jueves, 17 de diciembre de 2020

La familia Lefèvre gana el programa Talent de la televisión francesa


 La familia Lefèvre gana el programa Talent de la televisión francesa

Con sus 6 hijos cantaban en casa rezando, luego en la Adoración y ahora arrasan con su música sacra

Con sus 6 hijos cantaban en casa rezando, luego en la Adoración y ahora arrasan con su música sacra

La familia Lefèvre, formada por Gabriel, Anne y sus seis hijos, comenzaron a cantar juntos al rezar en casa

La familia Lefèvre se ha convertido en un auténtico fenómeno mediático en Francia al ganar la edición 2020 del programa televisivo Talent. Gabriel y Anne y sus seis hijos de entre 8 y 22 años han logrado encandilar al jurado y al país cantando únicamente música sacra.

“Estamos haciendo lo que amamos y no fingimos”, explica el padre, que no ocultan su condición de católicos practicantes, porque es precisamente a su fe por la que cantan únicamente música de carácter religioso.

Gabriel afirma que en sus actuaciones en el programa televisivo pero en otros muchos lugares donde ofrecen este bello espectáculo “damos testimonio de lo que somos. Y somos creyentes”. Así de sencillo.

Esta forma de dar testimonio a través de este tipo de música no ha sido sencillo para ellos puesto que en las pruebas para participar en el programa de talentos.  En una entrevista con La Vie, confiesan que al principio recibieron comentarios despectivos de algunos miembros del jurado por ser una familia numerosa, católica y procedente de Versalles, como si alguna de estas tres características fuera un defecto en sí mismo.

Los Lefèvre no han tenido en cuenta estos prejuicios y el cabeza de familia afirma que “después  de que nos vieran de verdad y nos oyeron cantar, no sólo cambiaron de opinión sino que nos pidieron disculpas”.

De hecho, la profunda religiosidad que viven les hace que antes de cada concierto o actuación invoquen al Espíritu Santo. “Juan Pablo II dijo: ‘No tengáis miedo’. No tenemos miedo de decir quiénes somos, incluso si pudiéramos terminar en el foso de los leones. Y esto lo aplicamos en todas las áreas de la vida. Y si decidimos presentarnos así en la televisión es porque estamos preparados para ello. No es un capricho. Hemos meditado mucho la parábola de los talentos”, afirma Gabriel.


La familia Lefèvre es testigo de la belleza de la música, que “tiene una parte divina”. De este modo, el padre asegura que “la música sacra que nos tiene a veces una imagen elitista pero dondequiera que cantamos, la gente muestra su emoción. A menudo lloran. Ahora estamos en un programa de televisión de masas y es lo mismo. En realidad, esta música sacra es, por tanto, popular. Además, en varias ocasiones los ateos nos han dado las gracias”.

Familia, música y fe. Va todo unido. De hecho, esta afición a la música llegó gracias a la fe pues los Lefèvre desarrollaron el canto polifónico rezando juntos. Esta forma de rezar les llevó a organizar vigilias de Adoración y más tardes conciertos en la iglesia.

No les costó a Gabriel y Anne convencer a sus hijos para que se unieran. “Siempre hemos traído a nuestros hijos a la iglesia. Luego a los conciertos. Les gusta cantar y cantamos juntos. Eso es todo. Cantamos con cada uno de nuestros hijos ya desde nueve meses antes de su nacimiento, quizás es por eso”, agrega divertido el padre.

En cualquier caso, Gabriel y Anne aseguran que nunca han obligado a sus hijos a cantar. Sin embargo, es una clara vocación familia. Gaël, de 22 años se está preparando para dedicarse al canto. También, Blanche (21) como soprano. Los otros cuatro hijos de la familia, Clement (17), Emmanuel (15), Paloma (12) y Raphaël (8) aún son demasiado jóvenes para realizar esta elección.

La música de la familia Lefèvre es porque no solo es sagrada, en el sentido de que evoca la fe cristiana en tonos a menudo “clásicos”, lo que ya es raro en las retransmisiones para el gran público. Además, el repertorio elegido es más bien contemporáneo o moderno. Para clasificarse para la semifinal, interpretaron las muy difíciles Pulchra es, amica mea (Cantar de los Cantares) de la obra Northern Lights del compositor noruego contemporáneo Ola Gjeilo.

En la semifinal del 8 de diciembre, hicieron un "mashup" (creando una canción a partir de dos o más canciones) donde mezclaron la famosa canción estadounidense Nearer, My God, to Thee (escuchada en la película Titanic ) con el no menos famoso Aleluya por el difunto Leonard Cohen. Pero como esta última canción no es una canción cristiana, los Lefèvre han reescrito completamente la letra para que así sea. Todo aderezado con letras en latín tomadas de la música clásica sacra. Y todo hecho a ocho voces, incluido un solo cantado por Raphaël, de ocho años.

Fuente: Religión en Libertad

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