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lunes, 15 de febrero de 2021

Cinco franciscanos españoles fueron martirizados en Georgia por defender el matrimonio indisoluble

 


Cinco franciscanos españoles fueron martirizados en Georgia por defender el matrimonio indisoluble

El arqueólogo David Hurst y el franciscano Gregory J. Hartmayer, obispo de Atlanta, en el lugar de la misión española.

Para Fray Pedro de Corpa y sus cuatro compañeros franciscanos, el 14 de septiembre de 1597 comenzó como cualquier otro agradable jornada junto a la tribu de los Guale en Florida. Los frailes se dividían en cinco misiones costeras de la actual diócesis de Savannah (Georgia), donde eran aceptados y convivían pacíficamente con los indígenas. Sin embargo, aquel día se extendió una revuelta iniciada por un joven cacique que rechazaba sus enseñanzas sobre la Iglesia y el matrimonio. Cuatro siglos después de su brutal martirio, la Iglesia espera su próxima canonización.

Los primeros mártires locales de Georgia

Quizá por la abundancia de santos en la España del siglo XVI, la historia de los mártires de Georgia es poco conocida.

El virreinato de Nueva España vio en San Felipe de Jesús su primer santo y mártir, así como San Roque González lo fue del actual Paraguay. Para la diócesis de Georgia, los cinco franciscanos podrían ser sus primeros mártires y beatos locales.

Convivencia pacífica entre indígenas y franciscanos

Entre 1573 y 1598 los franciscanos continuaron la labor iniciada por los Jesuitas en el sureste americano: fundaron más de 100 misiones en las actuales Georgia y Florida.

En 1597, cuatro de estas misiones evangelizaban al pueblo de los Guale, que habitaba entre los ríos costeros de Ogeechee y Altamaha: Tolomato, Santo Domingo, Tupiqui y Santa Catalina.

Desde el primer momento, los frailes franciscanos fueron  bien recibidos en las comunidades de nativos: predicaban el evangelio y vivían entre la población indígena sin necesidad de armamento o presencia militar.

Fray Pedro de Corpa, impulsor de la evangelización

De hecho, la mayoría del pueblo Guale no solo aceptó la fe católica, sino que también recibió los productos y cultura europeos como adornos, herramientas de metal o textiles.

Fray Pedro de Corpa fue uno de los grandes impulsores de la evangelización del pueblo Guale. Tras casi una década de experiencia misionera en La Florida, le asignaron la misión de Tolomato, un lugar de especial relevancia por ser la capital de aquellos indígenas.

Durante la estancia de Fray Pedro en Tolomato, gran parte de sus habitantes le pedían ser bautizados, a lo que contribuyó el aprendizaje de su lengua y largas horas de conversación y evangelización de Fray Pedro con los nativos.


Como cristiano, no podía contraer un segundo matrimonio

Sin embargo, esta idílica convivencia cambió por completo a mediados de septiembre de 1597.

El mico o cacique de los Guales, don Francisco, había fallecido recientemente en Tolomato. Allí también residía Juanillo, que pronto heredaría el cargo de cacique del pueblo Guale. El joven heredero se bautizó y se convirtió al cristianismo poco después de la llegada de Fray Pedro a la misión, cuando introdujo a los nuevos conversos a la práctica de los sacramentos.

Fue entonces cuando Juanillo se casó con una segunda mujer. Pese a la buena relación que los unía, Fray Pedro le recordó que como cristiano y bautizado no podía contraer un segundo matrimonio.

El comienzo de la persecución

Ante la indiferencia del heredero, Fray Pedro desaconsejó la próxima sucesión del joven junto con Fray Blas, otro de los franciscanos residentes en la cercana misión de Tupiqui. Por ello, el Bohío de Tolomato –institución encargada de decidir si Juanillo sería el nuevo Mico o cacique– no le concedió el nombramiento.

La respuesta de Juanillo no se hizo esperar, y comenzó una revuelta junto con otros Guales no bautizados que vivían alejados de las misiones. Tras el asesinato de Fray Pedro, comenzaron 4 días de persecución, torturas y martirio de los cinco sacerdotes franciscanos que se encontraban con los Guale en Georgia.


Cinco hombres, cinco vidas derramadas por Dios

Estos son los cinco franciscanos que fueron martirizados en 1597:

Fray Pedro de Corpa

El 14 de septiembre de 1597, Fray Pedro estaba rezando antes de la misa cuando Juanillo y sus seguidores lo asesinaron con hachas de piedra en la misión de Tolomato. Nació alrededor de 1560 en la diócesis de Madrid. Con tan solo 27 años comenzó su labor misionera en el Nuevo Mundo. Al ser el misionero más experimentado en Georgia, recibió el encargo de evangelizar la capital de los Guales. El poeta franciscano Alonso Escobedo (1610) llegó a decir de Fray Pedro que “la pobreza fue su virtud favorita, el amor de Dios ardía en su corazón, y por medio de la oración, autodisciplina y abstinencia, dio buen ejemplo a los indios a quienes se esforzó por convertir”.

Fray Blas Rodríguez

Fray Blas se encontraba en Tupiqui cuando, dos días después del asesinato de Fray Pedro, llegó la revuelta a su misión. Antes del martirio, Juanillo le permitió celebrar su última misa y ofrecer una última prédica al pueblo que le escuchaba. Atado y torturado durante dos días, le obligaron a presenciar cómo ardía la iglesia de Tupiqui, y lo quemaron vivo. Finalmente, Juanillo y sus seguidores incendiaron toda la misión tras percatarse de que gran parte de sus habitantes eran fieles de Fray Blas. Nació en Cuacos (Cáceres, España) en torno al año 1552.

Fray Miguel de Añon

Fray Miguel de Añon fue uno de los franciscanos que menos tiempo pasó en las misiones de Florida: comenzó dos años antes de su martirio, en 1595. A su llegada, le fue asignada la misión de Santa Catalina. Allí pudo dar rienda suelta a su interés por el arte sacro, y construyó la cruz de la misión, bajo la cual sería enterrado. Su desconocimiento de la lengua no le impidió ganarse el respeto y admiración de los habitantes de la misión, gracias a su gusto y facilidad por el canto. Tanto le apreciaban que el cacique local desobedeció a Juanillo cuando este le ordenó que lo matase, llegando a ofrecerle todas sus posesiones a cambio de salvar las vidas de los franciscanos. Por el contrario, arriesgó su vida tratando de convencer sin éxito a Fray Miguel para que huyese de la misión. Hijo de un noble de Castilla, Fray Miguel pudo celebrar misa por última vez y pasó sus últimas horas rezando junto con Fray Antonio en Santa Catalina.

Fray Antonio de Badajoz

Tenía aproximadamente 38 años cuando fue martirizado el 17 de septiembre de 1597 junto con Fray Miguel de Añón. Llegó a la Florida en 1587 junto con Fray Pedro, y realizó relevantes labores como catequista. Tenía una especial facilidad por la comunicación, lo que le permitió aprender rápidamente la lengua de los Guale, catequizarlos y servir de intérprete a otros franciscanos, como Fray Miguel. Por este motivo, los nativos se referían a él como “el intérprete”.

Fray Francisco de Veráscola

Fray Francisco de Veráscola supo utilizar su elevada estatura y fortaleza física para evangelizar y ganarse el respeto de los indígenas. Su procedencia y condición física le valieron el sobre nombre de “Gigante Cantábrico”. De todos los enviados para evangelizar a los Guale, Fray Francisco era el único nacido en Cantabria, un 13 de febrero de 1564. Tenía la compleja tarea de fundar una nueva misión en la isla de Ascao, donde levantó una capilla y pronto comenzó a residir un pequeño pueblo de conversos. Tenía 33 años cuando recibió el martirio: durante su viaje a San Agustín para recoger los materiales necesarios para finalizar la capilla, fue asesinado por los propios indígenas de la isla.


Un proceso concluido, a la espera de resolución

Actualmente, el proceso de beatificación de los mártires de Georgia ha concluido, y la diócesis de Savannah espera la resolución de la Congregación para las Causas de los Santos en un futuro próximo. Mientras, el postulador de la causa, Giovangiuseppe Califano, supervisa la redacción de un documento histórico que será presentado a esta congregación.

Un ejemplo para nuestros días de verdad y fidelidad

Durante más de 40 años, el arqueólogo David Hurst ha investigado las misiones de Georgia. A lo largo de estos años, ha llegado a pensar que los “Mártires de Georgia” fueron “miembros del cuerpo de paz del siglo XVI”: afirma que “existía una alianza entre la Iglesia y los indígenas para preservar la cultura de estos últimos”, explica.

Con todo, la Leyenda Negra no es el único edificio que se tambalea con el ejemplo de Fray Pedro y sus compañeros.

"Los mártires de Georgia son una muestra de esperanza"

Para el Obispo de Savannah, son sobre todo un ejemplo de esperanza para la institución del matrimonio: según explica en su carta para la Causa de los Mártires de Georgia, “la historia de Fray Pedro de Corpa y sus compañeros martirizados es una muestra de esperanza en un tiempo en que las fuerzas seculares tratan de redefinir el matrimonio”.

Como pieza fundamental en el proceso de canonización, el Obispo concluye: “Renuevo mi compromiso con esta causa cada vez que considero el valor que ellos mostraron al dejar atrás su país, España, para predicar el Evangelio en tierras lejanas, y la firmeza con que predicaron la fe, aun cuando tuvieron que defender el matrimonio con sus vidas”.

La oración de los mártires

La página web de los mártires de Georgia ofrece esta oración a los mártires durante el proceso de beatificación: 

Oh Señor Jesucristo, recompensa el celo apostólico de Fray Pedro de Corpa y sus cuatro compañeros, Blas, Miguel, Antonio y Francisco, quienes trabajaron por el bienestar espiritual del pueblo indígena Guale de Georgia, y entregaron su vida en testimonio de la fe cristiana.

Por sus méritos e intercesión, concédeme el favor que humildemente te pido, para que así su heroico sacrificio pueda ser oficialmente reconocido por la Iglesia para la gloria de Tu Santo Nombre. Amén.



Fuente: Religión en Libertad


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