domingo, 25 de agosto de 2019

Santo Evangelio 25 de agosto 2019




Evangelio según san Lucas (13,22-30), del domingo, 25 de agosto de 2019

Lectura del santo evangelio según san Lucas (13,22-30):

En Jesús pasaba por ciudades y aldeas enseñando y se encaminaba hacia Jerusalén. Uno le preguntó: «Señor, ¿son pocos los que se salvan?». Él les dijo: «Esforzaos en entrar por la puerta estrecha, pues os digo que muchos intentarán entrar y no podrán. Cuando el amo de la casa se levante y cierre la puerta, os quedaréis fuera y llamaréis a la puerta diciendo: Señor, ábrenos; pero él os dirá: “No sé quiénes sois”. Entonces comenzaréis a decir: “Hemos comido y bebido contigo, y tú has enseñado en nuestras plazas”. Pero él os dirá: “No sé de dónde sois. Alejaos de mí todos los que obráis la iniquidad”. Allí será el llanto y el rechinar de dientes, cuando veáis a Abrahán, a Isaac y a Jacob y a todos los profetas en el reino de Dios, pero vosotros os veáis arrojados fuera. Y vendrán de oriente y occidente, del norte y del sur, y se sentarán a la mesa en el reino de Dios.

Mirad: hay últimos que serán primeros, y primeros que serán últimos».

Palabra del Señor

El "mito del progreso"

REDACCIÓN evangeli.net (elaborado a partir de textos de Benedicto XVI) 
(Città del Vaticano, Vaticano)

Hoy, la mención que Jesús hace de la "puerta estrecha" cuestiona el "mito del progreso". Las ideologías —demolida la esperanza en el más allá— imponen el progreso como norma del obrar político y humano en general. Aunque en los últimos años se han logrado enormes progresos (tecnológicos, científicos), sigue siendo actual la ambivalencia de este progreso: éste empieza a amenazar a la creación, que es la base de nuestra existencia.

Es indispensable orientar el progreso según criterios morales. Ante todo, se debe considerar que el progreso se extiende a la relación del hombre con el mundo material, pero eso no da lugar —como el marxismo y el liberalismo habían enseñado— al hombre nuevo, a la nueva sociedad. El hombre como hombre sigue siendo igual, tanto en las situaciones primitivas como en las técnicamente desarrolladas. El ser hombre vuelve a comenzar de cero con cada ser humano.

—Jesús, tú nos has señalado el camino del crecimiento humano en lo alto de la Cruz y en el horizonte de la eternidad.

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