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jueves, 20 de diciembre de 2012

QUIERO HABLARTE DE MIS ALMAS PREFERIDAS


QUIERO HABLARTE DE MIS ALMAS PREFERIDAS



         Hoy es un día grande. Es el día de la intimidad de Dios, de lo que Somos, y somos Trinidad. Tres Personas, Padre, Hijo y Espíritu Santo, y un solo Dios. Puede que esto te parezca un poco difícil de entender, y hasta es posible que lo consideres intrascendente. Para Ti basta con que Dios sea el Señor. Pero es muy importante. Dios es Amor, y el amor necesita amar y ser amado. Para que haya amor se necesita la alteridad, el otro y el yo. Somos eternamente una Familia que vive el amor más puro y más sublime. Ya te hablé un día del cielo, pues eso es precisamente el cielo, un amor que no se acaba nunca, como el fuego de la zarza que vio Moisés en el Monte Sinaí.

         Párate un poco y piensa en Nosotros. Reza el Padrenuestro despacio, y habla conmigo y con el Espíritu. Pero más bien contempla y calla. Deja que Nosotros tomemos posesión de tu interior. Ya sabes que tú estas llamado a ser Templo y Sagrario de la Santísima Trinidad. Deja la puerta del alma abierta, que hoy queremos estar contigo.

         Y esto es lo que hacen las almas contemplativas: estar abiertas a Dios, cogerse siempre a esa mano que le tendemos para caminar juntos por la vida. Muchos no entienden a las almas contemplativas que viven sólo para orar y contemplar. Y el que no entienda este estilo de vida no puede comprender el cielo. Porque en eso consiste el cielo. ¡Qué alegría sentimos cuando escuchamos los cantos angelicales de esas comunidades de almas enamoradas que nos dirigen sus alabanzas! O esas otras varoniles que llenan el templo con la salmodia gregoriana. Te lo digo en serio: si Yo pudiera llorar lo haría en esos momentos. Pero en el cielo no se llora, aunque el Amor sufra la falta de amor que hay en la tierra.  Si muchos se juntan para hacer el mal, ¿por qué os extrañáis tanto que otros se juntes de por vida para hacer el bien?

         Yo te invito a que vayas algún día a un monasterio de clausura y te unas a la oración que desde allí se dirige directamente al cielo. Ellos y ellas son nuestro consuelo divino. Y con ellos todos los que convivimos juntos en este ambiente glorioso. Hace falta valentía para dar la vida en una entrega total y sin retorno. No retornan al mundo los que de verdad están enamorados en exclusiva de Dios, y ya no echan de menos nada. Dios les basta. Solo las almas delicadas pueden captar la hermosura de la ofrenda de una vida en vida. Está muy bien ofrecer el espíritu en la hora de la muerte. Pero ofrecer la vida en plena juventud es algo que no se puede explicar con palabras. No lo comprende casi nadie. Pero yo quiero que tú lo comprendas. Y que hoy, recordando a la Santísima Trinidad reces por esos hermanos y hermanas que han ofrecido la vida por ti y por Mí. Y si puedes, dales las gracias, aunque no lo necesitan. Pero para ellos es bueno saber que el mundo tiene necesidad de todo eso que hacen, porque a veces la tentación puede sembrar la duda. El demonio no se queda quieto nunca.

         Las almas contemplativas necesitan también tu oración y tu amistad. Y quién sabe si también tu ayuda material. Sé de muchos monasterios que tienen lo justo para ir pasando. Y les falta lo necesario para mantener en pie la casa. Y allí están, cuando podían gozar, como tú, de algo mejor en el mundo. Pero no, no hay nada mejor que la pobreza, la obediencia y la castidad. La donación total es la fuente de la felicidad. ¿Conoces algún monasterio? Corre y llévales tu saludo, y algún detalle. Ellos y ellas también tienen corazón. O al menos puedes mandarle una carta bonita en donde le manifiestes tu agradecimiento. Seguro que les hará mucho bien.

         Hoy el Cielo está pendiente de esas comunidades repartidas por todo el mundo. Escucha atentamente sus cantos y sus risas. Y nos unimos a su alegría enviándoles la Gracia que necesitan para decir todos los días SI a su vocación. Estoy seguro que a partir de ahora vas a valorar más a tus hermanos y hermanas contemplativos, y te vas a sentir agradecido y obligado a prestarles tu ayuda. Te lo agradecemos de verdad. Con todo el Corazón divino, un abrazo de tu Amigo  



 Jesús


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