sábado, 3 de marzo de 2018

Mide 80 cm, pesa 20 kilos y lleva toda la vida en silla de ruedas: «El aborto es un genocidio»


Ana Castrillo da gracias a Dios y vive alegre cada día pese a su minusvalía del 95%

Mide 80 cm, pesa 20 kilos y lleva toda la vida en silla de ruedas: «El aborto es un genocidio»


Pese a su minusvalía, considera que el aborto es una forma de eugenesia

Mide 80 cm, pesa 20 kilos y lleva toda la vida en silla de ruedas: «El aborto es un genocidio»

Ana Castrillo (@Amacas64An) ha vivido toda su vida en una silla de ruedas. Algunos pensarían que es una vida miserable, pero Ana demuestra en esta entrevista para Josep Maria Francàs publicada en AZperiodistas que, pese al sufrimiento, esta vida merece la pena. Ana se considera feliz de ser como es y no tiene miedo a demostrarlo, porque como ella misma dice, “Dios te echa un cable”.

 -Ana, ¿en qué trabajas?
-He trabajado durante 26 años en la venta de productos de la ONCE, pero desde hace casi cuatro tengo la Gran Invalidez y soy pensionista.

-¿Qué es la Gran Invalidez?
-Es un reconocimiento de que no puedes trabajar en nada y de que necesitas de una tercera persona para realizar las tareas cotidianas (ducharte… etc.). Yo tengo un 95% de minusvalía.

-Exactamente ¿qué te pasa?
-Mi minusvalía se debe a que nací con Osteogénesis imperfecta (huesos de cristal) y que mido 80cm peso 20 kg y no puedo andar, me desplazo con una silla de ruedas eléctrica. A pesar de esto, llevo una vida totalmente activa y normal.


-¿Y el Estado se hace cargo de tus gastos?
-No, con la pensión que tengo soy yo la que asume los gastos. Tengo reconocida por la Ley de dependencia mi discapacidad y por ese reconocimiento cobro una pequeña ayuda de unos 200 euros.

-¿Y 200 euros dan para algo?
-Pues no mucho, pero menos da una piedra jajaja… Yo no me quejo, gracias a Dios vivo bien.

-¿Fue una buena ayuda trabajar en la ONCE?
-Fue mi vida. A la ONCE le debo todo lo que soy en la actualidad.

-¿Cómo se lleva una invalidez así?
-Pues genial jajaja… Como siempre he estado igual…

-¿Resignada?
-No, resignada no, yo doy gracias a Dios cada día por ser como soy, soy una privilegiada por haberme dado la oportunidad de vivir desde otra dimensión y de poder apreciar cosas que para otras personas son imperceptibles.

-¿Cómo qué cosas?
-Pues como por ejemplo el amor de verdad, la sensibilidad de la gente, disfrutar de las pequeñas cosas de la vida, dar importancia a lo que realmente la tiene y un largo etcétera.

-Pero, Ana, muchos pensarán que debes estar muy triste y enfadada por no poder hacer lo que ellos hacen…
-Yo creo que los que me conocen no piensan así, pero si es cierto que hay personas que lo piensan. Los que piensan así, son gente pobre de espíritu que no ve más allá de sus narices y que piensan que el ser aparentemente normal (yo diría ser estándar) da la felicidad; y nada más lejos de la realidad.

-¿Ves a la gente feliz?
-La felicidad es algo intrínseco en la persona, hay gente que teniéndolo todo es totalmente infeliz y hay personas que saben ser felices con un rayito de Sol. La gente en general suele no ser feliz. La felicidad completa no existe.

-¿Tú eres feliz?
-Tenemos que aprender a ser felices con lo que tenemos y lo que somos, yo creo que el ser feliz es un Don. Yo procuro ser feliz cada día. Intento ver en cada problema su parte positiva y la solución. Aunque claro está, soy humana y hay veces que me derrumbo como todo el mundo, pero no por mi incapacidad si no por problemas cotidianos que tiene todo el mundo, pero cuando me derrumbo me dura poco jajaja… Dios siempre me echa un cable.

-¿Qué opinas de la eutanasia?
-Estoy totalmente en contra. Dios nos da la vida y es Él el único que sabe cuándo debe llevarnos con Él, lo mismo que el aborto.

-¿Y la calidad de vida?
-A ver, la calidad de vida es subjetiva porque seguramente habrá gente que al verme piense “yo para estar como ella preferiría morirme” y si nos guiáramos por su forma de sentir pues igual para esa persona yo era candidata a la eutanasia. Hasta las personas que están en estado comatoso tienen una vida interior y hay veces que despiertan de ese letargo. ¿Quiénes somos nosotros para disponer de esa vida? Desconocemos muchísimo del poder y la capacidad cerebral.

-Buena pregunta, Ana: ¿quiénes somos? ¿Sobre el aborto que piensas?
-Soy totalmente contraria al aborto. No hay ningún caso en el que esté justificado el asesinato de un ser humano inocente.

-¿Y qué le dirías a una madre que quiere abortar?
-Le preguntaría el motivo por el cual quiere hacerlo y trataría de ayudarla en todo lo posible para hacerla cambiar de idea y salvar una vida. Creo que siempre hay una solución y que el aborto además deja muchas secuelas psicológicas.

-¿Y a los políticos que lo han hecho legal?
-A los políticos les diría que son unos genocidas porque permiten el exterminio de seres inocentes. Lo que tendrían que hacer es una buena ley de adopción, que permitiera adoptar con más facilidad y garantía sin tener que ir a China u otros países. Unas leyes que protegieran y ayudaran a las madres gestantes y que diera facilidad a la maternidad y no a la cultura de la muerte.

-Muchas gracias, Ana. ¿Quieres añadir algo?
-Sí, sobre la atrocidad del aborto eugenésico, por ejemplo.

-Dime, aún estamos a tiempo.
-Pues que me parece una atrocidad el aborto eugenésico, que se habla mucho de Hitler por la selección de la raza que hizo exterminando judíos, etc., y estos son peores porque eliminan seres humanos aún no nacidos, sólo por el hecho de venir con diferentes capacidades. 

»Vivimos en un mundo sin valores, sin principios, donde lo único que impera es el culto al cuerpo y al bien estar y las cosas materiales.

»Con este criterio al final se va a permitir que si un niño no viene con el color de ojos deseado sea lícito matarlo antes de nacer.

»Y otra cosa, la gente partidaria del aborto eugenésico dice “para que tiene que venir al mundo a sufrir” y yo les diría que todos sufrimos pero que todos debemos tener la oportunidad de vivir con sufrimiento y sin él, que eso es un argumento egoísta y cómodo. Dios siempre sabe lo que hace y por qué lo hace.

 -Gracias, Ana. Has hecho un canto a la vida. Un beso y hasta pronto.
-Gracias a ti, siempre.

Fuente: Religión en Libertad

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