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jueves, 30 de julio de 2020

La eutanasia implica listas negras, pendiente peligrosa, menos ciencia, miedo al médico...

Manuel Martínez-Sellés da argumentos contra la eutanasia

La eutanasia implica listas negras, pendiente peligrosa, menos ciencia, miedo al médico...

Manuel Martínez-Sellés da argumentos contra la eutanasia


En una detallada entrevista en El Debate de Hoy, el doctor Manuel Martínez-Sellés ha analizado los peligros de aceptar leyes eutanásicos y cómo lo que se pide aceptar para casos extremos va a crear una cultura de la eliminación del enfermo.

Sellés es catedrático de Medicina y jefe de Sección de Cardiología del Hospital Gregorio Marañón de Madrid. Ha sido presidente de la Sección de Cardiología Geriátrica de la Sociedad Española de Cardiología. Como muchos médicos que tienen un contacto cotidiano con el misterio del dolor, la ancianidad, la enfermedad y la fragilidad del hombre, es consciente de que estos temas deben abordarse con la cabeza fría y un corazón humano y sereno.

Señala que "la ley es particularmente agresiva para los médicos, porque es de cumplimiento obligatorio, salvo que uno se inscriba en un listado de objeción de conciencia. Habrá como una lista negra que tampoco sabemos las implicaciones que tendrá".

Recuerda que la Asociación Médica Mundial se pronunció de forma clara y reiterativa, en octubre de 2019, afirmando que tanto la eutanasia como el suicidio médicamente asistido son inaceptables, y que de hecho es ilegal en casi todos los países del mundo, con contadas excepciones. "La enorme mayoría de los médicos, pese a algunas campañas y encuestas sesgadas que se han intentado hacer, es contraria a la eutanasia", afirma.

La propuesta que desde el 11 de febrero estudia en el Congreso de los Diputados aprobar la eutanasia en España es, en su opinión, "particularmente cruel, porque se aprueba la eutanasia en España cuando no tenemos suficientemente desarrollados los cuidados paliativos".

 

 España: muy atrasada en cuidados paliativos

Recuerda que España tiene un gran déficit en cuidados paliativos, los que atienden al enfermo en fase crónica y terminal. "El año pasado se publicó el último Atlas de Cuidados Paliativos, que recomienda que haya 2 servicios por cada 100.000 mil habitantes. España tiene 0,6, o sea, tenemos un déficit muy importante. En vez de intentar potenciar unidades de cuidados paliativos, lo que se hace es matar a los pacientes que están en una situación avanzada", denuncia.

De hecho, añade, "España es de los pocos países europeos que no tienen una especialidad médica oficial en cuidados paliativos". Y afirma: "Lamentablemente, en España la gente en su mayoría muere en los hospitales y, de hecho, esta tendencia está aumentando, cosa que no sucede en otros países, como Estados Unidos. Los expertos dicen que lo ideal es morir en casa, aunque es verdad que a veces hay situaciones clínicas en las que puede resultar difícil".

"Los médicos sabemos que cuando un paciente pide eutanasia, en realidad, está pidiendo otra cosa: que le controlemos los síntomas, que estemos más pendientes de él, que la familia esté más encima, que reciba cariño y mejores cuidados. De hecho, justo los médicos que más peticiones de eutanasia reciben, que son los oncólogos, los paliativistas, son los más contrarios a ella", detalla.

Pendiente resbaladiza: eutanasia a quien no la pide

Sellés recuerda que la eutanasia se ha descontrolado allí donde lleva años aplicándose. "En Holanda se está aplicando eutanasia a niños con discapacidad, a ancianos con Alzheimer… es decir, a pacientes que por su misma situación clínica ni siquiera la pueden pedir. De hecho, hay un proyecto de ley, que quizá se apruebe este año, que establece que los mayores de 70 años podrán ir con su DNI a la farmacia y les proporcionarán una píldora letal, incluso aunque no tengan ninguna enfermedad. Esto viene a mostrarnos hasta qué punto se puede llegar con esta «pendiente resbaladiza", advierte.

Con la eutanasia, habrá menos investigación científica

"Lo que parece absurdo es que, cuando más ha avanzado la medicina, cuando somos más capaces de controlar los síntomas de nuestros pacientes, en vez de potenciar los cuidados paliativos lo que se hace es aprobar una ley que va a matarlos", añade. "Y, por supuesto, es una ley que va a tener efectos perniciosos, porque ¿quién va a destinar ahora recursos a los cuidados paliativos o a investigar enfermedades como el Alzheimer si al final lo que vamos a hacer es ir matando a los pacientes? La aprobación de esta ley va a tener muchas consecuencias".

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La eutanasia genera desconfianza hacia el médico

"Hay casos de ancianos que no quieren quedarse en las residencias de Holanda por miedo a que los maten y se van a las cercanas a la frontera. Es muy triste. Si aquí, en España, en una residencia de ancianos hay un médico, se ve como algo positivo. En Holanda cambia este concepto y por eso se produce una quiebra de la relación de confianza médico-paciente, ya que se ve al médico de una forma distinta. En cierta manera, la eutanasia mancha a toda la profesión médica", previene.

Pone otro ejemplo. "Cuando uno va al hospital, lo que espera es que lo que le hagan sea para su bien. Si un hijo le dice a su padre: “Oye, papá, vamos al hospital que estás enfermo”, hoy día la implicación que eso tiene es que el hijo quiere el bien de su padre. Pero si eso pasa dentro de unos meses, a lo mejor el padre sale corriendo por la otra puerta, porque desconoce qué implicaciones puede tener".

Existe la sedación, la eutanasia es innecesaria

"Hoy día, incluso en las situaciones más avanzadas, la medicina tiene forma de controlar los síntomas de dolor, falta de aire, náuseas… Y para aquellas pocas personas que se encuentran en situaciones en las que eso no es posible, existe la alternativa de la sedación paliativa", explica el doctor.

"Consistiría en emplear sedantes, analgésicos, a unas dosis que pueden hacer que el paciente pierda el conocimiento, bien de forma transitoria o bien de forma permanente hasta la muerte, pero no se hace con el objetivo de matarlo. La sedación paliativa ha de comunicarse al paciente y debe estar de acuerdo en recibirla. Si el paciente ya no se encuentra en una situación en la que puede dar su consentimiento, se comunica a su familia. Es una alternativa que podemos utilizar y utilizamos. Mi experiencia en estos casos es que muchas veces la situación clínica del paciente, sorprendentemente, mejora, pero en algunos pocos casos puede suceder que empeore tanto que el paciente muera. Pero no lo hacemos con esa intención. La intención es la clave".

Cómo crear una nueva clase médica pro-eutanasia

No bastaría con aprobar la eutanasia: una vez aprobada, hay que formar y premiar a los médicos que la practiquen y castigar y apartar a los médicos que la critiquen por ser una práctica inmoral y cruel.

"Yo estudié en la Universidad Complutense de Madrid. Cuando acabamos la carrera, hicimos el juramento hipocrático, que explícitamente condena la eutanasia. El año pasado, en este mismo centro se votaron en clase distintas opciones de juramento y justo salió la más descafeinada. Aunque me preocupa algo la situación actual, creo que tanto la formación ética en las facultades de Medicina como la asistencia a nivel hospitalario en España son muy buenas. Lo que me inquieta es el futuro. Si el Gobierno tiene este empeño, a través del Ministerio de Sanidad y también del de Educación y Universidades se pueden cambiar los planes de estudio. En poco tiempo, podemos crear generaciones de médicos que no solo no sean conscientes de que la eutanasia es un grave atentado contra la profesión, sino que incluso la vean como algo positivo", advierte.

Habrá listas negras: las de los médicos que defienden la vida y el "no matarás".

"Sorprende que quien se tenga que inscribir sea quien quiera practicar la medicina de forma adecuada. Es decir, en vez de tener que inscribirse el que quiera matar a los pacientes, debe hacerlo quien no quiere matarlos. El hecho de que exijan un registro es porque puede tener implicaciones. Si no, no se exigiría. En medicina hay mucha precariedad laboral, muchos compañeros firman contratos cada seis meses. El hecho de inscribirte en un registro que dice que tienes una opinión contraria a los dictámenes del Gobierno es evidente que puede tener repercusiones. En cuanto esté disponible este registro, seré el primero en inscribirme. Yo tengo la suerte de tener una plaza fija, pero es indudable el temor a que eso pueda tener consecuencias a nivel laboral. No hay ninguna duda".

Fuente: Religión en Libertad


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