La niña iraquí que nos conmovió perdonando al ISIS quiere ser «médico o religiosa... o ambas cosas»
Maryam habla con sencillez infantil de su vida de refugiados y da gracias a Dios por el bien recibido y el mal evitado.
Hace poco más de un año, un periodista árabe de SAT-7, canal cristiano para Oriente Medio y el Norte de África, acudió a un edificio de Erbil (Irak) que acoge familias refugiadas que huyen de Estado Islámico. Allí entrevistó a tres niñas, y si las respuestas de las tres sorprendieron por su alegría y su espontaneidad, la de una de ellas, Maryam Waleed Behnam, dio la vuelta al mundo por la sencillez con la que expresó su perdón cristiano a quienes les expulsaron de su casa.
En posteriores entrevistas ofreció muestras similares de una fe inquebrantable y de una aceptación realista de las dificultades, y al mismo tiempo de determinación para vencerlas, de una extraordinaria madurez espiritual en una pequeña de su edad.
Ahora, Ayuda a la Iglesia Necesitada en Francia ha difundido un vídeo en el que Maryam describe su vida en el campo de refugiados de Erbil, capital del Kurdistán iraquí. (Ver abajo el vídeo, muy indicativo de su forma de vida actual.) Su familia y ella forman parte de los 120.000 cristianos que huyeron del Estado Islámico. Ella vivía con su familia en Qaraqosh, la ciudad cristiana más grande del país hasta que el ISIS la ocupó en agosto del año 2014, tras la caída de Mosul.
Actualmente Maryam cursa la enseñanza primaria en el colegio Al-Bishara, dirigido por las hermanas dominicas de Ankawa y construido por Ayuda a la Iglesia Necesitada.
El testimonio de Maryam
“Me llamo Maryam Waleed. Echo de menos mi casa. Si pudiera, volvería a casa mañana mismo. Nuestras familias viven en caravanas. Tenemos todo lo necesario. Todo va bien. Tenemos agua corriente, lo que es práctico. En invierno esto es horrible, porque los caminos se llenan de barro", dice sobre sus condiciones de vida.
Y recuerda así su huida: "Justo antes de abandonar Qaraqosh, nuestros vecinos vinieron a vernos y nos dijeron que debíamos partir inmediatamente. Oímos caer las bombas. Un niño murió. Salimos de Qaraqosh a las once de la mañana. Si nos hubiésemos quedado en Qaraqosh, todo sería diferente. Damos gracias a Dios por que nos haya protegido".
Su día comienza yendo al colegio en autobús: "A veces el autobús está tranquilo y otras muy ruidoso, sobre todo por los chicos más mayores".
La jornada escolar comienza con una oración: "Rezo a Dios para que nos proteja, le pedimos que nos lleve de vuelta a casa. Rezo por todos, por los enfermos, por quienes no piden nada. Rezo por quienes buscan la verdad. Y rezo por el Estado Islámico, para que un día el amor tome posesión de su corazón".
"Me gusta mucho mi colegio", afirma, "aunque a veces las tareas son difíciles. Cuando estamos de vacaciones echo de menos el colegio. Me encanta estudiar. Lo que prefieron son las Ciencias".
Y ya piensa en el futuro: "Todavía no sé lo que quiero ser de mayor. Me gustaría ser cantante. Me gustaría ser religiosa. O médico. O religiosa y médico a la vez".
Rezar y ayudar
Al final aparece Maryam con varios compañeros: "Me llamo Maryam Waleed Behnam. Estoy en quinto de primaria en la escuela de Al-Bishara, que dirigen las hermanas dominicas de Ankawa en Erbil (Irak). Si quieres, reza por mí".
Pincha aquí para hacer un donativo a Ayuda a la Iglesia Necesitada para que pueda seguir manteniendo este y otros colegios en los que 5000 niños iraquíes pueden prepararse para un mañana mejor que el actual.
La vida en el campo de refugiados de Maryam
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