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sábado, 3 de diciembre de 2016

Era vagabundo pero su funeral fue multitudinario y al detalle: su sonrisa había ayudado a muchos


Era vagabundo pero su funeral fue multitudinario y al detalle: su sonrisa había ayudado a muchos

Thomas tuvo el funeral que nadie imaginó que podría tener


Una sonrisa. Un gesto amable. Estos dos pequeños gestos pueden cambiar el mundo, un mundo cada vez más frenético, individualista y egoísta. Esto es lo que hacía cada día Thomas Hooker Myron, un vagabundo que vivía en las calles de San Francisco junto a la parroquia de Estrella del Mar desde hacía más de 20 años.

Este hombre que para muchos no era más que parte del mobiliario urbano pasó desapercibido para unos, resultó molesto para otros pues mostraba que la miseria existe aunque también a otros tantos les fue marcando poco a poco sin que fueran conscientes.

Y esto último ha quedado de manifiesto ahora que Thomas ha muerto. Un vagabundo que estaba sólo ha tenido el funeral por todo lo alto y al que no faltó ningún detalla, algo que muchos no tienen pese a haber vivido supuestamente acompañados.

El empeño del sacerdote para que Thomas tuviera un buen entierro
Cientos de personas acudieron a un multitudinario funeral que lo tuvo todo, música, lágrimas y también risas recordando a este hombre que sin quererlo ha marcado a una comunidad y a un vecindario.


Thomas siempre estaba cerca de la iglesia Estrella del Mar de San Francisco

Este homenaje se ha podido dar gracias al empeño del sacerdote de esta parroquia, Joseph Illo. Este religioso definió a Thomas Hooker Myron como “una especie de santo patrón de las personas sin hogar” y recuerda que este hombre se había hecho querer por la comunidad parroquial y por los vecinos por su espíritu gentil. Cada día se le podía ver rezando en el último banco de la iglesia.

“El significado de quedarse sin hogar va más allá de no tener refugio o carecer de una familia. Uno es un sin techo también cuando siente que no pertenece a ninguna parte”, afirma este sacerdote a Catholic San Francisco. Y por ello, considera que “muchos de nosotros que vivimos en un mayor confort somos personas más sin hogar de lo que era Thomas, él tenía una casa con nosotros”.

Todo el mundo colaboró para que el funeral pudiera ser por todo lo alto
Todos se volcaron con este sin techo que llevaba años en San Francisco. El padre Illon reclamó el cuerpo y preparó un funeral y un homenaje posterior. Una empresa local se ofreció a donar un ataúd y preparó el cuerpo para el entierro y unos músicos quisieron tocar una colección especial para él durante la misa. Ahora descansa bajo una lápida en el cementerio de la Santa Cruz. Vivió con dignidad pese a vivir en la calle y la comunidad se lo devolvió con esa misma dignidad.

Cientos de personas, ya fueran feligreses de la parroquia, vecinos, comerciantes del barrio y viandantes que se cruzaban cada día con él provocaron que fuera finalmente una misa multitudinaria. Y en vez de flores, los asistentes llevaron alimentos no perecederos para ayudar al programa contra la pobreza de la parroquia.

Tras el funeral hubo un acto en el gimnasio de la escuela parroquial que también tuvo como protagonista a este sin techo. “Thomas tenía un don para amar generosamente y sin condiciones”, dijo uno de los oradores, que añadió que “él trajo a nuestra comunidad algo raro y especial".
Era vagabundo pero su funeral fue multitudinario y al detalle: su sonrisa había ayudado a muchos

Cientos de personas quisieron despedir al hombre de la eterna sonrisa

Las anécdotas de tantas personas con él
Otro de los presentes no podía parar de llorar al ver la multitud que se había congregado para honrar a Thomas, aunque luego se convirtieron en risas cuando confesó que a menudo le daba su dinero a él en vez de a la Iglesia.

También presentes estaban Mar Arnold y Jean Low, que durante estos veinte años han estado llevando comida a Thomas y fueron los que se percataron de que había muerto. “Thomas era una alma amable y simpático, siempre tenía una sonrisa en su rostro, siempre tenía algo amable que decirte, dijo Arnold.

Hay muchos Thomas en el mundo con los que aplicar el Evangelio
Además, indicó a los presentes que existen miles de Thomas por las calles y recordó a Jesús cuando dijo que “cuando tuve sed y me distéis de beber, tuve hambre y me distéis de comer, cuando tenía frío y me vestisteis. Cualquier cosa que hagas por los demás, la haces por el Señor nuestro Dios”.

Para concluir el homenaje se proyectó el documental Voces, centrado en la enfermedad mental y en la que el propio Thomas era uno de los tres protagonistas. "Sufro mucho, ya sabes, pero cuando se sufre  hay que saber también ser amable", decía este hombre en aquel vídeo, lo que emocionó aún más a los presentes.

La cercanía del Papa con los pobres y los excluidos
El Papa Francisco está también muy concienciado en dar visibilidad a los excluidos y pobres, dándoles la dignidad que merecen. De hecho, en el marco del Año de la Misericordia el Santo Padre convocó precisamente un Jubileo de los Pobres y miles de personas sin recursos de todo el mundo fueron al Vaticano a encontrarse con el Papa. 


"Les pido perdón en nombre de los cristianos que no leen los evangelios y encuentran la pobreza en el centro de ellos. Les pido perdón en nombre de los cristianos que ante un pobre o una situación de pobreza, miran hacia otro lado", les dijo en esa jornada. Y explicó que el perdón de estas personas "será para los hombres de Iglesia y para los hombres en general como agua bendita y que nos limpiará para ayudarnos a volver a creer que en el corazón del evangelio está la pobreza".

Además, la cosa no ha quedado ahí y en la Carta Apostólica Misericordia et Misera publicada tras el año jubilar ha fijado el domingo anterior a la fiesta de Cristo Rey como la Jornada de los Pobres. "Será la preparación más adecuada para vivir la solemnidad de Jesucristo, Rey del Universo, el cual se ha identificado con los pequeños y los pobres, y nos juzgará a partir de las obras de misericordia", explica el Papa en el texto.

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