Resurrección de Cristo: ¿nos lo creemos o no?
Los creyentes que rezamos el Credo en misa y celebramos el fin de la Semana Santa con el Domingo de Resurrección, ¿nos creemos de verdad que Jesús resucitó? ¿Estamos dispuestos a defender en el siglo XXI y en cualquier sitio la veracidad de ese acontecimiento? ¿Tenemos algún argumento para hacerlo?
Para el cristianismo es fundamental. Pablo escribió: “Y si Cristo no resucitó, vana es vuestra fe” (1 Cor 15, 17). O es el hecho más importante de la historia o uno de los mayores fraudes de la humanidad.
El concepto de 'resurrección' es muy difícil de admitir hoy, tanto como en el siglo I de nuestra era. La experiencia a lo largo de la historia nos dice que la muerte es algo definitivo, que no tiene marcha atrás.
No podemos reproducir la crucifixión, muerte y resurrección de Jesús, tampoco podemos viajar al pasado y comprobar in situ lo que pasó. Pero sí podemos evaluar los hechos disponibles y tratar de hallar la mejor explicación posible a lo que sabemos que ocurrió allí.
Los hechos
En la actualidad, es una realidad incuestionable que Cristo existió y murió crucificado en tiempos de Pilatos y de Tiberio. Algo que confirman los cuatro evangelios, las epístolas de Pablo, Josefo (en Antigüedades de los Judíos), Tácito, Mara Bar Serapion, Luciano de Samosata, Tallus, Flegón y el Talmud.
No creyentes como Bart D. Ehrman, Gerd Lüdemann, E.P. Sanders e incluso, en general, la escéptica asociación Jesus Seminar aceptan los siguientes hechos:
Jesús falleció crucificado por los romanos. No consta que nadie sobreviviera a una crucifixión y menos si fue también previamente flagelado.
Fue enterrado en una tumba privada, no por sus seguidores directos, que estaban escondidos.
Los discípulos (apóstoles) estaban asustados, decepcionados y abatidos.
Muy pronto encuentran la tumba vacía. Ninguna autoridad negó la desaparición del cadáver, ni pudo encontrarlo.
Los discípulos y otros muchos testigos creyeron que se les había aparecido Jesús.
Sus seguidores se transformaron, perdieron el miedo y estuvieron dispuestos a sufrir torturas y morir por lo que creían haber visto.
La proclamación pública de la Resurrección se hizo muy pronto (cincuenta días después de su muerte) y en la misma ciudad (Jerusalén) donde lo crucificaron, y lograron ese día miles de conversiones (Hechos 2, 4).
Santiago el Menor, un escéptico, y Pablo, un perseguidor del cristianismo, se convirtieron al creer haber visto a Jesús resucitado.
Estas creencias se extienden de forma rápida por todo el imperio romano, en un medio hostil, con la oposición de todas las autoridades.
¿Cómo podemos explicar todos esos hechos? ¿Por qué existe el cristianismo? ¿Son los millones de creyentes en la resurrección a lo largo y ancho del planeta y durante veinte siglos unos fanáticos indocumentados? ¿Cuál es la explicación alternativa a estas realidades?
Las alternativas
Robo del cadáver
Lo primero que se les ocurrió a las autoridades judías de la época fue decir que habían robado el cadáver. Pero nunca se encontró, ni se probó esa hipótesis. Los discípulos estaban asustados y escondidos por el miedo en el momento de la crucifixión. No estaban en condiciones de enfrentarse a la guardia romana que guardaba la tumba. Además, si lo hubieran robado, sabrían que no resucitó y no hubieran estado dispuestos a sufrir torturas y morir por una mentira: nadie muere por defender algo que sabe no es verdad, los mentirosos y falsos no son valientes ni íntegros.
Alucinaciones
De entrada, los discípulos no creyeron que la tumba estaba vacía: primero fueron a comprobarlo y se convencieron definitivamente con las apariciones posteriores. Pero las apariciones necesitan que la tumba esté vacía, ya que, de lo contrario, al decir alguno que había visto a Jesús resucitado le habrían dicho: “No digas estupideces, ven a la tumba y mira el cadáver”.
Al hablar de las apariciones, los escépticos recurren a la teoría de que aquellos primeros cristianos tuvieron alucinaciones. Analicemos este fenómeno. Una alucinación es una proyección de la mente, no puede contener nada que no esté previamente en ella. Por lo tanto, si esos judíos experimentaran visiones o alucinaciones, estarían en consonancia con sus creencias en la resurrección de todos al final de los tiempos, no de una sola persona y antes de tiempo: eso no le pasaba a nadie por su cabeza.
Son experiencias individuales y subjetivas, que no se pueden inducir. Según el psicólogo Gary Collins: "Por su propia naturaleza, sólo una persona a la vez puede sufrir una alucinación determinada”. Es imposible una misma alucinación simultánea en muchas personas a la vez. Únicamente personas susceptibles tienen alucinaciones, Pedro era un testarudo y Tomás, Santiago el Menor y Pablo eran escépticos, o sea, personas no predispuestas a las alucinaciones.
Además, las apariciones fueron físicas: tocaron a Jesús, hablaron y comieron con Él. Todos diferenciamos sin problemas un sueño de una realidad. Vieran lo que vieran esos cristianos, no eran alucinaciones. Esa teoría está descartada y además no explicaría la tumba vacía.
Una invención
Entonces los detractores de la resurrección recurrieron a que los seguidores se inventaron esa historia, teoría que tampoco explica la tumba vacía.
Pensemos un poco: todos los autores del Nuevo Testamento eran judíos, menos Lucas, se creían el pueblo elegido y poseedores de la única religión verdadera. ¿Por qué inventar una nueva religión sabiendo que así renunciaban a la exclusiva relación de los judíos con Dios y se arriesgaban a ser perseguidos, torturados hasta la muerte y después irían a la condenación eterna? No tiene sentido sufrir martirio y entregar la vida por una invención, es decir, por una mentira.
Además, inventar un mito, una leyenda, requiere que pasen generaciones, que no existan testigos directos que negarían la invención. En una historia inventada, los primeros testigos no serían mujeres, consideradas en aquella sociedad personas de segunda categoría y cuyo testimonio carecía de valor.
La lógica
Hay que admitir que algo muy especial pasó. ¿Cuál es la explicación alternativa a todo lo que he descrito? Una civilización entera surgió de la reflexión que hizo un grupo de judíos, no precisamente ilustres ni ilustrados, sobre lo sucedido en las semanas posteriores a la crucifixión. ¿Por qué tantos testigos directos murieron por defender que habían visto a Jesús resucitado? La única explicación coherente a todo lo que ocurrió y la rápida expansión del cristianismo con todo en contra es la Resurrección. Si alguien tiene otra alternativa, que la exponga.
El materialismo, que yo sepa, no explica nada al respecto, sólo la niega. No acepta lo que sería un milagro, aunque sea la hipótesis más plausible y la mejor explicación a lo que aconteció.
Pensemos en el Big Bang, aceptado por todos los físicos modernos y confirmado de varias formas con las tecnologías disponibles. Resumiendo: hace unos 14.500 millones de años se creó el tiempo, el espacio y la materia, o sea el universo. La teoría de los creyentes es que un Logos, una mente (Dios) lo creó, lo que sería un gran milagro. La teoría de los no creyentes es que todo se creó de la nada. Pero se sabe desde los griegos que la nada... nada puede crear. Es decir, la segunda posibilidad sería un milagro todavía mayor. Si ya existió el milagro del Big Bang, ¿por qué no aceptar el milagro de la resurrección?
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