Ingeniero nuclear en submarino, analista en Wall Street, adorador nocturno... y ahora sacerdote
John Paul Ginty sintió la llamada a ser sacerdote a los 48 años - antes fue muchas cosas
El P. John Paul Ginty tiene una historia poco común: trabajó como analista financiero en Wall Street en Nueva York, luego algunos años como abogado, fue también ingeniero nuclear en un submarino, fue abogado y el domingo 21 junio fue ordenado sacerdote en la Arquidiócesis de Newark (Estados Unidos).
El P. Ginty tiene 55 años y aunque el Papa San Juan Pablo II sí influyó en su vocación, no es la razón de su nombre porque “nací varios años antes de su elección”.
Sin embargo, “su muerte en 2005 me ayudó a leer más libros espirituales y a tomar la oración más en serio para tratar de leer las Escrituras de modo regular. Sí me ayudó mucho ciertamente. Con su partida quise ver más de la fe”, dijo el recién ordenado sacerdote a ACI Prensa.
El presbítero explicó que estudió finanzas, gobierno y administración pública en la Universidad de Notre Dame, tras lo cual ingresó a la fuerza de submarinos de Estados Unidos donde trabajó entre 1988 y 1993. “Entre las muchas funciones que desempeñé estuvo la de ingeniero nuclear”, recordó.
Luego estudió en la Escuela de Negocios de la Universidad de Chicago entre 1993 y 1995, tras lo cual tuvo trabajos como “analista financiero en la industria de las finanzas, también en Wall Street”. Después estudió derecho entre 1999 y 2003, y trabajó como abogado en varios lugares hasta antes de entrar en el seminario en 2013.
De madrugada, adoración nocturna
Además de comenzar a leer libros espirituales y la Biblia tras la muerte del Papa San Juan Pablo II, otro hito importante para su vocación fue la adoración eucarística.
“En mi parroquia en Richwood, Nueva Jersey, había adoración eucarística permanente todos los días de la semana. Creo que fue en 2003 que me invitaron a participar y yo hacía una hora de adoración una vez a la semana”, explicó a ACI Prensa.
“Eso me ayudó mucho. Diría que la experiencia de la hora santa una vez por semana, muy temprano de 4 a 5 de la mañana, que ciertamente no fue fácil, me ayudó a escuchar la voz de Dios”, indicó.
En el año 2013 y ya como parte del Camino Neocatecumenal, al que ingresó en 2008 tras la muerte de su padre, viajó a Tierra Santa y luego acompañó al sacerdote peruano Israel Silva a una misión especial que lo ayudó a seguir creciendo en su cercanía con Dios.
En la JMJ de Brasil, la llamada al sacerdocio
“En julio fui a la Jornada Mundial de la Juventud en Río de Janeiro (Brasil). Fui para asistir a mi parroquia con 80 fieles. Estuve en un encuentro del Camino Neocatecumenal y ahí, de alguna forma, el Espíritu Santo me ayudó a responder al llamado, pese a que era mucho mayor que la mayoría de la gente allí. Tenía 48 años en ese momento”, relató.
El P. John Paul Ginty comentó también que la adoración al Santísimo fue esencial porque le ayudó a “preguntarle a Dios cuál es su voluntad para mi vida, ayuda porque muchos no se hacen esa pregunta. Tomé muchas decisiones en mi vida sin considerar eso. Lo que me ayudó luego fue la prédica en la Iglesia”.
A los que piensan en la posibilidad de ser sacerdotes, el P. Ginty les dice que “escuchen buenas y sólidas predicaciones de la enseñanza de la Iglesia y que escuchen a Dios sobre su misión en la vida porque todos tenemos una. El problema es que muchos no escuchamos o no queremos escuchar”.
Ordenación de John Paul Ginty y sus compañeros este mes de junio
Al ser preguntado porqué decidió ser sacerdote pese a que la Iglesia tiene tantos problemas, incluidos los escándalos de abuso sexual, el P. Ginty dijo que no es algo que quiera hacer sino que “es un don que debo aceptar”.
La verdad, con el tiempo: una aventura
“Esto es necesario para mi salvación. Veo más claramente ahora que la verdad de la vida aparece con el tiempo. Veo esto como una gran aventura que está a punto de comenzar. Estoy muy agradecido y feliz por lo que Dios me ha dado en este tiempo”, dijo.
“Es cierto que la situación es muy difícil, también aquí en Estados Unidos, pero la Iglesia es santa y aunque todos nosotros no somos santos estamos llamados a la santidad juntos. Pese a los serios problemas espero poder contribuir a la Iglesia con la unidad y la comunión”, indicó el sacerdote a ACI Prensa. Finalmente, el P. Ginty dijo que espera “ser fiel y no traicionar a la Iglesia ni a su gente y así dejar a Jesucristo hacer su trabajo”.
Fuente_ Religión en Libertad
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