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domingo, 9 de noviembre de 2014

Yo, conversa al catolicismo, divorciada vuelta a casar, pido que la Iglesia no cambie su doctrina»

Luma Simms, autora de «Gospel Amnesia», piensa en sus hijos
«Yo, conversa al catolicismo, divorciada vuelta a casar, pido que la Iglesia no cambie su doctrina»
«Yo, conversa al catolicismo, divorciada vuelta a casar, pido que la Iglesia no cambie su doctrina»

«Yo, conversa al catolicismo, divorciada vuelta a casar, pido que la Iglesia no cambie su doctrina»
Luma Simms es madre de 5 hijos dañados por el divorcio; quiere que crezcan en una iglesia fuerte contra él


Luma Simms era protestante y se convirtió al catolicismo. Hoy ella testimonia en First Things: "La Iglesia Católica tiene una bella y rica doctrina sobre el matrimonio". También escribe de ello en su libro "Gospel Amnesia" ("Amnesia del evangelio").

"El mismo día en que mi alma se convirtió al catolicismo, descubrí que no podría recibir la comunión, porque soy una mujer divorciada y vuelta a casar". 

Esta verdad magisterial sustentada en la doctrina, la tradición y los evangelios, lejos de hacerla dudar de su conversión desde el protestantismo, confirmó su adhesión a la Iglesia.

Dolor y alegría
Luma cuenta su historia al portal First Things, mencionando que tuvo "lágrimas de dolor y alegría" al encontrarse con “la verdad sobre la transubstanciación", que es negada por los protestantes. 

Saber que en la hostia consagrada está realmente el cuerpo vivo de Cristo, dice que le llevó a sentir "dolor por haberse tardado en descubrir esta verdad", pero al mismo tiempo "alegría porque finalmente habían (ella y su segundo marido) encontrado el fundamento de la autoridad que reside en su Iglesia, fundada por Él y que mandó custodiar a todos los Apóstoles instruidos por Él".

Los hijos, determinantes
Luma recuerda que llegó desde el calvinismo al catolicismo gracias a "la hermosa encíclica Humanae Vitae que ablandó mi corazón... Luego nada me parecía suficiente y necesitaba conocer todo aquello que la Iglesia cree, basada en la enseñanza de Jesús". 

Así descubriría esta conversa el Magisterio de la Iglesia y sorprendería a muchos su capacidad de obediencia.

“Debido a mi divorcio y también porque otro miembro de mi familia recientemente dejó su matrimonio después de 43 años, vi como nuestros hijos ha crecían con muchas dudas y cuestionando el matrimonio". 

Un día, "uno de nuestros hijos, al hablarnos nos mostró la ansiedad que le provocaba saber que no podía asegurar que papá y mamá estarían siempre juntos, a su lado”. 

Este dolor del hijo, cuenta Luma, fue determinante para comprender cuán "profundamente influenciados por nuestras elecciones y la cultura crecen los hijos”. 

Pero a la vez, dice, la impulsó a confirmar su conversión y decisión: “Formarlos en una iglesia que se mantiene firme en el matrimonio para toda la vida".

"Doctrina rica y hermosa" 
La Iglesia Católica, dice Luma, "tiene una doctrina rica y hermosa para enseñar la plenitud del matrimonio en la imagen de la unión entre Cristo y su novia, la Iglesia".

El crecimiento espiritual de esta conversa se ha nutrido particularmente de la vida sacramental. No comulga físicamente, pero nutre su alma y camino de fe mediante la comunión espiritual…

“Muchas veces -nos cuenta- me levanto en medio de la noche pensando, ¿cómo es que he llegado a considerar el catolicismo? Pero luego en la mañana durante la misa diaria, orando en la liturgia, ¡experimento la profunda presencia de Dios, incluso si no recibo la Eucaristía y comulgo espiritualmente!"… "Es a través de la comunión que espiritualmente soy alimentada por el Señor”.

Compromiso
Luma Simms afirma que "no es la Iglesia" quien le niega la Comunión física, "soy yo quien desobedeció a Dios abandonando mi primer matrimonio" a pesar de que era "inmadura" y las "circunstancias me llevaron a esa drástica medida”. 

Tal vez, señala, "algunas personas podrían sorprenderse por mi comunión con una iglesia en la que no puedo comulgar físicamente porque soy divorciada y vuelta a casar. Pero a menos que me puedan probar lo contrario, creo que cualquier acción para autorizar el dar la comunión a quienes somos divorciados vueltos a casar corrompería la doctrina del matrimonio reduciendo además la imagen de la Iglesia como esposa de Cristo… demolería a la Iglesia. Yo he encontrado refugio en la iglesia. Por mi salvación y la de mis hijos rezo para que la Iglesia no cambie su doctrina".

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