lunes, 30 de junio de 2025

Santo Evangelio 30 de Junio 2025

 


Texto del Evangelio (Mt 8,18-22) En aquel tiempo, viéndose Jesús rodeado de la muchedumbre, mandó pasar a la otra orilla. Y un escriba se acercó y le dijo: «Maestro, te seguiré adondequiera que vayas». Dícele Jesús: «Las zorras tienen guaridas, y las aves del cielo nidos; pero el Hijo del hombre no tiene donde reclinar la cabeza». Otro de los discípulos le dijo: «Señor, déjame ir primero a enterrar a mi padre». Dícele Jesús: «Sígueme, y deja que los muertos entierren a sus muertos».



«Sígueme»


Rev. D. Jordi PASCUAL i Bancells

(Salt, Girona, España)

Hoy, el Evangelio nos presenta —a través de dos personajes— una cualidad del buen discípulo de Jesús: el desprendimiento de los bienes materiales. Pero antes, el texto de san Mateo nos da un detalle que no querría pasar por alto: «Viéndose Jesús rodeado de la muchedumbre...» (Mt 8,18). Las multitudes se reúnen cerca del Señor para escuchar su palabra, ser curados de sus dolencias materiales y espirituales; buscan la salvación y un aliento de Vida eterna en medio de los vaivenes de este mundo.

Como entonces, algo parecido pasa en nuestro mundo de hoy día: todos —más o menos conscientemente— tenemos la necesidad de Dios, de saciar el corazón de los bienes verdaderos, como son el conocimiento y el amor a Jesucristo y una vida de amistad con Él. Si no, caemos en la trampa de querer llenar nuestro corazón de otros “dioses” que no pueden dar sentido a nuestra vida: el móvil, Internet, el viaje a las Bahamas, el trabajo desenfrenado para ganar más y más dinero, el coche mejor que el del vecino, o el gimnasio para lucir el mejor cuerpo del país.... Es lo que les pasa a muchos actualmente.

En contraste, resuena el grito lleno de fuerza y de confianza del Papa San Juan Pablo II hablando a la juventud: «Se puede ser moderno y profundamente fiel a Jesucristo». Para eso es preciso, como el Señor, el desprendimiento de todo aquello que nos ata a una vida demasiado materializada y que cierra las puertas al Espíritu.

«El Hijo del hombre no tiene donde reclinar la cabeza (...). Sígueme» (Mt 8,22), nos dice el Evangelio de hoy. Y san Gregorio Magno nos recuerda: «Tengamos las cosas temporales para uso, las eternas en el deseo; sirvámonos de las cosas terrenales para el camino, y deseemos las eternas para el fin de la jornada». Es un buen criterio para examinar nuestro seguimiento de Jesús.


domingo, 29 de junio de 2025

Santo Evangelio 29 de Junio 2025



 Texto del Evangelio (Mt 16,13-19): 

En aquel tiempo, llegado Jesús a la región de Cesarea de Filipo, hizo esta pregunta a sus discípulos: «¿Quién dicen los hombres que es el Hijo del hombre?». Ellos dijeron: «Unos, que Juan el Bautista; otros, que Elías, otros, que Jeremías o uno de los profetas». Díceles Él: «Y vosotros ¿quién decís que soy yo?». Simón Pedro contestó: «Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios vivo». Replicando Jesús le dijo: «Bienaventurado eres Simón, hijo de Jonás, porque no te ha revelado esto la carne ni la sangre, sino mi Padre que está en los cielos. Y yo a mi vez te digo que tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella. A ti te daré las llaves del Reino de los Cielos; y lo que ates en la tierra quedará atado en los cielos, y lo que desates en la tierra quedará desatado en los cielos».



«Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios vivo»


Mons. Jaume PUJOL i Balcells, Arzobispo Emérito de Tarragona

(Tarragona, España)

Hoy celebramos la solemnidad de San Pedro y San Pablo, los cuales fueron fundamentos de la Iglesia primitiva y, por tanto, de nuestra fe cristiana. Apóstoles del Señor, testigos de la primera hora, vivieron aquellos momentos iniciales de expansión de la Iglesia y sellaron con su sangre la fidelidad a Jesús. Ojalá que nosotros, cristianos del siglo XXI, sepamos ser testigos creíbles del amor de Dios en medio de los hombres tal como lo fueron los dos Apóstoles y como lo han sido tantos y tantos de nuestros conciudadanos.

En una de las primeras intervenciones del Papa Francisco, dirigiéndose a los cardenales, les dijo que hemos de «caminar, edificar y confesar». Es decir, hemos de avanzar en nuestro camino de la vida, edificando a la Iglesia y confesando al Señor. El Papa advirtió: «Podemos caminar tanto como queramos, podemos edificar muchas cosas, pero si no confesamos a Jesucristo, alguna cosa no funciona. Acabaremos siendo una ONG asistencial, pero no la Iglesia, esposa del Señor».

Hemos escuchado en el Evangelio de la misa un hecho central para la vida de Pedro y de la Iglesia. Jesús pide a aquel pescador de Galilea un acto de fe en su condición divina y Pedro no duda en afirmar: «Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios vivo» (Mt 16,16). Inmediatamente, Jesús instituye el Primado, diciendo a Pedro que será la roca firme sobre la cual se edificará la Iglesia a lo largo de los tiempos (cf. Mt 16,18) y dándole el poder de las llaves, la potestad suprema.

Aunque Pedro y sus sucesores están asistidos por la fuerza del Espíritu Santo, necesitan igualmente de nuestra oración, porque la misión que tienen es de gran trascendencia para la vida de la Iglesia: han de ser fundamento seguro para todos los cristianos a lo largo de los tiempos; por tanto, cada día nosotros hemos de rezar también por el Santo Padre, por su persona y por sus intenciones.

Empezaron 4 y hoy son 380: el calor de una nueva parroquia católica más allá del Círculo Polar ruso


 Empezaron 4 y hoy son 380: el calor de una nueva parroquia católica más allá del Círculo Polar ruso

El padre Juan Sarmiento, argentino, con su parroquia en la ciudad polar rusa de Múrmansk... a la izquierda, el icono del obispo catalán San Antonio María Claret

El sacerdote Juan Sarmiento salió de Córdoba (Argentina) hace veinticinco años, para acabar sus estudios de Teología en España. Es entonces cuando su congregación, los Misioneros Claretianos (www.claretianos.es), siguiendo la petición del papa San Juan Pablo II, abren su misión en Rusia para atender a los católicos que habían sobrevivido al régimen comunista y se encontraban sin pastores.

“Había llegado una carta al obispado católico de Moscú desde la ciudad de Múrmansk, en la costa norte de Rusia, solicitando la presencia permanente de un sacerdote”, cuenta el padre Juan. Fue el pistoletazo de salida que le llevaría más allá del Círculo Polar Ártico.

Así fue como un misionero del fin del mundo -del país más al sur, Argentina-, llegó hasta el extremo norte del planeta.

Múrmansk, con unos 400.000 habitantes, es la ciudad de mayor tamaño de todas las que están en el Círculo Polar Ártico. Es una zona industrial y pesquera que se encuentra en la desembocadura del río Kola, un lugar estratégico debido a su riqueza mineral y porque sus aguas no se congelan en el invierno por las corrientes cálidas del Mar de Barents.

“Llegué a Rusia habiendo aprendido solo un mes de ruso en una academia. Pero el objetivo estaba claro, ir allí donde no había nadie, donde más hiciese falta”.

Las bábushkas, testigos de la fe

La principal misión de los claretianos de España en Rusia, así como otros misioneros que llegaron en los años noventa, ha sido ir al encuentro de los cristianos que habían vivido en las catacumbas durante más de 70 años de régimen comunista.

“No fuimos a inventar nada allí sino incorporarnos a una Iglesia que nunca dejó de trasmitir la fe”. Los principales testigos de esa fe en la persecución fueron las abuelas, las llamadas bábushkas, que eran las que enseñaban las oraciones en las familias y bautizaban a los niños.

“Yo he visto partidas de bautismo hechas por estas mujeres de su puño y letra, escritas en pobres papeles”, asegura impresionado Juan Sarmiento.

Juan Sarmiento, en la sede de Ayuda a la Iglesia

Necesitada en Madrid

La comunidad católica de Múrmansk, que tiene su origen en los deportados desde Alemania, Polonia o Bielorrusia, ha sobrevivido de la mano de estas mujeres valientes.

“Una abuela me decía: Padre, yo perdí mi trabajo en tiempo del comunismo porque fui a visitar al cementerio a mi esposo que había fallecido. Fui por la noche para evitar que me vieran, me arrodillé ante la tumba y me persigné. Pero alguien debió verme y me denunciaron diciendo que era una persona religiosa. No me metieron en la cárcel pero me echaron de mi trabajo”, cuenta el padre Sarmiento.

Otra de sus feligresas, de más de ochenta años, en su niñez fue enviada a Alemania por el ejército nazi y estuvo trabajando en el servicio de una casa hasta el final de la Segunda Guerra Mundial. Después regresó ella sola a Bielorrusia y cuando llegó allí, la encarcelaron acusada de colaboracionista con los alemanes.

“Ellos han mantenido la fe siendo verdaderos mártires vivos. Y no tienen rencor, es gente alegre.”

Un anuncio en el periódico

Cuando el sacerdote argentino por fin llegó a Múrmansk desde San Petersburgo, en el año 2000, no sabía por dónde empezar. En el año 1916 la Iglesia católica había solicitado construir una iglesia en la ciudad, pero solo un año después estalló la Revolución Rusa. Así que los católicos celebraban en las casas, no existía ningún templo. La parroquia de San Miguel Arcángel cubre un vasto territorio cinco veces más grande que Cataluña. Se calcula que viven allí apenas unos 3.000 católicos.

“Yo me acordé de un misionero español que cuando llegó a mi Córdoba natal, lo primero que hizo fue poner un anuncio en el diario. Yo hice lo mismo en un periódico local, convocando a los católicos a un encuentro en el hotel donde nos alojábamos los dos claretianos que llegamos en un principio”.

A ese primer encuentro acudieron sólo 4 personas.

Sin embargo, hoy, 16 años después, la parroquia está formada por unos 380 feligreses, con comunidades en varias localidades.

A esto han ayudado también otros anuncios en la radio. Actualmente el padre Juan visita otras comunidades en pueblos distantes como Apatiti o Yonski. En esta última localidad, de unos 2.000 habitantes, el propio alcalde, que es católico -bautizado por su abuela-, ofreció su despacho para celebrar la misa.

La "parroquia" en un piso: los vecinos se quejaban

El siguiente paso para la misión fue encontrar un lugar donde poder celebrar la Eucaristía. Comenzaron utilizando la sala del hotel y más tarde se reunían en un colegio o en la biblioteca, hasta que las autoridades se lo prohibieron. Era entonces el momento de encontrar un sitio más estable.

El padre Juan pasó a vivir en un pequeño piso de la época comunista, de apenas cuarenta metros cuadrados, que trató de habilitarlo como capilla. Los trabajos de reforma y el primer vehículo para la misión fueron financiados por la fundación pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada (www.ain-es.org).

Pero de nuevo el piso no era lo más apropiado, los vecinos se habían quejado por los cantos de las celebraciones y las autoridades tampoco concebían que pudieran reunirse en una vivienda.

Tras muchas dificultades con la administración, al fin consiguieron un terreno y con la ayuda de la provincia claretiana pudieron construir la actual iglesia católica de Múrmansk.

El padre Juan vuelve pronto a la misión para “continuar con la vida de la comunidad, y prepararnos de cara a la Pascua. Seguimos orando a Dios para que envíe nuevos misioneros a la misión.”

Uno de los principales retos de la comunidad es el diálogo con las demás confesiones cristianas. “En nuestra parroquia tenemos una sala que usamos de comedor y actualmente la cedemos a los pentecostales. Esto ha propiciado que podamos dialogar y romper muros que son prejuicios”, comenta el misionero.

Otro desafío a nivel social es el acompañamiento de los ancianos, que están muy solos y necesitan apoyo para sus medicamentos, ya que las ayudas sociales no son suficientes.

El sacerdote reconoce que merece la pena su misión, a pesar de las distancias, el frío y vivir la noche polar –en los meses de invierno apenas sale el sol-.

“La misión me ayuda en mi fe. Me ha hecho experimentar cómo la Palabra de Dios se encarna de distintas maneras y cómo va creciendo en medio de las dificultades más grandes. Hay gente que llevaba 20 o 40 años sin celebrar el sacramento del Perdón y la Eucaristía. Se alegran enormemente por la posibilidad de volver a confesarse, de volver a comulgar.”

Acaba de hacer sus votos el segundo misionero claretiano natural de Rusia, el joven Dennis Malov. “Cuando inauguramos el nuevo templo en Múrmansk quiso conocer quiénes éramos”, cuenta como ejemplo Juan Sarmiento, que no ha dudado en seguir las palabras de Jesús: “Id al mundo entero”. (Mc 16,15)

Ayuda a la Iglesia Necesitada sostiene la labor pastoral de la Iglesia Católica y también de comunidades ortodoxas en Rusia desde el fin del régimen comunista. En el año 2014 donó un total de 1,8 millones de euros a distintos proyectos en el país para sostenimiento de sacerdotes, construcción de templos, vehículos de locomoción, medios de comunicación y material catequético.

(Lea más historias de fe pese a las tiranías comunistas en la sección Comunismo de la hemeroteca de ReL)

En el vídeo, el padre Alejandro Burgos, un misionero español en San Petersburgo y en la república rusa de Komi, explica más cosas sobre cómo es ser misionero (y católico) en ese país

Fuente: Religiòn en libertad

sábado, 28 de junio de 2025

Santo Evangelio 28 de Junio 2025

 


Texto del Evangelio (Lc 2,41-51):

 Los padres de Jesús iban todos los años a Jerusalén a la fiesta de la Pascua. Cuando tuvo doce años, subieron ellos como de costumbre a la fiesta y, al volverse, pasados los días, el niño Jesús se quedó en Jerusalén, sin saberlo sus padres. Pero creyendo que estaría en la caravana, hicieron un día de camino, y le buscaban entre los parientes y conocidos; pero al no encontrarle, se volvieron a Jerusalén en su busca.

Y sucedió que, al cabo de tres días, le encontraron en el Templo sentado en medio de los maestros, escuchándoles y preguntándoles; todos los que le oían, estaban estupefactos por su inteligencia y sus respuestas. Cuando le vieron, quedaron sorprendidos, y su madre le dijo: «Hijo, ¿por qué nos has hecho esto? Mira, tu padre y yo, angustiados, te andábamos buscando». Él les dijo: «Y ¿por qué me buscabais? ¿No sabíais que yo debía estar en la casa de mi Padre?». Pero ellos no comprendieron la respuesta que les dio. Bajó con ellos y vino a Nazaret, y vivía sujeto a ellos. Su madre conservaba cuidadosamente todas las cosas en su corazón.



«Su madre conservaba cuidadosamente todas las cosas en su corazón»


Rev. D. Jordi PASCUAL i Bancells

(Salt, Girona, España)

Hoy celebramos la memoria del Corazón Inmaculado de María. Un corazón sin mancha, lleno de Dios, abierto totalmente a obedecerle y escucharle. El corazón, en el lenguaje de la Biblia, se refiere a lo más profundo de la persona, de donde emanan todos sus pensamientos, palabras y obras. ¿Qué emana del corazón de María? Fe, obediencia, ternura, disponibilidad, espíritu de servicio, fortaleza, humildad, sencillez, agradecimiento, y toda una estela inacabable de virtudes.

¿Por qué? La respuesta la encontramos en las palabras de Jesús: «Donde está tu tesoro allí estará tu corazón» (Mt 6,21). El tesoro de María es su Hijo, y en Él tiene puesto todo su corazón; los pensamientos, palabras y obras de María tienen como origen y como fin contemplar y agradar al Señor.

El Evangelio de hoy nos da una buena muestra de ello. Después de narrarnos la escena del niño Jesús perdido y hallado en el templo, nos dice que «su madre conservaba cuidadosamente todas las cosas en su corazón» (Lc 2,51). San Gregorio de Nisa comenta: «Dios se deja contemplar por los que tienen el corazón purificado». ¿Qué guarda María en su corazón? Desde la Encarnación hasta la Ascensión de Jesús al cielo, pasando por las horas amargas del Calvario, son tantos y tantos recuerdos meditados y profundizados: la alegría de la visita del ángel Gabriel manifestándole el designio de Dios para Ella, el primer beso y el primer abrazo a Jesús recién nacido, los primeros pasos de su Hijo en la tierra, ver cómo iba creciendo en sabiduría y en gracia, su “complicidad” en las bodas de Caná, las enseñanzas de Jesús en su predicación, el dolor salvador de la Cruz, la esperanza en el triunfo de la Resurrección...

Pidámosle a Dios tener el gozo de amarle cada día de un modo más perfecto, con todo el corazón, como buenos hijos de la Virgen.


Misionero en el Ártico: «Que sobreviva la Iglesia en Noruega depende de quitar la nieve cada mañana»



 Misionero en el Ártico: «Que sobreviva la Iglesia en Noruega depende de quitar la nieve cada mañana»

"Mi parroquia cuenta con 520 personas de más de 40 países", dice Rafał Ochojski, en la foto quitando nieve.Rafał Ochojski

Hammerfest se encuentra a 600 kilómetros al norte del Círculo Polar Ártico. Es una de las ciudades más septentrionales del mundo, tierra de auroras boreales y el hogar de un misionero. El portal Misyjne, de los misioneros oblatos, acaba de recoger su testimonio en primera persona.

"Son las 6:00 de la mañana. La luz de los números del despertador y los sonidos del piano me devuelven a la realidad. Me levanto, me siento en el borde de la cama y me santiguo. Lo primero que me viene a la mente es cuánta nieve cayó durante la noche. Miro por la ventana: la nieve ha cubierto el segundo peldaño de la escalera de la iglesia. Qué lástima, tengo que buscar una pala", relata el sacerdote y misionero polaco Rafał Ochojski.



Visitas semanales para dar la Comunión a los enfermos.

Rafał Ochojski

"Primero, un expreso, corto y fuerte. El característico sonido del molinillo rompe el silencio matutino. Luego, a la iglesia. Me arrodillo un momento ante el sagrario y enciendo una vela en la capilla de Nuestra Señora. Un ritual breve. Es un expreso espiritual, rápido, pero fortalecedor."

Dos horas de quitar nieve

"Una chaqueta reflectante, zapatos, guantes y un gorro. Una pala y dos horas de lucha contra la nieve. Hay que limpiar los aparcamientos y la plaza que hay frente a la iglesia. La parroquia alquila plazas de aparcamiento; es una fuente de ingresos. ¿La condición? Quitar la nieve con regularidad". 

"Siempre empiezo temprano, antes de que lleguen los conductores. Mientras limpio la nieve, medito, porque mi mente está más más fresca y mis pensamientos son más sinceros. Aunque, normalmente, no son pensamientos piadosos".



Vista de Hammerfest desde la colina de Salen.Rafał Ochojski

"A veces, sobre todo cuando nieva mucho, y quitar la nieve parece inútil, le digo al Señor: "Lo siento, pero ahora mismo no puedo orar con palabras, y digo 'hielo y nieve, bendecid al Señor'. Creo que de eso se trata la oración: no de palabras bonitas, sino de sinceridad. Él sabe lo que hay en mi corazón".

"Tras limpiar la nieve de las escaleras y de la plaza frente a la iglesia, regreso a casa. Una vez pensé que una de las condiciones para que sobreviva la Iglesia Católica en Noruega es… un camino despejado hasta la iglesia. Y no es para menos. Las iglesias protestantes suelen estar solo abiertas los domingos, mientras que aquí la vida se mantiene a diario".

La soledad en la noche polar

"Después de limpiar la nieve, un baño caliente para no enfermar. Luego el breviario, meditación y desayuno. Después del desayuno, según lo que tenga planeado, trabajo. A veces físico, porque hay que limpiar o arreglar algo, a veces trabajo de oficina. El horario diario es clave, sobre todo cuando estás solo. No se trata de seguir un horario, sino de seguir un ritmo, sobre todo durante la noche polar, cuando el cuerpo y la mente pueden desmoronarse".




Con las hermanas isabelinas, que llevan 145 años en Noruega. 

Rafał Ochojski

"La vida en Hammerfest no es ni aburrida ni monótona. Se centra, sobre todo, en la pastoral. Es un poco diferente a la de Polonia, ya que hay menos gente y la diversidad cultural le da un matiz distinto. Mi parroquia cuenta con 520 personas de más de 40 países". 

"Además de celebrar los sacramentos, viajo a otros tres lugares: al mencionado Honningsvåg (20 km antes del Cabo Norte, o Nordkapp), Havøysund (a unos 180 km) y a Kjøllefjord (a 370 km de Hammerfest; donde hay unas 4 o 5 personas en misa). Doy las misas tras acordarlo con la gente previamente. Llegar es una cosa. Volver es otra historia. A veces, debido a las condiciones meteorológicas (nieve, avalanchas, inundaciones), llegar al lugar es imposible".

"Por eso, en invierno, siempre llevo un termo, algo para comer, una pala y un saco de dormir calentito en el coche. También llevo medicamentos, pasta de dientes, un cepillo y un cargador de móvil. Nunca se sabe dónde tendré que pasar la noche".


Lavar y cocinar

"Además del cuidado pastoral, está la vida cotidiana: limpiar, lavar, cocinar, cuidar la iglesia. Aquí no hay ni ama de llaves ni sacristán. Me gusta esta vida. Me ayuda a integrarme con la realidad de las personas a quienes predico el Evangelio".




Santa Misa en las montañas de Noruega.

Rafał Ochojski 

"Cuando estaba en Narvik (mi anterior parroquia), alguien se me acercaba mientras quitaba la nieve, me hablaba y me preguntaba si era el párroco. Nos elogiaban por quitar la nieve con tanto esmero. Solo Dios sabe si esos fríos montones de nieve recién quitada no reconfortan a algún corazón humano".

"Es imposible no mencionar la belleza de Noruega. Puede que no lleve aquí mucho tiempo (cinco años), pero me fascina el paisaje. Agreste, exigente, a menudo áspero e inaccesible. Quizá por eso es tan emocionante: como el mismísimo Creador. Exigente, a menudo inaccesible, y, al mismo, tiempo infunde paz y sencilla alegría en el corazón".

El padre Juan Sarmiento, argentino, con su parroquia en la ciudad polar rusa de Múrmansk... a la izquierda, el icono del obispo catalán San Antonio María Claret

Ideologías

Empezaron 4 y hoy son 380: el calor de una nueva parroquia católica más allá del Círculo Polar ruso

"El invierno dura oficialmente del 13 de noviembre al 10 de abril, aunque suele extenderse más. Es época de luchar contra la nieve, afrontar la oscuridad y las dificultades en las carreteras. Pero cuando el sol asoma por el horizonte, la vida despierta de repente. Es increíble cómo reacciona el cuerpo a la luz, tras meses de oscuridad. Los ojos tienen que acostumbrarse de nuevo a la luz solar".

"Noruega cautiva por su crudeza. Puede ser exigente, pero deleita. Aquí todo es extremo: heladas, viento, sol y noche. Quizás por eso es tan fácil ver las huellas de Dios. A veces en el poder de las montañas, a veces en el susurro de la aurora boreal. Pero, con mayor frecuencia, en los corazones humanos".

Fuente: Religión en Libertad

viernes, 27 de junio de 2025

Santo Evangelio 27 de Junio 2025

 


Texto del Evangelio (Lc 15,3-7):

 En aquel tiempo, Jesús dijo esta parábola a los fariseos y maestros de la Ley: «¿Quién de vosotros que tiene cien ovejas, si pierde una de ellas, no deja las noventa y nueve en el desierto, y va a buscar la que se perdió hasta que la encuentra? Y cuando la encuentra, contento, la pone sobre sus hombros; y llegando a casa, convoca a los amigos y vecinos, y les dice: ‘Alegraos conmigo, porque he hallado la oveja que se me había perdido’. Os digo que, de igual modo, habrá más alegría en el cielo por un solo pecador que se convierta que por noventa y nueve justos que no tengan necesidad de conversión».



«Alegraos conmigo, porque he hallado la oveja que se me había perdido»


Rev. D. Pedro IGLESIAS Martínez

(Ripollet, Barcelona, España)

Hoy celebramos la solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús. Desde tiempo inmemorial, el hombre sitúa “físicamente” en el corazón lo mejor o lo peor del ser humano. Cristo nos muestra el suyo, con las cicatrices de nuestro pecado, como símbolo de su amor a los hombres, y es desde este corazón que vivifica y renueva la historia pasada, presente y futura, desde donde contemplamos y podemos comprender la alegría de Aquel que encuentra lo que había perdido.

«Alegraos conmigo, porque he hallado la oveja que se me había perdido» (Lc 15,6). Cuando escuchamos estas palabras, tendemos siempre a situarnos en el grupo de los noventa y nueve justos y observamos “distantes” cómo Jesús ofrece la salvación a cantidad de conocidos nuestros que son mucho peor que nosotros... ¡Pues no!, la alegría de Jesús tiene un nombre y un rostro. El mío, el tuyo, el de aquél..., todos somos “la oveja perdida” por nuestros pecados; así que..., ¡no echemos más leña al fuego de nuestra soberbia, creyéndonos convertidos del todo!

En el tiempo que vivimos, en que el concepto de pecado se relativiza o se niega, en el que el sacramento de la penitencia es considerado por algunos como algo duro, triste y obsoleto, el Señor en su parábola nos habla de alegría, y no lo hace solo aquí, sino que es una corriente que atraviesa todo el Evangelio. Zaqueo invita a Jesús a comer para celebrarlo, después de ser perdonado (cf. Lc 19,1-9); el padre del hijo pródigo perdona y da una fiesta por su vuelta (cf. Lc 15,11-32), y el Buen Pastor se regocija por encontrar a quien se había apartado de su camino.

Decía san Josemaría que un hombre «vale lo que vale su corazón». Meditemos desde el Evangelio de Lucas si el precio —que va marcado en la etiqueta de nuestro corazón— concuerda con el valor del rescate que el Sagrado Corazón de Jesús ha pagado por cada uno de nosotros.

Las experiencias más duras del doctor Cabrera con la muerte

 Las experiencias más duras del doctor Cabrera con la muerte




Licenciado en Medicina y Cirugía, en 1979, y doctorado, en 1989, en la Universidad Complutense de Madrid, José Cabrera es uno de los rostros más habituales en los platós de televisión. Además, el doctor se especializó en Psiquiatría Militar (1987), Medicina Legal (2002), Criminología (1987) y Salud Pública (1985).


En esta ocasión visita el canal de YouTube Refugio Zavala para hablar de su estrecha relación con la muerte.


jueves, 26 de junio de 2025

Santo Evangelio 26 de Junio 2025



 Texto del Evangelio (Mt 7,21-29):

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «No todo el que me diga: ‘Señor, Señor’, entrará en el Reino de los Cielos, sino el que haga la voluntad de mi Padre celestial. Muchos me dirán aquel día: ‘Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre expulsamos demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros?’. Y entonces les declararé: ‘¡Jamás os conocí; apartaos de mí, agentes de iniquidad!’.

»Así pues, todo el que oiga estas palabras mías y las ponga en práctica, será como el hombre prudente que edificó su casa sobre roca: cayó la lluvia, vinieron los torrentes, soplaron los vientos, y embistieron contra aquella casa; pero ella no cayó, porque estaba cimentada sobre roca. Y todo el que oiga estas palabras mías y no las ponga en práctica, será como el hombre insensato que edificó su casa sobre arena: cayó la lluvia, vinieron los torrentes, soplaron los vientos, irrumpieron contra aquella casa y cayó, y fue grande su ruina».

Y sucedió que, cuando acabó Jesús estos discursos, la gente quedaba asombrada de su doctrina; porque les enseñaba como quien tiene autoridad, y no como sus escribas.



«No todo el que me diga: ‘Señor, Señor’, entrará en el Reino de los Cielos»

Rev. D. Joan Pere PULIDO i Gutiérrez

(Sant Feliu de Llobregat, España)

Hoy nos impresiona la afirmación rotunda de Jesús: «No todo el que me diga: ‘Señor, Señor’, entrará en el Reino de los Cielos, sino el que haga la voluntad de mi Padre celestial» (Mt 7,21). Por lo menos, esta afirmación nos pide responsabilidad en nuestra condición de cristianos, al mismo tiempo que sentimos la urgencia de dar buen testimonio de la fe.

Edificar la casa sobre roca es una imagen clara que nos invita a valorar nuestro compromiso de fe, que no puede limitarse solamente a bellas palabras, sino que debe fundamentarse en la autoridad de las obras, impregnadas de caridad. Uno de estos días de junio, la Iglesia recuerda la vida de san Pelayo, mártir de la castidad, en el umbral de la juventud. San Bernardo, al recordar la vida de Pelayo, nos dice en su tratado sobre las costumbres y ministerio de los obispos: «La castidad, por muy bella que sea, no tiene valor, ni mérito, sin la caridad. Pureza sin amor es como lámpara sin aceite; pero dice la sabiduría: ¡Qué hermosa es la sabiduría con amor! Con aquel amor del que nos habla el Apóstol: el que procede de un corazón limpio, de una conciencia recta y de una fe sincera».

La palabra clara, con la fuerza de la caridad, manifiesta la autoridad de Jesús, que despertaba asombro en sus conciudadanos: «La gente quedaba asombrada de su doctrina; porque les enseñaba como quien tiene autoridad, y no como sus escribas» (Mt 7,28-29). Nuestra plegaria y contemplación de hoy, debe ir acompañada por una reflexión seria: ¿cómo hablo y actúo en mi vida de cristiano? ¿Cómo concreto mi testimonio? ¿Cómo concreto el mandamiento del amor en mi vida personal, familiar, laboral, etc.? No son las palabras ni las oraciones sin compromiso las que cuentan, sino el trabajo por vivir según el Proyecto de Dios. Nuestra oración debería expresar siempre nuestro deseo de obrar el bien y una petición de ayuda, puesto que reconocemos nuestra debilidad.

-Señor, que nuestra oración esté siempre acompañada por la fuerza de la caridad.

«Garabandal, Luz en la Fe»: Román Martínez del Cerro, testigo directo, cuenta lo que vivió allí



 «Garabandal, Luz en la Fe»: Román Martínez del Cerro, testigo directo, cuenta lo que vivió allí

De izquierda a derecha en la foto, las cuatro videntes de Garabandal: Conchita, Mari Cruz, Mari Loli y Jacinta.


"Posiblemente extrañe que yo, siendo natural de Cádiz y viviendo en esa ciudad, a unos mil kilómetros de San Sebastián de Garabandal, sea testigo de unos hechos producidos a tanta distancia. Incluso mi edad, quince años, cuando presencié esos hechos puede resultar extraño"...

Así comienza el testimonio de Román Martínez del Cerro, testigo presencial de los hechos acaecidos en Garabandal entre 1961 y 1965, y vinculado desde entonces a ellos. Ha conocido personalmente a las videntes y ha visto con sus propios ojos el impacto de las apariciones sobre su vida y sobre todos los que han recibido y aplicado su mensaje.

ReL te ofrece el texto completo de esta impactante historia.

https://www.religionenlibertad.com/uploads/files/2025/06/24/garabandal_luz_fe.pdf

Pincha en el archivo a continuación y se te abrirá automáticamente en tu ordenador:


Garabandal, Luz en la Fe - Román Martínez del Cerro

miércoles, 25 de junio de 2025

Santo Evangelio 25 de Junio 2025

 


Texto del Evangelio (Mt 7,15-20):

 En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con disfraces de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces. Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos o higos de los abrojos? Así, todo árbol bueno da frutos buenos, pero el árbol malo da frutos malos. Un árbol bueno no puede producir frutos malos, ni un árbol malo producir frutos buenos. Todo árbol que no da buen fruto, es cortado y arrojado al fuego. Así que por sus frutos los reconoceréis».


«Por sus
frutos los reconoceréis»


Rev. D. Antoni ORIOL i Tataret

(Vic, Barcelona, España)

Hoy, se nos presenta ante nuestra mirada un nuevo contraste evangélico, entre los árboles buenos y malos. Las afirmaciones de Jesús al respecto son tan simples que parecen casi simplistas. ¡Y justo es decir que no lo son en absoluto! No lo son, como no lo es la vida real de cada día.

Ésta nos enseña que hay buenos que degeneran y acaban dando frutos malos y que, al revés, hay malos que cambian y acaban dando frutos buenos. ¿Qué significa, pues, en definitiva, que «todo árbol bueno da frutos buenos (Mt 7,17)»? Significa que el que es bueno lo es en la medida en que no desfallece obrando el bien. Obra el bien y no se cansa. Obra el bien y no cede ante la tentación de obrar el mal. Obra el bien y persevera hasta el heroísmo. Obra el bien y, si acaso llega a ceder ante el cansancio de actuar así, de caer en la tentación de obrar el mal, o de asustarse ante la exigencia innegociable, lo reconoce sinceramente, lo confiesa de veras, se arrepiente de corazón y... vuelve a empezar.

¡Ah! Y lo hace, entre otras razones, porque sabe que si no da buen fruto será cortado y echado al fuego (¡el santo temor de Dios guarda la viña de las buenas vides!), y porque, conociendo la bondad de los demás a través de sus buenas obras, sabe, no sólo por experiencia individual, sino también por experiencia social, que él sólo es bueno y puede ser reconocido como tal a través de los hechos y no de las solas palabras.

No basta decir: «Señor, Señor!». Como nos recuerda Santiago, la fe se acredita a través de las obras: «Muéstrame tu fe sin las obras, que yo por las obras te haré ver mi fe» (Sant 2,18).

Al cristianismo le fue bien en China dos siglos pero en el 845 desapareció de golpe; ¿qué pasó?



 Al cristianismo le fue bien en China dos siglos pero en el 845 desapareció de golpe; ¿qué pasó?

El Patriarca siríaco Mar Awa III en el sínodo asirio de 2022... los antiguos nestorianos llegaron a China en el 635

En el año 635 llegó el primer misionero cristiano a la capital china, que entonces era la ciudad de Chang'an. Era un monje siríaco llamado Alopen, con algunos compañeros, llegados de Persia a través de la Ruta de la Seda. El emperador Taizong, el segundo de la dinastía Tang, consideró razonables sus enseñanzas y permitió que se predicaran y que se construyeran templos.

Monjes misioneros, cristianos nestorianos, quizá de etnia persa, o quizá de lenguas turcoides, llegaron a China de la Persia que entonces ya estaba dominada por el Islam omeya. Durante 200 años pudieron predicar y evangelizar en China.

Pero en el año 845 el emperador Wuzong ordenó la expulsión del budismo y otras religiones "extranjeras" y entre ellas prohibió el cristianismo.

"El cristianismo que había florecido en la dinastía Tang durante 200 años desapareció de la noche a la mañana", escribe el historiador protestante T.N. Ho, residente en California, autor de The Gap in History: Footprints of Christian Mission Along the Silk Road [Hueco en la Historia: las huellas de la misión cristiana en la Ruta de la Seda].

"Como historiador eclesial, no puedo dejar de preguntármelo: ¿cómo es que el nestorianismo, que estuvo en China 210 años, desapareció tan rápido? ¿Cómo es que el budismo sí consiguió volver más adelante y prosperar en China?"

Ho plantea el tema en un artículo publicado en Christianity Today porque cree que los cristianos de hoy pueden aprender de esta historia.

Su tesis es que el cristianismo nestoriano chino sufrió 3 grandes debilidades o errores:

1) se desconectó demasiado del cristianismo del resto del mundo;

2) se sinizó demasiado en costumbres, lenguaje y estilo, imitando demasiado del budismo;

3) se centró demasiado en las élites (siempre dispuestas a agradar al poder reinante) y no lo suficiente en las clases populares y humildes.

Entendiendo dos siglos de cristianismo chino antiguo

Querríamos tener muchos más datos de 200 años de cristianismo bajo la dinastía Tang, dos siglos que los mismos historiadores chinos olvidaron poco después. Pero sabemos unas cuantas cosas.

Una fuente importantísima es la Estela de Xi'an o de Siganfu, que el mismo Juan Pablo II menciona en su Carta a los Católicos de China de 1999. Se trata de una gran estela de piedra levantada en el patio de una iglesia nestoriana en el año 781.

El texto lo escribe un militar llamado Lü Xiuyan, lo graba un misionero persa llamado Adán y lo encarga otro misionero llamado Yazdhozid. Tiene 1.780 caracteres chinos y cientos de letras siríacas. Es una piedra escrita esencial para la historia, casi tanto como lo pueda ser la Piedra Rosetta, que da mucha información.


"Así, nuestro Mesías, enviado por el Dios Trino, el Glorioso y Brillante, escondió su gloria y vino a este mundo, humillándose como un hombre. Dios envió un ángel para anunciar las buenas noticias de una virgen dando a luz al Hijo en el Imperio Romano. Estableció una nueva religión del Dios Trino, guiado por el Espíritu Santo, para que el hombre pueda salvarse por fe", se lee en la estela.

También explica la llegada de Alopén 150 años antes, y que el emperador consideró razonables sus enseñanzas (quizá ambos hablaron en persona en lengua turca, pues la madre y esposa del emperador eran de una etnia turcohablante) y permitió su predicación. La estela añade que el cristianismo llegó "a las diez provincias" y "llenó más de cien ciudades" y las familias de los creyentes "eran ricas y bendecidas".

Que el cristianismo se extendió mucho y hubo conversiones entre las clases altas y formadas, parece cosa demostrada.

Pero T.N.Ho considera que se hizo muy dependiente en lenguaje y simbología de las filosofías y religiones chinas previas, del confucionismo, el taoísmo y, sobre todo, del budismo. El budismo era fuerte en la dinastía Tang. Los emperadores podían ser budistas y no temer nada de esta nueva religión cristiana recién llegada. ¡Tampoco había una potencia cristiana vecina amenazando! Persia tenía ya un régimen musulmán. Los mongoles oscilaban entre varias opciones.

Lo que se pierde en la traducción

Los nestorianos usaban palabras budistas para expresar su religión cristiana: sus iglesias eran "templos jing", sus clérigos "monjes" (las mismas palabras que usaban los budistas). Los monjes nestorianos sabían siríaco, persa, lenguas turcas, pero les faltaban buenos traductores: usaron vocabulario taoísta y budista. Por ejemplo, el Espíritu Santo fue llamado "Viento Limpio Sin Habla". A salvarse mediante la fe lo llamaban "cultivar la bondad a través de la fe correcta". No tenían palabra para "ordenar sacerdotes", y lo llamaban "afeitar la cabeza", como a los monjes budistas.

Foto: Un sacerdote cristiano nestoriano y lo que parecen ser tres fieles en Domingo de Ramos en Qocho, China, hacia el año 800.




La Iglesia Nestoriana en China se centró en influir a través de la corte y la política, buscando conversos, o al menos patrocinadores, entre nobles y altos funcionarios. Pero cuando el emperador Wuzong se hizo taoísta convencido y el clero taoísta le pidió expulsar al budismo "y las otras religiones", esa estrategia exclusiva demostró ser una debilidad.

"La extensión de la fe se había limitado a la clase erudita y no llegó al público general. Comparado con el budismo, que también era una religión extranjera, el nestorianismo quedó en los márgenes por su número escaso de seguidores y poca influencia popular", asegura Ho.

En la imagen, un rostro de Jesús en un icono nestoriano chino pintado en tela del año 900. Parece un maestro taoísta o budista, excepto por el tipo de bigote.


Aunque las Iglesias nestorianas (asirias y caldeas) no son vistas hoy como heréticas ni heterodoxas por católicos y ortodoxos, Ho considera que la versión extremadamente sinizada del nestorianismo chino de esos siglos quizá se alejó demasiado de la ortodoxia, en parte por no mantener el contacto con otras ramas de la Iglesia, diluyendo demasiado su teología.



Reconstrucción de un icono de Jesús chino nestoriano, con cruz nestoriana en loto y signo de la paz, hacia el año 900.

El historiador anima a tenerlo en cuenta también en nuestros días: ¿cuánto debe depender la evangelización del visto bueno de las autoridades estatales? ¿Qué es una adecuada inculturación y qué es un exagerado miedo a expresar las particularidades del cristianismo, que siempre tendrá elementos incómodos a cualquier cultura?

En el siglo XIII, Marco Polo y el sacerdote italiano Pian del Carpine escribieron que aún encontraban algunas comunidades nestorianas en Asia Central. Algunas tribus turcas y mongolas habían apostado por el cristianismo nestoriano. Pero se vio golpeado por varios flancos. Si el taoísmo lo expulsó de China y sus élites, el belicismo mongol de Gengis Khan y sus herederos prefirió adoptar el Islam, mientras que los misioneros budistas tuvieron éxito entre la población de tendencia no violenta. El cristianismo se quedó apenas sin nicho.

Los nestorianos hoy

En el siglo XVI empezó un proceso por el que algunos obispos y comunidades siríacas exploraron la unión con Roma: así nació la actual Iglesia Católica Caldea, unida a Roma, que hoy tiene unos 600.000 fieles, sobre todo en Irak y su diáspora, con el cardenal Sako como Patriarca de los Caldeos.

Otra gran parte de los siríacos se mantuvo separada de Roma, y sufrió diversas olas de persecución, como el Genocidio armenio de hace un siglo (de los Jóvenes Turcos contra cristianos orientales). Muchos emigraron a otras partes del mundo.

Actualmente, sufren un cisma desde 1976. La rama principal es la Iglesia Asiria de Oriente, con unos 500.000 fieles en todo el mundo, que tiene su sede patriarcal en Estados Unidos. La otra rama, con su propio patriarca, es la Antigua Iglesia de Oriente, con sede en Bagdad, y unos 70.000 fieles antes de la persecución del Isis/Estado Islámico.

A nivel teológico, parece haber un consenso en que ni Nestorio ni la teología nestoriana eran "tan nestorianos". La historia política golpeó mucho a la causa de la unidad. El Imperio Persa Sasánida en el siglo V y VI veía bien impulsar una rama de cristianismo "autóctona", muy separada del cristianismo griego del rival imperio vecino, el bizantino. La llegada del Islam terminó de reforzar su aislamiento.

En este contexto, fue importante la firma en 1994 de una Declaración cristológica común entre la Iglesia Católica y la Iglesia Asiria de Oriente, con las firmas del Papa Juan Pablo II y el Patriarca-Catolicós Mar Dinkha (que falleció en 2015). Allí se referían a la polémica que nació en el Concilio de Éfeso, cuando a Nestorio le inquietaba un lenguaje que le indicaba que el Verbo eterno de Dios también sufría.

El Patriarca Mar Dinkha y el Papa Juan Pablo II firmaron en 1994 este acuerdo teológico sobre la naturaleza de Cristo... pero eso no significa que los asirios reconozcan el Primado de Pedro (excepto los caldeos, que son asirios unidos a Roma).



El texto asegura que ambas iglesias "de ahora en adelante pueden proclamar juntas su fe común en el misterio de Ia Encarnación".

Y sigue el texto conjunto:

» En calidad de herederos y guardianes de la fe recibida de los Apóstoles, como la formularon nuestros padres comunes en el concilio de Nicea, confesamos un solo Señor Jesucristo, Hijo único de Dios, nacido del Padre antes de todos los siglos que, al llegar la plenitud de

los tiempos, bajó del cielo y se hizo hombre por nuestra salvación. El Verbo de Dios, la segunda Persona de la Santísima Trinidad, se encarnó por obra del Espíritu Santo, asumiendo de la Santísima Virgen María un cuerpo animado por un alma racional, a la que estuvo unido indisolublemente desde el momento de su concepción".

» Por eso, Nuestro Señor Jesucristo es verdadero Dios y verdadero hombre, perfecto en su divinidad y perfecto en su humanidad, consubstancial con el Padre y consubstancial con nosotros en todo, menos en el pecado. Su divinidad y su humanidad están unidas en una sola persona, sin confusión ni cambio, sin división ni separación. En él se ha conservado la diferencia de las naturalezas de Ia divinidad y Ia humanidad, con todas sus propiedades, facultades y operaciones.

» Pero, lejos de constituir «una y otra», Ia divinidad y Ia humanidad están unidas en Ia Persona del mismo y único Hijo de Dios y Señor Jesucristo, que es objeto de una sola adoración. Cristo, por tanto, no es un «hombre como los demás», adoptado por Dios para morar en él e inspirarlo, como en el caso de los hombres justos y los profetas; sino el mismo Verbo de Dios, engendrado por el Padre antes de todos los siglos, sin principio según su divinidad; que en los últimos tiempos nació de una madre, sin un padre, según su humanidad".

En la foto, Mar Awa III, desde 2021 el Patriarca de la Iglesia Asiria de Oriente, en una visita a una de sus comunidades de rito siríaco.




» La humanidad que la Santísima Virgen María dio a luz fue siempre la del mismo Hijo de Dios. Por esta razón, la Iglesia asiria de Oriente eleva su oración a la Virgen María como «la Madre de Cristo Nuestro Dios y Salvador». A la luz de esta misma fe, la tradición católica se dirige a a Virgen María como «Madre de Dios», y también como «Madre de Cristo». Ambas Iglesias reconocemos la legitimidad y la exactitud de estas expresiones de la misma fe".

¡Seguro que traducir todo esto al chino es hoy más fácil que en el siglo VII cuando Alopén llegó a China sin conocer el idioma!

El cristianismo asirio y caldeo es hoy un pequeño rebaño, aunque su valentía y perseverancia ante la persecución yihadista de este siglo XXI ha impresionado a los cristianos de todo el mundo.

Cualquier trabajo por la unidad, superando siglos de desencuentros, sirve a la causa de Cristo, "reunir a los hijos dispersos de Dios" (Jn 11, 45-57). A los escasos asirios. Y a los numerosísimos chinos que quedan por evangelizar.

Fuente: Religión en Libertad

martes, 24 de junio de 2025

Santo Evangelio 24 de Junio 2025



 Texto del Evangelio (Lc 1,57-66.80):

 Se le cumplió a Isabel el tiempo de dar a luz, y tuvo un hijo. Oyeron sus vecinos y parientes que el Señor le había hecho gran misericordia, y se congratulaban con ella. Y sucedió que al octavo día fueron a circuncidar al niño, y querían ponerle el nombre de su padre, Zacarías, pero su madre, tomando la palabra, dijo: «No; se ha de llamar Juan». Le decían: «No hay nadie en tu parentela que tenga ese nombre». Y preguntaban por señas a su padre cómo quería que se le llamase. Él pidió una tablilla y escribió: ‘Juan es su nombre’. Y todos quedaron admirados.

Y al punto se abrió su boca y su lengua, y hablaba bendiciendo a Dios. Invadió el temor a todos sus vecinos, y en toda la montaña de Judea se comentaban todas estas cosas; todos los que las oían las grababan en su corazón, diciendo: «Pues ¿qué será este niño?». Porque, en efecto, la mano del Señor estaba con él. El niño crecía y su espíritu se fortalecía; vivió en los desiertos hasta el día de su manifestación a Israel.



«El niño crecía y su espíritu se fortalecía»


Rev. D. Joan MARTÍNEZ Porcel

(Barcelona, España)

Hoy, celebramos solemnemente el nacimiento del Bautista. San Juan es un hombre de grandes contrastes: vive el silencio del desierto, pero desde allí mueve las masas y las invita con voz convincente a la conversión; es humilde para reconocer que él tan sólo es la voz, no la Palabra, pero no tiene pelos en la lengua y es capaz de acusar y denunciar las injusticias incluso a los mismos reyes; invita a sus discípulos a ir hacia Jesús, pero no rechaza conversar con el rey Herodes mientras está en prisión. Silencioso y humilde, es también valiente y decidido hasta derramar su sangre. ¡Juan Bautista es un gran hombre!, el mayor de los nacidos de mujer, así lo elogiará Jesús; pero solamente es el precursor de Cristo.

Quizás el secreto de su grandeza está en su conciencia de saberse elegido por Dios; así lo expresa el evangelista: «El niño crecía y su espíritu se fortalecía; vivió en los desiertos hasta el día de su manifestación a Israel» (Lc 1,80). Toda su niñez y juventud estuvo marcada por la conciencia de su misión: dar testimonio; y lo hace bautizando a Cristo en el Jordán, preparando para el Señor un pueblo bien dispuesto y, al final de su vida, derramando su sangre en favor de la verdad. Con nuestro conocimiento de Juan, podemos responder a la pregunta de sus contemporáneos: «¿Qué será este niño?» (Lc 1,66).

Todos nosotros, por el bautismo, hemos sido elegidos y enviados a dar testimonio del Señor. En un ambiente de indiferencia, san Juan es modelo y ayuda para nosotros; san Agustín nos dice: «Admira a Juan cuanto te sea posible, pues lo que admiras aprovecha a Cristo. Aprovecha a Cristo, repito, no porqué tú le ofrezcas algo a Él, sino para progresar tú en Él». En Juan, sus actitudes de Precursor, manifestadas en su oración atenta al Espíritu, en su fortaleza y su humildad, nos ayudan a abrir horizontes nuevos de santidad para nosotros y para nuestros hermanos.

Awa III, Patriarca de la Iglesia Asiria: «Occidente es indiferente ante la desaparición cristiana»

 


Awa III, Patriarca de la Iglesia Asiria: «Occidente es indiferente ante la desaparición cristiana»

El patriarca de la Iglesia católica asiria de Oriente, Mar Awa III.

Desde 2021, Mar Awa III se desempeña como Patriarca de la Iglesia Asiria de Oriente, tradicionalmente llamada iglesia nestoriana, una de las comunidades cristianas más antiguas de la historia y que en el siglo V rompió su comunión con la Iglesia griega y latina. Pese a ello, es conocida la apertura de Awa III al diálogo y a fortalecer las relaciones con Roma, comparte multitud de los pilares esenciales de la fe y ha mantenido estrechas relaciones personales con los pontificados desde finales del siglo XX, lo que podría fortalecerse aún más con León XIV, con quien no solo comparte nacionalidad estadounidense, sino también localidad de nacimiento, Chicago.

La sede formal de la Iglesia asiria de Oriente se encuentra en Erbil (Irak), si bien su presencia se extiende especialmente en esta nación y en otras vecinas como Turquía, Siria o Irán, en lo que sería la antigua Asiria, contando con una consolidada diáspora en Estados Unidos, Suecia, Alemania y Australia. En total, se calcula que son unos 500.000 cristianos los miembros de la Iglesia  Asiria de Oriente.

Pese a las diferencias con la Iglesia católica -rechaza la autoridad universal del Papa y los concilios ecuménicos salvo los primeros de Nicea y Constantinopla- lamenta que el conjunto del cristianismo está desapareciendo de su lugar de origen a una velocidad alarmante: mientras que en Irak hay pueblos y aldeas que han sido vaciados por completo, en Siria se ha pasado del 12% de cristianos al 2-3% en la actualidad, según declaró Awa recientemente al National Catholic Register. En este último país, la caída del régimen de Bashar al-Assad y el ascenso de un nuevo gobierno de corte islamista han profundizado aún más los temores entre las minorías cristianas, llevando a Awa a temer encontrarse “ante la desaparición de nuestro pueblo y de nuestra tradición en la región”.

Actualmente la Iglesia se encuentra en estas zonas “bajo presión”, lo que dificulta los intentos de visitar y celebrar con regularidad los sacramentos. “Mucha de nuestra gente está ahora atrapada en Jordania, Líbano y Turquía, con la esperanza de llegar a Australia, América del Norte, Canadá, Estados Unidos o Europa”, lamenta el patriarca.

Del mismo modo que lamenta la persecución y diáspora de los cristianos perseguidos, denuncia también contundente la indiferencia que Occidente muestra al respecto.

“Desafortunadamente, el cristianismo en Occidente se ha vuelto muy apático. El cristianismo hizo de Europa lo que es hoy. Ahora, Europa se está alejando de esa herencia”, dijo salvando contadas excepciones como el caso húngaro, “verdaderamente ejemplar” a su juicio.

Identidad, integración y diálogo, los retos 

“Uno de nuestros mayores desafíos hoy en día es mantenernos abiertos a la integración sin caer en una asimilación que destruya nuestra identidad”, dijo el patriarca.

Respecto a su relación con la Iglesia, son conocidos sus acercamientos y frecuentes propuestas de diálogo y actuación conjunta, lo que también ha tenido un acercamiento de vuelta a través de gestos como la inclusión de San Isaac el Sirio, santo asirio del siglo VII, en el martirologio romano por el Papa Francisco.

“La unidad es un don del Espíritu Santo. No podemos forzarla, pero caminamos hacia ella”, mencionó.  

Fuente: Religión en Libertad

lunes, 23 de junio de 2025

Santo Evangelio 23 de Junio 2025

 


Texto del Evangelio (Mt 7,1-5):

 En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «No juzguéis, para que no seáis juzgados. Porque con el juicio con que juzguéis seréis juzgados, y con la medida con que midáis se os medirá. ¿Cómo es que miras la brizna que hay en el ojo de tu hermano, y no reparas en la viga que hay en tu ojo? ¿O cómo vas a decir a tu hermano: ‘Deja que te saque la brizna del ojo’, teniendo la viga en el tuyo? Hipócrita, saca primero la viga de tu ojo, y entonces podrás ver para sacar la brizna del ojo de tu hermano».



«Con el juicio con que juzguéis seréis juzgados, y con la medida con que midáis se os medirá»


Rev. D. Jordi POU i Sabater

(Sant Jordi Desvalls, Girona, España)

Hoy, el Evangelio me ha recordado las palabras de la Mariscala en El caballero de la Rosa, de Hug von Hofmansthal: «En el cómo está la gran diferencia». De cómo hagamos una cosa cambiará mucho el resultado en muchos aspectos de nuestra vida, sobre todo, la espiritual.

Jesús dice: «No juzguéis, para que no seáis juzgados» (Mt 7,1). Pero Jesús también había dicho que hemos de corregir al hermano que está en pecado, y para eso es necesario haber hecho antes algún tipo de juicio. San Pablo mismo en sus escritos juzga a la comunidad de Corinto y san Pedro condena a Ananías y a su esposa por falsedad. A raíz de esto, san Juan Crisóstomo justifica: «Jesús no dice que no hemos de evitar que un pecador deje de pecar, hemos de corregirlo sí, pero no como un enemigo que busca la venganza, sino como el médico que aplica un remedio». El juicio, pues, parece que debiera hacerse sobre todo con ánimo de corregir, nunca con ánimo de venganza.

Pero todavía más interesante es lo que dice san Agustín: «El Señor nos previene de juzgar rápida e injustamente (...). Pensemos, primero, si nosotros no hemos tenido algún pecado semejante; pensemos que somos hombres frágiles, y [juzguemos] siempre con la intención de servir a Dios y no a nosotros». Si cuando vemos los pecados de los hermanos pensamos en los nuestros, no nos pasará, como dice el Evangelio, que con una viga en el ojo queramos sacar la brizna del ojo de nuestro hermano (cf. Mt 7,3).

Si estamos bien formados, veremos las cosas buenas y las malas de los otros, casi de una manera inconsciente: de ello haremos un juicio. Pero el hecho de mirar las faltas de los otros desde los puntos de vista citados nos ayudará en el cómo juzguemos: ayudará a no juzgar por juzgar, o por decir alguna cosa, o para cubrir nuestras deficiencias o, sencillamente, porque todo el mundo lo hace. Y, para acabar, sobre todo tengamos en cuenta las palabras de Jesús: «Con la medida con que midáis se os medirá» (Mt 7,2).


domingo, 22 de junio de 2025

Santo Evangelio 22 de Junio 2025



 Texto del Evangelio (Lc 9,11b-17):

 En aquel tiempo, Jesús les hablaba acerca del Reino de Dios, y curaba a los que tenían necesidad de ser curados. Pero el día había comenzado a declinar, y acercándose los Doce, le dijeron: «Despide a la gente para que vayan a los pueblos y aldeas del contorno y busquen alojamiento y comida, porque aquí estamos en un lugar deshabitado». Él les dijo: «Dadles vosotros de comer». Pero ellos respondieron: «No tenemos más que cinco panes y dos peces; a no ser que vayamos nosotros a comprar alimentos para toda esta gente».

Pues había como cinco mil hombres. Él dijo a sus discípulos: «Haced que se acomoden por grupos de unos cincuenta». Hicieron acomodarse a todos. Tomó entonces los cinco panes y los dos peces, y levantando los ojos al cielo, pronunció sobre ellos la bendición y los partió, y los iba dando a los discípulos para que los fueran sirviendo a la gente. Comieron todos hasta saciarse. Se recogieron los trozos que les habían sobrado: doce canastos.



«Dadles vosotros de comer»


Rev. D. Antoni CAROL i Hostench

(Sant Cugat del Vallès, Barcelona, España)

Hoy es el día más grande para el corazón de un cristiano, porque la Iglesia, después de festejar el Jueves Santo la institución de la Eucaristía, busca ahora la exaltación de este augusto Sacramento, tratando de que todos lo adoremos ilimitadamente. «Quantum potes, tantum aude...», «atrévete todo lo que puedas»: ésta es la invitación que nos hace santo Tomás de Aquino en un maravilloso himno de alabanza a la Eucaristía. Y esta invitación resume admirablemente cuáles tienen que ser los sentimientos de nuestro corazón ante la presencia real de Jesucristo en la Eucaristía. Todo lo que podamos hacer es poco para intentar corresponder a una entrega tan humilde, tan escondida, tan impresionante. El Creador de cielos y tierra se esconde en las especies sacramentales y se nos ofrece como alimento de nuestras almas. Es el pan de los ángeles y el alimento de los que estamos en camino. Y es un pan que se nos da en abundancia, como se distribuyó sin tasa el pan milagrosamente multiplicado por Jesús para evitar el desfallecimiento de los que le seguían: «Comieron todos hasta saciarse. Se recogieron los trozos que les habían sobrado: doce canastos» (Lc 9,17).

Ante esa sobreabundancia de amor, debería ser imposible una respuesta remisa. Una mirada de fe, atenta y profunda, a este divino Sacramento, deja paso necesariamente a una oración agradecida y a un encendimiento del corazón. San Josemaría solía hacerse eco en su predicación de las palabras que un anciano y piadoso prelado dirigía a sus sacerdotes: «Tratádmelo bien».

Un rápido examen de conciencia nos ayudará a advertir qué debemos hacer para tratar con más delicadeza a Jesús Sacramentado: la limpieza de nuestra alma —siempre debe estar en gracia para recibirle—, la corrección en el modo de vestir —como señal exterior de amor y reverencia—, la frecuencia con la que nos acercamos a recibirlo, las veces que vamos a visitarlo en el Sagrario... Deberían ser incontables los detalles con el Señor en la Eucaristía. Luchemos por recibir y por tratar a Jesús Sacramentado con la pureza, humildad y devoción de su Santísima Madre, con el espíritu y fervor de los santos.

sábado, 21 de junio de 2025

A tiros contra la cruz de la catedral siro-ortodoxa de Homs (Siria): «Es un ataque contra la paz»

 


A tiros contra la cruz de la catedral siro-ortodoxa de Homs (Siria): «Es un ataque contra la paz»

La histórica catedral de Santa María de la Cintura Sagrada es un destino de peregrinaciones marianas.

Hace unos días, los extremistas efectuaron disparos contra la cruz en la fachada de la catedral sirio-ortodoxa de la ciudad siria de Homs. El acto intimidatorio ha sido denunciado por la archidiócesis sirio-ortodoxa de Homs, Hama y Tartus, según informa Agencia Fides.

Las balas contra la catedral de Santa María de la Cintura Sagrada (Umm Al-Zannar), situada en el barrio de Bustan Al-Diwan, alimentaron los temores y la sensación de inseguridad que comparten muchos en las comunidades cristianas de Siria en la actual coyuntura histórica que atraviesa el país, según informa la archidiócesis en un comunicado.

"Consideramos este brutal ataque", se lee en el comunicado, "como un ataque directo contra la paz civil y la convivencia, y afirmamos que actos similares no tienen nada que ver con la moral de la buena gente de la ciudad de Homs y de todos los sirios honestos, sino que más bien pretenden sembrar la discordia y desestabilizar".

Los responsables de la archidiócesis sirio-ortodoxa piden a los actuales mandatarios en Siria que identifiquen y persigan penalmente a los responsables del acto de violencia y garanticen la seguridad de los lugares sagrados de las diferentes comunidades de fe. 

También llaman a los hijos de la Iglesia a no dejarse llevar por el miedo, mostrando que tales actos violentos "no nos disuadirán de adherirnos al mensaje de amor y paz invocado por nuestro Señor Jesucristo, y solo aumentarán nuestra determinación de consolidar el espíritu de hermandad entre todos los hijos de la Patria y el amor por la tierra de Siria, por muy graves que sean las adversidades a las que nos enfrentemos".

La histórica catedral de Santa María de la Cintura Sagrada (Umm Al-Zannar), destino de peregrinaciones marianas, es la sede del arzobispo sirio-ortodoxo de Homs, Hama y Tartus. 

El patriarca de la Iglesia católica asiria de Oriente, Mar Awa III.

La estructura actual data del siglo XIX, pero diversas fuentes atestiguan que en el lugar donde se encuentra la iglesia existían lugares de culto cristianos desde los primeros siglos del cristianismo. Según el exarca greco-melquita Joseph Nasrallah (1911-1993), la existencia de una iglesia dedicada a María en Homs ya está atestiguada en el año 478 d.C.

Fuente: Religión en Libertad

Santo Evangelio 21 de Junio 2025

 


Texto del Evangelio (Mt 6,24-34):

 En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Nadie puede servir a dos señores; porque aborrecerá a uno y amará al otro; o bien se entregará a uno y despreciará al otro. No podéis servir a Dios y al dinero. Por eso os digo: No andéis preocupados por vuestra vida, qué comeréis, ni por vuestro cuerpo, con qué os vestiréis. ¿No vale más la vida que el alimento, y el cuerpo más que el vestido? Mirad las aves del cielo: no siembran, ni cosechan, ni recogen en graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros más que ellas? Por lo demás, ¿quién de vosotros puede, por más que se preocupe, añadir un solo codo a la medida de su vida?

»Y del vestido, ¿por qué preocuparos? Observad los lirios del campo, cómo crecen; no se fatigan, ni hilan. Pero yo os digo que ni Salomón, en toda su gloria, se vistió como uno de ellos. Pues si a la hierba del campo, que hoy es y mañana se echa al horno, Dios así la viste, ¿no lo hará mucho más con vosotros, hombres de poca fe? No andéis, pues, preocupados diciendo: ¿Qué vamos a comer?, ¿qué vamos a beber?, ¿con qué vamos a vestirnos? Que por todas esas cosas se afanan los gentiles; pues ya sabe vuestro Padre celestial que tenéis necesidad de todo eso. Buscad primero su Reino y su justicia, y todas esas cosas se os darán por añadidura. Así que no os preocupéis del mañana: el mañana se preocupará de sí mismo. Cada día tiene bastante con su propio mal».



«Buscad primero su Reino y su justicia, y todas esas cosas se os darán por añadidura»


P. Jacques PHILIPPE

(Cordes sur Ciel, Francia)

Hoy el Evangelio habla claramente de vivir el “momento presente”: no darle vueltas al pasado, sino abandonarse en Dios y su misericordia. No atormentarse por el mañana, sino confiarlo a su providencia. Santa Teresita del Niño Jesús afirmaba: «Sólo me guía el abandono, ¡no tengo otra brújula!».

La preocupación jamás ha resuelto ningún problema. Lo que resuelve problemas es la confianza, la fe. «Pues si a la hierba del campo, que hoy es y mañana se echa al horno, Dios así la viste, ¿no lo hará mucho más con vosotros, hombres de poca fe?» (Mt 6,30), dice Jesús.

La vida no es por sí misma demasiado problemática, es el hombre quien carece de fe… La existencia no siempre es fácil. A veces es pesada; con frecuencia nos sentimos heridos y escandalizados por lo que sucede en nuestra vida o en la de los demás. Pero afrontemos todo esto con fe e intentemos vivir, día tras día, con la confianza en que Dios cumplirá sus promesas. La fe nos llevará a la salvación.

«No os preocupéis del mañana: el mañana se preocupará de sí mismo. Cada día tiene bastante con su propio mal» (Mt 6,34). ¿Qué quiere decir esto? Hoy, busca vivir de manera justa, según la lógica del Reino, en la confianza, la sencillez, la búsqueda de Dios, el abandono. Y Dios se ocupará del resto…

Día a día. Es muy importante. Lo que nos agota a menudo son todas esas vueltas al pasado y el miedo al futuro; mientras que cuando vivimos en el momento presente, de manera misteriosa, encontramos la fuerza. Lo que tengo que vivir hoy, tengo la gracia para vivirlo. Si mañana debo hacer frente a situaciones más difíciles, Dios incrementará su gracia. La gracia de Dios se da al momento, día a día. Vivir el momento presente supone aceptar la debilidad: renunciar a rehacer el pasado o dominar el futuro, contentarse con el presente.