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jueves, 30 de noviembre de 2017

«La venganza no es el camino de Jesús, es el perdón»: misa del Papa con los católicos de Myanmar


150.000 personas asisten a la misa en un país con apenas 650.000 católicos

«La venganza no es el camino de Jesús, es el perdón»: misa del Papa con los católicos de Myanmar

Asistentes a la misa papal en Rangún - el Papa insistió en hablar del perdón y la diversidad étnica

«La venganza no es el camino de Jesús, es el perdón»: misa del Papa con los católicos de Myanmar

El Papa Francisco celebró su primera misa abierta a la población en Myanmar (aunque se exigía registro por seguridad) este martes, predicando en italiano ante unos 150.000 católicos (en un país con 650.000), muchos de ellos llegados de zonas remotas y de minorías étnicas que han sufrido por los conflictos entre guerrillas y militares. El país ha sido gobernado por una junta militar durante casi 50 años y aún ejerce una vigilante tutela sobre la incipiente democracia actual. 

Por eso, ante la multitud en el parque Kyaikkasan, el Papa dijo que "muchos en Myanmar llevan las heridas de la violencia, heridas visibles e invisibles", y les ha invitado a no curarse "con la ira y la venganza", pues "el camino de la venganza no es el camino de Jesús". "Su mensaje de perdón y misericordia se sirve de una lógica que no todos querrán comprender y que encontrará obstáculos. Sin embargo, su amor revelado en la cruz, en definitiva, nadie lo puede detener". 



El modelo de Jesús
el Papa advirtió de la tentación de "caer en la trampa de creernos sabios, cuando lo cierto es que podemos perder fácilmente el sentido de la orientación". "Tenemos una buena brújula, el Señor crucificado", señaló el Papa. También habló del amor de Cristo como de "un GPS espiritual, que nos guía por el camino del amor de Dios en cada prójimo".

En un país de cultura budista, que pregona la compasión como una virtud importante, Francisco ha alabado a los católicos por su generosidad: "en medio de tanta pobreza y dificultades, muchos ofrecéis ayuda práctica y solidaridad a los pobres y a los que sufren". Durante la homilía, el papa ha querido recordar que la Iglesia "está ayudando a un gran número de hombres, mujeres y niños, sin distinción de religión u origen étnico".


Compartir el Evangelio sin libertad plena
En Myanmar hay libertad de culto (las personas pueden acudir a su templo y rendir culto allí) pero no hay libertad para evangelizar explícitamente a los de otra religión. Los misioneros católicos extranjeros en el país fingen ser solo maestros, cooperantes o visitantes. Hay más espacio para la evangelización directa en las minorías de zonas remotas, muchas de ellas con poblaciones de religiones animistas. 

Por eso el pontífice ha insistido en que "muchas comunidades anuncian el Evangelio a otras minorías tribales, sin forzar ni coaccionar, sino siempre invitando y acogiendo".


La eucaristía se ha celebrado en un país donde apenas unas 650.000 personas de los 52 millones de habitantes son católicos. 

Francisco se ha presentado como "peregrino para escuchar y aprender", y para ofrecer a los católicos "esperanza y consuelo". Además, ha urgido a los miles de fieles congregados en la explanada a que sean "testigos fieles de la reconciliación y la paz".

Finalmente, ha pedido a los católicos ser "mensajeros de la verdadera sabiduría y profundamente misericordiosos con los necesitados". 


"Jesús premiará vuestro esfuerzo por la reconciliación en vuestras familias y comunidades, en la sociedad de esta nación", pues "su sabiduría es irresistible, su mensaje de perdón y misericordia encontrará obstáculos, pero es irresistible", exhortó. Pidió a la Virgen que "acompañe nuestro camino. Pidámosle ser mensajeros de la verdadera paciencia, con la alegría que viene de reposar en las heridas de Jesús, que nos ha amado hasta el final".

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