporales otra novicia más, y dentro de un mes otra joven toma el hábito

La aldea gala de las monjas está en Soria. La resistencia de las clarisas se esconde sin clandestinidad alguna entre los muros del convento de Santo Domingo, que guarda como pócima mágica un sorprendente censo de novicias jóvenes, con extraordinaria formación académica, que están dictando una lección magistral de entrega y desafecto a lo material, en lo que es un regreso, con presente y futuro, a la regla primitiva, espacio milimétrico reservado para quienes se saben curtir entre la renuncia a lo superfluo y el abrazo a la providencia.

Un contrapunto posible
Esta multiplicación de las vocaciones, y de las voluntades, opera bajo los velos blancos y las cabezas todavía descubiertas, y se da, para más inri, en Soria, reducto provincial acogotado por la despoblación, la inacción y el apego a las rentas seguras, más tangibles y terrenales. Un territorio que sirve de referencia para hablar de vacíos y de olvidados, desdeñando espacios muy llenos y presencias eternas. Como es el caso.

Este contrapunto, de sorprendente superpoblación y vitalidad, late en Santo Domingo como un fuego posible.

Ana Rus, una joven matemática con cuatro de estancia en el convento de Soria es una de sus llamas vivas. Una más que, prendida a Jesucristo, alumbra ya una decisión meditada, la de hacer su profesión temporal (por tres años) este próximo sábado 25 de febrero en el convento que la orden tiene en Valdemoro (Madrid).

Mientras otros conventos cierran
El torrente vocacional que se da en Soria, con un censo completo de 53 monjas, es un tesoro y una rareza enorme. Lo es en tiempos en los que la norma, otra clase de norma, es el cierre. Incluso en puntos de gran raigambre religiosa. Solo en Vizcaya y en la última década se han ‘clausurado’ tres conventos.

Mientras tanto, la Casa de Soria contempla un censo total de 93 integrantes, contando el convento desdoblado de Valdemoro, en Madrid, con el convento de Medinaceli y con las dos extensiones que se tienen en Zimbabwe y Mozambique, África.

La profesión temporal de Rus es solo uno de los indicadores de este florecimiento y atracción. El 25 de marzo, y en Soria, tendrá lugar una nueva toma de hábito, según se explica a este periódico desde la lógica que impone el torno del monasterio. «Es una ceremonia muy bonita, muy llamativa para la gente de fuera que ve cómo se deja el mundo exterior».

Entre una y tres por año
El goteo de vocaciones es constante y todos los años se registran incorporaciones «entre una y tres por año» en el convento de Soria. Con total modestia y naturalidad, en las antípodas de la soberbia, la Madre Abadesa atribuye los resultados al Señor y a la exposición del Santísimo.

La hermana Rus, «aquí todas somos hermanas», lo explica también en una misiva, en los renglones, firmes y entregados, de quien se sabe testigo de un amor inabarcable.

«Durante los cuatro años que llevo, el monasterio no ha dejado de derramar su infinita misericordia sobre mí. Me ha regalado su paz y su alegría y ahora desfonda ese saco de misericordia», detalla demostrando que la libertad puede anidar entre rejas aparentes.

Lo principal de nuestra vida es adorar
Sor Ignacia y Sor Clara regalan paz mientras explican que el trabajo se hace «en fraternidad y en conjunto». Las clarisas esconden un nombre verdadero, el de Hermanas Pobres de Santa Clara. «Ser hermanas y ser pobres, como Cristo fue pobre», razonan. «Lo primordial de nuestra vida es adorar al señor. Aquí está permanentemente el Santísimo expuesto que, siempre está en la custodia, y siempre con una hermana o dos adorándolo durante día y noche, porque no se interrumpe». El resto de la jornada se reparte entre trabajo y oración, con distintas horas de rezo. En este capítulo de principales cuidados también está el canto y la liturgia, «pero tenemos que trabajar para conseguir el pan de cada día y nuestro trabajo, entre 10 y 2 de la tarde, es hacer pastas con un horno y un obrador». El resto del tiempo cada una de las hermanas tiene asignados sus quehaceres y cuidados, también el de las hermanas más mayores.

Somos una familia
La más longeva de las hermanas supera los 90 y la más joven, por contra, tiene apenas 19. «Tenemos de todas las generaciones, disfrutamos de esa gracia. Procuramos adaptarnos a la mentalidad al tiempo en que vivimos. Somos una familia», aducen mientras recuerdan que la providencia en la que confían «se refleja en la ayuda que recibimos de fuera». Las monjas se podrían mantener, por su frugalidad, con el fruto de su trabajo, pero sin el apoyo externo el mantenimiento del edificio sería imposible. «Los cambios en el monasterio se han hecho con la ayuda de bienhechores», sostienen.

Con inmensa ternura ambas hermanas admiten que el canto «es nuestra manera de apostolado». Es un escaparate. «Evangelizamos desde la oración y cuidamos la liturgia. Intentamos cuidar el gregoriano. El canto se hace con el corazón, porque buenas voces, buenas voces, no sé», ironizan sin olvidar que con el canto «muchas personas encuentran paz, tranquilidad y a Dios».

Sabedoras de que Soria es especial, hablan con devoción de la Madre Clara y de la importancia de su fe. «Nos gustaría decir que seguir a Cristo es lo mejor. Estamos siempre, día y noche, ante Jesús, presentando cuantos problemas y necesidades tienen las personas, porque tenemos al Padre en un tiempo tan convulso». Con sosiego y calma, sin embargo, Sor Ignacia y Sor Clara abandonan el locutorio.

Puedes conocer más sobre las clarisas de Soria pinchando AQUÍ

sábado, 25 de febrero de 2017

Santo Evangelio 25 de Febrero 2017


Día litúrgico: Sábado VII del tiempo ordinario

Texto del Evangelio (Mc 10,13-16): En aquel tiempo, algunos presentaban a Jesús unos niños para que los tocara; pero los discípulos les reñían. Mas Jesús, al ver esto, se enfadó y les dijo: «Dejad que los niños vengan a mí, no se lo impidáis, porque de los que son como éstos es el Reino de Dios. Yo os aseguro: el que no reciba el Reino de Dios como niño, no entrará en él». Y abrazaba a los niños, y los bendecía poniendo las manos sobre ellos.


«Dejad que los niños vengan a mí»
Rev. D. Josep Lluís SOCÍAS i Bruguera 
(Badalona, Barcelona, España)


Hoy, los niños son noticia. Más que nunca, los niños tienen mucho que decir, a pesar de que la palabra “niño” significa “el que no habla”. Lo vemos en los medios tecnológicos: ellos son capaces de ponerlos en marcha, de usarlos e, incluso, de enseñar a los adultos su correcta utilización. Ya decía un articulista que, «a pesar de que los niños no hablan, no es signo de que no piensen».

En el fragmento del Evangelio de Marcos encontramos varias consideraciones. «Algunos presentaban a Jesús unos niños para que los tocara; pero los discípulos les reñían» (Mc 10,13). Pero el Señor, a quien en el Evangelio leído en los últimos días le hemos visto hacerse todo para todos, con mayor motivo se hace con los niños. Así, «al ver esto, se enfadó y les dijo: ‘No se lo impidáis, porque de los que son como éstos es el Reino de Dios’» (Mc 10,14).

La caridad es ordenada: comienza por el más necesitado. ¿Quién hay, pues, más necesitado, más “pobre”, que un niño? Todo el mundo tiene derecho a acercarse a Jesús; el niño es uno de los primeros que ha de gozar de este derecho: «Dejad que los niños vengan a mí» (Mc 10,14).

Pero notemos que, al acoger a los más necesitados, los primeros beneficiados somos nosotros mismos. Por esto, el Maestro advierte: «Yo os aseguro: el que no reciba el Reino de Dios como niño, no entrará en él» (Mc 10,15). Y, correspondiendo al talante sencillo y abierto de los niños, Él los «abrazaba (...), y los bendecía poniendo las manos sobre ellos» (Mc 10,16).

Hay que aprender el arte de acoger el Reino de Dios. Quien es como un niño —como los antiguos “pobres de Yahvé”— percibe fácilmente que todo es don, todo es una gracia. Y, para “recibir” el favor de Dios, escuchar y contemplar con “silencio receptivo”. Según san Ignacio de Antioquía, «vale más callar y ser, que hablar y no ser (...). Aquel que posee la palabra de Jesús puede también, de verdad, escuchar el silencio de Jesús».

Sor Querubina estudió Derecho a los 60 años y a sus 84 sigue ayudando a pobres, presos y familias


Esta monja quiere que hasta el último de los últimos sea tratado con dignidad

Sor Querubina estudió Derecho a los 60 años y a sus 84 sigue ayudando a pobres, presos y familias


Esta monja comenzó a estudiar derecho con 60 años y con 84 sigue ayudando a los presos

Sor Querubina estudió Derecho a los 60 años y a sus 84 sigue ayudando a pobres, presos y familias

Rosa Ketchedjian, conocida como sor Querubina, lleva una vida entera dedicada a Dios. A los 13 años ya sabía que quería ser monja y a sus 84 años sigue en primera fila ayudando a todo aquel que lo necesita. Y con este pensamiento fue cuando a una edad en la que muchos piensan en la jubilación ella decidió estudiar Derecho y abrir su propio bufete para representar a los que no tenían a nadie.

“Me gustaban las monjas porque siempre estaban alegres y contentas, siempre estaban ayudando a los demás. Yo vengo de una familia muy cristiana. Mis padres eran personas que iban siempre a la misa dominical, y antes de dormir y de comer, rezábamos. Así que la semilla de querer ayudar al prójimo ya estaba en la familia”, cuenta esta religiosa a la edición uruguaya de El País.

Una familia muy religiosa
Y es que de los ocho hermanos que son, cinco son religiosos siendo dos ellos sacerdotes y tres religiosas capuchinas, entre ellas Rosa.

Con su vocación decidida, desde la Congregación la recomendaron que primero acabara sus estudios de Magisterio y luego ingresara en el noviciado. Y así hizo. Ya como monja se siguió formando y empezó a dar clases: "Enseñaba catequesis, historia, matemática, y también daba algún curso de filosofía, pero sobre todo de astronomía ya que en esa época había pocos docentes de esa materia".



Aún hoy, varias décadas después, sigue colaborando con algunos de los centros educativos en los que impartió clase a cientos de niños.

Enseñar a estudiar a su sobrino y sus compañeros
Y fue años después cuando un día volviendo de un viaje, sor Querubina se teneró de que tanto su sobrino como algunos de sus compañeros que estaban estudiando Derecho para ser abogados habían tenido que abandonar la carrera debido a que los exámenes eran muy exigentes.

La religiosa se empeñó en ayudarles para que no perdieran su oportunidad de estudiar. “Como era profesora les enseñé a estudiar, les enseñé cómo hacer resúmenes, y así los ayudé a que continuaran estudiando”.

Así fue como fue entrando en ella la idea de comenzar a estudiar Derecho. “Dije, ¿por qué no estudio y también doy los exámenes aprovechando que tengo facilidad, que tengo tiempo y que ya estaba estudiando con ellos?”.

Licenciada en Derecho con 64 años
Tenía casi 60 años cuando se lanzó a estudiar Derecho aunque no lo tuvo fácil pues no tenía el preparatorio.

"Al año siguiente ingresé a la Facultad de Derecho y me enganché con los compañeros a los que había ayudado, di los exámenes que ya había preparado y seguí con ellos toda la carrera", narró la monja, que cuatro años después ya era abogada.

La hora octogenaria religiosa recuerda todo aquello como “una experiencia impresionante. Formamos un grupo muy lindo. Íbamos a la facultad de noche porque la mayoría trabajaba” Con los compañeros de generación hacíamos chorizadas (barbacoa) en el Liceo de Lourdes donde yo daba catequesis. Hasta el día de hoy hay personas que cuando me ven se acuerdan de mí y me cuentan que ellos iban a aquellas chorizadas. Muchas personas que eran compañeros de facultad hoy son fiscales".



Un centro jurídico para ayudar a los pobres
El siguiente paso de esta emprendedora monja fue el de abrir un estudio jurídico en el barrio de La Teja. Rápidamente empezó a llegar gente del barrio con problemas, mujeres que tenían a sus maridos en prisión, con problemas de drogas… Y así empezó también a ir a las cárceles para visitar a esos presos.

Cuando los presos la veían llegar "se acercaban como moscas". Ella, cuaderno en mano, tomaba nota de sus nombres y los delitos por los que estaban acusados. "Siempre me decían lo mismo: que ellos no habían hecho nada, que había sido otro y que estaban cumpliendo pena injustamente. Por lo general eran personas que habían cometido rapiñas, hurtos, algún que otro homicidio, y me pedían que los ayudara. Mi función, principalmente, era hablar con jueces y fiscales para intentar atenuar penas, pedir libertades o salidas condicionales", indica. Durante su carrera representó a unas 30 o 40 personas privadas de libertad.

Una idea que ya le rondaba desde décadas atrás
Pero esta iniciativa de ayudar a los presos no surgió con la creación de este bufete ya que su congregación creó en los 60 un colegio y sor Querubina era la encargada de supervisar su construcción. Y ya entonces, cuenta ella, “hablé con el fiscal del departamento y conseguí que 10 presos de la cárcel de Maldonado vinieran a trabajar en la construcción. Eran reclusos sin antecedentes serios y que tenían buena conducta. Almorzaban en el colegio y trabajaban en la obra como peones o albañiles, por lo que la construcción del liceo se hizo toda con las manos de los reclusos”.

Su edad empieza a hacer mella en ella y como ya no puede ir tanto a los cárceles intenta ayudar de otra forma y está centrando su atención en ayudar a las familias de los presos.  "Pedimos a la gente que traigan alimentos para esas familias. Hay personas que llevan muchos años en la cárcel. Y mientras tanto, ¿qué puede hacer la mujer sola con 4 hijos?", se pregunta sor Querubina.

Fuente: Religión en Libertad

viernes, 24 de febrero de 2017

Santo Evangelio 24 de Febrero 2017


Día litúrgico: Viernes VII del tiempo ordinario

Texto del Evangelio (Mc 10,1-12): En aquel tiempo, Jesús, levantándose de allí, va a la región de Judea, y al otro lado del Jordán, y de nuevo vino la gente donde Él y, como acostumbraba, les enseñaba. Se acercaron unos fariseos que, para ponerle a prueba, preguntaban: «¿Puede el marido repudiar a la mujer?». Él les respondió: «¿Qué os prescribió Moisés?». Ellos le dijeron: «Moisés permitió escribir el acta de divorcio y repudiarla». Jesús les dijo: «Teniendo en cuenta la dureza de vuestro corazón escribió para vosotros este precepto. Pero desde el comienzo de la creación, El los hizo varón y hembra. Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre, y los dos se harán una sola carne. De manera que ya no son dos, sino una sola carne. Pues bien, lo que Dios unió, no lo separe el hombre». 

Y ya en casa, los discípulos le volvían a preguntar sobre esto. Él les dijo: «Quien repudie a su mujer y se case con otra, comete adulterio contra aquélla; y si ella repudia a su marido y se casa con otro, comete adulterio».


«Como acostumbraba, les enseñaba»
Rev. D. Miquel VENQUE i To 
(Barcelona, España)


Hoy, Señor, quisiera hacer un rato de oración para agradecerte tu enseñanza. Tú enseñabas con autoridad y lo hacías siempre que te dejábamos, aprovechabas todas las ocasiones: ¡claro!, lo entiendo, Señor, tu misión básica era transmitir la Palabra del Padre. Y lo hiciste.

—Hoy, “colgado” en Internet te digo: Háblame, que quiero hacer un rato de oración como fiel discípulo. Primero, quisiera pedirte capacidad para aprender lo que enseñas y, segundo, saber enseñarlo. Reconozco que es muy fácil caer en el error de hacerte decir cosas que Tú no has dicho y, con osadía malévola, intento que Tú digas aquello que a mí me gusta. Reconozco que quizá soy más duro de corazón que aquellos oyentes.

—Yo conozco tu Evangelio, el Magisterio de la Iglesia, el Catecismo, y recuerdo aquellas palabras del papa Juan Pablo II en la Carta a las Familias: «El proyecto del utilitarismo asentado en una libertad orientada según el sentido individualista, es decir, una libertad vacía de responsabilidad, es el constitutivo de la antítesis del amor». Señor, rompe mi corazón deseoso de felicidad utilitarista y hazme entrar dentro de tu verdad divina, que tanto necesito.

—En este lugar de mirada, como desde la cima de la cordillera, comprendo que Tú digas que el amor matrimonial es definitivo, que el adulterio —además de ser pecado como toda ofensa grave hecha a ti, que eres el Señor de la Vida y del Amor— es un camino errado hacia la felicidad: «Quien repudie a su mujer y se case con otra, comete adulterio contra aquélla» (Mc 10,11). 

—Recuerdo a un joven que decía: «Mossèn el pecado promete mucho, no da nada y lo roba todo». Que te entienda, buen Jesús, y que lo sepa explicar: Aquello que Tú has unido, el hombre no lo puede separar (cf. Mc 10,9). Fuera de aquí, fuera de tus caminos, no encontraré la auténtica felicidad. ¡Jesús, enséñame de nuevo!

Gracias, Jesús, soy duro de corazón, pero sé que tienes razón.

Era una exitosa modelo y un infarto cerebral la dejó paralizada: «Agradezco a Dios el sufrimiento»


Katherine Wolf se aferró a Cristo, «es misionera de la esperanza» y habla de la verdadera belleza

Era una exitosa modelo y un infarto cerebral la dejó paralizada: «Agradezco a Dios el sufrimiento»

Katherine Wolf era modelo pero tras la enfermedad su vida cambió completamente...y para mejor
Era una exitosa modelo y un infarto cerebral la dejó paralizada: «Agradezco a Dios el sufrimiento»

Katherine y Jay tenían una vida cómoda y exitosa. Tras casarse se trasladaron a Malibú, un cotizado pueblo costero de California puesto que ella era una modelo con una carrera prometedora que también empezaba a hacer incursiones en el mundo del entretenimiento. Incluso había podido ser madre.

Todo iba sobre ruedas en esta familia hasta que con tan sólo 26 años y seis meses después de haber dado a luz a James, Katherine sufrió un infarto cerebral. Tras una operación que duró más de 16 horas logró sobrevivir aunque pasó 40 días en la UCI y dos años más en rehabilitación doned tuvo que volver a aprender a caminar, hablar e incluso comer.

Hoy las secuelas son evidentes. Tiene parálisis facial, visión doble, sordera en un oído y falta de coordinación motora, incluso tuvo que superar un pequeño aneurisma cerebral. Pero lejos de rebelarse o hundirse por todo lo que les había pasado siendo prácticamente unos niños, se refugiaron en la fe, descubrieron que el sufrimiento era redentor y que había un mundo más allá de las apariencias. Ahora son plenamente felices e incluso tienen una asociación, Hope Heals, que ayuda a personas que también pasan por grandes sufrimientos para hacerles ver que “la esperanza es una fuerza poderosa”.


Katherine tenía una carrera prometedora como modela que se vio truncada por el infarto cerebral que sufrió

Misioneros de la esperanza
La fe va unida a la superación y a pesar de tener todo en contra en 2015 ella volvió a ser madre. Y un año más tarde publicaba junto a su marido un libro La esperanza cura, en el que contaban su historia e intentaban ayudar a otros pues consideran que Dios ha querido utilizar la discapacidad de Katherine para ser “misioneros de la esperanza”, es decir, “mensajeros que han recorrido un largo camino para llevar la buena noticia de que la esperanza de Cristo sana nuestras almas”.

El optimismo de Katherine es contagioso pese a haber pasado nueve veces más por el quirófano y haberse roto la cadera en múltiples partes. “No tenemos control sobre lo que nos sucede en la vida”, afirma ella, pero de “lo que sí tenemos control es sobre nuestra respuesta a lo que nos pasó”.

De hecho, Katherine Wolf insiste en que no cree en la “casualidad” y que siente “como si estuviera en casa para salvar mi vida”. Y es que ha pasado de una vida basada en guardar las apariencias a una en la que para muchos es prácticamente un desecho humano pero que ella considera “liberadora”.

Así estaba Katherine cuando su hijo James cumplió su primer año

"Me siento totalmente libre en mi vida"
En una entrevista en Christianity Today, esta joven madre confiesa que “soy yo la que tiene la cara paralizada pero me siento bella todo el tiempo. No puedo ni escribir ni caminar, pero me siento totalmente libre en mi vida”.

Katherine, que provenía del mundo de la moda y de la televisión, donde la belleza y el físico primaba sobre todo y sobre todos, ha aprendido a colocar cada cosa en su sitio, también ese concepto de lo que se considera bello.

“Mi bebé estaba siendo criado por otras personas y yo no podría decir cuando aprendió a caminar o hacer sus ‘primeras cositas’. Se trata de una mancha horrible. La tragedia redefine y aclara todo en tu vida, y cuando se trata de no poder mimar a tu propio hijo, la apariencia física se va a un segundo plano”, cuenta esta valiente mujer.

De hecho, a todo aquel que le pregunte, ya sea un medio religioso o de información general, Katherine hace afirmaciones que escandalizan a muchos pero no puede hacerlo de otra forma.

Agradecido al Señor hasta por el sufrimiento
“Estoy agradecido de que el Señor me haya permitido experimentar sufrimientos a una edad temprana. La cruz y el sufrimiento de Cristo no parecen hermosos, pero en el Reino de Dios, sabemos que es la fuente última de la belleza, ya que significa que al final de la historia habrá tristeza, dolor y muerte sino una vida nueva, y esto es algo hermoso”, afirma convencida la exmodelo estadounidense.

La familia Wolf quiere mostrar que se puede salir de todo, por muy complicado que parezca, apoyándose en Dios

Dirigiéndose a los jóvenes, y no tan jóvenes, que viven esclavos del físico y de la belleza, Katherine habla desde su experiencia: “Cuando no lo vivimos por lo eterno, buscamos la satisfacción en lo temporal, que en última instancia es insatisfactorio. En este mundo, el envejecimiento se ve a menudo como algo negativo. Pero en verdad quiere decir que estamos creciendo en sabiduría y reconociendo que estamos más cerca de Jesús y conseguir un nuevo cuerpo, que es una hermosa paradoja”.

"La belleza interior crece y aumenta rápidamente"
De este modo, esta madre añade que “la belleza exterior se va desvaneciendo a medida que se envejece, pero la belleza interior tiene el potencial para crecer y aumentar rápidamente”, por l que cree para ser digno no hace falta más que “aceptarnos a nosotros mismos, con nuestras imperfecciones”.

Y manda un mensaje a las madres: “Tenemos que decir a nuestros hijos que estamos encantados con ellos, que estamos encantados de que estén en nuestras vidas y en el mundo, y que Dios los ve como sus hijos queridos. Es importante utilizar un lenguaje inclusive para que sepan que tienen un lugar en nuestra familia y la familia de Dios".

Recuerda además que “las palabras después del Bautismo de Cristo ‘tú eres mi Hijo amado, en quien me complazco’ son tan poderosas…Nuestros niños necesitan encontrar esto mismo”.

Fuente: Religión en libertad

jueves, 23 de febrero de 2017

Santo Evangelio 23 de febrero 2017


Día litúrgico: Jueves VII del tiempo ordinario

Santoral 23 de Febrero: San Policarpo, obispo y mártir

Texto del Evangelio (Mc 9,41-50): En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Todo aquel que os dé de beber un vaso de agua por el hecho de que sois de Cristo, os aseguro que no perderá su recompensa. Y al que escandalice a uno de estos pequeños que creen, mejor le es que le pongan al cuello una de esas piedras de molino que mueven los asnos y que le echen al mar. Y si tu mano te es ocasión de pecado, córtatela. Más vale que entres manco en la Vida que, con las dos manos, ir a la gehenna, al fuego que no se apaga. Y si tu pie te es ocasión de pecado, córtatelo. Más vale que entres cojo en la Vida que, con los dos pies, ser arrojado a la gehenna. Y si tu ojo te es ocasión de pecado, sácatelo. Más vale que entres con un solo ojo en el Reino de Dios que, con los dos ojos, ser arrojado a la gehenna, donde su gusano no muere y el fuego no se apaga; pues todos han de ser salados con fuego. Buena es la sal; mas si la sal se vuelve insípida, ¿con qué la sazonaréis? Tened sal en vosotros y tened paz unos con otros».

«Todo aquel que os dé de beber un vaso de agua por el hecho de que sois de Cristo, os aseguro que no perderá su recompensa»
Rev. D. Xavier PARÉS i Saltor 
(La Seu d'Urgell, Lleida, España)


Hoy, el Evangelio proclamado se hace un poco difícil de entender debido a la dureza de las palabras de Jesús: «Si tu mano te es ocasión de pecado, córtatela (...). Si tu ojo te es ocasión de pecado, sácatelo» (Mc 9,43.47). Es que Jesús es muy exigente con aquellos que somos sus seguidores. Sencillamente, Jesús nos quiere decir que hemos de saber renunciar a las cosas que nos hacen daño, aunque sean cosas que nos gusten mucho, pero que pueden ser motivo de pecado y de vicio. San Gregorio dejará escrito «que no hemos de desear las cosas que sólo satisfacen las necesidades materiales y pecaminosas». Jesús exige radicalidad. En otro lugar del Evangelio también dice: «El que quiera ganar la vida, la perderá, pero el que la pierda por Mí, la ganará» (Mt 10,39).

Por otro lado, esta exigencia de Jesús quiere ser una exigencia de amor y de crecimiento. No quedaremos sin su recompensa. Lo que dará sentido a nuestras cosas ha de ser siempre el amor: hemos de llegar a saber dar un vaso de agua a quien lo necesita, y no por ningún interés personal, sino por amor. Tenemos que descubrir a Jesucristo en los más necesitados y pobres. Jesús sólo denuncia severamente y condena a los que hacen el mal y escandalizan, a los que alejan a los más pequeños del bien y de la gracia de Dios.

Finalmente, todos hemos de pasar la prueba de fuego. Es el fuego de la caridad y del amor que nos purifica de nuestros pecados, para poder ser la sal que da el buen gusto del amor, del servicio y de la caridad. En la oración y en la Eucaristía es donde los cristianos encontramos la fuerza de la fe y del buen gusto de la sal de Cristo. ¡No quedaremos sin recompensa!

Salve Señora, Santa Reina


El caso más esperado del lobby LGTB llega al Supremo de EEUU: una experta revela su gran punto débil


Judith Reisman destroza la base de la ideología de género en el caso del niño trans Gavin Grimm

El caso más esperado del lobby LGTB llega al Supremo de EEUU: una experta revela su gran punto débil

En marzo llega al Supremo el caso del trans Gavin Grimm y el lobby LGTB espera que sirva como impulso a su agenda

El caso más esperado del lobby LGTB llega al Supremo de EEUU: una experta revela su gran punto débil

El lobby LGTB tiene marcado el 28 de marzo en rojo. Ese día el Tribunal Supremo de Estados Unidos tratará el primer caso de lo que este grupo de presión denomina “derechos de los transexuales” y no es otra cosa que la utilización de los baños públicos según el “género” que cada uno sienta en ese momento y no según el sexo biológico.

El fallo del tribunal es considerado clave pues el asunto de los “baños transgéneros” es uno de los principales legados que ha dejado Obama y que más división ha creado en el país. El ya expresidente reinterpretó el Título IX de la Ley de Derechos Civiles para incluir las protecciones basadas en la “identidad de género”, motivo por el cual ordenó a edificios federales y colegios que permitiesen la utilización de baños a hombres que dijeran sentirse mujeres y viceversa.

El caso de Gavin Grimm
Y al Supremo llega el caso concreto de Gavin Grimm, una niña que afirma ahora ser niño y que demandó a la Junta Escolar del Condado de Gloucester (Virginia) después de que se le negara la utilización de los baños de niños, tal y como exigía.

En un principio, el director del centro accedió a las exigencia de este menor transgénero pero los padres del resto de alumnos se quejaron y finalmente se decretó que “los baños y los vestuarios masculinos y femeninos se limitarán a los sexos biológicos correspondientes”.


Gavin Grimm, niño que dice que a los nueve años se convirtió en niña, denunció a la Junta Escolar de Gloucester

Un caso aprovechado por el lobby LGTB
Rápidamente, importantes organizaciones proLGTB vieron la oportunidad de utilizar este caso para seguir imponiendo su agenda. De este modo, este menor fue representado por la American Civil Liberties Union y apoyado decididamente por organizaciones lobistas como GLAD y el Fondo de Defensa Legal y Educación Transgénero.

El fallo es capital para estos grupos y así lo reconocen abiertamente. “El caso es muy importante para el movimiento de los derechos trans, tanto por su extensión legal como por la cantidad de atención a los derechos transgénero que se creará entre los tribunales, legisladores y reguladores”, afirmaba Gary Buseck, de la organización LGTBI GLAD.

Una oportunidad histórica por la situación del Supremo
Además, el lobby LGTB es consciente de que tiene una oportunidad histórica que puede no darse en décadas pues el Tribunal Supremo sigue teniendo vacío el sillón de Scalia puesto que Neil Gorsuch, nombrado por Trump, aún no ha sido ratificado por el Senado.

Se da la circunstancia de que en el Senado Gorsuch necesita 60 votos para ser nombrado oficialmente juez del Supremo. Los republicanos cuentan con 52 senadores y le harían falta ocho votos demócratas. La audiencia en el Senado empezará el 20 de marzo y el Supremo verá el caso el 28 por lo que no es descabellado pensar que el Partido Demócrata intentará bloquear todo lo posible su nombramiento y así potenciar una de las grandes medidas de Obama.

De este modo, el Supremo quedaría con ocho miembros, cuatro abiertamente progresistas, tres conservadores y un juez que ha hecho el péndulo en distintas ocasiones, por lo que es factible una victoria del lobby LGTB.

Pero una cosa es la ideología y las presiones de los lobbies y otra son los datos y evidencias científicas que desacreditan estos postulados.

Los antecedentes de Alfred Kinsey
Distintos expertos han colaborado enviando al Supremo textos jurídicos y científicos relacionados con el caso. Uno de estos “amicus curiae” es el de Judith Reisman, fundadora del Instituto de Protección del Niño y profesora en la Facultad de Derecho de la Universidad de Liberty (Virginia). Ella es una experta mundialmente conocida en temas de abuso infantil y por haber refutado de manera contundente las tesis del sexólogo Alfred Kinsey (1854-1956), uno de los padres del movimiento transgénero y que ayudó a poner las bases de la ideología de género.


Alfred Kinsey autorizó experimentos con niños para intentar demostrar que disfrutaban con las relaciones sexuales

El legado de Kinsey perdura todavía hoy. Él creía que todos los actos sexuales son legítimos, incluyendo la pedofilia, la zoofilia, el sadomasoquismo o el incesto. Incluso autorizó experimentos para así recoger información que justificara su visión de que los niños de cualquier edad disfrutan teniendo relaciones sexuales.

Y el transexualismo entró también en su repertorio cuando se le presentó el caso de un niño que quería ser niña. Kinsey consultó con un conocido suyo, un endocrinólogo llamado Dr. Harry Benjamin. Los travestis, hombres que se vestían como mujeres, eran conocidos. Kinsey y Benjamin vieron a este niño como una ocasión para cambiar al travesti físicamente, mucho más allá de los vestidos y del maquillaje. Kinsey y Benjamin se convirtieron en colaboradores profesionales en el primer caso de lo que Benjamin más tarde llamó “transexualismo”.

Los peligros de la agenda transgénero
Conociendo los antecedentes históricos de este movimiento, Reisman aporta datos científicos que alertan de que la agenda transgénero daña a los niños y perjudica a los estudiantes.

En primer lugar, esta experta explica en su escrito al Tribunal Supremo, tal y como recoge Mercatornet, que la promoción de los “niños trans” fomenta los “protocolos médicos experimentales” que cambian completa e irreversiblemente la vida de los afectados y que “no cumplen con los dictados de la ética médica”. En su opinión, detrás de esto está la agenda de una ideología que “amenaza el bienestar físico, mental y emocional de los niños”.

Una de las claves: el consentimiento informado
Sin embargo, su argumentación principal se centra en otro aspecto: el consentimiento informado.

Su escrito indica que los promotores de la ideología de género piden una intervención más temprana con los niños a través de fármacos y hormonas. “Estos protocolos crean esterilidad irreversible y otros efectos que cambian la vida de los niños, ya que los menores con cerebros inmaduros, son incapaces de dar su consentimiento informado. Tampoco lo pueden dar los padres este consentimiento informado para estos protocolos porque las consecuencias a la largo plazo de estas intervenciones tempranas son desconocidos”, explica Judith Reisman.


Judith Reisman ha escrito varios libros y cientos de artículos que tratan sobre las consecuencias de las investigaciones de Kinsey en la legislación y la política pública

Ahondando en este punto, esta experta explica al Supremo que “la neurociencia ha documentado que los cerebros de los niños son cognitivamente inmaduros hasta ya entrados en los veinte años. Los científicos pueden mapear digitalmente cómo se desarrolla el cerebro, y han encontrado que las partes del cerebro que permiten la transformación de conceptos complejos, tales como la ‘identidad de género’, la evaluación de riesgos y la toma de decisiones informadas son los últimos en madurar".

Los niños no pueden tomar esta decisión; los padres, tampoco
De este modo, Reisman concluye que los niños no sólo legalmente no pueden dar su consentimiento para estos tratamientos sino que también “cognitivamente son incapaces de dar su consentimiento informado”.

A su juicio, “el consentimiento informado es un requisito ético fundamental, sobre todo cuando, como es cierto en estas primeras intervenciones, el tratamiento es irreversible”.

El Código de Núremberg
Incluso, la que fuera investigadora principal de la Oficina de Justicia Juvenil sobre el abuso y la pornografía infantil del Departamento de Justicia recuerda el Código de Núremberg, que se desarrolló tras los experimentos atroces realizados con seres humanos por los nazis.

Este código dice, según reproduce Reisman, que “la persona implicada debe tener capacidad legal para dar consentimiento; su situación debe ser tal que pueda ser capaz de ejercer una elección libre, sin intervención de cualquier elemento de fuerza, fraude, engaño, coacción u otra forma de constreñimiento o coerción; debe tener suficiente conocimiento y comprensión de los elementos implicados que le capaciten para hacer una decisión razonable e ilustrada. Este último elemento requiere que antes de que el sujeto de experimentación acepte una decisión afirmativa, debe conocer la naturaleza, duración y fines del experimento, el método y los medios con los que será realizado; todos los inconvenientes y riesgos que pueden ser esperados razonablemente y los efectos sobre su salud y persona que pueden posiblemente originarse de su participación en el experimento”.

Religión en Libertad 

miércoles, 22 de febrero de 2017

Santo Evangelio 22 de febrero 2017


Día litúrgico: 22 de Febrero: La Cátedra de san Pedro, apóstol

Texto del Evangelio (Mt 16,13-19): En aquel tiempo, llegado Jesús a la región de Cesarea de Filipo, hizo esta pregunta a sus discípulos: «¿Quién dicen los hombres que es el Hijo del hombre?». Ellos dijeron: «Unos, que Juan el Bautista; otros, que Elías, otros, que Jeremías o uno de los profetas». Díceles Él: «Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?». Simón Pedro contestó: «Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios vivo». 

Replicando Jesús le dijo: «Bienaventurado eres Simón, hijo de Jonás, porque no te ha revelado esto la carne ni la sangre, sino mi Padre que está en los cielos. Y yo te digo que tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella. A ti te daré las llaves del Reino de los Cielos; y lo que ates en la tierra quedará atado en los cielos, y lo que desates en la tierra quedará desatado en los cielos».


«Y yo te digo que tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia»
Rev. D. Antoni CAROL i Hostench 
(Sant Cugat del Vallès, Barcelona, España)


Hoy celebramos la Cátedra de san Pedro. Desde el siglo IV, con esta celebración se quiere destacar el hecho de que —como un don de Jesucristo para nosotros— el edificio de su Iglesia se apoya sobre el Príncipe de los Apóstoles, quien goza de una ayuda divina peculiar para realizar esa misión. Así lo manifestó el Señor en Cesarea de Filipo: «Yo te digo que tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia» (Mt 16,18). En efecto, «es escogido sólo Pedro para ser antepuesto a la vocación de todas las naciones, a todos los Apóstoles y a todos los padres de la Iglesia» (San León Magno).

Desde su inicio, la Iglesia se ha beneficiado del ministerio petrino de manera que san Pedro y sus sucesores han presidido la caridad, han sido fuente de unidad y, muy especialmente, han tenido la misión de confirmar en la verdad a sus hermanos.

Jesús, una vez resucitado, confirmó esta misión a Simón Pedro. Él, que profundamente arrepentido ya había llorado su triple negación ante Jesús, ahora hace una triple manifestación de amor: «Señor, tú lo sabes todo, tú sabes que te amo» (Jn 21,17). Entonces, el Apóstol vio con consuelo cómo Jesucristo no se desdijo de él y, por tres veces, lo confirmó en el ministerio que antes le había sido anunciado: «Apacienta mis ovejas» (Jn 21,16.17).

Esta potestad no es por mérito propio, como tampoco lo fue la declaración de fe de Simón en Cesarea: «No te ha revelado esto la carne ni la sangre, sino mi Padre que está en los cielos» (Mt 16,17). Sí, se trata de una autoridad con potestad suprema recibida para servir. Es por esto que el Romano Pontífice, cuando firma sus escritos, lo hace con el siguiente título honorífico: Servus servorum Dei.

Se trata, por tanto, de un poder para servir la causa de la unidad fundamentada sobre la verdad. Hagamos el propósito de rezar por el Sucesor de Pedro, de prestar atento obsequio a sus palabras y de agradecer a Dios este gran regalo.

Oración a Santa María Goretti


Los adventistas le enseñaron a odiar a la Iglesia pero ella se enamoró del Santísimo y hoy es monja


Sor María Faustina cuenta cómo pasó de las enseñanzas de este grupo a ser religiosa dominica

Los adventistas le enseñaron a odiar a la Iglesia pero ella se enamoró del Santísimo y hoy es monja

Sor María Faustina tuvo que vencer la influencia de los adventistas que había en ella

Los adventistas le enseñaron a odiar a la Iglesia pero ella se enamoró del Santísimo y hoy es monja

Mireily Rodríguez Vargas es una joven puertorriqueña que cambió su nombre por el de sor María Faustina cuando profesó sus votos como dominica en el convento de Nuestra Señora del Rosario de Fátima en Texas (EEUU). Pero su vocación llegó tras una conversión dura, después de haber estado bajo la influencia de las enseñanzas de los adventistas. Cuando descubrió la verdad sobre la Iglesia Católica se le abrió un mundo que le fascinó hasta tal punto que decidió entregar su vida por completo.

Fue criada en una familia católica pero no demasiado practicante y eran sus compañeros de colegio los que le decían que la Virgen María había tenido más hijos, hasta llegarse a convencer de ello. A los 16 años tras un duro acontecimiento familiar aparecieron en su vida los adventistas. “Por insistencia de un familiar, comencé a ir a clase con ellos. Al principio consistía en contestar las preguntas de unos folletos, luego el pastor vino a darnos la clase personalmente, creo que era una vez por semana”, recuerda.

El odio a la Iglesia y al Papa
Después de esto, fue invitada a un taller denominado “Descubriendo la verdad” y que tenía como objetivo realizar en ella un lavado de cerebro. Cuenta la hermana María Faustina que “trataba de cómo la Iglesia Católica era la ‘gran ramera del Apocalipsis’ y el Santo Padre, ‘la bestia del profeta Daniel”.

Una vez que concluyó este taller tocaba ser “bautizada” como adventista. La joven estaba muy confundida pero “no creía eso sobre la Iglesia Católica”. Finalmente, una amiga suya decidió no bautizarse por lo que ella tomó la misma decisión.

La importante labor de su abuela
Fue su abuela la que finalmente tomó cartas en el asunto y alejó a los adventistas de su nieta y acudió a una Iglesia Católica para que pudiera apuntarse a catecismo. Sin embargo, el tiempo que había pasado en contacto con los adventistas había hecho mella en ella. “Ya no amaba a la Virgen María, a la cual tenía devoción de pequeña”, cuenta en su testimonio. Además, añade que en ese momento “pensaba que no necesitaba ir a la iglesia, porque un lugar de cuatro paredes con Biblia y Agua Bendita podía ser mi cuarto”. Incluso, creía que “los cuadros, aun los no religiosos, eran idolatría por lo que había aprendido con los Adventistas sobre los 10 mandamientos.


Todo cambió con la catequesis de adultos
Sin embargo, en 2007 logró iniciar las catequesis de adultos. “Mi vida cambió. A través de las catequesis del sacerdote encargado, de una religiosa y todo el equipo de catequistas que acompañaban al programa, empecé a aprender mucho, a cuestionarme cosas sobre la fe”, relata la propia María Faustina.

Mientras tanto, su abuela seguía perseverando y acompañaba a su nieta a misa todos los domingos, sin excepción. “Empecé a ver a Dios como un padre amoroso” y su vida empezó a cambiar, motivo por el cual “se alejaron muchos amigos y empecé a tener problemas con un novio que en aquel entonces tenía”.

El bello recuerdo de su primera comunión
Así llegó su primera confesión durante un Domingo de Ramos, que según define ella misma, fue “como sacer muchos clavos de mi corazón” por lo que “me sentí otra persona”. Y en la Vigilia Pascual llegó por fin su primera comunión, que “fue un momento tan bello, único de sentir a mi Dios por primera vez en mí. Desde ese día me sentí más unida a Dios, de una forma diferente. Mi forma de ver la vida cambió, para verla un poco más sobrenatural”.

Todo lo que guardaba en su interior que aprendió con los adventistas iba desapareciendo.

Y más tarde el descubrimiento de la Adoración
Mientras tanto, ella seguía descubriendo fascinada la belleza de la Iglesia Católica: “En mi vida espiritual, empezaba por aquel entonces a descubrir a Jesús en el Sagrario y en la Exposición. Me llamaba tanto la atención ver a tanta gente arrodillada allí que me propuse ir un día. Cuál fue mi sorpresa que al llegar, sentí algo que me puso de rodillas y comencé a llorar porque sentí una presencia tan grande, tan santa y superior a mí que llenaba todo mi ser. Desde ese día, Jesús Eucaristía fue el amor de mi vida”.

Poco después se produjo otro acontecimiento clave en la vida de esta joven pues fue la que empezó a abrir en ella la vocación. Y es que buscando libros católicos, se topó un día con el diario de Santa Faustina. “Me entró la curiosidad de ver qué escribiría una monja. Cuando comencé a leerla, me enamoró su espiritualidad, su forma de tratar al Esposo de su alma. Me llenó el corazón cuando leí su historia vocacional y me pregunté qué haría si Jesús me llamara a mí también”.

"Jamás seré monja"
Esta fue la primera vez que rondó por su cabeza la idea de la vocación a la vida religiosa. Pero el miedo podía más por lo que intentó enterrar esos sentimientos. Pronto también empezaron a preguntarla por si se había planteado irse a un convento por lo que se cerró en banda y ella una y otra vez respondía que “jamás seré monja”.


Pero la vida que llevaba no le llenaba. Ni su trabajo, ni sus amigos conseguían llenar lo que sólo Dios podía hacer. Y de nuevo pasó por su cabeza  la idea de la vocación hasta que por fin aceptó ir a una de las charlas vocacionales a las que antes había rechazado acudir en numerosas ocasiones.

Las palabras del profeta Jeremías
Lo que escuchó en aquella charla hizo mucha mella en esta joven puertorriqueña. La misma cita de Jeremías que dice “antes de formarte en el vientre materno, yo te conocía; antes de que salieras del seno, yo te había consagrado…” la perseguía por todos lados y aparecía en todo momento, en su música, en la iglesia, en las lecturas que abría al azar…

Ahí se convenció de que Dios la llamaba para la vida consagrada pese a que seguía resistiéndose. Tenía dos sueños sobre la vocación y con la ayuda de su director espiritual pudo interpretarlos. “Soñaba que pedía entrar en una congregación y me decían que allí no era y me daban un velo negro. El sacerdote me decía que era la Orden Dominica, pero yo me resistía”, cuenta sor María Faustina.

El claro mensaje de la Virgen
Al final se encomendó a Santa Faustina y Santa Teresita para que le ayudaran a discernir su vocación además de realizar la Consagración a la Virgen durante 33 días. “Mamá María no se hizo esperar y una mañana amanecí con la certeza de que Dios me llamaba y que iba a entrar con las Hermanas Dominicas de Nuestra Señora del Rosario de Fátima”.

Dios se lo puso todo muy fácil desde aquel momento y ahora ella, Sor María Faustina, es feliz en este convento texano. “Dios ha hecho maravillas en mi vida, me ha hecho una nueva creatura y a pesar de mis pecados y defectos hace su obra en mí para hacerme una esposa santa para su Gloria”, concluye esta religiosa.

Fuente. Religión en Libertad

martes, 21 de febrero de 2017

Santo Evangelio 21 de febrero 2017


Día litúrgico: Martes VII del tiempo ordinario

Texto del Evangelio (Mc 9,30-37): En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos iban caminando por Galilea, pero Él no quería que se supiera. Iba enseñando a sus discípulos. Les decía: «El Hijo del hombre será entregado en manos de los hombres; le matarán y a los tres días de haber muerto resucitará». Pero ellos no entendían lo que les decía y temían preguntarle. 

Llegaron a Cafarnaúm, y una vez en casa, les preguntaba: «¿De qué discutíais por el camino?». Ellos callaron, pues por el camino habían discutido entre sí quién era el mayor. Entonces se sentó, llamó a los Doce, y les dijo: «Si uno quiere ser el primero, sea el último de todos y el servidor de todos». Y tomando un niño, le puso en medio de ellos, le estrechó entre sus brazos y les dijo: «El que reciba a un niño como éste en mi nombre, a mí me recibe; y el que me reciba a mí, no me recibe a mí sino a Aquel que me ha enviado».


«El Hijo del hombre será entregado»
Rev. D. Jordi PASCUAL i Bancells 
(Salt, Girona, España)


Hoy, el Evangelio nos trae dos enseñanzas de Jesús, que están estrechamente ligadas una a otra. Por un lado, el Señor les anuncia que «le matarán y a los tres días de haber muerto resucitará» (Mc 9,31). Es la voluntad del Padre para Él: para esto ha venido al mundo; así quiere liberarnos de la esclavitud del pecado y de la muerte eterna; de esta manera Jesús nos hará hijos de Dios. La entrega del Señor hasta el extremo de dar su vida por nosotros muestra la infinidad del Amor de Dios: un Amor sin medida, un Amor al que no le importa abajarse hasta la locura y el escándalo de la Cruz.

Resulta aterrador escuchar la reacción de los Apóstoles, todavía demasiado ocupados en contemplarse a sí mismos y olvidándose de aprender del Maestro: «No entendían lo que les decía» (Mc 9,32), porque por el camino iban discutiendo quién de ellos sería el más grande, y, por si acaso les toca recibir, no se atreven a hacerle ninguna pregunta.

Con delicada paciencia, Jesús añade: hay que hacerse el último y servidor de todos. Hay que acoger al sencillo y pequeño, porque el Señor ha querido identificarse con él. Debemos acoger a Jesús en nuestra vida porque así estamos abriendo las puertas a Dios mismo. Es como un programa de vida para ir caminando. 

Así lo explica con claridad el Santo Cura de Ars, Juan Bautista Mª Vianney: «Cada vez que podemos renunciar a nuestra voluntad para hacer la de los otros, siempre que ésta no vaya contra la ley de Dios, conseguimos grandes méritos, que sólo Dios conoce». Jesús enseña con sus palabras, pero sobre todo enseña con sus obras. Aquellos Apóstoles, en un principio duros para entender, después de la Cruz y de la Resurrección, seguirán las mismas huellas de su Señor y de su Dios. Y, acompañados de María Santísima, se harán cada vez más pequeños para que Jesús crezca en ellos y en el mundo.