lunes, 25 de agosto de 2014

La Iglesia no se deja vencer en Irak

La Iglesia no se deja vencer en Irak
Una luz entre la barbarie: niños cristianos reciben su primera comunión en una Iglesia viva
Una luz entre la barbarie: niños cristianos reciben su primera comunión en una Iglesia viva

Una luz entre la barbarie: niños cristianos reciben su primera comunión en una Iglesia viva
La Iglesia sigue muy viva en Irak

No sólo sigue administrando los sacramentos allá donde la Iglesia sigue estando presente, no en el caso de Mosul, sino que además las parroquias funcionan a pleno rendimiento recibiendo y atendiendo a las miles de familias cristianas que huyen de los islamistas del Estado Islámico.


En Irak actualmente ser cristiano es sinónimo de ser posible objetivo del Estado Islámico. Hay persecución, muertes y miles de desplazados. Y mucho miedo. Mucho miedo ante la barbarie y ante la posibilidad de que aquellos que quieren matarlos sigan avanzando con total impunidad sin que nadie intervenga para protegerlos.

Pero dentro de esta horrible situación también se está fortaleciendo la fe de un pueblo para el que ser cristiano es mucho más que un simple apelativo. Y una situación que está provocando una mayor comunión entre los propios cristianos donde las comunidades locales y las parroquías están acogiendo a sus hermanos perseguidos y que han perdido todo. Una llamada a la caridad.

Pero igualmente entre tantas imágenes de barbarie, vídeos decapitaciones, crucifixiones y fusilamientos también aparecen imágenes para la esperanza. Hay luz, mucha luz en Irak aún a pesar del odio del Estado Islámico.

Y como ejemplo de esta luz es la fotografía publicada hace unos días por el portal de la iglesia caldea publica una bella imagen de 38 niños asirios haciendo su primera comunión en la ciudad de Kirkuk, situada en el norte de Irak, justamente donde los yihadistas están intentando intensificar su avance por el país.

Del mismo modo, los futuros sacerdotes también siguen su formación y a pesar de la situación que se está viviendo en los últimos días se han ordenado diáconos y se han admitido a varios de ellos al lectorado. La Iglesia sigue viva, muy viva, en esta tierra de guerra.

Pero no sólo se ve esta fuerza en los sacramentos y en iglesias llenas de fieles acudiendo a misa, también se ve en cómo se están volcando en recibir y a acomodar a los refugiados. Voluntarios que están haciendo acopio de ayuda y repartiéndola a todos los que llegan exhaustos.

Es el caso por ejemplo de la parroquia de Suleimaniya donde los sacerdotes y el resto de feligreses han recibido ya a casi 400 familias. Todos ellos están siendo repartidos en colegios católicos de la zona, en las iglesias, en casas...en cualquier lugar donde puedan volver a recuperar la dignidad que les han intentado arrebatar junto a su vida.






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