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lunes, 11 de agosto de 2025

Santo Evangelio 11 de agosto 2025



 Texto del Evangelio (Mt 17,22-27):

 En aquel tiempo, yendo un día juntos por Galilea, Jesús dijo a sus discípulos: «El Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres; le matarán, y al tercer día resucitará». Y se entristecieron mucho.

Cuando entraron en Cafarnaúm, se acercaron a Pedro los que cobraban el didracma y le dijeron: «¿No paga vuestro Maestro el didracma?». Dice él: «Sí». Y cuando llegó a casa, se anticipó Jesús a decirle: «¿Qué te parece, Simón?; los reyes de la tierra, ¿de quién cobran tasas o tributo, de sus hijos o de los extraños?». Al contestar él: «De los extraños», Jesús le dijo: «Por tanto, libres están los hijos. Sin embargo, para que no les sirvamos de escándalo, vete al mar, echa el anzuelo, y el primer pez que salga, cógelo, ábrele la boca y encontrarás un estárter. Tómalo y dáselo por mí y por ti».



«Yendo un día juntos por Galilea»


P. Joaquim PETIT Llimona, L.C.

(Barcelona, España)

Hoy, la liturgia nos ofrece diferentes posibilidades para nuestra consideración. Entre éstas podríamos detenernos en algo que está presente a lo largo de todo el texto: el trato familiar de Jesús con los suyos.

Dice san Mateo que Jesús y los discípulos iban «yendo un día juntos por Galilea» (Mt 17,22). Pudiera parecer algo evidente, pero el hecho de mencionar que iban juntos nos muestra cómo el evangelista quiere remarcar la cercanía de Cristo. Luego les abre su Corazón para confiarles el camino de su Pasión, Muerte y Resurrección, es decir, algo que Él lleva muy adentro y que no quiere que, aquellos a quienes tanto ama, ignoren. Posteriormente, el texto recoge el episodio del pago de los impuestos, y también aquí el evangelista nos deja entrever el trato de Jesús, poniéndose al mismo nivel que Pedro, contraponiendo a los hijos (Jesús y Pedro) exentos del pago y los extraños obligados al mismo. Cristo, finalmente, le muestra cómo conseguir el dinero necesario para pagar no sólo por Él, sino por los dos y no ser, así, motivo de escándalo.

En todos estos rasgos descubrimos una visión fundamental de la vida cristiana: es el afán de Jesús por estar con nosotros. Dice el Señor en el libro de los Proverbios: «Mi delicia es estar con los hijos de los hombres» (Prov 8,31). ¡Cómo cambia, esta realidad, nuestro enfoque de la vida espiritual en la que a veces ponemos sólo la atención y el acento en lo que nosotros hacemos, como si eso fuera lo más importante! La vida interior ha de centrase en Cristo, en su amor por nosotros, en su entrega hasta la muerte por mí, en su constante búsqueda de nuestro corazón. Muy bien lo expresaba san Juan Pablo II en uno de sus encuentros con los jóvenes: el Papa exclamó con voz fuerte «¡Miradle a Él!».

René ZZ, de «youtuber de los tatuajes» a la fe... así cuenta su conversión: «Soñé que Dios me amaba»

 


René ZZ, de «youtuber de los tatuajes» a la fe... así cuenta su conversión: «Soñé que Dios me amaba»

René Ponte, más conocido como René ZZ es un youtuber gallego, de 30 años y converso al catolicismo, que crece cada día como la espuma en el número de suscriptores de su canal de YouTube (tiene ahora casi dos millones), gracias, sobre todo, a las entrevistas que hace a gente variada e interesante. 

Aunque empezó con contenido sobre tatuajes, hoy René se arrepiente de ello, y, siempre que puede, habla de la gran importancia que tuvo el encuentro con Dios en su vida. 

Recientemente ha publicado un vídeo en el que cuenta su testimonio de conversión. Con el título "Así conocí a Dios. Mi testimonio", el comunicador cuenta cómo un día tuvo un sueño muy especial, que "no tiene nada que ver con ningún otro sueño que yo haya tenido anteriormente".

Aquel compañero de clase

"Yo me crié en una familia no atea, tampoco agnóstica, creyente, pero a su manera (...). De vez en cuando se hacían referencias al niño Jesús, a ir a la iglesia un domingo, a hacer la comunión, a rezarle a Dios (...). A los 13 años tuve una experiencia con un compañero de clase (...), me empezó a decir, 'Dios no existe por esto, por lo otro...'", relata René ZZ.

"Y yo me fui destrozado ese día a casa, le di un par de vueltas y llegué a ese punto en el que están algunos ateos. De decir, 'vale, pues debe ser que Dios no existe porque, sí, realmente le rezo y no ocurre nada'. Tampoco me han explicado exactamente qué es y no parece que sea algo que vaya a descubrir por mucho que me esfuerce", comenta que se decía de niño.

Hasta que a los 26 años se mudó a Finlandia. "Allí empecé a hacer vídeos. Me tranquilicé, me puse en forma, empecé a leer sobre psicología, sobre antropología, sobre neurociencia. Leía mucho sobre Jordan Peterson, que evidentemente mi conversión al cristianismo tiene algo que ver con él y negarlo sería mentir", reconoce.

Si ellos llegaron, yo también



El ejemplo de estas personas sabias despertó algo en él. "Yo dije, 'vale, toda esta gente es mucho más inteligente que yo, sabe muchísimo más que yo'. Y la gran mayoría de ellos han llegado a la conclusión de que Dios existe. A mí eso me fascinaba".

"Si hay gente que ha estudiado el mundo entero y acaba llegando a la conclusión de que Dios existe, quizás debería ponerlo en una lista de prioridades", se dijo.

René ZZ ha cambiado la temática de su canal: de tatuajes a temas de fe.X

Para entonces, René ZZ ya se preguntaba, ¿qué puedo hacer? "No puedo estudiar todas las religiones a la vez, ni quiero, porque hay muchas. ¿Cuál es la mía? El cristianismo. ¿Cuál es la más interesante, según lo poco que sé? El cristianismo. ¿Cuál es la que me llama? El cristianismo. Pues no voy ni a leerme el Corán, ni a leerme la Torá. Me pillo una Biblia y me la voy leyendo", recuerda en el vídeo.

Una idea que le trajo sus más y sus menos. "Siempre recordaré la mirada de mi exnovia cuando recibí una Biblia en casa. Me miró con cara de... una mezcla entre decepción y escepticismo. No la culpo por ello, pero me sentó bastante mal. Yo solo soy un hombre en busca de respuestas desde que tengo uso de razón. Me pillé la Biblia y no le hice mucho caso", confiesa el comunicador.

Un sueño transformador 

Tras comenzar a formarse, vino el sueño que lo cambió todo. "Yo estaba en un momento bueno de mi vida, Y una noche tuve un sueño, un sueño que no tiene nada que ver con ningún otro sueño que yo haya tenido anteriormente", cuenta.

"Este sueño era muy sencillo. Soñé que Dios me amaba y era la mejor sensación que he sentido nunca. Sentía un placer, una serenidad, una tranquilidad y un bienestar que es imposible de traer al mundo terrenal".

"Era lo más puro que había sentido y sabía que era Dios el que me lo estaba dando. Yo levitaba, flotaba, no sabía si estaba de pie, tumbado, boca abajo, buceando, en el espacio, en el cosmos. Simplemente sentía algo que no puedo describir ni sentir en el plano terrenal".

A partir del sueño, René comenzó a verse a sí mismo con otra mirada. "Cuando sabes que Dios existe, es cuestión de tiempo que tengas que abandonar muchas partes de ti, para vaciarte y dejar que Dios tome el control. Y eso da miedo, qué locura. Imagínate decidir un día que vas a estar dispuesto a abandonar muchas de las cosas que han ido acompañándote contigo a lo largo de esta vida y que de alguna manera le dan forma a tu identidad".

También se señala que es necesario cuidar adecuadamente el uniforme oficial, el cual no podrá usarse fuera del horario laboral. Se indica que realizar tareas con ropa sucia o descuidada puede dar lugar a las sanciones correspondientes.

Ni tatuajes ni piercings ni casado «solo por lo civil»: nuevos requisitos para trabajar en San Pedro

"Me desperté, lo apunté, lo tengo apuntado en una de mis libretas y dije, 'bueno, ya veré qué hago con esto. Hasta que un día, me acuerdo, miré por la por el balcón, y dije, 'Dios existe y me ha hablado. No me lo puedo creer'. Empecé a profundizar más en Él. Eso fue hace 5 años y mi proceso de conversión fue muy progresivo. Fui poquito a poco metiéndome, tirando de la cuerda, adentrándome". 

La vida comienza a cambiar

"Poco a poco fui haciéndome a la idea de que yo ya podía vivir tranquilo, en el sentido de que sabía que Dios existía y eso lo cambia todo. Aún no sé que es Dios, aún no sé por qué quiere ayudarme y aún no sé cómo puede ayudarme, pero ya sé que existe. ¿A dónde me llevó? A empezar a verme a mí mismo desde los ojos de Dios", confiesa René ZZ.

"Con este sueño empecé a creer por fe y por haber conocido a Dios, no por creer en Él. Yo digo creer en Él, pero yo Lo conocí. En ese sueño Lo conocí y estoy seguro. Mi fe ganó perspectiva, textura y profundidad, y dije, '¿y si le hago caso a esa persona que conozco, a esa persona que se ha presentado ante mí?, vale, voy a hacerle caso'". 

"Y empecé a iniciar ese acto de humildad, 'me creo que soy la bomba en muchos aspectos, pero voy a tener la humildad suficiente y dejar la arrogancia a un lado para darme cuenta de que en realidad soy un gusano, de que en realidad soy un pecador, de que en realidad he sido mal hijo, mal amigo...".

Ahora, desde que cree es mucho más feliz. "Mi vida ha mejorado muchísimo, estoy mucho más tranquilo, me va todo mucho mejor, he arreglado la relación con mi madre (...). Estoy rechazando toda la tentación que puedo, de cosas que me apetecería hacer, cosas que he echo de menos o cosas que estaba tan acostumbrado a hacer que genuinamente me cuesta no hacerlas", comenta el creador de contenidos.

Intensa vida de fe

"He empezado a abrazar la oración. Rezo por las noches, por las mañanas, agradezco el día a Dios. Estoy muy a menudo pensando en Él, cada vez más. Estoy yendo a la iglesia todos los domingos desde hace cuatro o cinco meses. Al principio era una obligación que me auto impuse, me sentía raro. Luego empecé a sentirme un poco bien y después llegó el punto en el que me hace ilusión la noche anterior saber que al día siguiente me voy a despertar para ir a misa".

Miniatura del video


"He probado de todo en la vida, pero no ha sido hasta que Dios apareció en mi vida y me dijo, 'gracias por el esfuerzo, pero no estabas enfocando bien. Soy yo. Ven aquí'. Y me dio ese abrazo en ese sueño, donde sentí algo que solo podía ser Dios".

"Y, ahora, no os digo que esté perfecto, pero duermo tranquilo por las noches. Quiero a mi madre de la manera más sincera en la que lo he hecho nunca. Valoro a mis amigos más que nunca. Empiezo a entender el perdón y empiezo a estar tranquilo hasta el punto en el que ya he llegado a la conclusión de que estoy dispuesto a morir por Dios. Y una vez estás dispuesto a morir por lo más grande que existe, todo lo demás es un regalo", concluye René ZZ.

Fuente; Religión en libertad

domingo, 10 de agosto de 2025

Santo Evangelio 10 de agosto 2025



 Texto del Evangelio (Lc 12,32-48):

 En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «No temas, pequeño rebaño, porque a vuestro Padre le ha parecido bien daros a vosotros el Reino. Vended vuestros bienes y dad limosna. Haceos bolsas que no se deterioran, un tesoro inagotable en los cielos, donde no llega el ladrón, ni la polilla; porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón. Estén ceñidos vuestros lomos y las lámparas encendidas, y sed como hombres que esperan a que su señor vuelva de la boda, para que, en cuanto llegue y llame, al instante le abran. Dichosos los siervos, que el señor al venir encuentre despiertos: yo os aseguro que se ceñirá, los hará ponerse a la mesa y, yendo de uno a otro, les servirá. Que venga en la segunda vigilia o en la tercera, si los encuentra así, ¡dichosos de ellos! Entendedlo bien: si el dueño de casa supiese a qué hora iba a venir el ladrón, no dejaría que le horadasen su casa. También vosotros estad preparados, porque en el momento que no penséis, vendrá el Hijo del hombre».

Dijo Pedro: «Señor, ¿dices esta parábola para nosotros o para todos?». Respondió el Señor: «¿Quién es, pues, el administrador fiel y prudente a quien el señor pondrá al frente de su servidumbre para darles a su tiempo su ración conveniente? Dichoso aquel siervo a quien su señor, al llegar, encuentre haciéndolo así. De verdad os digo que le pondrá al frente de toda su hacienda. Pero si aquel siervo se dice en su corazón: ‘Mi señor tarda en venir’, y se pone a golpear a los criados y a las criadas, a comer y a beber y a emborracharse, vendrá el señor de aquel siervo el día que no espera y en el momento que no sabe, le separará y le señalará su suerte entre los infieles. Aquel siervo que, conociendo la voluntad de su señor, no ha preparado nada ni ha obrado conforme a su voluntad, recibirá muchos azotes; el que no la conoce y hace cosas dignas de azotes, recibirá pocos; a quien se le dio mucho, se le reclamará mucho; y a quien se confió mucho, se le pedirá más».



«También vosotros estad preparados, porque en el momento que no penséis, vendrá el Hijo del hombre»

Rev. D. Melcior QUEROL i Solà

(Ribes de Freser, Girona, España)

Hoy, el Evangelio nos recuerda y nos exige que estemos en actitud de vigilia «porque en el momento que no penséis, vendrá el Hijo del hombre» (Lc 12,40). Hay que vigilar siempre, debemos vivir en tensión, “desinstalados”, somos peregrinos en un mundo que pasa, nuestra verdadera patria la tenemos en el cielo. Hacia allí se dirige nuestra vida; queramos o no, nuestra existencia terrenal es proyecto de cara al encuentro definitivo con el Señor, y en este encuentro «a quien se le dio mucho, se le reclamará mucho; y a quien se confió mucho, se le pedirá más» (Lc 12,48). ¿No es, acaso, éste el momento culminante de nuestra vida? ¡Vivamos la vida de manera inteligente, démonos cuenta de cuál es el verdadero tesoro! No vayamos tras los tesoros de este mundo, como tanta gente hace. ¡No tengamos su mentalidad!

Según la mentalidad del mundo: ¡tanto tienes, tanto vales! Las personas son valoradas por el dinero que poseen, por su clase y categoría social, por su prestigio, por su poder. ¡Todo eso, a los ojos de Dios, no vale nada! Supón que hoy te descubren una enfermedad incurable, y que te dan como máximo un mes de vida,... ¿qué harás con tu dinero?, ¿de qué te servirán tu poder, tu prestigio, tu clase social? ¡No te servirá para nada! ¿Te das cuenta de que todo eso que el mundo tanto valora, en el momento de la verdad, no vale nada? Y, entonces, echas una mirada hacia atrás, a tu entorno, y los valores cambian totalmente: la relación con las personas que te rodean, el amor, aquella mirada de paz y de comprensión, pasan a ser verdaderos valores, auténticos tesoros que tú —tras los dioses de este mundo— siempre habías menospreciado.

¡Ten la inteligencia evangélica para discernir cuál es el verdadero tesoro! Que las riquezas de tu corazón no sean los dioses de este mundo, sino el amor, la verdadera paz, la sabiduría y todos los dones que Dios concede a sus hijos predilectos.


LA PUERTA DE LA VIDA SE ABRE A LOS QUE CREEN EN EL CRUCIFICADO

 


Del libro La Ciencia de la Cruz de Santa Teresa Benedicta de la Cruz (Edith Stein).

LA PUERTA DE LA VIDA SE ABRE A LOS QUE CREEN EN EL CRUCIFICADO


Cristo se sometió al yugo de la ley, guardando plenamente la ley y muriendo por la ley y por medio de la ley. Liberó, por ello, a los que desean recibir la vida. Pero no la pueden recibir, salvo que ellos mismos ofrezcan la suya propia. Porque los que han sido bautizados en Cristo Jesús, en su muerte han sido bautizados. Son sumergidos en su vida para devenir miembros de su cuerpo y padecer y morir con él, como miembros suyos. Esta vida vendrá abundantemente en el día glorioso, pero ya ahora, mientras vivimos en la carne, participamos de ella, si creemos que Cristo ha muerto por nosotros para darnos la vida. Con esta fe nos unimos con él como los miembros se unen con su cabeza; esta fe nos abre a la fuente de su vida. Por eso, la fe en el Crucificado, es decir, esa fe viva que lleva aparejada un amor entregado, viene a ser para nosotros puerta de la vida y comienzo de la gloria; de ahí que la Cruz constituya nuestra gloria: Fuera de mí gloriarme en otra cosa que no sea la Cruz de nuestro Señor Jesucristo, por quien el mundo está crucificado para mí y yo para el mundo. Quien elige a Cristo ha muerto para el mundo y el mundo para él. Lleva en su cuerpo los estigmas de Cristo, se ve rodeado de flaquezas y despreciado por los hombres, pero, por este mismo motivo, se halla robusto y vigoroso, ya que la fuerza de Dios resplandece en la debilidad. Con este conocimiento, el discípulo de Jesús no solo acoge la cruz sobre sus espaldas, sino que él mismo se crucifica en ella. Los que son de Jesucristo han crucificado la carne con sus vicios y concupiscencias. Lucharon un duro combate contra su naturaleza a fin de que la vida del pecado muriese en ellos y poder así dar amplia cabida a la vida en el Espíritu. Para esta pelea se precisa una singular fortaleza. Pero la Cruz no es el fin; la Cruz es la exaltación y mostrará el cielo. La Cruz no sólo es signo, sino también invicta armadura de Cristo: báculo de pastor con el que el divino David se enfrenta contra el malvado Goliat; báculo con el que Cristo golpea enérgicamente la puerta del cielo y la abre. Cuando se cumplan todas estas cosas, la luz divina se difundirá y colmará a cuantos siguen al Crucificado.

sábado, 9 de agosto de 2025

Santo Evangelio 9 de agosto 2025



 Texto del Evangelio (Mt 17,14-20):

 En aquel tiempo, se acercó a Jesús un hombre que, arrodillándose ante Él, le dijo: «Señor, ten piedad de mi hijo, porque es lunático y está mal; pues muchas veces cae en el fuego y muchas en el agua. Se lo he presentado a tus discípulos, pero ellos no han podido curarle». Jesús respondió: «¡Oh generación incrédula y perversa! ¿Hasta cuándo estaré con vosotros? ¿Hasta cuándo habré de soportaros? ¡Traédmelo acá!». Jesús le increpó y el demonio salió de él; y quedó sano el niño desde aquel momento.

Entonces los discípulos se acercaron a Jesús, en privado, y le dijeron: «¿Por qué nosotros no pudimos expulsarle?». Díceles: «Por vuestra poca fe. Porque yo os aseguro: si tenéis fe como un grano de mostaza, diréis a este monte: “Desplázate de aquí allá”, y se desplazará, y nada os será imposible».



«Si tenéis fe como un grano de mostaza (...) nada os será imposible»


Rev. D. Fidel CATALÁN i Catalán

(Terrassa, Barcelona, España)

Hoy, una vez más, Jesús da a entender que la medida de los milagros es la medida de nuestra fe: «Yo os aseguro: si tenéis fe como un grano de mostaza, diréis a este monte: “Desplázate de aquí allá”, y se desplazará» (Mt 17,20). De hecho, como hacen notar san Jerónimo y san Agustín, en la obra de nuestra santidad (algo que claramente supera a nuestras fuerzas) se realiza este “desplazarse el monte”. Por tanto, los milagros ahí están y, si no vemos más es porque no le permitimos hacerlos por nuestra poca fe.

Ante una situación desconcertante y a todas luces incomprensible, el ser humano reacciona de diversas maneras. La epilepsia era considerada como una enfermedad incurable y que sufrían las personas que se encontraban poseídas por algún espíritu maligno.

El padre de aquella criatura expresa su amor hacia el hijo buscando su curación integral, y acude a Jesús. Su acción es mostrada como un verdadero acto de fe. Él se arrodilla ante Jesús y lo impreca directamente con la convicción interior de que su petición será escuchada favorablemente. La manera de expresar la demanda muestra, a la vez, la aceptación de su condición y el reconocimiento de la misericordia de Aquél que puede compadecerse de los otros.

Aquel padre trae a colación el hecho de que los discípulos no han podido echar a aquel demonio. Este elemento introduce la instrucción de Jesús haciendo notar la poca fe de los discípulos. Seguirlo a Él, hacerse discípulo, colaborar en su misión pide una fe profunda y bien fundamentada, capaz de soportar adversidades, contratiempos, dificultades e incomprensiones. Una fe que es efectiva porque está sólidamente enraizada. En otros fragmentos evangélicos, Jesucristo mismo lamenta la falta de fe de sus seguidores. La expresión «nada os será imposible» (Mt 17,20) expresa con toda la fuerza la importancia de la fe en el seguimiento del Maestro.

La Palabra de Dios pone delante de nosotros la reflexión sobre la cualidad de nuestra fe y la manera cómo la profundizamos, y nos recuerda aquella actitud del padre de familia que se acerca a Jesús y le ruega con la profundidad del amor de su corazón.


A Alberto le cuesta moverse, pero no se pierde este Jubileo ni muchos otros encuentros

 


A Alberto le cuesta moverse, pero no se pierde este Jubileo ni muchos otros encuentros

Alberto y Javi, hermanos, de la parroquia de la Asunción de Griñón, al Jubileo con muletas y lo que haga falta

Alberto (24 años) y su hermano Francisco Javier (20 años) Naranjo Real, son miembros activos de la parroquia de la Asunción en Griñón, población de 10.000 habitantes de la diócesis de Getafe (provinci

Es la primera vez que peregrinan juntos, pero en realidad Alberto, aunque tiene una importante discapacidad motriz, es un veterano en peregrinaciones juveniles y familiares.

“He estado en varias Jornadas Mundiales de la Familia (Valencia, Milán y Dublín), varias veces en Roma, en Fátima, en Lourdes, en la JMJ de Lisboa, Guadalupe, Javier... Incluso fui tras las huellas de Juan Pablo II a Polonia con mi colegio”, explica en la web de la diócesis de Getafe.

“También he recorrido el Camino de Santiago, Picos de Europa, Ars o Paray-Le- Monial, conduciendo yo junto con otros jóvenes en el grupo “Matata”, Jóvenes en el Costado de Jesús”, enumera.

Su hermano Francisco Javier ha ido también a otros encuentros de jóvenes católicos, aunque no a tantos. Este año van a Roma, al Jubileo, y van juntos: eso es su gran novedad.

"Ser catequistas en la parroquia nos ha ayudado a preparar nuestro corazón de cara al Jubileo", detallan. Alberto es catequista de jóvenes de confirmación y Francisco Javier ayuda a los niños del Oratorio de los Niños Pequeños.

Reforzando el grupo juvenil

El hermano menor sabe que tiene el reto de apoyar a su hermano mayor en sus dificultades. “Voy como hermano, no me hace falta un cargo para saber que es mi responsabilidad ayudarle y apoyarle”, afirma con humildad. “Considero que no estoy preparado. En ocasiones soy bastante egoísta y me cuesta ver las necesidades de los demás. A pesar de ello, confío en que, teniendo el propósito de ayudarle, el Señor me capacitará para estar pendiente en todo momento”.

Otra novedad es que en los últimos tiempos se ha reforzado el grupo juvenil de su parroquia. “Durante mucho tiempo no ha habido en la Parroquia de Griñón un grupo de jóvenes que nos aglutinara, y lo fuimos buscando en diferentes grupos de la diócesis”, explican. Ahora, gracias a una nueva etapa parroquial, se han volcado en la pastoral juvenil. Van al Jubileo a Roma con mucha ilusión. 


Alberto, con sus muletas, y su hermano Francisco Javier, de Griñón, entusiasmados por ir a Roma al Jubileo de los Jóvenesdiócesis de getafe

“La discapacidad de Alberto no se entendería sin la luz de la fe. Hemos aprendido que lo que Dios permite siempre es para nuestro bien, aunque no lo entendamos. Debemos abrazar nuestra Cruz y seguir a Jesús como Él nos pide (Mateo 16,24)”, explican. 


Abiertos a lo que Dios quiera, pero con objetivos

Como tantos otros peregrinos del Jubileo, se declaran "abiertos a lo que el Señor nos quiera regalar, hemos aprendido que la mejor manera de vivir la fe es dejarse llevar por la voluntad de Dios". Pero tienen algunos objetivos: "Nos gustaría seguir creciendo en nuestra relación con Dios y con la Virgen, y fortalecer el grupo parroquial que tanto nos ha costado conseguir y tanto bien nos ha hecho”.

Para prepararse, ellos y otros jóvenes de la parroquia han tenido varios encuentros previos con el párroco y reuniones con el obispo (llamadas OCEO).

Con sus muletas, Alberto puede llamar la atención. Pero ellos tienen una cita bíblica: "Que digan al veros, ¡mirad cómo se aman!, como decían de los primeros cristianos".

Estan seguros de que cruzar la Puerta Santa juntos será un momento especial que siempre recordarán.

Padres encantados

Sus padres, Juan Alberto y Emi, viven esta experiencia con una mezcla de emoción, fe y confianza. “Es una alegría y un descanso. Ver que están anclados en la fe y en la vida parroquial y diocesana nos encanta", admiten. Dan parte de mérito al ejemplo de Natalia, su hija mayor.

Sobre la separación para el viaje, dicen: "Nos viene a la mente el momento que debieron vivir María y José cuando Jesús se quedó en el templo y ellos no sabían dónde estaba. Pesa mucho más en nosotros saber que están en las cosas de ‘su Padre’ que cualquier temor". 

Fuente: Religión en Libertad

viernes, 8 de agosto de 2025

Santo Evangelio 8 de agosto 2025

 


Texto del Evangelio (Mt 16,24-28):

 En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame. Porque quien quiera salvar su vida, la perderá, pero quien pierda su vida por mí, la encontrará. Pues, ¿de qué le servirá al hombre ganar el mundo entero, si arruina su vida? O, ¿qué puede dar el hombre a cambio de su vida? Porque el Hijo del hombre ha de venir en la gloria de su Padre, con sus ángeles, y entonces pagará a cada uno según su conducta. Yo os aseguro: entre los aquí presentes hay algunos que no gustarán la muerte hasta que vean al Hijo del hombre venir en su Reino».



«Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame»


Rev. D. Pedro IGLESIAS Martínez

(Ripollet, Barcelona, España)

Hoy, el Evangelio nos sitúa claramente frente al mundo. Es radical en su planteamiento, no admite medias tintas: «Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame» (Mt 16,24). En numerosas ocasiones, frente al sufrimiento generado por nosotros mismos o por otros, oímos: «Debemos soportar la cruz que Dios nos manda... Dios lo quiere así...», y vamos acumulando sacrificios como cupones pegados en una cartilla, que presentaremos en la auditoria celestial el día que nos toque rendir cuentas.

El sufrimiento no tiene valor en sí mismo. Cristo no era un estoico: tenía sed, hambre, cansancio, no le gustaba que le abandonaran, se dejaba ayudar... Donde pudo alivió el dolor, físico y moral. ¿Qué pasa entonces?

Antes de cargar con nuestra “cruz”, lo primero, es seguir a Cristo. No se sufre y luego se sigue a Cristo... A Cristo se le sigue desde el Amor, y es desde ahí desde donde se comprende el sacrificio, la negación personal: «Quien quiera salvar su vida, la perderá, pero quien pierda su vida por mí, la encontrará» (Mt 16,25). Es el amor y la misericordia lo que conduce al sacrificio. Todo amor verdadero engendra sacrificio de una u otra forma, pero no todo sacrificio engendra amor. Dios no es sacrificio; Dios es Amor, y sólo desde esta perspectiva cobra sentido el dolor, el cansancio y las cruces de nuestra existencia tras el modelo de hombre que el Padre nos revela en Cristo. San Agustín sentenció: «En aquello que se ama, o no se sufre, o el mismo sufrimiento es amado».

En el devenir de nuestra vida, no busquemos un origen divino para los sacrificios y las penurias: «¿Por qué Dios me manda esto?», sino que tratemos de encontrar un “uso divino” para ello: «¿Cómo podré hacer de esto un acto de fe y de amor?». Es desde esta posición como seguimos a Cristo y como —a buen seguro— nos hacemos merecedores de la mirada misericordiosa del Padre. La misma mirada con la que contemplaba a su Hijo en la Cruz.

El beato Frassati será santo en el Jubileo de 2025: un ejemplo radical de santidad para los jóvenes

 


El beato Frassati será santo en el Jubileo de 2025: un ejemplo radical de santidad para los jóvenes

El beato Pier Giorgio Frassati ha sido puesto por la Iglesia desde hace décadas como un ejemplo para la juventud.

El beato Pier Giorgio Frassati, el joven al que le encantaba llevar a sus amigos a la montaña para que miraran "hacia arriba", será declarado santo el año que viene. El joven beato dominico, amante de Dios y del hombre, será canonizado durante el Jubileo de 2025. El prefecto del Dicasterio para las Causas de los Santos, el cardenal Marcello Semeraro, hizo el anuncio el viernes 26 de abril, durante la 18ª Asamblea Nacional de la Acción Católica Italiana, en Sacrofano. "Quisiera deciros que la canonización del beato Pier Giorgio Frassati está ya clara en el horizonte y se vislumbra en el horizonte del próximo año jubilar", dijo el cardenal, cuyo discurso fue interrumpido por un largo aplauso del millar de miembros de Acción Católica presentes.

"En la homilía del rito de su beatificación -añadió el prefecto, citando a Frassati entre las figuras más luminosas de santos que crecieron en la Acción Católica-, el 20 de mayo de 1990, san Juan Pablo II lo llamó hombre de las Bienaventuranzas; dijo también que 'en la Acción Católica vivió con alegría y orgullo su vocación cristiana y se comprometió a amar a Jesús y a ver en él a los hermanos y hermanas que encontró en su camino'".

Frassati, que nació en Turín en 1901 y murió con sólo 24 años, fue un "maravilloso modelo de vida cristiana", subrayó Semeraro, que vivió su juventud, citando a Juan Pablo II, "completamente inmerso en el misterio de Dios y dedicado al servicio constante del prójimo".



El joven beato turinés, hijo de Alfredo Frassati, histórico director de La Stampa, se implicó desde muy joven en el laicado activo, y en particular en la Acción Católica y en Fuci, creciendo en la fe cristiana y en el deseo de servicio a los más pobres. Se le considera uno de los "santos sociales" de Turín, como Don Bosco y Don Cottolengo, aun sin ser formalmente santo todavía, por su vida dedicada a los más frágiles y marginados. En la santidad de Piergiorgio -continúa Semeraro- hay un valor de continuidad con la tradición de su tierra: de hecho, se injertó en la obra de defensa de la fe, a través de la caridad prodigada en el campo de la marginación". A los 19 años, Frassati se había unido a las Conferencias de San Vicente de Paúl para ayudar a los necesitados, y a los 21 se hizo terciario dominico.

Giuseppe Notarstefano, presidente de la Acción Católica, declaró, tal y como recoge Avvenire: "Estamos encantados con esta noticia, que llega como un precioso regalo para la Asociación en el momento en que celebramos nuestra Asamblea Nacional: la Acción Católica Italiana ha sido históricamente, y lo sigue siendo hoy, una intuición y una pasión de jóvenes como Piergiorgio Frassati. Es una experiencia de Iglesia donde la fe se amasa con la vida día a día, un lugar donde se puede vivir plenamente la amistad con el Señor, un lugar que no pocas veces se convierte en ejemplo luminoso para todos, como lo fue para Alberto Marvelli, Gino Pistoni, Armida Barelli y precisamente Piergiorgio Frassati'. Personas como él, añadió, "supieron hacer de su vida un don, un signo para su tiempo y para todos los tiempos".

El beato era un joven entre los jóvenes, amigo de todos, amante del deporte, de la poesía y del alpinismo. "Pero hay también un elemento de novedad", concluye el prefecto, "y es el hecho de que trató de confrontar el valor de la fe con toda la gama de la experiencia humana, trabajando caritativamente en todos los ámbitos: en los ambientes universitarios, en el trabajo, en la prensa (Pier Giorgio recogía suscripciones no para el periódico de su padre, sino para el católico), en el compromiso político y partidario, y allí donde era necesario defender las libertades sociales, tratando siempre de concebir y fomentar el asociacionismo, como amistad cristiana destinada al nacimiento de un catolicismo social".

Fuente: Religión en libertad

jueves, 7 de agosto de 2025

Santo Evangelio 7 de agosto 2025



 Texto del Evangelio (Mt 16,13-23):

 En aquellos días, llegado Jesús a la región de Cesarea de Filipo, hizo esta pregunta a sus discípulos: «¿Quién dicen los hombres que es el Hijo del hombre?». Ellos dijeron: «Unos, que Juan el Bautista; otros, que Elías, otros, que Jeremías o uno de los profetas». Díceles Él: «Y vosotros ¿quién decís que soy yo?». Simón Pedro contestó: «Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios vivo». Replicando Jesús le dijo: «Bienaventurado eres Simón, hijo de Jonás, porque no te ha revelado esto la carne ni la sangre, sino mi Padre que está en los cielos. Y yo a mi vez te digo que tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella. A ti te daré las llaves del Reino de los Cielos; y lo que ates en la tierra quedará atado en los cielos, y lo que desates en la tierra quedará desatado en los cielos». Entonces mandó a sus discípulos que no dijesen a nadie que Él era el Cristo.

Desde entonces comenzó Jesús a manifestar a sus discípulos que Él debía ir a Jerusalén y sufrir mucho de parte de los ancianos, los sumos sacerdotes y los escribas, y ser matado y resucitar al tercer día. Tomándole aparte Pedro, se puso a reprenderle diciendo: «¡Lejos de ti, Señor! ¡De ningún modo te sucederá eso!». Pero Él, volviéndose, dijo a Pedro: «¡Quítate de mi vista, Satanás! ¡Escándalo eres para mí, porque tus pensamientos no son los de Dios, sino los de los hombres!».



«Tus pensamientos no son los de Dios, sino los de los hombres»


Rev. D. Joaquim MESEGUER García

(Rubí, Barcelona, España)

Hoy Jesús proclama afortunado a Pedro por su atinada declaración de fe: «Simón Pedro contestó: ‘Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios vivo’. Replicando Jesús le dijo: ‘Bienaventurado eres Simón, hijo de Jonás, porque no te ha revelado esto la carne ni la sangre, sino mi Padre que está en los cielos’» (Mt 16,16-17). En esta felicitación Jesús promete a Pedro el primado en su Iglesia; pero poco después ha de hacerle una reconvención por haber manifestado una idea demasiado humana y equivocada del Mesías: «Tomándole aparte Pedro, se puso a reprenderle diciendo: ‘¡Lejos de ti, Señor! ¡De ningún modo te sucederá eso!’. Pero Él, volviéndose, dijo a Pedro: ‘¡Quítate de mi vista, Satanás! ¡Escándalo eres para mí, porque tus pensamientos no son los de Dios, sino los de los hombres!’» (Mt 16,22-23).

Hay que agradecer a los evangelistas que nos hayan presentado a los primeros discípulos de Jesús tal como eran: no como unos personajes idealizados, sino gente de carne y hueso, como nosotros, con sus virtudes y defectos; esta circunstancia los aproxima a nosotros y nos ayuda a ver que el perfeccionamiento en la vida cristiana es un camino que todos debemos hacer, pues nadie nace enseñado.

Dado que ya sabemos cómo fue la historia, aceptamos que Jesucristo haya sido el Mesías sufriente profetizado por Isaías y haya entregado su vida en la cruz. Lo que más nos cuesta aceptar es que nosotros tengamos que continuar haciendo presente su obra a través del mismo camino de entrega, renuncia y sacrificio. Imbuidos como estamos en una sociedad que propugna el éxito rápido, aprender sin esfuerzo y de modo divertido, y conseguir el máximo provecho con el mínimo de labor, es fácil que acabemos viendo las cosas más como los hombres que como Dios. Una vez recibido el Espíritu Santo, Pedro aprendió por dónde pasaba el camino que debía seguir y vivió en la esperanza. «Las tribulaciones del mundo están llenas de pena y vacías de premio; pero las que se padecen por Dios se suavizan con la esperanza de un premio eterno» (San Efrén).


Casi no le interesaba la fe, pero pasados los confinamientos del covid sintió una llamada


 Casi no le interesaba la fe, pero pasados los confinamientos del covid sintió una llamada

Influencer católico a los 20 años: planta cara a los estereotipos contra la Iglesia

Nicola Camporiondo en una foto de 2022, poco después de asumir como suya la fe heredada en la familia

Con veinte años, Nicola Camporiondo es uno de los influencers católicos más jóvenes de Italia. Le siguen muchos miles de personas por Tik Tok e Instagram. Estudia en la Facultad de Teología del Triveneto.

"Nací en 2005 en una familia religiosa y era muy practicante. Recibí todos los sacramentos, pero siempre viví mi vida parroquial y espiritual de forma pasiva, obligado por mi familia, sin una verdadera voluntad. Luego experimenté la pandemia y el confinamiento, un tiempo de sufrimiento: me sentí muy solo".

De esa soledad, surgió un impulso. "Un día, después de la pandemia, tomé mi bicicleta y fui a la iglesia, y ese fue mi primer encuentro verdadero con el Señor, porque fue un encuentro totalmente deseado, no forzado ni coaccionado", explica en Avvenire.

Entendió que en la Iglesia hacía falta que los jóvenes aportaran una presencia "vibrante y auténtica", y él empezó a mostrar su fe en Instagram y Tik Tok, las redes que siguen más los jóvenes.

Piensa que el evangelizador lleva su experiencia de Dios "a lugares donde la fe a menudo ni siquiera se comenta, como las redes sociales. Significa dar testimonio del Evangelio con el propio ejemplo, con la propia vida". 


Como todos los jóvenes, también los católicos han de buscar espejos, referentes, en los que mirarse... a menudo santo jóvenesfacebook nicola camporiondo

Ser joven y afrontar prejuicios e incomprensiones

Para un joven, significa también combatir los prejuicios y estereotipos contra la Iglesia. "Hay que hacer comprender que la Iglesia es, ante todo, una gran familia, y como todas las familias, tampoco es perfecta, sino que requiere la contribución de cada persona bautizada", explica.

También tiene claro que un evangelizador, por digital que sea, tiene que hacer crecer su fe desde lo presencial, en su parroquia, sus asociaciones... Hay que hablar de lo que se vive, señala. 

Rob Galea, Jessica Bond, Claire Forbes y Augie Angrisano, presentadores de Catholic Influencers Podcast.

Nueva Evangelización

Las 9 grandes amenazas de los «influencers» católicos: los valores del Evangelio... ¿o de Instagram?

Cuando se volcó en la fe, algunos amigos no lo entendieron y se distanciaron. "Me sentí abrumado por un momento de gran consternación e incertidumbre. Cuando empecé en enero de 2021, muy pocos en las redes sociales hablábamos de fe, por lo que todo era muy malinterpretado. Con el tiempo, tanto mis amigos como mi familia han llegado a conocer, comprender y aceptar mi trabajo en las redes sociales y me apoyan en mis decisiones».

Por un lado, critica que los alejados de la fe estén anclados en estereotipos y no han intentado ir "más allá" y explorar distintos entornos de fe. Por otro lado, admite que los católicos muchas veces no han sabido transmitir esa fe.

Modelos y ejemplos

En la web FanPage.it habla del interés que el nuevo Papa León XIV despierta entre los jóvenes. "Sentimos curiosidad por él, es atlético, se mueve con soltura y queremos conocerlo. El Jubileo en Roma es importante porque para nosotros, los jóvenes católicos, es un 'refugio seguro'. Estamos aquí por la fe, por la diversión, para pasar una semana a la sombra del Vaticano. Nos sentimos unidos por nuestra fe y comprendidos, libres para ir a misa, rezar el Rosario sin ser juzgados y nutrir nuestro ser interior".

Añade su experiencia: "Yo, que hablo de fe en redes sociales, recibo críticas a diario. Si eres católico, chico o chica, la gente suele tener muchos prejuicios sobre ti. Quienes te juzgan suelen ser adultos: te dicen que eres joven y que vivas la vida al máximo. Pero ser católico, ir a misa y participar en la comunidad eclesial no significa que no vivas una vida feliz".

Cuando le preguntan por sus referentes, menciona al adolescente italiano Carlo Acutis, que murió con 15 años y pronto será canonizado. "Fue el primer verdadero evangelizador digital, el primero en usar internet para hablar de Cristo, así que es mi modelo a seguir para el contenido que creo. Luego, por supuesto, el Papa y también Piergiorgio Frassati", dice refiriéndose al joven de Acción Católica fallecido con 24 años hace un siglo. También Frassati será canonizado pronto. 

Fuente: Religión en Libertad

miércoles, 6 de agosto de 2025

Santo Evangelio 6 de Agosto 2025



 Texto del Evangelio (Lc 9,28-36):

 En aquel tiempo, Jesús tomó consigo a Pedro, Juan y Santiago, y subió al monte a orar. Y sucedió que, mientras oraba, el aspecto de su rostro se mudó, y sus vestidos eran de una blancura fulgurante, y he aquí que conversaban con Él dos hombres, que eran Moisés y Elías; los cuales aparecían en gloria, y hablaban de su partida, que iba a cumplir en Jerusalén.

Pedro y sus compañeros estaban cargados de sueño, pero permanecían despiertos, y vieron su gloria y a los dos hombres que estaban con Él. Y sucedió que, al separarse ellos de Él, dijo Pedro a Jesús: «Maestro, bueno es estarnos aquí. Vamos a hacer tres tiendas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías», sin saber lo que decía. Estaba diciendo estas cosas cuando se formó una nube y los cubrió con su sombra; y al entrar en la nube, se llenaron de temor. Y vino una voz desde la nube, que decía: «Este es mi Hijo, mi Elegido; escuchadle». Y cuando la voz hubo sonado, se encontró Jesús solo. Ellos callaron y, por aquellos días, no dijeron a nadie nada de lo que habían visto.



«Maestro, bueno es estarnos aquí. Vamos a hacer tres tiendas (…)»


Rev. D. Antoni CAROL i Hostench

(Sant Cugat del Vallès, Barcelona, España)

Hoy, meditando la Transfiguración, intuimos la situación del hombre en el Cielo. Lo que más nos interesa es contemplar la espontánea reacción de los “interlocutores terrenales” de esa escena. Una vez más, es Simón Pedro quien toma la palabra: «Maestro, bueno es estarnos aquí» (Lc 9,33). Es maravilloso comprobar que, sólo con ver el Cuerpo de Cristo en estado glorioso, Pedro se siente plenamente feliz: no echa en falta nada más.

«Vamos a hacer tres tiendas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías». La reacción de Pedro muestra el dinamismo más auténtico del amor: él ya no piensa en su propia comodidad; él quiere retener aquella situación de profunda felicidad, procurando el bien de los otros (en este caso, interpretado de una manera muy humana: ¡unas tiendas!). Es la manifestación más clara del verdadero amor: soy feliz porque te hago feliz; soy feliz entregándome a tu felicidad.

Además, es muy revelador el hecho de que Simón reconozca intuitivamente a Moisés y Elías. Pedro, lógicamente, tenía noticia de ellos, pero nunca los había visto (¡habían vivido siglos antes!) y, en cambio, los reconoce inmediatamente (como si los hubiese conocido desde siempre). He ahí una muestra del elevado grado de conocimiento del hombre en el Cielo: al contemplar a Dios “cara a cara”, experimentará una inimaginable ampliación de su saber (una participación mucho más profunda en la Verdad). En fin, «la “divinización” en el otro mundo aportará al espíritu humano una tal “gama de experiencias” de la verdad y del amor, que el hombre nunca habría podido alcanzar en la vida terrena» (San Juan Pablo II).

Finalmente, Simón, sólo con ver a Moisés y a Elías, no solamente los conoce al instante, sino que también los ama inmediatamente (piensa en hacer una tienda para cada uno de ellos). San Pedro, Papa (el primero de la Iglesia), pero pescador, expresa este amor de una manera sencilla; santa Teresa, monja, pero Doctora (de la Iglesia) expresó la lógica del amor de manera profunda: «El contento de contentar al otro excede a mi contento».

Laura Miola, la mamá influencer en silla de ruedas: «Hablo de un Dios cercano», dice

 


Laura Miola, la mamá influencer en silla de ruedas: «Hablo de un Dios cercano», dice

Laura Miola en 2019... en sus redes ha ido contando el nacimiento de sus hijos, sus retos de superación...

La italiana Laura Miola, de 35 años, casada, madre de tres hijos, ha asistido al Jubileo de los Influencers y Misioneros Digitales. A veces la llaman "la mamá influencer de la silla de ruedas". En Instagram tiene casi 150.000 seguidores.

Habla de su vida cotidiana, de la discapacidad, de su familia, de sus viajes, siempre con franqueza y cercanía.

"Cuando empecé a usar silla de ruedas", cuenta Laura a Avvenire, "no era un buen momento. Necesitaba ver a alguien como yo, que estuviera pasando por las mismas dificultades, y observar cómo encaraba la vida, cómo viajaba, se casaba, tenía hijos... esto me ayudó muchísimo. Veinte años después de mis primeros síntomas, me diagnosticaron una neuropatía periférica rara. Para mí, fue como salir de un oscuro túnel de ignorancia, y pensé que mi historia podría serle útil a alguien más".

Con los años, muchas personas le han agradecido sus testimonios, su acompañamiento y su constancia. "Mucha gente se sincera, me agradece y me dice que les he ayudado de alguna manera. Una chica un día me dijo: 'No eres solo una influencer, eres una influencer de positividad', y me gustó mucho esa etiqueta".

"Con mi vida hablo de un Dios cercano", explica.

Nunca oculta su fe. "Espero, a través de mi historia, poder transmitir un mensaje espiritual. Si soy quien soy, es porque Dios me ha transformado, ha sanado mis heridas espirituales y ha llenado mi corazón con la alegría y la paz que solo Él puede dar. Dios nunca me ha soltado la mano, y si la gente me ve y piensa que Dios ha sido duro conmigo por tener una discapacidad, quiero compartir lo increíblemente fiel que ha sido Dios y cómo ha transformado mi vida en algo hermoso, incluso en medio de las dificultades". 


´Laura Miola con su esposo y uno de sus hijos

En el blog Stannah hace 5 años contó más sobre su historia. A los 3 años se supo que tenía una enfermedad neurológica, primero de síntomas leves, después más graves. Durante 20 años no tuvo un diagnóstico claro. La silla de ruedas le daba miedo, pero luego consideró que le daba más libertad de movimientos que las muletas.  

Empezó en Instagram en 2013 por entretenerse y buscando contactos y apoyos: era la edad en que pasaba de estar de pie a estar siempre ya sentada. Y veía personas que hacía de todo en silla de ruedas: viajar, deportes, etc... Ahora es ella la que cuenta sus saltos en paracaídas o sus viajes. 


Laura Miola pasea con la puesta de sol, con su silla de ruedas y el carrito del bebélaura miola

Ella dice que "el único momento en que me siento diferente a los demás es cuando me topo con barreras arquitectónicas". Es un tema por el que milita con constancia, pidiendo más facilidades para el movimiento de ancianos, personas en silla de ruedas y cochecitos de bebé.

Fuente: Religión en libertad

martes, 5 de agosto de 2025

Santo Evangelio 5 de Agosto 2025

 


Texto del Evangelio (Mt 14,22-36):

 En aquellos días, cuando la gente hubo comido, Jesús obligó a los discípulos a subir a la barca y a ir por delante de Él a la otra orilla, mientras Él despedía a la gente. Después de despedir a la gente, subió al monte a solas para orar; al atardecer estaba solo allí.

La barca se hallaba ya distante de la tierra muchos estadios, zarandeada por las olas, pues el viento era contrario. Y a la cuarta vigilia de la noche vino Él hacia ellos, caminando sobre el mar. Los discípulos, viéndole caminar sobre el mar, se turbaron y decían: «Es un fantasma», y de miedo se pusieron a gritar. Pero al instante les habló Jesús diciendo: «¡Ánimo!, que soy yo; no temáis». Pedro le respondió: «Señor, si eres tú, mándame ir donde tú sobre las aguas». «¡Ven!», le dijo. Bajó Pedro de la barca y se puso a caminar sobre las aguas, yendo hacia Jesús. Pero, viendo la violencia del viento, le entró miedo y, como comenzara a hundirse, gritó: «¡Señor, sálvame!». Al punto Jesús, tendiendo la mano, le agarró y le dice: «Hombre de poca fe, ¿por qué dudaste?». Subieron a la barca y amainó el viento. Y los que estaban en la barca se postraron ante él diciendo: «Verdaderamente eres Hijo de Dios».

Terminada la travesía, llegaron a tierra en Genesaret. Los hombres de aquel lugar, apenas le reconocieron, pregonaron la noticia por toda aquella comarca y le presentaron todos los enfermos. Le pedían que tocaran siquiera la orla de su manto; y cuantos la tocaron quedaron salvados.



«Señor, si eres tú, mándame ir donde tú sobre las aguas»


Fray Lluc TORCAL Monje del Monasterio de Sta. Mª de Poblet

(Santa Maria de Poblet, Tarragona, España)

Hoy no veremos a Jesús durmiendo en la barca mientras ésta se hunde, ni calmando la tormenta con una sola palabra increpatoria, suscitando así la admiración de los discípulos (cf. Mt 8,22-23). Pero la acción de hoy no deja de ser menos desconcertante: tanto para los primeros discípulos como para nosotros.

Jesús había obligado a los discípulos a subir a la barca e ir hacia la otra orilla; había despedido a todo el mundo después de haber saciado a la multitud hambrienta y había permanecido Él sólo en la montaña, inmerso profundamente en la oración (cf. Mt 14,22-23). Los discípulos, sin el Maestro, avanzan con dificultades. Fue entonces cuando Jesús se acercó a la barca caminando sobre las aguas.

Como corresponde a personas normales y sensatas, los discípulos se asustan al verle: los hombres no suelen caminar sobre el agua y, por tanto, debían estar viendo un fantasma. Pero se equivocaban: no se trataba de una ilusión, sino que tenían delante suyo al mismo Señor, que les invitaba —como en tantas otras ocasiones— a no tener miedo y a confiar en Él para desvelar en ellos la fe. Esta fe se exige, en primer lugar, a Pedro, quien dijo: «Señor, si eres tú, mándame ir donde tú sobre las aguas» (Mt 14,28). Con esta respuesta, Pedro mostró que la fe consiste en la obediencia a la palabra de Cristo: no dijo «haz que camine sobre las aguas», sino que quería seguir aquello que el mismo y único Señor le mandara para poder creer en la veracidad de las palabras del Maestro.

Sus dudas le hicieron tambalearse en la incipiente fe, pero condujeron a la confesión de los otros discípulos, ahora con el Maestro presente: «Verdaderamente eres Hijo de Dios» (Mt 14,33). «El grupo de aquellos que ya eran apóstoles, pero que todavía no creen, porque vieron que las aguas jugaban bajo los pies del Señor y que en el movimiento agitado de las olas los pasos del Señor eran seguros, (...) creyeron que Jesús era el verdadero Hijo de Dios, confesándolo como tal» (San Ambrosio).

De inspirar la Constitución americana a idear el lema olímpico, 9 «inventos» con el sello dominico


 De inspirar la Constitución americana a idear el lema olímpico, 9 «inventos» con el sello dominico

El fraile dominico Francisco de Vitoria está considerado el padre del Derecho Internacional (Foto: Academia Historia).

Los Dominicos celebraron en 2022 el 800 aniversario de la muerte de su fundador. Considerada una de las órdenes religiosas más importantes y fecundas de la historia de la Iglesia, entre sus lemas más utilizados está: "alabar, bendecir y predicar". Máxima a la que, sin duda, habría que añadir: "inventar". O, al menos, "aportar", elementos clave a lo que hoy conocemos como civilización occidental.

El sistema político estadounidense, el lema de los Juegos Olímpicos modernos, o las propias vestimentas de los Papas, tienen, de algún modo, la patente de este gran trasatlántico llamado Orden de Predicadores. Fundados en el siglo XIII por Santo Domingo de Guzmán, para luchar contra las herejías, los dominicos, vestidos de blanco y negro, han recorrido, y recorren, el mundo llevando un modo bastante singular de transmitir el estudio y la predicación.

El Derecho Internacional de Francisco de Vitoria

En un mundo como el actual, en el que las guerras y los conflictos están a la orden del día, podría entenderse que la diplomacia resulte cada vez más necesaria. Esto mismo pensó, sobre la época que le tocó vivir, el dominico español de origen burgalés Francisco de Vitoria cuando formuló la regulación de las relaciones entre estados y particulares en un ámbito internacional, que hoy todos conocen como Derecho Internacional moderno.

Fundador de la prestigiosa Escuela de Salamanca, la obra de Francisco, nacido en 1485, giró siempre en torno a la dignidad humana, la teología y los aspectos morales de la economía. Sin embargo, serían sus aportaciones jurídicas las que lo convertirían en el gran personaje que hoy en día es. Considerado padre del Derecho Internacional moderno y principal defensor de los derechos de los indios americanos, de Vitoria creó una corriente de pensamiento teológico-jurídico que, todavía hoy, se cultiva.

Preocupado por los derechos de los más indefensos, Francisco de Vitoria participó en el asesoramiento al rey Carlos I sobre la redacción de las Leyes Nuevas de Indias, abogando por la necesidad de respetar los derechos y el buen trato hacia los indígenas. Algunas de las lecciones del fraile dominico que todavía hoy se conservan tratan sobre el homicidio, el matrimonio, la guerra justa, los conflictos originados por la incorporación de territorios americano a la Corona Española y el respeto en las relaciones con los indios.

Fray Didon y el lema de los Juegos Olímpicos

El dominico Louis Henri Didon nació en Francia en 1840 y está considerado como uno de los pioneros del movimiento deportivo internacional y de los Juegos Olímpicos modernos. A los nueve años entró en el pequeño seminario de Rondeau y, tiempo después, se hizo fraile de la Orden de Predicadores. Apasionado al deporte desde su infancia, Didon fue director de un colegio de los dominicos en París donde estableció el deporte como una de las principales prácticas educativas del curso escolar.

Amigo de Pierre de Coubertin (padre de los Juegos Olímpicos modernos), el fraile Didon se convenció gracias a este de la necesidad de integrar el deporte y las actividades formativas en las escuelas religiosas. Para ello, creó en su colegio una asociación deportiva oficial y logró que, en 1891, la escuela participara en su primer evento deportivo. Coubertin era el director de la carrera y el padre Didon hizo bordar en la bandera del colegio, blanca como el hábito dominico, el lema "Citius, Altius, Fortius" (más rápido, más alto, más fuerte), que se convertirá, en 1894, en el lema oficial de los Juegos Olímpicos.

Pero la relación entre los dos entusiastas del deporte no se detendría ahí. El padre Didon y el barón de Coubertin estuvieron juntos de nuevo en 1896 en Atenas para la celebración de los primeros Juegos Olímpicos de la era moderna. Es más, Didon organizó para la ocasión un gran viaje escolar. Defensor de los valores del deporte, el fraile dominico predijo "que los vencedores del fútbol tienen muchas posibilidades de ser los laureados y los intelectuales del mañana". Vinculado al movimiento olímpico desde sus orígenes, Didon llegó a dar un discurso ante el Congreso Olímpico de 1897 que se celebró en Le Havre.




El fraile dominico Didon era un entusiasta del deporte y amigo personal de Coubertin. En el año 1891 bordó en la bandera de su colegio el lema que hoy tienen los Juegos Olímpicos.

Los dominicos y las primeras constituciones de la historia

Cuando Filadelfia adoptó en 1787 la primera constitución de lo que, años después, se convertiría en los Estados Unidos, ya se conocía que el texto había sido inspirado por las ideas de Monstesquieu, Locke o por la carta magna inglesa de 1215. Sin embargo, lo que muchos ignoraban era la importancia de las constituciones dominicas para la democracia representativa americana. Los frailes de la Orden de Predicadores eran libres para elegir a sus superiores, así como a los delegados en el capitulo provincial y general, una separación de poderes que no pasó inadvertida para los padres fundadores.

Tal fue el reconocimiento al modo de organizarse de los dominicos, por parte de la nueva nación, que el 17 de Septiembre de 1787, los protagonistas de la carta magna firmaron dicho documento estando flanqueada a la derecha por una Biblia y a la izquierda por un libro en el que se hallaban los estatutos de los dominicos. A día de hoy, cuando un sucesor de Santo Domingo visita la Casa Blanca es tratado con honores de Jefe de Estado, en agradecimiento por haber inspirado su Constitución.

Sin embargo, esta influencia jurídica dominica no se limitó a territorio americano. Según se puede leer en la propia web de la orden, sus constituciones llegaron a ser estudiadas por el arzobispo de Canterbury, en el siglo XIII, que las tomó como modelo para la Convocatoria (Sínodo) de la Iglesia de Inglaterra. Cuando la Inglaterra de la Edad Media se esforzó en proyectar la Cámara de los Comunes como futuro Parlamento (frecuentemente llamado "madre" de todos los parlamentos), se tomó el modelo de la Convocatoria. Y así fue como las constituciones de los dominicos contribuyeron a la formación de uno de los primeros parlamentos de Europa.




Durante su firma, en Filadelfia, el 17 de septiembre de 1787, la Constitución americana estuvo flanqueada por una Biblia y por las constituciones dominicas (Foto: Wikipedia).

Los frailes "jacobinos" del convento dominico de París

Si hay una historia curiosa sobre cómo se originó el nombre de uno de los grupos más terribles de la Revolución Francesa es la siguiente. En la primavera de 1789, un puñado de representantes del Tercer Estado, en la Asamblea de los Estados Generales, empezaron a reunirse en lo que sería conocido como el "Club Bretón", un foro de debate y reflexión en torno a las quejas que tenía el pueblo y a la preparación de los debates en la Asamblea. Pronto se les unirían personajes como Mirabeau, o el sanguinario Robespierre.

Una vez formada la Asamblea Constituyente, este grupo cambió su nombre por el de "Société des Amis de la Constitution" (Sociedad de los Amigos de la Constitución) y se mudó, en octubre de 1789, a un antiguo convento dominico situado en la calle Saint-Jacques de París. Todo un símbolo para la Orden de Predicadores en Francia, gracias al cual los propios franceses se referirían a sus frailes como los "jacobinos". De los frailes "jacobinos" se iba a pasar a los "jacobinos" revolucionarios.

En el convento de la calle Santiago, fundado a principios del siglo XIII, se empezarían a reunir hasta 200 diputados de diversas tendencias y se convertiría en centro de creación de ideas y motor intelectual de las acciones emprendidas por la Revolución. Una influencia que llegaría a tener un alcance nacional gracias a las sociedades afines diseminadas por todo el país. La red creada en el convento de los frailes "jacobinos" de París llegó a tener 2000 sociedades provinciales afiliadas apenas tres años después de su creación.

La monja Stimson y el descubrimiento del ADN

En 1962, el mundo se rendía a las investigaciones de James Watson y Francis Crick, que recibían el Premio Nobel de Medicina por el que fue uno de los grandes descubrimientos del siglo XX y que supuso un avance para la ciencia: la estructura del ADN. Estos científicos consiguieron descubrir la estructura de doble hélice, modelo del ADN que conocemos en este momento. Pero esto fue posible gracias al trabajo de científicos como Miriam Michael Stimson (1913-2002), monja dominica y una de las más eminentes investigadoras y profesoras de su época.

Stimson fue la segunda mujer invitada a dar una conferencia en 1951 en la Universidad de la Sorbona de París tras Marie Curie, y desarrolló su vida entre el convento y la Siena Heigths University, donde tenía su laboratorio. Desde joven ya era un referente en su ámbito, aunque era mirada con recelo por su condición de mujer y monja. En 1945, la revista Nature publicó sus investigaciones sobre los rayos ultravioletas, sus estudios sobre cromatología y el origen de la células cancerosas. Desde entonces, sus trabajos fueron publicados con asiduidad en distintas publicaciones científicas.




El trabajo de Stimson fue clave para descubrir el ADN y para el desarrollo de tratamientos contra el cáncer. Está considerada una de las más grandes investigadoras de su época.

Sin embargo, fue en los años 50 cuando su principal descubrimiento tuvo más relevancia. La dominica utilizó bromuro de potasio para desarrollar con éxito un método químico que afirmaba la estructura de las bases de ADN y de la doble hélice misma. Su investigación contra el cáncer facilitó mucho la lucha contra este enfermedad y así se pudieron ir desarrollando técnicas como la quimioterapia. "El espíritu dominico de la búsqueda de la verdad era algo muy importante para ella, porque al llegar a conocer la verdad sabemos más acerca de Dios", dijo la hermana Sharon, compañera suya, cuando murió.

Una ciudad, ¡y hasta un país!, en honor a los dominicos

Tener un país, y su capital, nombrados en honor a la historia de tu propia orden es algo que solo los dominicos han conseguido lograr a lo largo y ancho del mundo. Cuando Bartolomé Colón, hermano de Cristobal, fundó a finales del siglo XV la primera ciudad española de América, sabía muy bien cómo debía llamarse. Un domingo de la semana, en la festividad de Santo Domingo de Guzmán, y siendo hijo de un padre llamado Domingo, fueron razones suficientes para nombrar como Santo Domingo a la capital de la que sería más tarde la República Dominicana.

La presencia de la propia orden en los orígenes del descubrimiento de América tuvo, también, mucha importancia a la hora de hacer estos nombramientos. Fue la Orden de Predicadores, precisamente, la que fundó en Santo Domingo, en 1538, la que es considerada la universidad más antigua de América. El 27 de febrero de 1844, cuando los dominicanos lograron separarse de Haití, denominaron a su nueva nación con el nombre de República Dominicana, en reconocimiento a lo padres dominicos. por su contribución a la defensa de los derechos de los indígenas y al desarrollo de la educación.




El Papa Pío V decidió que seguiría vistiendo de fraile dominico durante su pontificado.

El hábito "dominico" de los papas, el Rosario y el Vía Crucis

No todos los aportes de los dominicos se circunscriben al ámbito más cultural de la sociedad, el legado en lo religioso resulta, también, realmente sorprendente. Si hay algo llamativo es descubrir cómo hasta el mismo Papa va vestido, en realidad, de fraile dominico. Fue Antonio Michele Ghislieri, elegido Pontífice en 1566, con el nombre de Pío V, el que decidió no renunciar a su hábito blanco dominico y dio comienzo, sin querer, a esta ya larga tradición. Antes de él, los papas solían vestirse como lo hacían los cardenales.

Uno de los instrumentos devocionales más utilizados por los católicos es, sin duda, el Rosario. Un método de oración que, también, guarda especial relación con los dominicos. Introducido en la Iglesia por el propio fundador de la Orden de Predicadores, cuenta la tradición, que la Virgen se le apareció a Santo Domingo y le reveló la devoción del Rosario como un arma eficaz contra los herejes. Tiempo después nacería la advocación a Nuestra Señora del Rosario, tan importante para los dominicos. Los frailes y monjas dominicas llevan en su hábito el santo Rosario atado al cinturón.

Por último, y no menos importante, entre los aportes dominicos al fomento de la fe, se encontraría el Vía Crucis. Al beato Álvaro de Córdoba, fraile dominico natural de Zamora, nacido en el siglo XIV, el paisaje de su convento cordobés le recordaba a la topografía de Jerusalén, y decidió construir diferentes oratorios proponiendo la meditación de la Pasión. Se le suele representar con el hábito dominico y sosteniendo a un mendigo. Cuenta la tradición que un día se encontró a un pobre, lo cargó y lo llevó al convento. Llamando a sus hermanos les dijo: "aquí traigo este mendigo, para que practiquemos con él la misericordia". Al destaparlo, el mendigo era una imagen de Cristo crucificado.

Fuente: Religión en Libertad

lunes, 4 de agosto de 2025

Santo Evangelio 4 de agosto 2025

 


Texto del Evangelio (Mt 14,13-21):

 En aquel tiempo, cuando Jesús recibió la noticia de la muerte de Juan Bautista, se retiró de allí en una barca, aparte, a un lugar solitario. En cuanto lo supieron las gentes, salieron tras Él viniendo a pie de las ciudades. Al desembarcar, vio mucha gente, sintió compasión de ellos y curó a sus enfermos.

Al atardecer se le acercaron los discípulos diciendo: «El lugar está deshabitado, y la hora es ya pasada. Despide, pues, a la gente, para que vayan a los pueblos y se compren comida». Mas Jesús les dijo: «No tienen por qué marcharse; dadles vosotros de comer». Dícenle ellos: «No tenemos aquí más que cinco panes y dos peces». Él dijo: «Traédmelos acá».

Y ordenó a la gente reclinarse sobre la hierba; tomó luego los cinco panes y los dos peces, y levantando los ojos al cielo, pronunció la bendición y, partiendo los panes, se los dio a los discípulos y los discípulos a la gente. Comieron todos y se saciaron, y recogieron de los trozos sobrantes doce canastos llenos. Y los que habían comido eran unos cinco mil hombres, sin contar mujeres y niños.



«Levantando los ojos al cielo...»


Rev. D. Xavier ROMERO i Galdeano

(Cervera, Lleida, España)

Hoy, el Evangelio toca nuestros “bolsillos mentales”... Por esto, como en tiempos de Jesús, pueden aparecer las voces de los prudentes para sopesar si vale la pena tal asunto. Los discípulos, al ver que se hacía tarde y que no sabían cómo atender a aquel gentío reunido en torno a Jesús, encuentran una salida airosa: «Que vayan a los pueblos y se compren comida» (Mt 14,15). Poco se esperaban que su Maestro y Señor les fuera a romper este razonamiento tan prudente, diciéndoles: «Dadles vosotros de comer» (Mt 14,16).

Un dicho popular dice: «Quien deja a Dios fuera de sus cuentas, no sabe contar». Y es cierto, los discípulos —nosotros tampoco— no sabemos contar, porque olvidamos frecuentemente el sumando de mayor importancia: Dios mismo entre nosotros.

Los discípulos realizaron bien las cuentas; contaron con exactitud el número de panes y de peces, pero al dividirlos mentalmente entre tanta gente, les salía casi un cero periódico; por eso optaron por el realismo prudente: «No tenemos aquí más que cinco panes y dos peces» (Mt 14,17). ¡No se percatan de que tienen a Jesús —verdadero Dios y verdadero hombre— entre ellos!

Parafraseando a san Josemaría, no nos iría mal recordar aquí que: «En las empresas de apostolado, está bien —es un deber— que consideres tus medios terrenos (2 + 2 = 4), pero no olvides ¡nunca! que has de contar, por fortuna, con otro sumando: Dios + 2 + 2...». El optimismo cristiano no se fundamenta en la ausencia de dificultades, de resistencias y de errores personales, sino en Dios que nos dice: «He aquí que yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo» (Mt 28,20).

Sería bueno que tú y yo, ante las dificultades, antes de dar una sentencia de muerte a la audacia y al optimismo del espíritu cristiano, contemos con Dios. Ojalá que podamos decir con san Francisco aquella genial oración: «Allí donde haya odio que yo ponga amor»; es decir, allí donde no salgan las cuentas, que cuente con Dios.