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jueves, 28 de febrero de 2019

Santo Evangelio 28 de Febrero 2019



Día litúrgico: Jueves VII del tiempo ordinario

Texto del Evangelio (Mc 9,41-50): 

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Todo aquel que os dé de beber un vaso de agua por el hecho de que sois de Cristo, os aseguro que no perderá su recompensa. Y al que escandalice a uno de estos pequeños que creen, mejor le es que le pongan al cuello una de esas piedras de molino que mueven los asnos y que le echen al mar. Y si tu mano te es ocasión de pecado, córtatela. Más vale que entres manco en la Vida que, con las dos manos, ir a la gehenna, al fuego que no se apaga. Y si tu pie te es ocasión de pecado, córtatelo. Más vale que entres cojo en la Vida que, con los dos pies, ser arrojado a la gehenna. Y si tu ojo te es ocasión de pecado, sácatelo. Más vale que entres con un solo ojo en el Reino de Dios que, con los dos ojos, ser arrojado a la gehenna, donde su gusano no muere y el fuego no se apaga; pues todos han de ser salados con fuego. Buena es la sal; mas si la sal se vuelve insípida, ¿con qué la sazonaréis? Tened sal en vosotros y tened paz unos con otros».


«Todo aquel que os dé de beber un vaso de agua por el hecho de que sois de Cristo, os aseguro que no perderá su recompensa»

Rev. D. Xavier PARÉS i Saltor 
(La Seu d'Urgell, Lleida, España)

Hoy, el Evangelio proclamado se hace un poco difícil de entender debido a la dureza de las palabras de Jesús: «Si tu mano te es ocasión de pecado, córtatela (...). Si tu ojo te es ocasión de pecado, sácatelo» (Mc 9,43.47). Es que Jesús es muy exigente con aquellos que somos sus seguidores. Sencillamente, Jesús nos quiere decir que hemos de saber renunciar a las cosas que nos hacen daño, aunque sean cosas que nos gusten mucho, pero que pueden ser motivo de pecado y de vicio. San Gregorio dejará escrito «que no hemos de desear las cosas que sólo satisfacen las necesidades materiales y pecaminosas». Jesús exige radicalidad. En otro lugar del Evangelio también dice: «El que quiera ganar la vida, la perderá, pero el que la pierda por Mí, la ganará» (Mt 10,39).

Por otro lado, esta exigencia de Jesús quiere ser una exigencia de amor y de crecimiento. No quedaremos sin su recompensa. Lo que dará sentido a nuestras cosas ha de ser siempre el amor: hemos de llegar a saber dar un vaso de agua a quien lo necesita, y no por ningún interés personal, sino por amor. Tenemos que descubrir a Jesucristo en los más necesitados y pobres. Jesús sólo denuncia severamente y condena a los que hacen el mal y escandalizan, a los que alejan a los más pequeños del bien y de la gracia de Dios.

Finalmente, todos hemos de pasar la prueba de fuego. Es el fuego de la caridad y del amor que nos purifica de nuestros pecados, para poder ser la sal que da el buen gusto del amor, del servicio y de la caridad. En la oración y en la Eucaristía es donde los cristianos encontramos la fuerza de la fe y del buen gusto de la sal de Cristo. ¡No quedaremos sin recompensa!

Buenos consejos del padre Pierre AmarLas 8 bienaventuranzas de los católicos más tecnológicos e implicados en las redes sociales

Pierre Amar, en el estudio de Radio Notre Dame, donde respondió durante cinco años a las preguntas de los oyentes.

Buenos consejos del padre Pierre AmarLas 8 bienaventuranzas de los católicos más tecnológicos e implicados en las redes sociales

Pierre Amar, en el estudio de Radio Notre Dame, donde respondió durante cinco años a las preguntas de los oyentes.


“Dime qué haces con tu teléfono móvil y te diré quién eres”, dice Pierre Amar, sacerdote de la diócesis de Versalles, licenciado en Derecho y en Teología y uno de los miembros más activos de Padreblog, portal que agrupa a algunos de los curas franceses más geek, de los cuales el más conocido y mediático es Pierre-Hervé Grosjean.

El término geek designa a los más duchos con las tecnologías de la información y la comunicación y más presentes en las redes sociales, aunque en su caso hay mucho más que eso, además de sus deberes como párroco en Limay (Yvelines): ha concebido dos espectáculos teatrales familiares, uno sobre Juan Pablo II (¡Santo súbito!) y otro sobre Charles de Foucauld (Príncipe del Desierto); durante cinco años mantuvo un programa en Radio Notre Dame (Un sacerdote te responde) y ha escrito un libro sobre… efectivamente, la red, titulado Internet, el nuevo presbiterio.


En un reciente post, el padre Amar recuerda que las redes sociales se han impuesto en nuestra vida, revolucionando nuestra forma de vivir y de interactuar con los demás, cada una con su peculiar forma de tentarnos: Instagram, Facebook, Twitter, Youtube, Pinterest, Snapchat... Así que, “antes de que nuestras pantallas nos deshumanicen por completo”, nos ofrece, desde su experiencia cuáles serían las ocho bienaventuranzas “del buen geek católico”.

Bienaventurados los que leen los artículos hasta el final

¿Por qué? Porque "hacer clic es seleccionar y seleccionar es elegir", esto es, "dejar de picotear y de mover sin cesar el scroll [cursor]". Así pues, recuerda que "el cerebro humano actúa de forma sucesiva y cronológica" y, si has hecho clic, esto es, si has seleccionado, esto es, si has elegido... "lleva tu elección hasta el final". Que no sea tu dedo quien decida, sugiere el padre Amar, sino tu cabeza: "Dile 'No, gracias' a la sociedad de la compulsividad".

Bienaventurados los que rezan por la mañana antes de conectarse

Dicen los médicos, recuerda Don Pierre, que la melatonina, hormona del sueño, se ve afectada por las pantallas, que pueden retrasarnos hasta una hora las ganas de dormir. Y "tampoco es normal que por la mañana mi primer reflejo sea comprobar mi tablet o mi celular... No, mi primer gesto matutino, al saltar de la cama, debe ser hacer mis oraciones". Así pues, da un buen consejo: al acostarse, dejar el móvil lejos de la mesilla de noche.

Bienaventurados los que no salpican a los demás con su supuesta felicidad

Lo que comes, dónde tomas el sol, en qué estación esquías, tu nueva ropa, el final de tu footing matutino, tus selfies... Uno acaba harto, dice el padre Amar, de cosas que solo te interesan a ti mismo o a tu futuro portal, www.yo.com: "La vida, la vida auténtica, no son solo esas fotos donde todo te va bien. Es el trabajo, el sudor, en ocasiones la sangre, a menudo las lágrimas. Pero de eso, ¡qué curioso!, nunca hablas..."


Bienaventurados los que no se promocionan a sí mismos

Los creadores de las redes sociales conocían bien el alma humana cuando hicieron posible retuitearse o darse un like a uno mismo: "¡Mirad, he hablado! ¡Y me gusta lo que he dicho!" "Ese narcisismo no es cristiano", dice el padre Amar: "Y, entre nosotros: resultará patético si el tuyo es tu único like, así que ¡evítate esa vergüenza!"

Bienaventurados los que no crean grupos a discreción ni reenvían a toda su agenda

"¿Conoces el Undisclosed recipients? ¡Ten piedad! ¡No inundes la tierra entera con tus chistes, tus llamadas a la solidaridad, tus alegatos...! Ninguno se atreverá a decírtelo, pero ese tipo de mensajes van derechos a la papelera". Además, comenta el sacerdote, en el seno de un grupo pequeño poner algo "en copia a todos" puede ser temible cuando hay un problema: "Nunca se dirá bastante, pero esparcir m... solo es bueno para abonar el campo", dice con franqueza. Y, sobre todo, sugiere, no crees grupos sin pedir permiso a los afectados... y así no se crearán luego "malos rollos" cuando los afectados se salgan.

Bienaventurados los que ponen filtros en su dispositivo

"Porque no quiero que en mi casa haya una cloaca, porque las imágenes ejercen sobre mí un impacto poderoso, y porque la única valentía posible ante la peste pornográfica es la huida, he instalado un conjunto de restricciones, tanto en mi ordenador como en mis dispositivos móviles". Poco que añadir.

Bienaventurados los que están presentes… estando presentes

Internet ha inaugurado una nueva forma de presencia, dice el padre Pierre: los "presentes-ausentes". Están, pero no están. Su cuerpo está aquí, pero su cabeza no. Reuniones, viajes, incluso comidas... "en los que el vecino tiene sus ojos puestos en el smartphone", hablando con todo el mundo menos con quien tiene al lado. Amar cita al filósofo y periodista Roger-Pol Droit cuando denuncia "la creciente pérdida de humanidad, de la relación real, viva, sorprendente e imprevisible, carnal y reflexiva a la vez".



¿Quién puede decir que esta imagen es una exageración? Foto: TipStories.

Estamos cada vez más conectados y cada vez más solos. "El uso excesivo de las nuevas tecnologías -es de nuevo el sacerdote quien toma la palabra- nos arrebata el fundamento de toda relación humana: la alteridad, con su porción de imprevisibilidad, de riesgos, de exigencias y de placeres incompatibles con los sistemas informáticos... El cristianismo puede aportar algo: después de todo, somos la religión de la Encarnación, de un Dios que no ha enviado un e-mail, sino que ha acudido al encuentro de los hombres haciéndose uno entre ellos".

Bienaventurados los lúcidos

Hoy, salvo que se viva en una isla desierta o en el desierto mismo, no es posible vivir sin internet. Pero nada nos impide, dice Don Pierre, "mantener una triple lucidez". Lucidez respecto al tiempo que pasamos ante una pantalla. Lucidez respecto al sedentarismo y falta de ejercicio a que ello conduce. Lucidez para desconectarse de vez en cuando. El padre Amar propone unos ejercicios espirituales de cinco días, o autoimponerse alguna abstinencia de hábitos geek en Cuaresma. "¡Es algo radical, pero hace mucho bien!", anima, porque además la privación voluntaria de la conexión nos permite dilucidar si realmente somos libres.

La novena bienaventuranza

El artículo termina con una pequeña broma. Porque el post está escrito sobre el modelo de los catecismos clásicos, que señalan ocho bienaventuranzas. Pero en realidad, en el Sermón de la Montaña, Jesucristo proclamó nueve, solo que la novena se entiende como referida al cumplimiento de las ocho anteriores, y quizá por eso no se incluyó en los didácticos listados catequéticos. (¿Cuál es la novena? Por si no la recuerdas, remitimos, al igual que hace el padre Amar, a la fuente original, San Mateo 5, 1-12: pincha aquí.)

Así que, para no ser menos, también el padre Amar añade con humor una novena, que parafraseamos así: "Bienaventurados los que cumplan siete de estas bienaventuranzas, sobre todo la primera... ¡pero no la que les impediría reenviar el artículo a todos sus contactos!"

Fuente: Religión en Libertad

miércoles, 27 de febrero de 2019

Santo Evangelio 27 de Febrero 2019



Día litúrgico: Miércoles VII del tiempo ordinario

Texto del Evangelio (Mc 9,38-40): En aquel tiempo, Juan dijo a Jesús: «Maestro, hemos visto a uno que expulsaba demonios en tu nombre y no viene con nosotros y tratamos de impedírselo porque no venía con nosotros». Pero Jesús dijo: «No se lo impidáis, pues no hay nadie que obre un milagro invocando mi nombre y que luego sea capaz de hablar mal de mí. Pues el que no está contra nosotros, está por nosotros».



«El que no está contra nosotros, está por nosotros»

Rev. D. David CODINA i Pérez 
(Puigcerdà, Gerona, España)

Hoy escuchamos una recriminación al apóstol Juan, que ve a gente obrar el bien en el nombre de Cristo sin formar parte del grupo de sus discípulos: «Maestro, hemos visto a uno que expulsaba demonios en tu nombre y tratamos de impedírselo porque no viene con nosotros» (Mc 9,38). Jesús nos da la mirada adecuada que hemos de tener ante estas personas: acogerlas y ensanchar nuestras miras, con humildad respecto a nosotros mismos, compartiendo siempre un mismo nexo de comunión, una misma fe, una misma orientación, es decir, caminar juntos hacia la perfección del amor a Dios y al prójimo. 

Esta manera de vivir nuestra vocación de “Iglesia” nos invita a revisar con paz y seriedad la coherencia con que vivimos esta apertura de Jesucristo. Mientras haya “otros” que nos “molesten” porque hacen lo mismo que nosotros, esto es un claro indicio de que todavía el amor de Cristo no nos impregna en toda su profundidad, y nos pedirá la “humildad” de aceptar que no agotamos “toda la sabiduría y el amor de Dios”. En definitiva, aceptar que somos aquellos que Cristo escoge para anunciar a todos cómo la humildad es el camino para acercarnos a Dios.

Jesús obró así desde su Encarnación, cuando nos acerca al máximo la majestad de Dios en la pequeñez de los pobres. Dice san Juan Crisóstomo: «Cristo no se contentó con padecer la cruz y la muerte, sino que quiso también hacerse pobre y peregrino, ir errante y desnudo, quiso ser arrojado en la cárcel y sufrir las debilidades, para lograr de ti la conversión». Si Cristo no dejó pasar oportunidad alguna para que vivamos el amor con los demás, tampoco dejemos pasar la ocasión de aceptar al que es diferente a nosotros en la manera de vivir su vocación a formar parte de la Iglesia, porque «el que no está contra nosotros, está por nosotros» (Mc 9,40).

«Dios actúa en la historia»: la presentadora Eva Crosetta explica cómo fue su vuelta a la Iglesia

Eva Crosetta presenta en estos momentos en la Rai 2 el programa "Sulla via di Damasco"

En estos momentos presenta un programa en la RAI 2 sobre temas sociales y religiosos

«Dios actúa en la historia»: la presentadora Eva Crosetta explica cómo fue su vuelta a la Iglesia

Eva Crosetta presenta en estos momentos en la Rai 2 el programa "Sulla via di Damasco"

Eva Crosetta es con su 1,84 metros de estatura una de las presentadoras de televisión que más llama la atención en Italia. Esta veneciana tiene una dilatada carrera profesional primero en la televisión pública de la RAI, luego en Sky y ahora de nuevo en la RAI, en este caso en la segunda cadena donde ha comenzado a presentar el programa Sulla via di Damasco (Camino a Damasco), programa cultural y religioso que tiene como nexo el catolicismo.

La nueva presentadora de un programa ya veterano vivió su particular camino a Damasco volviendo a la Iglesia que dejó en la adolescencia y encontrando sentido a toda su existencia. Amada por Dios ha podido amar a los demás, especialmente a los más pobres y vulnerables.

El desafío de seguir el Evangelio

Vivir la fe es ver a Cristo en el día a día y en todo lo que hace. “Es algo que va más allá de la mera creencia religiosa. La conversión se lleva a cabo en la familia, en la escuela, en el entorno laboral, en el matrimonio: significa tener una disposición mental diferente, evolucionar positivamente y aceptar el desafío, ¡porque es un gran desafío! Es seguir lo que dice el Evangelio”, explica esta italiana.


En su vida –agrega Eva- hace una práctica religiosa constante, va a “misa los domingos. La oración es, sin duda, un aspecto fundamental, pero lo que más me seduce sobre el aspecto religioso es la conciencia de este Dios que actúa en la historia. Y no he utilizado casualmente el verbo seducir: si la fe es amor, no puede dejar de tener una capacidad atractiva”.

Un Dios que se ha hecho hombre

Preguntada durante una entrevista con el semanario Credere sobre qué la sedujo de la fe católica, la presentadora afirma segura que “el hecho de que Dios se hizo carne y quería hacer libre al hombre. Es una certeza que me da esperanza y me consuela: somos esperados en la eternidad. Lo que vivimos es sólo una parte del camino que tenemos por delante. Y luego está todo el aspecto del perdón”.

Eva Crosetta está ahora muy unida a la espiritualidad que predica el padre Maurizio Botta, sacerdote del Oratorio de San Felipe Neri.

La crisis que la devolvió a la Iglesia

Pero no siempre ha vivido así su fe. “Recibí una educación católica: asistí a catequesis y recibí todos los sacramentos, pero no fue nada particularmente vivo o ardiente. Entonces, como sucede con muchas personas, en la adolescencia me alejé de la Iglesia, hasta que pasé por un momento particularmente difícil”.

En ese momento complicado de su vida, Eva confiesa que se acercó a la Iglesia en busca de consuelo y de casualidad conoció al sacerdote Matteo Galloni, fundador de la Comunidad Amor y Libertad, que acudió a un programa de televisión como invitado en un programa en el que ella estaba presente.

matteo

Eva decidió ir al Congo con la comunidad Amor y Libertad, fundada por Matteo Galloni

El viaje al Congo

“Me impresionó mucho y decidí ir a Florencia para conocer la realidad que había fundado, que se ocupa de los niños y los padres que viven en zonas pobres. Ese mismo verano salí con ellos para el Congo. Cambió completamente mi perspectiva”, asegura.

Y así fue como su vida dio un giro radical en aquel viaje a África. Eva cuenta en la entrevista que “en el Congo enseñé italiano a un grupo de estudiantes: estudiaban en un lugar sin agua y sin luz. Por la noche los disparos se escuchaban a menudo”.

“Todavía recuerdo el día que fui a visitar una comunidad cercana: ni siquiera me presenté y una monja, llamada Clelia, se subió a un pequeño sillón (¡soy muy alta!) para abrazarme. Me dijo: ‘No necesito saber quién eres, te amo por el simple hecho de que estás aquí’. Otra cosa que me impresionó fue cuando algunos de los jóvenes a quienes enseñé italiano tomaron sus votos.  Les pregunté qué regalos habían recibido y Eric me respondió: ‘Mi hermana  me dio un papel para escribir, y mi madre me dio un consejo’. Lo dijo con tal solemnidad que me emocioné. Me pregunté cuánto hemos perdido los occidentales en nuestras vidas. ¿Cuánto nos hemos afeado, alejándonos de lo que es más auténtico? Me acerqué a la Iglesia y me entregué a hacer: Dios está en la historia, pero también necesita que yo actúe”, relata.

Fuente: Religión en Libertad

martes, 26 de febrero de 2019

Santo Evangelio 26 de Febrero 2019



Día litúrgico: Martes VII del tiempo ordinario

Texto del Evangelio (Mc 9,30-37): En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos iban caminando por Galilea, pero Él no quería que se supiera. Iba enseñando a sus discípulos. Les decía: «El Hijo del hombre será entregado en manos de los hombres; le matarán y a los tres días de haber muerto resucitará». Pero ellos no entendían lo que les decía y temían preguntarle. 

Llegaron a Cafarnaúm, y una vez en casa, les preguntaba: «¿De qué discutíais por el camino?». Ellos callaron, pues por el camino habían discutido entre sí quién era el mayor. Entonces se sentó, llamó a los Doce, y les dijo: «Si uno quiere ser el primero, sea el último de todos y el servidor de todos». Y tomando un niño, le puso en medio de ellos, le estrechó entre sus brazos y les dijo: «El que reciba a un niño como éste en mi nombre, a mí me recibe; y el que me reciba a mí, no me recibe a mí sino a Aquel que me ha enviado».


«El Hijo del hombre será entregado»

Rev. D. Jordi PASCUAL i Bancells 
(Salt, Girona, España)

Hoy, el Evangelio nos trae dos enseñanzas de Jesús, que están estrechamente ligadas una a otra. Por un lado, el Señor les anuncia que «le matarán y a los tres días de haber muerto resucitará» (Mc 9,31). Es la voluntad del Padre para Él: para esto ha venido al mundo; así quiere liberarnos de la esclavitud del pecado y de la muerte eterna; de esta manera Jesús nos hará hijos de Dios. La entrega del Señor hasta el extremo de dar su vida por nosotros muestra la infinidad del Amor de Dios: un Amor sin medida, un Amor al que no le importa abajarse hasta la locura y el escándalo de la Cruz.

Resulta aterrador escuchar la reacción de los Apóstoles, todavía demasiado ocupados en contemplarse a sí mismos y olvidándose de aprender del Maestro: «No entendían lo que les decía» (Mc 9,32), porque por el camino iban discutiendo quién de ellos sería el más grande, y, por si acaso les toca recibir, no se atreven a hacerle ninguna pregunta.

Con delicada paciencia, Jesús añade: hay que hacerse el último y servidor de todos. Hay que acoger al sencillo y pequeño, porque el Señor ha querido identificarse con él. Debemos acoger a Jesús en nuestra vida porque así estamos abriendo las puertas a Dios mismo. Es como un programa de vida para ir caminando. 

Así lo explica con claridad el Santo Cura de Ars, Juan Bautista Mª Vianney: «Cada vez que podemos renunciar a nuestra voluntad para hacer la de los otros, siempre que ésta no vaya contra la ley de Dios, conseguimos grandes méritos, que sólo Dios conoce». Jesús enseña con sus palabras, pero sobre todo enseña con sus obras. Aquellos Apóstoles, en un principio duros para entender, después de la Cruz y de la Resurrección, seguirán las mismas huellas de su Señor y de su Dios. Y, acompañados de María Santísima, se harán cada vez más pequeños para que Jesús crezca en ellos y en el mundo.

«¡Haz sonreír a la Virgen!»: Mater Fátima, llamados a un gran evento mundial el próximo 4 de abril

Este gran evento mundial se celebrará en Fátima el 4 de abril de este 2019 y el 20 de febrero de 2020

En esta importante cita habrá Adoración, Rosario y Consagración a María

«¡Haz sonreír a la Virgen!»: Mater Fátima, llamados a un gran evento mundial el próximo 4 de abril

Este gran evento mundial se celebrará en Fátima el 4 de abril de este 2019 y el 20 de febrero de 2020

“Me ayudó mucho a comprender el mensaje de Fátima cuando los Papas que han pasado por allí decían que Fátima era el altar del mundo.  Este proyecto tiene esa misma vocación de llevar esos mensajes al mundo”.

Quien así se expresa es el sacerdote Héctor Ramírez, coordinador de Mater Fátima, un gran encuentro mundial que se celebrará el 4 de abril de este 2019 y el 20 de febrero de 2020, fechas respectivas de los centenarios de las muertes de San Francisco Marto  y Santa Jacinta Marto, dos de los tres pastorcillos que recibieron los mensajes de la Virgen.

Una celebración destinada al mundo entero

Al igual que el mensaje de la Virgen es universal, este sacerdote recuerda que este evento está igualmente destinado a todo el orbe, y por ello están trabajando para que personas de numerosos países se unan a esta iniciativa. Ya hay de 44 países, y el número aumenta rápidamente.

parroquia

El evento se celebrará en la parroquia de Fátima

En una entrevista con Cari Filii News, el padre Ramírez explica que Mater Fátima es un proyecto a escala mundial al que se pueden adherir por todo el mundo pero que tendrá su eje central en la parroquia de Fátima. Este evento –agrega el sacerdote- se basará en tres pilares:

- Una Adoración Eucarística de una hora.

- Rezo del Rosario dentro de esa Hora Santa.

- Consagración al Corazón Inmaculado de María.

Conscientes de que es muy difícil convocar a todo el mundo a Fátima, y que muchos aunque quisieran no podrían ir, con Máter Fátima es precisamente la Virgen la que va a cada localidad. Y aunque la primera de estas celebraciones será el 4 de abril en la parroquia de Fátima los organizadores esperan que cardenales, obispos, párrocos, congregaciones, movimientos y asociaciones católicas se adhieran al acto desde sus lugares de origen en sus templos.


La Virgen es Reina de la Paz

El padre Héctor Ramírez explica que la Virgen en las seis apariciones que realizó en Fátima “pidió en las seis que rezáramos el Rosario, y especialmente dijo que pidiéramos por la paz. Queremos hacer eco de esas peticiones, y que la primera sea por la paz en el mundo”.

Tanto este sacerdote como el resto de organizadores tienen claro que Mater Fátima ha sido suscitado por la propia Virgen para “dar respuesta al mundo”, y ellos quieren corresponderla haciendo sonreír a la Virgen.

Precisamente, “Haz sonreír a la Virgen” es uno de los lemas de Mater Fátima. Detrás de esta frase hay una historia –afirma el padre Ramírez- y “tiene que ver con el mensaje de la Virgen en Fátima. Cuando se aparece en septiembre dice a los pastorcitos: ‘Dios está muy contento con vuestros sacrificios’. Ella viene desde el cielo para decir que esa entrega y esa donación ha puesto alegre al Señor. Este proyecto Mater Fátima pretende hacer lo mismo. Con esa entrega por amor queremos hacer sonreír a la Virgen y también al Señor”.


Publicado originariamente en Cari Filii News
Fuente: Religión en Libertad

lunes, 25 de febrero de 2019

Santo Evangelio 25 de Febrero 2019



Día litúrgico: Lunes VII del tiempo ordinario


Texto del Evangelio (Mc 9,14-29): En aquel tiempo, Jesús bajó de la montaña y, al llegar donde los discípulos, vio a mucha gente que les rodeaba y a unos escribas que discutían con ellos. Toda la gente, al verle, quedó sorprendida y corrieron a saludarle. Él les preguntó: «¿De qué discutís con ellos?». Uno de entre la gente le respondió: «Maestro, te he traído a mi hijo que tiene un espíritu mudo y, dondequiera que se apodera de él, le derriba, le hace echar espumarajos, rechinar de dientes y lo deja rígido. He dicho a tus discípulos que lo expulsaran, pero no han podido». 

Él les responde: «¡Oh generación incrédula! ¿Hasta cuándo estaré con vosotros? ¿Hasta cuándo habré de soportaros? ¡Traédmelo!». Y se lo trajeron. Apenas el espíritu vio a Jesús, agitó violentamente al muchacho y, cayendo en tierra, se revolcaba echando espumarajos. Entonces Él preguntó a su padre: «¿Cuánto tiempo hace que le viene sucediendo esto?». Le dijo: «Desde niño. Y muchas veces le ha arrojado al fuego y al agua para acabar con él; pero, si algo puedes, ayúdanos, compadécete de nosotros». Jesús le dijo: «¡Qué es eso de si puedes! ¡Todo es posible para quien cree!». Al instante, gritó el padre del muchacho: «¡Creo, ayuda a mi poca fe!». 

Viendo Jesús que se agolpaba la gente, increpó al espíritu inmundo, diciéndole: «Espíritu sordo y mudo, yo te lo mando: sal de él y no entres más en él». Y el espíritu salió dando gritos y agitándole con violencia. El muchacho quedó como muerto, hasta el punto de que muchos decían que había muerto. Pero Jesús, tomándole de la mano, le levantó y él se puso en pie. Cuando Jesús entró en casa, le preguntaban en privado sus discípulos: «¿Por qué nosotros no pudimos expulsarle?». Les dijo: «Esta clase con nada puede ser arrojada sino con la oración».

«¡Creo, ayuda a mi poca fe!»

Rev. D. Antoni CAROL i Hostench 
(Sant Cugat del Vallès, Barcelona, España)

Hoy contemplamos —¡una vez más!— al Señor solicitado por la gente («corrieron a saludarle») y, a la vez, Él solícito de la gente, sensible a sus necesidades. En primer lugar, cuando sospecha que alguna cosa pasa, se interesa por el problema.

Interviene uno de los protagonistas, esto es, el padre de un chico que está poseído por un espíritu maligno: «Maestro, te he traído a mi hijo que tiene un espíritu mudo y, dondequiera que se apodera de él, le derriba, le hace echar espumarajos, rechinar de dientes y lo deja rígido» (Mc 9,17-18).

¡Es terrible el mal que puede llegar a hacer el Diablo!, una criatura sin caridad. —Señor, ¡hemos de rezar!: «Líbranos del mal». No se entiende cómo puede haber hoy día voces que dicen que no existe el Diablo, u otros que le rinden algún tipo de culto... ¡Es absurdo! Nosotros hemos de sacar una lección de todo ello: ¡no se puede jugar con fuego!

«He dicho a tus discípulos que lo expulsaran, pero no han podido» (Mc 9,18). Cuando escucha estas palabras, Jesús recibe un disgusto. Se disgusta, sobre todo, por la falta de fe... Y les falta fe porque han de rezar más: «Esta clase con nada puede ser arrojada sino con la oración» (Mc 9,29).

La oración es el diálogo “intimista” con Dios. San Juan Pablo II ha afirmado que «la oración comporta siempre una especie de escondimiento con Cristo en Dios. Sólo en semejante “escondimiento” actúa el Espíritu Santo». En un ambiente íntimo de escondimiento se practica la asiduidad amistosa con Jesús, a partir de la cual se genera el incremento de confianza en Él, es decir, el aumento de la fe.

Pero esta fe, que mueve montañas y expulsa espíritus malignos («¡Todo es posible para quien cree!») es, sobre todo, un don de Dios. Nuestra oración, en todo caso, nos pone en disposición para recibir el don. Pero este don hemos de suplicarlo: «¡Creo, ayuda a mi poca fe!» (Mc 9,24). ¡La respuesta de Cristo no se hará “rogar”!

Con quemaduras por todo el cuerpo y 30 cirugías desde bebé, agradecido se entrega a Dios como fraile


Fray Juan se dedica a evangelizar por el mundo haciendo autostop

Con quemaduras por todo el cuerpo y 30 cirugías desde bebé, agradecido se entrega a Dios como fraile

Fray Juan no guarda ningún resentimiento por todo lo que ha pasado en su vida sino agradecimiento a Dios

Fray Juan evangeliza haciendo autostop por las carreteras de Estados Unidos e Italia. Este joven dominicano pertenece a los Pequeños Frailes de Jesús y María, y anuncia la Buena Nueva a tiempo y a destiempo porque ha visto auténticos milagros en su vida. Es de ellos precisamente, de la amorosa acción de la Virgen María y de Jesús en su vida, de los que habla cada vez que tiene oportunidad en los caminos.

Su experiencia tan cercana a la muerte, y las duras pruebas que ha vivido durante toda su vida a través del sufrimiento le han unido tanto a Dios que ha decidido entregarse a la pobreza radical y a la sencillez de una vocación que se centra en la evangelización.

El inicio de la vida de Juan en República Dominicana estuvo marcado por un gravísimo accidente. Cuando tenía 7 meses de edad cayó desde la cuna a una chimenea. Las quemaduras fueron tan graves que le dejaron muy dañados los pulmones, los ojos completamente cerrados y la cabeza totalmente hinchada, entre otras muchas heridas.

“María, intercede por él”

Los médicos dijeron a su madre que era muy probable que no falleciera debido a la gravedad de las heridas en un bebé tan pequeño. En ese momento, según recoge Portaluz, su madre le tomó en brazos y rezó a la Virgen: “María, intercede por él a través de tu hijo Jesucristo”.

Fray Juan no guarda ningún resentimiento por todo lo que ha pasado en su vida sino agradecimiento a Dios

“Ella rezó esta hermosa oración con fe. Tres días después de esa oración mi cabeza volvió a la normalidad, mis ojos volvieron a abrirse y mis pulmones empezaron a funcionar”, explica fray Juan.

Los médicos no dieron crédito a lo que veían y consideraron lo sucedido como un milagro. Una vez que contra todo pronóstico había sobrevivido ahora le tocaba afrontar el calvario de las cirugías de reconstrucción. Siendo bebé fue la primera. En los siguientes 30 años siguieron otras 22 intervenciones más.

La paz hallada en la Eucaristía

Pese a todo esto, Juan se siente afortunado y agradecido con Dios, paz que asegura haber encontrado a lo largo de su vida en la Eucaristía y en la “vida sencilla con Cristo”.

Así fue como poco a poco fue floreciendo en él la vocación a entregar su vida por completo al anuncio de esta Buena Nueva que puede llevar paz y felicidad a vidas como la de él mismo. Y esta llamada quedó confirmada igualmente gracias a la Virgen María, y de nuevo tras un suceso cercano a la muerte.

Las palabras de María

A los 14 años le quitaron un injerto de piel desde la espalda para que pudiera mover el cuello. Tras la operación comenzaron las complicaciones hasta que su corazón se detuvo. Durante ese momento tuvo una visión que cambiaría su vida para siempre:

“Vi mi cuerpo cuando el médico intentaba ayudarme a volver a la vida… desde arriba. Al mismo tiempo, dos alas –bueno, eran algo así como un ángel- me llevaron a este lugar, un lugar muy hermoso. Vi a Mamá María y vi a Jesucristo. Jesucristo estaba en su trono. Tenía una ropa blanca muy brillante. Con una sonrisa asombrosa María dijo: ‘Hijo mío, no es tu tiempo porque tienes una misión que cumplir en la tierra’. Después de que Ella me habló, volví rápidamente. Esto cambió todo en mi vida”, explica este dominicano.

Recordando aquel momento, asegura también que “a través de esta bella visión comprendí que sólo quedamos un tiempo en este mundo. Comprendí que necesitamos vivir una vida con valores. Creo que el infierno existe, y sé que el paraíso y el purgatorio existen. Hoy, cuando rezo y comulgo en la Eucaristía, le dijo algo a Dios a través de María. Yo digo: ‘María, ayúdame porque no quiero que mi corazón se convierta en una roca. Quiero un corazón de carne, un corazón simple y abierto”.

Una vocación muy concreta a la evangelización

Al final Juan eligió el carisma de los Pequeños Frailes de Jesús y María, una pequeña comunidad religiosa aprobada por la Santa Sede en 2014 que nació en Sicilia y que por un lado abraza la espiritualidad de la contemplación carmelita, y por otro la pobreza y la evangelización franciscana.


Como parte de su formación está en vivir y evangelizar por las calles viviendo de la providencia, durmiendo en estaciones de autobuses o bancos y moviéndose en autostop. “Se trata de salir a la calle para llevar almas a los sacramentos”, explica.

Una oportunidad para hablar con la gente

Fray Juan cuenta alguna de estas experiencias como la peregrinación que hizo des Louisiana a Santa Fe (Nuevo México) donde asegura que encontró “personas que estaban tratando de encontrar un sentido a sus vidas”.

“Preguntan: ‘¿Por qué no tienes un  coche? ¿Por qué no tienes una vida normal?”, cuenta este joven dominicano. Esta es la vía por la que sus interlocutores abren la puerta para que ellos puedan comunicar cómo “encontramos nuestra paz”.

Pero no siempre son acogidos. En esta peregrinación “algunas personas llamaron a la Policía porque nos confundieron con terroristas del ISIS. Siete coches de Policía vinieron y nos rodearon con armas de fuego. Nerviosos y asustados les preguntamos: ‘¿Por qué nos hacen esto? Venimos en la paz de Jesucristo’”.  Al conocer a estos frailes los agentes se disculparon e incluso les pidieron que se quedaran todo el tiempo que quisieran.

Publicado originariamente en Cari Filii News

Fuente: Religión en Libertad

domingo, 24 de febrero de 2019

Santo Evangelio 24 de Febrero 2019



Día litúrgico: Domingo VII (C) del tiempo ordinario

Texto del Evangelio (Lc 6,27-38): En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Yo os digo a los que me escucháis: Amad a vuestros enemigos, haced bien a los que os odien, bendecid a los que os maldigan, rogad por los que os difamen. Al que te hiera en una mejilla, preséntale también la otra; y al que te quite el manto, no le niegues la túnica. A todo el que te pida, da, y al que tome lo tuyo, no se lo reclames. Y lo que queráis que os hagan los hombres, hacédselo vosotros igualmente. Si amáis a los que os aman, ¿qué mérito tenéis? Pues también los pecadores aman a los que les aman. Si hacéis bien a los que os lo hacen a vosotros, ¿qué mérito tenéis? ¡También los pecadores hacen otro tanto! Si prestáis a aquellos de quienes esperáis recibir, ¿qué mérito tenéis? También los pecadores prestan a los pecadores para recibir lo correspondiente.

»Más bien, amad a vuestros enemigos; haced el bien, y prestad sin esperar nada a cambio; y vuestra recompensa será grande, y seréis hijos del Altísimo, porque Él es bueno con los ingratos y los perversos. Sed compasivos, como vuestro Padre es compasivo. No juzguéis y no seréis juzgados, no condenéis y no seréis condenados; perdonad y seréis perdonados. Dad y se os dará; una medida buena, apretada, remecida, rebosante pondrán en el halda de vuestros vestidos. Porque con la medida con que midáis se os medirá».


«Sed compasivos, como vuestro Padre es compasivo»

Rev. D. Josep Miquel BOMBARDÓ 
(Sabadell, Barcelona, España)

Hoy escuchamos unas palabras del Señor que nos invitan a vivir la caridad con plenitud, como Él lo hizo («Padre, perdónales porque no saben lo que hacen»: Lc 23,34). Éste ha sido el estilo de nuestros hermanos que nos han precedido en la gloria del cielo, el estilo de los santos. Han procurado vivir la caridad con la perfección del amor, siguiendo el consejo de Jesucristo: «Sed perfectos como es perfecto vuestro Padre celestial» (Mt 5,48).

La caridad nos lleva a amar, en primer lugar, a quienes nos aman, ya que no es posible vivir en plenitud lo que leemos en el Evangelio si no amamos de verdad a nuestros hermanos, a quienes tenemos al lado. Pero, acto seguido, el nuevo mandamiento de Cristo nos hace ascender en la perfección de la caridad, y nos anima a abrir los brazos a todos los hombres, también a aquellos que no son de los nuestros, o que nos quieren ofender o herir de cualquier manera. Jesús nos pide un corazón como el suyo, como el del Padre: «Sed compasivos, como vuestro Padre es compasivo» (Lc 6,36), que no tiene fronteras y recibe a todos, que nos lleva a perdonar y a rezar por nuestros enemigos.

Ahora bien, como se afirma en el Catecismo de la Iglesia, «observar el mandamiento del Señor es imposible si se trata de imitar desde fuera el modelo divino. Se trata de una participación vital y nacida del fondo del corazón, en la santidad, en la misericordia y en el amor de nuestro Dios». El Beato Newman escribía: «¡Oh Jesús! Ayúdame a esparcir tu fragancia dondequiera que vaya. Inunda mi alma con tu espíritu y vida. Penetra en mi ser, y hazte amo tan fuertemente de mí que mi vida sea irradiación de la tuya (...). Que cada alma, con la que me encuentre, pueda sentir tu presencia en mi. Que no me vean a mí, sino a Ti en mí».

Amaremos, perdonaremos, abrazaremos a los otros sólo si nuestro corazón es engrandecido por el amor a Cristo.

sábado, 23 de febrero de 2019

Santo Evangelio 23 de Febrero 2019



Día litúrgico: Sábado VI del tiempo ordinario

Santoral 23 de Febrero: San Policarpo, obispo y mártir


Texto del Evangelio (Mc 9,2-13): 

En aquel tiempo, Jesús toma consigo a Pedro, Santiago y Juan, y los lleva, a ellos solos, aparte, a un monte alto. Y se transfiguró delante de ellos, y sus vestidos se volvieron resplandecientes, muy blancos, tanto que ningún batanero en la tierra sería capaz de blanquearlos de ese modo. Se les aparecieron Elías y Moisés, y conversaban con Jesús. 

Toma la palabra Pedro y dice a Jesús: «Rabbí, bueno es estarnos aquí. Vamos a hacer tres tiendas, una para Ti, otra para Moisés y otra para Elías»; pues no sabía qué responder ya que estaban atemorizados. Entonces se formó una nube que les cubrió con su sombra, y vino una voz desde la nube: «Este es mi Hijo amado, escuchadle». Y de pronto, mirando en derredor, ya no vieron a nadie más que a Jesús solo con ellos. 

Y cuando bajaban del monte les ordenó que a nadie contasen lo que habían visto, hasta que el Hijo del hombre resucitara de entre los muertos. Ellos observaron esta recomendación, discutiendo entre sí qué era eso de "resucitar de entre los muertos". 

Y le preguntaban: «¿Por qué dicen los escribas que Elías debe venir primero?». Él les contestó: «Elías vendrá primero y restablecerá todo; mas, ¿cómo está escrito del Hijo del hombre que sufrirá mucho y que será despreciado? Pues bien, yo os digo: Elías ha venido ya y han hecho con él cuanto han querido, según estaba escrito de él».


«Les ordenó que a nadie contasen lo que habían visto»

Rev. D. Xavier ROMERO i Galdeano 
(Cervera, Lleida, España)

Hoy, el Evangelio de la transfiguración nos presenta un enigma descifrado. El texto evangélico de san Marcos está plagado de secretos mesiánicos, de momentos puntuales en los cuales Jesús prohíbe que se dé a conocer lo que ha hecho. Hoy nos encontramos ante un “botón de muestra”. Así, Jesús «les ordenó que a nadie contasen lo que habían visto, hasta que el Hijo del hombre resucitara de entre los muertos» (Mc 9,9).

¿En qué consiste este secreto mesiánico? Se trata de levantar un poco el velo de aquello que se esconde debajo, pero que sólo será desvelado totalmente al final de los días de Jesús, a la luz de su Misterio Pascual. Hoy lo vemos claro en este Evangelio: la transfiguración es un momento, una catadura de gloria para descifrar a los discípulos el sentido de aquel momento íntimo.

Jesús había anunciado a sus discípulos la inminencia de su pasión, pero al verles tan turbados por tan trágico fin, les explica con hechos y palabras cómo será el final de sus días: unas jornadas de pasión, de muerte, pero que concluirán con la resurrección. He aquí el enigma descifrado. Santo Tomás de Aquino dice: «Con el fin de que una persona camine rectamente por un camino es necesario que conozca antes, de alguna manera, el lugar al cual se dirige».

También nuestra vida de cristianos tiene un fin desvelado por Nuestro Señor Jesucristo: gozar eternamente de Dios. Pero esta meta no estará exenta de momentos de sacrificio y de cruz. Con todo, hemos de recordar el mensaje vivo del Evangelio de hoy: en este callejón aparentemente sin salida, que es frecuentemente la vida, por nuestra fidelidad a Dios, viviendo inmersos en el espíritu de las Bienaventuranzas, se agrietará el final trágico, gozando de Dios eternamente.

viernes, 22 de febrero de 2019

Santo Evangelio 22 de Febrero 2019



Día litúrgico: 22 de Febrero: La Cátedra de san Pedro, apóstol

Texto del Evangelio (Mt 16,13-19): 

En aquel tiempo, llegado Jesús a la región de Cesarea de Filipo, hizo esta pregunta a sus discípulos: «¿Quién dicen los hombres que es el Hijo del hombre?». Ellos dijeron: «Unos, que Juan el Bautista; otros, que Elías, otros, que Jeremías o uno de los profetas». Díceles Él: «Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?». Simón Pedro contestó: «Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios vivo». 

Replicando Jesús le dijo: «Bienaventurado eres Simón, hijo de Jonás, porque no te ha revelado esto la carne ni la sangre, sino mi Padre que está en los cielos. Y yo te digo que tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella. A ti te daré las llaves del Reino de los Cielos; y lo que ates en la tierra quedará atado en los cielos, y lo que desates en la tierra quedará desatado en los cielos».

«Y yo te digo que tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia»

Rev. D. Antoni CAROL i Hostench 
(Sant Cugat del Vallès, Barcelona, España)

Hoy celebramos la Cátedra de san Pedro. Desde el siglo IV, con esta celebración se quiere destacar el hecho de que —como un don de Jesucristo para nosotros— el edificio de su Iglesia se apoya sobre el Príncipe de los Apóstoles, quien goza de una ayuda divina peculiar para realizar esa misión. Así lo manifestó el Señor en Cesarea de Filipo: «Yo te digo que tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia» (Mt 16,18). En efecto, «es escogido sólo Pedro para ser antepuesto a la vocación de todas las naciones, a todos los Apóstoles y a todos los padres de la Iglesia» (San León Magno).

Desde su inicio, la Iglesia se ha beneficiado del ministerio petrino de manera que san Pedro y sus sucesores han presidido la caridad, han sido fuente de unidad y, muy especialmente, han tenido la misión de confirmar en la verdad a sus hermanos.

Jesús, una vez resucitado, confirmó esta misión a Simón Pedro. Él, que profundamente arrepentido ya había llorado su triple negación ante Jesús, ahora hace una triple manifestación de amor: «Señor, tú lo sabes todo, tú sabes que te amo» (Jn 21,17). Entonces, el Apóstol vio con consuelo cómo Jesucristo no se desdijo de él y, por tres veces, lo confirmó en el ministerio que antes le había sido anunciado: «Apacienta mis ovejas» (Jn 21,16.17).

Esta potestad no es por mérito propio, como tampoco lo fue la declaración de fe de Simón en Cesarea: «No te ha revelado esto la carne ni la sangre, sino mi Padre que está en los cielos» (Mt 16,17). Sí, se trata de una autoridad con potestad suprema recibida para servir. Es por esto que el Romano Pontífice, cuando firma sus escritos, lo hace con el siguiente título honorífico: Servus servorum Dei.

Se trata, por tanto, de un poder para servir la causa de la unidad fundamentada sobre la verdad. Hagamos el propósito de rezar por el Sucesor de Pedro, de prestar atento obsequio a sus palabras y de agradecer a Dios este gran regalo.

Arcadi Espada Arévalo, Rocío Flores y familias con niños Down responden indignadas a Arcadi Espada

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«Seguir adelante con su niño enfermo me parece una inmoralidad»: 

Arcadi Espada Arévalo, Rocío Flores y familias con niños Down responden indignadas a Arcadi Espada

Risto Mejide y Arcadi Espada en el sillón Chester... Risto hace una encerrona a Arcadi pero ¿qué piensa Risto del aborto de niños con síndrome de Down?

En 2013, el periodista Arcadi Espada, para oponerse a la Ley Gallardón que recortaba el aborto y no permitía abortar fetos con síndrome de Down, escribió un artículo quejándose de que los provida (o los que no abortan fetos con discapacidades) "tratan impunemente de imponernos su particular diseño eugenésico: hijos tontos, enfermos y peores". Ya había escrito algo similar en 2009 y volvería a hacerlo en 2018, siempre en su columna en El Mundo.

Esta semana, el periodista Risto Mejide, en su programa televisivo, recuperó fragmentos de ese texto (que Arcadi Espada apenas recordaba aunque ya le han causado varios escándalos) y lo usó en una entrevista con él. Después lo confrontó con un padre con un hijo con síndrome de Down, pero no pudimos saber su respuesta detallada porque el presentador lo expulsó.

Risto Mejide y Arcadi Espada en el sillón Chester... Risto hace una encerrona a Arcadi pero ¿qué piensa Risto del aborto de niños con síndrome de Down?

(Puede verse aquí... o en la web de Atresmedia)

Lo que sí se vio es que ante las imágenes proyectadas, Arcadi Espada no sólo no se retractó de sus palabras, sino que prosiguió con su discurso eugenésico y no contestó a Risto cuando éste le preguntó en tres ocasiones si quienes nacen con síndrome de Down son personas. (Aunque Risto ha demostrado varias veces su militancia pro-aborto, incluso al empezar su programa).

"Hay personas que consideran que si alguien les detecta un niño enfermo, tienen todo el derecho a seguir adelante con su niño enfermo, a mí eso me parece una inmoralidad y una aberración”, dijo Arcadi Espada ante la indignación y la incredulidad del presentador.

“Yo no les obligaré a abortar. Lo único que digo es que, si el servicio público detecta una anomalía grave que va a impedir una vida normal, téngalo usted, pero evidentemente cuídese de él, porque si el servicio público le ha avisado de que esa persona va a nacer con gravísimas deficiencias que van a suponer para la sociedad un coste que podía haberse evitado, deberá asumir primero la responsabilidad moral de haber traído en esas condiciones un hijo al mundo. También la responsabilidad económica de mantener a ese hijo en las condiciones necesarias para que tenga una vida digna”, continúa el periodista.

El humorista Paco Arévalo: "no encuentro calificativos"

El humorista Paco Arévalo, cuya hija Nuria padece de nacimiento una enfermedad genética rara, el síndrome de Williams, comentó con dureza la ideología de Arcadi.

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"El problema de este indeseable es que no se le tiren toda las redes sociales y medios de comunicación encima y lo dejen sin trabajo, pues se lo merece", ha tuiteado con furia el humorista Arévalo en Twitter. "Yo no encuentro calificativos para este indeseable. Ellos son un tesoro de amor y ternura, y tu un H.P", ha sentenciado el cómico en redes sociales dirigiéndose, muy enfadado, al politólogo.

Rocío Flores, la nieta de Rocío Jurado: "esos niños tienen derecho a vivir"

Rocío Flores Carrasco, nieta de Rocío Jurado e hija de Antonio David Flores, usó sus redes sociales para señalar públicamente la actitud de Arcadi, que le hizo sentirse profundamente ofendida. “Creo que este tipo de personas hacen daño al mundo, estos niños tienen el mismo derecho que este señor a vivir o incluso más. Me produce terror ver a esta persona. Estos niños tienen una luz, una capacidad de superación, una humanidad, una alegría que a muchos de nosotros, entre los cuales me incluyo, nos dan la vida”.

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La familia Balenchana y su blog

La familia Balenchana (Belén, Luis, Diego y Julia) ha querido opinar con un vídeo casero. "Diego tiene síndrome de down y eso ayuda a que tengamos una vida bastante movida, unas veces divertida y otras no tanto", declara la familia. La madre, que apoya a las escuelas de educación especial, en vez de regañar, prefiere destacar lo bueno: "Gracias a usted, señor Espada, muchísimas personas son más conscientes de los problemas de niños con discapacidad, diferentes, ha hecho más visible la problemática que tenemos muchas familias. [...] La sanidad es para todos. Porque si no, la persona que fuma o toma mucho azúcar no podría ir al médico. Las personas estamos aquí para ayudarnos unos a otros. Digamos sí a las personas diferentes".



Un político y dos periodistas

El líder del partido Vox, Santiago Abascal, también quiso publicar en Twitter su opinión al respecto. «¡Cómo me alegro de que Arcadi Espada se coloque siempre en las antípodas de Vox, criticándonos siempre que puede! Que siga así de lejos con su inmoralidad despiadada, por favor», afirmó el político.

La periodista Esther Mucientes ha escrito en El Mundo que Arcadi no supo enfrentarse al tema cuando se le puso cara y ojos a una familia con un niño Down. "Arcadi Espada tuvo que enfrentarse a uno de esos padres, a uno de esos hijos, a una de “ese tipo de gente averiada” que “trata impunemente de imponernos su particular diseño eugenésico: hijos tontos, enfermos, peores”. …Y entonces la entrevista se acabó. Se acabó cuando el ‘anonimato’ de una columna o el ‘anonimato’ de un debate en televisión se acaba. Cuando se pone rostro a quien te refieres, cuando ya no son “hijos tontos, enfermos y peores”, sino que es uno en particular, cuando se visibiliza el dolor y el daño”, escribe la periodista.

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Por su parte, el periodista Jaume Vives (popular por sus documentales de cristianos en Irak y por su resistencia antinacionalista con Tabarnia) amplía su crítica rápidamente enlazándola con su origen: el aborto.

"Arcadi no se esconde. Toda España sabe que su visión de los niños (en este caso con síndrome de Down) es salvaje, cruel, inhumana y de un profundo desprecio y desconocimiento de la realidad de estos niños. Risto, se parece más al ciudadano medio. Le va el rollo sensiblero, y por eso simula escandalizarse con Arcadi, es de los que aplauden a Jesús Vidal, pero hipócritamente, y con la misma energía que aplauden, chillarían si un partido pretendiese acabar con el exterminio de los niños enfermos (y no solo enfermos) en el vientre de su madre".

"Este es el mundo en el que vivimos: aplaudimos a jesuses vidales [premiado actor con una discapacidad], nos escandalizamos por las declaraciones de arcadis, lloramos porque ya no nacen niños con síndromes del tipo que sea, pero al mismo tiempo ponemos alfombra roja a las causas que permiten que todo esto ocurra. A veces hace falta más cabeza y menos corazón, para darnos cuenta de que nuestras críticas, nuestros aplausos y nuestros lamentos pueden ser también asquerosamente hipócritas. Y os diré una cosa, a mí me hubiera encantado conocer la respuesta de Arcadi a las bonitas y sensatas palabras del padre del niño con síndrome de Down. Es muy posible que nuevamente estuviese en desacuerdo con él, pero hubiera sido interesante conocer su reacción ante la belleza y la verdad de lo que ese padre explicó".

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La asociación Down España lamenta que Espada no se retracte

“Ellos tratan impunemente de imponernos su particular diseño eugenésico: hijos tontos, enfermos y peores”, se leía en la pantalla. Se trataba de una frase referida al aborto, extraída de una columna del diario El Mundo en 2013, que desde DOWN ESPAÑA denunciamos", recuerda esta asociación presente en todo el país.

Down España expresa que Arcadi Espada pronunció unas "irrespetuosas" palabras "con las que volvió a demostrar su desprecio hacia las personas con síndrome de Down". Además, desde la organización ponen el foco en que "el periodista no solo no se retractó de sus palabras, sino que prosiguió con su discurso y no contestó a Risto cuando el presentador le preguntó en tres ocasiones si quienes nacen con síndrome de Down son personas".

La asociación ha dado las gracias a todos los que han querido expresar su apoyo a las familias y personas que acogen a niños y mayores con síndrome de Down.

Finalizamos este repaso de reacciones con un texto que se ha hecho viral, difundido por Ramón Pinna, padre de una niña con Síndrome de Down, presidente en la asociación Achalay (www.achalay.es).

Sr. Arcadi Espada: ¿Cuánto tengo que pagar por la vida de mi hija?

por Ramón Pinna

«Anoche le vi en el programa de Chester, hasta que el Director decidió echarle. Me pareció que me miraba Usted a los ojos cuando nos decía aquello de que “los padres a los que el sistema público de salud nos había avisado de los graves daños con los que nacería un hijo nuestro, de seguir adelante, deberíamos asumir nuestra responsabilidad moral y por supuesto nuestra responsabilidad económica; y que llegado el caso, usted –además- entendería legítimo que nuestros hijos nos demandaran como mínimo en vía penal, por lo que a su juicio es una inmoralidad por nuestra parte”.

Voy a saltarme las consideraciones que me merecen sus opiniones porque como gracias a Dios, usted tiene más o menos la misma importancia que yo en nuestra sociedad y en nuestro tiempo, no superarán nunca la categoría de opiniones de bajo alcance y de muy mal gusto.

Me preocupan, sin embargo, los números… no sea que algo quede en el sustrato de la conciencia colectiva, y cale la idea de que las personas con Síndrome de Down suponen una carga inasumible para el “sistema”.

Veamos, Sr. Espada; en la actualidad en nuestro país viven aproximadamente 32.000 personas con Síndrome de Down. Todos ellos consumen y pagan su IVA al hacerlo, miles de ellos trabajan por cuenta ajena o (y alguno por cuenta propia) y tributan y cotizan al sistema, como pueda hacerlo yo mismo, y quiero pensar que usted.

Pagan en el metro, en el cine, y si quieren un caprichito… pues también se lo pagan. Pagan, y pagan, y vuelven a pagar cada cosa que les toca, porque es el sino del ciudadano de nuestro tiempo… y ellos los son.

Como entiendo que habrá entendido el capítulo de ingresos para el “sistema”, me voy al de los gastos que le suponen a éste, ya que me parece que es el que más le preocupa a usted de cara a prepararme la “factura social”, que usted mismo -y sospecho que con mucho gusto- me girará al final de la vida de mi hija, por la irresponsabilidad manifiesta de haberla dejado nacer.

Como usted argumenta sobre la base de los costes que le supone mi hija a la sociedad, vamos a comenzar por aliviarme la carga en aquellas partidas en las que ella nunca generará coste social… si la forma de ser y actuar de las personas con Síndrome de Down se mantiene durante unos años.

Mire, mi hija nunca irá a la cárcel, porque ella nunca será acusada ni condenada por delitos de corrupción, de falsedad, de robo, de hurto, de acoso, de calumnias…

Mi hija no inflará presupuestos, ni malversará fondos públicos; no generará fake news, ni copiará en un examen, y ni mucho menos en una tesis. Mi hija no matará nunca.

Mi hija no dejará las calles asquerosas después de un botellón, ni quemará jamás un bosque. La presencia de mil como ella en un campo de fútbol no hará que el partido sea declarado de alto riesgo. No rodeará el Congreso, ni tirará botellas, mecheros y piedras a los representantes del pueblo, sean los que sean. No cortará el tráfico, no acosará a nadie en redes sociales, no consumirá drogas, no conducirá bebida, no cometerá imprudencias al volante, y no mentirá para hacer daño a otro.

¿Sigo Sr. Espada? ¿O quizás con la rebaja que se infiere de todo lo anterior, me va a ir perdonando mis deudas de padre inmoral, Sr. Espada?

Venga, hago un último esfuerzo a ver si le convenzo. Mi hija vivirá menos tiempo que la media de los españoles, mucho menos. Eso hará que usted no tenga que soportar sobre sus espaldas de cotizante ni sus 20 años de pensionista, ni todos los gastos tan vinculados a la dependencia de nuestros mayores a día de hoy. Yo creo que ahora sí. ¿Lo dejamos estar así?

No creo que usted sea mala persona, Sr. Espada, ni le tengo por un idiota. Sencillamente, creo que usted no ve más allá de usted mismo, y que carece de la capacidad intelectual suficiente como para entender el valor que las personas con Síndrome de Down, y en general las personas con Discapacidad Intelectual, le aportan a nuestro mundo.

Cuando quiera, estaré encantado de explicarle mi punto de vista».

El artículo original de 2013

En realidad, todo se remite a un artículo de 2013 en que Arcadi Espada criticaba la reforma del aborto de Gallardón y unas declaraciones provida de la diputada del PP Beatriz Escudero (reforma por la que sería ilegal abortar a los bebés con este síndrome y que finalmente Mariano Rajoy impidió que se aprobara traicionando a su electorado provida). Arcadi Espada escribió lo siguiente:

"La diputada Beatriz Escudero se opone al aborto de los fetos donde se detecte discapacidad futura porque no hay que discriminar a los nacidos ni a los no nacidos. Hay que fijarse bien en lo que dice la diputada: no debemos prohibir a un discapacitado que pueda disfrutar de su condición. Sobre actitudes como las de la diputada tendría que proponerse la aplicación de alguna variante de lo que se conoce como crímenes contra la humanidad. A pesar de lo que sostiene Gallardón esta no es una reforma ideológica convencional, que pueda mutarse en la próxima legislatura. Esta es una reforma que rompe el consenso público sobre los derechos humanos en Occidente. Si alguien deja nacer a alguien enfermo, pudiéndolo haber evitado, ese alguien deberá someterse a la posibilidad, no solo de que el enfermo lo denuncie por su crimen, sino de que sea la propia sociedad, que habrá de sufragar el coste de los tratamientos, la que lo haga. Este tipo de gente averiada alza la voz histérica cada vez que se plantea la posibilidad de diseñar hijos más inteligentes, más sanos y mejores. Por el contrario ellos tratan impunemente de imponernos su particular diseño eugenésico: hijos tontos, enfermos y peores".

Sin embargo, aunque las personas de convicciones provida condenen la eugenesia que adelanta Arcadi Espada... ¿no es verdad que una sociedad volcada en el aborto y en la eutanasia puede llegar a castigar, o a denunciar, como él vaticina, a quien no mate a sus hijos o parientes enfermos? Un joven de la India que se declara antinatalista ya ha denunciado a sus padres por hacerlo nacer sin pedirle permiso (léalo aquí). 

Fuente: Religión en Libertad

jueves, 21 de febrero de 2019

Santo Evangelio 21 de febrero 2019



Día litúrgico: Jueves VI del tiempo ordinario

Ver 1ª Lectura y SalmoTexto del Evangelio (Mc 8,27-33):

 En aquel tiempo, salió Jesús con sus discípulos hacia los pueblos de Cesarea de Filipo, y por el camino hizo esta pregunta a sus discípulos: «¿Quién dicen los hombres que soy yo?». Ellos le dijeron: «Unos, que Juan el Bautista; otros, que Elías; otros, que uno de los profetas». Y Él les preguntaba: «Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?». Pedro le contesta: «Tú eres el Cristo». 

Y les mandó enérgicamente que a nadie hablaran acerca de Él. Y comenzó a enseñarles que el Hijo del hombre debía sufrir mucho y ser reprobado por los ancianos, los sumos sacerdotes y los escribas, ser matado y resucitar a los tres días. Hablaba de esto abiertamente. Tomándole aparte, Pedro, se puso a reprenderle. Pero Él, volviéndose y mirando a sus discípulos, reprendió a Pedro, diciéndole: «¡Quítate de mi vista, Satanás! porque tus pensamientos no son los de Dios, sino los de los hombres».


«¿Quién dicen los hombres que soy yo? (...) Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?»

Rev. D. Joan Pere PULIDO i Gutiérrez Secretario del obispo de Sant Feliu 
(Sant Feliu de Llobregat, España)

Hoy seguimos escuchando la Palabra de Dios con la ayuda del Evangelio de san Marcos. Un Evangelio con una inquietud bien clara: descubrir quién es este Jesús de Nazaret. Marcos nos ha ido ofreciendo, con sus textos, la reacción de distintos personajes ante Jesús: los enfermos, los discípulos, los escribas y fariseos. Hoy nos lo pide directamente a nosotros: «Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?» (Mc 8,29).

Ciertamente, quienes nos llamamos cristianos tenemos el deber fundamental de descubrir nuestra identidad para dar razón de nuestra fe, siendo unos buenos testigos con nuestra vida. Este deber nos urge para poder transmitir un mensaje claro y comprensible a nuestros hermanos y hermanas que pueden encontrar en Jesús una Palabra de Vida que dé sentido a todo lo que piensan, dicen y hacen. Pero este testimonio ha de comenzar siendo nosotros mismos conscientes de nuestro encuentro personal con Él. San Juan Pablo II, en su Carta apostólica "Novo millennio ineunte", nos escribió: «Nuestro testimonio sería enormemente deficiente si nosotros no fuésemos los primeros contempladores de su rostro».

San Marcos, con este texto, nos ofrece un buen camino de contemplación de Jesús. Primero, Jesús nos pregunta qué dice la gente que es Él; y podemos responder, como los discípulos: Juan Bautista, Elías, un personaje importante, bueno, atrayente. Una respuesta buena, sin duda, pero lejana todavía de la Verdad de Jesús. Él nos pregunta: «Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?» (Mc 8,29). Es la pregunta de la fe, de la implicación personal. La respuesta sólo la encontramos en la experiencia del silencio y de la oración. Es el camino de fe que recorre Pedro, y el que hemos de hacer también nosotros.

Hermanos y hermanas, experimentemos desde nuestra oración la presencia liberadora del amor de Dios presente en nuestra vida. Él continúa haciendo alianza con nosotros con signos claros de su presencia, como aquel arco puesto en las nubes prometido a Noé.

Ateo convencido, catedrático de química: un día sintió una «presencia suave» que lo transformó todo

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La conversión de Manuel Arturo López Quintela, experto en nanoquímica de la Universidad de Santiago

Ateo convencido, catedrático de química: un día sintió una «presencia suave» que lo transformó todo

Manuel Arturo López Quintela es nanoquímico y una eminencia de la ciencia gallega... durante años fue ateo, pero eso cambió 

A veces, Dios "te tira del caballo", explica Manuel Arturo López Quintela, catedrático de Química de la Universidad de Santiago de Compostela. 

Él dejó la fe por completo siendo estudiante universitario, hacia 1970, y durante muchos años se declaró ateo. "Así, ateo, sin medias tintas, porque eso de agnóstico no me gustaba. Yo era ateo convencido".

Pero tuvo una experiencia mística. Él no siempre la llama así, pero cumple las condiciones que usan los sociólogos y psicólogos para definirlas.

En 1974, un estudio del sociólogo y sacerdote Andrew Greeley, preguntó a casi 1.500 personas: «¿Alguna vez ha sentido que estuviera usted muy cerca de una poderosa fuerza espiritual que parecía sacarle a usted de sí mismo?» Un 35% decía que sí. Un 17% decía que lo había vivido varias veces. Repitió la encuesta catorce años más tarde, en 1987, en su estudio Mysticism goes mainstream. Ahora era un 43% la población que declaraba tal experiencia.

La experiencia mística tiene estas características, según el estudioso Joseph Hinman (The Trace of God, GrandViaduct, 2014):

- es «noética»: quien la vive siente que ha aprendido algo que es conocimiento verdadero, no mera sensación
- es «inefable»: es difícil de explicar con palabras
- es «sagrada»: se siente como fascinante, valiosa y sobrenatural, aunque no encaje del todo con la teología de la persona
- es a la vez «profunda, positiva, se disfruta»
- es «paradójica, desafía la lógica».
- es profundamente «transformativa», cambia tus valores, y te ayuda a "navegar" por la vida, te marca un rumbo

El catedrático gallego ha explicado a ReL lo que le sucedió y encaja con la definición. Como siempre, hay que enmarcar la mística en la biografía personal y lo cotidiano.

Una fe infantil, que pronto se deshizo

"Nací en un pueblecito cerca de Orense y crecí en un ambiente rural y católico", explica a ReL este reputado experto en nanoquímica. "Íbamos a misa... más o menos. Mi madre era la que tenía más fe. Cuando me fui a estudiar el bachillerato a Orense, ya no tenía nadie cerca que pudiera responder mis dudas de fe. Y estudiando en la universidad en Santiago ya me alejé. Era el año 70, o sea, un entorno universitario después de los cambios del 68. Mi fe era absolutamente infantil y se deshizo".

No es que López Quintela no se hiciera preguntas, porque sí se las hacía. "Antes de Química, pensé si quería hacer Filosofía. Incluso exploré un poquito el budismo zen. Pero, al final, pensé: 'mira, Dios no existe. Y, si existiera, me complicaría la vida. Y así llegué a ser ateo convencido. No quería ser sólo agnóstico. No, yo era ateo, y discutía del tema con quien hiciera falta. Yo tenía una explicación científica para cualquier cosa y con eso ganaba las discusiones. Pero eso no bastaba para responderme las preguntas vitales que aún me hacía".

Las razones para no creer... no son científicas

López Quintela recuerda que estando en Bariloche, Argentina, ya cumplidos sus 40 años, le impresionaba la naturaleza que veía. Y estaba leyendo un libro de divulgación científica del físico George Smoot, Arrugas en el tiempo. "En este libro veía la imagen de unos científicos que subían a una montaña y allí encontraban ya a unos monjes. El hecho de que el mismo Smoot viniera a indicar algo así me hizo pensar, bajó una barrera para mí. ¿Y si había en la religión algo más de lo que pensaba hasta entonces?"

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López Quintela recoge su nombramiento como miembro de la Real Academia de la Ciencia Gallega

Se planteó entonces: ¿hay razones científicas para no creer? "Me di cuenta de que uno puede creer, o no, pero vi que con las preguntas que usamos en el método científico, Dios no es descartable. Dios no es evidente, pero tampoco es evidente que haya que descartarlo. Aplicando la misma metodología que usaba en ciencias, la hipótesis Dios no era absurda. Solo eso ya ampliaba mi perspectiva".

Y poco después llegó su experiencia mística en 1996.

"Una presencia suave, indescriptible, como una fuerza poderosa"

A López Quintela le cuesta encontrar las palabras para definir su experiencia, pero cuando lo hace encajan con la definición de Joseph Hinman que citábamos antes: inefable, transformador, paradójico...

"Tuve una experiencia en el 96", explica a ReL. "Yo estaba en una habitación, esperando irme a otro sitio. Estaba leyendo en inglés un libro de Anthony de Mello, La oración de la rana, de pequeñas frases sueltas. Y en una frase del texto, Dios decía: "no leas sobre Mí, simplemente degústame". Y fue como si una lanza dulce penetrase en mí y me tirase. Era una presencia suave. Es indescriptible. Era como una fuerza poderosa. Incluso me caí, físicamente, a la cama que estaba allí al lado. Sentía como una especie de miedo por esa fuerza tan tremenda, aunque era dulce. Es difícil de explicar, pero alguna vez he podido describirlo a personas que han vivido algo similar y ellos sí lo entienden".

Fue transformador, porque fue un cambio total: ya las preguntas sobre la ciencia, o el día a día, no tenían ningún interés. Todo había cambiado.

"¿Y ahora que hago?"

"Durante un tiempo me dije: 'bueno, a lo mejor esto no tiene nada que ver con la religión'. Pero no, porque el alma ya se había abierto, estaba como afinada, e iba detectando... Me dije: '¿Y ahora qué hago? ¿Cuál ha de ser mi camino?' Y vi la cruz de un edificio, de una iglesia, y fui a preguntar. Necesitaba que me lo explicasen todo, que me explicasen la religión católica, porque yo no tenía ni idea. Quería confesarme antes de Navidades, quería sentir, quizá, lo mismo que sentía de niño. Y en una librería encontré un libro de San Juan de la Cruz, lo leí, me identifiqué y empecé a devorar libros de místicos. Ahora mis preguntas sobre ciencia me parecían banales".

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San Juan de la Cruz, un místico y analista de la mística

Por un lado, le costaba mucho explicar lo que le estaba pasando a sus amigos y familiares. "Eso ha sido un proceso largo y difícil", explica. Por otro lado, muchas cosas parecían encajar de forma natural, incluyendo la moral. "Me sentí como liberado, incluso antes de confesarme. Como automáticamente iba encontrando las cosas que había que hacer, el por qué, incluso sin recordar los mandamientos. Los leía y me decía: 'claro, por eso yo me sentía mal'. La ley de Dios era lo natural, me parecía que siempre tenía que haber sido así, que no podía ser de otra forma".

Todo le parecía natural en el mundo de la fe, con una excepción: ¡comprobar que pocos cristianos vivían algo así!

"Yo creía que todos los cristianos sentían lo mismo que yo, me asombró ver que no, que eran como yo antes, que no tenían esa raíz, ese amor... Eso me asombró de verdad. En Japón le dije a un profesor: a veces pienso que hay más cristianos aquí que los que conozco en mi país, y más personas con sensación de amor y entrega a los demás'. De hecho, aún hoy me cuesta encontrar personas con las que poder hablar de la fe. La realidad es que he recurrido más a los libros que a las personas. Quizá es por los círculos en los que me muevo. Recientemente me he apuntado a la Asociación de Científicos Católicos que se ha creado en Estados Unidos. Para crear algo así en España tendrían que juntarse científicos con unas ideas similares".

"Dios, ¿y ahora qué hago en la ciencia?"

Durante unos años, las preguntas sobre ciencia le parecían insípidas a este prestigioso químico gallego. Él le preguntó a Dios bastante tiempo: '¿y ahora qué hago, Señor? ¿Es que la ciencia ya no me interesa?'

"Entonces el Señor hizo aparecer ante mi una serie de temas muy interesantes, que me tienen entusiasmado, y es en lo que estamos trabajando ahora. Y pienso ciertamente que fue Él quien me llevó a que me dedicara a esta línea. Es un tema rompedor en nanotecnología, ya en el límite que ronda los átomos, con una química que está casi sin explorar. Es una frontera absoluta, y sus aplicaciones pueden llegar a terapias anticancerígenas. Ya estamos investigando en aplicaciones", explica. 

A la gente que se hace preguntas sobre la relación entre la fe y la ciencia, les anima a explorar. "Les digo a mis alumnos que no se crean que sabemos tanto... ¿La dualidad onda-partícula? Sí, vale, es un concepto que usamos y aplicamos pero no está nada claro que lo entendamos. Respecto a la fe, mucha gente cree que sabe algo por la religión que dejaron, no sé, a los 13 años. Pero esa era una fe infantil".

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"A cualquier persona que explore sin prejuicios le parecerán muy interesantes los libros de Joseph Ratzinger, preciosos, de lógica aplastante. Recomiendo Dios salve la razón, de Benedicto XVI y otros autores. Y me gusta Ateísmo no, gracias, una conversación entre el cardenal Brandmüller y el periodista Ingo Langner, porque es interesante para hacer pensar", concluye.

Fuente: Religión en Libertad