Muere Cari Goyanes: un retiro de Emaús, el fin de semana que cambió su vida y su matrimonio
Cari Goyanes.
Cari Goyanes era empresaria y miembro de una de las familias habituales de la prensa rosa.
[Este lunes 26 de agosto de 2024 ha muerto repentinamente a los 46 años de edad la empresaria Cari Goyanes, hija de los populares Cari Lapique y Carlos Goyanes, fallecido asimismo hace unos días, el 7 de agosto. Cari estaba casada desde hace 16 años con Antonio Matos, con quien tenía dos hijos, Pedro y Cari, de 13 y 10 años, respectivamente. Con este motivo recuperamos, con mínimas adaptaciones, el artículo publicado en ReL cuando Cari ofreció su testimonio de conversión en un retiro de Emaús.]
La familia Goyanes es una de las habituales de las revistas del corazón y de las más conocidas de la sociedad madrileña. Cari Goyanes, hija del célebre productor musical Carlos Goyanes y de Cari Lapique, contó públicamente cómo un Retiro de Emaús cambió su vida, ordenó sus prioridades y le quitó los numerosos miedos que la llevaban a la ansiedad. Y esto repercutió enormemente en ella, pero también en su matrimonio y en la relación con sus dos hijos.
Licenciada en Derecho, Cari decidió dedicar su vida profesional a los eventos y dirigía una empresa de catering. En una entrevista en Mater Mundi TV, relató que siendo niña iba a un colegio de monjas, porque su familia era católica. Sin embargo, explica que “todo era superficial” pues la enseñaron la imagen de un Dios castigador, y aunque creía en Dios “realmente no lo sentía en ningún momento”.
Una vida alejada de Dios
Así fue creciendo, con una adolescencia normal pero sin que Dios estuviera en su corazón. “No sentía la presencia de Dios y de la Virgen a mi lado”, cuenta.
El testimonio de Cari Goyanes en Mater Mundi TV.
Cari Goyanes se casó y tuvo dos hijos. Fue precisamente con el nacimiento de la pequeña cuando comenzó a sentir un “miedo horrible”. Temía enormemente que algunas de las patas que sustentaban su vida, ya fuera su familia, amigos, su activa vida social o su casa, se viniera abajo. “Como me falle algo de esto, ¿qué hago?”, es la pregunta que se repetía.
“Me entró pánico a la pérdida, y me volví un poco loca. No dejaba hacer nada a mis hijos, y el miedo se convirtió en ansiedad”, cuenta.
El miedo, la ansiedad...
Su vida iba a toda velocidad mientras el miedo la atenazaba. Para intentar no pensar en ello acabó refugiándose totalmente en el trabajo. Recuerda que “me volví súper exigente con los niños, tenían que ser los mejores, y mi marido era siempre el que pagaba el pato”.
Al final fue su esposo el que le dijo que tenía que poner freno, porque algo estaba pasando en ella. Su solución entonces no pasó por Dios. “Hice 25.000 cursos de mindfulness, de yoga, de todo… pero nada de eso me servía, seguía con la misma ansiedad, nervios, estrés, gritos. Tenía un matrimonio vacío. Llegaba a casa y me ponía a trabajar o a ver una serie para no pensar…”, afirma.
La propuesta para ir al retiro
Entonces un amigo suyo le habló de los retiros de Emaús. La primera reacción de Cari Goyanes fue pensar que aquel amigo estaba loco con aquella propuesta. Dios no entraba en la ecuación de su vida en aquel momento, como no lo había estado en los momentos más importantes, aunque fueran ceremonias religiosas como su boda, o los bautizos de sus hijos. Sus pensamientos iban a los vestidos, fiestas, etc… Pensaba en todo menos en el sacramento.
Sin embargo, en su mente se quedó aquello del retiro de Emaús. Además, otras personas le decían que este retiro de fin de semana había cambiado la vida a tal o cual persona. Al final, aunque con muchos reparos, acabó yendo a uno de ellos.
Una portada de '¡Hola!' en la que Cari aparece con sus hijos.
“Se quedó en mi una semilla, y empecé a ir a las reuniones, a todo lo que podía, y mi vida empezó a cambiar muy poquito a poco. Veía que era otra persona, lo veían mis padres, mi marido”, contró tras asistir a ese retiro en 2017.
Aceptar la voluntad de Dios
Aquel encuentro con Dios, confiesa Cari Goyanes, “me quitó ese miedo, y además bastante rápidamente. Luego empecé a priorizar lo importante. Antes con cosas del trabajo me hundía al minuto, o si peleaba con mi marido lo ponía todo en jaque”.
Pide todos los días tener fe y aceptar la voluntad de Dios. Resalta la importancia de “creer en los tiempos de Dios. Las cosas en la vida te van a pasar, a todos nos pasan. Hay que saber afrontarlo sin ese miedo o esa tristeza, a dejar de preguntarme por qué pasan las cosas sino en para qué”.
Cari confesó a Mater Mundi TV que el mayor cambio tras este fuerte encuentro fue con su marido. “Ahora sí está Dios en nuestro matrimonio”, confiesa. En el pasado, explica, “yo justificaba en lo que fallaba, tanto en el trabajo como en el matrimonio, y la culpa era siempre del otro o justificaba mi comportamiento”.
Cari, a la izquierda de la foto, junto a su hermana Carla y su madre.Cari, a la izquierda de la foto, junto a su hermana Carla y su madre.
Muchísimo más feliz
Fue así como conoció la importancia de “pedir perdón y de saber perdonar”. “Hablo mucho de mi matrimonio porque antes era un desastre y ahora es donde que más se ha dado el cambio”, insistía en la entrevista, asegurando que a su esposo ya no lo veía como la persona que está a su lado sino “con la que quiero recorrer mi camino hasta la otra vida”.
Admitía que desde entonces era “muchísimo más feliz”. Por ello, recomendaba los retiros de Emaús a todo el mundo, pues “es una experiencia distinta, un punto de inflexión en la vida de todo el mundo”. De hecho, afirma que no conoce a nadie que diga que no le ha servido para nada ir a uno de estos retiros.
Este despertar en la fe le dio más energía. Fue a Medjugorje y descubrió el gran poder de la Eucaristía. Incluso hizo la alianza de Schoenstatt con la Virgen. “Pido al Espíritu Santo que me guíe para las decisiones importantes, para tomar buenas decisiones, y para pensar correctamente”, concluía Cari Goyanes.
Publicado en ReL el 30 de octubre de 2018 y actualizado tras el fallecimiento de Cari Goyanes.
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