lunes, 17 de febrero de 2020

¿Cómo una parroquia puede tener más laicos activos, incluyendo matrimonios jóvenes?

Al dar el paso a casarse, o estando ya casados, una pareja cristiana ha de pensar cómo seguir sirviendo a la evangelización, la caridad, la Iglesia y la parroquia

¿Cómo una parroquia puede tener más laicos activos, incluyendo matrimonios jóvenes?

Al dar el paso a casarse, o estando ya casados, una pareja cristiana ha de pensar cómo seguir sirviendo a la evangelización, la caridad, la Iglesia y la parroquia

En 1981 Mark Berchem se fue con un grupo de 12 jóvenes adultos en furgoneta por Estados Unidos organizando retiros rápidos para adolescentes en colegios, de pueblo en pueblo, durante tres meses. Así nació NetMinistries, que desde entonces ha formado y lanzado a la carretera ya a 3.000 jóvenes evangelizadores católicos y ha llegado a 2,1 millones de adolescentes. Uno de cada 10 de esos jóvenes luego ha entrado en vida religiosa, consagrada o en el sacerdocio. Los otros perseveran como catequistas o evangelizadores entusiastas.

Mark y su esposa Mary llevan 38 años casados y 38 años sirviendo a la evangelización. Tienen 4 hijos. Saben que combinar vida matrimonial y evangelización requiere un esfuerzo. También saben que la Iglesia y las parroquias necesitan movilizar a sus laicos en mil servicios y apostolados, incluyendo a sus matrimonios jóvenes. Y saben que sus hijos han crecido viendo que sus padres servían así a la Iglesia y la evangelización.

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Mark y Mary Berchem, 38 años casados y 38 dedicados a la evangelización; tienen 4 hijos y aseguran que servir a Dios a través de la Iglesia ayuda a cada matrimonio y familia

“El problema no es sólo que la gente deje la Iglesia a los 12 años, sino que los que se ofrecen para servir a la parroquia tienen una media de 60 años”, explicaba Mark Berchem en el Encuentro Europeo LifeTeen 2020 en Montserrat, el pasado 15 de febrero.

Berchem, acompañado de su esposa, habló a los párrocos y catequistas de LifeTeen con dos objetivos:

- dar ideas a los párrocos y pastores para movilizar a sus laicos, para que los laicos dejen de ser consumidores pasivos de sacramentos y tomen responsabilidades, y se mantengan animados

- explicar a los matrimonios jóvenes, e incluso ya con niños, por qué vale la pena ser generoso e implicarse en serio en la parroquia

6 consejos para párrocos: cómo implicar a los laicos

1- Dejar claro lo que se busca y necesita

No es bueno que el cura declare en los anuncios tras la misa “la parroquia necesita ayuda para mil cosas, en general”. No es eficaz. El párroco ha de pedir más bien cosas muy concretas: “necesito gente con fe viva para compartir esa fe con los adolescentes como catequistas y evangelizadores”.

2- Ofrecer servicios “que cambian el mundo”

Los servicios han de tener significado o impacto: cambiar el mundo motiva. Cambiar vidas motiva. Ser lectores en misa está bien, pasar la cesta de la colecta está bien, son cosas necesarias que ayudan a la parroquia, pero no cambia vidas. Es mejor animar a aspirar a más. Un voluntario en Cáritas o un catequista sabe que puede cambiar vidas.

3-Ayudar a vivir el servicio como comunidad que se quiere

“Igual que Dios es Trinidad, las personas somos comunitarias, queremos relaciones. En la parroquia no queremos que la gente sean solo servidores y hagan cosas, no basta que sean un equipo con tareas, sino que queremos que entren en relación y comunión unos con otros. Por ejemplo, los jóvenes tienen mil amigos en el móvil, pero pocos en el corazón y la realidad. La Iglesia debe ofrecer hermanos y hermanas, a todas las edades. En NetMinistries enviamos a jóvenes como misioneros en equipo, juntos durante un año. Además, viven con una familia mientras se entrenan. Una chica me dijo: ‘esta familia es genial, no gritan, rezan antes de comer, quieren a sus hijos’. Yo dije: ‘eso es normal, las familias se supone que son así’. Pero ella nunca había vivido una verdadera comunidad o familia. Vivir una comunidad que se ama es necesario”.

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Mark Berchem se dirige a los catequistas de LifeTeen, muchos de ellos jóvenes que se casarán dentro de algunos años

4- Hay que formar al laico… dándole ejemplo

Formar no es dar dar un manual o unas instrucciones en fotocopias o una web para consultar. Mark propone un modelo de enseñar+dar modelo+acompañar (coach). Enseñar es transmitir la doctrina y la metodología, cómo se hacen las cosas. Dar modelo es mostrar con nuestro ejemplo (o el de predecesores en el cargo) cómo se hace. Acompañar es dejar que el laico haga las cosas, pero animándole, aplaudiéndole, agradeciéndole: “bien hecho, ánimo, sigue así”). Pide enseñar también a rezar, a los sacramentos, a la Biblia. No queremos que sean solo “catequistas” sino discípulos, personas a los pies de Cristo, aprendiendo de Cristo.

5- Dar responsabilidad seria a los laicos, también a jóvenes.

“Hay que darles algo importante, algo que si no hacen bien, colapsará. Así verán que lo que hacen es importante para la Iglesia, que los necesitamos. No es grave si cometen errores, les ayudaremos a mejorar”.

6- “Los apoyaremos: seremos fans y entusiastas de nuestro equipo”.

Sacerdotes y responsables deben animar y entusiasmar continuamente a los voluntarios, catequistas, evangelizadores, etc… Esa es su gran tarea.

7 mensajes para los casados: “¿por qué es necesario que ayudéis en la Iglesia?”

La Iglesia necesita más que nunca que los casados y las familias se impliquen en servicios y ministerios y en ayudar en las parroquias, insiste Mark Berchem. No hay suficientes sacerdotes ni religiosas. Y además, no es sólo un tema logístico. Es una necesidad de la fe porque Dios llama a ese servicio a todos.

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Casarse no es motivo para dejar de ofrecer nuestro tiempo y habilidades a la Iglesia

A veces hay catequistas o voluntarios que al casarse dejan de colaborar en la parroquia. Otros no se atreven pensando "tengo mis tareas familiares". Pero la realidad es que es posible y necesario que den el paso y encuentren su nicho para servir. 

1 – “Estáis llamados por Dios. El Señor os pide venir a ayudar”.

Jesús se encarnó “en misión de rescate para liberar a los oprimidos, y hoy quiere usar nuestras manos.

2- “Los casados podemos aportar cosas únicas”

Berchem señala que, por ejemplo, “los casados podemos dar testimonio del amor matrimonial, algo que sacerdotes y religiosas no pueden. El mundo nos mira, está hambriento de ver ese amor, los jóvenes necesitan ver ese testimonio”.

3- Es bueno servir juntos esposo y esposa, incluso con bebé

“Si es posible, es genial si podéis servir juntos esposo y esposa, incluso si lleváis el bebé con vosotros. Uno da la charla, otro se sienta al fondo con el bebé. A la gente le encantará el bebé. ¿Es más importante el que enseña o el muestra el amor con el bebé? Yo intento llevarme a mi esposa a muchos sitios. Muchos misioneros jóvenes se llevan mejor con ella, que la ven como mamá, que conmigo, que me ven como un jefe”.

4- Si un cónyuge no sirve en la Iglesia, que rece y apoye al que lo hace

“Si un esposa se ha de quedar en casa, ¡que no se enfade! Los dos esposos son uno, el matrimonio hace que dos personas tengan una vida. Un casado no puede servir bien si el otro casado no le anima, si no reza por él, etc… El que se queda, que envíe a su esposo y lo bendiga, que deje claro que apoya al enviado, que le diga ‘gracias por ir a servir’”.

5 – Servir os hará mejores personas y cristianos

“Al servir a Dios, nos hacemos mejores. El amor es algo que no puedes almacenar, que hay que compartirlo. El agua estancada del pantano, huele mal. El agua que fluye y se mueve del río, da vida”.

6- Sirviendo damos buen ejemplo a nuestros hijos

“La fe no es solo rezar en casa e ir a los sacramentos, sino servir a la gente. Los padres damos ejemplo a nuestros hijos de que vamos a servir a otros. Los hijos aprenderán mirándonos.

7- Sirviendo hacemos amistad y fraternidad con otras familias

“Al servir en la Iglesia, haremos amistades con otros evangelizadores, catequistas, voluntarios, etc… a veces también matrimonios. Nosotros estamos en un grupo de familias que nos acompañamos desde hace 30 años. Hemos visto a nuestros bebés pasar a ser personas casadas, nos hemos ayudado unos a otros, hemos aprendido unos de otros. No encontrarás esto si te quedas en casa. En la Iglesia puedes encontrarlo: hermanos en Cristo. Además, vuestros hijos encontrarán así a otros chicos con los mismos valores, amigos católicos, para crecer juntos en la fe y amistad”.

Y así Mark Berchem recapitula su mensaje: “Si estáis casados, tenéis que servir en la Iglesia, en la parroquia; lo necesitáis, Dios lo quiere, es bueno para vosotros, aumentará vuestro amor y fe; haréis amigos y daréis ejemplo a vuestros hijos”.

Casos especiales y conflictos

En el turno de preguntas los asistentes del Encuentro LIfeTeen 2020, llegados de toda Europa, plantean casos más complicados. ¿Y si un esposo no es católico o no devoto? “Lo mejor es amarlo y servirle, no darle sermones. Pero tiene que ver que la fe es importante para ti y que por eso debes servir también en la Iglesia. Y de vez en cuando has de invitarle a tus actividades parroquiales. Hay esposos que se convierten al ver el amor que hay en las comunidades parroquiales o de fe”, explica Berchem.

¿Basta con hacer anuncios desde el micrófono? “No, a los voluntarios es bueno hablarles e invitarles uno a uno, hacerlo tan personal como sea posible. A un catequista de LifeTeen, por ejemplo, por separado a cada uno. A los catequistas jóvenes hay que insistirles en el enseñar + dar modelo + acompañar, el ‘mira cómo lo hago yo’”.

¿Y ante un conflicto de pareja, discusiones o tiranteces? “La vida matrimonial funciona con tres cosas para los conflictos: comunicar, rezar y reconciliarse. Eso incluye, por ejemplo, que los esposos hablen mucho entre ellos para ver el equilibrio entre servir en la parroquia o la Iglesia y a la vida familiar. Un matrimonio ha de tener cada semana un momento de hablar en profundidad sobre ellos como pareja. Como matrimonio cristiano, es bueno orar juntos, ambos esposos, además de la oración personal de cad uno. Y pedirnos perdón el uno al otro”.

Fuente: Religión en Libertad

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