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sábado, 6 de enero de 2018

Drogadicto, con VIH y en la cárcel, iba a suicidarse: antes clamó a Dios por primera vez y fue oído

Drogadicto, con VIH y en la cárcel, iba a suicidarse: antes clamó a Dios por primera vez y fue oído

Drogadicto, con VIH y en la cárcel, iba a suicidarse: antes clamó a Dios por primera vez y fue oído

Cuando todo parecía perdido, Laurent clamó al Dios a quien no conocía... Foto: LOuest.fr

Malas compañías, malas decisiones... y la vida de Laurent Gay se convirtió en un infierno: droga, sida, cárcel, etc. Al borde del suicidio, fue salvado in extremis, tal como cuenta él mismo, según el testimonio recogido por Laurence Meurville, en L'1visible:

De niño crecí en una familia sin problemas, pero en un barrio difícil de París. Era muy influenciable, y comencé a frecuentar a los “chicos de la calle”. A los 12 años fumaba marihuana y me gustaba. Comencé a hacer gamberradas con mis amigos. Luego, los mayores de la banda nos ofrecieron droga más dura. Comencé a picarme heroína a los 14 años. Durante tres años se convirtió en una obsesión para mí chutarme todos los fines de semana.

Dejé la escuela, tuve problemas con la policía y con la justicia, y a los 17 años, en la cárcel, experimenté por primera vez el síndrome de abstinencia. ¡Me prometí no volver a pasar por aquello! Así que pasé de la delincuencia menor a la mayor para pagar mi propio consumo.

A los 20 años tuve la suerte de pasar un año limpio. Viví una auténtica abstinencia y conocí a mi primera compañera. Luego volví a París con ella. Le prohibí acercarse a la droga. Pero, a fuerza de ver a la gente consumir en torno nuestro, ella se  hizo adicta. Yo mismo había recaído aún peor…


Mi compañera se quedó embarazada y a los cinco meses de embarazo supimos que ella tenía el sida. Le practicaron un aborto. Nuestro mundo se hundía. Ya nada podía importar. Poco tiempo después fui acusado de homicidio voluntario.

Angustias mortales
En prisión no tenía droga, así que me desenganché. Me diagnosticaron como seropositivo. Abrumado por una angustia mortal, preparé mi suicidio.

Pero justo antes de abrirme las venas, yo, que no creía ni en Dios ni en el demonio, grité al cielo… Ese grito liberó todas las lágrimas que no había derramado nunca. Experimenté entonces un encuentro con ese Dios al que no conocía. Para mí, que no había ido nunca a catecismo, era Jesús quien venía a liberarme de mis caídas interiores. Sentí una paz inmensa y comencé a creer que alguien me amaba.


Laurent, con dos de las obras que ha escrito: Arraché à l'enfer [Arrancado al infierno], de la que es autor, y 40 prophètes pour une génération [40 profetas para una generación], en la que es uno de los autores.

La justicia admitió legítima defensa y fui puesto en libertad. Al salir, me enganché a Jesús. Pero, a pesar de mis oraciones, mis dificultades seguían ahí. Caí de nuevo a fondo en la droga. Mi compañera y yo estábamos enfermos. Vivíamos un infierno. Me llevaron a un hospital psiquiátrico donde, además del sida, me descubrieron una hepatitis C. Había que darse prisa…

Un hombre que visitaba a los enfermos vino a hablar conmigo. Me miró, me escuchó, me tranquilizó… Me dio a conocer una comunidad católica que acogía a los enfermos de sida y a los enfermos terminales. Allí acudí, en la perspectiva de un final próximo. Entre esos hombres y mujeres sonrientes, pacientes, amables, me sentí amado tal como era. Y poco a poco me curé de todas mis adicciones. Me quedé en París, pero mi compañera murió.

La acompañé en sus últimos instantes y fue en la cabecera de su cama donde viví mi auténtica conversión. Comprendí que la muerte no tenía la última palabra, que las puertas del Cielo se abrían ante ella. Ese día decidí seguir a Jesús. Le entregué mi vida. Luego volví a vivir en la comunidad y allí recuperé el tiempo perdido. ¡Tenía una sed inextinguible! Al mismo tiempo, aparecieron tratamientos eficaces contra el VIH. Lloré mi propia muerte y aprendí a entregarme a quienes se sienten angustiados.
 


Una bella historia
Conocí a una mujer excepcional, Marie-Dominique, que atendía a los enfermos. Comenzó entre nosotros una bella historia. Nos casamos y hemos tenido dos hijos. Al nacer el mayor, abandonamos la comunidad.


Han pasado cinco años, y doy testimonio a todo aquel que me lo pide: a escolares, a movimientos, en prisiones… Encuentro jóvenes de todos los ámbitos muy “rotos”. Necesitan saber que Jesús les ama. ¡Solo Él puede descubrirles que son un tesoro!

 Traducción de Carmelo López-Arias.

1 comentario:


  1. Quiero compartir este maravilloso testimonio al mundo en su conjunto, en caso de que haya algún cuerpo en esta misma situación. me diagnosticaron de VPH en el año 2017 y hasta i significa testimonio en línea por una mujer con el nombre Natalia Sliefert acerca de un hombre llamado DR, Charles no estaba muy seguro de si era real hasta que lo mi ser contactado. Pensé que nunca hubo una cura para mi enfermedad mortal, pero DR, Charles me dijeron que sus hierbas me podían curar, y luego decidí darle una oportunidad, entonces me dijo que una vez que empiece a darle el hierbas, que lo hará sólo me llevará algunos días para ser curado, le creí y tomó la hierba con la fe. después de que él me dio la medicación, la tomé y me estaba sintiendo algunas nuevas señales en mi cuerpo y me decidí a ir para una prueba y el resultado mencionado que yo era VPH negativo, yo estaba muy feliz e incluso llamó a mi pastor y le dije al respecto, estoy muy feliz de que ahora soy VIH negativo y también estoy feliz de que no voy a estar celebrando esta Navidad como un paciente H como he hizo durante los últimos 4 años, así que me ayude a decir un gran gracias a Charles médico para salvarme de las manos de la dolencia mortal. si usted es también en este tipo de situación y que está en busca de una solución, no trates más para que haya recibido la información adecuada que ha estado deseando durante mucho tiempo en este tipo de cuestiones que son muy libres de contacto Correo hivspelltemple@gmail .com o simplemente le WhatsApp en imo +2348105238925

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