El padre Segarra, en la rica Suiza: entre vacas y lamborghinis con los inmigrantes de habla hispana
Según Segarra, la experiencia está siendo muy positiva, un "salto de servicio a la gente, a Dios y a la Iglesia"archivalencia
El sacerdote valenciano Juan José Segarra dirige desde hace un año en Suiza la Misión Católica de Lengua Española del cantón de St. Gallen. El portal de la Archidiócesis de Valencia cuenta su historia.
En este cantón suizo atiende a inmigrantes de lengua española, un 65% de ellos son católicos, el resto es de otras confesiones. "Desde mi experiencia, la cultura suiza es de personas muy educadas, por eso la convivencia entre diferentes confesiones nunca es un problema, nunca lo es y tampoco se da una tensión a nivel social, como se ve desde fuera a España", comenta.
Asistencia en la propia lengua
También el ecumenismo "se trabaja mucho a nivel de relaciones, de respeto en convivencia, pero esencialmente trabajamos para que nuestros hermanos alejados puedan volver al lugar propio de la Iglesia católica".
En cualquier caso, "desde luego allí la gente convive pacíficamente y no existe este ambiente tenso que desde las instituciones se va trasladando al resto de la sociedad. En España hay ciertos temas que parece que son como 'pseudo sagrados' de los que no se puede hablar, pero que a la Iglesia se le puede atacar siempre. Pues no, no es así como tiene que ser".
Segarra junto a los miembros de la Misión de Lengua Española.archivalencia
Coincidiendo con la celebración del 60 aniversario de esta misión católica en St. Gallen, Juan José Segarra ha puesto en marcha un proyecto de colaboración con el Vicariato de Requena para ayudar a niños y familias de la selva peruana.
"Queremos durante todo el año recoger colectas y donativos para favorecer sobre todo a los niños y la labor que hace la Iglesia católica, en las escuelas, el comedor, y todos los proyectos que allí se desarrollan", añade Segarra.
Anunciar el Evangelio
"No se trata de hacer cosas porque sí. Hacer edificios, construir cosas está bien, es una obra buena de personas buenas, pero si no está el Evangelio, le falta lo que la anima, el alma. Por eso, nuestra misión es anunciar el Evangelio de Jesucristo, también desde lo que seamos capaces de hacer a nivel humano y material para favorecer a la gente necesitada".
Además, esta campaña de ayuda desde Suiza "unirá a las dos comunidades de hablantes en español que tenemos, la comunidad latina y la comunidad española" y, por tanto, "llegará emocional, espiritual y afectivamente a nuestras comunidades, que juntas trabajarán para este proyecto tan bonito", afirma.
Según Juan José Segarra, la experiencia en Suiza está siendo muy positiva. Se trata de un "salto de servicio", de "servicio a la gente, a Dios y a la Iglesia". Después de este tiempo, "ya me siento un poco más aterrizado aquí, en la cultura, el clima, y la lengua", afirma el sacerdote que ya está oficiando misas en alemán.
Esta Misión, a lo largo de su historia, ha contado con presencia valenciana. "Ha habido sacerdotes muy generosos que con su vida han prestado ese servicio por allí, a lo que era la antigua Misión Católica Española que luego cambió el nombre en razón de los inmigrantes que provenían desde Latinoamérica y pasó a llamarse Misión Católica en Lengua Española para unir a estas dos realidades y estas dos culturas", afirma.
En el año 1962 llegaron los primeros sacerdotes misioneros a Suiza para atender las necesidades espirituales de la comunidad católica de españoles en el cantón de St. Gallen. Todos ellos, y otros tantos colaboraron con la Misión y se hicieron cargo de las diversas comunidades con el principal objetivo de colaborar en las necesidades materiales y espirituales.
La Misión Católica de Lengua Española tiene como objetivo atender las necesidades religiosas de los inmigrantes y garantizar la asistencia espiritual en la propia lengua, formando parte del engranaje de la Iglesia en Suiza y en esta diócesis para colaborar en la creación de una cohabitación de personas de diferente cultura y procedencia.
Este año del 60 aniversario concluirá con la celebración de una misa solemne en la Catedral de St. Gallen presidida por el obispo monseñor Markus Büchel.
Fuente: Religión en Libertad
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