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lunes, 19 de septiembre de 2016

¿Qué ha supuesto el padre Amorth para la Iglesia? El exorcista más conocido del mundo en diez puntos


Sus propias palabras, la mejor forma de conocer sus experiencias y anécdotas

¿Qué ha supuesto el padre Amorth para la Iglesia? El exorcista más conocido del mundo en diez puntos

¿Qué ha supuesto el padre Amorth para la Iglesia? El exorcista más conocido del mundo en diez puntos
Padre Gabriele Amorth

Este viernes falleció el que quizá pueda ser considerado el exorcista más experimentado con el que contaba la Iglesia. El padre Gabriele Amorth murió a los 91 años tras haber realizado más de 80.000 exorcismos.

Durante todos esos años se convirtió en el azote de Satanás e incluso en una ocasión cuando fue preguntado si temía al demonio, este sacerdote respondió: “Es el demonio, por la gracia de Dios, el que se echa a temblar cuando me ve aparecer”.

Su papel ha sido clave en la Iglesia pues ha perseverado en su intento de mostrar al mundo y también a la Iglesia que el mayor éxito de Satanás ha sido hacer creer que no existía.

Gracias a sus libros, entrevistas y declaraciones ha ido concienciando sobre la creciente influencia del demonio, algo que se ha confirmado pues ya son numerosos obispos los que están nombrando exorcistas en sus diócesis. Esta perseverancia es probablemente el mejor legado junto a las miles de almas que ha logrado arrancar al diablo para llevarlas a Dios.

Para conocer mejor al padre Amorth, Religión en Libertad ha recogido palabras textuales de este insigne exorcista que permitirán al lector hacerse una idea de quién fue, qué hizo y cuál ha sido la experiencia de alguien que ha sido un pilar de la Iglesia durante las últimas décadas:

1. ¿Cómo nos protegemos del demonio?
En una entrevista con Jesús García en Religión en Libertad daba la clave: “El mejor remedio contra el demonio es la oración y la confianza en la Misericordia. Con oración y siendo fieles a los regalos infinitos de la Iglesia: los Sacramentos. Dios jamás abandona a un hijo fiel. Lo protege, lo ama con locura, lo mima con sus regalos. ¡No debéis tener miedo jamás!”.

2. Breve guía para luchar contra el demonio
Del mismo modo indicaba que "las tentaciones del demonio son vencidas primero que nada evitando las ocasiones, porque el demonio siempre busca nuestros puntos más débiles. Y luego, con la oración. Nosotros los cristianos tenemos una ventaja porque tenemos la Palabra de Dios, tenemos la oración y podemos rezarle al Señor".

3. El pavor de Satanás a la Virgen
En otra ocasión explicaba…"Una vez le pregunté a Satanás. ‘¿pero por qué te asustas más cuando invoco a Nuestra Señora que cuando invoco a Jesucristo?’ Me contestó ‘porque me humilla más ser derrotado por una criatura humana que ser derrotado por Él".

4. Quién teme a quién, ¿Amorth a Satanás o viceversa?
Igualmente, el sacerdote hablaba del miedo al demonio: El mismo día que me nombraron exorcista me encomendé a la Santísima Virgen. Le pedí que me arropase y me protegiese cada día con su manto materno. Además, tengo una profunda devoción a mi ángel de la guarda, al que me encomiendo cada día y antes de cada exorcismo. Por lo tanto, creo que es el demonio, por la gracia de Dios, el que se echa a temblar cuando me ve aparecer y empiezo a rezar.

5. El odio a los Papas y a los sacerdotes
En su libro, El último exorcista afirmaba: "Satanás ataca sobre todo al Papa. Su odio por el sucesor de Pedro es feroz. Lo he experimentado en mis exorcismos. Cuando nombro a Juan Pablo II los demonios escupen rabia. Otros tiemblan. Otros lloran y suplican que no lo nombre más. Y esto también sucede con Benedicto XVI. Cada gesto de Joseph Ratzinger, su liturgia, son un poderoso exorcismo contra la furia del demonio. Después del Papa, Satanás ataca a los cardenales, obispos y a todos los sacerdotes y religiosos. Es normal que sea así. Ninguno se debería escandalizar”.

6. Quiénes son el principal objetivo de Satanás
También en este libro, el padre Amorth explicaba: “El ataque de Satanás está destinado principalmente a quienes ostentan puestos de poder en el mundo. Porque atacar a los hombres que tienen grandes responsabilidades equivale a atacar en cascada a muchísimas personas. Y después, los más atacados son los hombres de la Iglesia".


¿Qué ha supuesto el padre Amorth para la Iglesia? El exorcista más conocido del mundo en diez puntos

7. El demonio también se ha colado en la Iglesia
En declaraciones al diario italiano Il Foglio, el padre Amorth alertaba: “Muchos prelados no creen en el demonio e incluso llegan a decir en público que el infierno y el demonio no existen. ¡Y sin embargo, Jesús, en el Evangelio, habla de ello abundantemente, por lo cual cabría preguntarse si no han leído el Evangelio o no creen en él en absoluto!”. ¿Satanistas dentro del Vaticano? Así respondía el exorcista: “Sacerdotes, monseñores y también cardenales. Lo sé por personas que lo han conocido directamente. Y además es una cosa ‘confesada’ en otras ocasiones por el mismo demonio, bajo obediencia, durante los exorcismos”.

8. ¿Por qué hay más casos de posesión?
En la televisión EWTN este sacerdote también afirmaba: “Cuando disminuye la fe, aumenta la superstición. En el lenguaje bíblico, puedo decir que la gente está abandonando a Dios, y entregándose al ocultismo. La terrible desaparición de la fe en toda la Europa Católica, hace que la gente se ponga en manos de hechiceros y adivinos, y así, las sectas satánicas prosperan”.

9. ¿Quién es realmente Satanás?
A Zenit explicaba el exorcista la naturaleza de Satanás: Es un ángel caído, a la cabeza de otros seres parecidos a él. En su acción ordinaria intenta empujar a las personas al pecado, para conquistar sus almas. Su acción extraordinaria es ciertamente más misteriosa. Con el permiso de Dios, realiza acciones contra las personas, llegando, en algunos casos, hasta la posesión (la cual sin embargo no pueden tocar el alma). Los exorcistas, con las oraciones del ritual y el uso de los sacramentos, intentan liberar a las víctimas de esta acción negativa.

10. Por qué se creó la figura del exorcista
Por últrimo, el padre Amorth aseguraba que "Jesucristo dio mandato a sus discípulos de predicar el Evangelio, curar a los enfermos y expulsar a los demonios. Durante varios siglos en la cristiandad no existía la figura del exorcista: todo cristiano podía hacerse soldado en esta batalla. Y aún hoy cristianos sencillos pueden decir, y dicen, oraciones de liberación. Y algunos santos – padre Pío, por ejemplo – sin ser exorcistas liberaban a las personas víctimas de la influencia demoníaca. Hay que decir que en los últimos años, evidentemente en respuesta a una necesidad creciente, cada vez más obispos se ven obligados a nombrar sacerdotes para este tipo de trabajo pastoral".

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