lunes, 16 de septiembre de 2024

Santo Evangelio 16 de septiembre 2024

 


Texto del Evangelio (Lc 7,1-10):

 En aquel tiempo, cuando Jesús hubo acabado de dirigir todas estas palabras al pueblo, entró en Cafarnaúm. Se encontraba mal y a punto de morir un siervo de un centurión, muy querido de éste. Habiendo oído hablar de Jesús, envió donde Él unos ancianos de los judíos, para rogarle que viniera y salvara a su siervo. Éstos, llegando donde Jesús, le suplicaban insistentemente diciendo: «Merece que se lo concedas, porque ama a nuestro pueblo, y él mismo nos ha edificado la sinagoga».

Jesús iba con ellos y, estando ya no lejos de la casa, envió el centurión a unos amigos a decirle: «Señor, no te molestes, porque no soy digno de que entres bajo mi techo, por eso ni siquiera me consideré digno de salir a tu encuentro. Mándalo de palabra, y quede sano mi criado. Porque también yo, que soy un subalterno, tengo soldados a mis órdenes, y digo a éste: ‘Vete’, y va; y a otro: ‘Ven’, y viene; y a mi siervo: ‘Haz esto’, y lo hace».

Al oír esto Jesús, quedó admirado de él, y volviéndose dijo a la muchedumbre que le seguía: «Os digo que ni en Israel he encontrado una fe tan grande». Cuando los enviados volvieron a la casa, hallaron al siervo sano.



«Os digo que ni en Israel he encontrado una fe tan grande»


Fr. John A. SISTARE

(Cumberland, Rhode Island, Estados Unidos)

Hoy, nos enfrentamos a una pregunta interesante. ¿Por qué razón el centurión del Evangelio no fue personalmente a encontrar a Jesús y, en cambio, envió por delante algunos notables de los judíos con la petición de que fuese a salvar a su criado? El mismo centurión responde por nosotros en el pasaje evangélico: Señor, «ni siquiera me consideré digno de salir a tu encuentro. Mándalo de palabra, y quede sano mi criado» (Lc 7,7).

Aquel centurión poseía la virtud de la fe al creer que Jesús podría hacer el milagro —si así lo quería— con sólo su divina voluntad. La fe le hacía creer que, prescindiendo de allá donde Jesús pudiera hallarse, Él podría sanar al criado enfermo. Aquel centurión estaba muy convencido de que ninguna distancia podría impedir o detener a Jesucristo, si quería llevar a buen término su trabajo de salvación.

Nosotros también estamos llamados a tener la misma fe en nuestras vidas. Hay ocasiones en que podemos ser tentados a creer que Jesús está lejos y que no escucha nuestros ruegos. Sin embargo, la fe ilumina nuestras mentes y nuestros corazones haciéndonos creer que Jesús está siempre cerca para ayudarnos. De hecho, la presencia sanadora de Jesús en la Eucaristía ha de ser nuestro recordatorio permanente de que Jesús está siempre cerca de nosotros. San Agustín, con ojos de fe, creía en esa realidad: «Lo que vemos es el pan y el cáliz; eso es lo que tus ojos te señalan. Pero lo que tu fe te obliga a aceptar es que el pan es el Cuerpo de Jesucristo y que en el cáliz se encuentra la Sangre de Jesucristo».

La fe ilumina nuestras mentes para hacernos ver la presencia de Jesús en medio de nosotros. Y, como aquel centurión, diremos: «Señor, no te molestes, porque no soy digno de que entres bajo mi techo» (Lc 7,6). Por tanto, si nos humillamos ante nuestro Señor y Salvador, Él viene y se acerca a curarnos. Así, dejemos a Jesús penetrar nuestro espíritu, en nuestra casa, para curar y fortalecer nuestra fe y para llevarnos hacia la vida eterna.

5 cosas que puedes hacer ya, y no son raras, para ser recordado como un buen padre



 5 cosas que puedes hacer ya, y no son raras, para ser recordado como un buen padre

Un padre y una hija en el bosque, foto de Morgan David de Lossy para Unsplash

B.J.Foster es uno de los responsables de contenidos de All Pro Dad, una web de consejos para padres en la que se anima a mejorar y perseverar en esta condición tan especial.

Con motivo de la muerte de su amigo Mike, pudo hablar con otros conocidos y parientes del difunto. "La experiencia de perder a un ser querido te hace evaluar la vida que estás viviendo. Uno de los pensamientos más poderosos que surgieron fue que esta vida es como un barco de vapor que pasa increíblemente rápido", escribe. "Pensé en cómo me gustaría que me recordaran".

En ese funeral, muchos hablaron de cómo el difunto adoraba a su esposa e hijas con un amor intenso y fiel.

"Todos queremos que nuestros hijos nos recuerden de esa manera", afirma Foster.

Y por eso propone "cinco formas de ser recordado como un buen padre".

1. Simplemente serlo

Para que te recuerden como un gran padre, has de serlo. Has de proponértelo. Has de querer ser un gran padre, y recordártelo. "No esperes. Date recordatorios diarios para ser el padre que quieres ser".

2. Escucha con atención

Foster recuerda que su amigo Mike era muy bueno escuchando y mostrando que estaba atento a lo que se hablaba. "Quería escuchar lo que le pasaba. Centraba su atención, hacía preguntas abiertas y pasaba horas escuchando a los demás. En sus últimos momentos, los pasillos del hospital estaban llenos de personas a las que influyó porque se sentían cuidadas".

Lo mismo se aplica en la tarea como padre: es importante dedicar tiempo y atención a escuchar a los hijos, escuchar lo que tienen que decir y así conocer sus sentimientos y pensamientos.

3. Construye comunidad

Foster recuerda que su amigo Mike "fue un constructor de personas y de comunidades. No solo alentó a las personas, sino que también se puso a su lado y las ayudó". Alguien así no dice "ánimo, tú puedes hacerlo" sino "nosotros podemos hacerlo".

Un constructor de comunidades enlaza y conecta con sus parientes, los conecta entre ellos, los anima, refuerza su confianza con su cercanía. "Haz saber a tus hijos que estás con ellos", insiste Foster.

La inmensidad del mar y el cielo expresan la pequeñez del hombre ante el futuro, y lo que podemos pasar a nuestros hijos para recordar y afrontar lo que viene (foto de Steven Van Loy en Unsplash).



4. Crea recuerdos con tus hijos

"Ya sea pescando, jugando al golf, sentados alrededor de una fogata, fines de semana fuera, jugando, haciendo viajes por carretera, vacaciones y más, Mike siempre estaba creando recuerdos. Sabía que había valor en hacer cosas juntos y siempre lo impulsaba", recuerda Foster.

Su consejo para padres: "Lleva a tus hijos contigo cuando hagas las cosas que amas. Planifica actividades con ellos que recordarán y de las que hablarán durante años".

5. Vive cada día como si fuera el último día completo.

Foster se remite a la película About Time (Una cuestión de tiempo, de 2013, una comedia que no es para todas las edades). "Trata sobre un padre y un hijo que pueden viajar en el tiempo dentro de su propia vida. El padre le da al hijo el consejo de vivir cada día dos veces. Vivirlo la primera vez con todo el estrés y las preocupaciones que tienden a cegarnos ante la maravilla de cada día. Luego vivirlo una segunda vez absorbiendo todos los detalles alegres que a menudo nos perdemos". El hijo finalmente aprende a disfrutar y saborear los pequeños momentos, "disfrutar (cada día) como si fuera el último día completo de una vida extraordinaria y ordinaria… y saborear el extraordinario viaje".

Lea en ReL más Consejos para Familias.


domingo, 15 de septiembre de 2024

Santo Evangelio 15 de septiembre 2024



 Texto del Evangelio (Mc 8,27-35):

 En aquel tiempo, salió Jesús con sus discípulos hacia los pueblos de Cesarea de Filipo, y por el camino hizo esta pregunta a sus discípulos: «¿Quién dicen los hombres que soy yo?». Ellos le dijeron: «Unos, que Juan el Bautista; otros, que Elías; otros, que uno de los profetas». Y Él les preguntaba: «Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?». Pedro le contesta: «Tú eres el Cristo».

Y les mandó enérgicamente que a nadie hablaran acerca de Él. Y comenzó a enseñarles que el Hijo del hombre debía sufrir mucho y ser reprobado por los ancianos, los sumos sacerdotes y los escribas, ser matado y resucitar a los tres días. Hablaba de esto abiertamente. Tomándole aparte, Pedro, se puso a reprenderle. Pero Él, volviéndose y mirando a sus discípulos, reprendió a Pedro, diciéndole: «¡Quítate de mi vista, Satanás! porque tus pensamientos no son los de Dios, sino los de los hombres».

Llamando a la gente a la vez que a sus discípulos, les dijo: «Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame. Porque quien quiera salvar su vida, la perderá; pero quien pierda su vida por mí y por el Evangelio, la salvará».



«Si alguno quiere venir en pos de mí (…) tome su cruz y sígame»


Rev. D. Antoni CAROL i Hostench

(Sant Cugat del Vallès, Barcelona, España)

Hoy día nos encontramos con situaciones similares a la descrita en este pasaje evangélico. Si, ahora mismo, Dios nos preguntara «¿quién dicen los hombres que soy yo?» (Mc 8,27), tendríamos que informarle acerca de todo tipo de respuestas, incluso pintorescas. Bastaría con echar una ojeada a lo que se ventila y airea en los más variados medios de comunicación. Sólo que… ya han pasado más de veinte siglos de “tiempo de la Iglesia”. Después de tantos años, nos dolemos y —con santa Faustina— nos quejamos ante Jesús: «¿Por qué es tan pequeño el número de los que Te conocen?».

Jesús, en aquella ocasión de la confesión de fe hecha por Simón Pedro, «les mandó enérgicamente que a nadie hablaran acerca de Él» (Mc 8,30). Su condición mesiánica debía ser transmitida al pueblo judío con una pedagogía progresiva. Más tarde llegaría el momento cumbre en que Jesucristo declararía —de una vez para siempre— que Él era el Mesías: «Yo soy» (Lc 22,70). Desde entonces, ya no hay excusa para no declararle ni reconocerle como el Hijo de Dios venido al mundo por nuestra salvación. Más aun: todos los bautizados tenemos ese gozoso deber “sacerdotal” de predicar el Evangelio por todo el mundo y a toda criatura (cf. Mc 16,15). Esta llamada a la predicación de la Buena Nueva es tanto más urgente si tenemos en cuenta que acerca de Él se siguen profiriendo todo tipo de opiniones equivocadas, incluso blasfemas.

Pero el anuncio de su mesianidad y del advenimiento de su Reino pasa por la Cruz. En efecto, Jesucristo «comenzó a enseñarles que el Hijo del hombre debía sufrir mucho» (Mc 8,31), y el Catecismo nos recuerda que «la Iglesia avanza en su peregrinación a través de las persecuciones del mundo y de los consuelos de Dios» (n. 769). He aquí, pues, el camino para seguir a Cristo y darlo a conocer: «Si alguno quiere venir en pos de mí (…) tome su cruz y sígame» (Mc 8,34).

Diez formas en las que puedes herir a tu esposo más de lo que crees y quieres: ¿qué dice la Biblia?

 


 Diez formas en las que puedes herir a tu esposo más de lo que crees y quieres: ¿qué dice la Biblia?

Un hombre se recupera de la conciencia de haber fallado, dice la autora: de sentirse un fracaso absoluto es más difícil salir.

En su momento recogimos en ReL un artículo bajo el título Diez formas en las que puedes herir a tu esposa sin darte cuenta: la Biblia advierte de ellas.

Su autora, Molly Parker, casada hace 22 años y madre de tres hijos, residente en California, ha escrito en Crosswalk otro dirigido a la segunda parte del matrimonio: ellas y algunas actitudes que de forma inconsciente pueden dañar mucho a ellos, hacerles sentir como unos fracasados, y perjudicar la relación misma. Como en el caso de los errores masculinos, acude a la Biblia buscando orientación... y la encuentra.

Molly ha extraído sus diez conclusiones preguntando a su marido y a amigos, y hace una observación general: una cosa es tener un fallo, "de lo cual cualquier hombre puede reponerse y salir adelante", y otra sentirse un fracasado, porque eso "es más duradero, puede convertirse en una etiqueta, un distintivo, una identidad". Y ahí está el peligro.

Por fortuna, Parker recuerda a quienes se sientan así que Dios ya emitió su propio juicio sobre el hombre: "Algo menor le hiciste que los ángeles y de gloria y honor le coronaste" (Sal 8, 6).

1. No está satisfecha con los ingresos familiares

Es natural desear cosas y es normal que muchas cosas que se desean no se puedan tener. El problema viene cuando "cojo mi lista de deseos y la agito sobre su cabeza dos veces al día": "Eso no puede ser bueno para nuestro matrimonio. Si yo siento la tentación de sentirme una fracasada por no tener esas cosas... ¿cómo le haré sentirse a él, que me regalaría el mundo si pudiese?". En vez de contar dinero, la esposa debería ser, como en un dicho del siglo XVII, "la mejor compañera de su marido en la prosperidad y su amiga más fiel en la adversidad".

"Mi Dios proveerá a todas vuestras necesidades con magnificencia, conforme a su riqueza, en Cristo Jesús" (Filip 4, 19).

2. No olvida ningún fallo del pasado

"Recordar los fallos del pasado genera una doble carga sobre el corazón de un hombre", advierte Parker: "Ya es bastante tener que lidiar con las deficiencias de hoy, para que encima su mujer se abalance sobre él recordándole deficiencias de ayer que no tienen nada que ver". Una esposa que se comporta así "no entiende la profundidad de la gracia de Dios", y por tanto no puede darla a su vez.

"Hermanos, una cosa hago: olvido lo que dejé atrás y me lanzo a lo que está por delante" (Filip 3, 13).

3. Plantea expectativas desmedidas para las vacaciones

Pedir un masaje con piedras calientes una vez en la vida por tu cumpleaños es una cosa, pedirlo todos los años y en Hawai "quizá es pedir demasiado", ironiza Molly. "Una vez", recuerda, "establecí unas expectativas poco realistas para la participación de mi marido en la cena de Nochebuena. Pero el año pasado se durmió antes que los niños y todas las fantasías de abrir los regalos junto al árbol bebiendo sidra se vinieron abajo".



Pero ella se hace esta reflexión: "Si en el contexto de un matrimonio de 22 años ha demostrado ser un buen hombre, ¿por qué hacerle sentir como si me hubiese fallado... y además en Navidad?".

"Sed prontos para escuchar, tardos para hablar, tardos para la ira" (Sant 1, 19).

4. Pone excusas para las relaciones íntimas

Puede haber razones de todo tipo con las que la mujer evita las relaciones íntimas con su marido, "pero cuando las excusas se acumulan sin motivo aparente, un hombre puede pensar que ha fallado en algo: '¡Solía volverla loca! ¿Por qué mis necesidades ya no son una prioridad para ella?'". Tal vez la esposa considera que hay que resolver los problemas conyugales antes de mantener relaciones, "pero los expertos no están de acuerdo", dice: "La probabilidad de arreglar las cosas es mucho mayor después del sexo".

"Lo que Dios unió no lo separe el hombre" (Mc 10, 9).

5. Le recuerda que se supone que él debe ser el líder

Hay algo más enojoso que un marido recordándole a su mujer que debe obedecerle, dice la autora: ¡una esposa recordándole que el líder es él... y un "líder a su servicio"! Resulta paternalista, sermoneador y presuntuoso, especialmente si se usa cierto "tono". Molly sugiere que una esposa amable, humilde y sabia tiene más poder, "y si las oraciones por su marido sustituyen a las impertinencias sobre sus fallos, es más probable que ella le convierta en el hombre de sus sueños".

"Las mujeres estén sujetas a sus maridos, para que, si algunos no se rinden a la Palabra, sin palabra sean ganados por el comportamiento de las mujeres, al considerar vuestra conducta casta y respetuosa" (I Pe 3, 1-2).

6. Cuestiona la forma en la que educa a sus hijos

Molly confiesa que es demasiado correctora y quisquillosa con la forma en la que su marido educa a los hijos: "Fuiste muy duro con ella... Fuiste muy blando con él... Ve ahora a darle un abrazo...". Y considera "ridículo" actuar asi porque "¡es un padre increíble que incluso les hace los deberes de ciencias!". Y plantea una idea importante: "Si un hombre fracasa como padre, lo arrastrará el resto de su vida. Pero si lo hace bien... ¡no hay mayor medida del éxito! Así que una mujer debe estar junto a su marido cuando ambos abordan juntos el trabajo más difícil sobre la tierra: educar hijos que se conviertan en buenos adultos".

"No es bueno que el hombre esté solo. Le haré una ayuda semejante a él" (Gén 2, 18).

7. Le compara con otros hombres

Lo cual es una "faena" para ellos, educados desde el colegio en competir continuamente. Pero luego está "el hogar, un lugar donde sentirse libre de la trampa de las comparaciones... ¿o no?". Escuchar de su esposa el dinero que ganan otros hombres, o lo galantes que son con sus mujeres, o cómo les ofrecen una vida de emoción y aventuras... "sugiere que ellas están más interesadas en moldear a su marido según su ideal que según el ideal de Dios", en vez de "dejar margen a Dios para que actúe en su vida". Las cosas requieren su tiempo: ¡incluso Jesús, en cuanto hombre, maduró!

"Y Jesús progresaba en sabiduría, en estatura y en gracia delante de Dios y de los hombres" (Lc 2, 52).

8. Se avergüenza de sus actividades

"Si una mujer no respeta, admira y apoya su profesión, sus aficiones y sus intereses, es seguro que él se sentirá un fracasado": no hace falta darle muchas vueltas. Es posible que el hombre se entregue en exceso a cualquiera de esas actividades, pero entonces será probablemente más eficaz rezar para que él establezca mejor sus prioridades teniendo presente a Dios en su camino.

"En todos tus caminos piensa en Él, y Él allanará tus senderos" (Prov 3, 6).

9. No disfruta de su vida juntos

Molly recuerda que, cuando llevaban 12 años casados, tuvieron que trasladarse de California a Alabama por razones de trabajo que su marido no podía evitar. Para ella fue un disgusto y no consiguió dejar a un lado sus sentimientos: "Él se sintió desesperanzado y desanimado, como si hubiese fallado en darme una vida feliz". Puede haber otras razones que hagan difícil la alegría, pero... "una mujer sin alegría hace que su hombre se considere un fracaso". Lo importante en estos casos es siempre "mantener abierta la línea de comunicación".

"Llevad los unos las cargas de los otros, y así cumplid plenamente la ley de Cristo" (Gál 6, 2).

10. Le corrige en público

"Nada le chupa la vida a un hombre más que una esposa que le empequeñece en público, y a veces basta para ello una mirada", afirma la autora del artículo: "Incluso si él se lo merece, una mujer se ganará más el respeto, de él y de los demás, si lo guarda para sí y ama profundamente a su marido".

"Mantened la caridad unos con otros, porque la caridad cubre la muchedumbre de los pecados" (I Pe 4, 8).

Lee también la otra cara de la moneda de este artículo: Diez formas en las que puedes herir a tu esposa sin darte cuenta: la Biblia advierte de ellas.

Artículo publicado en ReL el 23 de agosto de 2017.

sábado, 14 de septiembre de 2024

Santo Evangelio 14 de deptiembre 2024



 Texto del Evangelio (Jn 3,13-17):

 En aquel tiempo, Jesús dijo a Nicodemo: «Nadie ha subido al cielo sino el que bajó del cielo, el Hijo del hombre. Y como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así tiene que ser levantado el Hijo del hombre, para que todo el que crea en Él tenga vida eterna. Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo único, para que todo el que crea en Él no perezca, sino que tenga vida eterna. Porque Dios no ha enviado a su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por Él».



«Para que todo el que crea en Él tenga vida eterna»


Rev. D. Antoni CAROL i Hostench

(Sant Cugat del Vallès, Barcelona, España)

Hoy, el Evangelio es una profecía, es decir, una mirada en el espejo de la realidad que nos introduce en su verdad más allá de lo que nos dicen nuestros sentidos: la Cruz, la Santa Cruz de Jesucristo, es el Trono del Salvador. Por esto, Jesús afirma que «tiene que ser levantado el Hijo del hombre» (Jn 3,14).

Bien sabemos que la cruz era el suplicio más atroz y vergonzoso de su tiempo. Exaltar la Santa Cruz no dejaría de ser un cinismo si no fuera porque allí cuelga el Crucificado. La cruz, sin el Redentor, es puro cinismo; con el Hijo del Hombre es el nuevo árbol de la Sabiduría. Jesucristo, «ofreciéndose libremente a la pasión» de la Cruz ha abierto el sentido y el destino de nuestro vivir: subir con Él a la Santa Cruz para abrir los brazos y el corazón al Don de Dios, en un intercambio admirable. También aquí nos conviene escuchar la voz del Padre desde el cielo: «Éste es mi Hijo (...), en quien me he complacido» (Mc 1,11). Encontrarnos crucificados con Jesús y resucitar con Él: ¡he aquí el porqué de todo! ¡Hay esperanza, hay sentido, hay eternidad, hay vida! No estamos locos los cristianos cuando en la Vigilia Pascual, de manera solemne, es decir, en el Pregón pascual, cantamos alabanza del pecado original: «¡Oh!, feliz culpa, que nos has merecido tan gran Redentor», que con su dolor ha impreso “sentido” al dolor.

«Mirad el árbol de la cruz, donde colgó el Salvador del mundo: venid y adorémosle» (Liturgia del Viernes Santo). Si conseguimos superar el escándalo y la locura de Cristo crucificado, no hay más que adorarlo y agradecerle su Don. Y buscar decididamente la Santa Cruz en nuestra vida, para llenarnos de la certeza de que, «por Él, con Él y en Él», nuestra donación será transformada, en manos del Padre, por el Espíritu Santo, en vida eterna: «Derramada por vosotros y por muchos para el perdón de los pecados».

viernes, 13 de septiembre de 2024

Santo Evangelio 13 de septiembre 2024

 


Texto del Evangelio (Lc 6,39-42):

 En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos esta parábola: «¿Podrá un ciego guiar a otro ciego? ¿No caerán los dos en el hoyo? No está el discípulo por encima del maestro. Todo discípulo que esté bien formado, será como su maestro. ¿Cómo es que miras la brizna que hay en el ojo de tu hermano, y no reparas en la viga que hay en tu propio ojo? ¿Cómo puedes decir a tu hermano: ‘Hermano, deja que saque la brizna que hay en tu ojo’, no viendo tú mismo la viga que hay en el tuyo? Hipócrita, saca primero la viga de tu ojo, y entonces podrás ver para sacar la brizna que hay en el ojo de tu hermano».



«Todo discípulo que esté bien formado, será como su maestro»


Rev. D. Antoni CAROL i Hostench

(Sant Cugat del Vallès, Barcelona, España)

Hoy, las palabras del Evangelio nos hacen reflexionar sobre la importancia del ejemplo y de procurar para los otros una vida ejemplar. En efecto, el dicho popular dice que «“Fray Ejemplo” es el mejor predicador», u otro que afirma que «más vale una imagen que mil palabras». No olvidemos que, en el cristianismo, todos —¡sin excepción!— somos guías, ya que el Bautismo nos confiere una participación en el sacerdocio (mediación salvadora) de Cristo: en efecto, todos los bautizados hemos recibido el sacerdocio bautismal. Y todo sacerdocio, además de las misiones de santificar y de enseñar a los demás, incorpora también el munus —la función— de regir o dirigir.


Sí, todos —queramos o no— con nuestra conducta tenemos la oportunidad de llegar a ser un modelo estimulante para aquellos que nos rodean. Pensemos, por ejemplo, en la ascendencia que unos padres tienen sobre sus hijos, los profesores sobre los alumnos, las autoridades sobre los ciudadanos, etc. El cristiano, sin embargo, debe tener una conciencia particularmente viva acerca de todo esto. Pero..., «¿podrá un ciego guiar a otro ciego?» (Lc 6,39).


Para nosotros, cristianos, es como una llamada de atención aquello que los judíos y las primeras generaciones de cristianos decían de Jesucristo: «Todo lo ha hecho bien» (Mc 7,37); «El Señor comenzó a hacer y enseñar» (Hch 1,1).


Debemos procurar traducir en obras aquello que creemos y profesamos de palabra. En una ocasión, el Papa Benedicto XVI, cuando todavía era el Cardenal Ratzinger, afirmaba que «el peligro más amenazador son los cristianismos adaptados», es decir, el caso de aquellas personas que de palabra se profesan católicas pero que, en la práctica, con su conducta, no manifiestan el “radicalismo” propio del Evangelio.


Ser radicales no equivale a fanáticos (ya que la caridad es paciente y tolerante) ni a exagerados (pues en cuestiones de amor no es posible exagerar). Como ha afirmado San Juan Pablo II, «el Señor crucificado es un testimonio insuperable de amor paciente y de humilde mansedumbre»: no se trata ni de un fanático ni de un exagerado. Pero sí que es radical, tanto que nos hace decir con el centurión que asistió a su muerte: «Verdaderamente este hombre era justo» (Lc 23,47).

Así es la fe de Isabel Vaughan-Spruce, la mujer detenida por rezar en silencio («crimen mental»)

 


Así es la fe de Isabel Vaughan-Spruce, la mujer detenida por rezar en silencio («crimen mental»)

Isabel Vaughan fue arrestada por rezar mentalmente y ahora la policía deberá indemnizarla con 13.000 libras.

sabel Vaughan-Spruce suele ser una mujer pacífica que respeta la ley. Sin embargo, ha sido noticia mundial viral porque ha sido dos veces detenida por rezar en silencio cerca de un centro de abortos en Birmingham, Inglaterra.

Vale la pena conocer cómo Isabel llegó a ser un símbolo de la lucha provida y la libertad de pensamiento.

Tras un proceso judicial, Isabel acaba de recibir 13.000 libras de la Policía "en reconocimiento por el trato injusto que recibió y la violación de sus derechos humanos", tras presentar una denuncia sobre "dos arrestos injustos y encarcelamientos; agresión y lesiones, en relación con un registro y las onerosas condiciones de la fianza que se le impusieron".

Su "delito": rezar mentalmente, en la calle.

"Crimen mental" o "delito de pensamiento", denuncian sus abogados.

Registrada incluso en el pelo

Isabel Vaughan-Spruce fue detenida por primera vez en noviembre de 2022 cuando dos agentes se le acercaron mientras permanecía en silencio en la acera. Les dijo que no estaba protestando, pero que "puede que esté rezando en mi cabeza, pero no he dicho nada en voz alta". El vídeo de su detención se hizo viral.

La Alianza para la Defensa de la Libertad (ADF) del Reino Unido señaló que había sido "el primer caso de 'delito de pensamiento' procesado en la Gran Bretaña del siglo XXI".

Vaughan-Spruce fue arrestada, registrada a fondo (incluso le revisaron el pelo), acusada penalmente y juzgada. A pesar de que nunca había pronunciado una palabra en alto.

Vaughan-Spruce fue absuelta de los cargos en el Tribunal de Magistrados de Birmingham debido a la incapacidad de la fiscalía para presentar pruebas.

Sólo unas semanas después, Vaughan-Spruce fue arrestada nuevamente por "pensar en silencio y rezar en la vía pública" cerca del centro de abortos. Esta vez se presentaron seis agentes de policía y uno de ellos le dijo sin rodeos que "has dicho que estás rezando, lo cual es un delito".

Esta vez, con el apoyo de ADF UK, Vaughan-Spruce presentó una denuncia contra la policía de West Midlands y ganó.

"No hay lugar para la 'policía del pensamiento' de Orwell en la Gran Bretaña del siglo XXI" afirmó Vaughan-Spruce en un comunicado de prensa. "Sin embargo, a pesar de esta victoria, me preocupa profundamente que esta violación pueda repetirse a manos de otras fuerzas policiales", añadió.



Isabel VaughnIsabel Vaughan-Spruce le dijo a la Policía que no estaba protestando, pero que "puede que esté rezando en mi cabeza, pero no he dicho nada en voz alta".

De hecho, hay otras dos personas en este momento que se enfrentan a juicio por delitos similares:

- Adam Smith-Connor, un veterano militar que rezó por el hijo que perdió por aborto cerca de un centro en Bournemouth,

- y Livia Tossici-Bolt, que sostenía un cartel que decía "Estoy aquí para hablar, si quieres", fuera del mismo centro.

El Ministerio del Interior del Reino Unido está tomando medidas más severas contra la oración silenciosa cerca de los centros de aborto y está implementando la Ley de Orden Público, que prohibirá todas esas "presencias sospechosas" a menos de 150 metros de cada centro de aborto del país.

El Gobierno laborista (izquierda) de Reino Unido revisará las directrices publicadas por el gobierno conservador anterior que decían: "La oración silenciosa, al ser el compromiso de la mente y el pensamiento en la oración hacia Dios, está protegida como un derecho absoluto bajo la Ley de Derechos Humanos de 1998 y no debe, por sí sola, considerarse un delito bajo ninguna circunstancia".

"Es increíble que en la Gran Bretaña moderna se haya detenido a gente por delitos de pensamiento", afirmó el lord Frost, miembro del Parlamento conservador y ex ministro del gabinete.

"Si el Gobierno está considerando penalizar formalmente la oración en silencio en el exterior de los centros de aborto, habrá más casos de este tipo y, no solo se verá amenazada la libertad de expresión, sino también la libertad de pensamiento. Es difícil imaginar una situación más absurda y peligrosa", añade.

El origen de Isabel: una familia católica y provida

"Me crié en una familia católica. Mi padre, en particular, era un firme defensor de la vida, aunque creo que la postura natural por defecto de cualquier niño es ser pro vida, a menos que se le enseñe lo contrario. Afortunadamente, no me enseñaron a deshumanizar al niño no nacido", comenta Isabel Vaughan-Spruce en una entrevista con The European Conservative.

"De niña, recuerdo que un hospital psiquiátrico local, que había sido hogar para personas con graves problemas de salud mental, como esquizofrenia o trastorno bipolar, cerró. Muchas de estas personas no podían soportar que las enviaran a vivir solas, así que mi padre les abrió las puertas de nuestra casa. Recuerdo que yo y mis cinco hermanos compartíamos un dormitorio y que las otras habitaciones de nuestra gran casa en la cima de la colina se abrían a 'los huéspedes'", añade Isabel.

"Me enseñaron a valorar a las personas por lo que son, no solo por lo que hacen o logran. No fue hasta la adolescencia cuando empecé a responsabilizarme de mis creencias provida. De adolescente, leía muchas historias de guerra, me ponía en su lugar, como lo hace cualquier persona, y me preguntaba qué habría hecho si hubiera vivido en esa época (...). No se trataba tanto de qué habría hecho si hubiera vivido en esa época, sino de qué estaba haciendo ahora. Reconocí que a toda una parte de la población se le estaba privando de su derecho humano a la vida. No podía simplemente quedarme complaciente", comenta.

Es un "insulto a Dios" tratar niños como basura

Sobre el por qué se puso a orar fuera de un centro de abortos, Isabel es clara. "Creo que al principio me motivó la injusticia hacia los niños no nacidos. Sentí que era un gran insulto a Dios que una nación se deshiciera legalmente de los niños como si fueran basura. El centro de abortos al que fui a rezar fue el primero que se abrió en el país y realizaba 10.000 abortos al año. Reconocí que cada uno de esos bebés tenía un valor inmenso y era una obra de arte irrepetible de un Creador divino que no comete errores", explica.

"Me encontré con mujeres  a las que el aborto no les había ayudado; simplemente habían cambiado un problema por otro mucho más profundo. Las vi salir del centro con caras vacías, vomitando en la cuneta o sollozando con sus teléfonos. El daño que vi que el aborto les infligía a estas mujeres se convirtió en una nueva motivación, ya que sabía que merecían algo mejor", explica.

"Comencé una campaña llamada 40 días por la vida en Birmingham, donde ayudé a organizar un turno para que dos personas rezaran allí desde las 8 de la mañana hasta las 8 de la tarde todos los días durante 40 días consecutivos", relata.

"Si hubieras estado aquí, no habría pasado"

"El primer día de esta campaña, estaba rezando en silencio cerca del centro de abortos. Una mujer joven pasó caminando por el lado opuesto de la calle. Me llamó y me preguntó por qué estaba allí de pie. Le expliqué que estaba rezando y que estaba allí para ofrecer ayuda y alternativas a quienes usaban el centro de abortos. Una mirada terriblemente triste se dibujó en el rostro de esta joven y me respondió diciendo: '¿Por qué no estuviste aquí la semana pasada? Si alguien hubiera estado aquí la semana pasada, no me habría hecho el aborto'. Hice una promesa interna de que nadie más durante al menos los próximos 40 días iba a poder decir eso", recuerda.

Isabel explica cómo fue la experiencia de ser arrestada por orar en silencio. "Cuando me arrestaron, me pareció surrealista estar de pie en una calle rezando mentalmente y escuchar esas palabras que solo se escuchan en la televisión: 'No digas nada que pueda perjudicar tu defensa... Todo lo que hagas o digas puede ser utilizado como prueba'. Sabía que estaba donde Dios quería, y aunque, claramente, era una situación muy desagradable, ser arrestada y registrada en una calle pública, sentí una paz interior", comenta.

Su victoria en los tribunales locales contra la policía local ha sentado un precedente para otros provida que buscan dar testimonio fuera de las clínicas. "Pero no es vinculante para los tribunales. La Ley de Orden Público requerirá interpretación por parte de las fuerzas de seguridad de toda Inglaterra y Gales. El resultado de mi caso es la prueba más clara de que la oración en silencio no será tratada por los agentes de Policía como un delito penal", confía. 

Dar esperanza a las mujeres

Isabel quiere seguir ofreciendo un mensaje de esperanza a quienes ingresan al centro de abortos. "Muchas mujeres han tenido uno o más abortos y me han dicho lo mal preparadas que estaban para afrontar las consecuencias. Todas las mujeres tienen derecho a saber la verdad. Esto incluye el hecho de que tienen otras opciones a su disposición (...) La propuesta es de esperanza, sin importar en qué situación se encuentre la persona. Incluso si ya se ha sometido a un aborto, estamos ahí para ofrecerle ayuda real y trabajar con ella para encontrar una solución positiva", comenta.



Sobre la situación del movimiento pro vida en el Reino Unido, Vaughan-Spruce dice que se fortalece cada día.

"Desde 2020, cuando los abortos caseros se convirtieron en ley, las mujeres ven por sí mismas la humanidad de su hijo y experimentan un trauma muy crudo. Se estima que aproximadamente una de cada tres mujeres [en Inglaterra] se ha sometido a un aborto en algún momento. Muchas de estas mujeres se están convirtiendo en fuertes aliadas de la causa provida y están diciendo la verdad con valentía. Las mentiras solo se pueden tragar durante un tiempo, antes de que la gente se sienta insatisfecha, y creo que ese momento ha llegado".

Desde muchas ciudades de España e Hispanoamérica puedes participar en 40 Días por la Vida. La nueva campaña empieza el 25 de septiembre de 2024.

Fuente: Religión en Libertad

jueves, 12 de septiembre de 2024

Santo Evangelio 12 de de septiembre 2024

 


Texto del Evangelio (Lc 6,27-38):

 En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Yo os digo a los que me escucháis: Amad a vuestros enemigos, haced bien a los que os odien, bendecid a los que os maldigan, rogad por los que os difamen. Al que te hiera en una mejilla, preséntale también la otra; y al que te quite el manto, no le niegues la túnica. A todo el que te pida, da, y al que tome lo tuyo, no se lo reclames. Y lo que queráis que os hagan los hombres, hacédselo vosotros igualmente. Si amáis a los que os aman, ¿qué mérito tenéis? Pues también los pecadores aman a los que les aman. Si hacéis bien a los que os lo hacen a vosotros, ¿qué mérito tenéis? ¡También los pecadores hacen otro tanto! Si prestáis a aquellos de quienes esperáis recibir, ¿qué mérito tenéis? También los pecadores prestan a los pecadores para recibir lo correspondiente. Más bien, amad a vuestros enemigos; haced el bien, y prestad sin esperar nada a cambio; y vuestra recompensa será grande, y seréis hijos del Altísimo, porque Él es bueno con los ingratos y los perversos.

»Sed compasivos, como vuestro Padre es compasivo. No juzguéis y no seréis juzgados, no condenéis y no seréis condenados; perdonad y seréis perdonados. Dad y se os dará; una medida buena, apretada, remecida, rebosante pondrán en vuestro regazo. Porque con la medida con que midáis se os medirá».



«Sed compasivos, como vuestro Padre es compasivo»


Rev. D. Jaume AYMAR i Ragolta

(Badalona, Barcelona, España)

Hoy, en el Evangelio, el Señor nos pide por dos veces que amemos a los enemigos. Y seguidamente da tres concreciones positivas de este mandato: haced bien a los que os odien, bendecid a los que os maldigan, rogad por los que os difamen. Es un mandato que parece difícil de cumplir: ¿cómo podemos amar a quienes no nos aman? Es más, ¿cómo podemos amar a quienes sabemos cierto que nos quieren mal? Llegar a amar de este modo es un don de Dios, pero es preciso que estemos abiertos a él. Bien mirado, amar a los enemigos es lo más sabio humanamente hablando: el enemigo amado se verá desarmado; amarlo puede ser la condición de posibilidad para que deje de ser enemigo. En la misma línea, Jesús continúa diciendo: «Al que te hiera en una mejilla, preséntale también la otra» (Lc 6,29). Podría parecer un exceso de mansedumbre. Ahora bien, ¿qué hizo Jesús al ser abofeteado en su pasión? Ciertamente no contraatacó, pero respondió con una firmeza tal, llena de caridad, que debió hacer reflexionar a aquel siervo airado: «Si he hablado mal, di en qué, pero si he hablado como es debido, ¿por qué me pegas?» (Jn 18,22-23).

En todas las religiones hay una máxima de oro: «No hagas a nadie lo que no quieres que te hagan a ti». Jesús es el único que la formula en positivo: «Lo que queráis que os hagan los hombres, hacédselo vosotros igualmente» (Lc 6,31). Esta regla de oro es el fundamento de toda la moral. Comentando este versículo, nos alecciona san Juan Crisóstomo: «Todavía hay más, porque Jesús no dijo únicamente: ‘desead todo bien para los demás’, sino ‘haced el bien a los demás’»; por eso, la máxima de oro propuesta por Jesús no se puede quedar en un mero deseo, sino que debe traducirse en obras.


Hacía peregrinación en La Meca, oró y oyó una voz: buscando a un Dios Padre, ahora se ha bautizado

    


Hacía peregrinación en La Meca, oró y oyó una voz: buscando a un Dios Padre, ahora se ha bautizado

Priska Surantono al acercarse su bautizo en Australia, foto de Alphonsus Fok en Catholic Weekly

Priska Surantono, una joven de 23 años de origen indonesio y familia musulmana, se ha bautizado en la reciente Vigilia Pascual en Kensington, en la diócesis de Sídney, Australia.

Explica en el Catholic Weekly de Australia que su viaje espiritual comenzó en el lugar que menos cabría esperar: en La Meca, donde realizaba la peregrinación llamada Umra, que cada musulmán debe hacer al menos una vez en la vida.

Una voz misteriosa en La Meca

Sucedió en julio de 2019, cuando tenía 18 años. Acudió a La Meca en actitud de búsqueda. "En mi época como musulmana no estaba conectada del todo con Dios; casi era una rutina o esquema, algo que hacía porque sí", explica de la oración y espiritualidad que vivía entonces.

Pero ella quería algo más. Y en La Meca consultó a Dios. "Allí me arrodillé pidiéndole que me mostrara el camino. Recé: 'si este es mi camino, si pertenezco a esto, por favor, fortalece mi fe'".

"Entonces oí una voz diciendo: 'ven a Mí, eres mi niña'. Y miré alrededor, buscando quien me hablaba, y no encontré a nadie".

"En el camino de vuelta a casa, a Indonesia, seguí pensando en esas palabras. En el Islam nunca comparamos nuestra relación con Dios como la de un padre y un hijo, mientras que en el cristianismo todos somos hijos de Dios", comenta. "En ese momento entendí que ya no podía negar lo que estaba sintiendo".

Una madre musulmana, y parientes protestantes

La religión es un tema complicado en la familia de Priska. Su madre se educó en una familia "protestante estricta", pero se hizo musulmana al casarse con un musulmán. Luego se divorciaron, cuando Priska era una niña.

En Indonesia, Priska empezó a acudir a la misa católica. Había algo allí que le atraía. "Había encontrado una conexión santa y sagrada con Dios en misa, y Su presencia no era como nada que hubiera sentido antes", explica. "Me enganchó más y más y supe que quería mantener esa sensación. Era una llamada para pedir más".

Con 19 años consiguió decir a su madre que estaba yendo a misas católicas. A ella no le gustó. Ni a su familia materna, protestante.

"Mis tíos y tías insistieron en que mejor me convirtiera al protestantismo. Dos de mis tías, clérigas en su iglesia, intentaron decirme que era un proceso mucho más fácil que hacerme católica. Les dije que no se trataba de hacer lo fácil. No quería lo más cómodo o conveniente, quería el proceso adecuado hasta que me mereciera entrar con Dios", exploca Priska.

"No me importaba si eso significaba que no me consideraran ya parte de la familia. Aunque tuvieran opiniones distintas, el apoyo de mi madre y mi hermana era todo lo que yo necesitaba. Aunque no apoyan del todo mi decisión, creo que mi familia y yo tenemos un buen trato ahora".

Como estudiante en la Universidad de Nueva Gales del Sur, en Kensington, Australia, buscó en Internet el catecumenado para adultos y se integró en la comunidad de católicos indonesios que se reúnen en una parroquia de la ciudad.

"No todo fue sol y arcoíris, tuve que ser perseverante en mi decisión. La misa era un paso emocionante hacia la conversión, algo que afirmaba mi fe", explicaba tras el rito de elección de catecúmenos, esperando con deseo la Pascua.

También comentaba que hablando con otros conversos supo de historias similares (varios vienen de la comunidad china, de familias budistas, taoístas o sin religión). "Nos podemos inspirar unos a otros para mantenernos fieles", señala. Considera que su comunidad católica ahora le es imprescindible.


Padrinos ponen la mano sobre los candidatos a ser bautizados en 2024 en Sídney, muchos de origen chino o vietnamita

Padrinos ponen la mano sobre los candidatos a ser bautizados en 2024 en Sídney, muchos de origen chino o vietnamita.

El fruto espiritual: dar espacio a Dios

"La razón de este viaje es que me di cuenta de que Dios está ahí para mí, buscándome, esperando que yo le busque", explica.

¿Y aquella sensación de deseo, de estar cerca de Dios, con la que todo empezó? "Tras todo este tiempo, aún siento lo mismo, no ha cambiado. Aún recuerdo cuánto deseaba llegar a este punto cuando empecé, y ahora ya estoy aquí", añade.

"Es un nuevo inicio para mí", añade. "Quiero seguir fortaleciendo mi fe católica. Quiero dar más tiempo y más espacio a Dios en mi corazón. Vine a la Iglesia porque lo necesitaba, por mi alma y por Él. Voy a la iglesia por Dios, no solo por mí", añade.

En la diócesis de Sídney este año se bautizan o se reciben como nuevos católicos adultos 267 personas (los que vienen de origen protestante, por ejemplo, ya están bautizados, y se les recibe en plena comunión en la Iglesia). Según Simon Yeak, coordinador de catecumenado de adultos en el Sydney Centre for Evangelisation, cada vez hay más: fueron 107 en 2021, 179 en 2023 y 267 en 2024.

Fuente: Religión en Libertad

miércoles, 11 de septiembre de 2024

Santo Evangelio 11 de septiembre 2024

 


Texto del Evangelio (Lc 6,20-26):

 En aquel tiempo, Jesús alzando los ojos hacia sus discípulos, decía: «Bienaventurados los pobres, porque vuestro es el Reino de Dios. Bienaventurados los que tenéis hambre ahora, porque seréis saciados. Bienaventurados los que lloráis ahora, porque reiréis. Bienaventurados seréis cuando los hombres os odien, cuando os expulsen, os injurien y proscriban vuestro nombre como malo, por causa del Hijo del hombre. Alegraos ese día y saltad de gozo, que vuestra recompensa será grande en el cielo. Pues de ese modo trataban sus padres a los profetas.

»Pero ¡ay de vosotros, los ricos!, porque habéis recibido vuestro consuelo. ¡Ay de vosotros, los que ahora estáis hartos!, porque tendréis hambre. ¡Ay de los que reís ahora!, porque tendréis aflicción y llanto. ¡Ay cuando todos los hombres hablen bien de vosotros!, pues de ese modo trataban sus padres a los falsos profetas».



«Bienaventurados los pobres. (...) ¡Ay de vosotros los ricos!»


Rev. D. Joaquim MESEGUER García

(Rubí, Barcelona, España)

Hoy, Jesús señala dónde está la verdadera felicidad. En la versión de Lucas, las bienaventuranzas vienen acompañadas por unos lamentos que se duelen por aquellos que no aceptan el mensaje de salvación, sino que se encierran en una vida autosuficiente y egoísta. Con las bienaventuranzas y los lamentos, Jesús hace una aplicación de la doctrina de los dos caminos: el camino de la vida y el camino de la muerte. No hay una tercera posibilidad neutra: quién no va hacia la vida se encamina hacia la muerte; quién no sigue la luz, vive en las tinieblas.

«Bienaventurados los pobres, porque vuestro es el Reino de Dios» (Lc 6,20). Esta bienaventuranza es la base de todas las demás, pues quien es pobre será capaz de recibir el Reino de Dios como un don. Quien es pobre se dará cuenta de qué cosas ha de tener hambre y sed: no de bienes materiales, sino de la Palabra de Dios; no de poder, sino de justicia y amor. Quien es pobre podrá llorar ante el sufrimiento del mundo. Quien es pobre sabrá que toda su riqueza es Dios y que, por eso, será incomprendido y perseguido por el mundo.

«Pero ¡ay de vosotros, los ricos!, porque habéis recibido vuestro consuelo» (Lc 6,24). Esta lamentación es también el fundamento de todas las que siguen, pues quien es rico y autosuficiente, quien no sabe poner sus riquezas al servicio de los demás, se encierra en su egoísmo y obra él mismo su desgracia. Que Dios nos libre del afán de riquezas, de ir detrás de las promesas del mundo y de poner nuestro corazón en los bienes materiales; que Dios no permita que nos veamos satisfechos ante las alabanzas y adulaciones humanas, ya que eso significaría haber puesto el corazón en la gloria del mundo y no en la de Jesucristo. Nos será provechoso recordar lo que nos dice san Basilio: «Quien ama al prójimo como a sí mismo no acumula cosas innecesarias que puedan ser indispensables para otros».


Chet, el hijo de Tom Hanks, explica la experiencia mística que le obligó a dejar de ser ateo



 Chet, el hijo de Tom Hanks, explica la experiencia mística que le obligó a dejar de ser ateo

Primer plano de Chet Hanks, hijo de Tom Hanks

Chet Hanks, hijo de Tom Hanks, habla de la experiencia mística por la que dejó de ser ateo

Algo tiene el desierto, cuando Jesús, los profetas y los ermitaños lo eligen para encontrar a Dios. Puede ser un lugar de conversión. Toda la Cuaresma y su austeridad bebe de esa tradición. "La seduciré, la llevaré al desierto, y le hablaré al corazón", dice Dios en Oseas 2,14, expresando su deseo de encontrar al hombre, al alma.

En el desierto muchos encuentran una belleza grande y sencilla que les acerca a lo divino. Puede ser un activador de experiencias místicas, como le sucedió al cineasta Eric-Emmanuel Schmitt. De familia atea y anticlerical, se perdió 30 horas en el Sáhara. "Pensé que tendría miedo, pero no: me invadió la paz, la confianza... y la fe. «Si no me encuentran, moriré creyente, y si me encuentran, tendré que vivir creyente»". Su historia la recogió ReL aquí.

Un caso similar ha relatado ahora otro personaje ligado al mundo del cine, el actor y músico Chester Hanks, conocido como Chet, que es uno de los dos hijos de los actores Tom Hanks y Rita Wilson, casados desde 1988, lo que no es común en Hollywood. Rita en realidad se llama Margarita Ibrahimoff, su padre era búlgaro musulmán y su madre era griega ortodoxa.

Tom Hanks viene de una historia familiar y religiosa complicada, con parientes y épocas de catolicismo, mormonismo, iglesia "nazarena" (protestantes muy heterodoxos) y algunos años de adolescencia evangélica. Rita puso orden en la familia y se aseguró de que todos fueran regularmente a la iglesia ortodoxa griega.



Pero a los 17 años, su hijo Chet se declaraba ateo, se comportaba muy mal y estaba enfadado con todo el mundo. Lo mandaron a un campamento de 12 semanas en una zona remota de Utah. Ha contado ahora, en el podcast “IMPAULSIVE Clips”, lo que sucedió hacia el final de ese campamento remoto.

En este podcast, en el minuto 4, Chet detalla la experiencia mística por la que ya no pudo seguir declarándose ateo 



Mirando desde otra perspectiva... y viendo

"Salí y me senté en el borde de un risco, y me quedé mirando las vistas. Miré por dónde había estado, desde esa perspectiva elevada, porque había estado atrapado en ese desierto 12 semanas y me parecía feo y aburrido, sin nada para ver. Pero ahora lo miraba desde una perspectiva elevada, en lo alto de una montaña".

Miró a su alrededor, 360 grados, hasta el límite de la vista, y no veía rastro de seres humanos en muchas millas. Sintió que le rodeaba una belleza abrumadora.

"Y miraba alrededor y la emoción me abrumaba tanto... Sentí como si me tocara la mano de Dios. Fue en ese momento que Dios se me reveló. Toda esa ira, y ese odio, y ese resentimiento, desaparecieron. Se dieron la vuelta, se convirtieron en, simplemente, esperanza infinita, gratitud, paz, amor. Cambió de golpe, así", explica Chet.

"Estaba tan abrumado por la emoción, que simplemente me senté ahí al borde del precipicio y sollocé. Sollocé durante una hora, de forma incontrolable. No paraba. Pero eran lágrimas de alegría. Lágrimas de todo, sintiendo todas las emociones a la vez, todo el dolor, todo el gozo", añade.

Muy distinto a las drogas

Chet sufrió adicciones a las drogas y al alcohol de los 16 a los 24 años. Sabe lo que es experimentar un "subidón" con drogas psicodélicas. Pero cuando el entrevistador le pregunta si la experiencia se parecía algo a las drogas, responde que no se parecía en nada. "Ninguna experiencia que haya tenido con [drogas] psicodélicas se acerca en nada a eso", afirma.

"Fue en ese momento que nació mi vida espiritual, cuando estaba así, abrumado. Supe que, 'vale, hay Algo Más ahí fuera, hay un Poder Superior, hay una Inteligencia superior, porque acabo de sentir como si me diera golpecitos en el hombro".

Le costó reordenar su vida y dejar la adicción a las drogas y el alcohol, pero consiguió la sobriedad a los 24 años, y asegura que Dios le ayudó en este proceso.

En 2014 lo proclamaba desde su cuenta de Instagram: "si alguien que ve esto tiene problemas de adicciones, ¡siéntete libre de buscar ayuda! Gracias a todos por vuestro amor y apoyo. ¡Dios es real!"

¿Mucha gente tiene experiencias místicas? Quizá más del 40%

En 1974, un estudio del sociólogo y sacerdote Andrew Greeley, preguntó a casi 1.500 personas: «¿Alguna vez ha sentido que estuviera usted muy cerca de una poderosa fuerza espiritual que parecía sacarle a usted de sí mismo?» Un 35% decía que sí. Un 17% decía que lo había vivido varias veces. Repitió la encuesta catorce años más tarde, en 1987, en su estudio Mysticism goes mainstream. Ahora era un 43% la población que declaraba tal experiencia.

La experiencia mística tiene estas características, según el estudioso Joseph Hinman (The Trace of God, GrandViaduct, 2014):

- es «noética»: quien la vive siente que ha aprendido algo que es conocimiento verdadero, no mera sensación

- es «inefable»: es difícil de explicar con palabras

- es «sagrada»: se siente como fascinante, valiosa y sobrenatural, aunque no encaje del todo con la teología de la persona

- es a la vez «profunda, positiva, se disfruta»

- es «paradójica, desafía la lógica».

- es profundamente «transformativa», cambia tus valores, y te ayuda a "navegar" por la vida, te marca un rumbo

Chet Hanks canta en un vídeo de 2018



 (Artículo de hemeroteca publicado originalmente el 3 de marzo de 2021).

martes, 10 de septiembre de 2024

Santo Evangelio 10 de septiembre 2024



 Texto del Evangelio (Lc 6,12-19):

 En aquellos días, Jesús se fue al monte a orar, y se pasó la noche en la oración de Dios. Cuando se hizo de día, llamó a sus discípulos, y eligió doce de entre ellos, a los que llamó también apóstoles. A Simón, a quien llamó Pedro, y a su hermano Andrés; a Santiago y Juan, a Felipe y Bartolomé, a Mateo y Tomás, a Santiago de Alfeo y Simón, llamado Zelotes; a Judas de Santiago, y a Judas Iscariote, que llegó a ser un traidor.

Bajando con ellos se detuvo en un paraje llano; había una gran multitud de discípulos suyos y gran muchedumbre del pueblo, de toda Judea, de Jerusalén y de la región costera de Tiro y Sidón, que habían venido para oírle y ser curados de sus enfermedades. Y los que eran molestados por espíritus inmundos quedaban curados. Toda la gente procuraba tocarle, porque salía de él una fuerza que sanaba a todos.



«Jesús se fue al monte a orar, y se pasó la noche en la oración de Dios»


Fray Lluc TORCAL Monje del Monasterio de Sta. Mª de Poblet

(Santa Maria de Poblet, Tarragona, España)

Hoy quisiera centrar nuestra reflexión en las primeras palabras de este Evangelio: «En aquellos días, Jesús se fue al monte a orar, y se pasó la noche en la oración de Dios» (Lc 6,12). Introducciones como ésta pueden pasar desapercibidas en nuestra lectura cotidiana del Evangelio, pero —de hecho— son de la máxima importancia. En concreto, hoy se nos dice claramente que la elección de los doce apóstoles —decisión central para la vida futura de la Iglesia— fue precedida por toda una noche de oración de Jesús, en soledad, ante Dios, su Padre.

¿Cómo era la oración del Señor? De lo que se desprende de su vida, debía ser una plegaria llena de confianza en el Padre, de total abandono a su voluntad —«no busco hacer mi propia voluntad, sino la voluntad del que me ha enviado» (Jn 5,30)—, de manifiesta unión a su obra de salvación. Sólo desde esta profunda, larga y constante oración, sostenida siempre por la acción del Espíritu Santo que, ya presente en el momento de su Encarnación, había descendido sobre Jesús en su Bautismo; sólo así, decíamos, el Señor podía obtener la fuerza y la luz necesarias para continuar su misión de obediencia al Padre para cumplir su obra vicaria de salvación de los hombres. La elección subsiguiente de los Apóstoles, que, como nos recuerda san Cirilo de Alejandría, «Cristo mismo afirma haberles dado la misma misión que recibió del Padre», nos muestra cómo la Iglesia naciente fue fruto de esta oración de Jesús al Padre en el Espíritu y que, por tanto, es obra de la misma Santísima Trinidad. «Cuando se hizo de día, llamó a sus discípulos, y eligió doce de entre ellos, a los que llamó también apóstoles» (Lc 6,13).

Ojalá que toda nuestra vida de cristianos —de discípulos de Cristo— esté siempre inmersa en la oración y continuada por ella.

«Las formas externas de los carismáticos son llamativas, pero en la consagración son reverentes»

 


«Las formas externas de los carismáticos son llamativas, pero en la consagración son reverentes»

Javier Ramírez, nuevo sacerdote asesor de la Renovación Carismática Católica de España

Javier Ramírez es el nuevo sacerdote asesor de la Renovación Carismática Católica de España, en la que participa desde hace 14 años

El sacerdote Francisco Javier Ramírez de Nicolás, Javi Ramírez, de la diócesis de Osma-Soria, es el nuevo consiliario de la Renovación Carismática Católica en España (RCCE), sustituyendo en el cargo a Eduardo Toraño, sacerdote en Madrid y director del Instituto Superior de Ciencias Religiosas de la Universidad de San Dámaso.

La RCCE cuenta con unos 200 grupos en España. Es un movimiento de laicos y dirigido por laicos: la función del consiliario es asesorar, con voz pero sin voto. Pero su autoridad moral y espiritual es mucha. Muchos adultos jóvenes en la Renovación fueron catequistas o en adolescentes en campamentos que Javi Ramírez atendió como capellán. Hoy son jóvenes padres de familia o responsables de grupos y servicios.

- ¿Cómo conoció usted la Renovación Carismática?

- Fue en 2010, en un retiro de sacerdotes con el cardenal Raniero Cantalamessa. Me llamó la atención la libertad y la alegría que veía en esos sacerdotes. Me asombraba su libertad al alabar a Dios. Yo ya llevaba 12 años de sacerdote, me consideraba un cura cumplidor, pero me faltaba esa alegría y libertad y ese retiro fue como un despertar para mí.

- ¿Qué hace un consiliario de la Renovación Carismática?

- Su función es ser Asesor Nacional espiritual, asesorar al equipo nacional que dirige la Renovación, que son unos laicos que están ahí sirviendo unos años. El asesor vigila la ortodoxia de la doctrina, la liturgia adecuada, ayuda con discernimiento...

- Lo de la ortodoxia en liturgia en el mundo carismático suena peculiar...

- Cuando empecé en la Renovación hace 14 años tenía miedo a que la RCC fuera muy por libre en la liturgia. Pero lo cierto es que en todo este tiempo no he visto abusos o cosas extrañas en misa que requieran una corrección. Es verdad que las formas externas de alegría de los carismáticos son llamativas, pero en misa, en la consagración, siempre hay un silencio profundo y reverente, es el sacrificio de Cristo, nuestro redentor, y ese silencio de adoración es impresionante. Pero, bueno, en cualquier grupo, carismático o no, pueden darse errores o excesos.



En la foto, Eduardo Toraño preside la misa en la Asamblea de 2024 de la RCCE, y Javier Ramírez le acompaña. Toraño deja de ser el sacerdote asesor nacional de la Renovación.

Eduardo Toraño preside la misa en la Asamblea de 2024 de la RCCE, y Javier Ramírez le acompaña

- La Renovación Carismática se aventura en algunos territorios de frontera, como la oración de sanación...

- En la Iglesia decimos que toda eucaristía es sanadora. Y, a la vez, la eucaristía no está ahí para sanar, tiene su propio fin. En la RCC se usan como una base de discernimiento los documentos de Malinas, de los años 80, del cardenal Suenens y otros teólogos, que trataron el tema. Y para mí un libro clave es Jesús Está Vivo, del padre Emiliano Tardiff. Explica con mucha prudencia espiritual cómo hacer las cosas. Lo releo de vez en cuando como manual.

- Le conoce mucha gente joven de toda España...

- Es que estuve 11 años yendo a campamentos con niños, con el Ministerio Nacional de Niños de la Renovación. Aprendí mucho de Javier Gay, sacerdote de la diócesis de Astorga, y también de lo niños. De ellos aprendes a orar con mirada limpia, a perdonar de verdad, a no guardar rencor, a buscar la alegría en todo momento, a emocionarse contemplando al Santísimo, a jugar divirtiéndote mucho, a comer con una canción en cualquier momento...

- Y los adolescentes y jóvenes...

- Con los adolescentes también creces como sacerdote y confesor. Es una vida que empieza, muy frágil, pero ya con heridas profundas, heridas que quizá no han contado nunca y lo ponen en tus manos. Entré en las redes sociales por ellos, para mandar mensajes por privados o messengers. Desde Osma-Soria tenía un pastoreo virtual como pastor, por redes. Te llamaba un monitor: "reza por mí", y rezábamos allí mismo, al teléfono, carismáticamente, con esa libertad.


- ¿Cómo ve el tema de la conversión pastoral en la Castilla rural?


- Está por desarrollar. Cuando yo empecé en Tierra de Campos, la gente decía: "para preparar un campo, primero hay que pasar las vertederas, las cuchillas gordas". Ahí estamos, en esa fase inicial de pasar las vertederas.


»Aún en las parroquias "suena a cristiandad", pero en realidad casi no hay jóvenes. Se hace el rito de la confirmación y comunión y adiós. En Soria, si ves un joven arrodillado en misa, o una familia completa en la Eucaristía, y no son días de catequesis parroquial, puedes apostar al 100% que no son de Soria. Falla la pastoral ordinaria.


- ¿Qué hacer, entonces?


- Habrá que probar cosas nuevas. Es hacer retiros, pero también después acompañar con discipulado. Yo en la parroquia tengo Proyecto Amor Conyugal, y Retiros de Emaus, de hombres y de mujeres. Todo eso es bueno, pero sin discipulado no basta. Y hace 2 años que organizo seminarios de Vida en el Espíritu para sacerdotes pero ¿quién acompaña? Todo lo que logra un impacto es bueno, pero ahora la clave es que podamos ofrecer discipulado.


- Usted ha tenido responsabilidades en Cáritas...


- Estuve 8 años en Cáritas Diocesana de Osma Soria, 6 como director y 2 como delegado. Es el trato con lo pobres. Además, en mi parroquia tenemos una ermita cedida a ortodoxos rumanos, o sea, que hacemos ecumenismo. El Papa Francisco pedía a la Renovación Carismática tres cosas: evangelizar con el Seminario de Vida en el Espíritu, atender a los pobres y periferias, y hacer ecumenismo con otros cristianos. Yo me he encontrado haciendo las tres.


- Pero en la Renovación tradicionalmente se ha evitado crear estructuras de caridad, comedores, ONGs, etc...


- La RCC no crea ministerios así, pero los fieles que van a un grupo de la RCC en parroquias colaboran con la Cáritas parroquial y desde la parroquia pueden servir a los pobres. La realidad es que Cáritas es muy poco directiva, te da mucha libertad para jugar a nivel parroquial, da espacio para tu creatividad e iniciativa. Juan Pablo II pedía fantasía o imaginación para la caridad. Si en una parroquia tienes personas creativas, con iniciativa, y además ungida con carismas de Espíritu, pueden hacer maravillas, también por los pobres.


- ¿La Renovación sigue organizando retiros para sacerdotes?


- Sí, este verano somos 102 sacerdotes en el retiro, con cinco completos de ejercicios espirituales, con esa alabanza permanente, adoración de una manera nueva, con unción.


- Pero hay contraste al volver a Soria, o cada uno a su pueblo, ¿no?


- Los de Soria y de algunas provincias de alrededor quedamos una vez al mes. Hablamos, nos confesamos, oramos unos por otros, con humildad, algo que ofreces a hermanos sacerdotes y acogen con cariño. Y volvemos a la parroquia nuevos. Algo así puede reconstruir vidas sacerdotales.


Javier Ramírez en un momento de la Asamblea de Renovación Carismática de España de 2024, cuando se anunció su nombramiento:


Javier Ramírez en un momento de la Asamblea  de Renovación carismática de España de 2024, cuando se anunció su nombramiento


- Usted ha participado en el curso para sacerdotes Pastores Gregis. ¿Cómo lo valora?


- Lo hice hace dos años. Éramos unos 30 curas. Aprendí muchísimo en Pastores Gregis, también a nivel práctico, y se lo recomiendo a todos los curas. Es una visión pastoral en el Espíritu Santo. En tu parroquia hay que mantener lo que hay que mantener, pero también hay mucho que transformar, y no lo hace el cura solo, sino con un equipo de evangelización.


»Mi parroquia entró en la Red de Parroquias Renovadas, que aporta materiales y ayuda a dar pasos firmes. Se busca aplicar esas letras del ABCDE: A de adoración, la vida de oración; B de 'bella comunidad', vida comunitaria; C de caridad y atención al pobre; D de discipulado y E de evangelización, en salida. Con esas 5 cosas transformas la parroquia. Y has de tener clara la visión y misión de tu parroquia, sus valores, estrategias. Y aprender algunas herramientas y conocer tus fortalezas.


- ¿Qué es en realidad el discipulado?


- Es aprender a ser discípulo, y ser discípulo es vivir constantemente enamorado del Maestro, tu Señor, mirarle atento a sus insinuaciones, atender a su ternura, vivir plenamente enamorado. Si estás enamorado irás más a misa, irás más a confesión, te formarás más, tu corazón te pedirá servir a los pobres. Tu Maestro te hará señales, sobre todo a través de la comunidad de tus hermanos. El discipulado es algo que dura toda la vida.


Conozca más sobre la Renovación Carismática y sus retiros en: https://www.rcc-es.com

lunes, 9 de septiembre de 2024

Santo Evangelio 9 de septiembre 2024

 


Texto del Evangelio (Lc 6,6-11):

 Sucedió que entró Jesús otro sábado en la sinagoga y se puso a enseñar. Había allí un hombre que tenía la mano derecha seca. Estaban al acecho los escribas y fariseos por si curaba en sábado, para encontrar de qué acusarle. Pero Él, conociendo sus pensamientos, dijo al hombre que tenía la mano seca: «Levántate y ponte ahí en medio». Él, levantándose, se puso allí. Entonces Jesús les dijo: «Yo os pregunto si en sábado es lícito hacer el bien en vez de hacer el mal, salvar una vida en vez de destruirla». Y mirando a todos ellos, le dijo: «Extiende tu mano». Él lo hizo, y quedó restablecida su mano. Ellos se ofuscaron, y deliberaban entre sí qué harían a Jesús.



«Levántate y ponte ahí en medio (...). Extiende tu mano»


P. Julio César RAMOS González SDB

(Mendoza, Argentina)

Hoy, Jesús nos da ejemplo de libertad. Tantísimo hablamos de ella en nuestros días. Pero, a diferencia de lo que hoy se pregona y hasta se vive como “libertad”, la de Jesús, es una libertad totalmente asociada y adherida a la acción del Padre. Él mismo dirá: «Os aseguro que el Hijo del hombre no puede hacer nada por sí mismo sino solamente lo que ve hacer al Padre; lo que hace el Padre, lo hace el Hijo» (Jn 5,19). Y el Padre sólo obra, sólo actúa por amor.

El amor no se impone, pero hace actuar, moviliza devolviendo con amplitud la vida. Aquel mandato de Jesús: «Levántate y ponte ahí en medio» (Lc 6,8) tiene la fuerza recreadora del que ama, y por la palabra obra. Más aún, el otro: «Extiende tu mano» (Lc 6,10), que termina logrando el milagro, restablece definitivamente la fuerza y la vida a lo que estaba débil y muerto. “Salvar” es arrancar de la muerte, y es la misma palabra que se traduce por “sanar”. Jesús sanando salva lo que de muerto había en ese pobre hombre enfermo, y eso es un claro signo del amor de Dios Padre para con sus criaturas. Así, en la nueva creación en donde el Hijo no hace otra cosa más que lo que ve hacer al Padre, la nueva ley que imperará será la del amor que se pone por obra, y no la de un descanso que “inactiva”, incluso, para hacer el bien al hermano necesitado.

Entonces, libertad y amor conjugados son la clave para hoy. Libertad y amor conjugados a la manera de Jesús. Aquello de «ama y haz lo que quieras» de san Agustín tiene hoy vigencia plena, para aprender a configurarse totalmente con Cristo Salvador.