domingo, 14 de septiembre de 2025

Santo Evangelio 14 septiembre 2025



 Texto del Evangelio (Jn 3,13-17):

 En aquel tiempo, Jesús dijo a Nicodemo: «Nadie ha subido al cielo sino el que bajó del cielo, el Hijo del hombre. Y como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así tiene que ser levantado el Hijo del hombre, para que todo el que crea en Él tenga vida eterna. Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo único, para que todo el que crea en Él no perezca, sino que tenga vida eterna. Porque Dios no ha enviado a su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por Él».

«Para que todo el que crea en Él tenga vida eterna»


Rev. D. Antoni CAROL i Hostench

(Sant Cugat del Vallès, Barcelona, España)

Hoy, el Evangelio es una profecía, es decir, una mirada en el espejo de la realidad que nos introduce en su verdad más allá de lo que nos dicen nuestros sentidos: la Cruz, la Santa Cruz de Jesucristo, es el Trono del Salvador. Por esto, Jesús afirma que «tiene que ser levantado el Hijo del hombre» (Jn 3,14).

Bien sabemos que la cruz era el suplicio más atroz y vergonzoso de su tiempo. Exaltar la Santa Cruz no dejaría de ser un cinismo si no fuera porque allí cuelga el Crucificado. La cruz, sin el Redentor, es puro cinismo; con el Hijo del Hombre es el nuevo árbol de la Sabiduría. Jesucristo, «ofreciéndose libremente a la pasión» de la Cruz ha abierto el sentido y el destino de nuestro vivir: subir con Él a la Santa Cruz para abrir los brazos y el corazón al Don de Dios, en un intercambio admirable. También aquí nos conviene escuchar la voz del Padre desde el cielo: «Éste es mi Hijo (...), en quien me he complacido» (Mc 1,11). Encontrarnos crucificados con Jesús y resucitar con Él: ¡he aquí el porqué de todo! ¡Hay esperanza, hay sentido, hay eternidad, hay vida! No estamos locos los cristianos cuando en la Vigilia Pascual, de manera solemne, es decir, en el Pregón pascual, cantamos alabanza del pecado original: «¡Oh!, feliz culpa, que nos has merecido tan gran Redentor», que con su dolor ha impreso “sentido” al dolor.

«Mirad el árbol de la cruz, donde colgó el Salvador del mundo: venid y adorémosle» (Liturgia del Viernes Santo). Si conseguimos superar el escándalo y la locura de Cristo crucificado, no hay más que adorarlo y agradecerle su Don. Y buscar decididamente la Santa Cruz en nuestra vida, para llenarnos de la certeza de que, «por Él, con Él y en Él», nuestra donación será transformada, en manos del Padre, por el Espíritu Santo, en vida eterna: «Derramada por vosotros y por muchos para el perdón de los pecados».


De 8 años casados y 4 divorciados a la nulidad... ¿y un milagro? «Dios nos hizo nuevos»

 


De 8 años casados y 4 divorciados a la nulidad... ¿y un milagro? «Dios nos hizo nuevos»

Joaquín y Ana.

Casados durante 8 años, divorciados por 4 y con una nulidad matrimonial, Joaquín y Ana restauraron su matrimonio anclándose y sanando en Dios.

Casados durante 8 años, divorciados 4 y con una nulidad matrimonial, Karina y Joaquín tuvieron un camino largo y nada sencillo antes de conocer al Amor, quien los capacitó para amarse verdaderamente.

Tal y como publicó recientemente Aleteia, Joaquín y Karina comenzaron su camino como esposos desde muy jóvenes; ella tenía 20 y él 24. Tras ocho años juntos decidieron separarse y comenzar el trámite de su nulidad matrimonial.

Karina cuenta que, aunque al tomar la decisión de casarse había mucho amor y amistad, también había heridas muy profundas que no sabían que tenían, pero que necesitaban ser sanadas.

“Nos escondíamos detrás de la diversión y del alcohol. No teníamos idea de lo que significaba realmente el compromiso del matrimonio. Al llegar los problemas, no teníamos herramientas para enfrentarlos. No nos conocíamos a nosotros mismos, ni sabíamos por qué reaccionábamos de ciertas formas”.

Pronto se toparon con una realidad: no estaban listos para un amor maduro, ni para el compromiso que conlleva el matrimonio.

“Nuestras heridas no trabajadas comenzaron a chocar, y sin una relación viva con Dios, sin ese trabajo personal, simplemente no pudimos sostenernos. Fue necesario detenernos y que todo se rompiera para volver a construir”.

Tras un tiempo, y con una hija de ocho años, tomaron la decisión de separarse, manteniendo una relación de cuidado y respeto, aún cuando cada uno rehízo su vida con nuevas parejas.

Encuentro con el Amor para aprender a amarse

Llegó entonces el momento que lo cambió todo. Conocieron al Señor.

“Al conocer al Señor, todo cambió. Dejamos nuestras relaciones porque queríamos vivir en gracia. Joaquín no quería regresar en ese momento, así que se inició el proceso de nulidad matrimonial”.

Sin mbargo, al llegar a firmar su nulidad, tuvieron un encuentro poderoso con el Espíritu Santo.

“Oramos y le entregamos la decisión a Dios, y Él hizo un milagro. Joaquín dice que se le quitó una venda de los ojos. Entendimos que Dios no quería que dejáramos la familia que Él había formado. Fue un nuevo sí, pero no fue fácil. Tuvimos que sanar, hacer mucha terapia, tener muchos encuentros personales con Dios. Tuvimos que morir a lo que fuimos, para que Él pudiera hacernos nuevos”.

Karina reconoce que el proceso fue difícil, pues el enemigo usaba esos miedos y heridas para llenarlos de dudas, para hacerles creer que las cosas no cambiarían y que, de volver a elegirse, la historia se repetiría.

“En mi caso, yo ya venía rota, con una depresión profunda aunque aparentaba estar bien. Cuando tuve un encuentro con el amor verdadero -el amor que es Dios- entendí que nunca había sabido amar porque nunca lo había conocido a Él. Al conocerlo, pude ver a Joaquín con Sus ojos, y empezar a amarlo como Él lo amaba”.

Guiados por Dios, decidieron volver a casarse, con Jesús en el centro.

Hoy su vida matrimonial es completamente diferente.

“Sabemos que si lo amamos a Él, Él nos da el amor para amarnos entre nosotros”.

“Ahora no buscamos que el otro llene nuestros vacíos. Ante cualquier problema, vamos primero a Dios. Nuestra roca es Jesús, por eso nuestra relación es nueva. Dios nos hizo nuevos. No hay vuelta atrás a la antigua versión de nosotros”.

En su día a día buscan activamente el bien del otro, su crecimiento y desarrollo para que lleguen a convertirse en lo que Dios soñó y cumplan su propósito de vida. “Queremos ser ese faro, ese apoyo en los momentos difíciles, esa persona sana, que sostiene desde el amor, y no desde la necesidad”.

Ya no se trata solo de “nosotros”, aseguran, “sino de amar tanto al otro que anhelas que florezca, que cumpla su llamado. Y todo eso solo es posible porque el amor viene de Dios”.

Crisis como oportunidad para ser transformados por Dios

Desde esta experiencia, Karina enfatiza en que, si bien el matrimonio es de dos, el trabajo interior y la relación con Dios son personales, y sin estos aspectos individuales, la relación puede fracturarse.

“Si no hay un encuentro profundo con Él, si no se sanan las heridas internas con Su luz, es muy difícil sostener una relación sana y verdadera”.

“Las heridas más peligrosas son las heridas de la infancia no sanadas, porque las proyectamos en la relación. Esperamos que el otro las cure, pero eso solo puede hacerlo Dios. Si no las trabajamos, terminamos cargando al otro con algo que no le corresponde”, advierte Karina.

Y reconoce también que hacer un espacio para el divorcio, para otras personas, vicios o ídolos como el trabajo, divide al corazón y abre una puerta de entrada al enemigo.

Karina y Joaquín volvieron a celebrar su matrimonio y animan a otras parejas en crisis a buscar un encuentro profundo con Dios, a buscar ayuda profesional y no perder la esperanza.

“Queremos decirles, desde nuestra experiencia, que sí hay luz al final del túnel. Aunque en este momento todo se sienta oscuro, aunque parezca que ya no hay salida, la hay. Pero se necesita valentía. Se necesita fe. Se necesita estar dispuestos a trabajar, a mirar hacia adentro, a dejarse moldear por Dios. La restauración es real, pero no sucede sin decisión, sin humildad y sin proceso.

Y si solo uno de los dos cree en la restauración, con uno basta. Uno que ore. Uno que se rinda. Uno que sane desde la raíz. Uno que busque a Dios con todo el corazón. Porque ese ejemplo transforma. Ese ejemplo arrastra. Ese ejemplo puede ser la chispa que despierte algo nuevo en el otro. El cambio no se impone, se inspira”.

Ambos enfatizan en que la crisis, más que un final, es una oportunidad, pues el punto de quiebre es el lugar perfecto para que Dios reconstruya desde cero.

“La crisis puede ser una puerta de salida o una puerta de entrada a una nueva historia, a una sanación más profunda de la que jamás imaginamos. Si la tomamos como camino, puede ser el inicio de algo muchísimo más bello de lo que fue antes. Pero tenemos que caminar juntos”.

Además, aconsejan: “En medio de la tormenta, no olviden lo bueno que han vivido. Es fácil ver lo negativo cuando todo duele, pero hagan memoria del amor que los unió. Escribidlo, rezad con eso y pedidle a Jesús que os muestre el camino. No se trata de volver solo por costumbre o necesidad; se trata de permitir que Dios haga nuevo ese matrimonio, que lo limpie, que lo purifique y lo eleve”.

Tras todo este camino, concluyen que "Dios es un Dios que cumple sus promesas y que hace todo nuevo, pero tenemos que dejarnos ser moldeados por El".

Fuente: Religión en Libertad

sábado, 13 de septiembre de 2025

Santo Evangelio 13 de septiembre 2025



 Texto del Evangelio (Lc 6,43-49):

 En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Porque no hay árbol bueno que dé fruto malo y, a la inversa, no hay árbol malo que dé fruto bueno. Cada árbol se conoce por su fruto. No se recogen higos de los espinos, ni de la zarza se vendimian uvas. El hombre bueno, del buen tesoro del corazón saca lo bueno, y el malo, del malo saca lo malo. Porque de lo que rebosa el corazón habla su boca.

»¿Por qué me llamáis: ‘Señor, Señor’, y no hacéis lo que digo? Todo el que venga a mí y oiga mis palabras y las ponga en práctica, os voy a mostrar a quién es semejante: Es semejante a un hombre que, al edificar una casa, cavó profundamente y puso los cimientos sobre roca. Al sobrevenir una inundación, rompió el torrente contra aquella casa, pero no pudo destruirla por estar bien edificada. Pero el que haya oído y no haya puesto en práctica, es semejante a un hombre que edificó una casa sobre tierra, sin cimientos, contra la que rompió el torrente y al instante se desplomó y fue grande la ruina de aquella casa».



«Cada árbol se conoce por su fruto»


P. Raimondo M. SORGIA Mannai OP

(San Domenico di Fiesole, Florencia, Italia)

Hoy, el Señor nos sorprende haciendo “publicidad” de sí mismo. No es mi intención “escandalizar” a nadie con esta afirmación. Es nuestra publicidad terrenal lo que empequeñece a las cosas grandes y sobrenaturales. Es el prometer, por ejemplo, que dentro de unas semanas una persona gruesa pueda perder por lo menos cinco o seis kilos usando un determinado “producto-trampa” (u otras promesas milagrosas por el estilo) lo que nos hace mirar a la publicidad con ojos de sospecha. Mas, cuando uno tiene un “producto” garantizado al cien por cien, y —como el Señor— no vende nada a cambio de dinero sino solamente nos pide que le creamos tomándole como guía y modelo de un preciso estilo de vida, entonces esa “publicidad” no nos ha de sorprender y nos parecerá la más lícita del mundo. ¿No ha sido Jesús el más grande “publicitario” al decir de sí mismo «Yo soy la Vía, la Verdad y la Vida» (Jn 14,6)?

Hoy afirma que quien «venga a mí y oiga mis palabras y las ponga en práctica» es prudente, «semejante a un hombre que, al edificar una casa, cavó profundamente y puso los cimientos sobre roca» (Lc 6,47-48), de modo que obtiene una construcción sólida y firme, capaz de afrontar los golpes del mal tiempo. Si, por el contrario, quien edifica no tiene esa prudencia, acabará por encontrarse ante un montón de piedras derruidas, y si él mismo estaba en el interior en el momento del choque de la lluvia fluvial, podrá perder no solamente la casa, sino además su propia vida.

Pero no basta acercarse a Jesús, sino que es necesario escuchar con la máxima atención sus enseñanzas y, sobre todo, ponerlas en práctica, porque incluso el curioso se le acerca, y también el hereje, el estudioso de historia o de filología... Pero será solamente acercándonos, escuchando y, sobre todo, practicando la doctrina de Jesús como levantaremos el edificio de la santidad cristiana, para ejemplo de fieles peregrinos y para gloria de la Iglesia celestial.


Nueva Era, miedo, pesadillas… y un exorcismo

 Nueva Era, miedo, pesadillas… y un exorcismo



Paula Jaramillo, colombiana, fotógrafa, esposa y madre de dos hijos, comparte su testimonio. Aunque tenía fe, al mudarse de ciudad se fue alejando y buscó refugio en la yoga y la meditación.

Esto la llevó a una fuerte depresión, ataques de ira, insomnio y pesadillas. Durante una hora santa experimentó un encuentro con Dios que la hizo reconocer que había algo espiritual detrás de su sufrimiento. 

Fuente: Religión en libertad

viernes, 12 de septiembre de 2025

Evangelio 12 de agosto 2025

 


Texto del Evangelio (Lc 6,39-42):

 En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos esta parábola: «¿Podrá un ciego guiar a otro ciego? ¿No caerán los dos en el hoyo? No está el discípulo por encima del maestro. Todo discípulo que esté bien formado, será como su maestro. ¿Cómo es que miras la brizna que hay en el ojo de tu hermano, y no reparas en la viga que hay en tu propio ojo? ¿Cómo puedes decir a tu hermano: ‘Hermano, deja que saque la brizna que hay en tu ojo’, no viendo tú mismo la viga que hay en el tuyo? Hipócrita, saca primero la viga de tu ojo, y entonces podrás ver para sacar la brizna que hay en el ojo de tu hermano».



«Todo discípulo que esté bien formado, será como su maestro»


Rev. D. Antoni CAROL i Hostench

(Sant Cugat del Vallès, Barcelona, España)

Hoy, las palabras del Evangelio nos hacen reflexionar sobre la importancia del ejemplo y de procurar para los otros una vida ejemplar. En efecto, el dicho popular dice que «“Fray Ejemplo” es el mejor predicador», u otro que afirma que «más vale una imagen que mil palabras». No olvidemos que, en el cristianismo, todos —¡sin excepción!— somos guías, ya que el Bautismo nos confiere una participación en el sacerdocio (mediación salvadora) de Cristo: en efecto, todos los bautizados hemos recibido el sacerdocio bautismal. Y todo sacerdocio, además de las misiones de santificar y de enseñar a los demás, incorpora también el munus —la función— de regir o dirigir.

Sí, todos —queramos o no— con nuestra conducta tenemos la oportunidad de llegar a ser un modelo estimulante para aquellos que nos rodean. Pensemos, por ejemplo, en la ascendencia que unos padres tienen sobre sus hijos, los profesores sobre los alumnos, las autoridades sobre los ciudadanos, etc. El cristiano, sin embargo, debe tener una conciencia particularmente viva acerca de todo esto. Pero..., «¿podrá un ciego guiar a otro ciego?» (Lc 6,39).

Para nosotros, cristianos, es como una llamada de atención aquello que los judíos y las primeras generaciones de cristianos decían de Jesucristo: «Todo lo ha hecho bien» (Mc 7,37); «El Señor comenzó a hacer y enseñar» (Hch 1,1).

Debemos procurar traducir en obras aquello que creemos y profesamos de palabra. En una ocasión, el Papa Benedicto XVI, cuando todavía era el Cardenal Ratzinger, afirmaba que «el peligro más amenazador son los cristianismos adaptados», es decir, el caso de aquellas personas que de palabra se profesan católicas pero que, en la práctica, con su conducta, no manifiestan el “radicalismo” propio del Evangelio.

Ser radicales no equivale a fanáticos (ya que la caridad es paciente y tolerante) ni a exagerados (pues en cuestiones de amor no es posible exagerar). Como ha afirmado San Juan Pablo II, «el Señor crucificado es un testimonio insuperable de amor paciente y de humilde mansedumbre»: no se trata ni de un fanático ni de un exagerado. Pero sí que es radical, tanto que nos hace decir con el centurión que asistió a su muerte: «Verdaderamente este hombre era justo» (Lc 23,47).

Una australiana que fue misionera en Filipinas, nueva presidenta de las religiosas

 


Una australiana que fue misionera en Filipinas, nueva presidenta de las religiosas

Oonagh O'Shea, australiana, superiora de la congregación de Nuestra Señora de Sión, es la nueva presidenta de la UISG

Hay unas 600.000 religiosas en la Iglesia Católica, en congregaciones de todo tipo dedicadas a la vida contemplativa, la educación, las misiones, los más pobres, etc... Están coordinadas en la UISG (la Unión Internacional de Superioras Generales, entidad que existe desde hace 60 años), que ha celebrado su 23ª asamblea plenaria en Roma del 5 al 9 de mayo, con la asistencia de más de 900 superioras llegadas de 75 países.

En este encuentro fue elegida una nueva presidenta para este organismo: se trata de Oonagh O'Shea, Superiora General de las Religiosas de Notre Dame de Sion, congregación fundada en el siglo XIX por Alfonso María Ratisbona (judío que luego fue sacerdote católico) para la evangelización y relación con entornos judíos. En la elección participaron 45 religiosas delegadas por las distintas secciones (constelaciones) de la UISG. 

Los Ratisbona y la Congregación de Sión

Oonagh O'Shea es una australiana nacida en 1946 de padres irlandeses. En su juventud fue maestra de primaria en escuelas católicas y participó en la Juventud Obrera Cristiana. Con 22 años entró en las Religiosas de Notre Dame de Sion. Enseñó durante cuatro años en una escuela parroquial, realizó estudios de Teología, Política e Historia Económica y se formó durante un año en Israel. Trabajó en temas de ecumenismo, Justicia y Paz y con personas sin hogar.

En 1990, junto con otra hermana australiana, puso en marcha en Filipinas una misión de su congregación, donde vivió dos décadas años en una zona rural y pobre. Impulsó allí una ONG de ayuda a las mujeres rurales pobres y participó en las Misioneras Rurales de Filipinas.

Elegida como Superiora General en 2010, regresó a Filipinas al concluir su primer mandato en 2017. Fue reelegida en 2022 y actualmente está cumpliendo su segundo mandato, que finalizará en julio de 2028.

En el contexto del Jubileo de la Esperanza, declaró: "Es la esperanza que nos permite seguir sirviendo con creatividad y audacia, en un mundo herido y en cambio. Es esta esperanza la que nos hace mujeres en camino, capaces de custodiar y generar vida donde todo parece apagado". 



Superioras de distintas congregaciones de la UISG en su congreso con motivo del Jubileo en Roma en 2025uisg

Crean una fundación para religiosas ancianas

La asamblea de la UISG también lanzó oficialmente The Anna Trust, una fundación para apoyar a las religiosas más ancianas y de entornos vulnerables.

También se presentó el plan estratégico 2025-2031 de la UISG, concebido como una “caja de herramientas” para "promover una cultura sinodal" en las congregaciones femeninas.

Otros cargos que se han decidido son el de vicepresidenta para la argentina Graciela Francovig, que es superiora general de las Hijas de Jesús, y la presencia en el consejo directivo de Priscila Latela (superiora de las misioneras claretianas) y Rita Calvo (superiora de la Compañía de María, de Tordesillas, Valladolid).  


Las religiosas de la UISG fueron a cruzar la Puerta Santa en San Pedro del Vaticano para ganar el jubileo en el último día de su encuentro... y esa tarde fue elegido el nuevo Papa (ver vídeo).

Ocho de las exclarisas acudieron al juicio para hablar con la prensa, decir que ellas son las católicas y, el resto, una Iglesia Conciliar

La Justicia aplaza el desahucio de las ex monjas de Belorado hasta el próximo 3 de octubre

Donativos mensuales: la clave de la sostenibilidad de nuestras organizaciones sin ánimo de lucro

Gaby Jácoba y el padre Borre hablan del encanto de Carlo Acutis en MundoCatolicoTV

Gaby Jácoba y el P. Borre (Kit de Santidad) cuentan cómo les cautivó Carlo Acutis

León XIV recibió el 2 de septiembre al cardenal Stephen Chow, obispo de Hong Kong, una iglesia cada vez más sometida al poder central de Pekín.

León XIV mantiene la línea Francisco-Parolin en sus primeras decisiones y nombramientos en China

REDMADRE atendió a 64.000 mujeres en 2024: ocho de cada diez continuaron adelante con su embarazo


Fuente: Religión en Libertas



jueves, 11 de septiembre de 2025

Santo Evangelo 11 de septiembre 2025



 Texto del Evangelio (Lc 6,27-38):

 En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Yo os digo a los que me escucháis: Amad a vuestros enemigos, haced bien a los que os odien, bendecid a los que os maldigan, rogad por los que os difamen. Al que te hiera en una mejilla, preséntale también la otra; y al que te quite el manto, no le niegues la túnica. A todo el que te pida, da, y al que tome lo tuyo, no se lo reclames. Y lo que queráis que os hagan los hombres, hacédselo vosotros igualmente. Si amáis a los que os aman, ¿qué mérito tenéis? Pues también los pecadores aman a los que les aman. Si hacéis bien a los que os lo hacen a vosotros, ¿qué mérito tenéis? ¡También los pecadores hacen otro tanto! Si prestáis a aquellos de quienes esperáis recibir, ¿qué mérito tenéis? También los pecadores prestan a los pecadores para recibir lo correspondiente. Más bien, amad a vuestros enemigos; haced el bien, y prestad sin esperar nada a cambio; y vuestra recompensa será grande, y seréis hijos del Altísimo, porque Él es bueno con los ingratos y los perversos.

»Sed compasivos, como vuestro Padre es compasivo. No juzguéis y no seréis juzgados, no condenéis y no seréis condenados; perdonad y seréis perdonados. Dad y se os dará; una medida buena, apretada, remecida, rebosante pondrán en vuestro regazo. Porque con la medida con que midáis se os medirá».



«Sed compasivos, como vuestro Padre es compasivo»


Rev. D. Jaume AYMAR i Ragolta

(Badalona, Barcelona, España)

Hoy, en el Evangelio, el Señor nos pide por dos veces que amemos a los enemigos. Y seguidamente da tres concreciones positivas de este mandato: haced bien a los que os odien, bendecid a los que os maldigan, rogad por los que os difamen. Es un mandato que parece difícil de cumplir: ¿cómo podemos amar a quienes no nos aman? Es más, ¿cómo podemos amar a quienes sabemos cierto que nos quieren mal? Llegar a amar de este modo es un don de Dios, pero es preciso que estemos abiertos a él. Bien mirado, amar a los enemigos es lo más sabio humanamente hablando: el enemigo amado se verá desarmado; amarlo puede ser la condición de posibilidad para que deje de ser enemigo. En la misma línea, Jesús continúa diciendo: «Al que te hiera en una mejilla, preséntale también la otra» (Lc 6,29). Podría parecer un exceso de mansedumbre. Ahora bien, ¿qué hizo Jesús al ser abofeteado en su pasión? Ciertamente no contraatacó, pero respondió con una firmeza tal, llena de caridad, que debió hacer reflexionar a aquel siervo airado: «Si he hablado mal, di en qué, pero si he hablado como es debido, ¿por qué me pegas?» (Jn 18,22-23).

En todas las religiones hay una máxima de oro: «No hagas a nadie lo que no quieres que te hagan a ti». Jesús es el único que la formula en positivo: «Lo que queráis que os hagan los hombres, hacédselo vosotros igualmente» (Lc 6,31). Esta regla de oro es el fundamento de toda la moral. Comentando este versículo, nos alecciona san Juan Crisóstomo: «Todavía hay más, porque Jesús no dijo únicamente: ‘desead todo bien para los demás’, sino ‘haced el bien a los demás’»; por eso, la máxima de oro propuesta por Jesús no se puede quedar en un mero deseo, sino que debe traducirse en obras.