Chulucanas, el rincón peruano en el que León XIV se hizo misionero: tierra de tradiciones y brujería
El Papa León XIV (a la izquierda) comiendo con locales en Chulucanas, en los años ochenta.
La pequeña localidad de Chulucanas es un rincón cálido de la sierra piurana, en la provincia peruana de Morropón, y se ha convertido esta semana en el centro de atención mundial.
La elección de Prevost como nuevo Papa León XIV ha revivido la memoria de su primer destino misionero en el Perú. Una zona muy cercana al mítico complejo prehispánico de Las Lagunas de Huaringas, conocido por ser un espacio donde se realizan prácticas de brujería por "maestros curanderos".
Un ecosistema particular que favorece las prácticas de los llamados "shamanes", quienes, desde tiempos inmemoriales, han atribuido a las aguas de las lagunas propiedades mágicas, cualidades curativas y capacidades de purificación espiritual.
Intensa labor pastoral
Fue hace exactamente 40 años, en 1985, cuando un joven misionero agustino de origen estadounidense llegó por primera vez a tierras peruanas para iniciar su labor pastoral. Hoy, convertido ya en Pontífice, su historia vuelve a sus raíces.
El Papa comenzó su vocación misionera en la Diócesis de Chulucanas, una circunscripción eclesiástica que abarca tres provincias: Ayabaca, Huancabamba y Morropón.
Su sede principal se encuentra en la ciudad donde se ubica la Catedral de la Sagrada Familia, una moderna construcción que reemplazó al templo original de adobe tras los daños sufridos por terremotos a mediados del siglo XX.
Catedral de Chulucanas con su característica torre de 15 metros.
Durante sus primeros años en Perú, el hoy León XIV se desempeñó como vicario parroquial y canciller de la Prelatura Territorial. Fue una figura clave en la formación de nuevos sacerdotes, así como en la administración pastoral y social de la diócesis.
Su cercanía con la comunidad, el dominio del idioma español y su compromiso con los sectores más vulnerables le permitieron construir lazos que perduran hasta la actualidad.
Tras un breve retorno a Estados Unidos, regresó al Perú en 1988 para continuar su labor, esta vez en Trujillo. En ese lugar, dirigió el seminario agustiniano y enseñó derecho canónico. En 2015 se naturalizó como ciudadano peruano.
Un joven Prevost con su hábito de agustino en Perú.
Pero volviendo a Chulucanas, este distrito alberga una rica historia religiosa, cultural y arqueológica que la posiciona como un lugar clave en el norte del país. La Catedral de la Sagrada Familia, con su arquitectura de estilo norteamericano y su torre de 15 metros coronada por una cruz de tres metros, es uno de los principales íconos del lugar.
Otro de sus tesoros es el cerro arqueológico Vicus, ubicado a tan solo 7 kilómetros de la ciudad. Este sitio pertenece a la antigua cultura Vicus, reconocida por sus peculiares tumbas en forma de bota, muchas de ellas con ofrendas de cerámica, cobre y hasta piezas con revestimientos de oro.
Chulucanas también es famosa por su cerámica tradicional, elaborada por las familias descendientes de los antiguos tallanes. Estas piezas costumbristas, con técnicas ancestrales, han sido reconocidas como producto representativo del Perú. Gracias a esta producción, junto al cultivo y exportación de mango y limón, la ciudad se ha ganado el título de capital del mango, el limón y la cerámica.
Las grandes devociones de León XIV: de la iglesia sobre un lugar de infarto al milagro del Niño Dios
El aprecio de León XIV se pudo comprobar en su primer discurso como Papa. "Si me permiten también una palabra, un saludo a todos aquellos de modo particular a mi querida diócesis de Chiclayo en el Perú, donde un pueblo fiel ha acompañado a su obispo, compartido su fe y ha dado tanto para seguir siendo iglesia fiel de Jesucristo", señaló.
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