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sábado, 29 de febrero de 2020

Santo Evangelio 1 de Marzo 2020



Día litúrgico: Domingo I (A) de Cuaresma


Texto del Evangelio (Mt 4,1-11): En aquel tiempo, Jesús fue llevado por el Espíritu al desierto para ser tentado por el diablo. Y después de hacer un ayuno de cuarenta días y cuarenta noches, al fin sintió hambre. Y acercándose el tentador, le dijo: «Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en panes». Mas Él respondió: «Está escrito: ‘No sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios’».

Entonces el diablo le lleva consigo a la Ciudad Santa, le pone sobre el alero del Templo, y le dice: «Si eres Hijo de Dios, tírate abajo, porque está escrito: ‘A sus ángeles te encomendará, y en sus manos te llevarán, para que no tropiece tu pie en piedra alguna’». Jesús le dijo: «También está escrito: ‘No tentarás al Señor tu Dios’».

Todavía le lleva consigo el diablo a un monte muy alto, le muestra todos los reinos del mundo y su gloria, y le dice: «Todo esto te daré si postrándote me adoras». Dícele entonces Jesús: «Apártate, Satanás, porque está escrito: ‘Al Señor tu Dios adorarás, y sólo a Él darás culto’». Entonces el diablo le deja. Y he aquí que se acercaron unos ángeles y le servían.


«Jesús fue llevado por el Espíritu al desierto para ser tentado»

Mn. Antoni BALLESTER i Díaz
(Camarasa, Lleida, España)

Hoy celebramos el primer domingo de Cuaresma, y este tiempo litúrgico “fuerte” es un camino espiritual que nos lleva a participar del gran misterio de la muerte y de la resurrección de Cristo. Nos dice san Juan Pablo II que «cada año, la Cuaresma nos propone un tiempo propicio para intensificar la oración y la penitencia, y para abrir el corazón a la acogida dócil de la voluntad divina. Ella nos invita a recorrer un itinerario espiritual que nos prepara a revivir el gran misterio de la muerte y resurrección de Jesucristo, ante todo mediante la escucha asidua de la Palabra de Dios y la práctica más intensa de la mortificación, gracias a la cual podemos ayudar con mayor generosidad al prójimo necesitado».

La Cuaresma y el Evangelio de hoy nos enseñan que la vida es un camino que nos tiene que llevar al cielo. Pero, para poder ser merecedores de él, tenemos que ser probados por las tentaciones. «Jesús fue llevado por el Espíritu al desierto para ser tentado por el diablo» (Mt 4,1). Jesús quiso enseñarnos, al permitir ser tentado, cómo hemos de luchar y vencer en nuestras tentaciones: con la confianza en Dios y la oración, con la gracia divina y con la fortaleza.

Las tentaciones se pueden describir como los “enemigos del alma”. En concreto, se resumen y concretan en tres aspectos. En primer lugar, “el mundo”: «Di que estas piedras se conviertan en panes» (Mt 4,3). Supone vivir sólo para tener cosas.

En segundo lugar, “el demonio”: «Si postrándote me adoras (…)» (Mt 4,9). Se manifiesta en la ambición de poder.

Y, finalmente, “la carne”: «Tírate abajo» (Mt 4,6), lo cual significa poner la confianza en el cuerpo. Todo ello lo expresa mejor santo Tomás de Aquino diciendo que «la causa de las tentaciones son las causas de las concupiscencias: el deleite de la carne, el afán de gloria y la ambición de poder».

10 formas para practicar un «ayuno» diferente durante la Cuaresma: más allá de la comida o del móvil

Estos 10 consejos se pueden aplicar en Cuaresma. Quizás no todos, pero al menos si alguno de ellos.

10 formas para practicar un «ayuno» diferente durante la Cuaresma: más allá de la comida o del móvil

Estos 10 consejos se pueden aplicar en Cuaresma. Quizás no todos, pero al menos si alguno de ellos.

Con el Miércoles de Ceniza ha dado comienzo un tiempo de Cuaresma que tiene como objetivo preparar a los cristianos para la Pasión y sobre todo la Resurrección de Cristo. Para este tiempo litúrgico la Iglesia enseña tres puntos de apoyo fundamentales para vivir estos 40 días. Se trata de la oración, la limosna y el ayuno.

Estas tres prácticas son una ayuda para esta llamada a la conversión que caracteriza la Cuaresma. Pero será sobre el ayuno en lo que se centrará este artículo. Moisés ayunó cuarenta días en la montaña y Jesús pasó otros cuarenta días en el desierto ayunando. Por ello, la Iglesia anima en Cuaresma a profundizar en los recovecos del corazón y rogar por la conversión del corazón.

Cuando se habla de ayuno lo primero que viene a la mente es dejar de comer. Últimamente también se ha asociado a otras acciones físicas como dejar de fumar, beber, o incluso aparcar temporalmente el teléfono móvil o la televisión.

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Pero el ayuno puede ir mucho más allá y centrarse en actitudes de cada uno. Así lo cree el padre Ed Broom, oblato de la Virgen María, ordenado sacerdote por San Juan Pablo II, y experto en retiros espirituales y en la evangelización a través de los medios de comunicación.

Este religioso se pregunta cuáles podrían ser algunas formas concretas de practicar el ayuno. Y antes de nada recuerda que el ayuno no es una mera dieta con el simple deseo de perder algunos kilos de más. Más bien, el propósito del ayuno es agradar a Dios, convertir  los corazones y rogar por la conversión de los demás. En otras palabras, ¡el ayuno debe tener una intención sobrenatural!

Por ello, en este artículo en Catholic Exchange propone diez maneras de cómo podemos ayunar.

1. Come menos y recibe más la Santa Eucaristía

Con esta práctica –afirma el padre Broom- se da más importancia a la vida espiritual y a la salvación del alma. Y recuerda lo que dijo Jesús: “No trabajéis por el alimento perecedero, sino por el alimento que permanece para vida eterna, el que os dará el Hijo del Hombre, porque a éste es a quien el Padre, Dios, ha marcado con su sello” (Jn 6, 27).

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2. Controla tu lengua.

Para este segundo punto este religioso recomienda encarecidamente la lectura del capítulo tercero de la Epístola de Santiago, “ ¡una de las mejores exhortaciones del mundo para trabajar en el control de nuestra lengua!”. Y recoge otra cita muy conocida de este apóstol: “Debemos estar dispuestos a escuchar y ser lentos para hablar” (St. 1, 19).

3. Momentos heroicos

En su libro Camino, San Josemaría, fundador del Opus Dei, acuñó el término “minuto heroico”. “Es la hora, en punto, de levantarte. Sin vacilación: un pensamiento sobrenatural y... ¡arriba! —El minuto heroico: ahí tienes una mortificación que fortalece tu voluntad y no debilita tu naturaleza”, escribía el santo.

Con esto –añade Ed Broom- San Josemaría afirma que tan pronto como escuchemos el despertador debemos levantarnos de la cama, rezar y comenzar nuestro día. ¡El demonio de la pereza nos anima a presionar el botón de apagar!

4. Controla la mirada

Los ojos son el espejo del alma. El Rey David se sumió en el pecado que condujo al asesinato de Urías el Hitita por la sencilla razón de que dejó que llevarse por las miradas. Sus ojos miraron y no se apartaron sobre una mujer casada: Betsabé. Los pensamientos adúlteros condujeron al adulterio físico, a la negación de su pecado y finalmente a matar a un hombre inocente. Por ello, este tiempo es propicio para esforzarse por por vivir la Bienaventuranza: "Bienaventurados los puros de corazón, ellos verán a Dios".

5. Puntualidad.

El padre Broom recoge una cita del Evangelio de San Lucas en la que Jesús afirma: “El que es fiel en lo insignificante (en lo poco), lo es también en lo importante”. Por ello, este oblato recuerda que ser puntual y estar a la hora es una señal de orden, respeto por los demás y un medio para realizar las tareas bien y a tiempo.

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6. Escucha a los demás.

Es muy fácil interrumpir a otros cuando hablan y tratar de imponer nuestras propias ideas incluso antes de que la persona haya terminado su idea. La caridad, que significa amor por Dios y por los demás, enseña a respetar a los demás y permitirles hablar sin interrumpir e imponer nuestras propias ideas.

Escuchar a los demás también es un acto de humildad, ¡poner a los demás antes que a nosotros mismos!, agrega este sacerdote, que también añade una cita de Jesús en el Evangelio de Mateo: “Aprended de mí que soy manso y humilde de corazón”.

7. Más agradecidos y menos quejas

No hay que permitir que pase un solo día sin que se dé gracias a Dios. De hecho, afirma el padre Broom, “deberíamos estar constantemente agradeciendo a Dios”. E igualmente es conveniente acostumbrarse también de ser también agradecidos con los demás. “Dad gracias al Señor porque es bueno, porque es eterna su misericordia” (Salmo 118).

8. Sonríe, incluso si no tienes ganas

De hecho, esto podría ser una gran penitencia: sonreír a alguien, incluso cuando estás cansado, con dolor de cabeza o un resfriado. Esta es la virtud heroica. Una sonrisa es algo pequeño, pero es contagiosa. De hecho, una sonrisa sincera puede elevar a quienes la ven de la desolación a un estado de consuelo. Una de las señales más evidentes de ser un seguidor de Jesús es la sonrisa de alegría que irradia la cara. “Estad siempre alegres en el Señor, os lo repito, estad alegres", dice San Pablo en su Epístola a los Filipenses (4,4).

9. Reza, incluso cuando no te apetezca.

Afirma el padre Broom que “desafortunadamente, muchos de nosotros basamos nuestra vida espiritual en simples sentimientos que son efímeros, transitorios y pasajeros como el rocío que se evapora por el sol de la mañana Nuestro mejor ejemplo es, por supuesto, Nuestro Señor y Salvador Jesucristo en el huerto de Getsemaní (Lucas 22: 39-46). Cuando Jesús estaba experimentando una agonía y desolación mortal que extraía grandes gotas de sangre de sus poros, en realidad no tenía ganas de orar. Sin embargo, Jesús oró aún más fervientemente.

Por lo tanto, practiquemos el ayuno y la penitencia en nuestras vidas y tengamos un tiempo y un lugar establecidos para rezar y rezar a veces, incluso cuando no tenemos ganas. ¡Esto es penitencia y verdadero amor por Dios! ¡Esta es una señal de verdadera madurez en la fe!”

10. Un estímulo: ánimo

En este último punto, el padre Broom invita a que “salgamos de nuestro caparazón egoísta y concentrémonos más en Dios y en ver a Jesús en los demás, imitando al buen samaritano. Aprendamos a ser un Simón de Cirene y ayudar a nuestros hermanos y hermanas que llevan el peso de una cruz muy pesada. Podemos aligerarlo alentándolos con palabras, gestos motivadores y con un corazón lleno de amor y compasión. Recuerda la regla de oro: ‘Haz a los demás lo que te gustaría que te hagan a ti’. (Mt. 7:12) ¡En las difíciles tormentas de la batalla terrenal, una palabra de aliento puede ser un viento poderoso en las velas!”.

Fuente: Religión en Libertad

viernes, 28 de febrero de 2020

Santo Evangelio 29 de Febrero 2020



Día litúrgico: Sábado después de Ceniza

Texto del Evangelio (Lc 5,27-32): En aquel tiempo, Jesús salió y vio a un publicano llamado Leví, sentado en el despacho de impuestos, y le dijo: «Sígueme». El, dejándolo todo, se levantó y le siguió. Leví le ofreció en su casa un gran banquete. Había un gran número de publicanos, y de otros que estaban a la mesa con ellos. Los fariseos y sus escribas murmuraban diciendo a los discípulos: «¿Por qué coméis y bebéis con los publicanos y pecadores?». Les respondió Jesús: «No necesitan médico los que están sanos, sino los que están mal. No he venido a llamar a conversión a justos, sino a pecadores».


«No he venido a llamar a conversión a justos, sino a pecadores»

Rev. D. Joan Carles MONTSERRAT i Pulido
(Cerdanyola del Vallès, Barcelona, España)

Hoy vemos cómo avanza la Cuaresma y la intensidad de la conversión a la que el Señor nos llama. La figura del apóstol y evangelista Mateo es muy representativa de quienes podemos llegar a pensar que, por causa de nuestro historial, o por los pecados personales o situaciones complicadas, es difícil que el Señor se fije en nosotros para colaborar con Él.

Pues bien, Jesucristo, para sacarnos toda duda nos pone como primer evangelista el cobrador de impuestos Leví, a quien le dice sin más: «Sígueme» (Lc 5,27). Con él hace exactamente lo contrario de lo que una mentalidad “prudente” pudiera considerar si quisiéramos aparentar ser “políticamente correctos”. Leví —en cambio— venía de un mundo donde padecía el rechazo de todos sus compatriotas, ya que se le consideraba, sólo por el hecho de ser publicano, colaboracionista de los romanos y, posiblemente, defraudador por las “comisiones”, el que ahogaba a los pobres para cobrarles los impuestos, en fin, un pecador público.

A los que se consideraban perfectos no se les podía pasar por la cabeza que Jesús no solamente le llamara a seguirlo, sino ni tan sólo a sentarse en la misma mesa.

Pero con esta actitud de escogerlo, Nuestro Señor Jesucristo nos dice que más bien es este tipo de gente de quien le gusta servirse para extender su Reino; ha escogido a los malvados, a los pecadores, a los que no se creen justos: «Para confundir a los fuertes, ha escogido a los que son débiles a los ojos del mundo» (1Cor 1,27). Son éstos los que necesitan al médico, y sobre todo, ellos son los que entenderán que los otros lo necesiten.

Hemos de huir, pues, de pensar que Dios quiere expedientes limpios e inmaculados para servirle. Este expediente sólo lo preparó para Nuestra Madre. Pero para nosotros, sujetos de la salvación de Dios y protagonistas de la Cuaresma, Dios quiere un corazón contrito y humillado. Precisamente, «Dios te ha escogido débil para darte su propio poder» (San Agustín). Éste es el tipo de gente que, como dice el salmista, Dios no menosprecia.

Munilla explica la Cuaresma: es protegernos de la idolatría de las cosas, para amar más y mejor

José Ignacio Munilla, obispo de San Sebastián, en una predicación cuaresmal

Munilla explica la Cuaresma: es protegernos de la idolatría de las cosas, para amar más y mejor

José Ignacio Munilla, obispo de San Sebastián, en una predicación cuaresmal

El obispo de San Sebastián, José Ignacio Munilla, ha difundido en el Diario Vasco un artículo (recogido también en su web, En Ti confío) sobre el sentido de la Cuaresma, recogiendo las intuiciones de diversos pensadores como Simone Weil, Gustave Thibon o San Agustín: muchas cosas, incluso buenas o lícitas, distraen de Dios y nos hacen caer en una idolatría. Por eso, la Cuaresma es un tiempo de simplificación y austeridad, de pobreza, para centrarnos más en Dios.

Munilla señala una idea que ya planteaba San Agustín: ¿y si Dios viniera al mundo y nos ofreciese disfrutar sin límites de la abundancia de todas las cosas creadas, no solo en el espacio de esta vida, sino por toda la eternidad; pero, eso sí, anunciándonos que nunca Le veríamos, nunca Le conoceríamos de cerca? "Se escucharía en todo el orbe un lamento colectivo, nacido de la decepción del ser humano por ver frustrado su deseo de unirse a Dios", escribe Munilla citando a San Agustín.

El obispo señala que la misma idea se explora en un diálogo teatralizado de 140 páginas de Gustave Thibon que recientemente se ha publicado en español: Seréis como dioses.

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"Imaginemos un mundo futuro en el que los hombres sean plenamente inmortales gracias a los avances científicos. Imaginemos un mundo en el que la ciencia haya colmado al ser humano de todas sus aspiraciones inmediatas, pero a costa de dejarlo sin eternidad, a costa de renunciar a participar de la vida de Dios. La consecuencia de esta hipótesis sería, igualmente, la frustración más profunda del hombre: no existe una plenitud de felicidad sin Dios".

El reto es no caer en la idolatría. Un rabino citado en Lumen Fidei declara: «Hay idolatría cuando un rostro se dirige reverentemente a un rostro que no es un rostro». "O dicho de otra forma: cuando el cielo se vacía de Dios, la tierra se llena de ídolos. Entregar el corazón plenamente a las criaturas en vez de al Creador, conlleva inevitablemente la decepción y el sufrimiento", añade el obispo Munilla. Y volviendo a Lumen Fidei, "la idolatría es siempre politeísta, ir sin meta alguna de un señor a otro". (LF 13).

Por el contrario, "alguien dijo que el cielo no es otra cosa que el mismo Dios ‘por dentro’. Es decir, el cielo no es un lugar en el que está Dios, sino que es en Dios donde se encuentra el cielo. Insisto una vez más: el cielo es participar de la intimidad de Dios, y el infierno radica en el rechazo dramático del don de su amistad".

Ante esto, el obispo considera que "el tiempo de Cuaresma es una buena oportunidad para examinar dónde está colocado el centro de gravedad de nuestro corazón, corrigiendo dos riesgos de signo contrario: apegarnos a los bienes de este mundo, hasta el punto de confundirlos con Dios; y despreciar los dones de Dios, viviendo sumidos en la amargura. La vocación del hombre es la de amar sin idolatrar; disfrutar de los dones de Dios en esta vida, pero sabiendo que solo Dios puede colmar nuestra vocación al amor".

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Y propone tres citas bíblicas para meditar esta Cuaresma, las mismas que Jesús usó contra el demonio en el desierto:

- No solo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios
- No tentarás al Señor tu Dios
- Al Señor, tu Dios, adorarás y a Él solo darás culto

"A buen seguro, serán de gran ayuda para discernir entre el falso y el verdadero paraíso. ¡Jesús ha venido para que tengamos vida, y vida abundante!", finaliza el texto del obispo.

Fuente: Religión en Libertad

jueves, 27 de febrero de 2020

Santo Evangelio 28 de febrero 2020



Día litúrgico: Viernes después de Ceniza

Texto del Evangelio (Mt 9,14-15): En aquel tiempo, se le acercan los discípulos de Juan y le dicen: «¿Por qué nosotros y los fariseos ayunamos, y tus discípulos no ayunan?». Jesús les dijo: «Pueden acaso los invitados a la boda ponerse tristes mientras el novio está con ellos? Días vendrán en que les será arrebatado el novio; entonces ayunarán».


«Días vendrán en que les será arrebatado el novio; entonces ayunarán»

Rev. D. Xavier PAGÉS i Castañer
(Barcelona, España)

Hoy, primer viernes de Cuaresma, habiendo vivido el ayuno y la abstinencia del Miércoles de Ceniza, hemos procurado ofrecer el ayuno y el rezo del Santo Rosario por la paz, que tanto urge en nuestro mundo. Nosotros estamos dispuestos a tener cuidado de este ejercicio cuaresmal que la Iglesia, Madre y Maestra, nos pide que observemos, y a recordar que el mismo Señor dijo: «Días vendrán en que les será arrebatado el novio; entonces ayunarán» (Mt 9,15). Tenemos el deseo de vivirlo no sólo como el cumplimiento de un precepto al que estamos obligados, sino —sobre todo— procurando llegar a encontrar el espíritu que nos conduce a vivir esta práctica cuaresmal y que nos ayudará en nuestro progreso espiritual.

Buscando este sentido profundo, nos podemos preguntar: ¿cuál es el verdadero ayuno? Ya el profeta Isaías, en la primera lectura de hoy, comenta cuál es el ayuno que Dios aprecia: «Partir tu pan con el hambriento, hospedar a los pobres sin techo, cubrir a quien ves desnudo y no desentenderte de los tuyos. Entonces surgirá tu luz como la aurora, enseguida se curarán tus heridas, ante ti marchará la justicia, detrás de ti la gloria del Señor» (Is 58,7-8). A Dios le gusta y espera de nosotros todo aquello que nos lleva al amor auténtico con nuestros hermanos.

Cada año, el Santo Padre Juan Pablo II nos escribía un mensaje de Cuaresma. En uno de estos mensajes, bajo el lema «Hace más feliz dar que recibir» (Hch 20,35), sus palabras nos ayudaron a descubrir esta misma dimensión caritativa del ayuno, que nos dispone —desde lo profundo de nuestro corazón— a prepararnos para la Pascua con un esfuerzo para identificarnos, cada vez más, con el amor de Cristo que le ha llevado hasta dar la vida en la Cruz. En definitiva, «lo que todo cristiano ha de hacer en cualquier tiempo, ahora hay que hacerlo con más solicitud y con más devoción» (San León Magno, papa).

Estrella deportiva y provida: «Salvar bebés del aborto significa mucho más que ganar la Super Bowl»

Tim Tebow vive porque su madre se negó a abortar. Ahora él lucha por esos niños que no pueden defenderse

Estrella deportiva y provida: «Salvar bebés del aborto significa mucho más que ganar la Super Bowl»

Tim Tebow vive porque su madre se negó a abortar. Ahora él lucha por esos niños que no pueden defenderse

Tim Tebow ha demostrado toda su vida que es un ejemplo de superación, ya incluso desde el vientre de su madre, que decidió no abortarlo pese a las recomendaciones e incluso presiones de los médicos para que acabara con su vida.

Este hecho quizás marcó la personalidad de este joven cristiano y deportista que ha logrado ser una estrella del fútbol americano en la NFL como quarterback en equipos como los Denver Broncos, New York Jets, los New England Patriots o los Philadelhia Eagles. Pero no contento con haber destacado en este deporte ahora lo hace en el beisbol con los New York Mets.

Su lucha por los nacidos y los discapacitados

Pero más fuerte que su amor por el éxito deportivo es su compromiso por la lucha por los más débiles: los no nacidos y los discapacitados. Y es que el deportista de 32 años es uno de los grandes activistas provida de Estados Unidos.

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En Kansas City todavía están recientes las celebraciones por la Super Bowl que ha ganado el equipo de la ciudad. Y precisamente allí es donde Tebow participó en una importante gala provida junto a 1.200 invitados más.

En su intervención en el Centro de Convenciones del Overland Park, este deportista profesional confesó que salvar bebés no nacidos “realmente significa mucho más que ganar la Super Bowl”.

¿Por qué quieres ser conocido?

Y es que uno de los grandes ponentes de la noche fue Lamar Hunt Jr., uno de los dueños del equipo campeón este año de la NFL, y que también es un declarado activista provida.

“Realmente –insistió Tim Tebow- significa mucho más. Un día, cuando mires hacia atrás y la gente hable de ti y digan, ‘oh, Dios mío’, ¿por qué quieres ser conocido? ¿Dirás que por la Super Bowl o por qué salvamos muchos bebés?”.

Una "misión"

En ese momento, el ex quarterback de los Denver Broncos insistió en que organizaciones como providas Kansas for Life, organizadora del acto, no hacen filantropía sino que realizan una “misión de rescate”.

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Precisamente, insistió Tim Tebow, “una misión de rescate significa que tiene que ser ahora. Da sensación de urgencia. Dice que tenemos que ir no porque sea nuestro tiempo, sino porque es su momento… Tengo que vivir un sentido de urgencia porque aunque yo tenga tiempo, ellos (los no nacidos que pueden ser abortados) no lo tienen”.

Su propia historia personal

Para el ahora jugador de béisbol tampoco su activismo provida es filantropía sino una cuestión totalmente personal y al que ha dedicado buena parte de su vida. Así, ante el auditorio que le escuchaba atentamente recordó que "hace 32 años a mi madre los médicos le dijeron que tenía que abortarme y que si no lo hacía le costaría la vida. Y ellos ni siquiera creían que yo era un bebé. Creían que era un tumor”. Bromeando, dijo que en su familia, donde son cinco hermanos, algunos le llaman en broma, “Timmy el tumor”.

“Para resumir la historia –prosiguió Tebow- cuando nací descubrieron que la placenta no estaba realmente adherida. Entonces, el médico, con 37 años de trayectoria, miró a mi madre y dijo: ‘este es el milagro más grande que he visto, porque no sé cómo pueden estar vivos…’. Estoy muy agradecido de que mi madre confiara en Dios con mi vida y su vida”.

Antes de concluir su intervención, Tebow dijo a todos los militantes provida allí presentes: “Lo que estáis haciendo aquí importa. Estáis luchando por la vida. Estáis luchando por personas que no pueden luchar por sí mismas. Y mi pregunta es: ¿estáis dispuestos a enfrentaros a la persecución, la adversidad, la crítica, cuando otras personas digan que no vale la pena? ¿Defenderás lo que es correcto?”.

Su visita al Papa

Recientemente Tim Tebow, cristiano activo pero no católico, también estuvo en Roma donde saludaron al Papa Francisco y le presentó la otra gran iniciativa y pasión del deportista a través de su fundación: “Night to shine” (Noche para brillar).

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La Noche para Brillar consiste en una fiesta de graduación, "centrada en el amor de Dios", para personas con necesidades especiales mayores de 14 años, que ese día disfrutan del protagonismo que merecen y de la aclamación de todos. Tiene lugar en una veintena de países (aunque básicamente en Estados Unidos) y participan más de quinientas comunidades cristianas, en su gran mayoría protestantes, aunque en los últimos años van sumándose parroquias católicas.

La sexta edición se celebró el pasado martes 4 de febrero, con la participación de casi doscientos mil voluntarios que convirtieron en reyes de la noche a casi cien mil homenajeados.

En una entrevista previa concedida a EWTN, Tim Tebow confesó que se siente “llamado a luchar por las personas que no pueden luchar por sí mismas”.  “Nosotros creemos que cada persona tiene un valor, todo el mundo tiene sentido, Dios ama a cada persona", añadió: "Ellos fueron creados en el amor, por amor, y Dios los ama tal como son... Creo que Dios nos ha llamado a muchas cosas, pero las dos más importantes son amar al Señor nuestro Dios con todo nuestro corazón y toda nuestra mente y todas nuestras fuerzas y amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos y por eso quiero pasar el resto de mi vida tratando de hacer esas dos cosas”. 

"Cuando la gente comprende su valor, su importancia, su significación, y que realmente Dios les ama, que realmente Él te ama a ti, que tienes valor, importancia, sentido... eso cambia una vida", añade Tim en su mensaje: "La vida no volverá a ser la misma cuando él o ella se den cuenta de que tienen valor para el Creador de este universo, que no son un accidente, que son amados, perfecta e incondicionalmente amados por el Dios de este universo. Eso cambia vidas".

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miércoles, 26 de febrero de 2020

Santo Evangelio 27 de febrero 2020



Día litúrgico: Jueves después de Ceniza

Texto del Evangelio (Lc 9,22-25): En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «El Hijo del hombre debe sufrir mucho, y ser reprobado por los ancianos, los sumos sacerdotes y los escribas, ser matado y resucitar al tercer día». Decía a todos: «Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame. Porque quien quiera salvar su vida, la perderá; pero quien pierda su vida por mí, ése la salvará. Pues, ¿de qué le sirve al hombre haber ganado el mundo entero, si él mismo se pierde o se arruina?».


«Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame»

Fray Josep Mª MASSANA i Mola OFM
(Barcelona, España)

Hoy es el primer jueves de Cuaresma. Todavía tenemos fresca la ceniza que la Iglesia nos ponía ayer sobre la frente, y que nos introducía en este tiempo santo, que es un trayecto de cuarenta días. Jesús, en el Evangelio, nos enseña dos rutas: el Via Crucis que Él ha de recorrer, y nuestro camino en su seguimiento.

Su senda es el Camino de la Cruz y de la muerte, pero también el de su glorificación: «El Hijo del hombre debe sufrir mucho, y ser reprobado (...), ser matado y resucitar al tercer día» (Lc 9,22). Nuestro sendero, esencialmente, no es diferente del de Jesús, y nos señala cuál es la manera de seguirlo: «Si alguno quiere venir en pos de mí...» (Lc 9,23).

Abrazado a su Cruz, Jesús seguía la Voluntad del Padre; nosotros, cargándonos la nuestra sobre los hombros, le acompañamos en su Via Crucis.

El camino de Jesús se resume en tres palabras: sufrimiento, muerte, resurrección. Nuestro sendero también lo constituyen tres aspectos (dos actitudes y la esencia de la vocación cristiana): negarnos a nosotros mismos, tomar cada día la cruz y acompañar a Jesús.

Si alguien no se niega a sí mismo y no toma la cruz, quiere afirmarse y ser él mismo, quiere «salvar su vida», como dice Jesús. Pero, queriendo salvarla, la perderá. En cambio, quien no se esfuerza por evitar el sufrimiento y la cruz, por causa de Jesús, salvará su vida. Es la paradoja del seguimiento de Jesús: «¿De qué le sirve al hombre haber ganado el mundo entero, si él mismo se pierde o se arruina?» (Lc 9,25).

Esta palabra del Señor, que cierra el Evangelio de hoy, zarandeó el corazón de san Ignacio y provocó su conversión: «¿Qué pasaría si yo hiciera eso que hizo san Francisco y eso que hizo santo Domingo?». ¡Ojalá que en esta Cuaresma la misma palabra nos ayude también a convertirnos!

Invitar a amigos no católicos a recibirla y 9 interesantes datos más sobre el Miércoles de Ceniza

El Miércoles de Ceniza es una celebración que aún sin ser día de precepto atrae a muchas personas que no suelen ir a la iglesia demasiado

Invitar a amigos no católicos a recibirla y 9 interesantes datos más sobre el Miércoles de Ceniza

El Miércoles de Ceniza es una celebración que aún sin ser día de precepto atrae a muchas personas que no suelen ir a la iglesia demasiado

Este Miércoles de Ceniza que la Iglesia celebra mañana da el pistoletazo de salida a la Cuaresma, un tiempo importante los católicos de preparación para la Pascua y Resurrección de Cristo, el misterio central de la vida cristiana.

Los católicos están llamados en este día de conversión y penitencia al ayuno y la abstinencia, pero lejos de ser un día de sacrificios costosos el Miércoles de Ceniza puede ser una oportunidad para dar a conocer la Iglesia y para invitar a no católicos a una celebración litúrgica muy popular en todo el mundo.

Cualquiera puede recibir la Cuaresma

Una de las características más llamativas de la imposición de la ceniza es que cualquiera puede recibirla, incluso los no católicos ni los cristianos. El Catecismo de la Iglesia Católica define este rito de la ceniza como un sacramental y cabe recordar que los sacramentales no confieren la gracia del Espíritu Santo como sí lo hacen los sacramentos, pero por la oración de la Iglesia  estos “preparan a recibirla y disponen a cooperar con ella”.

De hecho, en muchos lugares del mundo como por ejemplo Asia acuden a la iglesia el miércoles de ceniza muchos budistas, hindúes o taoístas… Esto también se da en Estados Unidos.

Por tanto, el Miércoles de Ceniza, que es el inicio de un itinerario que culmina con la Resurrecció, es un momento idóneo para presentar esta Iglesia a católicos alejados o no bautizados con el pretexto de recibir la cuaresma. Es una oportunidad única, que quizás rara vez pueda darse, de que muchas personas puedan acudir a una liturgia católica.

Resultado de imagen de Isabel Ana Seton

Santa Isabel Ana Seton recibió el Bautismo un miércoles de ceniza

Santos y tipos duros

Y existen frutos de cómo el Miércoles de Ceniza puede transformar vidas. Algunos son santos y otros son tipos duros alejados durante años que volvieron a la Iglesia un día como este. Fueron personas de ayer pero también de hoy.

Isabel Ana Seton fue la primera santa católica nacida en Estados Unidos, fundó la primera escuela católica del país y también la primera congregación estadounidense de religiosas, las Hermanas de la Caridad.

Esta mujer era anglicana pero decidió bautizarse un Miércoles de Ceniza, tras quedar impresionada por este sacramental como por ver el testimonio durante la Cuaresma de una familia católica con la que convivió en Italia.

Un caso de hoy es por ejemplo el del periodista Matthew Walther, un periodista peleón, inconformista y al que acusaban de beber demasiado. Se alejó de la fe católica de su infancia durante varios años, hasta que un Miércoles de Ceniza sintió una llamada que lo atrapó.

 “Entre los 12 y los 20 años, antes de mi retorno a la iglesia en febrero de 2010, yo creí en el budismo, el vetegarianismo, el pacifismo, el matrimonio gay, el marxismo, el libertarianismo, la crítica literaria y, lo que más me avergüenza, me parece, en los méritos literarios de Finnegan’s Wake”, explica con humor, refiriéndose a la difícil novela irónica de James Joyce.

Un día que puede cambiarte la vida

Aquel día de febrero de 2010, cuando estaba trabajando en una oficina y preparaba un ensayo consultando los poemas de T.S.Eliot encontró uno titulado Miércoles de Ceniza que hasta entonces nunca le había interesado.


Eliot era agnóstico en esta época. Pero en este poema, el poeta le rezaba a la Virgen, usando palabras de las liturgias de días marianos. A Matthew Walther le capturaron estas palabras en concreto:

Y ruego a Dios que se apiade de nosotros

Y le ruego que yo pueda olvidarme

De aquellas cosas que conmigo mismo discuto demasiado

Explico demasiado

Pocas horas después, consultó el calendario y comprobó que ese mismo día era Miércoles de Ceniza. Era una señal, entendió: demasiada casualidad. Buscó en Google los horarios de actividades en la catedral, que estaba cerca, y acudió al templo. Llevaba casi diez años sin ir a la iglesia, excepto por el funeral de una tatarabuela. Y decidió acudir a recibir la ceniza. Su vida cambió para siempre.

Para comprender mejor el Miércoles de Ceniza pero también para poderlo explicar bien a quien no lo conoce ofrecemos estas diez claves que arrojan luz sobre una importante liturgia de la Iglesia:

1.- ¿Por qué se impone la ceniza?

La ceniza es un símbolo descrito en el artículo 125 del Directorio sobre la piedad popular y la liturgia:

“El comienzo de los cuarenta días de penitencia, en el Rito romano, se caracteriza por el austero símbolo de las Cenizas, que distingue la Liturgia del Miércoles de Ceniza. Propio de los antiguos ritos con los que los pecadores convertidos se sometían a la penitencia canónica, el gesto de cubrirse con ceniza tiene el sentido de reconocer la propia fragilidad y mortalidad, que necesita ser redimida por la misericordia de Dios. Lejos de ser un gesto puramente exterior, la Iglesia lo ha conservado como signo de la actitud del corazón penitente que cada bautizado está llamado a asumir en el itinerario cuaresmal. Se debe ayudar a los fieles, que acuden en gran número a recibir la Ceniza, a que capten el significado interior que tiene este gesto, que abre a la conversión y al esfuerzo de la renovación pascual”.

2.- ¿La imposición de la ceniza es un ritual  “oficial”?

El Miércoles de Ceniza es una celebración contenida en el Misal Romano. En este se explica que al término de la Misa, se bendice e impone la ceniza hecha de los ramos de olivo bendecidos en el Domingo de Ramos del año anterior. Algunos detalles sobre el tipo de ceniza dependen de distintos países y costumbres.

3.- ¿Cómo nació el ritual?

Los cristianos de la Antigüedad se colocaban la ceniza en la cabeza y se presentaban ante la comunidad con un “hábito penitencial” para recibir el Sacramento de la Reconciliación el Jueves Santo. La Cuaresma adquirió un sentido penitencial para todos los cristianos casi 400 años después de Cristo y a partir del siglo XI la Iglesia de Roma impone las cenizas al inicio de este tiempo.

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4.-¿Qué simbolizan las cenizas?

La palabra ceniza, que proviene del latín "cinis": expresa la muerte, la caducidad, la humildad y la penitencia. La ceniza, como signo de humildad, le recuerda al cristiano su origen y su fin. Se recuerda la lectura del libro de Génesis: "Dios formó al hombre con polvo de la tierra" (Gn 2,7); "hasta que vuelvas a la tierra, pues de ella fuiste hecho" (Gn 3,19).

5.- ¿Cómo se hace la ceniza?

Se queman los restos de las palmas bendecidas el Domingo de Ramos del año anterior. Estas son rociadas con agua bendita y luego aromatizadas con incienso. Muchos conversos al catolicismo suelen comentar que al conocer este origen se asombran y dicen: “vaya, aquí está todo conectado”. Efectivamente, con los ramos del año anterior se crea la ceniza que inicia este camino cuaresmal.

6.- ¿Quién impone la ceniza y cuándo?

Este acto tiene lugar en la Misa al término de la homilía y está permitido que los laicos ayuden al sacerdote. Las cenizas son impuestas en la frente, haciendo la señal de la cruz con ellas mientras el ministro dice las palabras bíblicas: «Polvo eres y en polvo te convertirás», o «Conviértete y cree en el Evangelio».  Si no hay sacerdote la impartición de cenizas puede realizarse sin Misa, pero se recomienda celebrar al menos una liturgia de la palabra. Atención: cualquier laico cristiano puede imponerla, pero sólo el sacerdote o el diácono puede bendecirla.

7.- ¿Quién se puede imponer la ceniza?

Una razón de que este rito sea tan popular en todo el mundo es que cualquiera puede recibirlo, incluso los no católicos ni cristianos. En Asia acuden a recibirlo budistas, hindúes, taoístas... El Catecismo (1670 ss.) lo define como un sacramental: los sacramentales no confieren la gracia del Espíritu Santo como sí lo hacen los sacramentos, pero por la oración de la Iglesia estos «preparan a recibirla y disponen a cooperar con ella». Aunque mucha gente aprovecha el Miércoles Santo para confesarse, y es recomendable, no hay necesidad tampoco de confesarse o estar en gracia para recibir la ceniza.

8.- ¿Es pecado no ir a misa el Miércoles de Ceniza?

 No: el Miércoles de Ceniza no es día de precepto, ir a misa este día tan especial no es obligatorio. Eso hace más hermoso ver que el templo se llena de gente con conciencia de que Dios quiere hacer algo en sus vidas.

9.- ¿Cuánto mantengo la ceniza en la frente?

Lo que se quiera, no hay un tiempo determinado. Algunos se la quitan en cuanto salen de la iglesia. Otros la llevan puesta con orgullo todo el día. No hay ninguna obligación. Para muchos es un gesto de humildad mantenerla y puede ser que se arriesguen a comentarios desagradables de otras personas. Para otros es un elemento simpático y hasta alegre, que encaja con lo que pedía Jesús: "Cuando ayunéis no pongáis caras tristes, estad alegres".

10.- ¿Cómo funciona el ayuno y la abstinencia en Miércoles de Ceniza?

El Miércoles de Ceniza y el Viernes Santo es obligatorio el ayuno para los católicos mayores de 18 años y menores de 60 (excepto enfermos, embarazadas y otros casos similares). Fuera de esos límites es opcional. Ayuno significa que los fieles pueden tener una comida “fuerte” una sola vez en todo el día.

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martes, 25 de febrero de 2020

Santo Evangelio 26 de febrero 2020



Día litúrgico: Miércoles de Ceniza

Texto del Evangelio (Mt 6,1-6.16-18): En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Cuidad de no practicar vuestra justicia delante de los hombres para ser vistos por ellos; de lo contrario no tendréis recompensa de vuestro Padre celestial. Por tanto, cuando hagas limosna, no lo vayas trompeteando por delante como hacen los hipócritas en las sinagogas y por las calles, con el fin de ser honrados por los hombres; en verdad os digo que ya reciben su paga. Tú, en cambio, cuando hagas limosna, que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha; así tu limosna quedará en secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará.

»Y cuando oréis, no seáis como los hipócritas, que gustan de orar en las sinagogas y en las esquinas de las plazas bien plantados para ser vistos de los hombres; en verdad os digo que ya reciben su paga. Tú, en cambio, cuando vayas a orar, entra en tu aposento y, después de cerrar la puerta, ora a tu Padre, que está allí, en lo secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará. Cuando ayunéis, no pongáis cara triste, como los hipócritas, que desfiguran su rostro para que los hombres vean que ayunan; en verdad os digo que ya reciben su paga. Tú, en cambio, cuando ayunes, perfuma tu cabeza y lava tu rostro, para que tu ayuno sea visto, no por los hombres, sino por tu Padre que está allí, en lo secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará».


«Cuidad de no practicar vuestra justicia delante de los hombres para ser vistos por ellos»

Pbro. D. Luis A. GALA Rodríguez
(Campeche, México)

Hoy comenzamos nuestro itinerario hacia la Pascua, y el Evangelio nos recuerda los deberes fundamentales del cristiano, no sólo como preparación hacia un tiempo litúrgico, sino en preparación hacia la Pascua Eterna: «Cuidad de no practicar vuestra justicia delante de los hombres, para ser vistos por ellos; de lo contrario no tendréis recompensa de vuestro Padre celestial» (Mt 6,1). La justicia de la que habla Jesús consiste en vivir conforme a los principios evangélicos, sin olvidar que «si vuestra justicia no supera la justicia de los doctores de la ley y de los fariseos, no entraréis en el Reino de los cielos» (Mt 5,20).

La justicia nos lleva al amor, manifestado en la limosna y en obras de misericordia: «Cuando hagas limosna que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha» (Mt 6,3). No es que se deban ocultar las obras buenas, sino que no debe pensarse en la alabanza humana al hacerlas, ni desear algún otro bien. En otras palabras, debo dar limosna de tal modo que ni yo tenga la sensación de estar haciendo una cosa buena que merece una recompensa por parte de Dios y elogio por parte de los hombres.

Benedicto XVI insistía en que socorrer a los necesitados es un deber de justicia, aun antes que un acto de caridad: «La caridad va más allá de la justicia (…), pero nunca carece de justicia, la cual lleva a dar al otro lo que es "suyo", lo que le corresponde en virtud de su ser y de su obrar». No debemos olvidar que no somos propietarios absolutos de los bienes que poseemos, sino administradores. Cristo nos ha enseñado que la auténtica caridad es aquella que no se limita a "dar" la limosna, sino que lleva a "darse" uno mismo, a ofrecerse a Dios como culto espiritual (cf. Rom 12,1). Ése sería el verdadero gesto de justicia y caridad cristiana, «y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará» (Mt 6,4).

Su hija quedó embarazada tras ser violada por un conocido: un testimonio de fe en Dios y de vida

Robert, con su hija Kristi y su nieta Adeline Marie


Su hija quedó embarazada tras ser violada por un conocido: un testimonio de fe en Dios y de vida

Robert, con su hija Kristi y su nieta Adeline Marie

La vida de Robert Kollar ha oscilado entre la muerte y la vida. En la revolución sexual llevó una vida libertina y acabó dejando a lo largo de los años a varias mujeres embarazadas, que fueron sucesivamente abortando. Este hecho provocó en él un gran daño hasta que años más tarde supo que había sido padre y con tres años se hizo cargo totalmente de ella.

Además, en ese momento este escritor y director se convirtió al cristianismo poniendo a Dios lo primero. Y cuando su vida iba sobre ruedas su hija Kristi fue violada y quedó embarazada de un joven conocido por la familia.

La vida de la joven y de su padre soltero dio un vuelco enorme. Sufrimientos, incomprensiones y también una rabia e ira que gracias a su fe pudieron ir dominando. El bebé ha nacido y ha sido lo mejor que le ha podido ocurrir a esta familia. Así lo relata el propio Robert Kollar, tal y como lo recoge Salvar el 1:

A mi hija la violaron y quedó embarazada, pero el nacimiento de mi nieta nos curó

 “¿Está embarazada Kristi?”. Esta es una pregunta que jamás esperé oír de boca de mi pastor y amigo, al hablar por teléfono una tarde de Domingo al llegar de la iglesia. Era la mañana del 22 de abril de 2018. Si mi hija de 18 años hubiera estado embarazada, él lo habría escuchado de mi boca, o de nosotros, ¿cierto?

Le contesté con un lento y dubitativo: “No... no lo sé... Deja que te devuelva la llamada”. Mis palabras parecían sonar como si hubieran sido editadas con efectos sonoros especiales para una película. Sentí como si mi cabeza se hubiera vaciado completamente. El único pensamiento que había en ella era como una sirena lejana que sonaba “Kristi está embarazada, Kristi está embarazada, Kristi está embarazada.” ¿Cómo podía ser posible? Y de repente, supe que lo estaba. Era una batalla más con la cual lidiar.

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Mi madre acababa de fallecer un mes atrás a causa de un cáncer. Unos meses antes, mi padre se cayó de unas escaleras que tenían hielo, en la puerta de un restaurante en Munich, rompiéndose el lado derecho de su cuerpo: hombros, brazo, cadera, rodilla y pierna. Después de salir del hospital, fui a Munich a ayudarlo y cuidarlo algunos meses. Antes de eso, habíamos tenido un año muy duro, habíamos estrenado nuestra primera película en nuestro pueblo. Habíamos producido, escrito, dirigido y actuado en ella: una historia verdadera de nuestros testimonios personales de servicio a Dios. Hace 15 años supe que tenía una hija de 3 años llamada Kristi y había sentido una gran alegría, aunque no sabía nada de ella, de su madre, o siquiera si era realmente mi hija, hasta que estuvieran listos los exámenes de ADN.

Pasamos un año sin parar, filmando una película con un equipo más o menos de 40 personas que usaban nuestra casa como oficina de producción a tiempo completo.

El día siguiente al estreno, nos notificaron que íbamos a tener que mudarnos de nuestra casa rural que rentábamos en Montana, donde había vivido 19 años. Yo amaba esa casa, una propiedad de 4 acres al lado del bosque y cerca del río, 6 millas fuera del pueblo. Como padre soltero crié a Kristi ahí la mayor parte de su vida.

La propiedad era vieja y la iban a tirar para construir un complejo comercial. A 12 horas de habernos mudado a nuestra casa nueva, encendí la chimenea, y después de quedarme dormido, las vigas del ático se prendieron en llamas. Todo estaba arruinado e inhóspito, pero gracias a Dios Kristi estaba en danza y lejos esa tarde. El bombero capitán me dijo que el detector de humo salvó mi vida. Lo poco que nos quedó, lo pusimos en un almacén y durante los siguientes meses, entrábamos y salíamos de moteles, de casas de amigos, hasta un pequeño campo de casas rodantes donde nuestra casa tenía una puerta que no cerraba del todo.

Con todo lo que estaba pasando, no es sorpresa que no supiera que Kristi estaba embarazada. Ella era de complexión muy delgada y no se le notó durante los primeros 6 meses y medio, especialmente con su ropa de invierno.

Después de la llamada de mi pastor, colgué el teléfono, esperé un momento, respiré hondo, miré a Dios diciéndole en mi corazón: “Te necesito de nuevo, por favor” y entré en el cuarto de Kristi.

De inmediato, sentí una ráfaga emocional y comencé a abrazarla y a decirle cuánto la amaba y lo orgulloso que estaba de ella. Aunque no mencioné nada más, ni sabía los detalles, ella se dio cuenta que yo sabía que estaba embarazada y los dos lloramos juntos. Mis lágrimas eran de alegría.

Lloramos y hablamos un largo rato mientras me decía que estaba casi en su séptimo mes de embarazo. Le hablé al bebé que estaba en su vientre y me presenté como "Papa". Kristi no me contó que había sido violada y fue muy vaga al hablar acerca del padre. A pesar de eso, recuerdo haber sentido que algo no estaba del todo bien, pero no quise arruinar el momento. Me alegraba de saber que Kristi criaría a su bebé sin importar las circunstancias.

Después, me dijo que ella quiso contármelo desde un principio, pero con todo lo que estaba ocurriendo en nuestras vidas, no quería decirlo apresuradamente. Kristi todavía estaba pendiente de su graduación de preparatoria y no encontraba el momento para decírmelo. Era una de las estudiantes con mayor rendimiento y la única en una escuela pequeña cristiana que se graduaría embarazada. Pero ellos la apoyaron.

Lo más significativo, es que estaba embarazada por una violación, de un joven que conocíamos, cuya familia asistía a nuestra pequeña iglesia. Por supuesto, nadie más sabía que Kristi había sido violada o que estaba embarazada. Kristi tenía miedo de contar los detalles porque temía que yo le hiciera algo malo a ese joven y me metiera en problemas y quizás tenía razón. Como podrán imaginar, había malos pensamientos rondando mi cabeza una vez que supe lo que él le había hecho a mi hija. Después de algún tiempo, mi hija me contó cómo a los 17, había sido obligada a tener sexo encerrada en el coche de este joven de 19. Kristi había tenido miedo de ir a la policía por la presión social, lo cual puedo comprender. Este joven supuestamente era muy querido y popular y vivíamos en una comunidad muy pequeña de un pueblo en una montaña.

Yo hablé de este asunto con los pastores de nuestra iglesia. El violador, sus padres, dos de los pastores, Kristi y yo tuvimos una reunión en la oficina de la iglesia una tarde en la que el joven admitió lo que había hecho.

Aunque apreciaba que dijera la verdad y esperaba encontrar dentro de mí la manera de perdonarlo, no mostraba señales de arrepentimiento. Lo que verdaderamente me sorprendía era que uno de los pastores (no el que me había llamado), le recomendó a Kristi y a su violador asistir a terapia matrimonial “¡sólo para ver si eran compatibles para criar un bebé juntos!” Por supuesto que Kristi se negó y yo estuve de acuerdo con ella, pero nos dijeron que, si no seguíamos la recomendación de los líderes de la iglesia, ella sería egoísta y no seríamos bien recibidos en su iglesia.

Al principio estábamos devastados. Habíamos asistido y servido en esa iglesia más de 12 años. Fue mi primera iglesia. Había sido nuestra familia. Amábamos a todos y ellos a nosotros, hasta ese momento. Habíamos estado ahí cada vez que se abrían las puertas, involucrándonos con varios de sus ministerios. Incluso yo había precedido varios de sus ministerios y había comenzado un ministerio de prisión ahí.

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Pero ahora querían que ocultáramos un crimen, un crimen contra mi hija que cambiaría su vida para siempre. Así que nos marchamos. El 27 de Julio de 2018, fui testigo del nacimiento de Adeline Marie Kollar, quien nació temprano, a las 6:31 a.m.

Yo fui la primera persona que vio cuando abrió los ojos y me sonrió al reconocer mi voz.  ¡Me enamoré en un segundo! Era mi regalo de Dios, después de no haber sabido de la existencia de Kristi y de haberme perdido los primeros tres años de su vida. El violado rehusó a firmar el acta de nacimiento de Adeline, así que gracias a Dios le dimos nuestro apellido. Sin embargo, sus papás abrieron un caso por custodia, mientras yo convencía a Kristi de pedir pensión alimenticia.

Después de que nuestro abogado escuchara la historia de Kristi, nos recomendó que ella fuera a los Servicios para Víctimas. El amable joven consejero convenció a Kristi de denunciar el crimen a la policía -aunque habían pasado 10 meses- para que la policía pudiera mantener al joven vigilado para que no cometiera más crímenes.

En la estación de policía, me entrevistó una detective que parecía quería arrestar al joven después de saber la historia, pero eso dependería del Estado. Mientras tanto, la detective entrevistó a los pastores de nuestra antigua iglesia, al joven y a sus padres. Ella nos llamó más tarde para decirnos que todos negaron que el joven hubiera confesado, así que, si no teníamos a otro testigo, tendrían que retirar los cargos. Por supuesto, no hubo ningún testigo. Amaba mi iglesia y al pastor superior, pero habían mentido para proteger al violador y la imagen pura e inmaculada de la iglesia.

Por ese tiempo, Kristi tenía una depresión severa, vergüenza y hasta culpa, que más tarde supe era algo común entre sobrevivientes de violaciones. Lo único que podía hacer era ayudar a Kristi a criar a mi nieta. La alenté para que continuara con su sueño de asistir a una universidad de teatro del conservatorio de Nueva York. Había trabajado muy duro para ser aceptada.

Es una de las mejores escuelas de teatro en el mundo y la aceptaron. Sin embargo, con la bebé no se le permitiría ir, a menos de que yo me mudara a Nueva York también para cuidar a la bebé. En un par de meses, habíamos empacado todo en un camión grande y manejamos a través del país, desde las montañas de Montana hasta Nueva York. Ciertamente sería una nueva aventura y no teníamos idea de qué tenía preparado Dios para nosotros. No ha sido para nada fácil, pero sobrevivimos a nuestro primer año y medio. Kristi ha sanado gran parte de la herida y como siempre, le ha ido muy bien en la escuela. La mudanza ayudó a sanar la depresión, salirnos del pequeño pueblo fue la mejor decisión para nosotros. Adeline tiene 18 meses, está feliz, saludable y sabe que es amada.

Pero hay más- un profundo secreto que había guardado hasta ahora por vergüenza. En la década de los 70, cuando era un adolescente, criado en las playas del sur de California, mezclado con la atracción y tentación al sexo, drogas y rock and roll de Hollywood, tuve muchas novias. Debió haber sido justo en el tiempo de Roe vs Wade, cuando a los 16, embaracé a mi novia del bachillerato. En ese momento y sin discusiones, su mamá la obligó a abortar y le prohibió verme de nuevo hasta que fuera adulta. Recuerdo la vergüenza, la culpa y el dolor de saber que se había acabado con una vida.

Yo sabía entonces que habíamos experimentado una tremenda pérdida que nos afectaría por el resto de nuestras vidas. Nunca volvimos a ser novios, pero seguimos siendo amigos hasta hoy. Sin embargo, rara vez hablamos de esa experiencia.

En los 20 años que siguieron de la pérdida de mi primer hijo, hubo otras cinco mujeres de las que creí haber estado enamorado y en cada caso había vivido con ellas y planeado casarme. Aunque usamos varios métodos de anticoncepción, a cada una la embaracé y a pesar de mis esfuerzos, acabaron teniendo abortos en contra de mi voluntad y la relación se acabó.

Esto es muy difícil de compartir porque me siento como una horrible ramera y responsable por cada una de esas muertes por mi comportamiento irresponsable.
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Siempre quise ser padre y nunca creí en los abortos, pero tenía miedo al matrimonio porque no quería divorciarme. Me rompió el corazón el divorcio de mis padres cuando era un adolescente. Desde que empecé a criar a Kristi como padre soltero, he elegido la vida de celibato y le hice una promesa a Dios que haría todo lo que pudiera para hacer un bien en las vidas de al menos 6 niños en mi vida, en memoria de los hijos que perdí.

Algunos años después obtuve la custodia completa de Kristi y estudié y recibí una Licencia de Padre Adoptivo en Montana y juntos, Kristi y yo hemos podido ayudar a varios hijos con custodias temporales. Incluso hemos servido en Myanmar (Burma) en varios orfanatos donde hay una historia para otra película que espero hacer algún día.

Tanto a Kristi como a mí, nos han pedido que demos conferencias. Kristi comparte su historia y habla en contra del aborto - sin excepciones y yo hablo acerca de la paternidad. Yo creo que, si hubiera más énfasis en el respeto a las mujeres y la paternidad del que hay, habría menos abortos.

Estoy detrás de mi trabajo y lográndolo, por la gracia de Dios. Mudarme a Nueva York tuvo un coste, así que las finanzas no son lo que solían ser, pero aparte de eso, me siento verdaderamente bendito. Tengo tanto una bella hija como una hermosa nieta. ¡Mis Chicas!

Fuente: Religión en Libertad

lunes, 24 de febrero de 2020

Santo Evangelio 25 de febrero 2020



Día litúrgico: Martes VII del tiempo ordinario

Texto del Evangelio (Mc 9,30-37): En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos iban caminando por Galilea, pero Él no quería que se supiera. Iba enseñando a sus discípulos. Les decía: «El Hijo del hombre será entregado en manos de los hombres; le matarán y a los tres días de haber muerto resucitará». Pero ellos no entendían lo que les decía y temían preguntarle.

Llegaron a Cafarnaúm, y una vez en casa, les preguntaba: «¿De qué discutíais por el camino?». Ellos callaron, pues por el camino habían discutido entre sí quién era el mayor. Entonces se sentó, llamó a los Doce, y les dijo: «Si uno quiere ser el primero, sea el último de todos y el servidor de todos». Y tomando un niño, le puso en medio de ellos, le estrechó entre sus brazos y les dijo: «El que reciba a un niño como éste en mi nombre, a mí me recibe; y el que me reciba a mí, no me recibe a mí sino a Aquel que me ha enviado».


«El Hijo del hombre será entregado»

Rev. D. Jordi PASCUAL i Bancells
(Salt, Girona, España)

Hoy, el Evangelio nos trae dos enseñanzas de Jesús, que están estrechamente ligadas una a otra. Por un lado, el Señor les anuncia que «le matarán y a los tres días de haber muerto resucitará» (Mc 9,31). Es la voluntad del Padre para Él: para esto ha venido al mundo; así quiere liberarnos de la esclavitud del pecado y de la muerte eterna; de esta manera Jesús nos hará hijos de Dios. La entrega del Señor hasta el extremo de dar su vida por nosotros muestra la infinidad del Amor de Dios: un Amor sin medida, un Amor al que no le importa abajarse hasta la locura y el escándalo de la Cruz.

Resulta aterrador escuchar la reacción de los Apóstoles, todavía demasiado ocupados en contemplarse a sí mismos y olvidándose de aprender del Maestro: «No entendían lo que les decía» (Mc 9,32), porque por el camino iban discutiendo quién de ellos sería el más grande, y, por si acaso les toca recibir, no se atreven a hacerle ninguna pregunta.

Con delicada paciencia, Jesús añade: hay que hacerse el último y servidor de todos. Hay que acoger al sencillo y pequeño, porque el Señor ha querido identificarse con él. Debemos acoger a Jesús en nuestra vida porque así estamos abriendo las puertas a Dios mismo. Es como un programa de vida para ir caminando.

Así lo explica con claridad el Santo Cura de Ars, Juan Bautista Mª Vianney: «Cada vez que podemos renunciar a nuestra voluntad para hacer la de los otros, siempre que ésta no vaya contra la ley de Dios, conseguimos grandes méritos, que sólo Dios conoce». Jesús enseña con sus palabras, pero sobre todo enseña con sus obras. Aquellos Apóstoles, en un principio duros para entender, después de la Cruz y de la Resurrección, seguirán las mismas huellas de su Señor y de su Dios. Y, acompañados de María Santísima, se harán cada vez más pequeños para que Jesús crezca en ellos y en el mundo.

La mirada seria y sombría de Jacinta de Fátima: tenía una misión de la Virgen y vivió para cumplirla

Los hermanos Jacinta y Francisco Marto fueron beatificados en el año 2000 en presencia de su prima, Sor Lucia (en el centro). Francisco les canonizó en 2017. El proceso de beatificación de Sor Lucia también está en curso.

Fue la más entregada de los tres a los sacrificios por los pecadores

La mirada seria y sombría de Jacinta de Fátima: tenía una misión de la Virgen y vivió para cumplirla

Los hermanos Jacinta y Francisco Marto fueron beatificados en el año 2000 en presencia de su prima, Sor Lucia (en el centro). Francisco les canonizó en 2017. El proceso de beatificación de Sor Lucia también está en curso.
Los hermanos Jacinta y Francisco Marto fueron beatificados en el año 2000 en presencia de su prima, Sor Lucia (en el centro). Francisco les canonizó en 2017. El proceso de beatificación de Sor Lucia también está en curso.

A los cien años de su muerte, el testimonio de Santa Jacinta Marto, la más pequeña de los pastorcillos de Fátima, es tan actual como la verdad eterna que transmite: el sufrimiento ofrecido salva almas. Serafino Tognetti, autor de un reciente libro sobre Jacinta, recuerda el sentido de la vida y muerte de la santa niña en Il Timone:

Jacinta, la santa niña que nos enseña el sacrificio

El 20 de febrero es el centésimo aniversario de la muerte de Santa Jacinta Marto, la pastorcilla de Fátima fallecida en Lisboa con sólo diez años. Todos conocemos la  historia de las apariciones de la Virgen de Fátima, en 1917, a los tres niños Lucía (1907-2005), Francisco (1908-1919) y Jacinta (1910-1920), pero pocos saben qué sucedió en la vida de Jacinta en los meses siguientes.

La canonización de los dos hermanos Marto (13 de mayo de 2017) decreta a Jacinta como la santa no mártir más joven de la Iglesia católica; sin embargo, no fue canonizada en virtud de las apariciones (no todos los videntes se convierten "automáticamente" en santos), sino por lo que vivió y cómo lo vivió después, lo que hace de esta pequeña santa una de las maestras de espiritualidad más auténticas de nuestro tiempo.

El don de sí misma

Jacinta, de hecho, fue totalmente atrapada, transformada y moldeada por el mensaje que había oído de la Virgen María. En la primera aparición (13 de mayo de 1917), la Virgen les hizo una pregunta directa, fuerte, inesperada a los tres: "¿Queréis ofreceros a Dios para soportar todos los sufrimientos que Él quiera enviaros, en acto de reparación por los pecados con los que se le ofenden, y de petición para que los pecadores se conviertan?". Lucía respondió en nombre de todos: "Sí, lo queremos".


De izquierda a derecha, Francisco, Lucia y Jacinta.

A partir de ese momento comenzó una nueva vida para los tres pastorcillos. Habían recibido una misión, a la que se dedicaron de inmediato sin pensárselo dos veces, sin plantear más preguntas; comprendieron que podían hacer algo para ayudar a los pecadores a dejar de pecar. Su acción se hizo más decidida y convencida tras la visión del infierno del 13 de julio, que les dejó muy turbados... El golpe final llegó el mes después (19 de agosto), cuando oyeron de los labios de la Virgen estas palabras: "Muchas almas van al infierno porque no hay quien se sacrifique y rece por ellas". Por lo tanto, si esto es verdad, la responsabilidad de la perdición de las almas cae también sobre los hombros de quienes no hacen nada para colaborar en su salvación eterna.

Los tres se dedicaron, aún más, a rezar y hacer penitencia, porque sabían, con certeza, que cada uno de sus sacrificios "frenaría" la caída de una persona en el abismo. Inventaron todo tipo de acciones: daban de comer a las ovejas y se quedaban sin comer; se ponían alrededor de la cintura una cuerda áspera; soportaban con alegría a todas las personas molestas y curiosas; rezaban rosario tras rosario; aprovechaban cualquier ocasión, sin excepción, para ofrecer algún sacrificio al Señor.

Por la salvación de las almas

Jacinta, en especial, se tomó muy en serio esta misión. Escribe Lucía en sus memorias: "Jacinta parecía preocupada por el único pensamiento de convertir a los pecadores y salvar a las almas del infierno. Francisco, en cambio, parecía pensar sólo en consolar a Jesús y la Virgen, a los que había visto muy tristes". De los dos hermanos, la niña es la que tiene un carácter y un temperamento más decidido: es consciente de que su acción puede cerrar la puerta del infierno a algunas almas, en un combate espiritual contra las fuerzas del maligno. Basta ver una imagen suya de la época de las apariciones: seria, sombría, te mira a los ojos directamente como si fuera una nueva Juana de Arco. Los sentimientos de su hermano Francisco son más delicados: él se sacrifica y reza para "consolar a Jesús", al que ha visto triste y al que quiere dar alegría.


Tras la muerte de Francisco, Jacinta enfermó de gravedad (pleuritis purulenta con fístula), la operaron y le sacaron dos costillas, dejándole una herida enorme que nunca cicatrizó del todo; sufrió muchísimo pero ella siempre vio en esta gran prueba la respuesta del Cielo: tenía algo que ofrecer para la doble misión de la reparación de los pecados y la conversión de los pecadores. Una noche, la niña, mientras rezaba, se dirigió al Señor con estas palabras: "Ahora puedes convertir a muchos pecadores porque sufro mucho".

No era  una invocación vaga, sino una certeza: dado que había sufrido mucho, Jesús podía convertir a muchos pecadores. ¿Ingenuidad infantil? En absoluto. En la doctrina de la Iglesia nuestra participación en la Pasión del Señor por la salvación de las almas está totalmente prevista. De hecho, el Cuerpo participa en los mismos fines de la Cabeza, como expresa claramente el apóstol Pablo: "Completo en mi carne lo que falta a los padecimientos de Cristo" (Col 1, 24). 

El poder de la obediencia

No todos saben que después de las apariciones "oficiales", Jacinta tuvo otras apariciones de la Virgen María, tanto en Fátima como en Lisboa, donde murió en total soledad, sin haber recibido la Santa Comunión, que había solicitado, el 20 de febrero de 1920.

Le debemos a la diligencia de la madre Godinho (la superiora del orfanato de Lisboa, donde la niña vivió algunas semanas) que se hayan conservado las frases que Jacinta recibió de la Virgen en los últimos meses de vida, que constituyen un verdadero "magisterio" de la pequeña santa: habla de la devoción al Corazón Inmaculado de María, del peligro de los pecados, pero también del deber de los gobiernos, de cómo deben vivir los sacerdotes y de otras cosas... una verdadera obra maestra doctrinal de sorprendente actualidad.


"Muy pocos saben lo que le sucedió a la pequeña Jacinta Marto tras las apariciones de Fátima. Sin embargo, el camino para salir de la crisis actual de la humanidad se encuentra enteramente ahí, en esos pocos meses de vida": así presenta la editorial el libro Giacinta, de Serafino Tognetti.

La nota más importante de esta vertiginosa madurez espiritual, que transformó a una simple semi-analfabeta de nueve años en una santa de los tiempos modernos, fue su absoluta y ciega obediencia a las palabras de la Virgen. ¿Que la Virgen había dicho que con la oración y los sacrificios se salvan las almas de los pecadores? Ella se puso a rezar y a hacer sacrificios, y sólo eso, aun manteniendo las ocupaciones normales de cada día. No se hizo monja, nunca quiso nada especial, sólo hacer lo que la Virgen le había pedido. Y obedeciendo así, en dos años se santificó. Esto es lo que obra en una persona la fuerza de la obediencia a la voz de la Virgen.

Pero el mensaje de Fátima no es sólo para los tres niños: es para toda la cristiandad. Obedecer a la Virgen significa entrar de manera inmediata y perfecta en la voluntad de Dios, que en este tiempo parece que no desea más que la oración (el rosario en especial) y los sacrificios. ¿Difícil? No, fácil. Pero hay que creer. Y actuar.

Una invitación para todos

¿Qué "hacer", entonces, para mejorar la suerte de la humanidad? Reaccionar a las profanaciones (las ofensas hechas a Dios) no sólo deplorando, lamentándose o rasgándose las vestiduras y seguir siendo lo que somos, sino ofreciendo cualquier sacrificio, pequeño o grande, voluntariamente, sabiendo con absoluta certeza que los pecados pueden ser borrados o anulados con nuestra generosidad y colaboración.

Ciertamente, somos pecadores, pero esto no debe frenarnos... Intentamos hacer de todo para no disgustar a Dios, pero también tenemos una misión en esta Iglesia: la reparación y la oración. Recientemente, en Bolonia, en el día de la Inmaculada Concepción vimos carteles blasfemos que ofendían a la Virgen María; el nombre de Dios y de la Virgen es vilipendiado por doquier de muchas maneras. Pero nosotros tenemos las armas para reaccionar, combatir y conseguir una rotunda victoria. Según un método que no es humano, sino divino, a saber: la cruz y la resurrección. El Señor Jesús le dijo a la venerable Consolata Betrone: "Cada vez que dices: 'Jesús, María, os amo, salvad almas', reparas miles de blasfemias". La proporción es uno a mil. Por consiguiente, pongámonos manos a la obra. Santa Jacinta, desde el cielo, está a la cabeza, como un pequeño general de este ejército de almas llenas de heridas, pero victoriosas.

Publicado en español en el portal de noticias marianas Cari Filii.

Traducción de Elena Faccia Serrano.

Fuente: Religión en Libertad