viernes, 28 de febrero de 2025

Santo Evangelio 28 de Febrero 2025

 


Texto del Evangelio (Mc 10,1-12):

 En aquel tiempo, Jesús, levantándose de allí, va a la región de Judea, y al otro lado del Jordán, y de nuevo vino la gente donde Él y, como acostumbraba, les enseñaba. Se acercaron unos fariseos que, para ponerle a prueba, preguntaban: «¿Puede el marido repudiar a la mujer?». Él les respondió: «¿Qué os prescribió Moisés?». Ellos le dijeron: «Moisés permitió escribir el acta de divorcio y repudiarla». Jesús les dijo: «Teniendo en cuenta la dureza de vuestro corazón escribió para vosotros este precepto. Pero desde el comienzo de la creación, El los hizo varón y hembra. Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre, y los dos se harán una sola carne. De manera que ya no son dos, sino una sola carne. Pues bien, lo que Dios unió, no lo separe el hombre».

Y ya en casa, los discípulos le volvían a preguntar sobre esto. Él les dijo: «Quien repudie a su mujer y se case con otra, comete adulterio contra aquélla; y si ella repudia a su marido y se casa con otro, comete adulterio».

Texto del Evangelio (Mc 10,1-12):

 En aquel tiempo, Jesús, levantándose de allí, va a la región de Judea, y al otro lado del Jordán, y de nuevo vino la gente donde Él y, como acostumbraba, les enseñaba. Se acercaron unos fariseos que, para ponerle a prueba, preguntaban: «¿Puede el marido repudiar a la mujer?». Él les respondió: «¿Qué os prescribió Moisés?». Ellos le dijeron: «Moisés permitió escribir el acta de divorcio y repudiarla». Jesús les dijo: «Teniendo en cuenta la dureza de vuestro corazón escribió para vosotros este precepto. Pero desde el comienzo de la creación, El los hizo varón y hembra. Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre, y los dos se harán una sola carne. De manera que ya no son dos, sino una sola carne. Pues bien, lo que Dios unió, no lo separe el hombre».

Y ya en casa, los discípulos le volvían a preguntar sobre esto. Él les dijo: «Quien repudie a su mujer y se case con otra, comete adulterio contra aquélla; y si ella repudia a su marido y se casa con otro, comete adulterio».



«Como acostumbraba, les enseñaba»


Rev. D. Miquel VENQUE i To

(Solsona, Lleida, España)

Hoy, Señor, quisiera hacer un rato de oración para agradecerte tu enseñanza. Tú enseñabas con autoridad y lo hacías siempre que te dejábamos, aprovechabas todas las ocasiones: ¡claro!, lo entiendo, Señor, tu misión básica era transmitir la Palabra del Padre. Y lo hiciste.

—Hoy, “colgado” en Internet te digo: Háblame, que quiero hacer un rato de oración como fiel discípulo. Primero, quisiera pedirte capacidad para aprender lo que enseñas y, segundo, saber enseñarlo. Reconozco que es muy fácil caer en el error de hacerte decir cosas que Tú no has dicho y, con osadía malévola, intento que Tú digas aquello que a mí me gusta. Reconozco que quizá soy más duro de corazón que aquellos oyentes.

—Yo conozco tu Evangelio, el Magisterio de la Iglesia, el Catecismo, y recuerdo aquellas palabras del Papa san Juan Pablo II en la Carta a las Familias: «El proyecto del utilitarismo asentado en una libertad orientada según el sentido individualista, es decir, una libertad vacía de responsabilidad, es el constitutivo de la antítesis del amor». Señor, rompe mi corazón deseoso de felicidad utilitarista y hazme entrar dentro de tu verdad divina, que tanto necesito.

—En este lugar de mirada, como desde la cima de la cordillera, comprendo que Tú digas que el amor matrimonial es definitivo, que el adulterio —además de ser pecado como toda ofensa grave hecha a ti, que eres el Señor de la Vida y del Amor— es un camino errado hacia la felicidad: «Quien repudie a su mujer y se case con otra, comete adulterio contra aquélla» (Mc 10,11).

—Recuerdo a un joven que decía: «Padre, el pecado promete mucho, no da nada y lo roba todo». Que te entienda, buen Jesús, y que lo sepa explicar: Aquello que Tú has unido, el hombre no lo puede separar (cf. Mc 10,9). Fuera de aquí, fuera de tus caminos, no encontraré la auténtica felicidad. ¡Jesús, enséñame de nuevo!


«Como acostumbraba, les enseñaba»


Rev. D. Miquel VENQUE i To

(Solsona, Lleida, España)

Hoy, Señor, quisiera hacer un rato de oración para agradecerte tu enseñanza. Tú enseñabas con autoridad y lo hacías siempre que te dejábamos, aprovechabas todas las ocasiones: ¡claro!, lo entiendo, Señor, tu misión básica era transmitir la Palabra del Padre. Y lo hiciste.

—Hoy, “colgado” en Internet te digo: Háblame, que quiero hacer un rato de oración como fiel discípulo. Primero, quisiera pedirte capacidad para aprender lo que enseñas y, segundo, saber enseñarlo. Reconozco que es muy fácil caer en el error de hacerte decir cosas que Tú no has dicho y, con osadía malévola, intento que Tú digas aquello que a mí me gusta. Reconozco que quizá soy más duro de corazón que aquellos oyentes.

—Yo conozco tu Evangelio, el Magisterio de la Iglesia, el Catecismo, y recuerdo aquellas palabras del Papa san Juan Pablo II en la Carta a las Familias: «El proyecto del utilitarismo asentado en una libertad orientada según el sentido individualista, es decir, una libertad vacía de responsabilidad, es el constitutivo de la antítesis del amor». Señor, rompe mi corazón deseoso de felicidad utilitarista y hazme entrar dentro de tu verdad divina, que tanto necesito.

—En este lugar de mirada, como desde la cima de la cordillera, comprendo que Tú digas que el amor matrimonial es definitivo, que el adulterio —además de ser pecado como toda ofensa grave hecha a ti, que eres el Señor de la Vida y del Amor— es un camino errado hacia la felicidad: «Quien repudie a su mujer y se case con otra, comete adulterio contra aquélla» (Mc 10,11).

—Recuerdo a un joven que decía: «Padre, el pecado promete mucho, no da nada y lo roba todo». Que te entienda, buen Jesús, y que lo sepa explicar: Aquello que Tú has unido, el hombre no lo puede separar (cf. Mc 10,9). Fuera de aquí, fuera de tus caminos, no encontraré la auténtica felicidad. ¡Jesús, enséñame de nuevo!


30 años de «Evangelium Vitae»: ¿cuándo los médicos pueden hablar de fe con los pacientes?



 30 años de «Evangelium Vitae»: ¿cuándo los médicos pueden hablar de fe con los pacientes?

Una doctora acompaña a una paciente mayor

Una doctora acompaña a una paciente mayor... ¿cuándo puede el médico dar el paso a hablar de lo espiritual?PikiSuperstar en Freepik

¿Tiene sentido sentarse a reflexionar sobre Evangelium Vitae, el gran documento sobre vida y bioética que publicó hace 30 años San Juan Pablo II? En un contexto social en el que todo ha cambiado tanto, ¿pueden ser vigentes sus enseñanzas? Estas son las preguntas que planteaba el doctor Rafael del Río Villegas en la mesa redonda “Reflexiones médicas sobre el cuidado y la dignidad del paciente” que tuvo lugar la semana pasada en la Universidad CEU San Pablo de Madrid en el ámbito del VIII Congreso de Bioética, organizado anualmente por el Instituto CEU de Humanidades Ángel Ayala.

Los ponentes abordaron la relación entre el cuidado de la salud y la dimensión espiritual de los pacientes y ofrecieron una profunda reflexión sobre la vocación médica y los dilemas a los que se enfrenta un médico hoy a pie de consulta. Inspirados en la encíclica Evangelium Vitae de San Juan Pablo II, compartieron su experiencia y testimonio. 

"Doctor, ¿no hay nada más?"

El doctor Joaquín de Ojeda, neurólogo y responsable del área de Epilepsia en el Hospital Universitario Infanta Sofía, destacó la importancia de integrar la espiritualidad en la práctica médica.

“Esta encíclica me ha ayudado a reflexionar sobre mi vocación y a verla como un don”, afirma. Ojeda considera que los médicos tienen el deber de procurar el bienestar integral de los pacientes, lo que incluye hablar con ellos sobre cuestiones fundamentales de la vida. En su consulta, ha vivido momentos donde la medicina no puede ofrecer más tratamientos y el paciente pregunta: "Doctor, ¿no hay nada más?". En ese punto, propone abrir la conversación a temas más profundos.

“Es como si se abriera una ventana y entrara luz en la consulta”, explica. Para él, hablar del sentido del sufrimiento o, si el paciente es cristiano, de la cruz de Cristo, puede transformar completamente su actitud ante la enfermedad. “En Estados Unidos, la espiritualidad (que no es solo la religión) está muy desarrollada como herramienta clínica, no tienen miedo a entrar en el plano personal. En Europa muchos piensan que eso sería no respetar la intimidad de la persona. Yo creo que es deber del médico que el paciente esté lo mejor posible, y eso incluye hablar con ellos de cuestiones fundamentales. Probablemente Europa cambiará y empezarán a incorporarse todas estas cuestiones”, sostiene.  


Joaquín de Ojeda, Pablo Barreiro, José Álvarez Avelló y Luisa González en el VIII Congreso de Bioética Ángel Ayala

J


Salir del bucle del sufrimiento

El doctor Pablo Barreiro, especialista en Medicina Interna del Hospital Universitario La Paz y co-director del Máster de Bioética de la UNIR, destaca que Evangelium Vitae le ha recordado una verdad profunda: la vida humana es un bien en sí mismo.

Desde su experiencia, el sufrimiento introduce al ser humano en un bucle de insatisfacción que lo confronta con la necesidad de trascender. 

“No se resuelve todo con ansiolíticos y antidepresivos”, advierte. Considera esencial enseñar a los pacientes a aceptar el sufrimiento y encontrar un sentido en él, a través de conversaciones profundas que permitan abordar su dimensión trascendental.

El valor del cuidado en la última etapa

El doctor José Álvarez Avelló, codirector del Departamento de Anestesiología y Cuidados Intensivos en la Clínica Universitaria de Navarra, asegura que vivimos un intento de cambio radical de paradigma: “Antes la compasión se entendía como esfuerzo para tratar el sufrimiento, como acompañamiento y cuidados, hoy en cambio se impone la idea de que la respuesta más compasiva hacia la respuesta que sufre es terminar con su propia vida, con unas consecuencias insospechadas”, asegura, y señala que Juan Pablo II en la Evangelium Vitae ya alertaba sobre la normalización de la eliminación de la vida más frágil, algo que hoy es una realidad. 

Desde su experiencia, ha observado que el deseo de adelantar la muerte suele ser un grito de auxilio y no una verdadera decisión irreversible: “Detrás de las peticiones y deseos de adelantar la muerte: lejos de ser una decisión firme y definitiva, no suele ser más que un grito de ayuda. Porque expresa desesperación, miedo a lo desconocido, sufrimiento no aliviado. No expresa casi nunca deseo real de morir. Este estado está descrito como un “proceso reactivo” a un cuadro extremo, y suele unirse a una depresión”. 

La ley española de eutanasia es un reflejo de la mentalidad social, que arrastra y educa a la sociedad por este camino: “La sensación de ser una carga para los demás nos lleva a cuestionarnos la necesidad de la existencia”, explica. 

Y recuerda el caso de un paciente de casi 90 años que, agotado, expresó su deseo de morir. Al descubrir que llevaba cinco días sin dormir por el dolor, el doctor le prometió: “Hoy le aseguro que va a dormir”. Con la medicina adecuada, después de dormir, la percepción del paciente cambió. “Cuando se brinda una atención adecuada y se alivian los dolores físicos, el deseo de la muerte se atenúa y comienza a desaparecer”, afirma.  El médico no sólo debe curar, sino también acompañar y aliviar el sufrimiento, recordó. “Las leyes pro-eutanasia insisten cada vez más en el beneficio de ahorro económico que conlleva la eutanasia y eso es terrible- sostiene- corremos el riesgo de transformar el deber de curar en la obligación de eliminar. Si apostamos por una cultura de la vida debemos invertir en leyes de dependencia, de paliativos, de acompañamiento espiritual y personal. Debemos decidir entre cumplir con una ley que desnaturaliza nuestra profesión o cumplir con el compromiso ético y deontológico del médico, que es cuidar y acompañar”, explica.


El arzobispo de Burgos, Mario Iceta en la Fundación Ángel Ayala



La ética del cuidado

La doctora Luisa González, anestesióloga y vicepresidenta del Consejo de Médicos de Madrid, afirma que es necesario luchar contra la mercantilización y deshumanización de la práctica clínica y propone actualizar la buena noticia de la vida desde el concepto del cuidado. Considera que la naturaleza humana se expresa a través del cuerpo y que el reconocimiento del otro lleva a protegerlo: “El cuidado es una conducta moral con principios, valores y virtudes. Es acción, y si se omite, se está descuidando a la persona”, explica. 

“Hoy en día la ciencia se desentiende de la conciencia. Pero si el hombre desatiende al hombre puede llegar a construir la banalidad del mal, basada en un pensamiento colectivo por encima del individuo y que desprecia lo real”. La Dra. González subraya la importancia de salir del entorno tecnológico para mirar al paciente a los ojos, sin pantallas de por medio, y prestar atención al lenguaje del cuerpo.

Los testimonios de los diversos ponentes pusieron de manifiesto la necesidad de que la medicina trascienda lo meramente clínico para abordar al paciente en su totalidad, y que la espiritualidad, lejos de ser un ámbito ajeno, puede convertirse en una herramienta poderosa para iluminar la consulta, aliviar el sufrimiento y ofrecer una visión renovada de la vida, aún en los momentos más difíciles.

Fuente: Religión en Libertad

jueves, 27 de febrero de 2025

Santo Evangelio 27 de Febrero 2025

 


Texto del Evangelio (Mc 9,41-50):

 En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Todo aquel que os dé de beber un vaso de agua por el hecho de que sois de Cristo, os aseguro que no perderá su recompensa. Y al que escandalice a uno de estos pequeños que creen, mejor le es que le pongan al cuello una de esas piedras de molino que mueven los asnos y que le echen al mar. Y si tu mano te es ocasión de pecado, córtatela. Más vale que entres manco en la Vida que, con las dos manos, ir a la gehenna, al fuego que no se apaga. Y si tu pie te es ocasión de pecado, córtatelo. Más vale que entres cojo en la Vida que, con los dos pies, ser arrojado a la gehenna. Y si tu ojo te es ocasión de pecado, sácatelo. Más vale que entres con un solo ojo en el Reino de Dios que, con los dos ojos, ser arrojado a la gehenna, donde su gusano no muere y el fuego no se apaga; pues todos han de ser salados con fuego. Buena es la sal; mas si la sal se vuelve insípida, ¿con qué la sazonaréis? Tened sal en vosotros y tened paz unos con otros».



«Todo aquel que os dé de beber un vaso de agua por el hecho de que sois de Cristo, os aseguro que no perderá su recompensa»


Rev. D. Xavier PARÉS i Saltor

(La Seu d'Urgell, Lleida, España)

Hoy, el Evangelio proclamado se hace un poco difícil de entender debido a la dureza de las palabras de Jesús: «Si tu mano te es ocasión de pecado, córtatela (...). Si tu ojo te es ocasión de pecado, sácatelo» (Mc 9,43.47). Es que Jesús es muy exigente con aquellos que somos sus seguidores. Sencillamente, Jesús nos quiere decir que hemos de saber renunciar a las cosas que nos hacen daño, aunque sean cosas que nos gusten mucho, pero que pueden ser motivo de pecado y de vicio. San Gregorio dejará escrito «que no hemos de desear las cosas que sólo satisfacen las necesidades materiales y pecaminosas». Jesús exige radicalidad. En otro lugar del Evangelio también dice: «El que quiera ganar la vida, la perderá, pero el que la pierda por Mí, la ganará» (Mt 10,39).

Por otro lado, esta exigencia de Jesús quiere ser una exigencia de amor y de crecimiento. No quedaremos sin su recompensa. Lo que dará sentido a nuestras cosas ha de ser siempre el amor: hemos de llegar a saber dar un vaso de agua a quien lo necesita, y no por ningún interés personal, sino por amor. Tenemos que descubrir a Jesucristo en los más necesitados y pobres. Jesús sólo denuncia severamente y condena a los que hacen el mal y escandalizan, a los que alejan a los más pequeños del bien y de la gracia de Dios.

Finalmente, todos hemos de pasar la prueba de fuego. Es el fuego de la caridad y del amor que nos purifica de nuestros pecados, para poder ser la sal que da el buen gusto del amor, del servicio y de la caridad. En la oración y en la Eucaristía es donde los cristianos encontramos la fuerza de la fe y del buen gusto de la sal de Cristo. ¡No quedaremos sin recompensa!

Espinosa de los Monteros: «Es más importante que los esposos se amen, a que quieran a los hijos»

 



 Espinosa de los Monteros: «Es más importante que los esposos se amen, a que quieran a los hijos»

Espinosa de los Monteros

ReligiónEnLibertad charla con él sobre su libro El anillo es para siempre (Campomanes Editores).

Ángel Espinosa de los Monteros es sacerdote de los Legionario de Cristo. Nació  en México en 1966 y acaba de cumplir 30 años de sacerdocio. Ha trabajado como orientador juvenil y después como orientador familiar en países como México, Colombia, Italia y Francia.

El Padre Ángel ha impartido más de 2000 conferencias sobre matrimonio, valores familiares y espiritualidad por todo el mundo. Sus charlas en Internet tienen millones de visitas y se ha convertido en uno de los conferencistas católicos de habla hispana más popular. Algunos de sus consejos, incluso chistes, son auténticos fenómenos virales.

ReligiónEnLibertad charla con él sobre su libro El anillo es para siempre (Campomanes Editores). "El anillo de matrimonio es una pieza especial. Significa el más importante de los elementos de nuestra vida". El Padre Ángel se pregunta: ¿Cómo puede un objeto tan pequeño, el anillo, significar algo tan grande? En estas páginas, nos ofrece la respuesta.

Puedes comprar 'El anillo es para siempre' en este enlace.

Con un acercamiento sencillamente profundo al significado del compromiso matrimonial en el día a día, y echando mano de los elementos visibles del anillo, el Padre Ángel nos presenta la profundidad del plan de Dios para el matrimonio. Nos lleva de la risa al llanto en la misma página de una manera que solo él puede hacer, para recordarnos que, así como el matrimonio, el anillo es para siempre.

-¿Por qué decidió escribir este libro?

-Di una homilía en la celebración de un matrimonio, y gustó tanto que me pidieron que hiciera una conferencia de una hora. La di, y tuve que repetirla quizá 350 veces en la república mexicana, Chile y EE.UU.

-¿A qué público va dirigido?

-Cualquier adulto de 18 años en adelante. Novios, preparación al matrimonio y casados de todas las edades.

-¿Qué se va a encontrar el lector?

-Es tan sencillo que creo que a todos les gustará. Es una comparación entre el anillo de matrimonio y el matrimonio mismo. 



'El anillo es para siempre', de Espinosa de los Monteros.

-¿Cuál cree que es la verdadera clave del matrimonio?

-Primero, una verdadera preparación. Muchos, no sé si la mayoría de los novios llegan al matrimonio sin tener gran idea de lo que significa para siempre, de lo que es un matrimonio, y de lo que significa vivir y casarse en Cristo, "en el Señor".

-¿Qué pensaba del matrimonio cuando era pequeño y veía a sus padres?

-Mi papá eran 8 hermanos, mi mamá 10, nosotros somos 6. Tengo 56 primos. Familia numerosa y preciosa con los problemas de todos, pero gracias a Dios todos muy practicantes. Pensaba que el matrimonio y la familia eran lo más grande. El mejor esquema que Dios podía haber inventado para una persona. Es maravilloso vivir en familia, a pesar de las pocas o muchas desavenencias que haya.

-Dice CS Lewis, en Los cuatro amores, que el matrimonio es un "contrato" porque está hecho para no romperse cuando se desea romper… ¿El matrimonio ofrece sus mejores efectos cuando permaneces aunque te quieras ir?

-Totalmente de acuerdo. Todos podemos pasar por malos momentos. El hecho de que sea un contrato nos detiene por lo menos a pensar las cosas con mayor profundidad, responsabilidad y sinceridad.

-Lewis, en otro momento, habla de la pareja, como dos personas que se miran el uno al otro, a diferencia de los amigos que miran juntos al horizonte… ¿Qué papel juega Dios para conseguir sostenerse la mirada "hasta que la muerte los separe"?

-Dios es fundamental en la relación. Es fácil decir "perdona un adulterio", "perdona familia política", "olvida ofensas del cónyuge"… pero, sin Dios es casi imposible. Es verdad que hasta los ateos pueden perdonar, dependiendo de su carácter, etc. pero ante las verdaderas dificultades, Dios es amor, perdón, misericordia, fortaleza, sabiduría…

-¿Cree que debería haber menos matrimonios católicos de los que hay? ¿Se casan personas que no conocen bien en qué consiste el sacramento?

-Así es. Hay muchísimo matrimonio que se podría considerar nulo. No se "casaron en el Señor" como dice San Pablo. Hicieron un teatro por quedar bien con familia y sociedad.

-En un matrimonio, ¿cada cónyuge tiene el 50% de las culpas o el 100%?...

-Creo que los dos tienen el 100%, pues al prometer en la salud y en la enfermedad, en las buenas y en las malas, se asume que si uno de los dos pasa por momentos emocionales complicados, problemas de salud, psicológicos… y no está al 100, como se suele decir, el otro debería suplir. Así mismo, cuando se rompe un matrimonio, no se puede decir que era 50% y 50%. Hay personas que pusieron el 80 y la otra el 20. Qué responsabilidad…

-¿Se debe discutir delante de los hijos?

-Es pésimo. A menos que se discuta de temas no graves ni íntimos y se haga con absoluto respeto, educación, tonos, en definitiva cariño y amor. Pero las discusiones graves, desacuerdos, etc. que no deben escuchar por ningún motivo los hijos, hacen mucho mal, y más cuando se pasa la línea del respeto, la educación, etc.

-¿Cuáles son los problemas que más ve en los matrimonios de hoy en día?

-No haberse preparado. No saber qué es el matrimonio y sus exigencias. Materialismo. Hedonismo. Superficialidad, y quizá de lo peor, la falta de capacidad de sacrificio, compromiso, exigencia, perseverancia.

-¿Qué supone llevar puesta una alianza?

-Es muy hermoso el dar a conocer a todo el mundo que ya se tiene un compromiso. No estoy libre. No soy disponible. Tengo ya un compromiso libre, voluntario, expresado en público, con consecuencias como los hijos, la economía, los proyectos comunes… Como un sacerdote debe llevar un distintivo para que nadie pueda hacer ningún tipo de sugerencia, ofrecimiento, mal entendido… así, los casados, deben dejar bien claro que ya dedican su vida a una persona y una familia. No quiero estar en los zapatos de quien sabiendo que una persona ya tiene un cónyuge y una familia, se atreve a meterse y desde luego a importunar, molestar, provocar, en definitiva, romper, dividir y acabar con lo que fue todo un amor.

-¿Casarse y tener hijos es lo más contracultural?

-No creo. Creo que todavía hay mucha gente que quiere tiene hijos. Más bien creo que todavía es raro y de personas con profundas carencias en su formación, decidir no tener hijos. Al menos todavía se tiene uno. Probablemente en Europa sí hay más gente sin hijos. En África, Asia, países árabes, EEUU y Sudamérica, todavía se ven muchos niños.

»Hay otros problemas también gravísimos como son las familias monoparentales, madres solteras. Fruto, todo, igual, de falta de formación, de conciencia, desconocimiento del verdadero amor, migración y abandono de la pareja al inicio por necesidad de trabajo, luego por encontrar otra pareja… la revolución sexual mundial del 68 hizo estragos. Cada quien puede hacer lo que le da la gana.

-¿Nos puede dar tres consejos cotidianos para mejorar la relación en el matrimonio?

-Uno: mucho diálogo, sabiendo ceder y con prudencia. Implica saber escuchar. Dos: cariño, con todas sus manifestaciones: palabras, gestos, caricias… Tres: oración. Familia que reza unida permanece unida. Aunque no recen juntos. Cada quien por su lado y en sus momentos. Pero todos rezamos. Misa juntos. Dios va sanando los corazones.



 -¿Algo más que quiera añadir?

-Es más importante que los esposos se quieran, a que los esposos quieran a sus hijos. A los hijos se les quiere gratis. Los hijos van a volar y quizá vivirán lejos de sus padres. Los esposos se quedarán solos. Deben dar siempre ejemplo a los hijos de un amor entrañable entre ellos. La mejor herencia que pueden dejar padres a hijos es el testimonio de un gran amor a Dios, y amor entre ellos. Así se transmiten las ganas de casarse. Es una horrible expresión: "¿Casarme? Para estar como mis padres? Olvídalo".

Fuente: Religión en Libertad

miércoles, 26 de febrero de 2025

Santo Evangelio 26 de Febrero 2025

 


Texto del Evangelio (Mc 9,38-40):

 En aquel tiempo, Juan dijo a Jesús: «Maestro, hemos visto a uno que expulsaba demonios en tu nombre y no viene con nosotros y tratamos de impedírselo porque no venía con nosotros». Pero Jesús dijo: «No se lo impidáis, pues no hay nadie que obre un milagro invocando mi nombre y que luego sea capaz de hablar mal de mí. Pues el que no está contra nosotros, está por nosotros».



«El que no está contra nosotros, está por nosotros»


Rev. D. David CODINA i Pérez

(Puigcerdà, Gerona, España)

Hoy escuchamos una recriminación al apóstol Juan, que ve a gente obrar el bien en el nombre de Cristo sin formar parte del grupo de sus discípulos: «Maestro, hemos visto a uno que expulsaba demonios en tu nombre y tratamos de impedírselo porque no viene con nosotros» (Mc 9,38). Jesús nos da la mirada adecuada que hemos de tener ante estas personas: acogerlas y ensanchar nuestras miras, con humildad respecto a nosotros mismos, compartiendo siempre un mismo nexo de comunión, una misma fe, una misma orientación, es decir, caminar juntos hacia la perfección del amor a Dios y al prójimo.

Esta manera de vivir nuestra vocación de “Iglesia” nos invita a revisar con paz y seriedad la coherencia con que vivimos esta apertura de Jesucristo. Mientras haya “otros” que nos “molesten” porque hacen lo mismo que nosotros, esto es un claro indicio de que todavía el amor de Cristo no nos impregna en toda su profundidad, y nos pedirá la “humildad” de aceptar que no agotamos “toda la sabiduría y el amor de Dios”. En definitiva, aceptar que somos aquellos que Cristo escoge para anunciar a todos cómo la humildad es el camino para acercarnos a Dios.

Jesús obró así desde su Encarnación, cuando nos acerca al máximo la majestad de Dios en la pequeñez de los pobres. Dice san Juan Crisóstomo: «Cristo no se contentó con padecer la cruz y la muerte, sino que quiso también hacerse pobre y peregrino, ir errante y desnudo, quiso ser arrojado en la cárcel y sufrir las debilidades, para lograr de ti la conversión». Si Cristo no dejó pasar oportunidad alguna para que vivamos el amor con los demás, tampoco dejemos pasar la ocasión de aceptar al que es diferente a nosotros en la manera de vivir su vocación a formar parte de la Iglesia, porque «el que no está contra nosotros, está por nosotros» (Mc 9,40).

La Iglesia en Corea crece mucho pero «se habla poco del pecado, de la muerte y de la vida eterna»

 


La Iglesia en Corea crece mucho pero «se habla poco del pecado, de la muerte y de la vida eterna»

El catolicismo es allí muy pujante, pero la sociedad sufre graves males de secularización.

Celebración de la misa en un hogar católico coreano.

Celebración de la misa en un hogar católico coreano.Captura Catholic Korea CPBC

La Iglesia crece con fuerza en Corea del Sur, pero se enfrenta al reto de una sociedad muy secularizada y decadente, caracterizada por el suicidio y la baja natalidad. Un reportaje de Federica Di Vito en el nº 247 (febrero de 2025) de Il Timone nos acerca a su emergente catolicismo.

Luces (y sombras) de Corea del Sur

Corea del Sur ha aparecido recientemente en muchos titulares de los medios de comunicación de todo el mundo. Desde la ley marcial, posteriormente retirada, del presidente Yoon Suk-yeol (que ahora está detenido y no lo está pasando nada bien) hasta la catástrofe aérea de Jeju Air (cuyo único dato cierto son las 179 víctimas), parece que es difícil dormir tranquilo. 

De hecho, si paramos en la capital, Seúl, tenemos realmente la impresión de estar en una ciudad que nunca duerme. Una metrópolis de diez millones de habitantes, que fácilmente se elevan a 25 si se incluye toda el área metropolitana. Al pasear por la ciudad, se alzan ante nosotros vertiginosos rascacielos, pero si doblamos la esquina, nos perdemos en los inmensos mercados tradicionales en busca de sabores y olores auténticos. 

Por la noche, nos sorprenderá el despliegue de cruces brillantes y coloridas: muestra del alto porcentaje de protestantes, que representan el 20% de los coreanos, frente al 11% de católicos.

Nación en alza

Corea del Sur ostenta el récord de dos de las tasas más infelices del mundo: la de suicidios y la de más baja fertilidad. Desde 2003, el país registra una de las tasas de suicidio más altas del mundo, con unas 36 personas que acaban con su vida cada día. Si para Italia hablamos de un invierno demográfico, para Corea del Sur es más apropiado hablar de una "extinción demográfica": según los datos publicados por Kostat, la agencia nacional de estadística, la tasa total de fecundidad cayó hasta 0,65 en el último trimestre de 2023. 

La unidad de medida de toda la sociedad parece ser la perfección. Tras años de aislamiento y atraso, aproximadamente desde la década de 1960 Corea del Sur ha emprendido una carrera incesante hacia la perfección y el éxito, convirtiéndose en uno de los países más avanzados del mundo. 

Sin embargo, este crecimiento repentino ha pagado un precio muy alto en términos humanos. De hecho, desde una edad temprana se transmiten e imponen normas muy estrictas en todos los ámbitos, empezando por el escolar. No es una fake news cuando leemos que los jóvenes renuncian a dormir para estudiar y que consumen su vida entre escuelas, bibliotecas y hagwon, las academias privadas a las que acuden los alumnos hasta las diez de la noche (para poder adelantar el temario y profundizar en las asignaturas). La ecuación es sencilla: en la sociedad, uno es juzgado por sus logros académicos, por lo que apostarlo todo en la preparación es esencial para ser "feliz", es decir, tener un buen trabajo para ganar mucho dinero. 

Todo esto produce también un ansia obsesiva de perfección en el plano físico. En Seúl, las cirugías estéticas alcanzan la cifra per cápita más alta del mundo. Solo hay que pensar que el regalo más popular de los padres a sus hijos, cuando estos cumplen 18 años, es la cirugía ocular, para eliminar la peculiar forma almendrada y parecerse a los gustos occidentales.

Auge de fieles

En este contexto, ¿qué papel desempeñó y desempeña hoy la Iglesia católica? En la historia contemporánea de Corea, la década de 1980 se abrió con el movimiento de democratización conocido como Gwangju. Desde el golpe militar encabezado por Chun Doo-hwan, al pueblo se le ha impuesto continuamente un gobierno dictatorial con régimen militar. Mientras el gobierno reprimía los movimientos antigubernamentales deteniendo y torturando a los disidentes, la Iglesia apoyaba directamente el movimiento de democratización enfrentándose a los dictadores. Durante este periodo de agitación social, la Iglesia católica ganó mucho reconocimiento y apoyo de la sociedad.

De los 23 nuevos sacerdotes ordenados en Seúl tres partirán directamente como misioneros a América Latina / Archidiócesis de Seúl

Corea, una potencia vocacional: Seúl ordena a 23 nuevos sacerdotes y envía ya a 3 a Hispanoamérica

En la década de 1980, la tasa de crecimiento anual de católicos fue del 7,54%, veinte veces superior a la de los años sesenta y setenta y muy superior a la de las iglesias protestantes u otras religiones. En 1989, había 2.610.000 católicos, es decir, el 6% de la población. "Muchas conversiones han sido políticas, pero la fe de la Iglesia coreana se basa en la sangre de los primeros mártires", nos dice el padre Fabiano Rebeggiani, originario de Roma pero ordenado y misionero en Seúl desde hace diez años: "Es interesante que en la Iglesia coreana coexistan siempre estas dos almas: la que procede de la raíz de los mártires y la que ha pasado por diversos acontecimientos políticos, desde el periodo colonial japonés, hasta la guerra civil y las dictaduras, es decir, el alma que más apunta a la justicia social".

Después del covid

Según el Informe Estadísticas de la Iglesia católica coreana 2023, publicado por la Conferencia Episcopal de Corea del Sur, la asistencia de fieles a la misa dominical alcanzó una media anual del 13,5%, lo que supone un aumento del 1,7% respecto a 2022. Sin embargo, en 2019, antes de que comenzara la pandemia, esa cifra era del 18,3%. 

Estadísticas de la Iglesia coreana.



Porcentaje de católicos coreanos que van a misa los domingos (azul) y que se confiesa en Cuaresma (rojo) y Adviento (negro punteado): cifras muy superiores a la mayor parte de los países occidentales. Los confinamientos gubernamentales de 2020 causaron una caída de casi el 50% que aún no se ha remontado.Conferencia Episcopal de Corea / Il Timone.

"El covid ha provocado un descenso drástico de la participación a la misa y los sacramentos", continúa el padre Fabiano, que tras haber sido párroco se dedica ahora a la pastoral juvenil, colaborando en particular en la organización de la JMJ que se celebrará en Seúl en 2027. "Vimos que la fe era muy superficial, a la primera dificultad la población asistente bajó un 30%. Sobre todo los jóvenes, una vez que se fueron, no volvieron nunca más. Por eso el arzobispo de Seúl ha luchado para que la JMJ se celebre aquí, porque siente la necesidad de estimular la pastoral juvenil". 

Los problemas que experimenta hoy la Iglesia coreana son, en cierta medida, corolario de las exigentes demandas de la sociedad. Normalmente, los que asisten asiduamente a misa tienen más de 50-60 años, pues representan el segmento de la población que ahora está fuera del sistema productivo del país. "Por ejemplo, durante la preparación del Suneung", el terrible "examen de bachillerato" en el que parece basarse toda la futura vida profesional de los jóvenes y durante el cual las obras en las ciudades paran y se suspenden el despegue y aterrizaje de los aviones para evitar distracciones, "a misa no viene nadie", nos cuenta el padre Fabiano.

Bautizo de adultos en Corea - en esta foto es un grupo de 60 refugiados norcoreanos en Seúl

Con conversos, la Iglesia en Corea ha crecido casi un 50% en veinte años, pero está bajando el ritmo

Temores de sacerdotes y obispos

"La Iglesia coreana está viva. El primer impacto que se tiene al entrar en una parroquia coreana es ver la misa de los días laborables generalmente llena de gente. La Sunday School [sistema heredado de la pastoral juvenil estadounidense dirigido a niños, adolescentes y jóvenes] está muy bien organizada", pero -observa el padre Fabiano haciendo una comparación con Occidente- "mientras que la sociedad occidental todavía tiene, a nivel cultural, residuos de valores cristianos, aquí la fe es joven y todavía superficial. El temor de sacerdotes y obispos es que ahora que la secularización empuja con fuerza también aquí, el declive podría ser rápido y fatal". Por eso, el arzobispo de Seúl, monseñor Peter Soon-taick Chung, quiere que los jóvenes sean protagonistas de la próxima JMJ, para hacer crecer su fe y convertirlos en piedras angulares de la Iglesia del futuro. 



Así se presenta la Iglesia coreana, en un vídeo de su conferencia episcopal.

Según el citado Informe de la Conferencia Episcopal de Corea del Sur, el número de nuevos bautizados fue de 51.307, lo que supone un aumento del 24% respecto al año anterior. Los bautizos se dividieron en tres tipos: recién nacidos (25%), adultos (67,3%) y moribundos (7,7%). 

"Me bauticé en segundo de bachillerato", cuenta Yunhee Kim, una chica de 35 años de Jeju pero residente en Seúl desde hace 15 años: "Mis tíos se acercaron al Camino Neocatecumenal de Jeju cuando yo era pequeña. Siempre que les visitaba me gustaba ir a la iglesia con ellos. Veía que ese ambiente era bueno. Luego entré en un instituto dirigido por los salesianos. En el segundo curso preguntaron a los alumnos si alguien deseaba hacerse católico y yo, recordando mi infancia, me di cuenta de que podía ser una oportunidad para mí". 

Emilio Mangano, misionero en Corea del Sur, que dejó Viterbo en 1994 con su mujer Annalisa Elisa y sus hijos, explica así el fenómeno de los bautizos en edad adulta: "Aunque las cosas han cambiado mucho desde el covid, lo que es bueno es que los católicos, por amistad, sigan invitando a los no católicos a venir a la Iglesia y bautizarse. Es un milagro que esto ocurra".

Se busca formación

Jacho Lee, seminarista coreano de 26 años, nos cuenta las reacciones ante su vocación: "En Corea todavía hay poca gente que conozca realmente el catolicismo. El desconocimiento, las diferencias de valores y la falta de puntos en común no permiten una comunicación fácil y hay que tener cuidado para no crear malentendidos. Por ejemplo, las generaciones adultas y jóvenes tienen percepciones diferentes sobre los seminaristas". 

De hecho, es fácil que las personas mayores muestren una especie de reverencia hacia los seminaristas y los sacerdotes, debido también a la filosofía confuciana, que sigue siendo muy influyente hoy en día y que incluía la división en clases y un complejo código de rituales: "La generación más joven, en cambio, no está muy interesada en los seminaristas y sacerdotes. Influidos en gran medida por el materialismo y la ciencia, en general ven a los católicos como un grupo silencioso que no impone nada a la sociedad y que al final no cuenta". 

Ciertamente no nos podemos ceñir sólo a los números; la mejor perspectiva para la Iglesia coreana es aceptar los retos del presente y volver a convertir en central la predicación del Evangelio, afirma además Emilio: "Hace unos años se hablaba de querer llegar al 20% de los católicos. ¡Si miramos las cifras, entonces es que Jesucristo ha fracasado! La presencia sobre el terreno es importante, pero lo son más la formación del clero y los temas de predicación: se habla poco del pecado, de la muerte y de la vida eterna. No hay formación sobre los problemas existenciales. Hay mucho trabajo que hacer al respecto, y con buenos resultados para el futuro, porque aquí la gente sigue yendo a la iglesia y está sedienta".

Fuente: Religión en libertad

martes, 25 de febrero de 2025

Santo Evangelio 25 de Febrero 2025

 


Texto del Evangelio (Mc 9,30-37):

 En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos iban caminando por Galilea, pero Él no quería que se supiera. Iba enseñando a sus discípulos. Les decía: «El Hijo del hombre será entregado en manos de los hombres; le matarán y a los tres días de haber muerto resucitará». Pero ellos no entendían lo que les decía y temían preguntarle.

Llegaron a Cafarnaúm, y una vez en casa, les preguntaba: «¿De qué discutíais por el camino?». Ellos callaron, pues por el camino habían discutido entre sí quién era el mayor. Entonces se sentó, llamó a los Doce, y les dijo: «Si uno quiere ser el primero, sea el último de todos y el servidor de todos». Y tomando un niño, le puso en medio de ellos, le estrechó entre sus brazos y les dijo: «El que reciba a un niño como éste en mi nombre, a mí me recibe; y el que me reciba a mí, no me recibe a mí sino a Aquel que me ha enviado».



«El Hijo del hombre será entregado»


Rev. D. Jordi PASCUAL i Bancells

(Salt, Girona, España)

Hoy, el Evangelio nos trae dos enseñanzas de Jesús, que están estrechamente ligadas una a otra. Por un lado, el Señor les anuncia que «le matarán y a los tres días de haber muerto resucitará» (Mc 9,31). Es la voluntad del Padre para Él: para esto ha venido al mundo; así quiere liberarnos de la esclavitud del pecado y de la muerte eterna; de esta manera Jesús nos hará hijos de Dios. La entrega del Señor hasta el extremo de dar su vida por nosotros muestra la infinidad del Amor de Dios: un Amor sin medida, un Amor al que no le importa abajarse hasta la locura y el escándalo de la Cruz.

Resulta aterrador escuchar la reacción de los Apóstoles, todavía demasiado ocupados en contemplarse a sí mismos y olvidándose de aprender del Maestro: «No entendían lo que les decía» (Mc 9,32), porque por el camino iban discutiendo quién de ellos sería el más grande, y, por si acaso les toca recibir, no se atreven a hacerle ninguna pregunta.

Con delicada paciencia, Jesús añade: hay que hacerse el último y servidor de todos. Hay que acoger al sencillo y pequeño, porque el Señor ha querido identificarse con él. Debemos acoger a Jesús en nuestra vida porque así estamos abriendo las puertas a Dios mismo. Es como un programa de vida para ir caminando.

Así lo explica con claridad el Santo Cura de Ars, Juan Bautista Mª Vianney: «Cada vez que podemos renunciar a nuestra voluntad para hacer la de los otros, siempre que ésta no vaya contra la ley de Dios, conseguimos grandes méritos, que sólo Dios conoce». Jesús enseña con sus palabras, pero sobre todo enseña con sus obras. Aquellos Apóstoles, en un principio duros para entender, después de la Cruz y de la Resurrección, seguirán las mismas huellas de su Señor y de su Dios. Y, acompañados de María Santísima, se harán cada vez más pequeños para que Jesús crezca en ellos y en el mundo.


«Ratzinger estaba convencido de que la Iglesia florecerá de nuevo cuando parezca todo perdido»

 


«Ratzinger estaba convencido de que la Iglesia florecerá de nuevo cuando parezca todo perdido»

La profesora Marcela Jiménez-Unquiles preside la Fundación Internacional Ratzinger.

Benedicto XVI bendice.

Benedicto XVI no disimuló la realidad sobre el progresivo empequeñecimiento de la Iglesia, pero con la convicción de su reflorecimiento.Vatican News.

Se han cumplido dos años del fallecimiento de Benedicto XVI, sin que haya decaído el interés por su obra teológica, ya célebre mucho antes de que pudiese sospechar los altos destinos que le aguardaban.

Marcela Jiménez-Unquiles, doctora en Derecho, licenciada en Ciencias Económicas y grado en Ciencias Religiosas, profesora en la Universidad a Distancia de Madrid, hizo su tesis doctoral en 2021 sobre El pensamiento de Joseph Ratzinger a la luz del Discurso de Ratisbona. Die Horizonte der Vernunft ausweiten [Ampliando los horizontes de la razón]. Y preside la Fundación Internacional Ratzinger.

Todos ellos, títulos suficientes para interrogarle sobre el 'estado de la cuestión' en torno a Joseph Ratzinger.

-Antes que nada, una aclaración: ¿en qué se diferencia la Fundación Internacional Ratzinger de la Fundación Ratzinger?

-La Fundación Vaticana Joseph Ratzinger-Benedicto XVI es una institución creada conforme a las normas del Código de Derecho Canónico y a la Ley Fundamental del Estado de la Ciudad del Vaticano. En cambio, la Fundación Internacional Ratzinger es una institución sin ánimo de lucro, constituida en España, de ámbito estatal y proyección internacional, tal y como se desprende de la composición de su Patronato y de sus propias actividades. 

-¿Cuándo nació la que usted preside?

-La Fundación Internacional Ratzinger (FIR) fue inscrita en el Registro de Fundaciones por Resolución de 9 de septiembre de 2024, de la Dirección General de Seguridad Jurídica y Fe Pública del Ministerio de Justicia. Por tanto, la gran diferencia entre ambas instituciones radica principalmente en su naturaleza, dado que la vaticana pertenece a la Iglesia y la FIR obedece a una iniciativa totalmente privada y seglar, lo que no es óbice para que algunos de los miembros de su Patronato y de su Consejo Asesor sean sacerdotes, obispos o cardenales de la Iglesia católica. 



Marcela Jiménez-Unquiles preside la Fundación Internacional Ratzinger.

-Entiendo que sí hay una coincidencia en los objetivos...

-Naturalmente las dos Fundaciones coinciden en sus intereses, vinculados siempre al pensamiento y a la obra del Papa teólogo, Joseph Ratzinger-Benedicto XVI. En este sentido, debo señalar que el próximo mes de marzo tendrá lugar la primera colaboración entre ambas instituciones, puesto que el Pontificio Ateneo Regina Apostolorum celebrará el congreso A 60 años del Concilio. Temas selectos sobre J. Ratzinger y el Vaticano II, con el patrocinio de las dos fundaciones.

-¿Por qué se puso en marcha esta fundación española?

-La historia comenzó durante los años en que trabajé en mi tesis doctoral sobre el pensamiento y la obra de Joseph Ratzinger. En un principio pensé que podría existir una fundación iberoamericana que aunara esfuerzos entre España y el resto de países que compartimos la misma lengua. En diversas ocasiones he mencionado que este proyecto lo guardé en mi corazón y lo medité en silencio durante mucho tiempo. La verdad es que no salió a la luz hasta después de la defensa de mi tesis, y tras recibir una carta del entonces Papa emérito Benedicto XVI. 

»Fue entonces cuando compartí la idea con el doctor Alejandro Sada de la Universidad Panamericana (Ciudad de México). Ahí comenzó a gestarse el nacimiento de esta nueva Fundación, cuya razón de ser, como se indica en sus propios estatutos, no es otra que preservar y promover el legado intelectual y espiritual de Joseph Ratzinger, así como la difusión de su pensamiento y obra a través del estudio, la investigación, la docencia y cualquier otro medio que permita la conexión del ámbito académico nacional e internacional con los diversos contextos culturales, sociales, políticos, económicos y religiosos del mundo.

»Nuestra institución cuenta con patronos procedentes de Estados Unidos, Venezuela, Brasil y México, en donde precisamente celebramos en 2024 el Primer Congreso Internacional 'Cooperatores veritatis', organizado por la Universidad Panamericana de Ciudad de México en colaboración con la Fundación Internacional Ratzinger.

-Mencionó una carta de Benedicto XVI. ¿Cómo fue esa relación personal? 

-La carta del Papa emérito Benedicto XVI me interpelaba personalmente. En ella, además de agradecer y valorar mi tesis sobre su pensamiento y obra, me encomendaba ayudar a mis alumnos a encontrar y cultivar la amistad con Jesucristo. El Papa Ratzinger añadía: "Su amistad es incesante fuente de paz interior, incluso en los momentos más arduos, en las crisis más agudas y en las pruebas más dolorosas". En efecto, Cristo -decía el Papa- abre al hombre nuevos y amplios horizontes de esperanza, una esperanza que nunca defrauda.

-¿Qué papel representaría el pensamiento de Ratzinger en una estrategia católica de revitalización de la Iglesia en España?

-Con respecto a señalar una estrategia de fortalecimiento de la Iglesia en España, he de indicar que, por un lado, la FIR cuenta con la acción de personas que proceden del ámbito público y que apoyan nuestros fines y actividades; y, por otro, dado el perfil académico de la FIR, realizaremos actividades que permitirán difundir la propuesta intelectual del teólogo alemán. 

-¿Cuál es esa propuesta?

-A partir de una razón abierta y ampliada, dar paso a una nueva Ilustración que penetre en la vasta llanura de la verdad -según la bella expresión platónica-, más allá de la mera demostración empírica. Las instituciones universitarias están invitadas a crear y fomentar una nueva presencia cultural, a fin de convertirse en genuinas comunidades que se dediquen a buscar incansablemente la verdad. 

-La de Ratzinger fue un alma esencialmente universitaria...

-Benedicto XVI hablaba de “laboratorios de cultura”, donde profesores y alumnos pudieran investigar cuestiones relevantes para la sociedad. Para ello es imprescindible la interdisciplinaridad, y sin duda, la valiosa colaboración de filósofos y teólogos. Ciertamente, si lo propio de la teología es poder interrogarse sobre la racionalidad de la fe, y este ha sido siempre un quehacer esencial para el cristianismo y la verdadera fuerza de convicción de la fe en Occidente, entonces -como decía Ratzinger- no podemos dar por supuesta la propia fe. 

»Es menester recordar que, para el teólogo bávaro, "la fe no es una resignación de la razón frente a los límites de nuestro conocimiento; no es una concesión a lo irracional a la vista de una razón meramente instrumental". Hoy la fe, como antaño, mantiene una intrínseca relación con la razón. 

»Recordemos que desde sus orígenes el cristianismo acertó plenamente al insertar el concepto Logos de origen griego en su mensaje evangélico (cf. Jn 1,1-18). Por tanto, la fe constituye un desafío natural para la razón. Así pues, en pleno siglo XXI, la mejor estrategia para abrazar la religión católica va más allá de presentar el cristianismo como simple moral o conjunto de dogmas. La existencia cristiana supone decisión. 

-Decisión, ¿en qué sentido?

-El futuro de la Iglesia está en manos -como vaticinó Ratzinger- de aquellos que verdaderamente viven en plenitud su fe y la hacen visible cuando depositan su esperanza en la vida más allá de la muerte; en el encuentro personal con Cristo crucificado y resucitado que no nos abandona en la irracionalidad, ni tampoco en el vacío o la soledad del Universo. 

»Ratzinger estaba convencido de que la Iglesia, a pesar de las crisis que aún tendrá que soportar, florecerá de nuevo cuando parezca que todo se ha perdido y que la crisis de fe ha propiciado una grave crisis de la existencia cristiana. Para ello la fe debe permanecer fiel a sí misma, sin rebajas y alejada de cualquier ideología. 

»La fe necesita el anuncio constante en cada momento de la historia, pues es luz que ilumina la forma de pensar y de vivir. Una buena estrategia es el anuncio sin ningún temor a la ciencia. No debemos olvidar que todos los hombres de todos los tiempos tienen necesidad de verdad, bien y belleza, y que el optimismo presentado por el cientificismo no salva, ni hace más justa a la sociedad. Para Ratzinger, el auténtico progreso nunca podrá contradecir la verdad de Dios.

-¿Hubo un "continuum" en el pensamiento teológico de Ratzinger? 

-Ciertamente, podemos hablar de un continuum tanto en su pensamiento como en la orientación fundamental de su existencia. Para quien fue un infatigable reivindicador de la verdad, las costumbres de la curia vaticana le eran totalmente desconocidas cuando en 1977 fue llamado a ser obispo de Múnich y Frisinga. Su vida hasta entonces había girado en torno a la docencia, a un mundo académico en el que había ingresado con éxito en 1959. 

Joseph Ratzinger mantuvo buena relación con teólogos como Karl Rahner (en la foto, a su derecha), aunque no siguió la deriva de varios de ellos hacia una clara heterodoxia.

Vaticano

Ratzinger, ¿de progresista a conservador? Es «un falso mito», sostiene Pablo Blanco, su biógrafo

»Es a raíz de asumir las nuevas responsabilidades pastorales cuando se difunden los rumores acerca del famoso pero infundado “giro copernicano”. El traslado a Roma parecía ser la causa de ese presunto cambio; y ahí se comienza a hablar de un Ratzinger progresista y un Ratzinger conservador identificado con el guardián de la fe. 

-Pero usted no cree que hubiese tal cambio...

-En su famosa conversación con su biógrafo Peter Seewald, publicada con el título La sal de la tierra, el entonces cardenal afirmaba que la decisión tomada por él de vivir para Dios, Cristo y la Iglesia jamás se vería alterada. Su sentido de fidelidad a lo esencial de su vocación y, por ende, a estar al servicio de la verdad, se mantuvo siempre firme. 

»No obstante, él mismo recordaba con palabras del cardenal Newman que "vivir es cambiar, y ha vivido mucho quien ha sido capaz de cambiar mucho". Personalmente, creo que quienes hablan de esos saltos puede que no conozcan en profundidad su obra o su pensamiento. Al margen de las posibles divisiones entre conservadores y progresistas, algo que es más propio del ámbito político, lo cierto es que Ratzinger percibió un cambio en quienes pocos años después del Concilio Vaticano II se apartaban de los textos conciliares porque de algún modo reflejaban la doctrina más tradicional. En Informe sobre la fe Ratzinger respondía con rotunda contundencia: "No soy yo el que ha cambiado, han cambiado ellos". 

»Así fue. A partir de 1973 hubo quien deliberadamente se alejó de los ricos textos aprobados en el Concilio. En el fondo, a base de falsas interpretaciones, se trataba simplemente de eludir la Tradición. Sin embargo, el teólogo Ratzinger siempre permaneció fiel al Vaticano II. Una buena parte de su legado teológico, en cuanto a la Iglesia se refiere, se encuentra en la "hermenéutica de la reforma" versus la "hermenéutica de la discontinuidad".

-¿Cuál es la aportación fundamental de Ratzinger a la teología?

-La teología de Ratzinger es una teología de corte personalista, una teología muy guardiniana en la que no deja de latir nunca la gran tradición platónico-agustiniana. Así pues, la obra de Ratzinger se inscribe, sobre todo, en esa línea de pensamiento que busca la apertura y el diálogo incluso con aquellas ideologías que rechazan la fe cristiana, como es el caso del ateísmo, el vago gnosticismo, el pluralismo religioso, el cientificismo, el pseudo humanismo, o bien, el mortífero relativismo. Porque la teología de Ratzinger es una teología que no renuncia al compromiso del cristianismo con la razón. 

»Para Ratzinger, la razón debe purificar a la religión y viceversa, de tal modo que las dos están obligadas a realizar un verdadero ejercicio de autocrítica. De ordinario, los escritos filosóficos, teológicos y pastorales del papa Ratzinger son la mayor prueba de su permanente esfuerzo por articular armónicamente razón y fe. En consonancia con las mejores aportaciones filosóficas y científicas del siglo XX, el trabajo teológico del pensador alemán tuvo como clave de bóveda una nueva articulación de fe y razón, de modo que la razón supere la estrechez positivista. Tanto su obra como la propia matriz de su pensamiento, nutrida de la cultura griega, la corriente agustiniana, franciscana, dialógica hebrea y personalista, alumbran una nueva noción de razón: la noción ratzingeriana de “razón abierta”. De ahí que Benedicto XVI sea conocido como el “Papa de la razón”.

-El discurso de Ratisbona fue un momento clave en el pontificado de Benedicto XVI, por su polémica repercusión mundial, inclusive violenta. ¿Cree que él pudo arrepentirse, no de lo que dijo, sino del momento y la ocasión?

-Mi tesis doctoral, precisamente, es una interpretación general del pensamiento filosófico y teológico de Joseph Ratzinger-Benedicto XVI a la luz de una racionalidad ampliada tal como se presenta en el discurso de Ratisbona. Dicho discurso fue pronunciado por el Papa profesor durante el encuentro con el mundo de la cultura en el Aula Magna de la Universidad de Ratisbona. Así, sin perder la objetividad, diré que se trata de un discurso perfectamente articulado, analítico, brillante e inteligente. Una lección magistral dotada de gran finura argumentativa, que refleja muy bien la síntesis de su pensamiento, resumida en una de las afirmaciones principales del Discurso: "No actuar según la razón [Katan lógon] es contrario a la naturaleza de Dios". 

»Inmediatamente se alzaron voces que acusaron a Benedicto XVI de una reorientación de la cuestión interreligiosa. Pero no debemos olvidar su magnífica labor, que al igual que la de su antecesor Juan Pablo II, trató siempre de dar continuidad a las declaraciones del Concilio Vaticano II, particularmente a Nostra aetate, la declaración sobre las religiones no cristianas.

-La reacción del mundo musulmán fue brutal...

-Durante la lectio de Ratisbona el Papa habló de nuevo como profesor, desde la verdad y el rigor histórico. Por ese motivo, Benedicto XVI señala el papel de la religión en la sociedad actual, y aborda de fondo la relación entre fides y ratio sin sopesar las lamentables consecuencias que trajo consigo su intervención. 

Manuel II Paleólogo.

Una cita por parte del Papa del emperador bizantino Manuel II Paleólogo (1350-1425) sobre el cristianismo y el islam fue el pretexto para una ola de violencia en todo el mundo.Wikipedia

»Es probable que el peso de tantos años de cátedra, él los percibiera de una manera totalmente natural. Por ese motivo, creo que no se arrepintió del contenido de su brillante intervención, pero sí de las lamentables consecuencias. Rápidamente sintió la obligación de incorporar a su Discurso una nota aclaratoria, en la que lamentaba que una cita del texto del emperador Manuel II Paleólogo, con la que pretendía poner de relieve la relación esencial entre fe y razón, hubiera sido interpretada de aquel modo. El nudo gordiano del asunto quizás fue no valorar suficientemente la relevancia política que posee el cabeza de la Iglesia. En resumen, se dio una mala interpretación por parte de quienes no entendieron el gran nivel académico del discurso e intentaron manipular y retorcer su verdadero contenido.

-¿Considera suficientemente explicadas las razones de la renuncia al pontificado? ¿Pudo haber un motivo oculto que alguna vez salga a la luz?

-Estas preguntas son complejas, sobre todo, si las interpretamos en términos de misterio. Pero, en este aspecto, me parece interesante acudir a la obra de Giorgio Agamben publicada en 2013, precisamente bajo el título El misterio del mal. Benedicto XVI y el final de los tiempos. En ella se analiza una deriva política del mesianismo del fin de los tiempos o del final de la historia; una visión que el filósofo italiano Agamben ofrece para comprender la renuncia del papa Benedicto XVI. 

»Una renuncia histórica. Se trata de un momento crucial en la historia de la Iglesia tras un gesto de humildad y de profundo amor alejado del abuso de poder y corrupción tan frecuentes en las organizaciones humanas. Una forma auténtica de hacer “teología de rodillas”. 

-Auténtica y dramática...

-La sorprendente decisión de renunciar solo activamente al ministerio pretino no cuenta con precedente alguno. Así, para Agamben, el acto de renuncia de Benedicto XVI habría reforzado su autoridad espiritual, tratándose de un nuevo paradigma vinculado con el mysterium, con la oposición entre legitimidad y legalidad, poder espiritual y poder temporal, auctoritas y potestas, justicia y derecho. Un acto, pues, de dignidad y ejemplaridad. 

»En definitiva, una decisión de profundo discernimiento teológico de la dimensión espiritual del munus pretino, que para Agamben entronca con una adecuada exégesis de dos pasajes de la Escritura, 2 Ts 2, 1-11y 1 Jn 2, 18, y una decisiva influencia de la visión eclesiológica de Ticonio en la obra agustiniana La Ciudad de Dios.


Fuente: Religión en Libertad


lunes, 24 de febrero de 2025

Santo Evangelio 24 de Febrero 2025



 Texto del Evangelio (Mc 9,14-29):

 En aquel tiempo, Jesús bajó de la montaña y, al llegar donde los discípulos, vio a mucha gente que les rodeaba y a unos escribas que discutían con ellos. Toda la gente, al verle, quedó sorprendida y corrieron a saludarle. Él les preguntó: «¿De qué discutís con ellos?». Uno de entre la gente le respondió: «Maestro, te he traído a mi hijo que tiene un espíritu mudo y, dondequiera que se apodera de él, le derriba, le hace echar espumarajos, rechinar de dientes y lo deja rígido. He dicho a tus discípulos que lo expulsaran, pero no han podido».

Él les responde: «¡Oh generación incrédula! ¿Hasta cuándo estaré con vosotros? ¿Hasta cuándo habré de soportaros? ¡Traédmelo!». Y se lo trajeron. Apenas el espíritu vio a Jesús, agitó violentamente al muchacho y, cayendo en tierra, se revolcaba echando espumarajos. Entonces Él preguntó a su padre: «¿Cuánto tiempo hace que le viene sucediendo esto?». Le dijo: «Desde niño. Y muchas veces le ha arrojado al fuego y al agua para acabar con él; pero, si algo puedes, ayúdanos, compadécete de nosotros». Jesús le dijo: «¡Qué es eso de si puedes! ¡Todo es posible para quien cree!». Al instante, gritó el padre del muchacho: «¡Creo, ayuda a mi poca fe!».

Viendo Jesús que se agolpaba la gente, increpó al espíritu inmundo, diciéndole: «Espíritu sordo y mudo, yo te lo mando: sal de él y no entres más en él». Y el espíritu salió dando gritos y agitándole con violencia. El muchacho quedó como muerto, hasta el punto de que muchos decían que había muerto. Pero Jesús, tomándole de la mano, le levantó y él se puso en pie. Cuando Jesús entró en casa, le preguntaban en privado sus discípulos: «¿Por qué nosotros no pudimos expulsarle?». Les dijo: «Esta clase con nada puede ser arrojada sino con la oración».



«¡Creo, ayuda a mi poca fe!»


Rev. D. Antoni CAROL i Hostench

(Sant Cugat del Vallès, Barcelona, España)

Hoy contemplamos —¡una vez más!— al Señor solicitado por la gente («corrieron a saludarle») y, a la vez Él, solícito con la gente, sensible a sus necesidades. En primer lugar, cuando sospecha que alguna cosa pasa, se interesa por el problema.

Interviene uno de los protagonistas, esto es, el padre de un chico que está poseído por un espíritu maligno: «Maestro, te he traído a mi hijo que tiene un espíritu mudo y, dondequiera que se apodera de él, le derriba, le hace echar espumarajos, rechinar de dientes y lo deja rígido» (Mc 9,17-18).

¡Es terrible el mal que puede llegar a hacer el Diablo!, una criatura sin caridad. —Señor, ¡hemos de rezar!: «Líbranos del mal». No se entiende cómo puede haber hoy día voces que dicen que no existe el Diablo, u otros que le rinden algún tipo de culto... ¡Es absurdo! Nosotros hemos de sacar una lección de todo ello: ¡no se puede jugar con fuego!

«He dicho a tus discípulos que lo expulsaran, pero no han podido» (Mc 9,18). Cuando escucha estas palabras, Jesús recibe un disgusto. Se disgusta, sobre todo, por la falta de fe... Y les falta fe porque han de rezar más: «Esta clase con nada puede ser arrojada sino con la oración» (Mc 9,29).

La oración es el diálogo “intimista” con Dios. San Juan Pablo II afirmó que «la oración comporta siempre una especie de escondimiento con Cristo en Dios. Sólo en semejante “escondimiento” actúa el Espíritu Santo». En un ambiente íntimo de escondimiento se practica la asiduidad amistosa con Jesús, a partir de la cual se genera el incremento de confianza en Él, es decir, el aumento de la fe.

Pero esta fe, que mueve montañas y expulsa espíritus malignos («¡Todo es posible para quien cree!») es, sobre todo, un don de Dios. Nuestra oración, en todo caso, nos pone en disposición para recibir el don. Pero este don hemos de suplicarlo: «¡Creo, ayuda a mi poca fe!» (Mc 9,24). ¡La respuesta de Cristo no se hará “rogar”!


Trump emite una orden para extender la FIV en Estados Unidos: «Mata más que el aborto», denuncian



 Trump emite una orden para extender la FIV en Estados Unidos: «Mata más que el aborto», denuncian

Una mujer deprimida.

Las víctimas de la fecundación in vitro se cuentan por millones solo en los Estados Unidos.

Durante la campaña electoral para la presidencia de los Estados Unidos, Donald Trump ya anunció que la promoción de la fecundación in vitro iba a ser prioritaria en su administración. En varias ocasiones reiteró su promesa de facilitar y extender dicha práctica, aseguró que “promulgaría una política federal para que la fecundación in vitro fuera gratuita” y llegó a presentarse como “Padre de la fecundación in vitro”. Todo ello se ha materializado en una orden ejecutiva firmada este 18 de febrero para “reducir costos y barreras y ampliar el acceso” a la FIV en todo el país.

Según informó la Casa Blanca, la orden incluye una serie de políticas que buscan "proteger el acceso a la FIV" o reducir drásticamente los costos de dichos tratamientos”.

La orden de Trump pretende justificarse en que, según sus cálculos, “una de cada siete parejas que intentan tener un bebé no pueden concebir”, y “muchas enfrentan importantes obstáculos financieros para acceder a la FIV”.

Entre esas dificultades, el mandatario menciona el elevado costo de cada tratamiento -entre 12000 y 25000 dólares por ciclo- o la cobertura limitada de la FIV por seguros médicos.

“Brindar apoyo, concientización y acceso a tratamientos de fertilidad asequibles puede ayudar a estas familias a transitar su camino hacia la paternidad con esperanza y confianza. Para apoyar a las familias estadounidenses, la política de mi administración es garantizar un acceso fiable al tratamiento FIV, incluso reduciendo las cargas innecesarias para que el tratamiento sea drásticamente más asequible”, afirma la orden.

Más muertes por FIV que por aborto

Según cifras oficiales, en 2021 fueron al menos 85.000 los niños nacidos mediante técnicas de Fecundación in vitro. Se estima que en Estados Unidos hay un millón de niños congelados en estado embrionario.

Todos los embriones creados en el laboratorio se califican según su “calidad” y se descartan si no están a la altura. A menudo, los embriones se destruyen o se dejan abandonados por no tener el sexo adecuado, tener una condición de salud genética o no cumplir con los estándares que se han establecido para ellos, incluido el color de los ojos y el color del cabello. La FIV destruye embriones a una tasa mayor que el aborto inducido.

“El presidente Trump acaba de firmar una orden que amplía la FIV”, dijo Lila Rose, fundadora y presidenta de Live Action, en X. “Solo el 7% de los embriones humanos creados mediante FIV darán como resultado un nacimiento vivo. El 93 % de estas vidas se congelan indefinidamente, se abortan o se pierden. En los EE.UU. se congelan más de un millón de embriones. La FIV NO es pro vida”.

Con la Iglesia en frente: “Dispuesta a combatir cualquier mandato de FIV”

La orden de Trump desoye así las advertencias que solo hace dos días dirigieron los obispos de Estados Unidos a través de su documento Una introducción católica a la fertilización in vitro. En ella, los obispos recuerdan que es una técnica que implica generar seres humanos de forma artificial, congelarlos, almacenarlos y a menudo desecharlos (matarlos), o seleccionarlos.

Los obispos también comparan el congelar a seres humanos en su edad embrionaria con un encarcelamiento injusto y critican los métodos utilizados para recolectar esperma. Y es especialmente grave cuando se producen embriones con gametos que ni siquiera son de los esposos.

El mandato de Trump también choca frontalmente con la carta que dos días después de su toma de posesión le dirigió el obispo de la diócesis de Arlington, Michael F. Burbidge, La familia cristiana, la fecundación in vitro y el testimonio heroico del amor verdadero.

En ella, el obispo recordaba que “por cada uno de los más de 12 millones de niños nacidos mediante FIV desde 1978 hay muchas decenas de millones más de hermanos y hermanas desaparecidos que han sido destruidos deliberadamente”, siendo esta una técnica “injusta moralmente” al “crear vida y destruirla”.

La carta enumera profusamente los argumentos doctrinales y bioéticos por los que órdenes como las firmadas por Trump “representan una grave amenaza para la libertad futura de un pueblo libre”. Tras ello, el obispo Burbidge recuerda que “la Iglesia, como lo ha hecho en tantos otros ámbitos de la vida política, está dispuesta a proclamar la dignidad de todas las personas humanas y a actuar pacíficamente para combatir cualquier mandato nacional de FIV”.

Según una encuesta reciente de Gallup, el 82% de los estadounidenses compartían su creencia de que el uso de la FIV es moralmente aceptable, y el 49% afirmaba que cree que es moralmente aceptable destruir personas humanas embrionarias creadas mediante procedimientos de FIV. Incluso el 65% de los católicos estadounidenses ven el acceso a la FIV como un bien, según una encuesta reciente de Pew.

Fuente: Religión en Libertad

domingo, 23 de febrero de 2025

Santo Evangelio 23 de Febrero 2025



 Texto del Evangelio (Lc 6,27-38):

 En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Yo os digo a los que me escucháis: Amad a vuestros enemigos, haced bien a los que os odien, bendecid a los que os maldigan, rogad por los que os difamen. Al que te hiera en una mejilla, preséntale también la otra; y al que te quite el manto, no le niegues la túnica. A todo el que te pida, da, y al que tome lo tuyo, no se lo reclames. Y lo que queráis que os hagan los hombres, hacédselo vosotros igualmente. Si amáis a los que os aman, ¿qué mérito tenéis? Pues también los pecadores aman a los que les aman. Si hacéis bien a los que os lo hacen a vosotros, ¿qué mérito tenéis? ¡También los pecadores hacen otro tanto! Si prestáis a aquellos de quienes esperáis recibir, ¿qué mérito tenéis? También los pecadores prestan a los pecadores para recibir lo correspondiente.

»Más bien, amad a vuestros enemigos; haced el bien, y prestad sin esperar nada a cambio; y vuestra recompensa será grande, y seréis hijos del Altísimo, porque Él es bueno con los ingratos y los perversos. Sed compasivos, como vuestro Padre es compasivo. No juzguéis y no seréis juzgados, no condenéis y no seréis condenados; perdonad y seréis perdonados. Dad y se os dará; una medida buena, apretada, remecida, rebosante pondrán en vuestro regazo. Porque con la medida con que midáis se os medirá».



«Sed compasivos, como vuestro Padre es compasivo»


Rev. D. Josep Miquel BOMBARDÓ

(Sabadell, Barcelona, España)

Hoy escuchamos unas palabras del Señor que nos invitan a vivir la caridad con plenitud, como Él lo hizo («Padre, perdónales porque no saben lo que hacen»: Lc 23,34). Éste ha sido el estilo de nuestros hermanos que nos han precedido en la gloria del cielo, el estilo de los santos. Han procurado vivir la caridad con la perfección del amor, siguiendo el consejo de Jesucristo: «Sed perfectos como es perfecto vuestro Padre celestial» (Mt 5,48).

La caridad nos lleva a amar, en primer lugar, a quienes nos aman, ya que no es posible vivir en plenitud lo que leemos en el Evangelio si no amamos de verdad a nuestros hermanos, a quienes tenemos al lado. Pero, acto seguido, el nuevo mandamiento de Cristo nos hace ascender en la perfección de la caridad, y nos anima a abrir los brazos a todos los hombres, también a aquellos que no son de los nuestros, o que nos quieren ofender o herir de cualquier manera. Jesús nos pide un corazón como el suyo, como el del Padre: «Sed compasivos, como vuestro Padre es compasivo» (Lc 6,36), que no tiene fronteras y recibe a todos, que nos lleva a perdonar y a rezar por nuestros enemigos.

Ahora bien, como se afirma en el Catecismo de la Iglesia, «observar el mandamiento del Señor es imposible si se trata de imitar desde fuera el modelo divino. Se trata de una participación vital y nacida del fondo del corazón, en la santidad, en la misericordia y en el amor de nuestro Dios». San John Henry Newman escribía: «¡Oh Jesús! Ayúdame a esparcir tu fragancia dondequiera que vaya. Inunda mi alma con tu espíritu y vida. Penetra en mi ser, y hazte amo tan fuertemente de mí que mi vida sea irradiación de la tuya (...). Que cada alma, con la que me encuentre, pueda sentir tu presencia en mi. Que no me vean a mí, sino a Ti en mí».

Amaremos, perdonaremos, abrazaremos a los otros sólo si nuestro corazón es engrandecido por el amor a Cristo.